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Channel: El Cubil del Cíclope.
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Otra vez más en Hawkins.

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       Luego de ver y disfrutar la exitosa y elogiada primera temporada de Stranger Things, el show revelación de Netflix del año pasado y a caminos entre el terror y la ciencia ficción, con nostalgia ochentera más encima, era obvio que sus ahora fieles seguidores esperaríamos con ansias su regreso.  Es así que la compañía, ni corta ni perezosa, no podía negarse a la solicitud de su público, aprovechando por supuesto de seguir lucrando con este título.   Por lo tanto para el pasado Halloween, nos dieron en el gusto al lanzar completa la segunda temporada, que como si se tratara de la secuela de una de las tantas películas de aquella época, fue nombrada como Stranger Things 2.  Además, para contento de uno, extendieron a un episodio más esta entrega, de 8 a 9, si bien lo ideal sería que hubiesen hecho más para esta ocasión.
        Ha pasado alrededor de un año tras los acontecimientos ya conocidos y en muchos aspectos la vida para su grupo de protagonistas ha mejorado.  Por un lado, los 4 niños varones amigos siguen con su vida felices, pese a todo lo que tuvieron que pasar en el pasado, pues el grupo se unido más que nunca y, por otro, han ganado en amor propio tras demostrarle a todo el mundo la calidad de sus corazones.  Es cierto que supuestamente perdieron a su única amiga, pero aún son demasiado jóvenes como para volverse cínicos y amargados (en otras palabras, se han adaptado a los nuevos tiempos).  Cada uno de ellos tiene una razón particular para estar a gusto y dentro de poco la llegada de una nueva vecina y compañera de estudios (de su misma edad), les dará otro giro importante a sus vidas.
        Los adolescentes protagonistas de esta obra, por su parte, están cada vez más cerca de la adultez, pues las consecuencias de sus últimos actos sin duda que los han hecho cambiar, al punto de que ahora los vemos más seguros que nunca.  El descubrimiento del verdadero amor, como de la responsabilidad ante las decisiones tomadas, hace que a los 3 héroes adolescentes de esta historia, los conviertan en personajes tanto o más entrañables que sus compañeros de menor edad.  Se mantiene en parte el triángulo amoroso de la primera temporada, pero este poco a poco comienza a diluirse, cuando los destinos de estos terminan por definirse.
       En cuanto al mundo de los adultos, quizás la vida de los dos principales para la trama ha sido la que más ha cambiado, por cuanto se supone que niños y adolescentes podrían adaptarse mejor a situaciones extraordinarias (por tener menos experiencias previas y prejuicios), por lo tanto les ha resultado un mayor esfuerzo abrazar la existencia de lo sobrenatural y/o raro.  Y sin embargo, pese a todo, la valerosa madre y el sheriff se aprecian mucho más felices que antes, ya que la primera al haber recuperado a su hijo menor ha logrado conseguido la estabilidad que le faltaba, mientras que el otro ha ganado una hija y con ello conseguido un nuevo sentido para su existencia.
      La temporada parte con un grupo de personajes desconocidos, quienes en una escena de persecución que llena la pantalla de acción y promete otros misterios que resolver, los introduce dentro de la historia, como un capítulo olvidado del pasado de nada menos que de Once.   Estos nuevos integrantes del elenco no vuelven a aparecer hasta varios episodios más, para por fin sacarnos de la duda acerca de sus propósitos e identidad.   No obstante luego nos encontramos con la principal trama de este año, concerniente a una poderosa entidad que viene desde El Otro Lado, de la cual el chico que antes estuvo  atrapado en ese lugar, es el único que está consciente de su deseo de llegar hasta nuestra realidad; y es que el muchacho ha desarrollado la capacidad de ver/entrar a dicha zona.  Es así que deben evitar que un mal como este llegue a nuestro mundo, de modo que ahora no solo tenemos un solo monstruo, sino que esta vez los hay por montones, aparte del principal.
      Dentro de todo lo que pasa en esta segunda temporada, cabe destacar que por un lado Once lleva su vida aparte de la de sus amigos (si bien en contra de los deseos de estos 5 compañeros), lo que mantiene expectante al público de cuándo y cómo se volverán a cruzar los destinos de nuestros personajes favoritos.  No obstante, a falta de la presencia femenina de la jovencita con superpoderes, excelente resulta la incorporación de una nueva chiquilla al grupo: conocida como Mad Max (un genial homenaje a la famosa saga postapocalíptica del mismo nombre), resulta ser un personaje juvenil memorable más, quien para nada resulta una copia o sucedáneo de la otra niña.  Y es que Mad Max posee una personalidad por completo diferente y aun así tiene el tipo de virtudes que uno llega a apreciar en este tipo de pequeños (inteligente, ingeniosa, osada, “ñoña”, independiente y muchas, muchas otras cosas más).  A su vez, la llegada de esta jovencita nos lleva al desarrollo de otro triángulo amoroso, algo claramente entre sus pares, que se da de manera por completo distinta a la de los personajes adolescentes. 
     Mad Max llega acompañada de su supuesto hermano mayor, un adolescente del tipo “Soy rebelde-me gusta ser malo-y por eso soy macho”, quien de inmediato aparece como el antagonista humano más odiado de la temporada.  Su hosca personalidad contrasta con la del resto de sus coetáneos.  Los guionistas juegan con el público, al plantearnos que hay un gran secreto entre la muchacha y el vándalo, cuya naturaleza se mantiene velada hasta bien entrada la temporada.

Este año en la Comic Con me tocó estar junto a Amílcar en un Record de Guinnes:
La mayor cantidad de gente disfrazada de Once,

     Luego está el mundo de los adultos, siendo que al reencontrarnos con Winona Ryder, como la abnegada madre de los chicos Byers, da gusto encontrarla mucho más “mejorada” que el año pasado, cuando se le veía entonces demasiado demacrada y envejecida (¿Efectos de su renacimiento como actriz tras el éxito de Stranger Things o ello tiene relación con la misma verosimilitud de su propio personaje, que ahora tiene un mejor pasar?).  En este sentido, importante viene a ser la presencia de su novio, interpretado por otro actor bastante querido por los nostálgicos, el carismático Sean Astin (recordado por su papel protagónico en el clásico ochentero infantil de Los Goonies y por ser el adorable hobbit Sam de la trilogía de El Señor de los Anillos la década pasada); de conducta por completo ñoña, que lo acerca sin duda a los chicos y en especial al hijo menor de su amada, viene a ser todo un bálsamo para la dama, como un guiño más a esos gloriosos años ochenta que pretende emular esta serie (a ver quién se da cuenta del diálogo hecho por su personaje, cuando hace referencia indirecta al filme que le dio la fama).
      Si en la primera temporada tuvimos como villano al científico desalmado interpretado por Mathew Modine (otra estrella juvenil de los ochenta), miembro importante además de la oscura organización científica responsable de las mutaciones artificiales de Once y de que se hayan abierto los portales entre este plano y su versión negativa, en esta ocasión aparece otro investigador a cargo de dichos experimentos.  Lo interesante de este hombre, es que se trata de un sujeto mucho más humano que el anterior, lo que de inmediato hace que uno lo compare con su predecesor; de este modo, se deja de lado el recurso facilista de demonizar a toda la gente de ciencia, sorprendiéndonos además con este cambio entre los integrantes de dicha organización. 
          También cabe destacar la inserción de un periodista, quien anda buscando desnudar la responsabilidad de la misma organización científica, en los desastres del año pasado.  De personalidad irónica, responde a un estereotipo caro a historias como estas: la del investigador de la prensa que se involucra ideológicamente en descubrir la verdad, como una especie de héroe que no ceja en ir detrás de los poderosos corruptos.  Uno de los mejores momentos de esta temporada, los tiene este sujeto, junto a dos viejos conocidos.
     A mi parecer este segundo año del programa no es malo, no obstante no llega a ser tan entretenido y/o tan bien realizado como en su debut.  Quizás lo anterior se deba a que cuando se estrenó, la novedad y la nostalgia ochentera hizo que a uno le pareciera TAN FORMIDABLE y luego esperando su regreso, nos dejó con las más altas expectativas; luego, a menos que el guión fuese en verdad sobresaliente, difícil la tendría para contentar a todo el mundo.  Puede que parezca menos sangrienta, pese a que como ya se dijo más arriba, esta vez monstruosidades hay por montones.  No obstante la dirección de arte es preciosa, cuando se trata de mostrar El Otro Lado y a su vez el mencionado gran mal al que se enfrentan, no deja de recordarnos en parte a las pesadillas lovecrafnianas.  Asimismo volvemos a tener sus buenas dosis de humor, romance, referencias a la cultura pop de aquellos años, mucha aventura e intriga y harta emoción.  Por último, la estupenda banda sonora electrónica compuesta por Kyle Dixon y Michael Stein, acompañada por un montón de canciones de la época, ayudan a que ver y disfrutar de Stranger Things 2 sea algo para comentar con tus pares.

Icónico momento de los chicos vestidos como los Cazafantasmas en Halloween.

                                      La espectacular intro (pese a su sencillez) de la serie.


Disfrutar una vez más del talento de un maestro (primera parte).

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      Hace rato ya que tenía pendiente volver a leer a Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura en 2010, más un montón de valiosos galardones a lo largo de todo el mundo). Importantísimo autor peruano del que desde adolescente vengo saboreando sus historias, cuando por puro gusto propio me leí por primera vez La Ciudad y los Perros a la tierna edad de 16 años (en aquel tiempo debido a sus sofisticadas técnicas narrativas me costó algo comprender el libro, pero aun así no cejé en terminármelo y al final igual pude gozar de mi lectura).  Ha pasado largo tiempo desde la última vez en que tomé una de sus ficciones, que fue justamente en el año de 2011, poco tiempo después de comenzar este blog y aunque mucho me gustó La Historia de Mayta, todavía no tenía la costumbre de escribir de todas las obras literarias que pasaban por mis manos.  No obstante sabía que algún día tendría que reencontrarme con Vargas Llosa y que por ello mismo me tocaba escribir primero acerca de su impresionante carrera…Y la verdad es que encontrarme con tamaño reto, de resumir en unos cuantos párrafos o líneas tantos títulos a su haber, me pareció una tarea casi imposible.  Al final he decidido remitirme solo a los títulos que le conozco mi propia experiencia, que no son tantos,  pese a lo que se esperaría de un lector como yo.
       Así que démosle no más:
       Fue de parte de mi profesora de castellano, cuando estaba en primero medio, que escuché por primera vez de este señor.  Tal como ya dije, comencé con la novela que le dio la fama y notoriedad, convirtiéndolo de inmediato en el exponente de su patria del llamado boom literario (despegue comercial y artístico de la literatura de esta parte del mundo, por lo general de tipo narrativo, en el mercado mundial y por tanto más allá de sus fronteras, surgido en plena década de los sesenta).  Fue así que con La Ciudad y los Perros (1963), me encontré con la historia de un grupo de adolescentes de un colegio militar, que se alejaba por completo de las narraciones juveniles más ligeras.  Pues este libro resulta ser una crítica ácida a la educación miliciana y a la desvalorización de la persona, en la que la institución pedagógica más que promover el desarrollo integral de sus miembros, los convierte en verdaderas bestias.  He ahí el nombre tan potente de este libro.  La leí en dos momentos diferentes, creo que la segunda vez cuando estaba en la universidad; no obstante me bastó aquella ocasión en mi adolescencia, como para que quisiera saber más de este caballero.  Tiempo después pude ver por fin la adaptación cinematográfica, que hicieron los mismos peruanos de tan magnífica obra, en 1985, a la que le tenía muchas ganas tras disfrutar tanto del libro; como en aquel tiempo aún era demasiado concreto y pensaba que las adaptaciones debían ser un calco exacto del material que las inspiró, me decepcioné bastante del resultado y la verdad es que en términos reales el filme no está considerado como la gran cosa.
       Estaba más o menos en segundo o tercer año de enseñanza media (lo que en otros países le llaman Secundaria), cuando en la entonces exigua biblioteca del colegio en el que estudiaba, intruseando para ver con qué joyita me encontraba para disfrutar, me encontré con Pantaleón y las Visitadoras (1973).  Su extraño nombre lo recordaba de una adaptación teatral que se estrenó en Chile a principios de los noventa y que en una de mis idas al centro al ver el cartel en la sala de teatro, me llamó mucho la atención…¿De qué se tratará? me pregunté y solo cuando vine a tomar la novela vine a saber de su fabulosa historia: Pantaleón Pantoja es un destacado militar capaz de llevar a cabo con entera satisfacción las más increíbles peticiones de sus superiores, a quien ahora se le encarga crear nada menos que un servicio de prostitutas para atender a los soldados peruanos y que en la selva ha llegado a cometer grandes atrocidades, debido a su obligado celibato; con ello se busca frenar los incidentes.  Todo transcurre con una eficacia sorprendente, hasta que varios elementos inesperados traen como consecuencia la desgracia en la vida del eficiente castrense, además de provocar conflictos entre los uniformados y los civiles.  Una novela como esta que se mueve entre el melodrama, que juega con la realidad al tratar de manera muy especial el absurdo de muchas de sus situaciones, de inmediato se transformó en una de mis favoritas de su autor.  La habré leído también unas 2 veces y recuerdo que la primera vez en que lo hice, venía muy atento en una micro (nombre que le damos en Chile a los vehículos de locomoción colectiva), cuando el chofer del bus (otro término dado acá para estas máquinas) muy pesado me grita desde su puesto: “¡Dale el asiento a la señora, po´!”.  Yo iba tan ensimismado en mi lectura, que ni me di cuenta de lo que pasaba a mi alrededor y solo entonces tomé conciencia de mi entorno; entonces un señor muy amable intercedió por mí y le contestó al conductor, que como muchos de sus colegas de esos años eran muy groseros con los estudiantes: “Al joven le gusta leer”(o algo así).  En 1999 se estrenó la versión cinematográfica de la novela por parte del mismo cineasta que hizo La Ciudad y los Perros, aunque con mejores resultados; la película tuvo mucho éxito y a mí me encantó, habiéndola visto varias veces.  Posee excelentes actuaciones y un montón de mujeres hermosas y exuberantes que a más de alguien de seguro le provocaron una que otra fantasía; por otro lado, la belleza de su protagonista masculino (Salvador del Solar como Pantaleón, hoy en día nada menos que Ministro de Cultura en su país), contrasta lejos con los rasgos más toscos y poco atléticos de los soldados rasos, que se atendían con las beldades a cargo de “Pantita”.

                                                         
                                            Tráiler de filme Pantaleón y las Visitadoras.
      
     Mi siguiente lectura de una obra de Vargas Llosa fue con su única colección de cuentos a la fecha, también bastante célebre, Los Jefes y los Cachorros (1959).  Era mi primer año en la universidad, cuando estudiaba Filosofía.  En ese tiempo participaba activamente como miembro de la Pastoral Juvenil de la capilla donde iba a misa y un día conversando con el cura que trabajaba con nosotros, al ver su colección de libros me encontré con dicho volumen.  Movido por la osadía de la falta de etiqueta, propia de los jóvenes inexperimentados entre los que yo me encontraba en ese tiempo (¿Un eufemismo para referirse a mi poco tacto que sé aún poseo?), le dije al padre Jöel: “¿Me lo regala?”.  Pese al claro al abuso de confianza de mi parte, el buen hombre no dudó en consentirme como Hombre de Dios que era y así me vine a casa contentísimo con mi nueva posesión.  Compuesto por una novela corta, Los Cachorros, y 6 relatos breves que en un principio formaron parte de la colección titulada solo Los Jefes, lo habré disfrutado al menos unas 3 veces en mi vida.  La verdad es que de todos ellos, solo recuerdo la novela corta, que me impactó bastante, ya que solo contaba con 18 años cuando por primera vez me la devoré y aún me quedaba mucho por vivenciar.  Su argumento gira también en torno a un grupo de muchachos del exclusivo barrio de Chorrillos de Lima, Perú (en el que el mismo escritor pasó su infancia y juventud, luego ambientando varias de sus otras ficciones en tal lugar), a quienes vemos crecer en la medida de que van pasando de la juguetona infancia, a la adolescencia y por último a los primeros años de su vida adulta.  Estos son los testigos y narradores del descenso a los infiernos de uno de sus amigos, quien de pequeño fue mordido por un perro en sus partes pudendas, lo que le provocó tal trauma, que fue incapaz de desarrollarse como una persona plena, pese al apoyo de sus seres queridos.  Años después, ya convertido en todo un profesor, en un colegio en el que trabajaba llegué a realizar mi labor ya comenzadas hace poco más de un mes las clases, luego de que un colega abandonó dicha institución indignado por el bajo sueldo con el que le pagaban (en cambio para mí, ese año de 2008 fue uno de los mejores de mi vida, además de que conocí a uno de mis amigos más queridos, Luciano, a quien le hice clases en tal lugar) y al octavo básico que tenía a mi cargo le tuve que dar a leer tal libro; resulta que el maestro anterior, quien me quedaba claro no sabía mucho de literatura escolar y/o juvenil, les dio dentro de las lecturas mensuales ese título a niños pequeños y yo apenas supe de esto les dije a mis alumnos que no estaban en condiciones aún de leer una obra como esa; no obstante debido a una chica a la que ya le habían comprado todos los libros de ese año y a la porfía de sus compañeros, tuve que seguir el listado entregado por mi predecesor, en vez del cambio que hice en los otros cursos.  Cuando meses después llegó el momento de la evaluación y los niños tuvieron que leer el texto en cuestión, reconocieron que mi advertencia estaba más que justificada.  

     
     En los años de la universidad hice una amiga a la que tuve mucho cariño y a quien lamentablemente le perdí el rastro tras una desilusión con ella (no amorosa, aunque sí de lealtad).  Resulta que en clases a Cynthia le dieron como lectura domiciliaria La Tía Julia y el Escribidor (1977) y gracias a ello tras desocupar tal libro, no dudó en prestármelo. ¡Y vaya qué me encantó! Se supone que como muchas de sus ficciones, tiene un carácter autobiográfico, en cuyo caso aborda dos tipos de educación por las que pasa su protagonista: Por un lado la sentimental y/o erótica, debido a su romance con una mujer muchos años mayor que él, la mencionada tía Julia; y, por otro, su crecimiento como artista y escritor, tras conocer a un autor de folletines radiales que llega a tener gran influencia sobre él.  Es así que ambos aspectos de su vida lo llevan a convertirse en alguien integral, de modo que queda claro en sus páginas que somos la suma de las personas que han pasado por nuestra existencia y del legado que nos han dejado.  Asimismo, uno de los elementos más destacables de esta novela, viene a ser que incorpora el clásico recurso del relato enmarcado, consistente en el uso de narraciones independientes que se insertan dentro de la trama central, con otros personajes y estilos diversos; pues debe saberse que estas historias secundarias (muy entretenidas todas ellas), se supone pertenecen a los radioteatros escritor por el maestro del protagonista, las que en todo caso dejan en suspenso al lector, ya que no tienen desenlace (años después, en 1993, Vargas Llosa rescata a uno de sus personajes a través de su novela Lituma en los Andes).  Estaba casi terminando mis estudios en la universidad, cuando en el ramo de Literatura Hispanoamericana me pidieron crear una actividad lúdica con el que enseñar narrativa y hacerlo más encima de forma entretenida; fue así que se me ocurrió tomar de base los cuentos integrados en este libro, resumiéndolos e imitando su prosa, para que los participantes de la clases les hicieran sus propios finales.  Saqué aplausos y nota máxima y estuvo en dicha ocasión otra persona importante de mi pasado que tampoco está ahora conmigo, de otra carrera, quien posteriormente usó mis textos para una de sus propias clases. 
       La década pasada salió en los kioscos una hermosa colección de la bibliografía de Vargas Llosa en tapa dura y a un precio muy bueno.  Fue así que me compré 4 títulos de tal oferta, siendo el primero en leer El Paraíso en la otra esquina (2003).  Esta vez me encontré nada menos que con una novela de carácter histórico, alejada por completo de los escenarios peruanos, transcurriendo ella entre Europa y Tahití en el siglo XIX.  Tomando como protagonistas centrales al importante pintor francés Paul Gauguin y a la hija de este, una de las primeras mujeres obreras sindicalistas feministas, aborda desde la figura del artista y de alguien más práctico (y realista) como su descendiente, el tema de los sueños y la utopía, de manera de cómo esta se encuentra presente en la mente y el corazón de las personas, quienes luchan a su manera por llevarla a cabo.  Tras gozar esta obra, queda claro el tremendo trabajo de su escritor para representar de manera fiel a sus personajes, que existieron en verdad y que no son solo producto de su imaginación, sin dejar de renunciar a su afán de contar una buena historia (que sin dudas, además, nos puede llevar a más de una reflexión de por medio).
      También me compré La Casa Verde (1966), no obstante creo que no llegué más allá de las 100 páginas, pues hablando con sinceridad me aburrió, porque encontré su narrativa demasiado pesada con tanta descripción.  Quizás ahora estaría preparado para ella, aunque me esperaré al año que viene para darle una segunda oportunidad.  Nada recuerdo de qué se trata.
      Luego de alucinar con El Paraíso en la otra Esquina, me tocó la que sería sin dudas una de mis novelas predilectas de Vargas Llosa: La Fiesta del Chivo (2000).  Se trata de otra novela de corte histórico, si bien parte de su trama no ocurre en un pasado tan “lejano” como bien sucede en este tipo de obras, aunque sí describe con lujos de detalles una época y una sociedad de antaño: la del periodo dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo, a principios de los sesenta en República Dominicana.  El horror de su gobierno y el constante terror en el que vivieron sus ciudadanos sometidos a todo tipo de vejámenes, es retratado por el artista de tal manera que bien los lectores no dejan de impactarse ante la crudeza de sus páginas…Y sin embargo entre medio de todas estas miserias, nunca deja de estar presente el poder del amor y de la esperanza, pues por supuesto que alguien como el “Chivo” y sus secuaces tienen resistencia entre quienes defienden la justicia.  Por otro lado, el resto de la narración nos transporta al presente en el que fue publicada esta obra, cuando una de sus protagonistas regresa a su patria tras décadas de ausencia; a esta, Urania, la conocimos de niña como una de las tantas víctimas de las atrocidades de la dictadura y en los capítulos dedicados a su madurez, presenciamos el viaje interno por el que pasa para reconciliarse con su pasado y con ella misma.  En 2005 se estrenó una muy recomendable adaptación cinematográfica de este título, dirigida nada menos que por Luis Llosa, primo del novelista, que contó con la participación de actores internaciones de la talla de Isabella Rosellini; la cinta tal como la ya citada Pantaleón y las Visitadoras,resulta ser una muy buena traslación a la pantalla grande de un texto de este autor (y es una lástima que no hayan más interés por realizar filmes de este calibre, acerca de la bibliografía de Vargas Llosa).

                                                                             
                                                         Tráiler de La Fiesta del Chivo.

      La última novela que tuve el gusto de leer de nuestro querido Premio Nobel peruano de Literatura, antes de la que hoy me mueve a escribir estas palabras, corresponde a Historia de Mayta (1984), otra historia ambientada en el pasado cercano, precisamente en 1958, si bien en las tierras de Perú.  Como un trabajo previo a las sendas investigaciones realizadas para los dos libros ya comentados más arriba, acá nos encontramos con el trabajo de un Vargas Llosa más joven y que esta vez fue capaz de indagar en un desconocido episodio de la cronología de su país: el intento de un pequeño grupo de ideólogos comunistas peruanos, de llevar a cabo una revolución política de tipo soviética en pleno suelo inca.  La figura de su líder, Alejandro Mayta, un hombre que a simple vista se puede apreciar como alguien insignificante, es mostrada ante los lectores como un sujeto sensible y solitario, quien ante los vaivenes históricos termina por ser aplastado por fuerzas que lo superan.  Por cierto, me llamó la atención el hecho de que en esta obra, tal como en El Paraíso en la otra esquina, el autor abordara el tema de la homosexualidad de sus protagonistas, si bien en el caso de Mayta, ello fuese como algo culposo, lo que bien ayuda a retratar mejor la personalidad ambivalente del personaje.    


Discurso de Despedida de Año Escolar 2017 CEAT.

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      Hoy fue el último día de clases en el colegio donde trabajo, el Complejo Educacional Agrícola de Talagante.  Es así que para conmemorar este momento, en mi "pega" se hizo un acto y para ello me pidieron que diera el discurso de cierre de este año lectivo.  Me sentí muy honrado de que me hiciera uno de mis jefes esta solicitud, así que no dudé en poner manos a la obra todo inspirado. 
        Cuando estaba a minutos de salir adelante, me di cuenta de que el texto que había impreso era otro y no el correcto (¡Eso me pasa por despistado y poco precavido!).  Como no había quien en ese momento me imprimiera el documento correcto, tuve que traerme al acto mi notebook y leer con él desde el podio.  La luz del sol no me dejaba ver bien las letras y en determinado momento no pude encontrar el cursor para bajar la página, así que me puse algo nervioso; al final el Inspector General (quien fue la persona que me solicitó participara de este evento) me ayudó en el entuerto y pude terminar con mi intervención.  Saqué aplausos en más de una ocasión y felicitaciones por parte de hartas personas importantes para mí.
        He aquí lo que escribí para la ocasión:

      Un año más en nuestras vidas está por terminar y así mismo resulta ser que el presente periodo escolar también acaba.  Pareciera que tan solo haya sido ayer cuando en marzo entramos a clases y como bien dice la sabiduría popular, el tiempo vuela y ni siquiera nos damos cuenta de ello.
     Para muchos de ustedes, estudiantes, este 2017 ha significado la llegada a un nuevo establecimiento educacional (y en especial para los primeros medios); un lugar en el que se han encontrado con un montón de nueva gente, entre compañeros, amigos y profesores.  Un sitio en el que quiérase o no todos nosotros pasamos buena parte del día, 5 veces a la semana, compartiendo con tanta gente, que a la larga estas paredes y estos pastos se transforman en nuestro segundo hogar por todo este periodo.  Los hay quienes también llevan ya un tiempo con nosotros, así que los lazos son más estrechos y los momentos compartidos se acumulan en mayor medida, de modo que uno nunca deja de tener presente todo lo que pasa en estas aulas.  Es así que unos y otros tenemos recuerdos importantes, en los que la comunidad CEAT cumple un papel fundamental dentro de nuestra existencia. Luego a lo largo de esta vida, que en el caso de ustedes, jóvenes, recién comienzan, podemos encontrarnos con compañeros de viaje que durante un tiempo están a nuestro lado; por lo tanto, los invito a mirar con detención a quienes tienen a su alrededor y reconocer el papel que cumplen todos ellos en este viaje que es la etapa escolar.
     De seguro para cada uno de los que estamos aquí los hay de todo tipo de memorias, muchas alegrías y satisfacciones, así como también unas cuantas penas y desilusiones…Pues eso es la vida: la suma de todas estas cosas que nos hacen crecer.  Solo hay que aprender a sobrellevar este sinnúmero de acontecimientos y emociones, sabiendo qué sacar de positivo de todo e incluso de aquello que más nos duele.  En este sentido un lugar como este, en el que nos encontramos, no solo viene a ser una institución en la que se nos entregan conocimientos y se nos ayuda a desarrollar nuestras habilidades; sino que también se convierte en la mayor oportunidad, de que a tan temprana edad les puede permitir crecer como personas completas (integrales sería la palabra correcta, pero ocupé la otra más sencilla para asegurarme de que entendieran mi mensaje).  Por lo tanto, no desprecien este lugar que hoy dejan por unos meses la mayoría, o para siempre aquellos que toman otros caminos en su proceso escolar; ya que todo lugar en el que pasamos tanto nuestro tiempo, termina por volverse parte de uno mismo.
      Como comunidad hemos hecho hartas cosas juntos (el Día del Alumno, el Día de la Familia son algunas fechas memorables entre ellas).  También nos ha tocado lamentar la partida de uno de los fundadores de esta institución, así como la de un ex alumno que egresó no hace mucho de estos mismos salones; ambas pérdidas, muy dolorosas para muchos de quienes tuvieron la dicha de conocerlos.   Por lo tanto al mirar hacia atrás, en un pasado no tan lejano, sino que inmediato, bien podemos darnos cuenta de todo lo que ha significado este 2017 como comunidad CEAT.
      Se viene el tiempo del descanso, del relajo y de las despreocupaciones y bien quisiera pensar que todos nos lo merecemos (de seguro unos más que otros).  Independientemente de qué tanto hayamos hecho este año escolar, que hoy termina, para luchar por los mejores resultados, estamos a las puertas del momento en el que podemos reflexionar acerca de este pasado inmediato; para poder superar todo error y de eso modo construir un futuro (cercano) óptimo, que tampoco nos daremos cuenta de cuando estemos en marzo, una vez más para comenzar otro año escolar.  Por ahora solo quiero terminar en nombre de todos los adultos que trabajamos acá, deseándoles unas excelentes vacaciones y a la espera de que el 2018 que se nos avecina, esté lleno de satisfacciones tanto en lo personal, como en lo escolar.


Disfrutar una vez más del talento de un maestro (segunda parte).

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    Travesuras de la Niña Mala (2006) es la versión de Mario Vargas Llosa de lo que sería una novela romántica, no en el sentido de la literatura propia de la primera mitad del siglo XIX cultivada en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica en aquellos años (con personajes extremadamente sensibles), si no en cuanto a que aborda en su argumento el romance entre sus dos personajes principales.  En pocas palabras, trata acerca de la historia de amor entre dos personas que abarca nada menos que 4 décadas en sus vidas, a lo largo de un montón de ciudades en todo el mundo, el que como bien sucede en la vida real no las tiene fácil para que sus dos protagonistas puedan ser felices juntos.  De este modo en dicha obra, el autor aglutina varios elementos caros a su bibliografía: el melodrama heredado de las radionovelas que tanto le gustaban de joven (evidenciado a través de su libro autobiográfico ficcionado titulado como La Tía Julia y el Escribidor); la ambientación realista de sus historias poniendo énfasis en caracterizar el pasado inmediato; el tema del crecimiento personal a través de las vivencias y las personas que lo llegan a marcar a uno; y, por último, la valoración de la amistad como fuente inagotable de historias y pilar fundamental en la vida del ser humano.
     El libro comienza en los años de la adolescencia de su protagonista masculino.  En estas páginas se describe el despertar a la sexualidad en el entorno del entonces muchacho, que si bien estamos hablando de flirteos donde vale más el coqueteo que la consumación del acto sexual (claramente estamos hablando de otros tiempos),  si se trata de un cambio significativo a la hora de evidenciar el desarrollo emocional de quien despierta al interés por el otro género.  Es a partir de este momento que llega el gran amor de su vida, en la figura una chica experta en el engaño y la mentira, a la que pese a todo adora con todo su ser; con posterioridad tras el pasar de los años, en cada reencuentro, el protagonista masculino buscará conquistar su rebelde corazón, a lo largo de todo el tiempo en el que transcurre esta historia.

     “Entonces, la reconocí. Había cambiado mucho, por supuesto, sobre todo su manera de hablar, pero seguía manando de toda ella esa picardía que yo recordaba muy bien, algo atrevido, espontáneo y provocador, que si traslucía en su postura desafiante, el pechito y la cara adelantados, un pie algo atrás, el culito en alto, y una mirada burlona que dejaba a su interlocutor sin saber si hablaba en serio o bromeando. Era menuda, de pies y manos pequeños y unos cabellos, ahora negros en vez de claros, sujetos con una cinta, que le llegaban a los hombros. Y aquella miel oscura en sus pupilas.”

      Tal como dice el dicho, los opuestos se atraen, ya que los enamorados no pueden ser más diferentes entre sí, al punto de que mirado desde cierta perspectiva viene a ser el varón quién en realidad ama con todo su ser, mientras que la dama nunca llega a abrazar la entrega total por el otro.  En este sentido bien se podría decir que lo papeles se invierten en la obra, de lo que ante un visión sexista se esperaría de la supuesta conducta de cada género en un romance: Ya que acá es el varón el emocional y quien cede a los caprichos de su objeto amoroso, pese a que los acontecimientos nos dicen que no vale la pena amarla con tal intensidad; puesto que en cambio la fémina, se comporta como alguien  más bien pragmático y que utiliza a los hombres para escalar hacia su idea de la realización personal (en otras palabras, es lo que muchos llamarían una perra o una zorra, ya que al parecer es incapaz de corresponder a su “príncipe azul” y hace lo que quiere con él). En todo caso este tipo de personajes femeninos, que juegan con aquellos a los que seducen, es ya todo un leiv motiv en la literatura y claramente viene del Romanticismo, a través del estereotipo de la femme fatale (de hecho, tal como la palabra viene de un concepto francés, buena parte de la historia transcurre en Francia, específicamente en París, donde la Niña Mala hace y deshace a su antojo y luego lleva su juego a otras latitudes del mundo).


      Teniendo en cuenta que esta novela comienza en plenos años cincuenta, un periodo más o menos tranquilo para el convulso Perú, luego se traslada a la época de la Revolución Comunista y de los hippies en los sesenta, cuando los protagonistas están entrando en la segunda década de su vida.  Es aquí que el Vargas Llosa cronista de un periodo importante del pasado inmediato, nos transporta a este mundo lleno de contrastes, con sus ideologías rupturistas e idealismos.  Teniendo en cuenta que el propio autor en su juventud abrazó el marxismo y luego terminó por desencantarse de este (tal como nuestro escritor nacional Roberto Ampuero), no deja de faltar una mirada ácida hacia los defensores de todo esto; y sin embargo, aun así es capaz de entregarnos a uno de esos tantos personajes carismáticos heroicos a su manera, en la figura del amigo revolucionario que conoce en París el narrador-protagonista (siendo este el primero del importante desfile de amistades que le conoceremos, a lo largo de los distintas etapas de su vida que nos cuenta en estas páginas). 
     La historia de Perú, la misma patria del novelista (también con una destacada carrera política en dicha nación), también tiene su lugar en el texto.  Pues acá vamos conociendo los vaivenes por los que pasa el otrora poderoso imperio inca, ahora sometido a los avatares producidos por los poderes fácticos tal como bien ha pasado en muchos países latinoamericanos a partir de la segunda mitad del siglo XX.  Luego, se puede leer entre líneas la propia posición de Vargas Llosa frente al destino de su cuna y en especial con los hombres que han ostentado el control de la nación. 
     Cada capítulo de la novela hace referencia a la valiosa fraternidad que se describe en dichos apartados, siempre tratándose de una persona caracterizada como alguien diferente a quien le precedió y pese a todo verdaderos ejemplos de personas nobles y leales (a falta del amor de una mujer gentil, buenas son las amistades de gente notable).  Es así que luego del revolucionario, nos encontramos con un hippie artista (un pintor para ser más precisos) un intérprete políglota, un matrimonio con un hijo adoptado vietnamita supuestamente mudo y una bella muchacha diseñadora de escenarios para obras teatrales; a cada uno de ellos se le dedica un capítulo especial y en el que se profundiza en el papel de todos estos en la vida del eterno enamorado de la llamada Niña Mala, convirtiéndose sin dudas en parte esencial del crecimiento personal de este hombre.  Las 3 primeras relaciones amistosas terminan en tragedia, que buena parte de la novela está llena de ese tono doloroso propio de las grandes historias de amor que tanto quiso honrar Vargas Llosa; sin embargo, las dos últimas demuestran que en la vida también hay alegría, pese a las desdichas, puesto que el amor (que tiene muchas formas) siempre resulta ser mucho más poderoso que las barreras que nos ponemos a nosotros mismos y logra subsanar cualquier cosa. 
      Otro elemento destacable en la novela viene a ser su marcado erotismo, relacionado, por supuesto, con cada uno de los encuentros entre ambos amantes.  Por lo tanto la narración se detiene bastante en ello, algo que por lo que tengo entendido ya había estado presente en anteriores libros de su autor y que aún no leo, correspondientes a Elogio de la Madrastra (1988) y Los Cuadernos de Don Rigoberto (1997).  Y sin embargo, pese a la personalidad utilitarista de la mujer, queda claro que es través de su entrega al Niño Bueno, que se manifiesta incluso en la carnalidad del acto sexual su verdadero afecto hacia este.

      
        “Y, sin más, con la misma naturalidad con que hubiera encendido un cigarrillo, abrió las piernas y se tendió de espaldas, con un brazo sobre los ojos, en esa inmovilidad total, de concentración profunda en que, olvidándose de mí y del mundo circundante, acostumbraba sumirse a esperar su placer. Tardaba siempre mucho en excitarse y terminar, pero esa noche tardó todavía más que de costumbre, y, dos o tres veces, con la lengua acalambrada, debí parar unos instantes de besarla y sorberla. Cada vez, su mano me amonestaba, tirándome de los cabellos o pellizcándome la espalda. Al fin, la sentí moverse y oí ese ronroneo suavecito que parecía subirle a la boca desde el vientre, y sentí el encogimiento de sus miembros y su largo suspiro complacido. «Gracias, Ricardito», murmuró. Casi de inmediato, se quedó dormida. Yo estuve desvelado mucho rato, con una angustia que me estrujaba la garganta. Tuve un sueño difícil, con pesadillas que al día siguiente apenas recordaba.”

       Asimismo no se puede dejar de mencionar la presencia de un oscuro amante en la vida la Niña Mala, quien siguiendo los parámetros maniqueos es graficado como un ser repulsivo en todo orden (física, psicológica y espiritualmente).  No obstante una persona tan desbalanceada como la protagonista, en vez de aceptar el amor incondicional de su amante de años, opta por convertirse en una posesión más de este pelafustán; con ello se evidencia más sin duda aquello de que “El Corazón del hombre es un camino pedregoso”  (parte de un diálogo de la adaptación fílmica de Cementerio de Animalesde Stephen King y que la verdad no sé si aparece como tal en la novela, que solo la leí de adolescente).  El descenso a los infiernos por el que pasa la dama recuerda al de las viejas historias grecolatinas, luego interviniendo su eterno amante, quien como el Orfeo del mito, baja al mundo de sus miserias para rescatarla.  La verdad es que la Niña Mala no es alguien malvado, pese a la forma de cómo utiliza y luego desecha a los que han caído en sus redes, pero teniendo en cuenta más que nunca estos antecedentes y lo que pasa luego de su “caída”, cuesta simpatizar con ella (conocida es la admiración del autor hacia la obra maestra de Gustave Flaubert, titulada Madame Bovary, a la que le dedicó un famoso ensayo; es así que se podría decir que Travesuras de la Niña Mala es su homenaje a esta obra más antigua, al convertir a su Niña Mala es una especie de encarnación de esta mujer materialista y egoísta).
      Tampoco se puede dejar de lado la relevancia que se le da en la novela a la familia, como otro importante cimiento en la vida de los seres humanos.  Ello se presenta a partir de figuras como la tía que acoge a tierna edad al protagonista, luego de la accidental muerte de sus padres; con posterioridad aparece un tío con el cual llega a entablar un estrecho lazo, ya en su adultez; y, por último, nos encontramos con la intervención de un sobrino, ahora en su madurez…Cada uno de estos les dan otra muestra al Niño Bueno,de que no está solo en el mundo.  De igual manera la familia compuesta por sus dos amigos y el niño mudo, dan otras muestras del poder que hay en tan importante institución, donde no es la sangre lo que une a la gente, sino que la devoción y la comunicación entre sus miembros.  Es por esto mismo, que cuando para impacto del narrador-protagonista y de los lectores aparece nada menos que el padre de la Niña Mala, queda claro que alguien sin raíces como ella, es obviamente alguien incompleto e infeliz.
        El emotivo final de esta obra es sin dudas memorable, quizás “cebollero”, aunque, sin dudas, va en consonancias con el tono melodramático con el que quiso insuflar a su novela Mario Vargas Llosa.




Mi segunda vez en las Elecciones Presidenciales en menos de un mes.

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        El pasado 19 de noviembre Chile estuvo en otra de sus históricas votaciones, para elegir a quién nos liderará como país en los próximos 4 años.  Eran un montón de candidatos a por el Sillón Presidencial y  a mí en mi ignorancia (y casi apatía política), me sobraban dedos de una mano a la hora de conocer a esas personas.  Asimismo ese día también nos tocaba elegir a unos cuantos parlamentarios, razón por la cual no se veía fácil la tarea.  Por otro lado, por primera vez en mi vida tuve la certeza de que ya era hora de sumarme a un evento como este, así que ahora tenía seguro de que me correspondía votar, acto que realicé con convicción y del cual me sentí orgulloso.
       Pese al compromiso de millones de compatriotas que votaron aquel domingo, la contienda se venía difícil y al final quedaron los dos candidatos en la lista más populares, que en todo caso ninguno de ellos superaba con creces a sus rivales.  Fue así que quedó establecido una segunda vuelta, a efectuarse hoy mismo con todo el calor de estas fechas, cuando mucha gente solo piensa en las compras navideñas, que estamos solo a una semana de esa festividad.  Así que ahora había que luchar con mayor razón por quien a uno le parecía ser la persona correcta, haciendo valer más que nunca el voto, puesto que esta vez era solo una y otra opción (y ambas bien distintas entre sí, por responder cada uno de sus nombres a partidos políticos por completo diferentes y a posiciones contrarias: las llamadas Derecha,en el caso de Sebastián Piñera y la Izquierda, bajo la figura de Alejandro Guillier).  Más encima quienes no votaron por uno de estos dos en el pasado noviembre, tienen aún más complicado el asunto (o tal vez no) a la hora de seguir los consejos de sus antiguos candidatos de quién apoyar, que esté más cerca de su propia visión.  Al menos en mi caso, nunca dudé de que el mejor es el representante de izquierda y proveniente del Partido Comunista, Alejandro Guillier, así que no me vi metido en ningún conflicto de interés.
      Mis amigos Galpincheros, estuvieron las últimas semanas tratando de convencerme para que fuese “apoderado” en alguna de las mesas de votaciones, para cuando se contaran los votos.  De nuestro grupo la mayoría aceptó el llamado, que tan comprometidos son ellos con esto del deber cívico.  Bien por ellos, pero a mí nadie me quita mi derecho a descansar, luego de una semana laboral (y hasta una siesta me dormí y ahora mismo escribo estas palabras para “inmortalizar” este día en el Cubil).  Si me demoré más de dos décadas en decidirme a votar, tal vez en la mitad de años me convenzan a serlo en el futuro, je.
      Poco antes de irme a mi local de votación (el mismo colegio del cual les había hablado en mi anterior post), salió la idea de ir con mi sobrinito Amilcar.  Le pregunté a mi regalón si me quería acompañar y este no dudó en hacerlo.
-          Supongo que vas a votar por Guillier- Me dijo el chiquillo de solo 8 añitos y tan claro como el agua- Por supuesto influenciado por su papá, bastante “comunacho” él.
-          Por supuesto- Le respondí.  Y luego: Vamos a irnos juntos en la misma micro con la Nina (como llama a mi mamá, su abuela), pero ella se baja antes, que le toca en otro colegio.
-          ¿Y ella también va a votar por Guillier?
-          No, la Nina es porfiada, lo hará por Piraña.
-          ¿Piraña? ¿No será Piñera?
-          El mismo, que así le dicen, porque se quiere comer todo.  Así que dile a la Nina que haga caso y vote por Guiller o si no ningún regalo va a recibir para Navidad.
-          ¡Ya po´, Nina, tenís que votar por Guillier!
     Amilcar estaba muy entusiasmado con lo de ir conmigo a votar, que además esta experiencia le sirve para desarrollar su espíritu cívico (además así les demuestro a mis amigos que no solo en materia de ñoñerías lo “educo”, que por supuesto quiero que crezca feliz como una persona de bien e integral).  Una vez frente a la mesa que me tocaba (más encima la número 12, un número cabalístico que no me di cuenta antes del buen augurio que representaba para mí) y luego ambos juntos en la cabina, mi niño quiso votar en mi lugar; cosa que en todo caso no lo dejé, aunque según él sabía hacerlo.  Eso sí, me ayudó a sellar el voto.
      Me gustó mucho hacer esto con Amilcar, algo distinto y a la vez significativo en todas las cosas que hemos compartido, desde que paso tanto tiempo con él.
       Ahora solo queda esperar a que las horas pasen y se sepa quién ganó.  Solo hay que pedirle a Dios que en cualquiera de los dos casos, todo sea por un Chile mejor que nunca.


El increíble regreso de Frank Castle a Netflix.

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      Luego de su emotiva y memorable introducción dentro de la segunda temporada de Daredevilel año antepasado, gracias a Netflix, todo el mundo se quedó esperando la prometida serie propia dedicada al antihéroe conocido como el Castigador.  El deseo de muchos pudo ser cumplido hace un mes atrás exactamente, cumpliendo sin dudas con todas las expectativas y demostrándonos además que tras el impase de Puño de Hierroy haber remontado con Los Defensores, con su show sobre el vigilante (¿O justiciero?) de la calavera, Netflix nos entregó lejos el mejor de sus productos Marvel de este 2017 que está ya por terminar.
     El argumento retoma a su protagonista viviendo en el anonimato tras su participación  en el programa sobre el Diablo Guardián, quien ha sido dado por muerto y ahora trabajo como un silencioso obrero de la construcción.  Es así que lo vemos llevando una frondosa barba que lo hace irreconocible y más encima debido a su mutismo, como alguien considerado entre sus colegas como un minusválido mental.  Sin embargo la llegada de un más joven (y hasta cierto punto inocente) trabajador de origen latino, quien cae en las redes de un grupo de facinerosos empleados de la misma empresa, vuelve a sacar a flote al Frank que tanto amamos.  Todo esto y más ocurre en el prometedor primer episodio, que acaba dándonos momentos en los que la adrenalina y la emoción en general quedan como un elemento importante dentro de lo que viene a ser este programa; por otro lado, la violencia perpetrada por los mismos villanos a los que se enfrenta el personaje, así como la misma usada por este (que en su caso no deja de hacer que el público caiga en la tentación de aceptar sus métodos tan drásticos) no deja de resaltar en la pantalla. 
      Pese a todo lo que nos muestra el primer capítulo, que sirve además para ubicarnos dentro de su actual vida al protagonista (convertido en todo un solitario y aún atormentado por sus demonios internos), resulta “engañoso”; puesto que la historia representada en el piloto es tan solo la antesala de lo que vendrá más adelante y donde los villanos de pacotilla a los que se enfrenta aquí el Castigador, en realidad nada son comparados con los criminales que más adelante saldrán.  El socorro entregado al joven latino que hace Frank en este potente capítulo, tiene como importancia no la consolidación de una nueva amistad, aunque sí el llamado a que vuelva a despertar el vengador que hay en Castle.
       Por otro lado, se nos van presentando los nuevos personajes que tendrán su rol destacado en el show, algunos de ellos ligados al pasado de Frank y otros a los que recién conocerá, cuyos destinos se unirán inexorablemente al suyo.   De igual modo nos reencontramos con alguien tan querible como la periodista Karen Page, ex secretaria de Matt Murdock (Daredevil) y pareja de este y a la que conocimos en la serie sobre el Diablo de Hell´s Kitchen; es así que la amistad entre estos dos, queda expresada aún más en los acontecimientos de la serie, con grandes ejemplos de lealtad, en lo que viene a ser una destacable muestra sobre el valor de la fraternidad entre personas de distinto género sexual. 
       No se puede ignorar la detención que hacen los guiones en el pasado de Castle, saltando en el tiempo más allá de la conocida tragedia familiar que lo movió a convertirse en el Castigador.  De este modo se nos presenta su estadía dentro de una fuerza de elite militar en Afganistán (resulta incierta más o menos la época en la que transcurre esto), dándonos importantes antecedentes acerca de la inclinación hacia la violencia del protagonista y sin embargo dejando claro su código ético y fuertes principios, que pese a su faceta más oscura lo caracterizan como un hombre de fiar y sin dudas con una enorme capacidad de amar.  Es entre estos otros hombres de armas que nos encontramos tanto con más personas de fiar, como con otros retorcidos con los que luego se volverá a codear el vigilante.
       Aparte de los altos niveles de violencia gráfica presentes en sus escenas, que no se veían desde Daredevil, debe destacar además cierto grado de erotismo que en todo caso no tiene relación con el mismo Castle, sino que con un par de los personajes secundarios (dejando más que claro de que no estamos hablando de una producción familiar, basada en cómics, como se podría considerar a The Flash).  Tampoco se puede olvidar que esta es la primera de las producciones de Netfix en la que no aparece el carismático personaje de la enfermera Claire Temple (¡Qué para que les voy a mentir, igual se echa algo de menos en escena!), aunque como ya se dijo reaparece otra vieja conocida, así como también nos volvemos a encontrar con otro personaje de antaño (adivinen cuál).
       La trama de esta primera temporada atiende a dos tipos de enemigos a los que debe enfrentarse Frank.  Por un lado tenemos a un “terrorista principiante” (por llamarlo de una forma sin querer caer en el spoiler), quien sin ser en realidad alguien malvado, pero sí una persona desequilibrada mentalmente, en sus motivaciones nos recuerda en algo al propio  Castle: pues ambos son fruto de la violencia que los marcó mientras sirvieron al país como soldados y luego tras el dolor que cada uno pasó, convirtieron sus mortales habilidades en un medio para defender su idea de justicia.  Sin embargo, el peor mal encarnado en seres humanos “sin poderes” al que debe hacerle frente nuestro antihéroe, viene a ser uno conformado por una serie de inescrupulosos ligados al propio pasado de Frank, cuyas iniquidades quedan descubiertas, siendo que además se valen de su posición como supuestos hombres correctos.  Este último enfrentamiento se ve complicado, cuando nos encontramos con un viejo tema que tantas grandes historias nos ha dado: la traición. 
       Si bien las actuaciones de cada uno de los actores que aquí participan resultan bastante notables, no se puede menospreciar la labor emprendida por John Bernthal y quien como Frank Castle/el Castigador, consigue darnos un trabajo que sin dudas supera a su primera participación como este popular personaje de los cómics.  Es así que el artista no solo logra dar con el tipo físico ideal para interpretar este complicado papel (dueño de una presencia física notable que se esperaría de un Frank de carne y hueso, sin menospreciar lo hecho con notoriedad antes por el guapo y aún mejor actor Thomas Jane o Ray Stevenson, tampoco para nada despreciable en su versión de este), si no que demuestra tener el talento suficiente como para darnos a un Castigador que no solo es hábil en las escenas de acción, también es capaz de dar toda una gama de emociones (del humor, a la congoja e incluso a la ternura, por mencionar solo algunas).
       Por otro lado, como es costumbre en estas producciones marvelitas de imagen real hechas por Netflix, se realizó un hermoso título de créditos de apertura y que como era de esperar en este caso no deja de estar en tono con la estética y la temática propia de su protagonista: el color negro y las armas de fuego, más el ícono de la calavera.  A ello va el tema musical compuesto por Taylor Bates, artista bastante ligado a las adaptaciones de cómics de los últimos años, con trabajos destacados como sus bandas sonoras para Watchmeny las dos cintas de Guardianes de la Galaxia; el que además se encargó del resto del acompañamiento musical de esta serie y quien creó un tema de reminiscencia del spaguetti western para los créditos de apertura, que sin dudas hacen referencia  a los constantes duelos con armas de fuego que aquí aparecen (siendo el primer músico con varias destacadas partituras hollywoodenses a su haber, llamado por Netflix para sus versiones de la Casa de las Ideas).
       Algunos de los demás personajes que aparecen en esta potente primera temporada, que por supuesto termina con la promesa de que lo mejor aún está por venir, corresponden a:

David Lieberman / Micro: Genio de las computadoras y de las telecomunicaciones, es un hombre que como Frank tuvo que simular su muerte tras caer en las mismas redes de los villanos y a los que luego se vuelve a enfrentar, una vez convertido en el primer aliado del Castigador.  En esta versión es un hombre de familia con dos hijos y una preciosa (y sexy) esposa, a los que tuvo que renunciar para llevar a cabo su venganza, camino que comparte con Castle.  Micro es un personaje destacado en los antiguos cómics del vigilante, llevando largo tiempo como socios, hasta que lamentablemente la relación entre los dos se reciente separándolos por completo (a ver si más adelante se atreven a representar su ruptura en alguna futura temporada, si bien sería triste, por cómo lograron detallar la amistad entre ambos hombres).
Billy Russo: El mejor amigo de Frank durante su etapa en la milicia, es un hombre guapo que en la actualidad es el exitoso dueño de un cuerpo militar privado.  Se entera de que Castle está vivo no de inmediato y le ofrece trabajar para él.  Bajo la fachada de hombre amable, se esconde la de un sujeto con varios esqueletos en el armario, quien en el transcurso de la temporada da varias desagradables sorpresas.  Tal como Micro, tiene su origen en los cómics clásicos del Castigador, si bien su desarrollo en las viñetas lo aleja bastante del otro.
Curtis Hoyle: Otro viejo compañero de Frank de los tiempos en Afganistán, pero cuya vida en la actualidad ha tomado un camino por completo diferente al de Russo y Castle, ya que ha optado por trabajar junto a otros veteranos ayudándolos a superar sus cicatrices emocionales y espirituales, tras tanta violencia en el frente.  Este sujeto que perdió una pierna en batalla, es en quien más confía entre sus amigos el protagonista.  En los cómics del Castigador hay alguien que se llama como él, pero su caracterización en para nada se parece a la que este Curtis posee en la serie.
William Rawlins: También salido de los cómics del Castigador, es acá uno de los principales villanos contra quien debe luchar Frank.  Se trata de un individuo que acostumbra abusar de su poder en la posición en la que se encuentra, sin importarle a quienes pasa a llevar para conseguir beneficios personales.  Tiene rencillas personales con Castle, desde la misma época de ambos trabajando para las fuerzas armadas de USA; de modo que cuando los caminos de ambos se vuelven a cruzar, la confrontación entre ambos no puede ser más personal.
Dinah Madani: Idealista joven agente del Departamento de Seguridad de USA de origen árabe, quien se cruza en el camino del Castigador, al que primero ve como un criminal peligroso al que debe capturar; no obstante, todo se complica cuando se da cuenta de que el verdadero enemigo es otro, aliado más encima con gente de la misma calaña.  De este modo termina por unirse a Frank en su misión de atrapar a los mismos criminales.
Sam Stein: Compañero de Madani, por quien siente una atracción no correspondida, si bien al final el respeto y la amistad mutua es mayor a su decepción.  Tan valiente como la dama, aunque no tan ágil como ella, le otorga a la trama una buena cuota de dramatismo.  Destacable es, además, que un personaje judío como este tenga un lazo fraterno tan estrecho con alguien como Dinah, de modo que se resalte sin caer en panfletismos como los de Spider-Man: Regreso a Casa, que gente de distintas culturas (y más encima 2 tan opuestas como las que ambos pertenecen) pueden llevarse bien sin problemas algunos.



                                                         La genial intro de este programa.

Descubriendo a otro maestro actual de la narración (primera parte).

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      Hace rato que tenía pendiente leer algo sobre José Saramago, importante autor portugués ganador del Premio Nobel de Literatura en 1998, ya que desde que me vi hace años la adaptación de la que tal vez sería su novela más famosa, Informe sobre la Ceguera (1995), enganché con su historia y me nació el interés por adentrarme en su narrativa.  Harto ha pasado desde entonces y tan solo en el transcurso del mes pasado, recién me vine a leer el mencionado texto, gracias a que me compré en oferta una preciosa edición de Copec del libro en cuestión.
      La verdad es que nada sabía de este señor, por quien ahora siento mucho respeto y por el cual a futuro bien deseo tener otras obras suyas y gozarlas tanto como fue con el título mencionado.  Aparte del preciado galardón que recibió, nada más sabía de este señor, así que me puse a googlear para aleccionarme al respecto y poder contarles unas cuantas cosas de su vida e impresiones mías, antes de irme de lleno al comentario personal sobre su novela leída.
     Nacido el 16 de noviembre de 1922 en Portugal, se dedicó no solo a la novelística, sino que también al teatro, la poesía, el ensayo, el relato corto, la narrativa infantil y juvenil y destacó además en el periodismo, pues por años trabajó para diversos periódicos (siendo posteriormente recopilados varias de sus crónicas en diversos tomos); de igual manera incursionó en la blogósfera, habiendo dos libros que reúnen muchos de sus posts.
      Como muchos artistas de fuertes convicciones políticas de izquierda, era comunista y ello le traje en un determinado momento de su existencia problemas con el gobierno dictatorial de António de Oliveira Salazar, sufriendo como muchos intelectuales de oposición censura y persecución.  No obstante la vida es justa, y Saramago le sobrevivió por décadas y se hizo un hombre de connotación internacional, algo que no se puede decir de sus enemigos.
     Al revisar su biografía y su enorme lista de obras, me llaman la atención 3 detalles que para nada son insignificantes:
      Primero: Le concedieron el Nobel recién en una fecha que podría parecer bastante tardía, ya cuando contaba con más setenta años, a una edad que no deja de ser avanzada, si bien pudo disfrutar de tal distinción durante más de una década (falleció el 18 de junio de 2010, a los 87 años).  Y escribió de manera continua y publicando aún después de que la Academia Suiza se fijó en él.  Supongo que un reconocimiento como este considera una larga vida dedicada al arte de la palabra, lo que de seguro implica tener a cuestas largo tiempo creando obras de este tipo, de indiscutido valor literario, algo que de seguro los encargados del nobel lo verían solo destinado a verdaderos veteranos (en vez de premiar a maestros más jóvenes, potenciando así la valoración de su trabajo, algo que por mi parte considero que no sería malo).  
      Segundo: En el plano religioso era ateo y sin embargo una de sus obras más importantes viene a ser El Evangelio según Jesucristo (1991), novela con la que incursionó por segunda vez en la narrativa histórica (luego de Memorial del Convento, 1982) y más encima, tal como dice su nombre, adentrándose nada menos que en los tiempos de Jesús.  Pues esta obra le trajo más de una polémica, en especial de ciertos sectores cristianos que consideraron su trabajo como una verdadera ofensa a la figura del Hijo de Dios (más adelante otros trabajos suyos también molestarían a los más acérrimos inquisidores).  Ahora bien, Saramago no fue el único comunista ateo que realizó una ficción acerca de Cristo, ya que el cineasta italiano Pier Paolo Passolini hizo El Evangelio según San Mateo (1964), considerada una de las cintas más hermosas sobre el Nuevo Testamento.  Y es que por mucho que varios prejuiciosos detractores al comunismo crean que esta ideología es por completa opuesta a las enseñanzas de Jesús, muchos de sus simpatizantes lo consideran como una figura de respeto, por sus principios bastantes cercanos a su propia posición (sin olvidar que también hay marxistas católicos, aunque parezca increíble).  Asimismo antes de Saramago, otro genio de la literatura, Robert Graves (el mismo de esas joyitas que son Yo, Claudio y El Dios Claudio y su esposa Mesalina) escribió Rey Jesús (1946) otra fantasía histórica en torno al Mesías, que también tuvo su grado de querella, de modo que al volver a Saramago podemos ver que este , ya sea consciente o inconscientemente, recoge en su título una visión más humana del personaje, siguiendo una tradición que lo más probable que otros narradores la hayan tomado también para sus obras.  La verdad es que apenas he querido adentrarme en el contenido de la novela de Saramago, que mucho deseo adquirirla para disfrutarla en un futuro cercano.
      Tercero: Revisando su lista de libros, me he dado cuenta con mucha alegría de que no solo Informe sobre la Ceguera lo acerca la misma ciencia ficción (claramente uno de mis subgéneros favoritos), sino que a lo largo de su carrera el escritor demostró un verdadero interés por las ficciones de tipo extrapolativo, de modo que varios de sus otros textos están a camino entre la fábula para adultos, la misma fantasía histórica o la narrativa maravillosa.  En todo caso, muchos de estos títulos no dejan de ser una reflexión y una crítica mordaz a varios males de la sociedad actual, con una evidente tipología de los héroes y villanos que encontramos en el mundo real, todo disfrazado bajo una ingeniosa fantasía narrativa.  Es así que en El año de la muerte de Ricardo Reis el protagonista se encuentra con el espíritu del poeta Fernando Pessoa (1984).  En tanto que en La Balsa de Piedra (1986) juega con la hipotética idea de una Península Ibérica, que debido a un cataclismo se desprende del resto de Europa y comienza un viaje junto a sus millones de habitantes a lo largo del planeta.  En cuanto a Historia del cerco de Lisboa (1989) trata en parte el tema de las realidades alternativas o ucronías, al contarnos acerca de una versión diferente a los hechos históricos, sobre la negación de los cruzados en ayudar al rey de Lisboa durante unos conflictos armados en plena Edad Media.  Todos los Nombres (1997) nos muestra otra de esas pesadillas kafkianas en las que su personaje principal trabaja para un asfixiante Registro Civil y se enamora/obsesiona de una mujer a la que ni siquiera conoce.  Mientras que La Caverna (2000) es otra obra que nos muestro un mundo muy parecido al nuestro y que se acerca a la idea de la antiutopía.  Por medio de El Hombre Duplicado (2002) aborda el tema del doppelgänger, el doble, tema bastante popular en la literatura (asimismo esta novela fue llevada al cine en 2013, por el director  Denis Villeneuve, bajo el nombre de Enemy y con estrellas de la talla de Jake Gyllenhaal e Isabella Rossellini).   Quizás aún mucho más impactante puede llegar a ser el elemento fantástico de Las Intermitencias de la Muerte (2005), libro en el cual nada menos que en Año Nuevo la gente deja de morir y luego de la respectiva euforia ante la supuesta buena noticia, las consecuencias de este hecho complican a la comunidad que se ha encontrado con los percances que esto puede atraer.  Su última obra publicada en vida, Caín (2010), retoma el tema religioso por un hombre ateo como él, pero que a lo largo de su existencia y de bibliografía, se puede evidenciar su preocupación por los grandes temas humanos, que sin dudas lo acerca a lo que se espera de un creyente: la fe en lo mejor del ser humano y como bien queda demostrado en la novela Ensayo sobre la Ceguera,de la que dentro de poco escribiré.  Volviendo a Caín, este título recoge al “primer asesino” de la historia según la Biblia y haciendo que este tras su fratricidio, lleve su vida errante de castigo a través del tiempo, llegando a conocer a otros personajes bíblicos. 


Último post del año/post N° 100 de 2017.

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Junto a mis regalones Brunito y Amílcar.








     Se suponía que la última entrada en el Cubil en este año que está por acabar en un rato más, iba a ser el que aún tengo incompleto acerca de la tercera temporada de The Flash (y que así como voy, será el primero del 2018) o el texto sobre Informe sobre la Ceguera de Saramago, que hace rato tengo ideado en mi cabeza…No obstante una vez más mi “agitada” vida personal y profesional me han tenido demasiado ocupado, así que me he visto obligado a cambiar mis planes y para cumplir al menos con un post de finalización de año, he optado por escribir estas otras palabras.
      Antiguamente tenía la costumbre de comenzar cada nuevo año con un post en el que revisaba mi vida durante el año que le precedió, no obstante por obsesiones mías me pareció que me trajo “mala suerte” en materia laboral y dejé de hacerlo.  Esta vez he preferido invertir los elementos a manera de cábala y hacer otra cosa: Revisar la productividad del blog en lo que consistió este bello (para mí) 2017.  Vamos dándole:

1- Algunas personas me preguntan cuántos libros me he leído en mi vida o cuánto me demoro en terminar uno (pregunta que solo me la hacen aquellos que claramente no tienen el hábito lector o no leen textos con un propósito de gozo estético), a lo que siempre les respondo en el primer caso que ni idea o que todo es relativo, pues depende del grosor del tomo y del tiempo que le doy a sus páginas.  En todo caso hace un rato que se me ocurrió revisar gracias a los post que dedico a mis lecturas personales, la cantidad exacta de títulos que disfruté este año y aquí va: nada menos que 20 tomos  y que corresponden en orden cronológico a…

·        El Juego de las Maldicionesde Clive Barker (mi lectura literaria playera de este año).
·        La Suma de los Díasde Isabel Allende (mi reencuentro luego de un bienio más o menos con esta dama de las actuales letras nacionales).
·         El Club de los Negocios Rarosde G. K. Chesterton (la confirmación de que este señor es sin dudas todo un maestro en la narrativa).
·         Ray Harryhausen.El Mago del Stop-Motionde Carlos Maroto (un precioso ensayo acerca de este genio del séptimo arte, que compré un hermoso día en una de mis salidas veraniegas con Amilcar).
·         El Amor en los Tiempos del Cólerade Gabriel García Márquez (y que por fin pude disfrutar tras tanto tiempo en deuda con tal libro).
·         El Exorcistade William Peter Blatty (otra obra maestra, esta vez del género del terror, a la que ya bien crecidito por fin le hinqué el diente).
·         El Ángel Caídode William Hjortsberg (un descubrimiento narrativo de esos que se agradecen a Dios y que también por años tuve en carpeta).
·         11.4 Años Luzde Nicholas Avedon (obra de ciencia ficción española, que su mismo autor tuvo la gentileza de mandarme de regalo desde su lejana tierra).
·         Adiós Mariquita Lindade Pedro Lemebel (otro reencuentro con un querido artista compatriota).
·         Ygdrasilde Jorge Baradit (la primera novela publicada del polémico escritor nacional que se las da de opinólogo y que sin embargo me gustó como el resto de sus obras).
·         El Último Tango de Salvador Allendede Roberto Ampuero (una emotiva novela que me llegó bastante y que provocó el aparente quiebre de mi amistad con otro Roberto).
·         Pies de Barrode Terry Pratchett (perteneciente a la extensa saga del Mundodisco, fue mi grato regreso a esta serie de novelas que tanto amo).
·         El Bazar de los Malos Sueñosde Stephen King (mi lectura literaria de vacaciones de invierno y otra colección de relatos de mi autor favorito que adoré).
·         Harry Potter y el Legado Malditode J. K. Rowling (un grato reencuentro más con una saga y una autora muy preciadas por mí).
·         El Tapiz del Vampirode Suzy McKee Charnas (un libro que compré el último día de vacaciones de invierno y que desde niño quería tener y gozar y que ahora por fin disfruté).
·         El Problema de los 3 Cuerposde Xixin Liu (mi primer vistazo a la literatura china y más encima de ciencia ficción).
·        La Isla del Tesorode Robert Louise Stevenson (otro texto con el que tenía una deuda desde largo rato y que me dejó claro que es un placer leer a su autor).
·         El Sabueso de los Baskerville(mi regreso a los textos originales del gran Sherlock Holmes, que también por años estuve relegando hasta ahora).
·        Travesuras de la Niña Malade Mario Vargas Llosa (mi más reciente lectura del Nobel peruano y que me dejó claro que debo leer más de él).
·         Informe sobre la Ceguera de José Saramago (el feliz descubrimiento de otro autor de peso al que tener en cuenta).

Con mi mamita.

      Se suponía que el último libro del año sería El Camino de los Reyes de Brandon Sanderson, no obstante sus casi 1200 páginas, sumado a que comencé a leerlo demasiado tarde y a otros intereses míos, hará que al final sea el primer libro terminado (que no empezado) en este 2018 que se avecina.  En 2016 comencé la novela 4.5 de la saga de La Torre Oscura de King, El Viento en la Cerradura, pero no lo pongo en el listado de más arriba, pues como ya dije el inicio de su lectura corresponde a otra época.
      Las lecturas, entre las que supongo como ya quedó claro no incluyen el montón de cómics que tuve en mis manos y que solo pocas veces detallo en mi página, corresponden a lo siguiente:

·         2 colecciones de cuentos (el de Chesterton y el de King).
·         5 libros concernientes al género del terror, el que más me gusta, si bien uno de ellos (El Bazar de los Malos Sueños incluye textos de otros géneros) y otro puede considerarse como una serie de 5 novelas cortas conectadas (El Tapiz del Vampiro).
·         3 novelas de ciencia ficción (las de Avedon, Baradit y Liu, en lo que viene a ser una mirada completamente lejana a la literatura anglosajona que leo generalmente de este género).
·         4 libros de autores nacionales (la Allende, Lemebel, Baradit y Ampuero).
·         2 autores latinoamericanos que no sean chilenos (García Márquez y Vargas Llosa).
·         3 premios Nobel de Literatura (García Márquez, Vargas Llosa y Saramago).

      Podría seguir haciendo un desglose como el de arriba, pero esto no terminaría nunca. Todos los libros me gustaron bastante, habiendo, por supuesto, algunos que me fascinaron por completo.  Para el año que viene ya tengo varios títulos en cola y uno de ellos es uno muy esperado: el nuevo libro de mi queridísimo amigo Miguel Acevedo, que corresponde a su homenaje particular a Lovecraft… ¿Para cuándo llega tu título, compadre? Espero sea en enero, para que sea mi primera verdadera lectura literaria de 2018.

2- Este año se estrenaron nada menos que 7 filmes basados en cómics de superhéroes.  3 de DC y el resto de Marvel.  Hay quienes no incluyen en este listado la cinta animada de Lego de Batman, que a mí me gustó demasiado. A cada cinta le dediqué su respectivo post y en ellos dejé consignado mi opinión, que bien pueden leer cuando gusten.  Hubo gratas sorpresas, siendo que tanto DC como Marvel sorprendieron gratamente con películas que bien pueden ser consideradas como verdaderas obras de arte, que incluso van más allá de los propósitos de entretener y ganar millones.  Pues tanto Logancomo La Mujer Maravillason títulos notables, que a un servidor le sacaron más de una lágrima.  Por otro lado, ambas propuestas comiqueras hollywoodenses por separado, tuvieron sus propios fiascos (o al menos que para un veterano lector de historietas como yo resultaron decepcionantes): Spider-Man: Regreso a Casade la Casa de las Ideas yLiga de la Justiciade DC.  Por otro lado, como acostumbra hacer Disney con sus producciones marvelitas, Guardianes de la Galaxia Volumen 2y Thor: Ragnarokno pueden ser más divertidas y sin dudas están entre los grandes estrenos comiqueros de este 2017.  Ahora solo queda esperar lo que se viene respecto al tema en el 2018, que ojalá no hayan decepciones como las mencionadas.

3- Y en materia de séptimo arte también, aunque en esta ocasión concerniente a adaptaciones de libros y más encima de mi escritor predilecto Stephen King, se concretaron los estrenos de nada menos que de 4 filmes basados en libros suyos.  Estos corresponden a 2 largometrajes para el cine, La Torre Oscurae It, primera parte; la esperada y tanto tiempo aplazada versión audiovisual de la gran saga de King, es sin dudas todo un fiasco, mientras que la más “humilde” visión de uno de los libros más famosos del autor, no puede ser más gratificante.  En cuanto a los dos títulos realizados por Netflix, El Juego de Geraldy 1922son verdaderas joyas de calidad cinematográfica.  Tengo pendiente escribir sobre el último caso, aunque hace años ya me referí a la novela corta que la inspiró en entrada para Todo Oscuro sin Estrellas, otra gran colección de relatos del tío Steve.

En compañía de algunos de mis amigos Galpincheros. Ledda, Vale, Marlo y Nelson.

4- También me di el gusto de escribir por fin de dos sagas que desde largo tiempo me tienen robado el corazón: Primero de la ya mencionada Torre Oscuray a la que le hice nada menos que 3 posts, sin mencionar el que preparé en exclusiva para la cinta a la que me referí en el párrafo de arriba.  Luego hice algo por Harry Potter, otra enorme deuda que tenía.  Teniendo en cuenta cuánto me gustan esas series, les tengo un afecto especial a dichas entradas y agradezco en especial a mi comadrita Ledda y a Marcelo, su pareja y de igual manera otro de mis mejores amigos, por regalarme su más reciente entrega para mi último cumpleaños.

5- Este año inicié 3 series de post.  El primero dedicado a mis películas de fantasmas favoritas, en el que tal como dice su nombre reviso las historias de este tipo que más me han impactado; llegué a realizar 7 entregas y aún tengo varios títulos en carpeta (espero retomar esto en enero); en dichas entradas aproveché de hacer una revisión de los directores que las llevaron a cabo.  También me puse a comentar la serie de cómics que forman parte  Antes de Watchmen, novelas gráficas polémicas por varias razones; todavía tengo pendientes 2 de las historietas que conforman esta colección.  De igual manera inicié una serie de entrevistas exclusivas a los blogueros que admiro, llevando a cabo 6 en total, pues la verdad es que ya no mantengo muchos blogs dentro de mis lecturas habituales, en gran parte porque sus creadores los abandonaron; ojalá pueda en un futuro cercano seguir estas entrevistas, que resultan ser muy amenas y gratificantes para mí, además que entre colegas blogueros hay que apoyarse.

6- Como punto triste, nos tocó despedirnos de nada menos que de 9 artistas que al menos en mi caso personal me dolió bastante su partida.  Todo comenzó con el fallecimiento de John Hurt y luego terminó con Len Wein.  De seguro abandonaron este mundo varias otras personalidades en 2017, sin embargo como es mi costumbre solo les di su espacio acá a aquellos  que me eran significativos.  Espero que este Año Nuevo que se avecina, no sean tantas las pérdidas, si bien ello forma parte de la vida misma y debemos aprender a aceptarlo.

7- Creo que este año más que nunca escribí posts dedicados a mi vida personal, muchas veces refiriéndome a mis memorias en textos sobre las obras leídas o vistas y en ocasiones sobre algún evento importante en mi existencia.  Si la memoria no me falla comencé con mi visita a la Comic Con y luego continué con mi escrito en honor a mi fallecido padre; luego hice dos para la primera vuelta de las Elecciones Presidenciales y otro para la “desastrosa” segunda vuelta.

8- Y para finalizar, llegué a la increíble suma de 500 posts publicados, todos de mi autoría, en más de 6 años de existencia de mi Cubil del Cíclope. 

      Bien puedo decir que estoy muy contento de todo lo logrado a través del blog. Muchas gracias a quienes me leen, siguen y comentan…

      …¡Y feliz Año Nuevo de 2018!


Todas las fotos son del 2017 y esta es la más reciente, de tan solo el 30 de diciembre junto a Brunito.

Bienvenidos al Multiverso.

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     Luego de dos exitosas temporadas en pantalla, que le merecieron la ovación del público (y en especial de los más ñoños) y de la crítica, ganando un montón de premios, la puesta al día a la televisión en imagen real del superhéroe velocista llamado The Flash, la tenía difícil para seguir en pantalla con la misma calidad…Y resulta que tras acabar de verme su tercera temporada, puedo afirmar que vaya qué sus responsables consiguieron tal hazaña.  Quizás no sea la mejor de las 3 emitidas hasta el momento, pero sí han conseguido hacer un show memorable y lleno de momentos sorprendentes, que, sin dudas, logran atender muy bien a toda la maravilla detrás de sus más de 70 años de existencia en los cómics.
     Cabe recordar que tras los eventos de su segunda temporada, Barry viajó hacia atrás en el tiempo para salvarle la vida a su madre y así cambiar la historia a su favor, pese a que ello significara cambiar por completo el orden de las cosas.  Es así que el primer episodio corresponde a nada menos que a una reinterpretación de la famosa saga conocida como Flashpoint, en la que este superhéroe por el mismo motivo creó sin proponérselo una realidad alternativa y en la cual el mundo DC dejó de ser por un tiempo el que conocemos, para transformarse en una pesadilla apocalíptica.  Pues como era obvio, toda la complejidad y oscuridad de Flashpoint se modificó para hacerlo más accesible al público familiar del programa, reduciéndolo todo a solo el primer episodio y luego abordando las consecuencias de las decisiones del protagonista en el resto de la temporada.
     Como una serie de este tipo trata, entre otros temas morales, acerca del libre albedrío y de la responsabilidad de nuestros actos, luego de lo mostrado en el citado primer episodio nos encontramos con el hecho de que la línea temporal se ha restablecido,  aunque quedan unos cuantos resabios de ello y Allen tendrá que vivir la carga sobre sus hombros.  Víctimas inesperadas vienen a ser sus amigos, quienes se ven obligados a vivir con estos pequeños y aun así significativos cambios.  Al respecto, un caso especial viene a ser la fuerte rencilla entre el protagonista y uno de sus compañeros, que se hace sentir en varios episodios, hasta que menos mal se arregla.
      Ya antes en este título habíamos llegado a vislumbrar la existencia del Multiverso, gracias a sus emisiones anteriores; sin embargo, en esta ocasión más que nunca llegamos a darnos cuenta de la impronta de estos numerosos universos dentro de las ficciones deceístas. Pues ahora no solo llegamos a conocer al Harrison Wells de Tierra-2 y a unos cuantos villanos de su mundo, además de a Jay Garrick, el Flash de Tierra-3, sino que además aparece sin dudas el que sería uno de los mejores nuevos personajes de la tercera temporada: H.R., un doppelgänger muy singular de Wells y quien a diferencia de los otros 2 ya vistos anteriormente, posee una personalidad bastante distinta, por no ser científico y pese a ello ser muy carismático, gracias a su particular humor.  Este personaje es interpretado por el mismo actor que hizo de Harrison en sus anteriores encarnaciones, demostrando así  Tom Cavanagh su versatilidad para encarnar nada menos que a 3 sujetos distintos, con el mismo rostro y cuerpo, aunque diferentes personas.  Por cierto, H.R. pertenece a Tierra-9.
     Sin embargo el llamado Multiverso no solo está presente a través de estos casos mencionados, sino que además lo encontramos en esta tercera temporada por medio de la presencia de un personaje casi al mismo nivel de popularidad que Flash: Supergirl.  Como casi al final de la primera temporada del mismo show dedicado a la prima de Superman, el Velocista Escarlata se encontró con la kryptoniana, con posterioridad esta fue invitada en el propio programa protagonizado por Barry Allen, apareciendo nada menos que en 2 episodios (bastante especiales ambos).  Ahora bien, en la versión del Multiverso de estos programas pertenecientes al llamado Arrowverse, Kara Zor-El (también conocida como Linda Danvers) no pertenece a la misma Tierra (y o realidad o universo) en que están ambientados Arrow(que comenzó con esta franquicia televisiva), ni The Flash o DC´ Legends of Tomorrow; es así que mientras las series mencionadas ocurren en Tierra-1, la de Supergirl transcurre en Tierra-38.  Y tal como sucede en los cómics, por una u otra razón es posible viajar entre una Tierra y otra.   

Un afiche que promete mucho.

     La tal vez segunda superheroína más famosa de DC (Adivinen cuál es la primera) no es la única que aparece en esta temporada de The Flash, sino que también nos podemos encontrar con otra justiciera, si bien una de menor rango: Gypsy.  Habiendo debutado en 1984 y con más de 30 años a su haber en las viñetas en la Liga de la Justicia de América, ha pertenecido a varios equipos de superhéroes.  Sin embargo la versión que vemos en el programa al que ahora revisamos, tanto en apariencia como en poderes, mayormente solo mantiene el nombre y su relación estrecha con Vibe, otro superhéroe con el que nos veremos a partir de este año ¿Y qué tiene que ver Gypsy con el Multiverso? Pues que en este programa, proviene de Tierra-9, la misma de la que llegó H. R., siendo capaz de viajar de un lugar a otro gracias a sus propios poderes.  Es así que esta versión televisiva de la superheroína (que acá es más bien una especie de policía interdimensional) se transforma en un personaje recurrente y de seguro en posteriores temporadas continuará con sus gratas intervenciones.
     Tierra-2, la patria de Harrison Wells y de su adorable hija Jessie, es visitada para adentrarnos en nada menos que Ciudad Gorila.  De este modo por fin llegamos a conocer la civilización de estos primates super avanzados, que apenas llegamos a vislumbrar en la temporada anterior.  Pues esta metrópolis extraordinaria a la que fue enviado Gorilla Grod, ahora se convierte en una nueva amenaza para Flash y sus amigos, así como para el resto de la humanidad.  En 2 capítulos sobre esto, los responsables deñ show nos obsequian con algunos de los mejores momentos de la temporada.
     Otros 3 superhéroes tienen su debut en esta ocasión: el mencionado Vibe y los velocistas Jessie Quick y Flash Kid.  El primero proviene de la misma época de Gypsy, también en las páginas de la Liga de la Justicia de América, siendo ambos creados por un maestro de antaño como lo es Gerry Conway (guionista).  Siendo Vibe otro personaje de segunda o de tercera como su mencionada compañera, fue reintroducido en el actual Universo DC con los llamados Nuevos 52, teniendo incluso una serie propia tras ser potenciado.  Un detalle muy interesante en lo que viene a ser la serie The Flash, es que el personaje originalmente se llama Francisco Ramon y le llaman “Cisco”…Al igual que el mejor amigo del Barry Allen de esta versión televisiva; de este modo queda claro que desde antes de que el científico, luego de adquirir sus poderes y tomara su nombre de guerra de Vibe en esta tercera temporada, los responsables del show (en realidad un guionista estrella como Geoff Jhons, al escribir la primera intervención de estos personajes en la segunda temporada de Arrow), se tenía pensado evolucionarlo hasta convertirlo en el aspirante a superhéroe que llega a ser acá nuestro genio ñoño favorito (bueno, la verdad es que Felicity, del show sobre el Arquero Esmeralda, también me conquista bastante, je).   Si bien sus poderes difieren bastante del que le encontramos en las historietas, el bello traje que usa Cisco cuando decide hacer de Vibe, resulta ser una bella interpretación del traje original del justiciero en sus tiempos.
     Luego está Kid Flash, que cuando se introdujo al hermano menor de Iris West en la segunda temporada y se vio expuesto a la energía que posteriormente lo convirtió en metahumano, era más que obvio que le tocaría convertirse en este otro emblemático velocista (si bien una versión afro y de edad mayor que en las viñetas).  Aparte de que el personaje está muy bien trabajado en los guiones, nadie puede negar que el traje que le hicieron aparte de parecerse mucho al de los cómics, es sin dudas uno de los más hermosos de todo el llamado Arrowverse.  Y si seguimos con los superhéroes que hacen uso de la llamada Fuerza de la Velocidad, no podía faltar la interesante reinterpretación de Jessie Quick, quien acá es nada menos que hija de Harrison Wells de Tierra-2 y la cual adquiere sus habilidades en el mismo incidente que Wally (en el programa, claro); ahora bien, en cuanto a su atuendo corresponde a una versión femenina del traje de Flash, que salvo en los colores no se parece al más hermoso y sexy de las novelas gráficas.
      Y en lo que concierne al apartado de los paladines de la justicia, no podía faltar un personaje tan querido como lo es Jay Garrick, acá interpretado por un maduro y aún regio John Wesley Shipp, quien hizo en los noventa del Velocista Escarlata en la ya clásica serie de imagen real, si bien en esta otra primero hizo del padre de Barry.  Cuando se supo que el actor trabajaría en este show actual, era de suponer que como un tributo le tocaría hacer de Garrick, no obstante  solo llegamos a verlo haciendo del corredor en el último episodio de la segunda temporada (cabe recordar que Jay es de Tierra-3, mientras que nuestro Barry vive en Tierra-1).  Todo un momento esperado y de antología viene a ser cuando por fin se enfunda el bello traje que le hicieron, con algo de armadura en el pecho para simular musculatura y aun así es casi un calco de la versión original de los cómics.  Con posterioridad, tal como se esperaba, Garrick en sus intervenciones en la tercera temporada aparece como un hombre sabio, que se convierte sin duda en uno de los guías del más joven Flash.

Barry, Jay y Wally.

      En cuanto a materia de villanos, bien sabido es que en las historias de nuestro protagonista estos abundan, quedando aún muchos por salir en las futuras temporadas de The Flash.  Al respecto, en el primer episodio nos reencontramos con Eobard Thawne/Flash Reverso, quien no puede ser más mortal y aterrador, además de un nuevo velocista malvado conocido como El Rival, sacado de las mismas historietas de la Edad Dorada en la que fue el primer Flash Reverso y enemigo acérrimo de Jay Garrick.  No obstante ninguno de estos dos viene a ser la verdadera némesis de Flash en este año.  Luego nos hacen creer que el verdadero gran malo será otro malhechor clásico del Velocista Escarlata, el Doctor Alquimia.  No obstante, el sujeto malvado que en realidad lleva a nuestro héroe al límite esta vez, viene a ser el también velocista Savitar.  Se trata de un personaje más reciente en las viñetas que los anteriores, puesto que data de 1995 cuando Mark Waid (el mismo de esa joyita que es Kingdom Come) estuvo a cargo de una de las más celebradas etapas de Flash (claro que cuando el colorín Wally West era en aquel entonces el protagonista).  Si los ya mencionados El Rival y el Doctor Alquimia se ven siniestros con sus respectivos trajes, con Savitar hicieron un cambio completo de su apariencia, transformándolo nada menos que en un verdadero monstruo gigante y cuya verdadera identidad luego se vuelve en una de las grandes sorpresas de esta memorable tercera temporada.
     No obstante estos no son los únicos criminales a los que se enfrentan Barry y los suyos, pues esta vez hacen su debut otros grandes de entre la famosa galería de villanos de Flash: Trompo, el Amo de los Espejos, Abra Kadabra, Magenta y Music Meister.  Si bien en general sus participaciones resultan gratificantes, se lamenta que casi como si les pareciera ridículo, no les otorgan trajes propios de este tipo de cómics (a diferencia de los superhéroes y de los otros villanos mencionados en el párrafo de arriba); así que parecen “personas normales”, salvo por sus habilidades extraordinarias. ..Y respecto a la mayoría de los trajes que vemos...¿Qué les pasa con el cuero que creen es la única alternativa "adulta" para escarpar del "mal ñoño"?...¡Ya parece un desfile sadomaso!
      Siguiendo con el papel que toman los malandras en los episodios, se debe destacar a alguien como Killer Frost, que en esta temporada ya no se trata del doppelgänger de Caitlin Snow de Tierra-2, sino que por fin hace su aparición en la versión de Tierra-1.  Como el alter ego maligno de la queridísima amiga de Allen y los demás, otorga al show varios momentos inolvidables y cargados, además, de hondo dramatismo, por tratarse de la lucha interna de un personaje que originalmente conocimos como alguien de bien.
    No se puede dejar de lado la incorporación de un nuevo personaje secundario, en la figura de Julian Albert, especialista en metahumanos y quien trabaja junto a Barry Allen en el Departamento de Policía.  Interpretado por Tom Felton (a quien da gusto volver a verlo, interpretando ahora a alguien por completo distinto a Draco Malfoy, el chico aspirante a villano en la saga cinematográfica de Harry Potter), nos depara por su parte varias otras sorpresas esta temporada.
     Y si de grandes momentos de la tercera temporada se trata, en el episodio 8, titulado como ¡Invasión!, comienza el memorable cross-over que incluye a Arrow, DC´ Legends of Tomorrow y Supergirl, teniendo la historia su continuación en la serie sobre el Arquero Esmeralda y terminando luego en el capítulo sobre los viajeros en el tiempo.  Debe saberse que esta trilogía viene a estar inspirada en una recordada saga de los ochenta de DC, llamada justamente Invasión y en la que varias razas alienígenas invaden a la Tierra, de modo que los superhéroes deben unirse para combatirlos (tal como sucede en estos programas).  Es así que al menos en los 3 shows ambientados en Tierra-1, salvo por la presencia de la kryptoniana, es la primera vez en la que salen extraterrestres.  Por otro lado, la apariencia de los malignos Dominadores y sus naves, están realizadas con esmero.
     Volviendo a la presencia de Kara Zor-El en The Flash, el episodio 17, Dueto, viene a ser nada menos que un musical y que incluye a 2 invitados especiales entre los viejos conocidos.  Por otro lado, la amistad entre el Velocista Escarlata y Supergirl, sin dudas que viene a ser aún mucho más entrañable que la que hay entre Barry y el endurecido Oliver Queen, dejándonos con ganas de futuros team-ups entre ambos sujetos de corazones tan nobles y dulces.
      No se puede dejar de lado el hermoso homenaje a una figura como Carmine Infantino, importante dibujante en lo que viene a ser la Edad de Plata con Flash, cuando se revitalizó al personaje pasando de Jay Garrick a Barry Allen.  No contaré en qué consiste el homenaje, a ver si el resto del público se da cuenta.
      De igual manera, la labor musical del compositor Blake Neely e n la banda sonora incidental, hace que este show conjuntamente con el resto de las series de Arrowverse de las que se encarga, sea una de las que actualmente poseen mejor música original.
      El final de la temporada, en pocas palabras, viene a ser una promesa más de que lo que se viene (que ya lo están emitiendo en todo caso) es pura diversión de calidad.

      

                       A falta de una intro como bien se merece el actual The Flash televisivo, 
                                                        recordemos la de show  de 1990.                      

Descubriendo a otro maestro actual de la narración (segunda parte).

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     Publicada en 1995, la novela más conocida de José Saramago, Ensayo sobre la Ceguera es una obra estremecedora acerca de lo peor y lo mejor de la humanidad, revelada dicha condición en una situación límite (tal como en la vida real), aunque llevado a los extremos  de una ficción extrapolativa como esta; no obstante cabe mencionarse que la historia misma de nuestra especie ha registrado guerras, accidentes aéreos, secuestros y tantas desgracias humanas, en las que pese a lo terrible de la situación, aún queda esperanza en los corazones de los más nobles…
     El texto trata acerca de una epidemia de ceguera, algo por supuesto extraordinario y que acerca la obra a la ciencia ficción catastrófica, pues no existe una enfermedad como tal y la narración asume esta situación con racionalidad al carecer el hecho de elementos sobrenaturales (bien podría haber sido todo efecto de una maldición, por ejemplo).  El mal es llamado como Ceguera Blanca, ya que a diferencia del típico mal que priva a la gente de su vista, cuando a las víctimas les llega esta condición, en vez de quedar en tinieblas perciben un blanco que lo rodea todo.  El gobierno del país en el que transcurren loa acontecimientos (una nación anónima, pues puede ser cualquier lugar del mundo y bien sabido es que en todas partes suceden desgracias como esta y el ser humano se comporta como un ángel o un demonio), decide mandar a todos los contagiados a vivir recluidos en un manicomio abandonado; allá los protagonistas deben sobrevivir por las suyas, ya que las autoridades poca ayuda les prestan ayuda y ello da pie a impactantes momentos de miseria humana, como de verdaderos actos de nobleza pese a las difíciles condiciones en las que se encuentran.
     Los protagonistas también carecen de nombres propios, siendo llamados por una característica especial que los identifica de los demás, cualidades que los hacen ser entrañables para el lector la mayoría, pues son quienes mantienen en su persona aún su dignidad pese a todo y por eso mismo se vuelven los héroes redimidos de la historia.  Es así que tras pasar tantas penurias, estar desde el principio de la catástrofe en medio de todo, luego su odisea va más allá del paso al lugar mencionado.  Unidos por la eventualidad, el azar o la Providencia, estos personajes se vuelven una especie de familia, en la que cada uno de ellos tiene un papel que cumplir.  Lo anterior les permite permanecer en pie, ya que ha quedado claro que no somos islas y nadie puede mantener su humanidad si no reconoce el valor de los demás.
      Queda claro (y a la luz de buena parte de la narrativa de Saramago, que ya se comentó en el anterior post), que la ceguera blanca que sufre la población es una metáfora.  Si las personas se volvieron ciegas paulatinamente (al final toda la población, pese a las precauciones, contrajo esta especie de infección), es debido a que nuestra misma especie perdió la capacidad de maravillarse frente a lo que tenía ante sus ojos, viviendo bajo la monotonía de la costumbre y la deshumanización; por lo tanto ¿De qué nos sirven los ojos si no podemos ver la belleza que nos rodea? Por lo tanto es necesario hacer uso de otros ojos, de los del corazón para conseguir recuperar lo que se perdió.  ¿Y por qué razón la ceguera es blanca? Así como a mí me parece, considerando que el blanco representa la pureza, que las personas vivan rodeadas de esta albura se debe a que a partir de todo esto ahora viven en un estado parecido al Purgatorio, como almas en pena o en espera, a ver si de una vez por todas logran llegar a un estado superior de existencia. 
     Bien podría decirse que esta novela se divide en 3 partes: Primera aquella en la que la epidemia se manifiesta, comenzando ya en sus primera líneas el texto con el primer caso registrado de ella, que más encima le ocurre a uno de los personajes principales.  Es así que el dramatismo de la obra queda consignado desde ya.   

    
      “Se iluminó el disco amarillo. De los coches que se acercaban, dos aceleraron antes de que se encendiera la señal roja. En el indicador del paso de peatones apareció la silueta del hombre verde. La gente empezó a cruzar la calle pisando las franjas blancas pintadas en la capa negra del asfalto, nada hay que se parezca menos a la cebra, pero así llaman a este paso. Los conductores, impacientes, con el pie en el pedal del embrague, mantenían los coches en tensión, avanzando, retrocediendo, como caballos nerviosos que vieran la fusta alzada en el aire. Habían terminado ya de pasar los peatones, pero la luz verde que daba paso libre a los automóviles tardó aún unos segundos en alumbrarse. Hay quien sostiene que esta tardanza, aparentemente insignificante, multiplicada por los miles de semáforos existentes en la ciudad y por los cambios sucesivos de los tres colores de cada uno, es una de las causas de los atascos de circulación, o embotellamientos, si queremos utilizar la expresión común.

      Al fin se encendió la señal verde y los coches arrancaron bruscamente, pero enseguida se advirtió que no todos habían arrancado. El primero de la fila de en medio está parado, tendrá un problema mecánico, se le habrá soltado el cable del acelerador, o se le agarrotó la palanca de la caja de velocidades, o una avería en el sistema hidráulico, un bloqueo de frenos, un fallo en el circuito eléctrico, a no ser que, simplemente, se haya quedado sin gasolina, no sería la primera vez que esto ocurre. El nuevo grupo de peatones que se está formando en las aceras ve al conductor inmovilizado braceando tras el parabrisas mientras los de los coches de atrás tocan frenéticos el claxon. Algunos conductores han saltado ya a la calzada, dispuestos a empujar al automóvil averiado hacia donde no moleste. Golpean impacientemente los cristales cerrados. El hombre que está dentro vuelve hacia ellos la cabeza, hacia un lado, hacia el otro, se ve que grita algo, por los movimientos de la boca se nota que repite una palabra, una no, dos, así es realmente, como sabremos cuando alguien, al fin, logre abrir una puerta, Estoy ciego.”

     Luego se empieza a detallar cómo el resto de los protagonistas van siendo afectados por separado, teniendo la mayoría de ellos un punto en común y luego otros más que terminan por unirlos.
Con tanta portada fea para este bellísimo libro,
justo la edición que poseo tiene la más preciosa.
     A lo anterior le siguen los capítulos transcurridos en el manicomio, en los cuales se plasman sin dudas los momentos más impactantes y emotivos de todo el libro.  En sus páginas nos encontramos con la expresión de la doble naturaleza de los seres humanos, que nos puede llevar tanto a cometer las peores atrocidades, como a sacar lo más hermoso que hay en uno.  Al final tal como queda declarado en esta novela y en la vida misma, todo viene a ser cuestión de nuestro libre albedrío, de las decisiones que tomamos y del camino que hemos optado por seguir; es así que si bien los protagonistas no son seres perfectos (con miedos, inseguridades, celos y otros defectos y que al ser capaces de contrarrestarlos con nuestra fuerza de voluntad, nos convierten en mejores personas), tienen la oportunidad de redimirse y elevarse por medio de todas las taras que hay a su alrededor.  Hay momentos de coraje, sublimes, de compasión, en los que se demuestra que el amor es lo más valioso que tenemos en cualquiera de sus manifestaciones, así como episodios terribles de violencia contra el prójimo, productos en general del egoísmo, más que del miedo.  Por lo tanto otra lección que nos da este título, es que si no existe empatía ante el sufrimiento del otro, es imposible evolucionar hasta volverse alguien mejor. 
     Con posterioridad, cuando el grupo de compañeros ante el infortunio ha logrado salir de su prisión, se encuentran con un escenario por completo peor que el anterior, pues la sociedad está devastada y el purgatorio simbólico que significaba ser la llamada Ceguera Blanca, ahora más bien pareciera pasar a un infierno sobre la tierra.  Luego, en contra de la esperanzas que tenían los protagonistas de escapar de su reclusión, se encuentran con que la mayoría de las personas ha perdido la fe y su misma identidad como personas racionales, transformándose en meras bestias que solo piensan en lo más básico: sobrevivir.  Solo nuestros héroes sin nombre se mantienen con la frente en alta, porque al tenerse entre ellos y haber pasado lo peor en el manicomio, han logrado lo que los otros no tienen: experiencia y la compañía de sus pares. 
     No faltan verdaderos episodios macabros en esta última parte del libro:

    “(…) La basura en las calles, que parece haberse duplicado desde ayer, los excrementos humanos, medio licuados por la lluvia violenta los de antes, pastosos o diarreicos los que están siendo evacuados ahora mismo por estos hombres y mujeres mientras vamos pasando, saturan de hedores la atmósfera, como una niebla densa a través de la cual sólo con gran esfuerzo es posible avanzar. En una plaza rodeada de árboles, con una gran estatua en el centro, una jauría está devorando a un hombre. Debía de haber muerto hace poco, sus miembros no están rígidos, se nota cuando los perros los sacuden para arrancar al hueso la carne desgarrada con los dientes. Un cuervo da saltitos en busca de un hueco para llegar también a la pitanza. La mujer del médico desvió los ojos, pero era demasiado tarde, el vómito ascendió irresistible de las entrañas, dos veces, tres veces, como si su propio cuerpo, aún vivo, se viera sacudido por otros perros, la jauría de la desesperación absoluta, hasta aquí he llegado, quiero morir aquí. El marido preguntó, Qué tienes, los otros, unidos por la cuerda, se acercaron más, repentinamente asustados, Qué ha pasado, Te ha sentado mal la comida, Algo que estaría pasado, Pues yo no noto nada, Ni yo. Menos mal, mejor para ellos, sólo podían oír la agitación de los animales, un insólito y repentino graznido de cuervo, en la confusión uno de los perros le había mordido en un ala, de pasada, sin mala intención (…).”

    La novela, tal como ya habrá quedado presente en las citas textuales incluidas, se encuentra escrita de una manera muy particular: con párrafos largos, en los cuales los diálogos en vez de ir por separado forman parte de extensas oraciones, sin comillas, ni conjunciones anticipativas a las palabras de los personajes; esto, pese a todo hace de la lectura algo fluido, porque además mantiene al lector totalmente atento a la narración misma para no perder el hilo de la historia.  El narrador se permite de vez en cuando reflexionar acerca de la condición humana, entregando verdaderas perlas de sabiduría, que lo llevan a uno a calibrar de manera más profunda lo que se está contando. 
    Los personajes del libro son:

·         El médico: Especialista en Oftalmología, es la persona que une a todos los otros protagonistas, por ser en su mayoría pacientes suyos.  No puede ser más simbólico e impactante que alguien que trabaja sanando la vista de la gente, aunque siendo un especialista sin mayor relevancia social y/o científica, tras ser uno de los primeros en contraer el mal, se vuelve alguien aparentemente incompetente tras volverse uno más de los ciegos.
·         La mujer del médico: Si no el personaje más admirable de todo el libro, sin vacilaciones en ella vemos las mayores demostraciones de determinación y heroísmo.  Más encima como un detalle magnífico de la obra, es la única persona de la que llegamos a saber que no contrae la enfermedad y sin embargo no duda en acompañar a su marido a la especie de gulag donde lo mandan a él y al resto; luego es quien ayuda al grupo que se formará en torno a ella y su esposo, a salir adelante entre cada una de las pruebas a las que se enfrentan.  Uno de los momentos de mayor impacto en el que participa esta mujer, viene a ser cuando es partícipe del dilema sobre la naturaleza de la justicia.
·         El primer ciego: Tal como aquí se le llama, es la primera persona que contrae la Ceguera Blanca.  Es un hombre que mayormente no destaca por su personalidad, salvo que tal como el otro personaje varón también es casado y lo acompaña su esposa, quien también está infectada (a la fémina se le llama justamente la mujer del primer ciego).  Ambos son parte del grupo original en llegar al manicomio y en unirse a los de arriba.
·         El ladrón: Delincuente que se aprovecha de la nueva incapacidad de nada menos que del primer ciego, a  quien le roba el auto cuando se ofrece a llevarlo a su casa, luego de que este se vuelve ciego.  La justicia poética lo lleva a ser otro de los primeros en enfermar y llegar al mismo lugar que los otros.  Sin ser malvado, se trata de un tipo de menos escrúpulos, lo que con posterioridad le provoca su propia perdición; sin embargo cuando le llega su momento, no puede ser más lamentable su situación como víctima de sus propios apetitos.
·         La mujer de las gafas oscuras: Sin dudas el personaje que más evoluciona a lo largo de la novela.  Se trata de una hermosa dama que sin ser prostituta, gusta acostarse con distintos hombres para que estos le hagan regalos caros.  Se vuelve ciega en circunstancias bastante vergonzosas.  El dolor y todo lo que le pasa una vez que llega al asilo, la vuelven alguien con una mayor sensibilidad que la que antes tenía; es así que llega a acoger al único pequeño del grupo, el niño estrábico y quien es mandado por las crueles autoridades sin su familia, a esa vida de reclusión.
·         El viejo de la venda negra:Anciano que también era paciente del médico, a quien iban a operar de una catarata que lo tenía tuerto antes de que la epidemia se desarrollase.  Al ser el último en llegar al grupo, ayuda a los demás a enterarse de cómo la sociedad se fue desmoronando, en la medida que el resto de la población fue quedándose ciega, puesto que el mismo tardó en contraer la enfermedad.  Es un hombre tranquilo y sabio, cuya existencia antes de la tragedia es la de alguien solitario, hasta que logra formar parte de esta familia que conoce en medio de la catástrofe.
·         El perro de las lágrimas:El inesperado último integrante del grupo protagonista, a quien conocen una vez que llegan a la devastada ciudad, luego de que consiguen salir de su prisión. Su compañía se vuelve un valioso bálsamo para esta pequeña comunidad.
·         La vecina del primer piso:Triste personaje que aparece recién cuando tras salir a la ciudad, los protagonistas logran llegar hasta la casa de la la mujer de las gafas oscuras.  Es una anciana que ha conseguido sobrevivir a esta especie de apocalipsis, sola y ciega, aunque a costa de su dignidad; pues subsiste en medio de un ambiente que es descrito como algo tétrico.  Aparentemente convertida en una persona hosca, recupera en parte su dulzura, cuando su destino se cruza con el de nuestros protagonistas.


A falta de Batman en la pantalla chica…¡Bueno es Flecha Verde!

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     Tras años ya emitiéndose las series llamadas Arrow y Gotham, las que han ganado ya millones de seguidores incondicionales, así como sus respectivos premios, bien se puede afirmar que, hace rato, dejaron claro que han conseguido superar su origen como sucedáneo de las historias de Batman.  Y es que en el caso de la segunda serie mencionada, el hecho de ser una especie de precuela a las historias sobre el Murciélago, mostrando a sus famosos secundarios más jóvenes e incluso a unos adolescentes Bruce Wayne y Gatúbela, además de presentar el origen de varios villanos memorables, sin dudas que se apoya en lo que el público quisiera ver: al Caballero Oscuro en imagen real en la pantalla chica y actualizado a nuestros tiempos, como todo un producto de calidad televisivo.  Pues es obvio que esta producción sin tener al vigilante en pantalla, no deja de ser un émulo destacado del personaje del que se nutre.
     Ahora bien, en cuanto al show sobre el Arquero Esmeralda, al tener en cuenta la primera temporada y su formidable piloto, si algo conocen del Señor de la Noche, pueden darse cuenta de que las aventuras televisivas de Oliver Queen y su alter ego, no pueden ser más batmaniacas (bueno, en los cómics aparte de pertenecer ambos superhéroes al mismo universo, son indiscutidos aliados y amigos).  Y, bueno, en lo que concierne a la quinta temporada, Arrow no puede recordar más al mismísimo Batman.  Vamos por parte mejor.
     El Caballero Oscuro, tal como dice este título con el que se le menciona, está caracterizado como un sujeto atormentado, con grandes sentimientos de culpa (en especial por la muerte de sus padres) y por no haber podido salvar a toda la gente que hubiese querido, entre ello proteger a sus cercanos como consecuencia de su peligrosa existencia.  Es así que tal como queda expuesto, ya tras más de 100 episodios y en especial en lo que concierne a la quinta temporada (la que hace poco vi con gran gusto por mi parte), no quepa duda que Olie (para los más cercanos) se siente igual que su mencionado colega.   El Arquero Esmeralda, de este modo, comparte con él un espíritu más o menos amargado, incluso introvertido, que queda expuesto cada vez que usa su traje y cuya naturaleza queda demostrada a lo largo de los varios flashbacksdedicados a su pasado en Rusia (parte esencial de esta tanda de 23 episodios).  Olie es grave, duro y violento por naturaleza, provocando el temor en buena parte de los villanos; además es una criatura de la noche y su faceta de apuesto millonario filántropo (ahora alcalde), es solo la fachada de quien en realidad es.  De igual manera lleva sobre sus hombros la responsabilidad por la muerte de varios seres queridos, tanto civiles como vigilantes, a quienes ve como víctimas del camino que ha decidido seguir (de igual manera un detalle más propio de Batman).
    Otro elemento batmaniaco que toman como referencia en Arrow,viene a ser el de la Batifamila, compuesta por todos los otros vigilantes y/o superhéroes que inspirados y liderados por el Cruzado Enmascarado, lo siguen en su trabajo justiciero.  En lo que concierne al Flecha Verde televisivo, desde los inicios de la serie fueron incorporándole distintos compañeros en su labor, todos ellos interesantes variaciones de los personajes del cómic (Canario Negro I y II, Speedy, Arsenal …y, hasta cierto punto, la Cazadora).  De igual manera crearon personajes especialmente para la serie, todos ellos desarrollados con gran atractivo, en parte no solo a los guiones, sino que al compromiso de los actores a su cargo: su hermana Thea, Felicity Smoak, John Diggle y Quentin Lance.  No obstante es en la citada quinta temporada, que queda de manifiesto, con mayor intensidad, cómo el Arquero Esmeralda con su ejemplo ha conseguido (y más encima casi sin proponérselo), liderar a un grupo de justicieros.  Si Thea tomó el relevo de Speedy y Diggle decidió convertirse en otro enmascarado bajo el nombre de Spartan (creado originalmente para el show), en esta ocasión (y para regocijo de los ñoños), se unieron a su misión nada menos que 5 nuevos (super) héroes. Vamos por parte:

·         Mr. Terrific: Introducido en la temporada anterior como el (otro) genio de la computación aliado, en la figura de Curtis Holt, se convierte desde su introducción en uno de los secundarios más queridos de Arrow.  Es así que esta vez, por fin, abraza la identidad de superhéroe moderno que lleva ese nombre, versión actual de otro vigilante llamado así y proveniente de la Edad de Oro de los cómics.  Acá lo vemos con 2 hermosos trajes, pero sin dudas lo mejor de su participación como paladín, viene a ser que aparece con sus célebres T-Esferas, sofisticadas máquinas voladoras que lo ayudan en su trabajo.
·         Wild Dog: Nacido en 1987 de las manos de Max Allan Collins (guión) y Terry Beatty (dibujo) en las historietas en su propia miniserie, se trata de un personaje menor rápidamente olvidado por los responsables de DC y que inteligentemente rescataron para Arrow.  No obstante la versión que conocemos hoy en día de él, responde a los actuales lineamientos de lo “políticamente correcto” y que en este caso concreto no les salió forzado: tener un elenco multirracial.  Pues en su versión original Wild Dog, todo un verdadero vigilante (sin poderes, casi una persona común y corriente que usa solo su ingenio y fuerza de voluntad para enfrentarse en las calles a malhechores ordinarios) es el típico gringo caucásico (su nombre es Jack Wheeler), en cambio acá su identidad es la de un latino llamado René Ramirez.  Su traje evidencia su carácter de “sujeto normal”, al ser casi improvisado y aún así evidenciando su historia personal (máscara de jockey, polera de su equipo deportivo favorito, pantalones militares).  El Wild Dog que conocemos con rapidez gana el cariño del público, al ser un hombre con un pasado complicado que se sabe desea superar y una personalidad atractiva. 
·         Ragman: El único miembro del “Team-Arrow” con poderes extraordinarios y más encima de carácter místico, es Rory Regan, un joven judío que ha heredado de su padre un traje mágico que le permite hacer varias cosas asombrosas.  Surgido en 1976 de la mano de Robert Kanigher y del veterano y maestro ya fallecido Joe Kubert, en los cómics su atuendo está compuesto de trapos en los que guarda las almas condenadas de los criminales que atrapó.  En la serie este detalle más siniestro no sale, sin embargo sí es gratificante ver cómo usa sus habilidades con sus trapos, que parecen tentáculos y la imagen aterradora que provoca, siendo que en su identidad civil es un tipo más bien dulce.
·         Canario Negro III: La tercera fémina en tomar el manto de la famosa superheroína, se llama nada menos que Dinah Drake, que corresponde al de la primera vigilante en ser Canario Negro en la Edad de Oro de los cómics (y que luego fue la madre de su más célebre hija que recogió su legado).  Esta corresponde a una agente de policía especialista en trabajar de incógnito, quien debido a un accidente se vuelve metahumana, adquiriendo el poder del grito sónico.  Es reclutada por Oliver más o menos a mediados de la quinta temporada.
·         Artemisa: Bajo este nombre corresponde a un personaje de no mucha relevancia en las viñetas, que ha sido tanto villana, como superheroína, aunque siempre sin poderes; pese a ello con habilidades de atleta olímpica y excelente luchadora.  La serie toma la versión revisada (¿y mejorada?) que se vio de esta como discípula de Flecha Verde, en la recordada serie animada de Young Justice (2010-2013).  Bajo el nombre de Evelyn Sharp, es la más joven de los nuevos compañeros de Olie, siendo una chica que al igual que algunos de los otros guarda un pasando penumbroso, el que con posterioridad da más de una sorpresa a lo largo de la temporada.

Nuestros superhéroes del show: Wild Dog, Mister Terrific, Flecha Verde, Spartan, Artemis y Ragman
(solo nos falta Canario Negro III).
     Se debe destacar la única aparición de otro personaje clásico de DC, el Blanco Humano, quien  ha tenido nada menos que 2 series de TV de imagen real, siendo que en las revistas surgió en 1972, gracias a la creatividad de nada menos que de Len Wein y Carmine Infantino.  Este amo del disfraz ayuda a Flecha Verde en una (otra) peligrosa misión y es de esperar que vuelva a salir más adelante.
    Tampoco se puede dejar de lado el uso recurrente en los episodios como contrapartida del protagonista y sus compañeros, quienes no matan (ya) a los villanos, al justiciero que se hace llamar Vigilante.  Este sale en la serie como un sujeto cuya identidad se desconoce, pues usa un equipo por completo blindado, que tapa por completo su rostro, teniendo todo tipo de armas mortíferas para eliminar a los delincuentes; sus métodos drásticos lo convierten luego en un oponente de Flecha Verde y los suyos, siendo que su manera de ver las cosas, no deja de recordar al antiguo Oliver de su pasado no tan lejano.  Ahora bien, teniendo en cuenta que varios sujetos han llevado el nombre de Vigilante en las historietas de DC, el que se introduce acá, lleva una armadura que emula (hasta cierto punto) a cualquiera de los que usaron el traje visto en los ochenta y a partir del traje ideado por George Pérez en 1983, para modernizar a su primera versión de la Edad de Oro.  En lo que concierne a su participación en la quinta temporada, no se sabe quién es en realidad.
      Por otro lado, no se puede olvidar un detalle valioso para los conocedores del Multiverso DC y que bien puede ser considerado como una promesa, para que usen de una vez por toda a uno de los superhéroes más amados en la historia de sus títulos: Bicho Azul II, Ted Kord.  Es así que en varias ocasiones sale en sus episodios la empresa de tecnología de punta Kord, lo que sin dudas podría significar que sea como uno esperaría.  A ver qué pasa más adelante.
     En cuanto a los villanos, primero nos engañan haciéndonos creer que la némesis de esta temporada será un mafioso común y corriente, llamado Tobias Church, no obstante más adelante surge la verdadera pesadilla de este año en la vida de Queen y compañía: el arquero enmascarado Prometheus, quien, como otros enemigos de Flecha Verde, guarda estrecha relación con su pasado más oscuro (¡Y vaya que les complica la existencia a nuestros protagonistas!).  Debe saberse que el personaje sacó su apodo de guerra de un villano, que ha tenido 3 encarnaciones distintas en las historietas, aunque no guarda relación con sus símiles; por otro lado, el nombre de civil que aquí recibe (al menos otro alias que usa para que no se sepa su verdadera identidad) es el del segundo Vigilante que salió en las revistas: Adrian Chase (otro interesante guiño deceísta). Y en lo que concierne a los flashbacks sobre el pasado de Olie, nos encontramos con un mafioso interpretado por Dolph Lundgren, Konstantin Kovar, la mayor amenaza bajo la piel de un hombre, con quien debe habérselas Queen (cabe destacar la actuación aceptable del maduro actor de tantas películas de culto de acción de antaño, quien con los años parece haber mejorado su escaso talento histriónico y, sin embargo, ahora ya más viejo aún con habilidades físicas envidiables). Asimismo, no es algo insignificante el hecho de que por fin hace su aparición la hija más conocida de Ra´s al Ghul, Thalia, la cual en una primera instancia se ve como una de las tantas maestras del joven Oliver y luego regresa para dificultarle más las cosas.
     Este año le tocaba a Arrow emitir el prestigioso episodio N° 100 y así fue.  No obstante en vez de hacer un especial que fuese significativo por sí mismo, tomaron la mala decisión de relacionarlo con el crossover de la trilogía de Invasión,compartido con The Flash y DC´s Legends of Tomorrow (con la participación especial de Supergirl, claro).  El capítulo en sí está muy bien hecho, con la aparición de varios personajes del pasado de Oliver y en realidad es memorable; no obstante habría sido mejor para honrar este evento de los 100 capítulos emitidos, que fuese independiente del resto del Arrowverse, que no hay que olvidar que Arrow comenzó con todo esto y bien merecía algo más notable. 
     Los dos últimos episodios están llenos de tensión, con el regreso de 2 personajes emblemáticos para la serie.  Asimismo la última escena deja en suspenso a los espectadores, porque a menos que se vea el primer capítulo de la sexta temporada, se ignora cuál ha sido el destino de varios de sus protagonistas.
Vigilante.

Prometheo.

Antes de Watchmen. Novena parte: Moloch.

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9.1.-El Dibujante: Eduardo Risso (nacido el 23 de noviembre de 1959).

     Hoy en día es uno de los dibujantes argentinos de mayor renombre en el mercado gringo, trabajando para DC, Marvel y otras editoriales de prestigio como Image y Dark Horse.  De este modo, viene a ser uno de los tantos artistas trasandinos con una exitosa carrera allá, ya sea en historietas de superhéroes, como en otras de corte más adulto (tal cual los también consagrados Fabián Niciesa, guionista y los igualmente ilustradores Enrique Breccia, Ariel Olivetti y Enrique Alcatena).
     Su carrera comenzó en su patria trabajando en revistas emblemáticas en lo que concierne al cómic de su país (las que bien en Chile hemos podido disfrutar…por ser vecinos) como Fierro y Puertitas.  Ya en esos años, plena década de los ochenta, comenzó a colaborar con escritores como Ricardo Barreiro y Carlos Trillo, con quienes ha laburado en varias ocasiones, siendo que con el último luego siguió trabajando cuando comenzó a ser editado por los europeos y en otras revistas de renombre como Totem.  Entre los títulos que realizó en esta época, se encuentran Parque Chas (sobre un barrio bonarense en el que suceden eventos extraordinarios, como si fuese una especie de portal entre mundos extraños), Caín (correspondiente, más o menos, a la ciencia ficción antiutópica, en la que su protagonista, Caín y nacido en la miseria, decide centrar su vida en la violencia y la venganza para desentrañar sus oscuros orígenes) y Fulú (la odisea de una esclava negra en Brasil y tras la búsqueda de recuperar su libertad en el siglo XVII).
     En los noventa su pluma estuvo al servicio de empresas europeas, títulos que luego los estadounidenses no se resistieron a publicar.  De entre estos trabajos suyos se encuentran Bordeline (otra vez con una dama de protagonista, aunque ahora en un futuro postapocalíptico y en el que su protagonista tras terribles eventos en su vida, se transforma en una asesina incapacitada para tratar con sus congéneres), Yo, Vampiro (también conocida en español como N/N y en inglés como Boy vampiro, corresponde a una interesante variación del tema del vampirismo, centrada en un chico de origen egipcio que desde la época de las pirámides sigue en su existencia de inmortal, luego de que un meteorito al caer le provocó tal mutación) y Chicanos (sobre las vicisitudes de una detective tras robar los documentos que incriminan a un mafioso en un asesinato y ello la lleva a tener que escapar de su banda).  Otras series limitadas suyas que se pueden mencionar son Horror Revisitado y Video Noir.
     Ya en las lides yanquis, comenzó haciendo novelas gráficas sobre la franquicia de Alien para Dark Horse, incluyendo, además, al menos 4 miniseries para la mítica revista Heavy Metal: Slippery Woman, Indecisión, Incompatible y Costume Party.  Sin embargo, lo que más gloria le ha traído en material del llamado noveno arte para los gringos, que no tenga que ver con superhéroes, viene a ser su labor junto a Brian Azarello, guionista con el que ha colaborado en otros trabajos también y a lo largo de nada menos que de 100 números.  En esta saga, todo uno de los títulos emblemáticos del sello para lectores adultos Vertigo de DC, un hombre se dedica a entregar maletines con 100 balas que otorgan a sus dueños la oportunidad de matar a tiros a quien deseen; es así que una misteriosa organización está involucrada en ello e incluye una venganza contra las 13 familias que traicionaron hace años a esta agrupación conocida como Minutemen o Milicianos.  Esta obra ganó un montón de premios y está considerada dentro de lo mejor de su estilo y de sus creadores.
     En materia de superhéroes (dentro de lo que está, por supuesto, Antes de Watchmen), se pueden mencionar varios trabajos memorables de Risso.  Esta vez solo me remitiré a 2 trabajos en especial, uno para Marvel y otro para DC: Logan es una historia de 3 partes escrita por otro de los grandes guionistas de cómics,  Brian K. Vaughan, con quien realizó un emotivo relato sobre el pasado del mutante más célebre y querido de todo el universo marvelita.  Ambientada en la Segunda Guerra Mundial y nada menos que en un campamento para prisioneros nazi, vemos a Wolverineatrapado entre sus rejas, aunque nunca sin perder su fuerza de voluntad, para convertirse en la peor pesadilla del mandamás del lugar.  Luego nos encontramos con Batman: Ciudad Rota, una historia de detectives en la que el Murciélago debe resolver el horrible crimen de una mujer asesinada, encontrándose en el camino con algunos de sus villanos más famosos como lo son Killer Croc, el Ventrílocuo y Scarface, el Pingüino…y el Guasón.
     Solo terminaré este apartado dedicado a la obra de Risso, mencionando que una vez más junto a su socio Azarello, realizó una de las miniseries más impactantes de todos los especiales que representaron el mundo trastocado de Flashpoint: El Caballero de la Venganza, una en verdad sublime historieta en la que Batman no es Bruce Wayne y el Guasón resulta ser nada menos que alguien muy ligado al pasado del Caballero Oscuro.
      …Y para colgarme, el año pasado en noviembre el artista fue invitado a un evento ñoño (más encima gratuito para el público) en el que dio una charla y, por supuesto, firmó autógrafos. Me quedaba todo muy cerca de casa… ¡Y no asistí! (aunque sí lo hice al siguiente día, aunque para entonces ya no estaba este valioso caricaturista) ¿Para colgarme, cierto?


Una impactante portada para otra novela gráfica que les recomiendo mucho.
9.2.- El cómic.

      Se trata de la tercera miniserie escrita por el igualmente sobresaliente J. Michael Straczynski para este proyecto, luego de haber firmado para Búho Nocturnoy Doctor Manhattan.  Este arco argumental consta de 2 números y viene a ser el único de todo Antes de Watchmendedicado a un villano; sin embargo tal como en otros títulos de la colección, aparecen como “invitados” otros personajes, es decir,  los mismísimos superhéroes, que la obra original y las precuelas en su mayoría tratan sobre ellos.  No obstante, al dársele este protagonismo al único villano destacado en la historieta de Moore y Gibbons, se pudo complementar mejor cómo es ese oscuro mundo de ficción (y tan cercano al nuestro), en el que transcurren estas divertidas historias.  No se debe olvidar, además, que tal como sucede en el título germinal de todo esto, el destino final de Moloch está ligado de manera inexorable al de Ozymandias, de modo que en sus páginas ello se nos revelan sus antecedentes de manera gratificante para el lector.
      El cómic comienza con un Moloch (no puede ser más ominoso su nombre, sacado de un destacado demonio del mundo antiguo y mencionado incluso en la Biblia) ya devastado y casi en la vejez, terminando sus años de prisión (antes de que lo encontremos en los acontecimientos de Watchmen).  En una historieta tradicional de hoy en día sobre el género, bien podría ser que este momento en la vida del ex malhechor daría paso a su conversión e incluso a su opción por el camino de los justicieros, ya sea como uno más del grupo o como importante aliado (cabe recordar no más los casos del Flautista, el Bromista II y por un tiempo con el Capitán Frío en las revistas de Flash o los ejemplos aún más destacados de Viuda Negra y Ojo de Halcón con los Vengadores); incluso acá se ve como el sujeto de aspecto de duende es acogido por su antiguo rival, millonario, genio inventor y supuesto filántropo Ozymandias, quien le da una nueva oportunidad al ofrecerle un trabajo (las similitudes de todo esto con varias facetas de Batman y su misión redentora hacia algunos de los villanos en retiro, es evidente)…Sin embargo estamos hablando de un cómic de Antes de Watchmen, por lo que pese a las apariencias las cosas no son dulces como se quisiera y bien quienes conocemos el texto genérico, sabemos que el gesto del antiguo paladín esconde más que buena voluntad.  Empero, es en la manera que esta obra nos muestra la génesis del final de Moloch, que se haya presente una vez más la maestría de sus creadores.
    Resulta difícil no sentir piedad por este Moloch decrépito, puesto que además la trama nos lleva hacia sus recuerdos, desde su desgraciada infancia hasta su carrera como criminal.  Siempre opacado por el resto, primero por quienes debían ser sus pares y se burlaban de su bizarro aspecto (he ahí, tal vez, la mejor justificación suya para abrazar la senda del mal), luego por las mujeres que lo rechazaban aun estando en el poder y, por último, por los propios Watchmen, que una y otra vez lo derrotaban.  Fácilmente podría decirse que tal como queda de manifiesto en las viñetas de Moloch, el villano nunca fue uno de esos genios del mal sobresaliente por sus fechorías, al contrario, siempre (y aún en sus mejores momentos) fue con suerte un segundón.
      En medio de un mundo en el que los poderosos en buena parte no poseen empatía alguna y son tanto o más maquiavélicos que quienes son considerados la escoria de la sociedad, se nos muestra al protagonista de este título como un sujeto que aparte de ser patético, demuestra en sus debilidades una humanidad de la que carecen gente como el Comedianteo los ya mencionados Doctor Manhattan y Ozymandias.
     Las dos portadas creadas por Eduardo Risso, en verdad preciosas pese a su elemento más siniestro, nos presentan a un Moloch como en realidad apenas llegamos a vislumbrar en la historieta: como un hombre de temer y mortal como él solo.  Esta idea de crear ilustraciones más o menos engañosas para las portadas de los cómics, es habitual en las revistas de superhéroes y las que muchas veces nos hacen una promesa de algo que en realidad no sucede, tal  y como se creyera en su interior, pues como en la vida real todo es más complejo de lo que se quisiera (siendo que, por supuesto, estas formidables portadas se hacen así para vender más, que estamos hablando de un mercado más).  Por otro lado, el engaño que son estas imágenes, juega de igual manera con la dimensión de supuesto mago que es el propio Moloch, algo retratado dentro de esta obra. Y, sin embargo, el uso las cartas de juego como símbolo en ambas ilustraciones, no es algo gratuito, ya que representan no solo el azar, sino que en la manos de Moloch el deseo de todo ser humano de controlar el destino; luego queda demostrado que por mucho que la voluntad nos motive, no siempre podemos tener todo lo que queremos y nuestros planes se van al carajo. Destaca también en el número 2 de la miniserie, la efigie del soberbio Ozymandias, quien, como ya sabemos, marca el destino final del malogrado protagonista.   Con respecto a las viñetas que conforman el resto de la novela gráfica, dejan de lado su aspecto más realista, para pasar a una estética de tipo caricaturesco y exagerado en ocasiones, que resalta el patetismo de sus situaciones.

Da pena este Moloch...¿Cierto?

Y esto es solo el comienzo (primera parte).

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      Quienes conocemos el trabajo literario de Brandon Sanderson, bien sabemos que este es toda una máquina de escribir libros, novelas, publicando al menos como 2 obras al año; por otro lado, tampoco estamos hablando de textos breves, si no que de trabajos de gran envergadura, que abarcan cientos y cientos de páginas la mayoría.  Paralelamente a lo que se edita de él, lleva consigo la preparación de varios títulos, que más encima corresponden a una u otra saga de las que se le conocen o de otras aún inéditas.  Sinceramente, el tipo es sorprendente, que ojalá algunos otros de nuestros escritores favoritos fuesen igual de prolíficos, sin perder más encima la calidad de sus obras (estoy pensando en estos momentos en gente como George R. R. Martin y Patrick Rotfuss, quienes nos tienen hace rato esperando la continuación-culminación de sus propias sagas).
     Pues de entre todo lo que ha hecho, quizás su proyecto más osado viene a ser el que recibe el nombre genérico de El Archivo de las Tormentas y que corresponde nada menos que a una decalogía, de la cual ya lleva publicada 3 novelas desde 2010, comenzando con El Camino de los Reyes.  Editada en español primero la serie como La Guerra de las Tormentas I, le sigue a esta otra Palabras Radiantes (2014) y luego Juramentada (2017), que estaría saliendo en la lengua de Cervantes nada menos que el 5 de abril de este año; se supone que en el año 2020 aparecerá el cuarto tomo.   ¿Y por qué razón me atrevo a decir que esta saga viene a ser de todas las que escribe, la más osada de todas? Pues no solo por sus intenciones de sacar nada menos que 10 volúmenes de ella, sino porque la extensión de cada uno de ellos sobrepasa las mil páginas; de hecho, el primer texto llega casi a las 1200 en español y los que le han seguido, hasta el momento han abarcado esas dimensiones, característica que se supone también formará parte de las obras aún sin salir a la luz.
     De igual manera, antes de ir de lleno al argumento de El Camino de los Reyes (a ver si me consigo al menos el segundo del ciclo este mismo año, ojalá en tapa dura y me lo leo, que bien le tengo muchas ganas), debe saberse que la serie pertenece a una idea aún mucho más compleja por parte de su autor: la creación del llamado Cosmere, una galaxia en cuyos planetas transcurren los eventos de sus varias series y novelas, que en un principio no tienen relación entre sí,  No obstante en un futuro cercano se interconectarán por varios detalles y eventos en especial, así como por la colaboración entre algunos de sus personajes.  Que yo sepa, esto aún no sucede, sin embargo obviamente hay que llegar a leer varios de sus títulos relacionados para llegar a apreciar este enorme plan suyo.  Hasta el momento son cerca de la decena las sagas comprometidas con este concepto, las que incluyen el mundo de Elantrisy todo lo concerniente a Nacidos de la Bruma, además de una serie inédita de novelas gráficas bajo el nombre de Arena Blanca.  Asimismo, la valiosa antología Arcanum Ilimitado, no solo viene a ser la primera colección de cuentos de Sanderson, sino que también es un recopilatorio de varias de sus novelas cortas y cuentos ambientados en el llamado Cosmere.
      En cuanto a de qué trata la novela que hoy nos reúne, esta cuenta acerca de la guerra entre varios reinos vecinos y que pertenecen a una misma cultura (el resto del mundo en el que transcurren los acontecimientos está lleno de otros pueblos, cada uno más variopinto que el otro), quienes llevan más de media década en una guerra contra una raza humanoide y de la que apenas saben de ella.  Sus enemigos al parecer son parientes (lejanos o cercanos) de otra especie a la que los ejércitos humanos en pugna ocupan de siervos (que no esclavos, ya que para eso entre muchos de ellos se practica esta costumbre entre sus semejantes) y pese a que los consideraban en la práctica bestias salvajes, poco a poco se dan cuenta de que en realidad son criaturas inteligentes y sintientes…Hasta que casi hacia el final del libro, se descubre el increíble origen de estos seres.
     La tierra en la que sucede todo, bajo el nombre de Roshar, se caracteriza por tormentas devastadoras que son responsables, en parte, de todo un ecosistema que hace de este lugar un sitito maravilloso a la hora de las descripciones y recrearlo con la imaginación de uno como lector.  Es así que debido a las constantes lluvias y el ambiente húmedo, la flora y fauna se ha desarrollado de tal manera, que nos encontramos con una proliferación de todo tipo de crustáceos y moluscos, de varios tamaños y formas; algunos incluso son mascotas, como los llamados sabueso-hacha y otros de aspecto aterrador y gigantesco, tal cual los abismoides.  Las plantas son también de lo más raro, con zarcillos y/o tentáculos.  Todos estos seres y otros más son mencionados y descritos en abundancia en sus páginas.  Por otro lado, como la novela incluye un montón de ilustraciones, muchas de ellas muestran parte de esta singular naturaleza, aunque, la verdad, las imágenes incluidas al respecto no son tan geniales como se quisiera (quizás de adrede, considerando su origen, ya que corresponden a los bocetos de uno de los protagonistas y tal vez por eso no corresponden a lo que se esperaría de las ilustraciones para un libro como este); de este modo, las proyecciones que se hace uno mismo en su propia imaginación, no dejan de ser más atractivas para quien disfruta de este tipo de estímulos.

Una novela de fantasía como esta no podía dejar de tener su mapa incluido en el tomo.


      Otro aspecto a considerar, cuando se trata de valorar lo realizado por el autor con esta obra, en materia del paisaje que llegó a realizar, viene a ser la existencia de unas criaturas llamadas spren.  Estas son una especie de espíritus pequeños (la mayoría o al menos los conocidos por los humanos), que se manifiestan en varios elementos o situaciones, según el estado de ánimo y la salud de las personas; es así que además según el tipo que sean, tienen una forma en especial.  De este modo nos encontramos con vientospren, putrispren (cuando hay heridas infecciosas), dolorspren, lluviaspren, fuegospren, vidaspren, pasionspren y muchos, muchos más.  De igual manera, uno de los personajes secundarios más llamativos de este título, viene a ser una de estas criaturitas y que al final, como pasa con muchos aspectos del libro, nos da una gran sorpresa sobre su verdadera identidad.
      Siguiendo con todo lo magnífico que hay detrás de esta primera entrega de El Archivo de las Tormentas, cabe mencionar también cómo es capaz de dar origen a una serie de culturas complejas, con costumbres claramente consignadas en la lectura misma.  Luego, en lo que concierne a la mayoría de las naciones que se mencionan y en especial a aquellas que se han unido para ir a la guerra contra el enemigo ya mencionado, nos encontramos con varios detalles de interés: En primer lugar de que son pueblos monoteístas, a cuya divinidad le llaman el Todopoderoso,  uno de los nombres dados al mismísimo Dios judeocristiano (recordemos que Sanderson es un ferviente creyente mormón, tal cual su maestro Orson Scott Card, de modo que si bien sus novelas del Cosmere suceden en otros mundos, nunca deja de otorgarle gran importancia a la dimensión religiosa en sus ellas, algo que pareciera ser relevante para los escritores de esta fe); no obstante también se habla de entidades que más o menos nos recuerdan a los ángeles y otras a los demonios.  De igual manera se trata de culturas en las que el papel de hombres y mujeres en la vida cotidiana, está consignada de manera drástica según el género, de modo que solo los hombres se dedican a las artes bélicas y marciales, como a lo que concierne al mandato político (siempre se trata de monarquías, más encima); mientras que las mujeres son la únicas en el pueblo que estudian, saben leer y escribir, así como dominan conocimientos y disciplinas artísticas.  Al parecer tampoco se practica la amistad entre sexos opuestos y las féminas deben llevar su mano izquierda (¿o es la derecha?) cubierta con parte de su vestimenta, como signo de recatamiento frente a las demás personas y en especial con el sexo masculino.  Hay comidas especiales para los varones, otras para las damas y los niños también tienen sus propios alimentos.  Por supuesto que esto que cuento, así como el resto de los detalles arriba mencionados, se aprecia en su plenitud al leerse dentro del texto mismo.  De igual manera se trata de una sociedad racista, en la cual los poderosos son aquellos nacidos entre los ojos claros, mientras los llamados ojos oscuros en su mayoría nunca llegan a contar con los mismos privilegios que los anteriores; no obstante, tanto los unos como los otros están organizados en una compleja jerarquía y en la cual no hay mucha movilidad social.

Ejemplo de las elegantes imágenes que encabezan los distintos capítulos del libro.

    Como bien puede ser apreciado en Elantris y en la primera trilogía de Nacidos de la Bruma, lo expuesto en el inicio de El Archivo de las Tormentas guarda interesantes aspectos en común, que la verdad ignoro qué tanto son propios del llamado Cosmere.  Es así que acá volvemos a tener personajes con poderes, muy interesantes por cierto, los que en este caso provienen del uso de piedras preciosas, de las que se extrae energía para transmutar la materia y hacer otras maravillas (por otro lado, y siguiendo con el uso de estos minerales, se usan como fuente de energía y luz, al cargarse con las mismas tormentas que forman parte de su vida cotidiana, además de usarse fragmentos suyos como monedas de distinto valor, un pilar fundamental en su economía).  De igual manera hay gente que es capaz de tener mayor velocidad, fuerza y resistencia, además de poseer una especie de telequinesis y otros habilidades extraordinarias, de naturaleza variable.  Tampoco se puede olvidar que tal cual las otras ficciones arriba mencionadas, también se hace referencia a un pasado que en sin dudas fue mejor al presente en el que viven ahora los personajes, lleno de conocimientos increíbles que se han perdido y de los que solo quedan vestigios, que en la actualidad muchos tratan de rescatar para aprovecharlos.  También se incorporan en el libro, al comienzo de cada capítulo a manera de encabezamiento, dos tipos de citas textuales, unas de ellas correspondientes a fragmentos de las lecturas que hace uno de los personajes de viejos libros, a través de los cuales justamente busca encontrar datos importantes para su investigación (y que bien llegamos a saber que es significativa para el porvenir de su mundo); luego se encuentran las transcripciones de las últimas palabras de moribundos, segundos antes de expirar, de sospechoso contenido y de los que solo casi al final de la obra llegamos a enterarnos sobre qué función cumplen para el argumento.

      “«El amor            de los hombres es frío, un arroyo de  las montañas cercanoal hielo. Somos suyos.  Oh, Padre Tormenta…, somos suyos. Solo faltan mil días y la Eterna Tormenta viene».


       Recogido  el primer día de la semana Palah del mes Shash del año 1171, treinta y un segundos antes de la muerte. El sujeto era una mujer de ojos oscuros, embarazada, de mediana edad.   Su hijono sobrevivió.”

      Por cierto, el nombre de esta primera entrega de la decalogía se debe a un antiguo texto, titulado justamente El Camino de los Reyes, de corte sapiencial y dirigido a los mandatarios y otros sujetos de poder político, para que sepan llevar una existencia noble frente a sus subordinados.  Luego, tal como queda demostrado en varios de los personajes de la novela, se contrastan sus sentencias con la manera cómo es llevado el poder entre los hombres, entre varios de estos mismos (y, por supuesto, que unos mejor que otros).

Ilustración completa usada a manera de portada y hecha por un maestro de la ilustración de este tipo de libros:
Michael Whelan.

6 razones más para amar a Charlie Brooker…y a Netflix (primera parte).

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      A finales del año pasado los seguidores de esa joyita de pantalla chica, que viene a ser Black Mirror, tuvimos el placer de que Netflix y su creador, Charlie Brooker, nos concedieran una cuarta temporada.  Es así que tal como la tercera, esta vez volvió a contar con 6 episodios, todas ellas historias diferentes y siempre con la misma calidad de siempre, cada una con carácter autoconclusivo.  Asimismo, tal como bien nos tienen acostumbrados, sus argumentos logran reunir tanto entretenimiento como una honda crítica social, que no deja de llevarnos a más de una reflexión.
     En términos generales, esta vez los episodios no dejan de pertenecer al género de ciencia ficción (a diferencia de veces anteriores, en las que los acontecimientos suceden en el presente), puesto que en cada uno de ellos vemos avances tecnológicos y científicos, que en la actualidad no existen.  No obstante las ambientaciones ocurren siempre en un futuro cercano, unas más que otras, en el planeta Tierra. Esta vez no hubo grandes estrellas invitadas entre los actores, pero en el segundo capítulo, nos dieron una gran sorpresa al tener a alguien muy especial en la dirección.  De igual manera el tema de la violencia, siguió manteniéndose en sus guiones, con imágenes y situaciones dramáticas de gran impacto; quizás la truculencia y/o el elemento gore no sea tan elevado a diferencia de otros programas, no obstante es en la violencia verbal y en especial en la psicológica, que radica buena parte del mensaje que se nos quiere transmitir: que detrás de la sofisticación que hay detrás de esos mundos ficticios impolutos y llenos de comodidad, con gente tan linda, aún se mantiene la faceta más animal y oscura del ser humano…Por lo tanto, en la extrapolación que realizan estas obras escritas todas ellas por Brooker, se nos deja claro una vez más que mientras no logremos avanzar espiritualmente, todo lo otro será un mero encubrimiento de lo peor que habita en nosotros.
     Pero mejor vayamos directamente a las “fantasías científicas y realistas”, que hay en esta más reciente entrega de Black Mirror.


1- USS Callister: El único episodio hasta el momento que transcurre durante buena parte de su desarrollo en el espacio, si bien como se trata de una serie como esta, no todo es lo que parece.  Por otro lado, no deja de ser un claro homenaje a Star Trek, lo que parte con su título, como con el hecho de que uno de sus protagonistas, sea un fanático acérrimo de una serie televisiva retro muy parecido a este; asimismo la estética y los personajes tipos que salen acá, corresponden sin vacilaciones a los estereotipos clásicos trekkers:el capitán (rubio, algo gordo y mujeriego más encima), el oficial científico, la encargada de comunicaciones, el timonel, la extraterrestre sexy…
    El argumento nos muestra a muestra un hombre que trabaja en una de esas típicas empresas gringas, llenas de gente y donde las relaciones interpersonales no son muy estrechas que digamos.  Desde un principio el espectador no puede dejar de sentir empatía con él, pues es un nerdsolitario, que se nota ansioso por conectar con alguien, pese a que sus colegas poco interés le dan.  Todo se mantiene igual, hasta que nos enteramos de que este no es cualquier persona en este lugar; sino que se trata de nada menos que el cofundador de la compañía,  por lo que se trata de uno de sus dueños y más encima se trata del creador de los exitosos software y hardware,que permiten a sus clientes conectarse a un juego de realidad virtual de avanzada.  Es así que este sujeto se evade en ese mundo de fantasía, el cual ha adaptado a sus necesidades y obsesiones y cuando lo hace se transforma en quien en el exterior es incapaz de ser.
     A medida de que se iba desarrollando su trama, se me vino a la cabeza el concepto de “psicópata de clóset”cuando se fue descubriendo (supongo que lo acuñé yo, así que cobraré derechos de autor al que la ocupe sin mi permiso), y con muchas sorpresas de por medio, salió a la luz una persona por completo distinta a la que en una primera instancia se veía.  De este modo, queda de manifiesto la naturaleza dual y compleja de los seres humanos, en lo que viene a ser una representación de la oscuridad que habita en nosotros.  No obstante, también queda expresado que aun cuando todo se vea oscuro para uno, si hay compañerismo y esperanzas, siempre podemos encontrar (o crear nosotros mismos) una solución para las cuitas que pesan sobre uno.
     Por cierto, esta viene a ser la segunda historia de todo Black Mirror en tener un final feliz, el que más encima termina con un tópico habitual en ficciones de carácter más o menos aventurero: el ansiado castigo para el villano.  Y he aquí, en esto último, que sale a colación la noción de justicia que podemos llegar a abrazar, cuando frente a los abusos de los poderosos en contra de quienes no se pueden defender, dejamos de lado la moral judeocristiana y pedimos a gritos un ojo por ojo; de este modo, resulta fácil encontrar argumentos para justificar actos que en otras circunstancias nos parecerían aberrantes.  Por lo tanto, si no reconocemos esto que hay en nosotros, estamos siendo ciegos e hipócritas.  Queda a cada uno ver qué decidir respecto a este tipo de prolegómenos y a la conciencia de uno cómo sobrellevarlo.


                                                                Tráiler subtitulado.


2- Arkangel: Este es el episodio dirigido nada menos que… ¡Por Jodie Foster! Cabe recordar que las 2 veces oscarizada actriz de Hollywood, tiene hace rato ya sus flirteos con la ciencia ficción, con su participación en filmes elogiados del género, tal como son Contactode Robert Zemeckis y Elysiumde Neill Blomkamp (ambas cintas que comparten con esta serie, el discurso si no bien moralista, de hondo compromiso filosófico y de una estética impecable).  Por otro lado, su participación en el episodio Never Again de la cuarta temporada de Expediente-X, sin dudas que nos deja consignada su “lado ñoño” bastante respetable, que de seguro ni cobró para ello y, por lo tanto, si por tercera vez en su larga y premiada carrera se atrevió a estar detrás de las cámaras, a lo mejor también más la movieron otros intereses que los económicos…
     Para entender mejor el mensaje de esta historia, que posee una dimensión bastante escabrosa, es relevante recordar qué es un arcángel.  Pues es una criatura espiritual y celestial, que protege a los seres humanos y sirve directamente a Dios.  Es así que en el capítulo una madre (que no queda claro si es viuda o soltera, aunque sí que vela por su hija ella por su propia cuenta), adquiere un aparato que le permite vigilar y/o controlar a su pequeña, desde que es prácticamente un bebé.  He ahí el nombre de esta entrega de Black Mirror, que responde tanto al cuidado parental, como a la misma máquina conectada a la unigénita de la mujer y de la manera más increíble (y posible) que se nos pueda ocurrir.  Luego, todo parece ir bien hasta que la muchacha comienza a crecer y llega a la complicada edad de la adolescencia; es cuando entonces comienza el verdadero drama de todo esto.


      Frente a los extremos a los que llega la madre en su preocupación por la integridad de su hija, está obviamente presente el tema de la libertad, que en este caso se mezcla con la noción del amor y los miedos paternales, cuando se pierde el horizonte al no dar su propio espacio a quienes amamos.  Por supuesto que es difícil ser buen padre y más si solo se tiene un hijo, que no entrega un referente directo y experiencial para saber mejor qué es correcto o no en su actuar con él, por quien uno está dispuesto a hacer cualquier cosa por su seguridad… ¿Pero qué pasa con la sobreprotección? Esto y mucho más es lo que aborda esta historia, en la que vemos cómo las buenas intenciones, tal como dice el dicho, nos pueden llevar al infierno.
      Las complicadas relaciones filiales expuestas en esta perla de la TV, pueden ser que parezcan demasiado terribles acá; no obstante cabe recordar que el arte imita a la vida, de modo que la violencia perpetrada entre las dos féminas en pugna, no es solo una ficción: es real lamentablemente.  De este modo, nos volvemo testigos de cómo se va rompiendo esa mirada inocente de los infantes hacia sus progenitores, quienes en un principio son casi dioses que dictaminan sus existencias, hasta que los años provocan las primeras dudas sobre su supuesta sabiduría.
      El final es duro, que no olvidemos de qué programa estamos hablando…No obstante recordemos una gran virtud que tiene la ciencia ficción: que a través de la extrapolación, llevando al límite las problemáticas reales, podamos mejorar aquello que está mal en nosotros.


                                                                 Tráiler subtitulado.


3- Cocodrilo: Si el capítulo anterior les parece espantoso…Prepárense para este otro, que nos deja sin dudas con un sabor amargo mayor.  Todo parte con una pareja de ¿Amigos? ¿Amantes? que tras una noche de juergas y borrachos, cometen el peor error de sus vidas, hasta el momento.  Hasta que años después en los que estos jóvenes adultos irresponsables ahora ya son mayores, la culpa embarga a uno de ellos y desea resarcirse de algún modo al respecto.  Es entonces que su antigua compañera de andanzas no quiere apoyarlo, claramente por miedo a que su ahora perfecta vida se derrumbe, lo que la lleva a cometer un mayor desastre que el anterior…y luego tal cual la típica pequeña bola de nieve que va creciendo en su descenso para terminar estrellándose, cada vez en que trata de arreglar los nuevos entuertos, más se hunde la mujer.
    El nombre críptico de esta ficción, al menos como yo lo veo (ya que no aparece ninguno de estos reptiles en todo su metraje), bien podría deberse al planteamiento de que pese a todo lo “lindo” que puede haber en nosotros, el llamado cerebro reptil que aún queda como vestigio en cada uno de lo más primitivo, con facilidad entra en acción cuando se trata de la autoprotección.   De este modo, una vez más volvemos al asunto de la violencia, que tan inherente es al ser humano, quiérase o no.  No obstante tal como queda demostrado en el argumento de esta obra, cada uno cava su propia tumba, de modo que por mucho que el instinto sea lo primero en entrar en funcionamiento, la única manera de frenar a la bestia que hay en nosotros, es usando otras partes más desarrolladas de nuestro cerebro.

No se dejen engañar por estas lágrimas...¡De cocodrilo!

     No se puede dejar de lado la preciosa fotografía de este episodio, relacionado con la misma ambientación de su argumento, ya que todo ocurre en medio de vastos paisajes invernales y nevados.  Es así que si bien los reptiles no viven en medio de estos lugares, la belleza que hay detrás de esta naturaleza congelada, sin dudas que representa la propia frialdad de la protagonista para actuar ante el peligro, con sangre fría, tal cual como la que caracteriza a los mismísimos reptiles.  
      En cuanto a los elementos de ciencia ficción que aquí vemos, ello tiene que ver en especial con un interesante aparatito que le otorga a esta historia cierta faceta de historia policial más o menos; por otro lado, la utilización de esta máquina para descubrir la verdad, abre las puertas a otro tributo a un clásico de la ciencia ficción audiovisual: Blade Runner.  Dejo a los fanáticos y cinéfilos descubrir de qué manera se da este detalle en su puesta en escena.


                                                                       
                                                         Tráiler subtitulado de Crocodile.

¿Vas y vuelves?

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     Definitivamente la poesía no es lo mío, que lo que me hace vibrar son las historias y los grandes personajes.  En cambio las palabras que ilustran los sentimientos y las ideas, de la manera más sublime posible a través de versos y figuras literarias, pocas veces logran tocarme…Incapacidad mía, en todo caso, que no menosprecio esta forma de hacer arte, al contrario, la valoro mucho.  Gracias a Dios debido a mi labor como profesor de Lengua Castellana (que en Chile implica enseñar también literatura…y harta, menos mal, que es lo que a mí me gusta), puedo tener mis acercamientos con el género lírico y así disfrutar, de vez en cuando, uno que otro poema.  Incluso hay quienes en mi trabajo (alumnos, colegas y jefes) creen que me gusta este tipo de arte, pues en más de una ocasión he leído una obra frente a la comunidad o a un curso al que le hago clases, recitándola de la manera más comprometida posible con su mensaje, pero es lo que corresponde de un profesional en el área al que me dedico ¿O no?
      Ahora mismo me iba a poner a escribir otro post, el habitual texto ñoño de mi autoría que encuentran acá (le tocaba a unos preciosos cómics escritos por Neil Gaiman, que me leí en mi reciente viaje a la playa), hasta que gracias a mi amigo Marcelo López, me enteré de que falleció recién Nicanor Parra.  Por toda su contribución para las letras nacionales, en lengua castellana y en general a las de todo el orbe, como también por el hondo respeto y aprecio que siempre me ha merecido don Nica (como cariñosamente le llamábamos), le dedico estas sentidas palabras. 
       No voy a referirme a su extensa vida como literato, que, por un lado, soy un ignorante en esos temas, ya que no leo poesía fuera de mi labor profesional.  Y si quieren saber más de él, mejor googleen, que les seguro así se enterarán mejor sobre la vida y obra de este gran hombre.  Pero sí diré otras cosas de él que para mí son significativas, como que a sus 103 años de edad aún seguía bastante lúcido hasta poco antes de fallecer y a lo largo de su fructífera e intensa existencia fue nominado varias veces al Premio Nobel de Literatura, el que lamentablemente nunca ganó; no obstante, se podría decir que este galardón es como el Oscar hollywoodense, pura parafernalia y está lleno de influencia políticas (que no sé si económicas)…¿O acaso ignoran que solo por haber escrito sus memorias a Winston Churchill le dieron este codiciado trofeo, tras haber ganado la Segunda Guerra Mundial los Aliados y de los que él fue uno de sus líderes? Así fue, en vez de dárselo a verdaderos narradores y poetas. De igual manera no voy a dejar de estar en desacuerdo con que se lo hayan concedido hace poco a Bob Dylan, un popular cantautor gringo… ¿Premio Nobel de Literatura o Premio Nobel de Música? Todo eso me pareció de una demagogia tremenda, que sin menospreciar el talento de este otro artista, aquí me atengo al dicho que dice “Pastelero a tus pasteles” (sorry, no puedo evitar ponerme polémico a veces).  Sin embargo esto es harina de otro costal y me estoy yendo por las ramas, creo.  En todo caso el antipoeta recibió tantos otros honores en todo el ancho mundo, que de seguro ni le importó la ingratitud de las autoridades de la Academia Suiza.
     ¿Qué tiene de especial el trabajo de Parra, que sí logró interesarme con sus creaciones? Pues que como poeta tradicional, lo poco que le he leído, sin dudas, que me ha llegado al corazón; tal vez no siempre vivencialmente, pero sí en todo momento emocionándome por las bellezas de su discurso.  No obstante es en su llamada antipoesía, subgénero poético de su propia creación, que este más consiguió mi atención.  En pocas palabras (y para quienes no saben a qué corresponde este tipo de versificación), se trata de llevar la poesía al mundo cotidiano, haciéndola más cercana al resto de la gente que no está acostumbrada a las crípticos metáforas de la lírica típica; así que a veces usaba lenguaje común y corriente, para estos textos, con lo que se completaba el sentido de toda su intencionalidad.  No obstante es su lado humorístico, usando una fina e inteligente ironía, lo que más me gusta de todo esto; la crítica social ácida va muy de la mano con estos escritos.  A continuación un ejemplo que sirve para ilustrar lo que digo, que con un fragmento me entenderán mejor:

Manifiesto.

Señoras y señores
Ésta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.

Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.

A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.

Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.

Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón. 

Nosotros repudiamos
La poesía de gafas obscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda. 

     Asimismo realizó una serie de 242 postales llamadas Artefactos (los juegos de palabras vienen a ser otro elemento característico de su lírica y como bien me gusta este recurso, obviamente mayores razones tengo para disfrutar lo que hizo), en las que utilizó varias imágenes de corte lúdico para acompañar breves, aunque chispeantes antipoemas, en lo que viene a ser uno de sus trabajos más rupturistas y recordados.  Como muestra, un botón:




      Don Nica era profesor, colega mío, físico y matemático más encima, así que era una de esas personas brillantes que son capaces de llevar de forma armoniosa dos ramas aparentemente contrarias: la lógica de los números y las ciencias duras y exactas, con la creación artística de las palabras.  Por ser colega mío, que hizo clases en colegios y luego, ya consagrado, en universidades, mayor razón tuve para sacarme el sombrero ante él.  Cuando estaba en primer año de la carrera de Filosofía, entre los 18 y los 19 años, tenía un amigo que estudiaba ingeniería; bastante “cuadrado” en muchas cosas y una vez en que me contó que le hacía clases nada menos que el antipoeta, le pregunté qué cómo ello era posible (entonces no sabía de sus títulos académicos)

-          Para que los ingenieros no seamos tan insensibles- Me respondió (o más o menos ese fue el sentido de su contestación).

      Entre el año pasado y este lo he visto como personaje en dos obras de teatro.  Primero en una de las piezas dramáticas más emblemáticas de la dramaturgia chilena: La Negra Ester, basada en las memorias en décimas de su hermano Roberto Parra.  Luego, hace unas semanas atrás no más, en Paloma Ausente, otra preciosa obra de La Patogallina, mi compañía favorita de teatro criollo.  Y es justamente en esta última pieza, sobre la vida de su hermana Violeta Parra, que se encuentra presente un aspecto muy valioso en la biografía de don Nica que aprecio mucho: Que impulsara con su apoyo y consejos a la sin par Violeta, a llevar a cabo su importante labor como recopiladora de canciones folclóricas chilenas; con lo que luego la artista realizó algunas de sus mejores composiciones.  De este modo, fue la inspiración tanto para ella, como para muchos, incluyéndome.
      Cuando cumplió el siglo, en una irreverente publicación semanal llamada The Clinic. le hicieron un especial y la portada me encantó, con un fotomontaje en grande con su rostro y usando otro gracioso juego de palabras: 
      Hace unos años atrás se realizó una exposición en un importante centro cultural (el GAM, cuyo nombre completo es Centro Cultural Gabriela Mistral, en honor a nuestra importante primer Premio Nobel de Literatura, de los dos que como país poseemos) y allí tuve el gusto de ver un excelente documental filmado en plena dictadura de Pinochet (que tuvo sus buenos problemas con la censura durante su producción y posterior exhibición), que recién se pudo ver de forma masiva en Chile en 2014, gracias justamente al The Clinic, que lo vendió a un precio bien barato en los kioscos en DVD.  Este documento histórico tiene valiosas entrevistas a don Nica, así como lecturas de algunos de sus trabajos por parte del mismo, incluyendo curiosas dramatizaciones de importantes actores nacionales.  Es una delicia ver y disfrutar este filme.
     En materia de efemérides relevantes de la más reciente historia literaria chilena, se puede decir que el 23 de enero es fatídico para nosotros, pues hace 3 años exactamente perdimos a Pedro Lemebel y ahora se nos fue Nicanor Parra.  Por la tarde me enteré de que si bien era gringa, los amantes de la buena ciencia ficción y fantasía, perdimos además este mismo día a Ursula K. Le Guin, autora de quien he leído algunas de las ficciones que más hermosas me han parecido (se viene un homenaje dedicado a ella, se los aseguro),  Así que quedará esta fecha grabada a fuego en mi memoria.
       La noticia de la muerte de Nicanor Parra se supo justo cuando el presidente (re) electo Sebastián Piraña, perdón, Piñera, presentaba al país su nuevo gabinete (ministros y todo eso).  Como tienen la mala costumbre acá, un verdadero chiste y falta de respeto a la pedagogía, su Ministro de Educación es… ¡Un economista! Como si no creyeran que un profesional de la educación, alguien que se haya curtido en las aulas escolares como don Nica y lo también mencionados Gabriela Mistral y Pedro Lemebel, fuesen capaces de hacer una labor digna.  De veras que la educación es un negocio y no un derecho y una obligación para formar personas y a las nuevas generaciones. A muchos nos gustaría que quien estuviera a cargo del Ministerio de Justicia o de Salud fuese un maestro de escuela, en vez de un abogado o juez o médico respectivamente.  Esta situación bien amerita un antipoema político del recién fenecido, como muchos de este estilo que llevó a cabo.
      Uno de los Artefactos de don Nica a manera de epitafio suyo dice: Voy y Vuelvo.  Quiero creer eso de él y de todos esos artistas que con su talento han logrado hacernos soñar y crear belleza de la nada.


                                                                    El comienzo de Cachureo.


Enero: Mes de despedidas.

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      Los chilenos aún no enterrábamos siquiera a Nicanor Parra, cuando los amantes de la ciencia ficción y la fantasía sufrimos el mismo día por la muerte de Ursula K. Le Guin.   Como ñoño con gusto por la lectura he leído más a esta señora, que al antipoeta y no creo que ello sea algo para avergonzarse.  Por ende, lamento mucho más esta partida, puesto que cuando me acuerdo de ella, puedo rememorar horas y horas de mi vida disfrutando algunos de los textos de ficción más sublimes que he conocido.
      Mi primer acercamiento a esta dama de las letras fue cuando estaba en la universidad, en primer año de la carrera de Pedagogía en Castellano en la UMCE (ex Pedagógico).  Era 1995 y yo era alumno del que creo fue el primer curso a nivel universitario que se hizo sobre ciencia ficción.  Este era dado por el físico Juan Espinoza, un hombre muy amable y del que guardo muy buenos recuerdos.  En la enorme biblioteca suya, que tuve la suerte de conocer y abarcaba un cuarto entero, se encontraba un ensayo bastante completo acerca del género que nos había reunido y el que gentilmente me prestó.  Apenas tengo recuerdo de sus páginas, pero sí tengo claro que era denso el texto y que entonces para mi falta de madurez intelectual me pareció complicado entenderlo; no obstante, en sus páginas se encontraba un capítulo dedicado en exclusiva a La mano izquierda de la oscuridadde Ursula K. Le Guin y de inmediato lo que decía al respecto me encantó: un planeta que permanece en un invierno blanco de forma permanente, con una especie humanoide que pasa parte de  su vida siendo andrógina o asexuada y que durante periodos pueden ser o bien de género masculino o de género femenino.  Era la primera vez en que me encontraba con una obra de este tipo que abordaba el tema de la sexualidad, que entonces pensaba que la ciencia ficción era solo futurista, robots, extraterrestres y “efectos especiales”.  Al año siguiente, el profe Juanito, como me gustaba llamarlo, al haberme convertido en su alumno ayudante en otros semestres de la asignatura, me regaló el dichoso libro.  Me lo leí al tiro (como nos gusta decir acá en Chile, o sea, raudo y/o casi de inmediato) y como esto fue ya hace más de 20 años y mi memoria es frágil… ¡He olvidado el resto de su contenido! 
      Los nombres de la mayoría de los libros de esta autora siempre me parecieron muy poéticos, siendo que además fue la primera autora mujer (aunque suene redundante), que supiera escribía ese tipo de historias que tanto me gustaban (bueno,  aparte de Mary Shelley de Frankenstein, aunque cuando esta última realizó tal magna obra aún no se acuñaba el concepto).  Por lo tanto, los títulos y el género de su creadora, eran motivo suficiente para querer leerla: Los Desposeídos, Las doce moradas del viento, La rueda celeste, Las llaves del aire, La liberación de una mujer, El lugar del comienzo…Títulos evocadores para historias llenas de una prosa poética y sensibilidad, que siempre la relacioné con Ray Bradbury y Orson Scott Card.  La Le Guin era una autora feminista, pero además en sus escritos se notaba que era una mujer la persona detrás de esas ficciones, no por un sentimentalismo romanticón, sino porque desde que soy un ávido lector, he podido comprobar que las damas que se dedican a este arte, lo hacen con una belleza que solo ellas pueden lograr… ¡Y vaya que disfruto la ciencia ficción o la fantasía escrita por féminas!

     He leído harto de esta señora, no obstante para qué les voy a mentir: No recuerdo mayormente sus narraciones: Me he pasado por sus novelas (La Ciudad de las Ilusiones, El ojo de la garza y El mundo de Rocannon), también por algunas de sus antologías como Planos Paralelos.  Pero es, sin dudas, en su ciclo de Terramar, compuesta por 5 novelas, que más he disfrutado su talento (todavía no puedo conseguir su colección de cuentos relacionados).  No quepa duda de que se trata de unos de los mejores ejemplos de la fantasía ¿épica?, con magos, dragones y todo tipo de criaturas increíbles, que nos hablan de lugares tan distintos al nuestro y aun así tan cercanos a nuestra realidad, que una autora como “la tía Úrsula” (comprometida sin dudas con las grandes preocupaciones de la humanidad) logró plasmar a través de sus sueños.
     He estado pensando hace un rato ya escribir sobre lo que llamo mis pecados de omisión, referido a aquellos libros que encontré en oferta o a mano en algún momento de mi vida y  de puro tonto no compré.  Luego, tras perder esa oportunidad, ya nunca más volví a tener tal oportunidad…Son unos cuantos títulos que me pesan sobre mi conciencia, je, que de seguro a más de uno le ha pasado.  Pues con la escritora a la que hoy rindo este homenaje, también tengo una historia parecida.  Fue más o menos entre 2005 ó 2006, cuando estaba bien barato El nombre del mundo es bosque, que está considerado entre sus obras cumbres ¿Y por qué no lo hice si contaba con el dinero para ello y ya hace rato que conocía las virtudes de su literatura? Pues… ¡Porque era muy corto para mi gusto! En definitiva fui un tonto y merezco que así me pille Nyarlathothep.  No he vuelto a pillar ese libro por acá y menos con tan buen descuento.
      Lo último que me compré de Ursula K. Leguin fue una edición de lujo, enorme y con ilustraciones de El eterno regreso a casa, que lo adquirí en diciembre pasado, una compra que me hizo muy feliz.  Mi amigo Leonardo Navarro me dio el dato de que había llegado a otro precio más que aceptable, así que como uno aprende de sus errores…Creo que para seguir honrando la memoria de su autora, sería bueno leérmelo estas vacaciones de verano, que aún me queda mucho.
      Ahora que falleció, lo más seguro que las productoras de cine y televisión les dé por hacer adaptaciones de su obra, que lamentablemente pese a su prestigio, tuvo escasa atención de estos en vida y respecto a las dos últimas que se realizó de ella, mejor no hablar.  A ver si ahora que nos queda poco con Juego de Tronos.en materia de programas basados en sagas literarias de fantasía, se atreven con el ciclo de Terramar, que harto material tienen.
       Termino este tributo mío con las palabras de la misma dama a la que hoy despido, quien como podrán darse cuenta si no la han leído, no solo nos dio algunas de las historias más brillantes de la ciencia ficción, sino que sabía que esta es mucho más que mero entretenimiento y evasión.

“La ciencia ficción no es algo menor. Y no es solo, ni especialmente, la Enterprise, Star Wars o las tropas del espacio. Significa experimentar con la imaginación, responder preguntas que no tienen respuesta. Implica cosas muy profundas, que cada viaje es irreversible...”.

¡Huérfano de la Tía Úrsula!

Y esto es solo el comienzo (segunda parte).

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     Tras haber revisado de qué trata El Camino de los Reyes, primer volumen de la saga conocida como El Archivo de las Tormentas, nos queda conocer a sus personajes más destacados.  Pues estos son:

Kaladin: Para un servidor, lejos el mejor de los protagonistas y que sin dudas viene a ser el más desarrollado a lo largo del libro, puesto que no solo aparece en cada uno de los apartados que lo comprenden (mientras que los otros dos, en algunas de estas secciones desaparecen de la acción durante cientos de páginas); es así que no solo lo vemos actuar en tiempo presente, si no que más encima hay capítulos a manera de flashbacks, que comienzan desde su infancia a retratarlo, hasta llegar poco antes de su vida como esclavo, que es cuando por fin logra encontrar su verdadero lugar en el mundo. 
     Heroico como él solo, aunque caracterizado de una manera muy humana, no como alguien perfecto, aunque sin duda con una enorme capacidad para crecer de sus errores y superar sus flaquezas, en este primer libro representa más que ningún otro al hombre (o mujer) que ha pasado por las mayores peripecias en su vida.  Hijo mayor de un médico, durante sus primeros años se debatió entre seguir los caminos de su padre o dedicarse a la vida militar, hasta que su propio corazón y honor hacen que tome el segundo de estos caminos.  Luego los avatares del azar acaban por llevarlo a convertirse en un esclavo, justo en medio de la guerra contra los supuestos monstruos llamados parshendi.  Con posterioridad, cuando había perdido toda esperanza y se había quedado sin un propósito, recupera la cordura y desde entonces comienza a convertirse en el líder que estaba destinado a ser.
      Hay varios aspectos a considerar como atractivos en este joven, que no debe superar los 20 años de edad y aun así con muchas vivencias límites a cuestas.  Una de ellas, resulta ser el tema de la vocación que se presenta en él, ya que, tal como se dijo más arriba, dos fuertes impulsos fueron el eje de su vida durante mucho tiempo; con posterioridad, una vez en que se convierte en un hombre del puente, no solo asume de una vez por todas el papel que le toca, ganándose el compañerismo incondicional de sus pares y hasta el respeto de algunos otros (incluyendo unos cuantos enemigos), sino que en un giro inesperado de los acontecimientos adquiere nada menos que…¡superpoderes! No obstante como es un hombre humilde, que solo quiere servir a los suyos, los oprimidos y hacer justicia, usa sus nuevas capacidades sin sacar provecho personal de ellas.

    “— ¿Entonces por qué luchar? Me dije a mí mismo que lo intentaría una última vez. Pero fracasé antes de empezar. No se les puede salvar. —¿La lucha en sí misma no significa nada? —No si estás destinado a morir —agachó la cabeza. Las palabras de Sigzil resonaban en su mente. «Vida antes que muerte. Fuerza antes que debilidad. Viaje antes que destino.» Kaladin miró la rendija de cielo. Como un río lejano de agua pura y azul. Vida antes que muerte. ¿Qué significaba el dicho? ¿Que los hombres deberían buscar la vida antes que buscar la muerte? Eso era obvio. ¿O significaba otra cosa? ¿Que la vida venía antes que la muerte? Una vez más, obvio. Y sin embargo las palabras sencillas le hablaban. La muerte viene, susurraban. La muerte les viene a todos. Pero la vida viene primero. Saboréala.”

Dalinar Kholin: Príncipe hermano del rey, asesinado al que desean vengar los reinos unidos que han declarado la guerra a los parshendi.  Es un recio hombre que está en la cincuentena de su vida, aún atlético y un gran guerrero, líder de su familia, compuesta por sus dos hijos varones y uno de los privilegiados en poseer una armadura y espada esquirladas (vestigios de las viejas ciencias y técnicas que se han perdido en el presente, siendo que la primera aumenta considerablemente las capacidades de su dueño y la segunda es capaz de cortar todo material y matar a todo lo que toca).
     Llamado El Aguijón Negro por su maestría para la guerra, en especial durante su juventud, ha caído en desgracia entre sus pares, porque o bien consideran que se ha vuelto loco o bien desprecian la rectitud con la que ahora rige su existencia.  Y es que este hombre ha abrazado los preceptos del Camino de los Reyes, aunque ello signifique que hasta su progenie dude de él, además de sus antiguos aliados y otros que nunca llegaron a conocerlo lo suficiente. 
      Dalinar tiene un gran secreto, que solo los más cercanos a él manejan: de vez en cuando le dan unas especies de trances, en los que tiene visiones del pasado y en lugares que desconoce, ocupando el cuerpo de otras personas e interactuando con más gente.  Sus viajes espirituales tienen un propósito y es que él esté preparado para el gran mal que se avecina, uniendo todos los reinos o a la mayoría de estos, para que puedan sortear bien la amenaza que llegará.  El problema es que no sabe a ciencias ciertas, si esto es producto de un deterioro mental o en verdad ha sido designado por fuerzas superiores para salvar a la humanidad; así que debe asegurarse de cuál es la verdad de todo esto.
     Cerca del final de la novela, su destino se une inexorablemente al de Kaladin, ya que sin dudas ambos comparten papeles adyacentes, al lado de los representantes del bien.

    “—¡La muerte es el final de todos los hombres! —gritó Dalinar—. ¿Cuál es su medida cuando ya no está? ¿Las riquezas que acumuló y dejó para que se pelearan sus herederos? ¿La gloria que obtuvo, sólo para pasarla a aquellos que lo mataron? ¿Las elevadas posiciones que obtuvo por casualidad? »No. Luchamos aquí porque comprendemos. El final es el mismo. Es el camino lo que separa a los hombres. Cuando saboreemos ese final, lo haremos con la cabeza bien alta, los ojos al sol.”

Shallan: Joven hija de una familia de aristócratas venidos a menos, emprende un viaja para conseguir que una famosa erudita la acoja como su discípula y así ello le pueda traer beneficios para su alicaída gente.  Esta es todavía una adolescente (más o menos), pero a su edad ya es alguien muy inteligente y con un espíritu inquieto en el terreno intelectual.  Con un talento increíble para el dibujo, los bocetos que vemos de tipo naturalista en la novela son de ella.
      Detrás de sus supuestas intenciones de sacar provecho de los conocimientos de Jasnah Kholin (hija del rey asesinado por el enemigo y hermana del actual monarca heredero, al que supuestamente ahora sirven todos los llamados altos príncipes, es asimismo sobrina de Dalinar), se encuentra su propio secreto y que comienza a remorderle la conciencia, cuando comienza a tomarle precio a su maestra.
      En el transcurso de su compañía junto a la aristócrata y que más encima es considerada mala influencia por algunos, debido a su ateísmo, se cruza con un apuesto y joven sacerdote.  En una primera instancia, se supone que este desea salvar tanto el alma de su maestra, como la suya y quien sin embargo estaría dispuesto a abandonar sus votos para estar con ella (Shallan, pese a sus dudas, igual siente atracción hacia este hombre); no obstante en otra de las grandes sorpresas de la trama de esta obra, se descubre cuáles son las verdaderas intenciones del sujeto que la corteja, lo que tiene que ver con los mismos propósitos ocultos de la estudiante.
       Por otro lado, Shallan al igual que Kaladin y Dalinar, también comienza a desarrollar inesperadas habilidades sobresalientes.  De seguro en algún momento de esta serie, cruzará su camino junto al de los otros dos y en especial en lo que concierne a la oscuridad que está por llegar.

       “Hizo a un lado la página. Algunos hombres coleccionaban trofeos. Otros coleccionaban armas o escudos. Muchos coleccionaban esferas. Shallan coleccionaba personas. Personas, y criaturas interesantes. Tal vez era debido a que había pasado gran parte de su juventud en una prisión virtual. Había desarrollado la costumbre de memorizar rostros, y de dibujarlos más tarde, después de que su padre la descubriera haciendo bocetos de los jardineros. ¿Su hija? ¿Haciendo dibujos de ojos oscuros? Se enfureció con ella: uno de los pocos momentos en que dirigió su famoso temperamento contra su hija. Después de eso, ella hizo dibujos de personas solo en privado, usando en cambio los momentos libres para esbozar los insectos, crustáceos y plantas de los jardines de la mansión. A su padre no le importó esto (la zoología y la botánica eran actividades femeninas adecuadas), y eso la animó a elegir la historia natural como Llamada.”

Hermosa ilustración que muestra a Shallan haciendo uno de sus bocetos.

      Algunos de los secundarios más interesantes son:

Syl: Unaspren que lleva acompañando a Kaladin durante buena parte de su viaje, no queda claro si de cuando era un lancero sirviendo a un señor o ya convertido en esclavo.  Acostumbra tomar la forma de pequeña mujercita, muy bella, aunque puede tomar otras formas como de hoja.  Solo se aparece ante este, aunque Roca, uno de los nuevos compañeros más leales del antiguo soldado, al pertenecer a un pueblo más sensible, la puede ver sin problemas.
     La carismática personalidad del hombre la lleva a hacer algo no visto antes por su especie, convertirse en su amiga, llegando a tener charlas con él y siendo un gran apoyo en muchas cosas. Su relación estrecha con Kaladin la empieza a cambiar, al punto de que comienza a humanizarse (¿o queda mejor dicho convertirse en persona?) y a desarrollar más habilidades; de igual manera es la responsable, en buena parte, de que el muchacho también vaya desarrollando sus propios poderes. 
     Cerca del final se nos revela, de manera muy emotiva, qué tipo de spren es y por qué se quedó junto a Kaladin.

Szeth-hijo-hijo-Vallano: Un secundario que aparece tan solo unas 5 veces, más o menos en todo este tremendo libro, en los llamados Interludios, que están dedicados a otros personajes y que salvo él, solo salen en la historia una vez (su aparición y la de los demás transcurre en otros sitios de este ancho y vasto mundo, acomplejando el argumento, que de seguro en un momento o bien los unirá junto al resto o al menos ayuda a definir mejor lo que está por ocurrir en próximas entregas).  Este hombre tiene un papel relevante en el origen de la guerra, en la que se encuentra el resto de los personajes, así como interviene en otros hechos sangrientos, que no dejan de ser significativos para el porvenir de todo.
     Miembro de una raza humana extraña o de un culto misterioso, es un asesino de inmensos poderes y portador de una de las pocas espadas esquirladas que quedan.  Sin embargo este sujeto no es libre de usar a su antojo todo lo que tiene, ya que por motivos que aún no quedan claros, ha hecho un juramento, que lo convierte en esclavo de los deseos de quien sea dueño de una pieza suya.
     Entre tanto homicidio que ha realizado siguiendo las órdenes de sus distintos amos, hay una enorme culpa con la que carga y que lo convierte en otro personaje complejo del libro, que pese a todo posee una notoria humanidad. 
      De seguro lo mejor de él está por venir.

Sadeas: Alto príncipe de gran prestigio entre sus congéneres, debido a su enorme riqueza y contactos.  En su juventud fue un amigo muy estrecho de Dalinar, pero cuando ambos tomaron distintos rumbos, la fraternidad se resintió demasiado.  Y sin embargo están en el mismo bando, en la guerra contra los parshendi; así que tienen que aprender a soportarse, pese a que sus diferencias los separen de manera tan tajante.
    Es el dueño de los puentes portátiles que gente como Kaladin y los suyos deben transportar y cargar bajo alto riesgo de sus vidas.  De tal modo es posible pasar entre una meseta y otra, pudiendo luchar contra sus adversarios y así conseguir una preciada gema corazón de los abismoides, cuando estos se convierten en crisálida durante un periodo.  No le importa el bienestar de nadie más, por eso usa a todos aquellos que sea posible para sacar el máximo provecho posible.

Navani Kholin: Viuda del rey asesinado por los parshendi y madre del actual rey, como de Jasnah.  Es una mujer también de gran inteligencia y astuta como su hija, aunque de un carácter más dulce.  Desde antes de casarse, en  su juventud, estuvo enamorada de Dalinar, aunque el destino no los quiso unir.  Ahora ya maduros, no quiere desaprovechar la oportunidad de estar con el hombre que realmente ama y de quien sabe que le corresponde.  Por otro lado, se transforma en una importante aliada para este. 
Una edición ¿alemana? de este libro.

6 razones más para amar a Charlie Brooker…y a Netflix (segunda parte).

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        El resto de la cuarta temporada de Black Mirror se compone de los siguientes episodios:

4- Cuelguen al DJ: He aquí que nos encontramos con un tema caro a la ciencia ficción y que en producciones como Black Mirror, de fuerte crítica social, no podía faltar: la antiutopía, también conocida como distopía y/o contrautopía.  En pocas palabras, se trata de un totalitarismo, una dictadura, llevado a sus extremos y bajo la cual se retrata una sociedad supuestamente perfecta, pero en la que las injusticias son tan grandes, que no solo unos pocos tienen privilegios, sino que el respeto por la privacidad y el derecho a la libertad no existe. 
     Es así que en este episodio se perfila un mundo en el que la gente debe conocer a varias otras personas de su edad, para vivir juntos como pareja durante un tiempo relativo, hasta que el sistema que maneja todo esto, encuentre al sujeto supuestamente ideal para cada uno y, de este modo, compartir por el resto de sus días juntos.  Es así que una máquina dicta cuánto tiempo durará el romance, el que es vigilado por agentes del gobierno para que nadie sobrepase el tiempo establecido y vaya contra el sistema decidiendo ir contra seguir los dictámenes de su corazón, en vez de promover el supuesto bien común.
     Todo esto se presenta a través de una pareja que descubre desde el principio que en verdad se aman, pero que al igual que sus pares deben someterse a los dictámenes de su gobierno, hasta que va incrementándose el espíritu de rebelión entre los dos.
     A menos de que me equivoque, esta es la segunda historia de tipo más o menos romántica que se ha hecho en todo el programa, lo que le otorga un cariz mucho más agradable y emotivo que al resto de lo visto en él.  Destaca la manera de cómo se proyecta el amor mutuo entre sus dos protagonistas y quienes no dejan de ser una especie de esperanza, en medio de esa realidad caracterizada por la sumisión del resto de sus habitantes.  Al parecer los demás están contentos con el hecho de que los poderes fácticos manejen sus vidas, no obstante en la figura de estos dos amantes separados a la fuerza, queda claro la verdadera plenitud es aquella elegida por uno mismo y no la que dictaminan otros, pasando a llevar la individualidad. 
     Llama la atención que en este mundo tan perfecto a primera vista (no hay pobreza, ni fealdad y siempre están contentos), todos son jóvenes, ni hay niños, encontrándose sus integrantes entre los veinte y los treinta años.  Se supone que aquellos que están en “edad de merecer”, pasan esta etapa de su existencia en una especie de ciudadela, de la que no pueden salir hasta que se concrete el matrimonio perfecto y, sin embargo, todo esto viene a ser la clave para el inesperado desenlace.  Empero, tal como queda demostrado en este episodio, la sumisión y el aburrimiento producto de la monotonía, cuando se inhibe el derecho a la autenticidad, llevan a la rebelión (algo claramente demostrado a lo largo de la historia de nuestro propio mundo).
     Por cierto, en un momento de las tantas parejas que le llegamos a conocer a la dama que forma parte de los dos enamorados de esta historia, vemos que le toca tener a otra mujer como compañera.  Pues ello lo muestran como algo de lo más natural, lo que no es malo en tiempos actuales en los que cada vez es más aceptada la diversidad sexual.  No obstante nuevamente hago el mismo reparo de otras ocasiones…Si no les complica mostrar a dos féminas como amantes… ¿Por qué les cuesta tanto hacerlo con dos varones? Esta falta de compromiso con el tema, no viene a ser otra cosa que discriminación positiva, que ya es hora superen de una vez.

                                
                                                       Tráiler subtitulado de Hang the DJ.


5- Cabeza de metal: La historia más breve de esta temporada (la verdad tampoco es tan corta, pues dura 41 minutos), resulta ser en cierto sentido una de las más artísticas y violentas de toda la serie.  Filmada en un precioso blanco y negro, que ayuda a crear mejor la atmósfera pesadillesca de su argumento, nos muestra otro futuro más o menos cercano y del cual muy poco llegamos a saber; no obstante, queda claro que no todos tienen acceso a los beneficios de una vida cómoda y que más encima hay peligrosas máquinas, que acosan hasta la muerte a quienes cometen algún desliz en contra de la autoridad.
      En el episodio vemos a un pequeño grupo de gente que, o bien pertenece a una especie de resistencia o forman parte del grupo de personas que no están entre los privilegiados de su sociedad, quienes hacen un viaje para conseguir un material que necesitan.  Es así que llegan a una especie de bodega, a la que entran obviamente de manera ilegal y todo parece ir bien hasta que se encuentran con uno de esta especie de robots, que con facilidad se deshace de los dos hombres que forman parte equipo.  El resto de la trama, y lo más importante de ella, viene a ser la confrontación y/o duelo entre la única sobreviviente y la monstruosidad mecánica.  


      Se trata en cierto sentido de la clásica narración sobre una persecución, en la que la víctima debe escapar de su cazador y de cómo la presa debe hacer uso de todo su ingenio y recursos para poder mantenerse a salvo.  Teniendo en cuenta que buena parte del metraje ocurre en medio de un paraje natural, estamos frente al drama de la supervivencia en un medio hostil, en la cual una especie depredadora no ceja en conseguir su trofeo.  Más encima, la mortal máquina tiene forma de insecto tipo escarabajo, si bien en los diálogos le llaman con un término relacionado con los perros (la verdad es que no recuerdo qué palabra exactamente) y no emite sonido alguno, lo que la hace más aterradora.  Es como una fuerza de la naturaleza imparable, que lleva la miseria de la protagonista a mayores linderos de sufrimiento.  Los efectos especiales que le dan vida al robot son tan reales, amparados por la monocromía de la fotografía, que en verdad pareciera que estuviese vivo dicho artefacto.
      La desesperanza y el agotamiento de la perseguida, en conjunto con un tremendo sentimiento de soledad y desamparo, pese a la voluntad de mantenerse viva, le otorga a este capítulo una especie de fatalidad que recuerda a las tragedias griegas: pues, por mucho que el héroe de la historia luche con todas sus fuerzas contra el destino, este otro lo supera y termina por derrotarlo.  No obstante, la gracia está en cómo se nos cuenta todo este drama sobre la fatalidad humana.


                                                      Tráiler subtitulado de Metalhead.
6- Museo Negro:

     Un, en verdad, impactante episodio armado de tal manera que sigue la añeja tradición del relato enmarcado, como si de una caja china o una muñeca rusa se tratara.  Es así que detrás de la trama central, se nos cuentan 3 historias más, que en un principio nada tienen que ver entre sí y que, sin embargo, a medida que vamos atando cabos, nos damos cuenta de que en efecto se encuentran interconectadas.  Más encima, el argumento que abre y cierra el capítulo, no puede estar más unido al resto.
     Todo comienza con una joven mujer que llega hasta un lugar desértico y deshabitado, quien para matar el rato mientras espera que su automóvil se recargue, decide entrar al único edificio que hay allí: un museo dedicado a crímenes y/o actos de violencia.  Es la única visitante del espectáculo, atendido por su propio dueño, quien la recibe solícito y comienza a contarle la historia de cada uno de los objetos que allí se exhiben.
     Primero, le cuenta de un médico que accede a ser el cobaya humano, de un supuesto aparato innovador para hacer mejor su labor: un implante que le permite sentir lo mismo que sus pacientes y de ese modo poder saber cuál es la dolencia exacta de estos, con lo cual tener claro cómo atenderlos sin dudas, ni negligencias.  Todo va bien, hasta que se hace adicto a las sensaciones de las demás personas y ello le provoca un severo caso de adicción y/o locura.
     Con posterioridad se dramatiza el caso de un joven hombre de familia, cuya esposa ha quedado en un estado comatoso, quedándose solo con su hija pequeña.  Uno de los especialistas a cargo de su señora, le ofrece un alternativa para mantener “viva” a  su cónyugue: guardar dentro de sus propias redes neurales la conciencia y personalidad de la mujer, de modo que este pueda dialogar con ella y así permitir que su señora vea a través de sus ojos y pueda escuchar (en especial en lo que concierne a la hija de ambos) con sus oídos.  Tal como en el caso anterior, todo va en un principio muy bien e incluso no deja de ser emotivo, hasta que poco a poco el derecho a la intimidad del marido/padre comienza a resentirse y ello provoca un quiebre en la relación entre este singular matrimonio.  El asunto acaba por terminar muy mal, nuevamente gracias a los avances de la tecnología y que supuestamente puede dar la mejor solución posible, para mejorar la calidad de vida de los usuarios.
     
Por último, llegamos a saber cuál es el destino de un hombre, que había sido injustamente acusado de un asesinato que no cometió.  Luego, el reo al querer velar por la integridad económica de su propia familia, realiza un acuerdo para legar su propia conciencia (o una especie de clon suyo digital), que llega a parar al mismo Museo Negro como su mayor tesoro.
      Resulta que quien le cuenta todo esto a la turista, viene a ser el mismo científico que estuvo presente en cada uno de los hechos antes mencionados, interviniendo directamente, ya que las supuestas maravillas tecnológicas usadas, correspondían a una creación suya y que él mismo fue mejorando.  Con posterioridad llegamos a saber cómo llegó a parar a este macabro museo.
      Tras todo esto, se revela la verdadera identidad de la muchacha que acompaña al anfitrión y quien, de igual manera, guarda su propia relación con los hechos ya presentados.
      Lo exhibido en este genial último episodio de una temporada tan potente, aborda varios temas interesantes.  Por un lado, nos encontramos con la noción del mal como algo inherente al ser humano, una característica suya que puede estar latente en cada uno de nosotros y ser capaz de mancillar hasta lo más hermoso (como el mismo amor de una pareja).  De la mano a todo esto, se encuentra el hecho de que tal como dice el dicho “El Infierno está hecho de buenas intenciones” (o algo parecido, je), puesto que para la mayoría de los personajes que aquí se nos presentan, su propia perdición no es provocado por un deseo hacia el mal en sí, sino que la ceguera frente a la repercusión de las acciones y decisiones realizadas, termina por llevarlos al desastre o a cometer algún tipo de injusticia.  No obstante, tal como vemos en la figura de uno de los protagonistas, no falta quién escoge hacer el mal por elección propia, como una manera de conseguir con facilidad beneficios para sí mismo.
     A lo anterior, aparece la idea de justicia, que la que podemos llegar a considerar como la correcta, por ser amparada por la ley, al ser ciega no considera casos particulares y por ello permite el atropello de inocentes y todo tipo de atrocidades.  En contraposición a esto, aparece el leiv motiv de la venganza, que aparece potente en este capítulo, como la respuesta a las debilidades del sistema judicial (de igual manera, una vez más encontramos justificada la acción punitiva tomada por la propia mano de los afectados).  Luego, podemos llegar a la convicción de que de un modo u otro, todos los infractores deben pagar en algún momento sus pecados.
    Por cierto, por primera vez en todo Black Mirror, nos encontramos con que un episodio ocurre dentro del mismo mundo ficticio de otro.  Queda a los espectadores que se jactan de ser seguidores acérrimos de la serie y/o poseer una memoria a prueba de balas, darse cuenta cómo es posible que estas últimas palabras sean ciertas.    

                                            
                                                   Tráiler subtitulado de Black Museum.

Otros terrores marinos (y uno que otro terrestre) breves de Hodgson. PRIMERA PARTE.

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      La especializada (y cara) editorial española Valdemar, posee al menos otro volumen de bolsillo con más cuentos del recomendable escritor gringo William Hope Hodgson, aparte de La nave abandonada y otros relatos de horror en el mar, que ya disfruté y comenté por acá hace unos buenos años atrás.  Se trata de un igual recomendable tomo que reúne varios otros textos suyos bajo el nombre de Un horror tropical y otros relatos, el cual no se limita solo a entregarnos historias suyas ambientadas en medio del inconmensurable océano, sino que nos deja claro la versatilidad e ingenio de su autor, al llevar lo siniestro hacia suelo seco y más encima incursionando en un caso en los linderos del género policial y en otro en la ciencia ficción (lo que no deja de ser maravilloso a la hora de disfrutarlo y evaluar la calidad de su imaginación y prosa).
      Se trata de un compilado de 8 ficciones suyas, que sobrepasan en total las 200 páginas y que se leen de forma rápida y grata.  En la mayoría de estos escritos nos encontramos con una fórmula ya conocida por varios de los que hemos leído al artista: gente del mar se encuentra con algún tipo de criatura monstruosa, de la que deben escapar.   Puede ser que ello bien parezca trillado, no obstante es en la manera de cómo nos presenta sus acontecimientos el cuentista, que uno como lector para nada se cansa y logra enganchar con estas narraciones en las que la aventura y los actos heroicos, van de la mano con las criaturas acuáticas.
      Tras la interesante y reveladora introducción a cargo de José María Nebreda, viene de “regalo” un breve poema narrativo del propio Hodgson, titulado Tormenta.  Esta pequeña pieza puede ser considerada como una versión en verso de uno de los textos más desgarradores de todo el libro: Más allá de la tormenta.  El agregado de este obra lírica, sin duda que nos abre hacia otros aspectos de su autor ignorados hasta el momento, como alguien que en su breve vida, tal cual sus colegas igualmente apreciados de Robert Louise Stevensony Robert Howard, pese a su breve paso por estos lares nos legó tremendas obras y memorables personajes (solo vivió 40 años hasta que la tragedia en la guerra nos lo arrebató demasiado pronto).
      Quienes apenas sepan del lenguaje técnico propio de la vida en el mar, nos encontramos con una serie de términos especializados al respecto, que van apareciendo en la medida que las acción transcurre. Como alguien de la experiencia de Hope va agregando estos términos de forma espontánea, dando por supuesto que sus destinatarios saben en qué consisten, gracias a las notas al pie de la página agregadas por el traductor (el mismo Nebreda), llegamos a saber de qué se trata.
      Los cuentos que incluye el compilado son los siguientes:

1- Un horror tropical.

      Habiendo sido marino Hodgson buena parte de su vida desde su adolescencia, conoció varios lugares habituales de las rutas barqueras.  De ese modo, el relato que encabeza esta selección sucede nada menos que en las aguas cercanas a Australia, en una época en la cual aún el inmenso país era para muchos un sitio exótico y lleno de misterios (estamos hablando de finales del siglo XIX y principios del XX).  Es así que en esta narración una embarcación cae en la temida calma chicha en pleno mar adentro, cuando por entonces al no poder avanzar los navíos por la falta de corrientes marinas y no contar con una tecnología de autopropulsión como ahora, se encuentra con una monstruosidad que comienza a hacer de las suyas entre sus tripulantes. 
       Destaca la narración en primera persona por parte del protagonista, quien como miembro de la tripulación no solo es testigo del desastre que ha llegado hasta ellos, sino que al usar el tiempo presente en su relato, nos da con mayor intensidad la idea de algo fortuito que ocurre demasiado rápido y de que si no actuamos de inmediato ante los incidentes de la vida, pocas posibilidades tenemos para salvarnos.
       Si bien la bestia posee varios tentáculos, el autor se aleja de caracterizarlo como un típico pulpo gigante y nos da unos cuantos detalles de su anatomía que lo hacen pavoroso.

      “Después, con movimientos muy veloces, la monstruosa cabeza avanza por cubierta. Cerca del mástil principal se hallan los cajones con las viandas, y en lo alto de la pila hay uno con carne de buey salada. El olor de la carne parece atraer al monstruo; veo cómo la huele con respiración afanosa, increíble. Abre los labios y deja ver cuatro espantosos colmillos. Mueve la cabeza, se oye un crujido: la carne y el barril han desaparecido. El ruido hace salir a cubierta a uno de los marineros, que al momento no ve nada, par la oscuridad de la noche. Después, al aproximarse más, to ve, y lanzando tremendos alaridos, se precipita adelante ¡Demasiado tarde! De la boca de la Cosa surge una hoja blanca y reluciente, con unos dientes feroces y voraces. Aparto la mirada, pero no logro dejar de oír el ruido glotón de aquella boca.”


2- Más allá de la tormenta.

      Sin dudas se trata del texto más fatalista de todos los que aquí encontramos, puesto que cuando el resto pueden ser considerados  como un canto a la voluntad humana frente a la adversidad y nuestra capacidad para salir adelante pese a todo, este otro trata en parte sobre lo pequeños (y vulnerables) que somos ante las fuerzas de la naturaleza.
     Como muchas de sus otras narraciones, comienza con la conversación entre dos personas, para luego dar paso a la historia central, que esta vez es contada a través de un manuscrito encontrado por uno de los personajes que abrieron el relato.  Por medio de todo esto nos enteramos de los últimos momentos (¿Horas, minutos?), del verdadero protagonista: un hombre que se haya atrapado en medio de una espantosa tormenta aguas adentro y de cómo esta en la práctica termina por devorarlo. 
     Para un hombre como William Hope, que de seguro vivió en carne propia este tipo de situaciones durante su carrera marítima, describir tales horrores reales se hace aún más verosímil que sus monstruosidades oceánicas.  Y, sin embargo, bajo su pluma de autor experto en miedos literarios, la descripción de la tormenta llega a tener ribetes de algún otro engendro marino, puesto que no deja de parecer algo vivo que en verdad acosa al atribulado sujeto.   Por otro lado, la descripción del paisaje que rodea a este pobre sujeto, no puede ser más dantesca y sin duda se trata de lo aterrador que en verdad puede llegar a ser un desastre de este tipo.  Sin dudas que la buena literatura, con su capacidad para plasmar artísticamente la realidad, nos hace pensar en algo demoniaco cuando leemos las páginas que componen este texto.

     “Antes, hace media hora más o menos, subí al puente. ¡Dios mío! El espectáculo era horrible.  Apenas ha pasado el mediodía, pero el cielo es del color del fango…¿Lo entiendes?..¡Barro gris! De su regazo cuelgan grandes nubarrones.  Pero no esas nubes que estamos acostumbrados a ver, no, sino una cortina espesa, mohosa, abismal. Parece algo sólido, excepto cuando el terrible viento desgarra sus bordes interiores rasga sus bordes inferiores formando grandes espirales que se arremolinan frenéticamente sobre nosotros, como los tentáculos de un Horror monstruoso.”

3- El descubrimiento del graiken.

     Por medio de este cuento, el autor nos lleva otra vez a esa zona que tantas penurias provocó a los navegantes de antaño y que muchas veces le sirvió de inspiración a nuestro para contarnos sus historias de monstruos marinos: el Mar de los Sargazos.  Es así que en esta extensa zona ubicada en medio del Atlántico y en la cual muchas embarcaciones (y sus tripulaciones) encontraron su final por quedar atrapadas en sus aguas infestadas de algas, transcurre buena parte de su desarrollo.
     En esta obra nos encontramos con su protagonista, quien también oficia de narrador, para el cual la vida ha mejorado tras recibir una valiosa herencia.  El hombre ama el mar y realiza su primer viaje en su propia nave, provista de una cuantiosa tripulación; además lo acompaña su mejor amigo, quien comienza a comportarse raro una vez que el viaje se concreta.  Todo se pone más turbio, al generarse nada  menos que un motín por parte de buena parte de los empleados del personaje principal, quienes por motivos aún más extraños están ahora a las órdenes del viejo compañero de este.  Es así que llevan el barco a propósito hacia el Mar de los Sargazos.  Allí no faltan los monstruos de rigor:

     “Debajo, el agua rebullía en un remolino de espuma y tres apéndices más surgieron de repente en el aire para caer después sobre nosotros.
      Uno de ellos agarró al contramaestre, levantándolo como si fuera un niño.  Vi el destello de unos cuchillos y el hombre volvió a caer sobre la cubierta desde una altura de cuatro metros, justo con el áspero trozo del apéndice.”

     Sin embargo este cuento tiene un giro aún más inesperado, cuando entra el tema romántico de por medio.  Sin embargo cuando se trata de incorporar un personaje femenino en medio de la narrativa de Hodgson, nos encontramos con estereotipos que para nuestros tiempos ya están caducos: el de la dama en apuros a la que el héroe debe salvar.  Estas son siempre féminas que cumplen con el rol de la perfecta enamorada de aquellos años, alguien que depende del varón y está para él en todo momento.
     El final resulta extraño, quizás a nuestros ojos puede parecer una muestra del humor de su creador o bien responde a los mencionados estereotipos de la época y cultura a la que pertenecía el escritor.  No obstante también ello responde, en cierto sentido, al valor que le otorga a la amistad entre varones, bastante incondicional, y a la actitud honorable, el autor, detalles antes vistos en su narrativa.

Vista desde abajo y la superficie del Mar de los Sargazos.

4- Eloi, Eloi, Lama Sabachthani.

      Uno de los mejores cuentos del libro, viene a ser además la única muestra de todo el volumen de un acercamiento por parte de su autor al género de la ciencia ficción.  No obstante cabe recordar que cuando se realizó este texto, estábamos en tiempos en los cuales este tipo de historias aún no llegaban a su madurez y los autores estaban todavía experimentando con la idea de aventurarse en los terrenos de la especulación científica; por lo tanto, no se le puede pedir mayor exactitud a Hodgson en sus descripciones, aunque no por ello deja de estimular nuestra imaginación con lo que aquí nos cuenta.
    Por otro lado, se trata del primero de los dos relatos que no suceden en el mar, dentro de los que tenemos en esta selección.  No obstante es en las temáticas que aborda esta pieza (una verdadera joyita), que nos sorprende gratamente el autor, ya que se involucra con el tema religioso, específicamente con la figura de Cristo y lo concerniente a su crucifixión.  Es así que en su argumento, un científico busca demostrar que el oscurecimiento de la tierra durante sus últimos minutos antes de morir y tras provocado su deceso, en verdad sucedió.  Todo esto lo lleva a cabo de una manera bien particular, valiéndose el personaje y el escritor de la entonces popular teoría del éter.  Podemos hallar una inmensa fe en este sujeto, un hombre piadoso como no se había encontrado en otros textos de Hodgson, y, sin embargo, a través de su figura el escritor entra en un campo moral bastante habitual en las narraciones de ciencia ficción y también de terror: Hay un límite para el conocimiento humano, razón por la cual no conviene meterse con los grandes misterios de la vida, pues la curiosidad puede traer serias consecuencias para quien no la controla.
     Al tratarse de una narración que gira en torno a los experimentos de un científico de gran inteligencia y quien no duda en recurrir a medios extremos para conseguir sus objetivos, podemos muy bien decir que acá está presente otro viejo tópico: el del científico loco. Y es que si bien el personaje no es un tipo malvado, sí la pasión con la que se empecina para demostrar sus teorías, lo acercan a varios de sus colegas de otras ficciones; de este modo, una vez más nos hayamos frente a la idea de que genialidad y demencia son colindantes.
     Algunas de las escenas descritas en este cuento, que en su momento causó polémica entre algunos sectores dogmáticos, sin dudas que resultan pavorosas.
     Por último, cabe recordar que las palabras que forman parte del título de esta obra, corresponden a lo dicho por Jesús instantes antes de expirar y que son traducidas como “Padre, padre, por qué me has abandonado”.  

     “Más tarde volví a despertar en la misma habitación con un espantoso dolor de cabeza.  Pero la Oscuridad se había disipado.  Rodé hasta ponerme boca arriba y podía contemplar a Baumoff; al verle incluso olvidé mi dolor de cabeza.  Se inclinaba hacia adelante, enfrente de mí, con los ojos abiertos de par en par pero totalmente inexpresivos.  Su cara estaba exageradamente hinchada y había, de algún modo, algo bestial a su alrededor.  Estaba muerto; solo el cinturón atado entre la silla y la cintura evitaba que su cuerpo cayese sobre mí.  La lengua le asomaba por uno de los lados de la boca.  Siempre recordaré su aspecto.  Tenía una apariencia maligna, más parecida a la de una bestia, que a la de un ser humano.”

Portada de un viejo número de la mítica revista pulp Weird Tales,
donde escribía Lovecraft y compañía y en la que aparte de aparecer 
en este número relatos de Bradbury y Hamilton...¡Sale uno de Hodgson!

El otro Gaiman de Vertigo (primera parte).

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1. De qué va Leyendas del Abismo.

     El destacado guionista, novelista y escritor Neil Gaiman, no solo realizó la que sería su magna obra  dentro de los cómics en la colección de The Sandman para el sello Vertigo de DC, sino que además llevó a cabo para esta línea otros bellos títulos que bien merecen ser disfrutados por sus seguidores.  Como ya han pasado años desde su colaboración en las series y miniseries, dedicadas a un público más adulto (y culto) de la importante empresa, los genios de la mercadotecnia han tomado la inteligente decisión de recopilar estos otros trabajos suyos para deleite nuestro y nuevas ganancias suyas en (al menos que yo sepa) dos tomos compilatorios.
      Se trata de hermosos tomos en tapa dura con imitación de cuero negro sobre las 300 páginas cada uno, que llevan además la tradicional cinta (que no roja, sino plateada esta vez) para marcar la lectura.  Por otro lado, sobre la tapa van el título y el nombre del autor, más unos minimalistas (y simbólicos) dibujos en relieve y también en color plateado; lo mismo en el lomo y la contratapa.  Todo muy elegante, por cierto, que realza la calidad artística de lo que uno llega a tener entre sus manos. 
      Asimismo, en lo que concierne al volumen 1 (que el 2 aún no lo tengo), se incluye valioso material adicional, que en este caso corresponden a introducciones para cada una de las dos novelas gráficas que hay dentro de este, como para la última historia breve que se agrega (y que se aleja del tono más serio y sublime de las dos principales de este tomo, mostrándonos esa otra faceta suya que también conocemos y amamos).  Sin embargo, también como es habitual en estas ediciones de lujo podemos encontrar en su interior agregados tales como bocetos, reproducciones de los manuscritos originales de Gaiman, cartas relacionadas con el proceso de elaboración y difusión de estas obras y mucho, mucho más. 

2- Orquídea Negra.

       El primer título que forma parte del volumen que hoy nos reúne, corresponde a Orquídea Negra, sin dudas lo mejorcito de todo este primer recopilatorio (sin menosprecio del resto…Solo que acá queda de manifiesto, sin dudas, la maravilla a la que puede llegar en su perfectibilidad el cómic como expresión artística) y que originalmente fue publicado en 1988 en 3 números en formato Prestige.
      A través de esta historia, tal como lo hizo con The Sandman, el inglés se encargó de revitalizar y/o hacer su propia versión de un viejo personaje deceísta, en este caso de la heroína llamada Orquídea Negra y la que a la fecha había caído en el olvido.  No obstante lo que en esta ocasión hizo Gaiman, fue tomarla tal y como era desarrollada hasta el momento para a través de un potente (e inolvidable) comienzo, trastocar todo lo conocido hasta el momento en el género de los justicieros con traje de fantasía y poderes excepcionales ¿Y en qué consiste esto? Pues que en las primera páginas la mata sin posibilidad de que esta vuelva a la vida…Al menos tal y como sería posible en un cómic típico.  La superheroína es claramente superada por los malhechores (unos simples mafiosos, que a lo largo de esta miniserie los villanos serán solo seres de carne y hueso, comunes y corriente, ejemplos, eso sí, de a lo que puede llegar uno si se entrega al amor hacia el mal y la codicia), quienes llegan a burlarse de los patrones preestablecidos en estas historias y dejan al lector en ascuas.
      Luego de lo anterior, nos encontramos con el renacer de Orquídea Negra, pero no estamos hablando de la mujer que estuvo patrullando antes las calles como una mortal más, sino que de otra cosa.  Estamos hablando de algo o alguien que tiene un importante nexo con la fallecida, aunque cuyo origen es tan extraordinario, que el guionista se pasea por una destacada parte del universo DC clásico, para explicarnos su especial naturaleza.  De este modo, como poco a poco se va revelando su lugar como nueva entidad consciente, también la renovada Orquídea Negra realiza un importante viaje espiritual y físico, para llegar a saber quién es en realidad.  De este modo, a través de las viñetas de este pieza llegamos a ser testigos de un ejemplo más de uno de estos temas tan caros a nuestra humanidad: la búsqueda de la identidad y el correspondiente autoconocimiento (lo que sin dudas lleva a la realización personal y lo más cerca a nuestra idea de la felicidad).
     En esta obra hayamos la ciencia ficción más disparatada de los relatos clásicos que acostumbramos a ver y leer en estos cómics.  Todo esto  incluye experimentos prodigiosos, transformaciones increíbles y científicos que, si no locos, sin dudas se alejan por completo de sus congéneres, debido a lo que han llegado a hacer.  Pero también hay un fuerte elemento sobrenatural, místico incluso y que no se aleja de lo espiritual para luego pisar los terrenos del mensaje ecológico, que de igual manera puede enriquecer una obra como esta.  De este modo la lucha en la que se encuentra la protagonista (o más bien, las protagonistas) abarca tanto el camino hacia el encuentro consigo misma, como la batalla contra el mal y la defensa del entorno natural que es necesario respetar.

     Entremedio de todo esto no falta el drama humano, que implica acá varias aristas, entre las que se encuentran distintas variaciones sobre cómo entendemos y vivenciamos los seres humanos el mismísimo amor: Pues, en primer lugar, se nos cuenta un emotivo romance de corte platónico, que dignifica bastante a uno de los personajes secundarios y que, por supuesto, tiene relación con Orquídea Negra; luego ello se contrasta con la pasión enfermiza de otro hombre, incapaz del autosacrificio que implica un sentimiento nacido en medio de la autenticidad y que en vez de crear, destruye. Este último a su vez tiene un antecedente ligado a la infancia de los protagonistas, que por su parte viene a ser el lado B de otro tipo de amor acá abordado: el filial.  El estrecho lazo entre familiares, entre hermanas para ser más específicos, de igual manera entrega al argumento algunos de sus momentos más emotivos, así como también la falta de ello entre consanguíneos da episodios más dolorosos.
      Aun cuando se trate de una historieta para grandes, esta se encuentra dentro del rico universo DC que muchos ubicamos.  Es así que buena parte de su desarrollo ocurre en Gotham y ello implica que nos encontremos con más de uno de sus habitantes más conocidos.  Cuando la protagonista llega a este famoso lugar de ficción para saber más de sí misma, se encuentra con, como era de esperar, Batman.  Los diálogos del Murciélago demuestran la sabiduría que sus seguidores esperaríamos de alguien como él (y cabe destacar que en el apartado gráfico, siguiendo con el carácter de misterioso y de criatura de la noche que hace tiempo lleva teniendo en las historietas, nunca llegamos a ver su rostro y aun así siempre se ve imponente).  Sin embargo, en lo que concierne al segmento transcurrido en este lugar, lo más emotivo viene a ser cuando la acción se traslada nada menos que al infame Asilo Arkham.  Una vez allí, nos reencontramos con villanos dementes tales como Dos Caras, Hiedra Venenosa y el Sombrerero Loco; en todo caso, la maestría de Gaiman los aleja de su imagen maligna habitual, para otorgarles una humanidad que, en especial con los dos últimos mencionados, no deja de ser emotivo…y bella su participación.  Con posterioridad, la intervención de alguien como la Cosa del Pantano, entrega nuevos registros de gran belleza y conversaciones entre los personajes cargadas de lirismo.  Por otro lado, debe saberse que quien está detrás de gran parte de los bellacos que representan al mal en esta historia, viene a ser uno de los grandes genios del crimen de DC: Lex Luthor.

3- El aporte visual de Dave McKean.


     La modernización y madurez con la que se aborda el género superheroico en esta novela gráfica, se completa en su belleza gracias al aporte estético de un artista visual como lo es el también inglés Dave McKeen.  Es así que este dibujante, ilustrador y portadista nacido en 1963, a través de sus estilizadas viñetas, logró convertir Orquídea Negra en una obra integral, al poseer el grado de estilización visual que un guión como el de Gaiman merecía.
     Usando una variada mezcla de estilos clásicos e innovadores en sus dibujos para este cómic, que implican acuarelas, fotomontaje, aerógrafos (a menos que me equivoque), cada dibujo que aquí vemos resulta ser una delicia para la vista.  Es así que contemplar estas viñetas que se alejan a cada rato de los típicos recuadros, fusionándose unas con otras, nos deja más claro que nunca de que estamos frente un verdadero orgullo del llamado noveno arte.  La gestualidad en los rostros, que se hace tan expresiva, el uso de los colores vivos en tono pastel que da paso a otros en distintas escalas de grises, alternándose con el blanco y el negro, son otros elementos a la hora de evaluar con justicia este título.  Acá no hay caricatura, sino que hay una manera surrealista para retratar este mundo de fantasía, que, pese a ello, no deja de ser un reflejo de nuestra propia realidad.
     Esta viene a ser la segunda colaboración en grande entre McKeen y Gaiman, luego de la miniserie Casos Violentos.  Con posterioridad la sociedad y amistad de ambos genios ha dado frutos como en su paso por Hellblazery, por supuesto, The Sandman.   Varios otros trabajos han hecho juntos e incluso el escritor le hizo el guión para su única película, La Máscara de los Sueños (2005), una alucinante historia llena de las bellas locuras de ambos, pero que lamentablemente fue demasiado “personal” y “artística” (por no ocupar otros adjetivos para no caer en lo ofensivo con ambos maestros), lo que la hacer difícil de digerir para muchos (incluyendo a este humilde servidor).
      No se puede olvidar que fue el responsable de las hermosas imágenes para Arkham Asylum, una de las mejores novelas gráfica de Batman, escrita por Grant Morrison, así como nos dio hermosas ilustraciones para el tomo IV de La Torre Oscurade Stephen King (Mago y Cristal); además suyas son una serie de preciosas trading cards,para cada uno de los episodios de al menos las 3 primeras temporadas de Los Expedientes-X.

Algunas de las trading cards mencionadas.  Si se dan cuenta, incluyen el nombre
del capítulo que representa cada una.

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