A mis queridísimas amigas María Elena y Ledda,
compañeras de universidad y, más importante aún,
mis compañeras de vida.
Con ambas he pasado bellos momentos,
disfrutando de estas ficciones.
Gracias a María Elena leí por primera vez el comienzo de la saga
y con Ledda tuve el gusto de ir a ver al cine la mayoría de las películas.
Para mí Harry Potter está por completo ligado a la imagen de ustedes dos
en mi memoria y mi corazón.
I- Antecedentes del libro a analizar.
Hace años ya que tenía ganas de escribir acerca de uno de los personajes y sagas literarias/fantásticas que más aprecio: Harry Potter de J. K. Rowling. Estuve a punto de hacerlo el año pasado, tras ponerme a volver a ver todas sus películas, esta vez para disfrutarlas junto a mi regalón Amilcar, pero la empresa que ello significaba me fue demasiado agotadora, considerando el resto de mis obligaciones y los otros posts que tenía en carpeta (eso fue entre agosto y septiembre del 2016). Me prometí que si algún día me volvía a leer las novelas, sin dudas que me animaría a darle su merecido espacio al “Niño que sobrevivió” y a su enorme pandilla de amigos (y enemigos) en el Cubil…Hasta que en noviembre de esa misma temporada llegó para gozo de sus seguidores, una especie de precuela al cine, Animales Fantásticos y dónde encontrarlos, con guión de su misma autora; no obstante pese a que tenía un excelente motivo para saldar mi deuda, la desidia fue mayor y una vez más quedó todo en pura buena voluntad mía y eso que me encantó esta original cinta…
…Pero todo cambió cuando para mayor gozo de los ñoños como yo, salió a la venta a finales de ese mismo año un nuevo libro de esta serie: Harry Potter y el Legado Maldito. Sin embargo esta sorpresa venía con varios detalles significativos: en primer lugar no estaba escrito por la Rowling, puesto que en realidad había sido realizado por dos “perfectos desconocidos” para buena parte del mundo: John Tiffany y Jack Thorne. Siendo que ambos están ligados a la escena teatral inglesa, ignoro cuánto tomaron de una “historia de J. K. Rowling” (tal como dice la tapa del volumen). Considerando sus antecedentes, no llevaron a cabo una novela más, a manera de una secuela directa de la anterior entrega (que apareció hace rato ya, en 2007), sino que realizaron una obra de teatro… Por lo tanto hoy les hablaré de lo que se llama en detalles técnicos como texto dramático (o sea, lo que la gente vulgarmente llama el “guión”). Empero pese a estos “detallitos”, se trata de una obra canónica, autorizada por la novelista y que nos permite saber qué ha pasado tras tantos años con todos esos personajes, que llegamos a querer con todo nuestro corazón; además se nos presentan otros nuevos, que sin duda hoy en día ya forman parte del universo de estas historias.
No quise comprarme el libro hasta que lo encontrara en tapa dura, que acá lamentablemente solo llegó en una edición masiva más “humilde” (tengo todos los anteriores en ese otro formato) y de puro tonto no lo adquirí en enero en la versión que sí quería… ¡Porque estaba “usado”! (como si ello antes me impidiera hacer una buena adquisición). “Ya me lo compraré” me decía, hasta que en mi último cumpleaños, mi comadrita Ledda y Marlo (ambos pareja, por cierto), me lo obsequiaron para mi gran felicidad y tal como les prometí, apenas me acabé el que entonces me tenía entre las manos, me dispuse a leerlo. Y debo decir, feliz, que fue todo un gozo.
Debo ser justo con lo que antecede al libro que ahora nos reúne, después de todo sin ese rico material no sería posible esta misma entrada; además, como ya les habrá quedado claro, adoro con todo mi ser esas novelas y todo lo que contienen, además de que me fascinan sus adaptaciones cinematográficas, pues guardo hermosos recuerdos de mis primeros encuentros con cada uno de esos títulos (como de charlas al respecto, junto a algunos de mis amigos). No obstante les aseguro que en este apartado trataré de ser breve, pues en otra ocasión me referiré con mayores detalles a estas novelas y sus películas. Igual quiero hablarles (solo) un poquito de su creadora, a quien sin duda admiro mucho.
Hace 20 años aproximadamente, en 1997, salió publicada la primera novela que forma parte de la saga que hoy en día es conocida mundialmente, incluso por quienes nunca han leído los libros y tampoco visto las versiones hollywoodenses. Y es que gracia a la calidad literaria de estas obras, como al apoyo de una impactante propaganda, nadie puede dudar del lugar que han tomado estas ficciones en la cultura popular. Pues Harry Potter no solo está entre las sagas de fantasía narrativa más conocidas por el público general, encontrándose al nivel de El Señor de los Anillos de Tolkien y Las Crónicas de Narnia de C. S. Lewis (ambas también de origen inglés), si no que sus personajes ya forman parte del ideario moderno, como lo son los personajes de Disney, Bugs Bunny y compañía, Superman, Batman, el Hombre Araña y otros superhéroes marvelitas, Freddy Krueguer, Jason, Son Goku y muchos, muchos más. Esto en parte también por la rica mitología contenida en sus miles de páginas, como además por el carisma de la enorme cantidad de personajes que pululan en ellas, todo tan bien llevado al terreno audiovisual por parte de las películas.
Cada libro lleva como título el nombre del protagonista, luego precedido por un elemento esencial para su trama. Es así que todo comienza con Harry Potter y la Piedra Filosofal, cuando el personaje principal acaba de cumplir los 11 años de edad y tras una serie de acontecimientos muy divertidos, se entera de que es un mago en potencia. Por esta razón debe asistir a Hogwarts, una importante escuela para la gente como él, en la que tendrá que acudir durante 7 años consecutivos. A partir de entonces su vida cambia por completo, logrando escapar a la miseria de vivir siempre junto a sus abusivos tíos y primo, conociendo además la verdadera razón de la muerte de sus padres y revelándosele la existencia de un enemigo jurado suyo, al que solo él puede derrotar para que este no domine el mundo mágico y el de los muggles (los seres humanos que no pueden manipular la magia).
Siendo aún un niño inocente Harry Potter, se convierte en un héroe y una vez que cumple la edad mínima pata ingresar a Hogwarts, consigue hacer sus primeros amigos y de igual modo año a año, va agregando a su existencia un montón de gente maravillosa que le enseña el verdadero significado del amor, en muchas de sus manifestaciones. No obstante como apenas nació estuvo involucrado en una o más profecías relacionadas con Voldemort, el mago tenebroso más terrible de los últimos tiempos, su vida y la de los suyos constantemente corre peligro, teniendo que enfrentarse a muchos otros rivales de toda calaña.
Sin dudas que el primer libro de la saga corresponde a la narrativa infantil, no obstante no por ello hay que minimizar su calidad literaria, puesto que estamos hablando no solo de una obra bien escrita, entretenida y con personajes carismáticos; sino que se trata de la introducción a todo un universo rico en su propia mitología, que poco a poco comienza a desarrollarse a medida que la serie avanza. Si esta primera novela dirigida en primera instancia, a los pequeños que están empezando a descubrir el valor de las historias, resulta más ligera que las que le preceden, las siguientes se van acomplejando y con ello el nivel de dramatismo y complejidad argumental va creciendo, porque tanto los protagonistas infantiles como sus lectores han ido madurando. Este permite que su misma autora, quien a partir del segundo libro (Harry Potter y la Cámara Secreta) de un tremendo salto como narradora al cobrar mayor confianza y mejorar en su misma escritura. Por ende no solo acude a la valoración de la fraternidad, la autenticidad y la solidaridad como pilares de una vida plena (temas habituales en las ficciones infantiles que se precian de dejar moraleja), sino que luego va introduciendo ideas y/o problemáticas más duras como el racismo, la intolerancia, la muerte de los seres queridos, los totalitarismos, la tortura…y la guerra (entre otros). Por ende, quien se toma el tiempo de apreciar todo lo contenido en estos libros, sin dudas que llega a encontrarse con ficciones memorables. Y en más de una ocasión, J. K. Rowling obsequia no solo con risas a sus fieles seguidores, sino que nos entrega más de un momento lleno de sublimidad.
La génesis de la publicación de Harry Potter y la Piedra Filosofal no deja de ser interesante, ya que como muchos autores antes de que la fama les llegara, J. K. Rowling no tenía la mejor situación económica que digamos y tampoco su vida era muy alegre, puesto que venía de un matrimonio con un hombre que la maltrataba y ello la llevó a caer en depresión, además de no tener un trabajo estable. Con una hija pequeña a la que debía cuidar, un día le llegó la inspiración y se puso a escribir el texto que tal como a su personaje más célebre al llegarle la invitación de Hogwarts, la salvaría del hoyo en que estaba metida. Escribía su libro en una vieja máquina de escribir y como no tenía dinero para sacar las copias, ella misma las mecanografió, para entregar las que la editorial que accedió a darle una oportunidad le solicitó. Hoy en día esta artista se encuentra entre las británicas más ricas de su nación y una de sus ciudadanos más influyentes. Con sus libros ha ganado un montón de premios, entre literarios y humanitarios, ya sea por el nivel indiscutido de su prosa, como por su apoyo a varias instituciones de beneficencia.
El resto de su obra literaria comprende al menos 3 libros anexos de Harry Potter,que pertenecen a la literatura mencionada dentro de esta saga. De igual manera en 2012 sorprendió al planeta con su primera novela “para adultos”, Una Vacante Imprevista, una gruesa obra llena de sarcasmo y crítica social al arribismo de su país (que en vano intenté leer, cuando llegué a la clínica hace más de dos años, tras enfermar de gravedad…Quizás no estaba de ánimo para leer a esta Rowling tan corrosiva). Fue adaptada en 2015 por HBO a una miniserie. Asimismo como ya había manifestado con anterioridad, al estar interesada en la narrativa policial, no dejó de darse el gusto y en 2013 comenzó una nueva saga, esta vez perteneciente a este subgénero, aunque usando el pseudónimo de Robert Galbraith; la serie ya lleva tres entregas, que han recibido muy buena crítica.
II- Comentarios personales sobre Harry Potter y el Legado Maldito.
La obra toma como punto de partida de su argumento lo ya revelado por la propia J. K. Rowling, en su epílogo para Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (el volumen final de la saga original) y en el cual nos encontramos con un Harry ya adulto y padre, casado con Ginny Wesley, llevando a su hijo menor a la estación de trenes de King`s Cross, para despedirlo en su primer año en Hogwarts. De hecho, incluso usa algunos de sus diálogos, con lo que queda de manifiesto que el texto versará acerca de esta etapa en la vida del héroe y en lo que concierne a la vida que ha formado junto a su nueva familia.
Sin embargo uno de los puntos fuertes de este título, es que no solo se nos presenta (ahora en profundidad) al último de los vástagos de Harry, sino que este, Albus Severus, se convierte en uno de los dos protagonistas de la trama. Más encima el otro personaje principal no viene a ser el padre del muchacho, puesto que este otro resulta ser nada menos que su mejor amigo, Skorpius Malfoy, el único descendiente del ex enemigo de juventud de Potter. No obstante claramente el ahora Director del Departamento de Seguridad Mágica, sigue estando entre los personajes principales, en parte porque su presencia resulta más que atractiva para los seguidores de la saga que desean (deseamos) saber más sobre él, luego de los acontecimientos del último libro; como también porque los destinos de una generación y la otra, están sin dudas entrelazados, tal como queda demostrado en sus páginas.
En lo que concierne a los adolescentes Albus Severus y Scorpius, primero los vemos crecer en breves escenas, que ayudan a definirlos como chicos con sus propias personalidades, que muy bien permiten diferenciarlos de los niños y luego jóvenes del trío principal de los anteriores libros (Harry, Hermione y Ron). La amistad entre estos dos es tan entrañable, como la vista en las novelas que les precedieron, pese a los distintos que son y aun así llegando a complementarse. Lo interesante con estos dos es que a su manera ambos son unos inadaptados y hasta cierto punto solo se tienen el uno al otro, ya que cada uno arrastra una mácula que los mantiene alejados de sus progenitores y de otros: pues el primero carga con el peso de ser hijo del famoso Harry Potter y el segundo de tener sobre su espalda el rumor de ser hijo en realidad de Voldemort. Es así que Albus Severus se ha vuelto alguien amargado e inseguro, mientras que Skorpius al contrario es más bien alegre y optimista, pese a todo.
Por otro lado el Harry Potter que ya conocemos nos sorprende en esta ocasión, ya que ahora como adulto y hombre lleno de responsabilidades, ha perdido parte de la “magia” que poseía de más joven. No es que su capacidad para hacer sortilegios haya disminuido, sino debido a que sus obligaciones laborales, pareciera que le quitaran el tiempo para estar con su familia y divertirse con las cosas más sencillas de la vida. Es así que entre padre e hijo la relación no es la mejor, pues por un lado Albus Severus no es capaz de sobrellevar el tremendo peso que significa ser su hijo (ya que como alguien inmaduro, cree que su obligación es ser el chico “correcto” y ante esto se siente frustrado), mientras que el hombre mayor, tal como queda demostrado en esta obra, no sabe cómo enfrentar los miedos de su descendiente, lo que empeora aún más que nunca todo esto y da origen a toda la crisis de la trama.
Teniendo en cuenta lo afirmado recién, el Harry Potter que aquí hayamos resulta ser mucho más humanizado que el de las novelas de la Rowling, ya que ahora no es alguien perfecto (pues por mucho que uno adore la saga original, su protagonista solo posee virtudes y ante la falta de defectos o debilidades en su personalidad, pierde cierta credibilidad, en especial a contrastarlo con Hermione y Ron) y por esto mismo la caracterización que se le otorga aquí, lo vuelve un personaje mucho más integral…y creíble.
Por lo tanto en esta ocasión la acción ya no abarca solo en profundidad el punto de vista de los menores de edad, sino que ahora se detiene en la tribulaciones de los adultos, dejándonos claro que no importa la edad, la experiencia, la inteligencia y la habilidades de uno: siempre estamos a prueba y solo la fuerza de la voluntad y la constancia nos pueden sacar de apuros.
Como ya sabemos que los verdaderos protagonistas de la historia son Albus Severus y Scorpius, es necesario destacar los viajes que estos realizan con el heroico, aunque errado propósito de subsanar una supuesta mácula del pasado del propio Harry, durante su adolescencia. Este propósito de ambos los hace viajar en contra de la voluntad de sus progenitores, haciéndolos pasar un montón de aventuras muy divertidas y peligrosas, que implican no solo viajes físicos, sino que también en el tiempo y la introducción de realidades alternativas (que permite, en este último caso, se desarrollen algunos de los mejores momentos del argumento).
La odisea de Albus Severus y Scorpius es posible gracias a la aparición de otro nuevo personaje, Dephi, una muchacha que está en los primeros años de su adultez y quien se convierte en la primera aliada del dúo (en cierto sentido esta trinidad compuesta por una chiquilla y dos varones, viene a ser una actualización de la conformada en las novelas de la saga). Como una buena historia debe poseer varias sorpresas, para mantener la atención de su público, en determinado momento se revela la verdadera identidad de esta fémina, otro detalle que enriquece el disfrute de esta obra.
Varios personajes clásicos de la serie vuelven a aparecer en Harry Potter y el Legado Maldito, brillando aparte de los mencionados, Draco Malfoy, quien se ha vuelto una persona mucho más juiciosa que Harry, la villana por excelencia de Dolores Umbridge y en especial nada menos que Severus Snape, con un memorable regreso a la acción (en una posee de héroe indiscutido, que muchos deseábamos verlo, tras no haber dudado nunca de la calidad de su corazón).
Como temas moralizantes destacados de esta obra, encontramos el valor de la responsabilidad, frente a los actos cometidos por uno, desarrollándose en este libro lo afirmado por el siguiente dicho: “El infierno está lleno de buenas intenciones”. Por ende, no podía faltar otro motivo narrativo, como es el de la redención, muy ligado también con la misma búsqueda de la felicidad, la que tal como queda claro en estas obras, no se realiza en solitario, si no que la hacemos con quienes elegimos tener a nuestro lado.
Luego de leer y disfrutar esta obra, uno se pregunta cómo lo habrán hecho, para tanta espectacularidad a la hora de llevar al teatro todas las maravillas que aquí ocurren. De igual manera resulta fácil desear que ojalá pronto hagan una versión cinematográfica (ojalá con los actores de las “viejas” películas, aunque lamentablemente a menos que “resuciten digitalmente” a Alan Rickman, otro artista tendría que hacer de Snape) y rogar que sigan creando nuevas y muchas continuaciones del canon oficial de la saga.
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Escena de la obra de teatro. |