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Regreso al Mundo de Watchmen. Tercera Parte: El Comediante.

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3.1- El guionista: Brian Azzarello.

     Contar con este artista dentro del staff encargado de contarnos más acerca de los  personajes diseñados por Moore y Gibbons, bien puede ser considerado como toda una promesa del compromiso de DC en realizar lo mejor con el legado de estos dos británicos (y más todavía pensando en el carácter de “sagrados” de estos héroes para muchos de sus seguidores, para quienes resultaba impensable utilizarnos en nuevas historias que no salieran de sus mismos creadores).  Pues Azzarello está considerado dentro de los guionistas más respetados del medio hoy en día, debido justamente a la calidad de sus historias, que por supuesto lo ponen por sobre muchos de sus colegas.
     Estadounidense  y nacido en 1962, su trabajo puede caracterizarse por el alejamiento de las tramas de acción más convencionales, en beneficio de la intriga y el elemento policial; todo a través de argumentos maduros complejos, con más de una lectura y que por ello están dirigidos a lectores o bien más adultos o bien con la sofisticación intelectual suficiente como para apreciar su labor.  Estos elementos no solo son apreciados en su famosa serie para la línea Vertigo de DC titulada 100 Balas (1999- 2099, llegando a alcanzar el centenar de números) y otros títulos para público con “criterio formado”, sino que también en aquellos que ha hecho para personajes más convencionales de la misma DC, como asimismo de Marvel.  Siguiendo con su paso por Vertigo, es el responsable de una las tantas apreciadas etapas de la historieta de terror Hellblazer (entre los años 2000 y 2002, más un especial en 2009).
Brian Azzarello.
      Entre las colecciones más masivas de DC, celebrada es su contribución para las revistas de Batman, como en el caso de Batman: Ciudad Rota (2003)y Joker, dos miniseries que están consideradas entre lo mejorcito de la década pasada sobre el Murciélago y compañía; de hecho su mirada a la turbia vida de la Némesis del Señor de la Noche, durante largo tiempo estuvo en la cotizada lista de los más leídos en el New York Times.  Cabe mencionar que su estilo violento y propio del policial, calzó perfectamente con las tramas acerca del mayor vigilante de Ciudad Gótica.
       También resulta memorable su trama para nada menos que Superman con Por el Mañana (2004), la que en su momento causó cierta polémica por el tratamiento que le dio a uno de sus personajes secundarios, un sacerdote católico, pues acá Azzarello no temió en abordar las dimensiones divinas del superhéroe, al contrastar su imagen con la fe del religioso.
      El alto sitial de este autor para DC de igual manera es identificable, debido a que se le entregó la tremenda responsabilidad de relanzar nada menos que a Wonder Woman en 2011, cuando se reinició este multiverso con los llamados Nuevos 52.  Casi 3 años estuvo a cargo de la cabecera de la amazona más famosa de la historia, llegando a firmar hasta el número 32 de su colección; pues la tuvo “difícil”, ya que le tocó competir con el legado de nada menos que de George Pérez, cuando este otro en los ochenta actualizó con tanta dicha a la mayor superheroína deceísta.
      En Marvel destacable es su aporte para la miniserie de Hulktitulada como Banner (2001).  Pues tal como dice su nombre, en una demostración más de su ingenio, aborda de manera muy realista la dicotomía Hulk/Bruce Banner, en cuanto a los conflictos entre ambas identidades compartiendo un mismo cuerpo.
      A lo largo de su carrera ha colaborado con varios de los más ilustres dibujantes del noveno arte, siendo que en muchos casos ha repetido dicha asociación, obteniendo premiados resultados.  Es así que en la ya citada 100 Balas,el ilustrador que lo acompañó fue el argentino Eduardo Risso, el mismo con el que llevó a cabo la novela gráfica de Batman Ciudad Rota.  Un verdadero ícono del cómic ya clásico se codeó con él durante su etapa a cargo de los guiones de Hellblazer, Richard Corbeny con este mismo produjo la ya citada aventura del famoso monstruo gamma marvelita.  Otro maestro de la ilustración como lo es Lee Bermejo, se repitió el plato con Azzarello, al hace juntos la nombrada Joker, así como Lex Luthor: Hombre de Acero (2005), además de la segunda miniserie que el propio Azzarello realizó para Antes de Watchmen y de la cual ya se hablará en su momento.
     Como su carrera profesional ha sido mayor en DC, fue el responsable de guionizar uno de los 6 cortometrajes anime que formar parte de la elogiada compilación Batman: el Caballero de Ciudad Gótica (2008).  De igual manera tuvo a su cargo la escritura de la adaptación animada de todo un clásico dentro de los cómics de Batman: La Broma Asesina (1988), filme animado para el cual tuvo que crear nuevo material argumental, de modo de desarrollar mejor al personaje de Batichica, para que los espectadores que apenas la conocían pudiesen compenetrarse más con ella, en cuanto a lo que le pasa dentro de esta historia.  De este modo, tras su participación en Antes de Watchmen, fue la tercera vez en la que trabajó con material hecho por Alan Moore, ya que este inglés es el escritor de la mencionada novela gráfica y que está considerada entre los grandes hitos del Murciélago.


3.2- El Cómic.

     Dibujado bellamente por J. G. Jones (de quien no me referiré mayormente, pues ya lo hice en su momento hace años cuando escribí sobre Wonder Woman: Hiketeia), está conformada por 6 números (tal como la ya revisada en este blog miniserie de los Minutemeny la de Ozymandias, próximamente por estos lares).  Es así que esta considerable cantidad de números, permite ahondar en mayor profundidad que en el caso de Espectro de Seda, en el oscuro pasado de un personaje tan complejo como lo es el Comediante.
     Al leer en su conjunto esta serie de precuelas sobre Watchmen, queda en evidencia la relevancia que posee alguien como este mercenario sociópata, dentro de toda la obra de original de Moore y Gibbons, como de igual manera en estas otras mismas novelas gráficas.  Pues cabe mencionar que la historia misma de la dupla británica, parte nada menos que con la figura del Comediante, la que a manera de efecto dominó provoca todos los posteriores acontecimientos, así como une el resto de los eventos pasados que se nos van revelando.  Por otro lado, no se puede olvidar que este mismo sujeto fue el único de los primeros justicieros en estar en la segunda conformación, que toma el relevo y protagonismo dentro de la novela gráfica primigenia.  De este modo Edward Blake (nombre real de este vigilante), mantiene también una presencia destacada, dentro cada uno de los especiales dedicados a sus compañeros; es así que más que ningún otro caso, vamos contemplando su evolución (o involución, tal como queda detallado gracias a Azarello y Jones), desde su temprana labor como hombre de acción, hasta su madurez y que incluso ya superado el medio siglo de vida lo mantiene activo y vigoroso.   
      
     Pese al carácter violento y falto de empatía de este sujeto, algo que para nada está ausente en este cómic (si no que al contrario, queda más claro que nunca), acá se le puede ver una faceta mucho más humana que la conocida hasta ahora; pues tal como se presenta al principio, este hombre es capaz de sentir amor y estamos hablando de uno muy especial: el de amigos, es decir, la confraternidad que hay entre hombres y que tantos relatos ha dado a lo largo de la historia en numerosas culturas.  Y en este caso no estamos hablando de un compañerismo con cualquier “hijo de vecino”, si no que esta versión del Comediante es nada menos que amigo íntimo de los hermanos John y Robert Kennedy, relación que marca toda esta miniserie desde principio a fin.

        Al tener como personajes secundarios dentro de este título a los hermanos Kennedy, en realidad estamos adentrándonos en aguas más turbias que la ficción, pues el argumento lo que hace es utilizar la misma realidad de los “trapitos sucios” del gobierno de los Estados Unidos, para hacer un repaso por lo más tumultuoso de la década de los sesenta gringos; de este modo nos encontramos con el Comediante no como un espectador de tales eventos, sino que como un protagonista de importancia  dentro de estos mismos, al manchar con su huella tales acontecimientos.  Es así que se puede decir que esta historieta es una revisión en clave política, pero profundamente crítica y verosímil de este periodo.
        El comienzo de esta novela gráfica no puede ser más prometedor, pues ya en las primeras viñetas aparecen no solo los Kennedy, sino que también la esposa del Presidente, Jacqueline y otro relevante personaje dentro de la historia usaca de aquella época.  La manera de cómo se ve plasmada la presencia del Comediante en sus vidas y en la del resto de la nación, deja claro de que estamos frente a un cómic serio y adulto, algo que solo un lector informado puede llegar a apreciar en su totalidad; de hecho, la historieta se encuentra exenta de humor, algo que daba sin dudas un respiro en medio de tanta tragedia en las miniseries anteriores y que también podrá verse en la mayoría de las que le siguen a esta.  Respecto a la involucración del mercenario por la zona más siniestra de los años sesenta, según esta historia, viene a estar su participación en los disturbios raciales de Los Ángeles, como, por supuesto, en lo que concierne al conflicto armado en Vietnam (de hecho, espantoso en realidad viene a ser su papel en la tristemente recordada masacre de My Lai).  El cuadro se completa, cuando este sujeto termina participando de manera muy directa en el asesinato, de otro destacado personaje real de la cronología gringa.
        Nada llegamos a conocer acerca de sus “orígenes secretos·”, a diferencia de lo que vimos con anterioridad y lo que sucederá con las novelas gráficas que están por ser revisadas en Antes de Watchmen.  Pues el Comediante viene a ser lo peor dentro de la figura del vigilante de un cómic de superhéroes: alguien que no solo gusta de la violencia, sino que en su supuesto papel de justiciero, lo único que hace es satisfacer su ego y su hambre de sangre.  Por lo tanto en esta obra no importa qué lo llevó a tomar su nombre de guerra, sino qué pasó con él como para que se transformara en alguien tan detestable.  Por lo tanto a lo largo de estos 6 números, lo acompañamos en su descenso por el infierno de la autocondenación.
        El Comediante dentro de toda su perfidia es sin dudas, como representante en las sombras del gobierno estadounidense, la encarnación de los mismos crímenes políticos de dicho país.  Esto, puesto que como ejecutor en representación de su país, quien enarbola su bandera en su mismo traje y más encima es considerado como héroe y patriota por muchos de los suyos, no duda en actuar con violencia para defender los supuestos ideales de libertad y justicia.  Su figura masculina y fuerte es la propia de un estado imperialista, que ve a los demás pueblos y a los otros, como objetos para conseguir el poder absoluto.  En cierto sentido, Edward Blake es la antítesis del heroico Capitán América, puesto que mientras este otro enarbolando sus mismos símbolos patrios defiende lo mejor de sus principios, el otro solo se esconde bajo ellos para dar pie a sus miserias.  No obstante habrá que esperar a la misma miniserie dedicada a Ozymandias, para descubrir, con sorpresa, una faceta mayor de este nefasto hombre, que en un momento supo apreciar el valor de la lealtad y que al menos como nos lo deja  su último número, se ha vuelto más que nunca en un asesino sin escrúpulos.
      Una última reflexión tras haber leído este título, el nombre de guerra de Edward Blake, el Comediante, quien usa como distintivo la icónica carita sonriente conocida como Smile (surgida en medio del discurso pacifista hippie de los sesenta), es sin dudas toda una contraposición a la imagen positiva de todo ello.  Puesto que la sonrisa de Blake no es la propia de la sana alegría, ni la que surge del buen humor y la comunión con los demás, sino que es producto del hedonismo de un sádico para quien los otros nunca son sus iguales; las malas pasadas que les hace vivir al resto, quitándole importancia a la seriedad de las cosas con sus actos violentos y ridiculizándolos con sus bromas (tal cual el Guasón), es sin dudas toda una ironía frente al significado más sublime de la vida real: que esta sí que vale la pena vivirla en compañía con el resto de quienes nos rodean, algo que en su soledad el Comediante ha optado por obviar en su naturaleza insana.



Seis años de Cubil del Cíclope… ¡Y ni me di cuenta!

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     A principios de la actual semana, específicamente el lunes 24 de abril, este blog cumplió seis años de vida, fecha que por primera vez desde que llevo celebrando sus aniversarios se me pasó; si no fuera porque pensando en otras cosas revisé mi última entrada al respecto (la dedicada a su media década de vida), estaría escribiendo estas palabras en el transcurso de mayo, pues de puro despistado me había mentalizado con la idea de que recién entonces me tocaba tal festejo.  No voy a quejarme por todo lo que tengo que hacer y que para otro sería la perfecta excusa de sus olvidos, pues tengo la suerte de que me sobra tiempo y por ello lo aprovecho en cosas que me hacen feliz, tal como actualizar al menos dos veces a la semana este blog.
      Mucho ha pasado para mí en lo que tiene que ver con el Cubil del Cíclope y bastante significativo al respecto, en el transcurso de este último año.  Vamos revisando algunos hitos que deseo destacar.

1- He visto el nacimiento del propio blog de uno de mis más valiosos amigos, Roberto Díaz, alias Sardaukar (el complejo…y en muchos sentidos); pues a través de su recomendable trabajo en Disputas Quodlibetales,aborda muchos temas intelectuales de interés y con una mirada bastante erudita, que pocas veces he visto en la blogósfera.  Son textos hechos con mucho amor y dedicación hacia temas de diversa índole, que abarcan disciplinas tales como la literatura, la teología, la historia y la filosofía, entre otras yerbas.  Hay mucha información e ideas suyas realizadas con espíritu crítico.  Cuento todo esto, además, porque creo que en parte gracias a lo que aquí hago, Roberto se entusiasmó en parte para tener su propia página y si en verdad lo motivé a hacerlo (que bien sé que no soy el único de sus amigos en tener un blog), es como para sentirse contento.  A ver si se pasan por ahí y ojalá les guste.

2- Justamente cuando iniciaba el quinto año de vida, desde España se concedió un nuevo premio honorifico a este humilde blog: El Blogger Recognition Award.  Tal distinción la hizo mi colega R. R. López, desde su igualmente valiosa página Historias que no le contaría a mi Madre.  Como siempre, me es una tremenda dicha que mis pares aprecien lo que hago, pues solo quien vibra con lo mismo que te hace feliz, puede entenderte cabalmente.

3- Otro amigo del alma muy valioso para mí, Miguel Acevedo, Mfkarlos, del blog Le Dicen Poesía, estuvo una vez más muy presente en el Cubil, cuando a principio de junio tuve el honor de contar con una entrevista que le hice a raíz de la publicación de su segundo libro Espejos (que coescribió junto a Paz Correa).  Como siempre, leer y conocer más de tan interesante persona, me permitió sentirme feliz de poder contar con su amistad.

Con mis dos sobrinitos regalones, Amilcar y Brunito,
 mis principales musos inspiradores, celebrando este Año Nuevo 2017
4- En agosto de este año, uno de los blogueros que más respeto, Mauro Vargas de Léase a Plena Noche, invitó a sus lectores a escribir acerca de sus impresiones personales (y vivenciales) con la que se considera la novela más importante de Stephen King: It.  Ello motivado por los eminentes 25 años de cumplirse su primera publicación.  Pues ante algo así, un fanático del llamado “Rey del Terror”, no podía perder la ocasión y me dediqué a ahondar en mis recuerdos sobre este libro que tanto quiero.  Con posterioridad Mauro subió a su propia página este post mío, lo que por supuesto me honró.  Debo decir que esta entrada es lejos una de mis favoritas.

5- Ligado a lo anterior, poco después de escribir el post sobre la figura de Pennywise en mi vida, me di cuenta que ya llevaba varios otros en los que mis recuerdos eran un punto importante a la hora de redactarlos.  De este modo inauguré la “etiqueta” de Memorabilia, bajo la que he ido incluyendo (a veces retrospectivamente) todo lo concerniente a ello.  Si no me equivoco, inauguré todo esto con otro texto que me resulta muy relevante: Algo más que un mero recuerdo.  Pues en septiembre tuve una infección a la garganta que me tuvo muy sensible, recordando por supuesto mi estadía en la clínica por dos semanas en julio de 2015, lo que me llevó a uno de los recuerdos de mi infancia más temprana y que tiene que ver con mi difunto padre.  Si no han leído este escrito (que les aseguro es bien corto), quizás ahora se animen a hacerlo.

6- El 20 de octubre del año pasado publiqué mi post número 400.  En esta ocasión el tema que me sirvió para tan memorable festejo, fue una preciosa novela de ciencia ficción que se ganó mi corazón: Ready Player Onede Ernest Cline y que le debo a mis amigos María Elena Francovich e Iván Piñeyro (un genial matrimonio), habérmela obsequiado para mi cumpleaños número 41 (o sea, el año pasado).

7- Alguien que ha llegado a mi blog gracias a los enlaces recomendados que nos hacemos entre los blogueros para apoyarnos, es Marinus2009, quien desde México me sigue con dedicación y me deja geniales comentarios que dan gusto leer.  Contar con sus palabras de manera continua, es algo que siempre recibo con regocijo, pues ojalá mis más cercanos me dieran al menos la mitad de su tiempo que le dedica al Cubil.  Pues este “cuate” es una de esas personas, con las cuales pese a la distancia uno llega a encariñarse y que bien quisiera conocerlo; para compartir lindas veladas ñoñas juntos, tomando y/o comiendo algo rico, como también conversando de lo humano y lo divino, a la par de -ver juntos algunas de esas pelis o series que tanto nos entusiasman.  Deben saber que este agradable personaje posee su propio blog, si bien de temática por completo distinta a la mía: Habilidadesmonetarias (todo junto), a través del cual nos da sabios consejos de cómo saber invertir nuestro dinero.

8- Ya por terminar el 2016, en mi penúltimo post de ese año que recuerdo con tanto cariño, rompí mi record de entradas, ya que subí la número 100 (antes lo máximo que había logrado publicar, habían sido 78 post y eso fue en 2015).  Fue otro libro que he llegado a tomarle gran aprecio, la recopilación de novelas cortas de George R. R. Martin El Caballero de los Siete Reinos, la ocasión que aproveché para celebrar este número.  Al final llegué a la suma de 101 entradas el año pasado, toda una proeza.

Feliz tras haber adquirido tan geniales
tomos de Los Vengadores.
9- Con mi primer post de 2017, me permití una pequeña innovación: agregar a mis entradas sobre cine y/o series de televisión, videos que me permitieran apoyar mis palabras de los títulos que comento.  Comencé a hacerlo con mi post sobre la primera temporada de Westworldy a partir de esta fecha, ya le han seguido varios otros casos.  Hace rato que tenía pendiente incorporar este recurso.

10- Asimismo mi otro gran colega bloguero Vladimir Vásquez, creador de ese  gran blog llamado La Cueva del Lobo, de origen venezolano, me invitó a participar de su nuevo proyecto en redes sociales: Multiverso Friki.  Pues desde enero que todas las semanas subo al menos dos post sacados del propio Cubil para contribuir a dicha página.   Una vez más debo agradecerle a Vladimir las tremendas oportunidades que me da al tenerme siempre en cuenta y con ello me ayuda a promocionar mis escritos.

11- A principios de este año tuve una noticia que me alegró mucho, desde España (el país desde el cual recibo más visitas que de ninguna otra parte) me hicieron un ofrecimiento para leer la primera novela de Nicholas Avedon, quien estaba dispuesto a mandármela por correo normal, pues bien sabía que solo leo en papel.  Accedí de lleno a ello, honrado por el hecho de que se hayan fijado en lo que hago y un autor quisiera que me refiriera a su obra en esta plataforma.  De este modo, en esos primeros días de enero me envió su obra de ciencia ficción, titulada como 11, 4 Sueños Luz, un texto al que por su reseña le tengo muchas ganas de hincar el diente.  Sin embargo, el hecho de llegar hasta mis manos ha sido toda una proeza, pues ya era marzo y aún no lo tenía conmigo, razón por la cual de nuevo y muy amable, su autor realizó el mismo trámite con otro ejemplar para mí.  Pues recién ayer pude tener tan esperado obsequio y cuando lo abrí, leyendo la dedicatoria… ¡Me di cuenta de que correspondía nada menos que al primero en cruzar esta larga distancia! En 2015 R. R. López, también desde la Madre Patria, me envió su novela Imposible pero Incierto, pero llegó en menos de tres semanas  hasta este sitio en el confín del mundo.  Ahora solo me resta con comenzar a leer dicha historia, para tener la dicha de compartir con ustedes mis impresiones al respecto.

12- A finales de febrero recibí otra noticia que me ha regocijado, pues me escribieron una vez más desde España, aunque esta vez la responsable era una de las encargadas de la nueva versión en castellano de SFX.  Esta es una importante publicación de origen británico dedicada a la ciencia ficción, la fantasía y el terror en varias de sus expresiones, la que lleva mucho tiempo de existencia.  Es así que me ofrecieron ser su colaborador, primero haciendo publicidad de la edición española y luego escribiendo para ellos, entre otras cosas; lo primero ya hace rato que está funcionando, mientras que aún espero que el resto se concrete.  Ahora bien, esto no es gratis y se supone es remunerado… ¡Pero parece que aún no consigo los suficientes clicks desde mi página a la publicidad de SFX! En todo caso, me alegra mucho que hayan hecho tamaña invitación a este servidor.

13- Mi otro amigo “histórico”, Mauricio Tapia, alias Astarajael de La Quinta Anormala principios de este mes que ya termina, me mencionó en su post sobre la lista de blogs que recomienda.  Es la segunda vez en la que me incluyen en una entrada de este tipo y que sin dudas es algo para celebrar.  Bueno, somos amigos hace años, décadas la verdad, sin embargo no estaba obligado a darme este honor.

     Como siempre me he extendido bastante, que siempre me engolosino con esto de escribir.  Gracias por todos quienes, de alguna manera, me han ayudado a mantenerme firme en este proyecto del blog, que como saben forma parte esencial de mi propia existencia.  Y me parece una bella manera de demostrar mis agradecimientos, la siguiente canción de nuestra Violeta Parra, que tanto me llega al alma…


Regreso al Mundo de Watchmen. Cuarta Parte: Búho Nocturno

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4.1- El Dibujante.

      Adam Kubert es en la actualidad uno de los dibujantes más respetados del medio, heredero de toda una tradición trabajando para los cómics.  Lo anterior, debido a que es hijo de nada menos que de Joe Kubert y hermano de Adam Kubert, padre y hermano, quienes también han destacado con sus numerosos trabajos para el mundo de los cómics.  Poseedor de un estilo sobrio y detallista, que le han permitido encontrarse con varios de los íconos de Marvel, DC, Dark Horse y otras compañías, su nombre se encuentra en numerosos clásicos modernos, de modo que algunas de sus portadas y viñetas se han transformado en algunas de las imágenes más famosas de estos personajes. 
       Si bien lo podemos encontrar en DC, tal como en algunos títulos de Superman y otros más de esta compañía, mucho más destacable es su paso por las colecciones de Batman.  Es así que su paso por títulos como Batman e Hijo (la introducción oficial de Damian Wayne en el canon del Murciélago, quien es el actual Robin en las revistas, 2006), lo realizado para la historia alternativa ¿Qué pasó con el Cruzado Enmascarado? (2009), escrita por Neil Gaiman acerca de los últimos días del Señor de la Noche o su contribución para el primer crossover del Caballero Oscuro con los alienígenas cazadores conocidos como Depredadores (1992), están entre las más famosas versiones de este superhéroe. 
      En DC uno de sus trabajos más alabados fue nada menos que en la serie central de Flashpoint, escrita por Geoff Johns y la que redefinió el universo DC tras sus apocalípticos eventos (reordenando su continuidad y en la cual hoy en día se encuentra inmersa la cronología de sus personajes). Las hermosas portadas y viñetas que realizó Andy para esta miniserie, sin dudas que están entre lo mejor de su carrera.
      No obstante podría decirse que en Marvel su labor ha sido mucho más variada, ya que lo podemos encontrar en historietas de los X-Men, Wolverine, Capitán América, los Vengadores, Iron Man e incluso Conan, entre muchos más.
      Asimismo es uno de los profesores de la renombrada Escuela de Dibujo de Joe Kubert, fundada por su progenitor y en la que también enseña Adam, institución de la que han salido otros genios como Amanda Conner, Rags Morales (el mismo de Crisis de Identidad, 2005, una de las novelas gráficas más aclamadas de la Liga de la Justicia) o Stephen Bissette (el mismo que realizó el apartado visual para la elogiada etapa de la Cosa del Pantano escrita por Alan Moore).
     Debe saberse que para su aporte en Antes de Watchmen: Búho Nocturno, contó con el apoyo de nada menos que de su padre, Joe, quien entintó hasta medidos del número 3 de esta miniserie de 4 números.  Lamentablemente el gran maestro no pudo acabar con su labor, pues falleció a la avanzada edad de 85 años ese 2012, de modo que su trabajo fue concluido por Bill Sienkiewicz, otro artista de renombre. 

4.2- El Cómic.

     Debo comenzar este comentario sobre la obra que hoy nos reúne, afirmando que entre todo lo que concierne a este proyecto de rescatar el interesante universo creado por Alan More y Dave Gibbons en los ochenta (inspirado además en los personajes de la editorial Charlton, que por esas fechas había comprado DC y que hasta el momento no había utilizado), es junto a la que leí después de esta mi favorita ¿Por qué razón? Pues debido a que considerando las complejas personalidades de sus protagonistas, a quienes por lo general no se puede considerar como individuos admirables, debido a sus intereses más mundanos que los de otros vigilantes como Daredevil , Flash u otros de este tipo de historias (pues en su mayoría pecan de vanidosos, aman la violencia por sobre todo, carecen de empatía, sensibilidad o solo les interesan la fama y los bienes materiales que pueden ganar con sus actos), hay escases de verdaderos relatos de coraje y justicia; mientras tanto que en cambio acá nos encontramos con todo un superhéroe y en el más puro sentido de la palabra:   
      Por otro lado, acá no puede dejar de brillar el sólido guión de parte de J.M. Straczynski, quien de entre sus 3 colaboraciones para Antes de Watchmen, acá realiza la mejor de ellas, demostrando que su aclamado paso por las series de Spiderman y los 4 Fantásticos no fue en vano.  Es así que esta historieta destila el sano buen humor que le sale de manera tan espontánea y dejando además claro su amor y respeto hacia el género; pues además aborda en esta historia de manera muy convincente, varios leiv motivs caros a él y como bien quedará demostrado en este texto.
      Es así que en esta miniserie nos encontramos con un relato de “orígenes secretos” otra vez, mostrándonos la difícil niñez de Daniel Dreiberg, el segundo Búho Nocturno y que tal como nos deja demostrado Straczynski, tuvo razones de peso para abrazar la carrera de justiciero enmascarado: la presencia de un padre déspota y que se opusiera a la figura más luminosa de Hollis Mason, el primer superhéroe en usar el manto y del cual fue su sucesor.  De este modo nos encontramos en la relación entre maestro y discípulo, con otro tema recurrente en estos cómics, puesto que en la figura paterna que toma Mason para Dreiberg, hay un guiño que ningún lector fanático del noveno arte puede ignorar (Batman/Robin, Capitán América/Bucky, Barry Allen/Wally West y un largo etcétera).  Debe saberse que Hollis ya estaba caracterizado en Antes de Watchmen: Minutemen,como un sujeto honorable.  No obstante esta vez el guionista lo humaniza aún más, al dotarlo de un supuesto oscuro secreto de su pasado, que hace tambalear la colaboración con su alumno. Se trata de un detalle argumental que acerca a la vida real esta historieta, debido a lo difícil que puede llegar a ser el tema de la confianza entre padres e hijos y que en los cómics tantos buenos momentos nos ha dado.
     
    Luego está otro valioso tópico de los llamados tebeos: los team-ups, o sea, las aventuras de duplas o equipos de superhéroes, por lo general de caracteres y poderes diferentes.  Es algo solo en esta miniserie dedicada a Búho Nocturno se encuentra y que a mi parecer otorga uno de los puntos más fuertes de este título.  Pues como todo conocedor de la obra original, en su juventud el segundo Búho Nocturno tuvo de compañero a nada menos que Rorschach, vigilante completamente distinto al protagonista y con quien pese a ello ambos logran trabajar juntos, consiguiendo complementarse hasta cierto punto (en cierto sentido, estos representan los opuestos, tal como se observa en la clásica dupla de Batman y Superman).  La relevancia que se le otorga a esta segunda relación de importancia para el superhéroe, esta vez basada en la amistad, queda demostrada en el hecho de que dos de las portadas realizadas por Andy Kubert representan a ambos en dichos números.  Asimismo, destacables vienen a ser los paralelos existentes entre estos dos sujetos, pues tal como queda detallado en la miniserie, ambos tienen su tema con la figura femenina, específicamente de sus madres, lo que sin dudas termina por condicionar sus posteriores conductas.
     Luego está la presencia del romance, el que además se presenta como una relación con una fémina de características que rayan con el mundo de la criminalidad, al tratarse de la dueña de una sofisticada red de prostitución, la despampanante y hermosa Lady Crepúsculo; un personaje que sigue la línea de femmes fatales como Catwoman y Gata Negra y que tantas historias tienen junto a sus supuestos rivales Batman y Spiderman respectivamente.  Sin embargo pese a la supuesta faceta siniestra que hay en esta dama, su introducción sirve para dejarnos consignado que los matices existen y que las apariencias engañan, tal como queda demostrado además en la figura del verdadero villano de esta obra (otra dualidad de esta novela gráfica: Hollis/Daniel, Búho Nocturno/Rorschach, Búho Nocturno/Lady Crepúsculo).  Cabe destacarse que Straczynski en su ingenio, se valió de a lo más un par de viñetas del Watchmen original, donde aparecía en una foto esta mujer y de un diálogo entre Búho Nocturno y Espectro de Seda, para sacarle partido a este material argumental.
      Por último, una historia de superhéroes no podía carecer de su villano, quien acá no puede ser más retorcido, de modo de contrastar con los aires más benignos del protagonista (así como de ser un reflejo invertido de la misma oscuridad reinante en el corazón de Rorschach).  Es en todo esto, que Straczynski se vale de los motivos religiosos y/o mesiánicos, propios de un desquiciado para crear a la amenaza a la que aquí se enfrentan ambos compañeros.  Este elemento también muy propio de la obra del creador de esa serie de culto que es Babilonia 5, otorga a Antes de Watchmen: Búho Nocturno,otra de las mejores aristas de este título.
       Cabe mencionarse que Búho Nocturno corresponde a la proyección de Moore y Gibbons de nada menos que Bicho Azul II, Ted Kord, (Blue Beetle en inglés) de Charlton; superhéroe que en los cómics post crisis de DC cobraría gran fama, gracias a su participación en la Liga de la Justicia hecha por J. M. DeMatties y Keith Giffen.  Pues como su referente, corresponde a un superhéroe que basa el trabajo en su inteligencia, que le ha permitido crear armas defensivas de gran ingenio, con un traje de estilo totémico y que además posee una nave representativa de su animal fetiche.   Por lo tanto estamos hablando de un justiciero sin poderes, de habilidades atléticas y dotes detectivescas, quien además usa su fortuna para solventar su estilo de vida; todas ellas características que también nos recuerdan a personajes como el mismísimo Batman.

¿Cómo no amar a los Guardianes de la Galaxia?

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      Tras el éxito (casi inesperado) de la primera incursión del grupo de superhéroes cósmicos conocidos como los Guardianes de la Galaxia (2014), era solo cuestión de esperar que estos volvieran a aparecer en la pantalla grande y más porque gracias a su cinta se convirtieron en las nuevas estrellas de llamado Universo Cinemático Marvel.  El impacto que estos provocaron entre las masas, ha sido lo suficientemente grande como para que aparte de sus colecciones en papel, fuesen invitados en varios shows animados como Ultimate Spiderman, Vengadores Unidos y Hulk y los Agentes de S.M.A.S.H. en varias ocasiones.  Por último, consiguieron su propio cartoon en 2015, serie que se sigue emitiendo en la actualidad.  Como lamentablemente a diferencia de otros justicieros de la empresa no habían salido, ni siquiera en cameos en otras producciones, sus seguidores tuvimos que esperarnos hasta el estreno en los últimos días de abril de este año, de su secuela titulada simplemente Guardianes de la Galaxia Volumen 2 para volver a tenerlos entre nosotros.
      Dirigida otra vez por James Gunn y con el reparto original, más nuevos personajes entre aliados y villanos, bien puede decirse que esta nueva entrega de sus aventuras sin dudas que supera a su predecesora ¿Las razones? Pues son muchas, entre ellas que al poder ya conocer a sus personajes, quienes ya llevan tiempo trabajando juntos, es posible desarrollar mejor sus propias personalidades (bastante distintas entre sí), así como en especial la relación que existe entre todos ellos y que más que sufrir roses o ser por completo perfecta, nos permite abordar un tema para nada simplón y que se agradece sea abordado en esta historia: la familia.  Pero no estamos hablando de esta institución en su sentido más clásico de la palabra, como un grupo de personas con un lazo consanguíneo y que posee un claro jefe o jefa de familia, si no que atiende a la evolución actual de esta comunidad.  Pues la familia en la que se constituyen sus carismáticos protagonistas, está conformada por personajes que se han unido entre sí por las circunstancias más bien inesperadas, para compartir tanto su soledad, como sus intereses en común; viven juntos, pero cada uno es independiente entre sí…Y sin embargo se necesitan y apoyan.  Este parentesco entre pares y lo que significa sortear los conflictos internos y externos que pueden mancillar el amor que hay entre ellos, está muy bien trabajado en la película, que no solo es diversión y risas.
         Aparte de lo ya mencionado, nos encontramos con un argumento que nos lleva aún más allá dentro de la magnitud del espacio exterior marvelita: varias razas novedosas, entre las que destacan los racistas soberanos, una especie altamente tecnificada y modificada genéticamente, que se convierten en inesperados enemigos de nuestros superhéroes  (si bien por lo general su inclusión, otorga en realidad momentos de gran hilaridad, que dramatismo).  De igual manera se profundiza en el tema de los Celestiales (criaturas casi inmortales, de gran poder y muy antiguas), al aparecer nada menos que el padre extraterrestre de Star Lord, Ego, quien acá nos depara más de una sorpresa.  Es entonces que tenemos un montón de criaturas de todo tipo y monstruos, paisajes alienígenas, naves interestelares y todo lo que hace de la llamada space opera (ciencia ficción ambientada en el espacio), algo tan atractivo desde el punto de vista visual (algo que este tipo de cómics no deja de aprovechar).
        Como ya se ha mencionado a la pasada en este texto, el humor no deja de estar presente en este largometraje, no obstante se pude afirmar sin tapujos, que su dosis es tal vez la mayor que hemos podido apreciar en otras producciones de este estilo.  Sin embargo no estamos hablando de algo que se haga de manera burda y que responda a la risa fácil, sino que está hecho de la manera más inteligente; de modo que encontramos escenas cómicas más propias del público adulto, que del infantil, al estar apoyadas por diálogos graciosos que bien tienen que ver con los habituales enredos entre personas y culturas tan distintas entre sí, como también muchos gags dirigidos en especial a los seguidores de estas historietas.  Además hay varios chistes de corte sexual, así como otros que tienen que ver con el tributo a los ochenta y que en esta ocasión resulta mucho más mayor que en la primera cinta (tal como las dos apariciones del Pato Howard y ambas de Stan Lee, quien por primera vez en un filme de estos se repite el plato en el mismo título).
       Pero no solo risas posee esta cinta, que en toda su agradable parafernalia deja contento a todo el mundo, pues no faltan los verdaderos momentos de emotividad y que tienen que ver con el lado más admirable de sus personajes.  En este sentido, la misma redención por la que pasa un sujeto supuestamente duro de corazón como Yondu (el “padre adoptivo” de Star Lord), otorga a la trama una de sus líneas argumentales más interesantes (¿alguien más reconoció el homenaje a Lovecraft y Cthulhu entre sus figuritas de colección?).
        Pese a la enorme simpatía y sex-appeal que posee alguien como el ya mencionado Star Lord/Peter Quill (interpretado por la ya consagrada estrella Chris Pratt, quien le debe a este personaje su golpe de fama, si bien se lo merece gracias a su genial interpretación) y la también atractiva presencia del mapache hablante Rocket (¡nadie me puede negar que pese a su carácter complicado…es muy tierno!), quien lejos se roba las escenas en cada una de sus apariciones, viene a ser Baby Groot.  La animación de este último ser que logró salvarse, pese a su autoinmolación para ayudar a sus amigos en la anterior entrega, volviendo a pasar por un nuevo ciclo de vida y convirtiéndose otra vez en un infante, está hecha que da gusto.  Cada momento en que interviene es sin dudas imperdible y eso ocurre desde el muy divertido comienzo de la trama, algo tal vez solo comparable (guardando las proporciones, claro) al prólogo de Thor: Un Mundo Oscuro.


Trailer Nº 2.

         En cuanto al papel que acá cumple todo un veterano del cine (en especial de ciencia ficción) como lo es Kurt Russel, bajo el papel de Ego, la manera de cómo es abordada su relación con su hijo da para hablar.  Pues sin ánimos de querer caer en los desagradables spoilers, el destino de este reencuentro que sin dudas marca a nuestro justiciero, cae en análisis freudianos y de seguro a más de un pequeño lo puede complicar.  No obstante tampoco es cosa de ponerse graves, pues el giro argumental que tomo esto es propio del género y ello hace que la película mantenga esos aires propios de las grandes epopeyas y la tragedia griega que encontramos en los cómics (y que los amamos por ello, por estos guiones tan melodramáticos).
         Volviendo al tema del valor que le otorga esta película a la idea de la familia, resulta igualmente destacable la manera de cómo es abordada la relación entre las guerreras Gamora y Nebula.  Si antes nos mostraron a la segunda como una de las villanas de la historia, esta vez se lleva a mayores dimensiones la complicada fraternidad entre ambas.  Cabe recordar que buena parte de los filmes que comprenden este Universo Cinemático Marvel, tratan acerca de la posibilidad de las segundas oportunidades y de encontrar gracias a ello nuestro verdadero rol en la vida; es así que la cinta que antecede a esta lo deja bastante claro y en esta otra ocasión no es solo por medio de Yondu que queda claro todo esto.
        Un nuevo personaje que también aparece en este Volumen 2,corresponde a la exótica y dulce Mantis.  Sus intervenciones de igual modo son muy divertidas, siendo que además debe saberse que esta pertenece a los cómics de los Guardianes de la Galaxia, como parte de sus filas; por lo tanto su uso en esta secuela, viene a ser su aplaudido debut como miembro de tal equipo.
         Aparte del ya nombrado Kurt Russell entre el casting de esta película, resulta grato para los nostálgicos de los ochenta (y también de los noventa), la incorporación de otro astro de aquellos gloriosos años de Hollywood: Sylvester Stallone, otro actor ya maduro del cine de acción de antaño.  El papel que aquí cumple viene a ser uno de los mayores guiños a los ñoños conocedores del universo Marvel, ya que en una de las al menos 3 escenas postcréditos, lo vemos como uno de los integrantes de nada menos que… ¿Qué esperan a verse este fabuloso filme? Pues yo no se los voy a contar, je, je, je.

Con mi regalón Amilcar también formamos parte de los Guardianes de la Galaxia.
Nota: ¿Quiénes son esos personajes bizarros que salen a la derecha de Rocket y Mantis?

Un feliz matrimonio literario.

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     Hace ya rato que la literatura ha evolucionado lo suficiente como para dar origen a todo tipo de subgéneros, dentro de la misma narrativa, los que van surgiendo en la medida que las mismas sociedades y culturas van creciendo.  Pues para que aparezca uno de estas novedosas formas de contar historias y reflejar con ellas estos cambios culturales, primero que todo deben darse las condiciones históricas para que el arte de narrar vea la aparición de tales relatos.  Es así que para que naciera el mismo formato de la novela, tuvieron que pasar siglos e incluso más de un milenio de tradición escrita, cuando recién los artesanos de la palabra se dieron cuenta que era posible articular una ficción más compleja y que sobrepasara los límites de los ideales pedagógicos y/o moralizantes de antaño; en otras palabras, que hubiera más interés por contar una buena y entretenida historia, que dejar una enseñanza al lector. 
       Si bien el relato policial, también conocido como de detectives, nació en pleno Romanticismo a principios del siglo XIX y gracias al ingenio de un grande como Edgar Allan Poe (quien ni siquiera supo que había inventado un nuevo subgénero literario), tuvo que llegar el siglo XX con sus propias características (y problemáticas), como para que sus convenciones literarias se diversificaran.  De este modo los mismos modelos que mejoró alguien como Sir Arthur Conan Doyle con sus historias sobre Sherlock Holmes, dieron paso a un nuevo tipo de sabuesos, bastante alejados de los elegantes investigadores de Poe, Doyle y otros más.
       A principios del siglo XX en Estados Unidos, la depresión económica de los treinta no solo permitió que gracias a la necesidad de evasión surgiera la llamada literatura pulp, con el desarrollo de la ciencia ficción y la fantasía épica, como también con la aparición del terror cósmico. A los nombres de Isaac Asimov, Robert Howard y Howard Phillips Lovecraft (como grandes ejemplos respectivos de estos 3 subgéneros mencionados), se sumaron también el de los  creadores de los cómics de superhéroes,  gracias al surgimiento de íconos tales como Superman, Capitán América y Batman.  Sin embargo en materia de literatura,  también surgió otra manera de contar relatos sobre crímenes y la persecución de la verdad, por parte de profesionales dedicados a ello: el llamado géneronegro.
       Fue una época en la que la miseria y la corrupción se podía ver en todos los estratos sociales, con la proliferación de distintas mafias y del hampa en general, bajo las que los negocios turbios del tráfico de drogas, la prostitución y el juego ilegal se convirtieron en verdaderos submundos con sus propios personajes, entre villanos y héroes.  Una nueva manera de hacer justicia apareció entonces, la que en todo caso no se alejaba mucho de los vaqueros del viejo far west gringo, en la figura de hombres duros que para enfrentarse a todo tipo de delincuentes, no dudaban en usar los mismos métodos violentos de estos para imponer su idea de justicia.  De la fusión entre lo real y la imaginación de los escritores, nació entonces el género negro, que si bien aborda crímenes y misterios que deben ser resueltos por detectives, se aleja de los parámetros clásicos y los muestra como sujetos que no dudan en estar al borde de la marginalidad, para codearse con la gente de la peor calaña y salir victoriosos de su empresa.
      Por otro lado, desde mucho antes de que comenzaran a surgir las primeras obras del policial negro, en la tradición oral se hablaba de brujos, misas negras y todo lo relativo a los demonios.  Particularmente la cronología real de USA está llena de antecedentes al respecto, desde los infames acontecimientos de Salem, entre verdaderos casos de magia negra e histeria colectiva propia del puritanismo inglés y que bien sabido ha sido acogido hasta nuestros días por los descendientes de estos colonos.  La literatura de terror se ha nutrido de estas historias que también evocan tiempos más antiguos como la Edad Media, de modo que los escritores no dejaron de aprovechar esta mina para sus propias fabulaciones.
William Hjortsberg.
           Y es cuando tras hacer este parcelado repaso acerca de la narrativa, circunscribiéndonos a los temas que hoy nos reúnen, que llegamos por fin a la novela de la cual les quiero hablar: El Ángel Caído (1978) del autor norteamericano William Hjortsberg (1941-2017).  Escritor y guionista de cine, siendo que su mayor logro en el campo del cine fue la realización del clásico ochentero Leyenda (1985) de Ridley Scott, en la actualidad solo es posible encontrar en español esta obra, la que por muchos años estuvo discontinuada y que menos mal rescató la editorial especializada Valdemar, en uno de sus preciosos tomos en tapa dura (aunque a un precio exorbitante por estos lares).  Lamentablemente no escribió mucho que digamos y aparte de este título, destaca Gray Matters (1971), hace largo tiempo traducida a nuestra lengua como Materia Gris, una obra de ciencia ficción postacopalíptica ambientada en un mundo posterior a la Tercera Guerra Mundial; no obstante, hoy en día este título es inencontrable.   Pues en el caso del libro que hoy nos reúne, estamos frente a un excelente ejemplo de la fusión de dos valiosos subgéneros literarios y por ello la anterior extensa introducción: el policial negro y la narrativa de terror sobrenatural, específicamente la relacionada con el satanismo, la magia y las misas negras, además de la misma existencia del demonio.
       La novela es engañosa, pues parte como una típica historia de detectives, ya que su protagonista debe resolver el caso que se le ha encomendado: encontrar al cantante Johnny Favorite, quien lleva más de una década fuera de la luz pública, pues quien lo ha contratado desea que este le pague una deuda pendiente desde hace años.  Lo que parece un trabajo de lo más sencillo, se va complicando cuando el protagonista, Harry Angel, se va dando cuenta de que su presa le resulta mucho más escurridizo de lo que parecía, quien además está involucrado en hechicerías.   Asimismo se va encontrando con varias personas ligadas al pasado del artista, cada uno de ellos estrambótico, también relacionados con estas prácticas secretas y que por lo que llegamos a conocerlos, pocos de fiar en su mayoría. En un principio todo parece tanto para el protagonista, como para el lector, de que se trata de puras supersticiones, no obstante a medida que se va desarrollando el argumento lo sobrenatural va tomando forma, hasta su impresionante desenlace.
       La narración está contada en persona, desde el punto de vista del protagonista, de modo que este y el lector como ya habrá quedado claro, solo se enteran de los distintos niveles de la verdad en la medida que la investigación va avanzado.  Esta manera parcelada de revelar los misterios en torno a Johnny permite, por un lado, ir aumentado la dosis de lo extraordinario y con ello dejar claro que las cosas no son lo que parecen, como también amentar la tensión de que no se trata de una misión de rutina, si no que cada vez todo se está poniendo más peligroso que nunca (y con ello su vida peligra); pues además los muertos van apareciendo de manera bastante violenta y/o macabra, por lo que parece que descubrir la verdad es nada menos que abrir una caja de Pandora.  Por otro lado, al conocer en intimidad al personaje principal, pese a que no se trata de un hombre que podría considerarse completamente admirable, resulta fácil al menos no interesarse por su suerte y hasta simpatizar con él.
       Si bien se sabe que el cantante se hizo humo poco después de la Segunda Guerra Mundial, a principios de la década de los cuarenta, la trama transcurre más de una década después, en los cincuenta.  Es así que el libro se constituye en un excelente muestrario de la misma sociedad gringa de aquellos años, con sus prejuicios sociales, en especial hacia la minoría afroamericana, que si bien ya llevaba décadas de emancipación, aún no era considerada con el debido respeto por todos los blancos.

      “—. Veo que tié compañía, así que volveé má tarde pá terminá, si no le moesta.
        —Está bien, Ethel. —Me tragué una sonrisa cuando pasó bamboleándose delante de mí —. Me iré en seguida, de modo que vuelva cuando tenga tiempo.
       —Sí señó. Sí señó. —Chasqueó los labios como si se le estuviera escapando la dentadura postiza y se encaminó hacia la puerta—. Diós, caballeos. No quise moléstalos.
       Sterne la miró con la boca abierta. Deimos se quedó inmóvil, rascándose la coronilla. Me pregunté si habrían notado que iba descalza y contuve el aliento hasta que se cerró la puerta de entrada.
        —Salvajes —farfulló Sterne—. Nunca deberían haberlos dejado salir de la plantación de sandías.
        —Oh, Ethel no es una mala chica — comenté, mientras llenaba la cafetera en el hueco de la cocina americana—. Es un poco lela pero mantiene el apartamento pulcro y limpio.
        El sargento Deimos soltó una risita. —Claro, teniente. Alguien tiene que fregar el water.”

      Es así que además se nos describe cómo la comunidad de color vive en sus propias zonas, muchas veces en los sitios más empobrecidos de la sociedad o donde la criminalidad es más frecuente (algo muy propio del policial negro, tal como en las novelas de Chester Himes, importante autor del género, afroamericano más encima y quien conocía desde dentro esta realidad).
       Aparecen acá personajes recurrentes en este tipo de narrativa: los policías que menosprecian a los detectives, las femme fatales, los artistas (en este caso músicos), drogadictos y mafiosos, entre estos últimos algunos de los supuestos pilares de la sociedad blanca más respetable.

       Un tema que destaca bastante en la novela y que tiene que ver con su impresionante final, corresponde a la noción que llegamos a tener de nuestra propia identidad, en la que son las acciones del mismo protagonista, con la aceptación de ello, lo que define esta visión de la conciencia de sí mismo.  Por lo tanto tal como queda expresado en el texto, somos uno mismo en la medida de que asumimos nuestra individualidad.
        A lo anterior y desde un punto de vista religioso, como también moral, se cruzan con las ideas cristianas del libre albedrío, la responsabilidad y la culpa.  Sin ánimos de caer en los spoilers, este libro toma un gran peso al llevarnos a estas reflexiones, pues teniendo en cuenta las características de los personajes y sus acciones, más todo el ambiente opresivo en el que se enmarca la historia, se agrega otra  temática cara a todo esto: la del castigo por los pecados, el cual puede venir tanto de la mano de un congénere, como de una fuerza superior; en este sentido, pese a que el argumento gira en torno a la presencia de entidades diabólicas, no deja por ello de mantener su lado religioso, pues ¿Acaso no es este tipo de mal una herramienta justamente orquestada para mancillar todo lo hermoso y bueno que hay en la creación de Dios? Es así que la única manifestación verdadera de amor que encontramos en estas páginas, al final termina destrozada por la contaminación espiritual en la que se encuentra hundido todo.
       Lo demoniaco está más que presente en esta obra, pero solo a través de detalles que  cuando se va acercando a su desenlace, toman en realidad un corpus como algo que no trata puramente de gente desquiciada, sino que es real.  En este sentido destaca el hecho de que todos aquellos acontecimientos de carácter sobrenatural, que se cuentan en la narración, en verdad solo ocurren de manera indirecta, o sea, sabemos que pasaron o bien porque los cuenta un personaje al protagonista o bien corresponden a un recuerdo; de este modo todo queda en las tinieblas de la incertidumbre ¿Ocurrió en verdad de esa manera o solo son patrañas de una mente enferma? No obstante la confesión del verdadero villano detrás de todo lo que está pasando, hecha verdaderas luces sobre la existencia del inframundo; por otro lado, no podemos olvidar que la mayor “virtud” de los demonios supuestamente es su capacidad para engañar y con ello llevar al débil ser humano a su propia condenación, algo que queda bien expresado en el clímax de esta obra.  De igual manera, algo que sí está muy evidenciado es que el mal existe y en este sentido es la podredumbre del alma humana la que no está puesta en duda, en especial con el efectivo pasaje dedicado nada menos que a una misa negra.

     “Sucedió muy rápidamente. El sacerdote le entregó el bebé a un acólito y recibió un puñal a cambio. La hoja refulgente reflejó la luz de los cirios al cercenar el cuello de la criatura. El pequeño se convulsionó, ávido de vida, y sus alaridos se redujeron a un gorgoteo ahogado.
      —Te sacrifico al Divino Lucifer. Que la paz de Satán sea siempre contigo.
      El sacerdote sostuvo el cáliz bajo la sangre que brotaba a chorros. Terminé el carrete mientras el bebé moría.
      Los gemidos guturales de la congregación se elevaron por encima del murmullo acelerado de un tren que se aproximaba. Me dejé caer pesadamente contra la pared y volví a cargar la cámara. Nadie me prestaba atención. El acólito sacudió al crío inerte para aprovechar las últimas gotas del precioso líquido. Unas salpicaduras vividas brillaban sobre las paredes cochambrosas y sobre la piel pálida de la chica tumbada encima del altar. Lamenté que cada una de las fotos que había tirado no hubiera sido una bala y que no fuese otra sangre la que oscurecía los azulejos olvidados.”



     Como sucede con los grandes clásicos literarios, los nombres de los personajes no pueden ser más simbólicos respecto a lo que estos encarnan.  En primer lugar nos encontramos con el nombre del personaje principal, Harry Angel, apellido que no deja de estar en conexión con el título de esta obra y con su transfondo.  En lo que concierne a la tradición religiosa judeocristiana, los demonios son los ángeles caídos del Cielo, quienes debido a su soberbia contra Dios fueron expulsados de Su presencia; sin embargo este Harry Angel debido a sus propias acciones también es un ángel caído en desgracia.  Luego está el cliente del detective, el sofisticado señor Louis Cyphre, que suena y se escribe en la práctica igual que Lucifer, el nombre angélico de Satanás, el mayor de todos los diablos.  El cantante bajo el que está detrás el protagonista, Johnny Favorite (Favorito en español), con su apellido apela al carácter lúdico de este y que tiene que ver con la suerte, que es tan irregular en la vida de los hombres.  Luego están dos mujeres ligadas al pasado de Favorite, Evangeline (de Evangelio) Proudfoot y su hija Epiphany (Epifanía), ambas con evidentes nombres bíblicos y que sin dudas tienen que ver con el mundo sobrenatural, debido a sus intereses con el vudú, la magia de raíces africanas que apareció en Haití y luego trajeron a USA los emigrantes; sin embargo como el libro juega con el tema de que nada es lo que parece, del engaño (algo usual entre criminales…y lo satánico), a través de ellas y en especial de la última, queda expresado que aún en medio de este submundo de sombras es posible que haya algo de luz.  Asimismo uno de los dos policías que acosan al detective, se llama (o apellida) nada menos que Deimos, nombre correspondiente a uno de los dos demonios que acompañan al dios griego Ares (Guerra) y que en español viene a ser Terror.
       Hay varios pasajes memorables a lo largo de esta novela que se lee con adicción, todas ellas con respecto al mal latente que poco a poco va apoderándose de los acontecimientos.  En este sentido, se pueden mencionar las mismas muertes de las que es testigo el agente.  Sin embargo mucho más destacable es un muy particular homenaje al clásico hollywoodense de los años treinta Freaks, sobre un grupo de fenómenos de circo, así como el supuesto servicio religioso al que asiste Harry y que termina corrompiéndose de manera atroz.  De igual manera no se puede olvidar la misma misa negra que aquí se describe y que por más que en la narración fuese casi impensable pensar que haya gente que se preste para ello, en el mundo real sí existe.

      “Hice girar el pomo y me encontré con una habitación amplia y desnuda, a la que varios sofás desvencijados, de segunda mano, y algunos carteles coloreados que alegraban las paredes enmohecidas, pretendían darle cierto aire doméstico. La mujer gorda llenaba un sofá como si se tratara de un sillón. Una mujer diminuta, cuya barba negra y rizada se desplegaba sobre una púdica pechera rosa, estaba abstraída frente a un rompecabezas a medio montar.
       Bajo una polvorienta lámpara de flecos, cuatro extraños y contrahechos seres humanos se consagraban al rutinario ritual del póker. Un hombre sin brazos ni piernas se hallaba montado sobre un cojín como Humpty Dumpty, el huevo de los cuentos infantiles, y sostenía los naipes con unas manos que nacían directamente de los hombros, igual que aletas. Junto a él estaba sentado un gigante, cuyas barajas parecían pequeñas como sellos de correo por contraste con sus dedos desmesurados. El que repartía las cartas tenía una enfermedad de la piel por cuya causa su tez resquebrajada parecía la coraza de un cocodrilo.”
       En 1987 se estrenó la versión cinematográfica, de parte de todo un director de renombre: Alan Parker.  Pues este cuando filmó su cinta, ya tenía a su haber un montón de títulos destacados, tales como el drama carcelario El Expreso de Medianoche (1978) y el musical de culto con las canciones de Pink Floyd El Muro (1982).  Tras realizar esta otra obra, demostró su enorme versatilidad para moverse con seguridad entre distintos géneros.  Por otro lado, se contrataron a dos grandes actores, al emergente Mickey Rourke, quien con este filme realzó su talento y que lejos sobrepasaba su propia popularidad como “cara bonita” y símbolo sexual, tras haber hecho hace poco la erótica 9 semanas y media y al veterano camaleónico Robert de Niro.  El primero, más joven, hizo del detective de una manera en verdad plausible, si bien no se dejó de explotar en el largometraje la misma sensualidad de este histrión, con su barba de días, su indumentaria de investigador de “mala muerte”, que aunque desaliñada realzaba su masculinidad y luego su célebre desnudo en uno de los momentos más recordados de esta película.  De Niro, en cambio, encarnó al misterioso hombre de negocios que solicita los servicios de Angel y sin dudas que en las 4 escenas en que aparece literalmente “se  roba la películas”.
Precioso afiche ¿alemán? de la película.
        La cinta está realizada como un exponente moderno del estilizado cine noir, correspondiente a una variante cinematográfica ligada al propio género negro, en el cual la fotografía prima las sombras y los ambientes claroscuros, lo que en el caso del argumento de esta película calza bastante por sus personajes ambiguos en el plano moral.  Para resaltar más esta adecuación de la adaptación del libro a la pantalla grande, en sintonía con el noir, se filmó todo creando varios planos en los que la mugre, la humedad y la oscuridad dan testimonio del carácter siniestro de todo; es más, escaleras y ventiladores aparecen en varias imágenes, todo desde un ángulo que denota la idea del laberinto pesadillesco en el que se encuentran los personajes.
      La historia cambió de nombre en esta versión, pasando a llamarse Angel Heart en vez de Fallen Angel,como le puso Hjortsberg.  En castellano fue estrenada como El Corazón del Ángel en España y Corazón Satánico o Corazón Diabólico en Latinoamérica.  Se la puede considerar como una excelente traslación del libro a los medios audiovisuales, si bien posee unos cuantos cambios en la historia, como su eliminación de varios de sus mejores momentos (como la citada misa negra) y agregando otros, tal como su final que resulta aún mucho mejor logrado que el del libro.
        El erotismo cobra bastante relevancia además en esta cinta, algo que no solo corre por parte su protagonista masculino, sino que también gracias a la belleza morena de la actriz que encarna a Epiphany, Lisa Bonet en su debut para el cine.  El momento en el que detective y la juvenil muchacha afroamericana se entregan al deseo, corresponde sin dudas a una de las escenas de sexo más recordadas de la década, tanto porque aún en esos años las relaciones interraciales no eran muy habituales en el séptimo arte, como por atmósfera macabra en la que transcurre todo esto.
         La cacofónica música incidental de Trevor Jones para el cine, realza además el tono lúgubre de todo.
         Antes de terminar, deseo compartir con ustedes una anécdota con respecto a este libro.  Pues como ya saben quienes han leído mi texto, el tema del vudú toma un papel bastante destacado en sus acontecimientos, siendo que dichas prácticas nacieron en Haití.  Pues bien, a Chile en los últimos dos años han llegado un montón de emigrantes provenientes de dicha isla, de modo que en mi propio caso ahora ya tengo entre ellos a varios vecinos, algunos incluso comerciantes a cuyos locales voy a comprar con mucho gusto (gente muy amable y alegre); la verdad es que me gusta ver sus bellos rasgos y colorido a mi alrededor y cuando puedo converso con uno y otro apenas se me da la ocasión.  Me encanta oírlos hablar en creolé. Asimismo el bus que tomo en dirección a mi trabajo en la mañana muy temprano se llena de esta gente y hace rato que la verdad deseo hablar con algunos sobre estas supercherías.  Fue así que hace poco, mientras me encontraba leyendo esta novela, la dama que iba sentada a mi lado era haitiana y con el dedo me indicó el libro que tenía entre mis manos.  Al principio me costó entenderle, pues en su caso no hablaba muy bien español, además de que yo iba escuchando música, así que me saqué los audífonos.  Le pasé mi lectura cuando me preguntó de qué se trataba (yo poseo la vieja edición de la editorial Pomaire, imagen con la cual encabecé esta entrada) y le hice un pequeño resumen de su contenido. Obviamente no dejé de referirme al tema del vudú, a ver si lograba engancharla para dialogar más al respecto.  Pues la joven mujer muy atenta le echó un repaso al tomo...Y luego siguió en su propio mundo,dejándome con ganas de una entretenida conversación sobre un tema del cual desde quiero saber más por parte de algún haitiano.  Creo que apenas pueda, mejor le preguntaré directamente al primero de estos para satisfacer mi curiosidad.


Trailer de la versión cinematográfica.

Los blogueros que admiro. Primera Parte: El Cuchitril de Cidroq.

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Introducción.

       Con la siguiente entrevista que feliz comparto con ustedes, comienzo esta nueva serie de post dedicados a todos aquellos blogs que sigo y que bien muchos de los que leen mi página pueden encontrar entre mis enlaces recomendados.  No son muchos la verdad y en algunos casos he sacado uno que otro de entre mis recomendaciones, ya sea porque sus creadores los abandonaron y dejaron de actualizarlos (que son muchos los que recuerdo en tales tristes circunstancias) o porque me pareció que sus autores tenían escaso interés en mantener contacto con este servidor...¿Así que por qué hacerles publicidad si no valoraban si quiera los comentarios que les dejaba en sus respectivos blogs?
        A través de estas entradas quiero homenajear a todas aquellas personas que me inspiran a seguir mi trabajo como colegas blogueros.  Aquellos que les iré presentando a razón de uno al mes, están distribuidos a lo largo del mundo, unos cuantos compatriotas y amigos de hace años, otros en este mismo continente y en algunos casos en España.  Se encontrarán con personas muy interesantes, con puntos de vista atractivos sobre varios temas afines y espero que al conocerlos a través de estas entrevistas, quienes nunca se hayan metido a estos enlaces, ahora lo hagan y descubran la genialidad de sus escritos.
          Espero de corazón que todos aquellos a los que invite a participar de esta empresa, se animen a participa de ella, que por el momento a solo dos personas se las he transmitido y les gustó la idea, una de ellas de quien ahora me referiré.
          Comencemos.

Mi presentación personal de Eduardo Romero, Cidroq, y su Cuchitril.

Eduardo Romero.

         
Supe de la existencia de esta página que ya sigo hace como 4 años de manera regular, gracias a que debido a uno de esos premios honoríficos dados entre blogueros, tenía que nominar a 10 blogs más a dicho galardón.  Como en ese tiempo apenas conocía el trabajo de unos pocos amigos en este medio (hoy en día solo uno de ellos continúa con su labor, Miguelito, también conocido como Mfkarlos de Le Dicen Poesía), me puse a buscar en Internet algunos blogs compatibles con mis intereses y así buceando por la Red tuve la suerte de encontrarme con el Cuchitril de Cidroq.
           De nacionalidad mexicano, gracias a él tengo razones de más para amar este país que tanto sentimos hermanado los chilenos (su catolicismo, sus tradiciones, su música, su cine, uf, un montón de cosas magníficas provenientes de sus tierras).  Mi propio papá adoraba esta nación, al punto de que la última película que vi con él en el cine fue...¡El Barrendero con Cantinflas! (allá en el siglo pasado, je).   Lo que más me gusta de Eduardo es su sencillez, que se puede apreciar en sus post hechos con mucho cariño, pues es una de esas personas que les encanta una buena charla y eso se puede apreciar en sus textos, que en muchos años más que yo como bloguero superan varias centenas.  Asimismo tengo la suerte de que charlo con él casi de forma periódica, a través del chat de Gmail (¡Las maravillas de la tecnología!), de modo que bien lo considero un querido amigo desde hace rato.  Ya en mi post sobre el quinto aniversario del Cubil del Cíclope, lo mencioné con mucho cariño, ya que cuando estuve convaleciente tras estar muy enfermo y no podía salir mucho de casa, tras una enfermedad que bien me pudo costar la vida, mis diálogos con él fueron toda una bendición para mí; así que tengo razones de sobra para estarle agradecido.
            Antes de dar paso a esta entrevista, debo contarles que otro motivo que me une bastante a Eduardo, es el tremendo amor que siente hacia sus dos hijas, lo que ha dejado expresado en más de una ocasión con sus post sobre su familia; pues si bien no soy padre, también tengo dos niños, casi de las mismas edades de sus pequeñas, que son mis sobrinitos Amilcar y Brunito,  mis propios musos inspiradores (y de quienes de vez en cuando subo una que otra foto).  

Entrevista.

Junto a su señora, María y sus "patronas":
Xóchitl (la mayor) y Heidi (la menor).

1- Preséntate brevemente.

     Soy Eduardo Romero, estoy acercándome a mi cuarta década de vida.  Soy alguien que podría definirse como un ejemplo vivo de que del caos surge el orden, ya que mis gustos y personalidad suelen abarcar áreas que normalmente se pensaría que son contrarias. Así, me atraen por igual los deportes y la literatura,  temas de ciencia y religión, y sobre todo, los temas relacionados a la cultura geek, aunque en lo personal no me gusta clasificarla así. Desde hace mucho me ha llamado la atención la escritura, y aunque dicen que una imagen vale más que mil palabras, creo que no siempre aplica y que un buen texto tiene el mismo valor. Siendo así pues quién soy, encontrarán un poco de todo conmigo si se desea entablar una conversación.

2- Cuéntanos del origen de tu blog.

     Como comentaba, me llama la atención la escritura, en buena parte inculcado el gusto por mi papá.  Cuando conocí los blogs hace ya siglos en tiempo internet, pensé que sería una buena opción crear uno; pero no me animaba del todo, porque al estudiar yo una carrera sobre temas computacionales, conocía todo lo que hay detrás de lo que el usuario ve en el blog.  Así que no quería meterme en esos engorrosos temas; ignorante era yo que ya tenían interfaces y opciones amigables al usuario que ocultaban toda esa parte técnica. El detonante final fue el nacimiento de mi hija mayor, pues yo quería dejarle alguna manera de que cuando tuviera curiosidad del pasado y pudiera tener un lugar donde consultar aparte de lo poco o mucho que le pudieran ofrecer mis recuerdos; si iba dejando registros, permanecerían allí para ella en el momento en que lo quisiera revisar.

3- ¿Qué temas abordas en el Cuchitril?

     El contenido principal del blog son remembranzas, cosas de mi pasado, de mis gustos y aficiones, que como comenté. Serán de varios temas, pero principalmente  temas geek.  Adicional a eso y para los propósitos del blog, también dejo constancia de eventos que son contemporáneos relacionados con mi vida y la de mis hijas, que también creo yo les interesarán. Entonces, el contenido se divide en temas de interés general,  que puedo compartir con mucha gente, y una parte especializada, que puede que no interesen salvo a mí y espero a mis hijas, aunque a alguno puede que al menos les haga pasar un rato ameno.

4- ¿Tienes alguna entrada favorita?

Una hermosa Navidad.
     Esta es una muy difícil, ya que realmente no puedo decir que tengo una, sino  que  muchas.  Cada una tiene cierto encanto cuando la escribes y no la puedes dejar fuera cuando escribes con gusto. Es todavía más complicado decidir, pero si la pregunta no se puede eludir, y solo por cumplir con la respuesta, digamos que hay una entrada que tiene un 9.99 de calificación para mí (la gran mayoría tiene un 9.98).  Es una que titulé Los 3 libros.  Y es así, porque al estarla redactando, recordé con una gran sonrisa momentos que compartí con mi papá y mi hermano, mientras descubríamos buenos libros para ampliar nuestros horizontes literarios.

5- ¿Qué es lo más valioso que te ha otorgado tu blog?

     Siendo honesto (y algo presuntuoso), lo más valioso aún no llega, que espero sea la aceptación y agrado de mis hijas cuando lean el Cuchitril; pero gracias a Dios una grata e inesperada sorpresa me fue dada, ya que yo esperaba que el blog permaneciera en el anonimato de ser solo uno de miles y miles de blogs; sin embargo a lo largo de estos ya casi 8 años, en distintas etapas, el sitio me ha permitido tener contacto con grandes personas muy amables e interesantes.  Como todo en la vida, hay ciclos, he perdido contacto con algunas, pero ganado algunos nuevos.  Así que casi desde el comienzo del Cuchitril ha existido alguien que ha revisado el material que hago, me ha servido para intercambiar ideas con ellos y me ha permitido establecer relaciones cordiales.  En estos momentos son 4 las personas con las que tengo más interacción, siendo por supuesto, el autor del formidable Cubil del Ciclope, uno de estos grandes seres humanos.  Afortunadamente de vez en cuando recibo la visita recurrente de algunos más.

6- ¿Comparten tus personas más cercanas esta faceta de tu vida?

     Respecto a este tema, el dicho de nadie es profeta en su tierra se cumple cabalmente, ya que actualmente solo mi hermano sigue el blog regularmente;  por cuestiones de la vida (trabaja en el campo y en casa no tiene internet), ha dejado de dejar comentarios escritos en el blog, pero comentamos algunos puntos del blog cuando nos encontramos.  Fuera de él, a los amigos y conocidos cercanos que les comenté, hace ya mucho tiempo que dejaron de aparecerse por el Cuchitril.  Así es la vida.  Un blog implica compromiso no solo de parte del autor, sino también de los lectores, y si no despierta un verdadero interés, fácilmente fallarán uno u otro lado.

7- ¿Por qué blog y no Facebook?

      En el caso particular del Cuchitril es más fácil de explicar, ya que su función principal es ser un enorme diario de vida, que pueda consultarse en cualquier momento y de la forma que sea más fácil para sus interesadas (espero) lectoras a las que está dedicado (las patronas, les digo yo). Facebook es completamente impráctico para estos fines.  Facebook, o varias  de las redes sociales actuales (al 2017), están pensadas para fomentar la espontaneidad, el ahora, el reconocimiento inmediato. Quien publica en Facebook busca el reconocimiento inmediato, la rápida difusión de lo que aporta y quedar bien ante la mayor cantidad de gente en el menor tiempo (que no tiene por qué ser malo forzosamente).  Quien publica en un  blog, espera que su aportación perdure, es menos visceral, que aunque sean pocos los que alcance inicialmente, el valor de su esfuerzo se mantenga por mucho más tiempo.  Digamos que facebook es para velocistas, los blogs para maratonistas.

8- ¿Cómo es tu proceso para escribir las entradas del Cuchitril?

     
Las bellas hermanitas.
Bueno, digamos que yo soy un "antiblogger", haciendo alusión a los "antihéroes" en los cómics. Parte del sello delCcuchitril es la informalidad. Si comparas los post del cuchitril con los que hay en el Cubil, parece que están hechos a la carrera y al aventón, y en parte así es.  Siempre pretendí que lo que pusiera en el blog fuera como si estuviera platicando en el momento con el que lee, no que fuera un escrito preparado (que creo en el fondo lo agradecería más el lector, pero, "pos" ya que). Así que básicamente lo que hago es primero fijarme la idea de lo que voy a escribir;  me pongo frente al teclado y los dedos empiezan a bailar (aunque más bien parece que tartamudean).  Voy avanzando línea tras línea.  Cuando se me acaban las ideas sobre el tema me detengo, le doy algo de forma a los párrafos, le checo la ortografía (a veces ni eso), busco algunas imágenes de apoyo las pego, y vámonos a publicar el post.  Claro hay entradas que ameritan algo de investigación previa, pero no son la mayoría. En parte (y no es justificación), la informalidad se acrecentó más desde que mi tiempo para dedicarle al blog se redujo muy drásticamente.  Tengo que dedicar más tiempo a tratar de sacar adelante a la familia.  Desafortunadamente mi velocidad de publicación está por debajo de los mínimos que yo tenía previsto, pero cada que puedo, saco una entrada. Tengo, mantengo y atiendo un blog, pero no soy un ejemplo de buen bloguero.  Soy un "antiblogger".  Deadpool y Wolverine estarían contentos conmigo.

9- ¿Qué esperanzas tienes a futuro con este blog?

    Yo he visualizado que cuando mi hija mayor tenga alrededor de 15 años (años más o menos, dependiendo como la vea de madurez), será cuando le revele la existencia del blog y comience a leerlo (espero).  También desearía que esto le despierte el interés por la lectura y la escritura, si bien para entonces quién sabe como esté la situación de los blogs.  Pero me gustaría que les sirva a las dos; cuando le llegue su momento a mi hija menor también y como incentivo para que ellas también hagan la lucha por plasmar sus ideas. Sería genial que pudieran seguir el legado del Cuchitril, y se convierta en el Cuchitril Familiar, si bien también que tengan sus propias iniciativas.

10- ¿Cuáles son tus palabras finales antes de terminar esta entrevista?

      Aunque uno diga que no, todo bloguero busca tener seguidores, afortunadamente hay algunos que gustan de leer al Cuchitril y que han entendido el formato que maneja.  Si alguien no lo sabe, un cuchitril es un lugar pequeño y desordenado, sucio a simple vista; así parece  el blog, donde el tema es que no hay tema.  A más de alguno le ha gustado y les doy las infinitas gracias.  Espero seguir contando con sus comentarios y aportaciones, ya que siempre tengo algo que aprenderles. Para quien me haga el favor de darle una oportunidad, les espera un lugar donde a partir de las ideas que puedo tener sobre un tema; siempre habrá un motivo para entablar alguna conversación amena si lo desean o al menos pasarán unos minutos entretenidos, ya que aunque esté lejos de tener opiniones complejas o muy eruditas, son ideas sinceras y siempre son las más fáciles de comentar. Mis mejores deseos a todos.

      Listo, Elwin.  Muchas gracias por todo el interés que le has demostrado al Cuchitril.  Sigo sintiendo que es mucho el honor que me brindas y que es un tanto inmerecido.  Sin embargose aprecia mucho que sea sincera tu invitación.  Te lo agradezco mucho. Espero sigamos en contacto por mucho tiempo más y que vengan muchos éxitos para el Cubil.
       Saludos y mis mejores deseos. 

Todo un padre orgulloso.

Ultimate Spider-Man en la pantalla chica.

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     El superhéroe más popular del universo marvelita no puede faltar en la TV, con nuevos shows animados cada cierto tiempo, a través de los cuales sus productores actualizan sus aventuras y de paso consiguen motivar a las nuevas generaciones con tan singular paladín. Es así que sin dudas de todos los personajes marvelitas, es lejos el que posee a la fecha más cartoons, carrera que comenzó con el ya mítico programa del 67 y que duró hasta el año 70 (con su famoso tema cantado en los créditos de apertura, hoy conocido por todo el mundo).  A este mismo le siguieron nada menos que 6 otras series, antes de estrenar la última realizada hasta la fecha, Ultimate Spider-Man y que con sus 4 temporadas superó en cantidad de episodios a la que más duración había tenido hasta antes de ella: Spider-Man, la Serie Animada(con 65 episodios a su haber).
       Sin llegar a los niveles de calidad dramática de la que es considerada por muchos fanáticos y la crítica como la mejor adaptación para la televisión del personaje, correspondiente al recién mencionado título de los noventa, esta versión más reciente posee sus buenas virtudes y un montón de seguidores.  Es así que debido a su éxito, muchos lamentamos que la hayan cancelado para dar paso a un nuevo programa de este estilo y que se supone vaya más acorde con el próximo filme de imagen real a estrenar en los próximos meses: Spider-Man: Regreso a Casa.   Debe saberse que el impacto mediático de este hace poco finalizado show, ha sido tal, que originó otras series dentro del mismo universo ficcional y en las que se incluyen Vengadores Unidos y Hulk y los Agentes de S.M.A.S.H.Por otro lado, la creación de merchandasing relacionado, en especial ropa para niños con el logotipo del programa, ha sido lejos el mayor conseguido por alguno de los diferentes títulos del Arácnido.
        Debe saberse que se encuentra basada ligeramente en los cómics que iniciaron el llamado Universo Ultimate de Marvel, en el año 2000, creado por el guionista top de la editorial Brian Michael Bendis (el mismo de Aliase Invasión Secreta).  Esta iniciativa tuvo como intención renovar para las nuevas generaciones a los personajes más emblemáticos de la Casa de las Ideas, lo que por supuesto consiguió con creces.  El “experimento” partió con el Cabeza de Red y debido a su afortunado destino se extendió a buena parte de sus colecciones más clásicas, desarrollándose sus argumentos en un universo paralelo, que permitiera dejar de lado la continuidad de años de sus historias y que a los potenciales lectores más jóvenes podía alejar de comprarlas.
        Para hacer más atractiva esta otra incursión de nuestro Amistoso Vecino y asegurarse de cierto nivel artístico por sobre la espectacularidad técnica, se trajo por primera vez a Marvel a un artista consagrado en los cartoons de superhéroes: Paul Dini (imposible olvidar lo que hizo para DC con Batman: La Serie Animadaen los noventa del siglo pasado y el resto de los programas que le siguieron con posterioridad).  El escritor se encargó de escribir el episodio piloto emitido en dos partes, con el cual sentó las bases de esta reinterpretación del adolescente justiciero; de igual manera hizo el guión de varios episodios más, al menos en las dos primeras temporadas, por lo general en los de carácter más cómico.

        Estrenada en abril de 2012 y finalizada en enero de este año, Ultimate Spider-Man se diferencia inmediatamente de sus predecesoras porque, primero, no se detuvo en volver a mostrar el archiconocido origen de los poderes de Peter Parker y de cómo fue que decidió dedicarse a su carrera defendiendo el bien; segundo, todos sus capítulos están hechos en base a team-ups, o sea, tratan acerca de misiones de su protagonista junto a otros superhéroes y nunca en solitario, de modo que a lo largo de su permanencia en pantalla aparecieron un montón de estos, entre ellos algunos que nunca antes habían salido en una serie animada marvelita hasta entonces (como Zumbador o el Caballero Luna).  Esta última tendencia en los guiones, tal como sucedió en su momento con la también recordada  Batman el Valiente, sin dudas que permitió dejar más claro que nunca en la retina de grandes y chicos la preeminencia del mismo Spider-Man, dentro de su respectivo panteón (ya sea al codearse con superhéroes más maduros y experimentados que él mismo, demostrando lo valioso de su persona pese a su misma inmadurez, como al convertirse en la fuente de inspiración de otros justicieros jóvenes y más novatos que él mismo).
       La premisa en general del programa es la siguiente: debido a su enorme potencial, pero también falta de disciplina para enfrentar a los villanos (lo que causa en ocasiones más destrozos públicos, de lo que se espera durante sus enfrentamientos), nada menos que Nick Fury lo recluta para trabajar con él en la agencia internacional de seguridad conocida como S.H.I.E.L.D.  La idea es la de educarlo en el uso de sus habilidades y qué otra cosa mejor para sacar lo mejor de su persona, que darle mayores responsabilidades.  Es así que el superespía (en su versión Ultimate, o sea calvo y afroamericano, tal cual el interpretado por ese maestro de la actuación que es Samuel L. Jackson, en los filmes del Universo Cinemático Marvel), le da la tarea de liderar a un pequeño grupo de superhéroes juveniles como él: Luke Cage, también conocido como Power Man, un muchacho con fuerza incrementada y cuerpo invulnerable producto de un experimento; Puño de Hierro, artista de las artes marciales místicas; Nova, quien posee poderes cósmicos; y White Tiger, la única mujer del grupo, con poderes animales concedidos por su tótem mágico.  Cada uno de estos nuevos compañeros, con los cuales llega a entablar una entrañable amistad, como es de suponer en este tipo de equipos, posee su propia personalidad que más que roce entre ellos, crea varias situaciones muy hilarantes y divertidas a lo largo de su desarrollo.

Spider-Man y su equipo original de S.H.I.E.L.D.: Luke Cage, White Tiger, Puño de Hierro y Nova.
        
      Para ayudar más a estos chicos a desarrollar sus capacidades (como también para vigilarlos), se les destina nada menos que al agente Coulson (el mismo popular personaje creado para las primeras cintas de imagen real del citado UCM y que luego se convirtió en el protagonista de la serie Agentes de S.H.I.E.L.D.) para apoyarlos en el papel de director del colegio donde todos estos estudian.   Coulson le otorga a los capítulos algunos de sus momentos más graciosos. Lamentablemente este fue discontinuado a partir de la tercera temporada.
         Tampoco se puede olvidar la presencia de nada menos que Stan Lee dentro de los personajes de apoyo, quien aquí hace del conserje del colegio de Midtown.  Pues su papel es lejos mucho mayor, que los esperados cameos que realiza en los filmes para el cine, ya que tiene mayores diálogos y participación.  Con posterioridad al final de la segunda temporada, es revelada la verdadera razón de por qué está en el mismo colegio donde van nuestros superhéroes.  Luego, en la cuarta temporada es “ascendido” en su cargo.  En el audio original la voz de este la pone el mismo Stan Lee, todo un lujo para el programa. 
        En la segunda temporada el grupo liderado por Spider-Man, se va nada menos que a vivir junto a este a su casa con tía May, lo que da para nuevas instancias de mucha comedia.  Por cierto, esta May no es para nada la viejita demasiado mayor a la que nos tienen acostumbrados, si no que es representada como una hermosa mujer (incluso sexy), de unos cuarenta años y muy activa.  Al ser un importante personaje de apoyo dentro de la mitología del Trepamuros, participa bastante dentro de los eventos de esta serie (quizás más que en cualquier otra dedicada al superhéroe).
         Otro personaje clásico de los cómics de nuestro justiciero, que posee bastante relevancia dentro de los guiones, viene a ser el bravucón, deportista, guapo y de pocas luces Flash Thompson, quien sin duda debe ser uno de los compañeros de aventuras del protagonista, que más han evolucionado a lo largo de este más de medio siglo de existencia (pues Thompson debutó en la misma primera historia que dio a conocer a Spider-Man).  Es así que a lo largo de estas cuatro temporadas, pasa por varias etapas, llegando incluso a convertirse en nada menos que el Agente Venom (otro que tiene su debut en la pantalla chica gracias a esta versión Ultimate).  Además termina convirtiéndose en uno de los mejores amigos de Peter Parker.  Respecto a la relación entre ambos, en un principio se ve cómo Flash hace bullying a su compañero de colegio y sin embargo admira al Trepamuros, a quien considera su ídolo, sin saber la verdadera identidad del enmascarado  (tal como ocurría en las historietas, en todo caso).
         Este Spider-Man no trabaja de fotógrafo para el Daily Buggle, sin embargo sí aparece de una manera muy especial su irascible dueño y editor J. J. Jameson: a través de inmensos paneles electrónicos dispuestos en los edificios de  Nueva York, desde los que este hombre cada cierto tiempo habla mal contra Spidey.  La voz en su versión en inglés original corre por parte de J. K. Simmons, quien hiciera tan bien de este mismo personaje en la recordada trilogía de Sam Raimi, con Tobey Maguire como Peter Parker/Spider-Man.
         Tampoco podía faltar el mayor amigo del protagonista: Harry Osborn.  Si aparece este mismo, no podía faltar su padre, Norman Osborn, el primer y más mortal Duende Verde.  El programa aborda la conflictiva amistad entre los dos jóvenes, pero en especial detalla muy bien el forzado parentesco entre padre e hijo.  Llama la atención, además, la manera de que a diferencia del cómic clásico, este Ultimate Harry Osborn no toma la identidad del Duende Verde II, sino que su faceta de criminal lo hace a través de otro icónico villano de las historietas; es así que a través de ello, Harry devenido en malhechor, las implicancias de su padre en su afán de destruir a su mayor rival, tampoco son obviadas en este título más ligero.  Si bien el patriarca  continua influenciando negativamente a su vástago, luego una trama mucho menos melodramática que la de las revistas, permite que ambos Osborn consigan su propia redención y puedan vivir en paz como familia.  
         La tercera temporada se constituye en un punto culminante dentro de esta serie, pues se dejan de lado las historias que tienen relación con el colegio.  Es así que a partir de este momento, se crea una especie de academia para superhéroes adolescentes en el Tricarrier de S.H.I.E.L.D. (la inmensa fortaleza o nave flotante de esta agencia) y que tiene como líder a ya saben quién.  Gracias a este arco argumental, llegamos a tener el gusto de ver por primera vez a otros personajes destacados del universo Marvel, como nada menos que a la singular Chica Ardilla (inverosímil superheroína, de una de las colecciones cómicas más hilarantes de los últimos años de Marvel y con su propia revista) y, más encima, a varias variantes del mismísimo Spider-Man, como Iron Spider (acá manejado por Amadeus Cho, si bien en un principio esta armadura hecha por Tony Stark fue regalada a Parker, tal como se vio en la primera temporada), Araña Escarlata y varios otros Spider-Man de universos alternativos: Medieval Spider-Man, Spider-Man 2099, Spider Pig (sí, la versión tierna y cómica en forma de cerdito), Miles Morales (el segundo Spider-Man Ultimate de los cómics, afroamericano y que sucedió a Peter Parker cuando este fue asesinado por los 6 Siniestros de ese universo) y Spider-Man Noir.   Debido a todo esto, la tercera temporada recibe el nombre genérico de Webs Warriors (traducido en castellano como Red de Guerreros).
      La cuarta temporada recibe el subtítulo de VersusLos 6 Siniestros, en atención al clásico equipo conformado por 6 de los más antiguos villanos de Spider-Man.   Pues el gran enemigo de Spidey, que aquí no es el Duende Verde, sino que nada menos que el igualmente archiconocido Doctor Octopus, decide buscar a los secuaces ideales que le ayuden a derrotar de una vez por todas  su némesis.  Si la apariencia de Doc Ock en la serie resulta acá por completo distinta y novedosa a la que nos tienen acostumbrados, siendo además lejos uno de los personajes mejor desarrollados en ella, al principio de esta temporada su imagen de freak total cambia por completo, hasta transformarse en un sujeto aún más repulsivo; por último, vuelve a transformarse para volverse un sujeto más parecido al de su estereotipo de las revistas (aunque en una versión “mejorada”) y luego durante un breve tiempo, muta a una especie de Cthulhu de los mitos lovecrafnianos.   Pese al aire ligero del programa que se decanta bastante por la comedia de enredos, si bien aprovechando al máximo la vastedad de la galería de personajes de Marvel, hacia el final de la serie que se da en esta misma temporada, sucede un impactante hecho entre Doc Ock y Spider-Man, que sube los niveles de dramatismo a un punto impactante; a partir de este acontecimiento, el emotivo final va en progreso, hasta el memorable cierre de esta etapa del superhéroe en la televisión.
      Varios otros villanos tienen en la serie apariencias muy llamativas, tales como Mesmero, Rhino, el Buitre, por supuesto el Duende Verde (en dos versiones, una de ellas de otro universo), el Supervisor, Armin Zola y muchos más.  En este sentido, los diseños realizados para los personajes en general, entre malvados y buenos resultan ser muy esmerados. 
       Quizás la marca más propia de Ultimate Spider-Man,sean los monólogos de su protagonista con el público, en lo que se llama “romper la cuarta pared”.  De tal modo, desde el primer episodio, Spidey se detiene para explicarnos varias cosas y todo de una manera tanto caricaturesca, como ingeniosa.  A este carácter que bien podría hasta llamarse surrealista, se agregan dos versiones SD (super deformed en inglés) de Spidey, que hacen de su conciencia a manera del angelito y diablito de los cartoonsde antaño y que dialogan con él para convencerlo según sus propias naturalezas “buena” y “mala”; lo más cómico respecto a estos dos, viene a ser cuando ambas personalidades suyas pelean entre sí.
        Lo único que no les perdono a los productores de este show, del cual con tristeza vi su último episodio, es que debido a su “influencia” los demás títulos que comprenden este universo compartido (ya mencionados en el segundo párrafo), no posean créditos de apertura.  Pues si hacemos memoria, los anteriores programas sobre Spider-Man, en su mayoría tenían temas musicales bastante destacables.


Un genial video a manera de aperitivo de esta recomendable serie.

El viaje interior previo al viaje exterior.

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      11,4 Sueños Luz es el nombre de la primera novela publicada del escritor español Nicholas Avedon, una obra de ciencia ficción que se nutre de algunos de los grandes temas del género: como las antiutopías, el ciberpunk (en realidad un subgénero dentro de este tipo de historias), la realidad virtual y las llamadas “naves generacionales”, entre otros.  Esta mezcla de tópicos permite el desarrollo de una obra interesante, bien escrita y que por supuesto también revela las mismas dotes creativas de su autor, por sobre los textos que muy bien lo pudieron inspirar a la hora de ensamblar su historia.
      Narrada en primera persona, de modo que no llegamos a saber nada más que lo que se revela al conocimiento de su mismo protagonista, está ambientada en un futuro más o menos cercano (o lejano según se le mire): El siglo XXIV.  La mayor parte del argumento transcurre en la Tierra, nada menos que en la populosa ciudad de París (de ahí, tal vez, el juego de palabras por parte de Avedon, con el nombre dado a esta urbe, Ciudad Luz, y la idea de los sueños de una vida mejor para sus personajes, como con respecto a la posibilidad de los viajes espaciales a años luz de distancia).  Su narrador y protagonista es Ariel, un hombre de unos cuarenta años, que trabaja como artista en lo que se llama “sueños vividos”, de los cuales es un afamado director.  Este a lo largo de sus poco más de 300 páginas, inicia un periplo en el que el encuentro de lo fortuito, lo lleva a ver la vida con otros ojos; asimismo su pasado lleno de recovecos, le trae uno que otros problemas, pero que además le permite proyectarse a optar por una mejor vida, de la que en algún momento tuvo.
      Ariel a través de sus propias palabras y acciones se presenta como un sujeto sensible, para nada un santo, que como todo reflejo de nuestra propia humanidad posee tanto virtudes como defectos (con respecto a esto último, tiene unos cuantos “pecados” que pesan sobre él); no obstante son sus propias flaquezas las que como a la gente “real”,  lo dignifican, por cuanto lo llevan a querer ser mejor persona de lo que es.  Es así que el conocimiento del amor, tal vez por primera vez en su agitada vida, le da la posibilidad de la redención que necesitaba para ser en verdad feliz y no quedarse con las migajas de dicha a la que estaba acostumbrado.  Justamente la naturaleza de visionario de Ariel como artista, permite una vez más en una obra literaria, al mostrarnos a un personaje que al poseer estas características, exponer la idea de que solo si llegamos a apreciar la belleza de lo que nos rodea (de la vida cotidiana misma), podemos trascender nuestras propias miserias.
       La llegada de alguien casi angelical como lo es Joanne a la circunstancia de Ariel, introduce en la trama el llamado proyecto Veluss, que ya va como en su cuarta misión y consistente en llevar cientos o miles de individuos cuidadosamente seleccionados a las estrellas, para terraformar un planeta distante.  Todo esto les permite a los elegidos y afortunados buscar nuevos horizontes, como también dejar detrás un mundo que ya parece acabado con las injusticias sociales y el estancamiento cultural.  Es así que la pareja participa en las complicadas pruebas individuales y grupales, para decidir quiénes son más aptos para emprender la odisea, exámenes que pueden durar horas y días.  Los momentos en los que se describen estas cesiones, corresponden en  ocasiones a algunos de los mejores pasajes de la novela:

      “Durante muchos minutos mareé mis pensamientos cocinando una tortilla de posibilidades, hasta que un chorro de voz, desde algún sitio, nos ordenó que entráramos en la habitación. Fuimos obedientes y entramos a una sala aséptica, dominada por una mesa ovalada, muy grande, de madera. Había cuatro sitios vacíos a cada lado y nos sentamos en la silla que nos habían asignado, marcada con un papel y nuestro nombre. Esos minutos no sirvieron para  que nos presentáramos. Se respiraba un aire competitivo. Al principio intenté ser simpático y sonreí cuando sorprendía a alguien mirándome, pero dejé de hacerlo cuando los demás no devolvían mi sonrisa. En varias ocasiones pensé en salir de allí. ¿Qué pintaba yo ahí, si sabía que no tenía intención de embarcar en la nave? ¿Me estaba retando a mí mismo, para ver cuán lejos podía llegar?, ¿lo hacía para ayudar a Joanne? Yo no era uno de ellos, no me parecía en nada. El tipo de mi izquierda se llamaba Prico, era el superhombre perfecto: frío, guapo, fuerte, inteligente. Justo a mi derecha estaba Sörgen, un nórdico enorme y rubio, con un rostro pétreo y tallado. Tener que competir con ellos me daba pereza, ¿para qué?”

       En el intertanto a la concretación de sus anhelos, aparecen, por supuesto, otros personajes y entre los que destacan sus amigos Carlos y la misteriosa Andelain.  El primero de ellos pese a lo maravilloso que parecer ser como persona (en especial hacia el final de esta obra, cuando se revela su verdadera identidad), no está tan delineado como la mujer a la que ama, pese a que en persona no la conoce (pues sus encuentros solo suceden en el mundo virtual conocido como Brin, propio de la fantasía épica más rancia al estilo de El Señor de los Anillos).  En cambio la mujer resulta ser en muchos aspectos un verdadero cofre de sorpresas.  Por otro lado, los momentos transcurridos en Brin, de igual manera están contados con amor hacia esta otra variante de la narrativa, de modo que la belleza de sus paisajes bien contrasta con frialdad del mundo real en el que viven los protagonistas. 
      A la lucha por lograr quedar entre los afortunados, que podrán partir en la inmensa nave hacia un nuevo mañana, se agrega una sublínea argumental de carácter policial, que le agrega intriga al libro, dejando claro además la atmósfera malsana en la que se mueven los personajes (y donde claramente se ha perdido el aprecio por la dignidad humana, en el mayor de los casos). 
      Tal como se afirma en el primer párrafo, este título se nutre del popular subgénero conocido como ciberpunk.  Por lo tanto estamos frente a un escenario en el cual las tecnologías computacionales se han desarrollado a tal nivel, que máquinas y hombres conviven a tal nivel, que los usuarios llevan en sus cuerpos aparatos para acceder mejor al uso de estos aparatos y todo tipo de programas computacionales, que les permiten además acceder a Internet desde sus conexiones híbridas (incluyendo a la realidad virtual).  De igual manera como en muchas de estas ficciones, nos encontramos con una sociedad en la cual la división entre ricos y pobres, está llevada a los mayores extremos; de tal modo que aquellos que pueden gozar de las comodidades de un pasar liviano, cuentan con todo tipo de lujos (la minoría), mientras que los demás o bien poseen uno que otro beneficio, en medio de un ambiente insano (claro) o en el peor de los casos apenas sobreviven en la más absoluta miseria.

    “Nos estrechamos las manos y salí de la comisaría. Fuera lo que fuera que estuviera ocurriendo no debía ser nada bueno. Era la primera vez que un alfa y dos oficiales de policía me interrogaban desde que estaba en París. Salí pensativo, sin darme cuenta de lo que estaba haciendo. La comisaría no estaba muy lejos del centro, apenas a una docena de kilómetros, pero el barrio no era bueno, ni siquiera para mí. A pesar de que había dejado el coche aparcado en un parking vigilado, un guardia armado con un rifle de asalto, me indicó que no me saliera del camino protegido por la alambrada electrificada y el muro de vitroacero. Era un túnel transparente, lleno de arañazos y manchas amarillentas que atravesaba una zona deshabitada hasta el depósito de coches. Debajo, protegido por el muro, podía observar a los cientos de pobres desgraciados que se arrastraban entre cartones, basura y cuerpos semidesnudos en trance. La luz artificial de las autopistas que tenían encima, solo servían para ver como la ceniza, el polvo y la suciedad caía casi de forma imperceptible, pero imparable.  Solo la lluvia artificial impedía que aquellos miserables se ahogaran enterrados con ella. Uno de ellos saltó hacia mí, y rebotó contra la gruesa pared. Su mirada animal no me asustó. Ya la había visto antes. Daba igual el lugar, la locura siempre se parece. Golpeó la pared con las manos desnudas, hasta dejar rastros de sangre roja en la pared. Aulló, rio y lloró. Lo dejé atrás evitando pensar en lo que significaba que la policía me interrogara. Los centímetros de vitroacero que me separaban de aquel desgraciado eran mucho más seguros que mi posición en aquel país. De la noche a la mañana podía ser yo el que golpeara el vitroacero, rabioso por haberlo perdido todo.”

     En la novela abundan los encuentros sexuales, siempre heterosexuales o más bien respondiendo a las fantasías masculinas con el tema del lesbianismo, de modo que este erotismo softporno puede llegar a cansar al lector y que le parecería que hay un abuso de tantos pasajes de este estilo (como sucede con quien escribe).  Quizás una mayor dosificación de esto o que al menos esté mejor justificada para la historia, sea correcto tener en cuenta, en caso de futuras entregas de las aventuras de Ariel y compañía.
      Por cierto, en determinado momento el curso normal de la narración en primera persona, por parte de Ariel se detiene, para dar paso a la vieja tradición del relato enmarcado, de la cual Nicholas como español nos recuerda la rica herencia literaria de la cual obras como El Libro del Buen Amor, Los Milagros de Nuestra Señora, El Conde Lucanor y el Quijote de la Mancha (entre otras) al parecer también se nutre este artista.  Pues la pequeña historia que aquí se inserta y contada por otro personaje, en realidad resulta ser uno de los puntos más brillantes de todo esto (tal vez por el cambio del punto de vista y en cual el hecho de que sea una mujer quien ahora nos relata todo, denote la versatilidad del autor para pasar de una modalidad a otra).
      En suma, 11, 4 Sueños Luz es una opera prima que se lee con rapidez, que consigue el interés de su público y que evidencia el manejo de su creador en el género literario que tanto amamos los que leemos estas líneas.  Por otro lado, es una obra acerca de la búsqueda de la felicidad, lo difícil que resulta concretar todo esto, pero que a la larga en el proceso nos lleva a la realización personal y a la comunión con los espíritus afines que se cruzan en nuestro camino.

Nicholas Avedon.

Regreso al Mundo de Watchmen. Quinta parte: Ozymandias.

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5.1- El Guionista.

       Len Wein (Estados Unidos, 1948) es hoy en día toda una leyenda viviente en el mundo de los cómics, pues a lo largo de su carrera ha marcado tanto este mundo con sus personajes e historias, que sin dudas se encuentra en el reducido grupo de los artistas de este rubro que bien pueden ser considerados como los grandes constructores de mitos del noveno arte (codeándose con gente como Stan Lee, Jack Kirby, Bob Kane, Joe Shuster, Jerry Siegel, Steve Ditko, Chris Claremont, Alan Moore, Neil Gaiman, Frank Miller, Grant Morrison, George Pérez…).  Pues si bien sus colegas que también intervinieron en este proyecto de Antes de Watchmen poseen un currículo impresionante, solo Wein ha  conseguido crear personajes para las historietas que hoy en día están entre los mayores íconos del noveno arte (y que más encima son reconocidos por la gente que no lee este tipo de historias): la Cosa del Pantano (para DC) y Wolverine(para Marvel); por solo mencionar los más famosos.
       Por otro lado, no se puede dejar de lado el importante detalle de que de todos los que estuvieron en la génesis de esa gran novela gráfica que es Watchmen, solo este y otro más volvieron a encontrarse con sus personajes en estas nuevas aventuras.  Debe saberse que en aquellos años ochenta, el guionista hizo de editor, de modo que volver a contar con él y más encima para tres de los títulos de esta empresa, era sin dudas el guiño perfecto a la obra original que se respetaría en su esperada precuela.
       A la hora de detenerse en la inmensa cantidad de títulos en los que ha trabajado, cabe mencionarse su experiencia en colecciones antológicas de terror, la que lo llevó a la feliz oportunidad de diseñar junto al también consagrado dibujante Berni Wrightson, al avatar del Verde (reino vegetal) conocido como la Cosa del Pantano.  A mediados de 1971 ocurrió este hecho y desde entonces esta criatura de apariencia monstruosa, pero de gran corazón se ha convertido en uno de los estandartes de DC (con dos películas a cuestas, una serie de televisión de imagen real que sobrepasó los 70 episodios, su intervención en el más reciente filme animado de DC- Liga de la Justicia Oscura y hasta un cartoon para la pantalla chica, que lamentablemente solo tuvo 4 capítulos).

      Posteriormente en 1974, ahora para Marvel, junto al dibujante Dave Cockrum diseñó a nada menos que Wolverine, quien apareció primero como uno de los tantos contrincantes de Hulk en la propia revista del monstruo.  Al año siguiente, Logan, quien hasta hace poco había sido un agente del gobierno de Canadá (su patria), se unió a los X-Men en el también clásico Giant Sise Xen, también escrito por Wein. Pues debe saberse que la tendencia actual de poseer un reparto multinacional y/o multicultural, en las series sobre equipos, bien puede haber partido de esta idea del guionista, quien a través de este título tuvo la ocurrencia de integrar a nuevos mutantes a la academia del Profesor X.  Es así que para dicha aventura tuvieron su debut los hoy en día famosos Coloso (de Rusia), Tormenta (de África) y Rondador Nocturno (de Alemania).
      En cuanto a su trabajo relacionado con Hulk, para cuya colección estuvo escribiendo durante un tiempo, no se puede olvidar que realizó el argumento para uno de los episodios de la aclamada serie animada sobre el Gigante Esmeralda de los noventa y apareciendo en este justamente la criatura Wendigo (que recreó el artista sacada de la mitología aborigen norteamericana, para adaptarla a las historietas y siendo su estreno en las viñetas, justo cuando hizo también su aparición Wolverine).
      De entre sus numerosas contribuciones para el mundo comiquero, tampoco se puede olvidar que gracias a él su colega George Pérez comenzó su etapa como guionista (que ya hace rato era un dibujante consagrado), cuando escribió los diálogos de la primera etapa de la Mujer Maravilla actualizada por Pérez en los ochenta, hasta que este último por fin agarró vuelo por sí mismo para encargarse de ello también.

5.2- El Cómic.

     Debo comenzar afirmando que de todo Antes de Watchmen, esta novela gráfica es mi favorita de entre toda la colección, tanto por su guión como por (especialmente) su bellísimo dibujo hecho por Jay Lee y quien una vez más subió a los más altos estándares este tipo de expresión artística.  Por otro lado, otro detalle que me hace sentir mayor predilección por tal obra, viene a ser la manera en la que está caracterizado su protagonista, de una manera que lo humaniza a tal punto (pese a sus nefastas acciones en el cómic original), que resulta hasta comprensible (que no justificable) su supuesto rol del “verdadero villano” de la historia; además, este vigilante no deja de hacerse atractivo a los ojos del lector, porque en toda su parafernalia  (y al menos por la forma de cómo es presentado por Wein y Lee), no deja de ser una interesante representación de los más clásicos superhéroes que podemos recordar.
       
     El argumento está contado siguiendo los mismos parámetros armados por el maestro Alan Moore para Ozymandias en Watchmen, pues conocemos su punto de vista y hasta sus orígenes a través de sus propias memorias, por medio de su propio diario de vida y que un hombre de inteligencia superior como él registra con meticulosidad.  Es así que debido a estos atributos suyos intelectuales, acompañados por las mismas habilidades físicas humanas suyas llevadas al límite, debido a un riguroso entrenamiento (mezcla ideal que bien hace recordarnos a Batman),  el mismo lenguaje que emplea resulta ser si no empalagoso, algo propio de un hombre que se siente superior al resto y que por ello mismo no puede rebajarse a usar coloquialismos:

      “He logrado hitos científicos que pocos han sido capaces de imitar y nadie de reproducir.  Aun así pese a todos mis esfuerzos, la humanidad continúa precipitándose hacia su propia destrucción…Y al parecer he pasado una vida entera aprendiendo, sin pretenderlo, todo lo que me haría falta saber para quizá imponernos nuestra propia salvación”.

      La cita textual anterior demuestra además el autoconvencimiento de Ozymandias de que le corresponde una misión mesiánica, que solo él puede llevar (sin ayuda de sus ex compañeros de grupo).  En este sentido dichas palabras demuestran su particular manera de ver el mundo, que lo lleva a abrazar sin vacilaciones en el llamado maquiavelismo, puesto que tal como propuso el intelectual renacentista: el fin justifica los medios.  De este modo en la obra, el personaje principal no vacila en usar todo lo que esté a su disposición para llevar a cabo su empresa, de la que no duda que está en lo correcto y sin sentimientos de culpas, ni vacilaciones.
       En sus recuerdos, el hombre conocido también como Adrian Alexander Veid, trae a colación su infancia privilegiada como hijo de unos padres de gran cultura y riqueza, que lo amaron y le otorgaron la herencia genética, educativa y monetaria que lo convertiría con el paso de los años en uno de individuos más poderosos del planeta.  Es así que vamos descubriendo a este sujeto extraordinario (pese a su lado más oscuro), quien tal como queda de manifiesto en las viñetas, en verdad abraza la carrera de superhéroe por motivos que necesariamente no son egoístas, si bien no se acerca a la personalidad más heroica de alguien como Búho Nocturno.  Además, tal como vemos al paladín en la versión de esta historieta, pese a lo que ya se sabe de él por parte de quienes leímos la novela gráfica que inspiró todo esto, no es alguien que ame la violencia y  ello mismo queda demostrado en más de una ocasión, que tampoco mata a los criminales a los que se enfrenta (y oportunidades para hacer lo contrario no le faltan).
       De igual manera, destacable en su biografía es el tema de la soledad de los poderosos, ya que salvo su mascota y su primer mano derecha (una bella mujer, por cierto), Ozymandias debido a sus propios rasgos egocéntricos queda representado como alguien que en realidad, salvo en una ocasión, nunca llega a tener un par.
      En la novela gráfica ochentera queda de manifiesto la homosexualidad encubierta de Adrian, algo que salvo en una sola imagen de esta obra más reciente, es obviado.  Incluso queda expuesto un romance fracasado con una fémina, acontecimiento en la vida del protagonista que le otorga mayor sensibilidad, pese a su personalidad racionalista. 
      También destacable es su obsesión con el Doctor Manhattan, la que en el cómic original desencadenó los hechos que luego dieron por concluidos en su formidable clímax.  Es así que el guión de Len Wein nos deja más claro que nunca, al contraponer al uno con el otro, la razón de todo lo que sucederá más adelante (y que ya se contó por parte de Alan Moore), entre estos dos y el resto del dramatis personae. La relación que existe entre Ozymandias y el superhombre con poderes divinos, se completa luego con las propias miniseries dedicadas al Doctor Manhattan y a nada menos que Moloch (el único villano que aparece una y otra vez a lo largo de estas historietas).
      Un detalle que se puede agradecer en medio de la sublimidad que destilan las páginas de esta obra, presentada en 6 números (una de las tres más extensas de todo el proyecto), viene a ser la pequeña, pero graciosa cuota de humor que le otorga el escritor.  Es así que este elemento de carácter reiterativo en la trama, puesto que tiene que ver con la idea irónica de un hombre tan perfecto como Ozymandias, se vea tan “ridículo” con su traje, que por ello más de alguien se burle de este tratándolo de “niño bonito”.
       Volviendo a la preciosa labor de Jae Lee para acompañar los textos del veterano Wein, la manera de cómo este refleja a los personajes, sus emociones, las acciones y los paisajes, hacen de la experiencia de leer este cómic una verdadera delicia para los sentidos.  Debe saberse además, que Jay Lee no acostumbra a enfocar las imágenes de la manera más tradicional, buscando ángulos que le otorgan a las viñetas un aspecto surrealista.  A su vez, en el caso concreto de esta novela gráfica, puede llamar la atención la manera de cómo el dibujante elige representar al Comediante, exagerando sus masculinidad que la pone al mismo nivel de sus aspectos más toscos, de modo que aquí aparece como un hombre poco agraciado (el monstruo que en cierta medida es) y no el hombre de belleza masculina y sexy de otras encarnaciones suyas, lo que contrasta con la belleza casi andrógina de Ozymandias.   

Mis películas favoritas sobre fantasmas (quinta parte): El Ojo.

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5.1- Sus directores.

      Los Hermanos Pang, Oxide y Dany Pang, son dos gemelos hongkoneses con larga trayectoria cinematográfica en su país, multipremiados y con varias cintas a cuestas que comprenden los géneros del terror, la acción y el suspenso.  Su carrera en Asia antes de conseguir la atención de Occidente (especialmente Hollywood), ha ido más allá de su patria, filmando incluso para intereses tailandeses.
      En sus filmes ofician no solo tras las cámaras, sino que de igual modo como guionistas, además de productores.  Ambos poseen varios trabajos hechos entre los dos, si bien sus carreras también la han continuado en solitario.
      Para los Estados Unidos han filmado juntos dos cintas, siendo la primera de ellas el filme de horror sobrenatural The Messengers (2007), como representantes de la oleada de directores orientales, que durante esa década fueron tentados por los gringos, gracias a sus talentos para asustar a las audiencias.  Posteriormente realizaron Bankok Dangerous (2008), nada menos que un remake para Hollywood de uno de sus viejos éxitos, de 1999 y con el mismo nombre y que esta vez tuvo nada menos que a Nicolas Cage en el protagónico.
Los Hermanos Pang.
       De estos hermanos solo he tenido el gusto de ver su debut en USA y su trilogía conocida como Ging Gwai en su lengua materna (la que ahora mismo inspira este post), de modo que no es mucho lo que puedo decir sobre estos dos, si bien poseen todo mi respeto hacia su trabajo.  Pues nadie puede negar lo estilizado de su cine, que en el caso de sus trabajos independientes no acusan pobreza, sino que mucho ingenio para aprovechar al máximo todos los medios disponibles, con excelentes actuaciones y, más encima, con sólidos argumentos que mantienen atentos a su público.

5.2- La Película.

     Estrenada en 2002 y conocida por acá como El Ojo (The Eye para los de habla inglesa), se trata de una intensa historia de fantasmas bastante original, aterradora y también muy emotiva, tal como algunos de los otros títulos que se han presentado a lo largo de esta serie de posts. Su argumento gira en torno a una joven ciega, quien de niña perdió la vista y ahora se le presenta la oportunidad de recuperarla, debido a una compleja operación que consiste en el trasplante de córneas.  Luego de esto, la chica debe requerir la ayuda de un especialista, para enfrentarse al proceso de aprender a moverse nuevamente en un mundo de imágenes; sin embargo ni ella, ni su doctor, están preparados para la habilidad (¿bendición o maldición?) que ha conseguido tras su tratamiento: es capaz de ver a los espíritus de los muertos, quienes en ocasiones hasta le conversan y con ellos, más encima, a unas siniestras imágenes a las que nunca les ve la cara, que se encargan de llevarse a las nuevas almas al Más Allá. 
      Hay varios puntos de interés en esta obra, que la hacen destacar por sobre otras películas de esta temática y entre ellas cierta naturaleza ligada al tema de un gran misterio que se debe resolver: quién fue la persona donante de sus nuevos órganos y de la cual de seguro recibió esta capacidad.  Es así que la protagonista, de nacionalidad hongkonesa,  viaja junto a su también joven doctor (no queda bien si la relación entre ambos se basa en la amistad o hay entre los dos un naciente romance) al vecino país de Tailandia, rastreando las raíces de todo lo que le está pasando.  Una vez en este sitio, en una cultura que parece tan cercana y a la vez lejana a la suya (pues además en dicha nación hablan otro idioma, además de poseer otra escritura), se encuentra con el dolor de ser diferente y enfrentarse al miedo de los demás hacia esta cualidad.
        Los flashbacks acerca del pasado de la difunta que heredó sus córneas, se encuentran filmados en un bellísimo blanco y negro, siendo realizados de tal manera que le otorgan un cariz de documental a estas escenas y que pese a la atmósfera sobrenatural, se presentan como un testimonio de la verdadera miseria humana que habita en nuestros corazones.  En este sentido nos encontramos con el tema de la soledad de los condenados a ser parias, los incomprendidos y la de aquellos  que han perdido a un ser querido.
       
      La religiosidad propia de estos pueblos y que corresponde al budismo, tiene un rol bastante destacado en el guión, en cuanto a la manera de cómo son abordados los mismos fantasmas y sus comportamientos (en especial en lo que concierne al deseo que tienen de seguir alimentándose).  Asimismo el concepto del karma (que al menos en esta primera entrega de la trilogía no se menciona directamente y que sin embargo está bastante presente), resulta primordial para llegar a creer en la existencia de estas entidades, ya que corresponden a aquellos que han quedado encadenados a este plano por algo pendiente (lo que incluso tampoco se aleja de la perspectiva occidental y/o cristiana).  La única manera de romper con el mal karma, que al menos acá se aprecia como la misma conocida noción de la repetición, es a través de la aceptación de la fragilidad humana que poseemos; de ese modo solamente las dos videntes que participan de esta historia, pueden conseguir según su propio caso la paz necesaria.

       El potente clímax en el que se resuelve el drama de la protagonista, bastante inesperado, luego de la nueva oportunidad que se le dio a su contraparte, es inolvidable y se encuentra filmado con gran efectividad.  Pues independientemente de la expectación que crea en los receptores, nos deja claro de que en el mundo las maravillas nunca se acaban.  Por esto mismo, tal como llega a darse cuenta nuestra heroína, la belleza de la vida es algo que nunca debemos dejar de tener presente; el amor y en especial así mismo, resulta fundamental para ser felices.
       Ante un concepto tan atractivo como el propuesto por esta cinta, Hollywood no pudo aguantarse las ganas y apenas pudo compró los derechos para realizar su propia adaptación.  Es así que en 2008 se estrenó la versión gringa con Jessica Alba como su principal estrella, quien por aquella época estaba en lo mejor de su carrera.  Filmada de igual manera por dos realizadores, David Moreau y Xavier Palud, es un filme casi calcado al original, bien hecho y efectivo.  Quizás lo más interesante de esta producción, es la manera de cómo abordaron el tema cultural y religioso, haciendo que en esta ocasión el viaje realizado por paciente y doctor, fuese a México (lo que sin dudas sirve para contrastar estos dos pueblos vecinos).


Trailer (no pude encontrarlo en su idioma original, sorry).

La mejor serie animada Marvel del momento.

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       Cuando todavía es reciente el nuevo éxito cinematográfico de los llamados Guardianes de la Galaxia y aquellos que nos hemos encantado con ellos, pedimos a gritos una nueva secuela más (o nos quedamos con las ganas de verla de nuevo, como también tenerla pronto en nuestra colección), nos queda al menos la dicha de que el ahora famoso grupo marvelita, ya posee desde hace rato su propia serie animada.  Pues teniendo en cuenta la fama que han cobrado, así como sus afortunadas intervenciones como invitados en los shows de Ultimate Spider-Man, Hulk y los Agentes de S.M.A.S.H.y Vengadores Unidos, no podía faltar que estrenaran cartoon propio.  Lo último se concretó durante el mes de agosto de 2015, de una manera muy original: a través de una serie de 10 cortos con duración de 2 minutos cada uno, a manera de precuela de la primera temporada que al mes siguiente fue lanzada a la parrilla programática.  En la actualidad va en su segundo año de emisión, siendo sin dudas lo mejor que se ha hecho por parte de los cómics de la Casa de las Ideas, adaptados para la pantalla chica.
       Los cortometrajes ya en su impecable factura dan noción de la calidad de este programa, que desde el primero de ellos, deja claro que sus productores han querido hacer algo distinto (y superior) a lo visto en este tipo de eventos marvelitas.  Son 5 historias dedicadas cada una a los miembros ya conocidos de los Guardianes de la Galaxia, comenzando por supuesto por Star-Lord y pasando luego por Groot, Rocket Rackoon, Drax y Gamora.  Estas pequeñas, aunque potentes piezas dramáticas, se centran en el pasado de los personajes antes de que se cruzaran sus vidas entre sí, permitiendo conocerlos en un nivel más íntimo y que permite sin dudas caracterizarlos mejor en su conducta, ya establecida durante la citada cinta y el mismo programa animado.   Lo expuesto a través de tales cortos, con posterioridad es abordado de manera muy inteligente en los capítulos de su potente primera temporada, en especial en lo que se refiere al pasado de Groot y la propia especie (tan maravillosa) a la que pertenece, como también todo lo concerniente a los experimentos que convirtieron a Rocket en otra criatura singular.
       
     Una vez comenzada la primera temporada, de 26 capítulos, el espectador se encuentra con argumentos realizados de manera autoconclusiva, si bien a lo largo de estos se va desarrollando la búsqueda de Star Lord de sus raíces, hasta que luego llega a encontrarse con su padre y descubre la verdad acerca de su legado.  No obstante esta trama es por completo distinta a la vista en la cinta Guardianes de la Galaxia Volumen 2, que también aborda la complicada relación entre el carismático Peter Quill y su progenitor.  Paralelo a esto, se encuentra la presencia de nada menos que de Thanos, quien es una amenaza constante en la vida de nuestros héroes, así como otro gran villano ligado los mismos Guardianes de la Galaxia, que de manera sorpresiva hace su (re) aparición en la serie a mediados de la temporada.  De igual manera debe destacarse todo lo relativo a Gamora y sus “pecados” de juventud, de modo que a través de ella es posible destacar, más que en el caso de sus compañeros, el tema de la redención; en este sentido, la complicada relación con su hermana Nebula (también desarrollada muy bien en la secuela de la cinta original), toma gran relevancia en esta serie.
        Si bien esta versión de Guardianes de la Galaxia puede ser disfrutada sin problemas por grandes y chicos, un espectador más maduro y con mayor conocimiento del universo marvelita, puede darse cuenta de que en realidad está hecha pensada en los más grandes de la casa.   Lo anterior debido a varias razones, siendo la principal el hecho de que pese a sus buenas dosis de humor, escapa de las típicas situaciones caricaturescas (supuestamente tan del gusto de los más pequeños), que se pueden encontrar en los citados shows en el primer párrafo; es así que aquí no hallaremos a los protagonistas haciendo morisquetas y en cambio cuando se comporten de manera cómica, será porque lo hacen como toda persona adulta puede llegar a hacerlo, ya sea debido a sus propias manías (como con Star-Lord o Rocket) o por lo malos entendidos ( la incapacidad de Drax para entender el lenguaje figurado).  De igual manera, hay por ahí incluso algunos cuantos chistes sexuales (por lo general relacionados con la lívido de Quill).  No obstante son los mismos guiones del programa, los que le otorgan este carácter más adulto a la serie, con tramas muy elaboradas y que se permiten ser mucho más serias de lo visto en esta seguidilla de títulos animados marvelitas.  Por supuesto que hay mucha acción y aventuras, que incluyen toda la pirotecnia a la que nos tienen acostumbrados estas producciones actuales (al nivel de las hechas para el cine).  Otro elemento que cabe destacar con todo esto, corresponde a que tal como en los filmes de esta franquicia, en la banda sonora se incluyen canciones populares setenteras y ochenteras, algo que para aquellos capaces de reconocerlas, sin dudas que se convierte en un gozo más (como no soy muy de esta onda, solo pude reconocer la clásica I Will Survive de Gloria Gaynor).
       Tras haber visto las dos primeras entregas de la saga cinematográfica de este equipo sideral, uno se da cuenta que alguien como Star-Lord no podía complementarse sin Yondu, el mercenario espacial que quiérase o no se convirtió en la figura paterna del primero.  Numerosas son las ocasiones en las que participa de los acontecimientos, desde el primer corto dedicado a Peter Quill y considerando su ambigüedad moral, la que implica su mismo afecto errático por su antiguo discípulo, siendo todo un filón de interesantes (y graciosas) historias los varios reencuentros entre los justicieros y el equipo de patanes liderados por el oazul extraterrestre.  No se puede dejar de lado, la llamativa tropa comandado por Yondu, cada uno perteneciente a una distinta especia de lo más variopinta y que acá son abordados como tipos que aún en su “maldad” son torpes e ineficaces, al ir en contra de nuestros Guardianes de la Galaxia (otorgando un montón de risas a los telespectadores con sus meteduras de pata).
¡Yo quiero estas figuritas de sus villanos!
(un lindo regalo para mi cumpleaños que se avecina).
       Entre los que han formado parte de este grupo de defensores del bien, se encuentra otro personaje muy llamativo, Cosmo el perro espacial y quien hizo un cameo en ambas entregas cinematográficas. Se trata de un can terrícola, enviado al espacio por los rusos durante la Guerra Fría y que tal como Rocket fue modificado genéticamente por inteligencias extrañas, otorgándole sapiencia, telepatía y larga vida.  Tal como en las historietas, el animal es el jefe de seguridad del exótico Knowhere, un inmenso mundo artificial flotante que también apareció en la primera cinta de los Guardianes de la Galaxia (creado a partir de la cabeza de un gigantesco Celestial).  Pues en este programa sale bastante e incluso se convierte en el coprotagonista junto a Star-Lord, de un muy emotivo episodio que transcurre en la Tierra.  
       Siendo que los cómics de los Guardianes de la Galaxia transcurren en el espacio y por ello sus historias poseen un carácter cósmico, que hace visitar a sus protagonistas a otros planetas, poco aparece todo lo relacionado con la Tierra y sus famosos superhéroes.  Es así que esta serie sigue dichos parámetros, de modo que nos muestra un sinnúmero de razas y culturas alienígenas, lo que no deja de ser atractivo, si bien ello significa que salvo contadas excepciones (a futuro, claro), los “héroes más poderosos de la Tierra” no tienen cabida aquí.  Ahora bien, de manera muy lógica considerando su propia naturaleza, sí tienen acá un rol muy destacado personajes tales como Thor y otros de su mundo como Asgard, al igual que los Inhumanos, quienes para explicar el encuentro con estos, han abandonado su planeta madre (el mismo que el nuestro, por si no lo sabían).  Todos estos aparecen más de una vez en la serie y sin duda que sus intervenciones están entre los momentos más memorables de la temporada.
         Volviendo al personaje de Thor y todo lo que le concierne a este, cabe destacar el surgimiento de alguien para muchos desconocido y que desde su primera participación es mencionada como la hermana del Dios del Rayo: su hermana Ángela…¿Desde cuándo este tiene una hermana? La verdad es que hace poco, de modo que su origen e introducción en el universo mavelita resulta ser por completo únicos.  En mi propio caso, su nombre y apariencia apenas la vi me llamaron la atención, encontrándola “conocida”. Es así que tras investigar (googlear en Wikipedia), me encontré con la sorpresa de que era la misma pareja romántica de Spawn (superhéroe místico de Image, la más famosa creación de Todd  McFarlane) y que décadas atrás había sido presentada como un ángel femenino cazador de demonios.  Pues debe saberse que esta fémina nació de la imaginación de nada menos que Neil Gaiman, quien la diseñó para su entonces amigo McFarlane, en uno de los primeros números de la serie regular de Spawn y luego le escribió una miniserie. Años después hubo una disputa legal entre ambos artistas, en las que ganó Gaiman y a la que luego vendió a la Casa de las Ideas.  Su papel en la serie animada de los Guardianes de la Galaxia, es su primera vez en un cartoon de su actual hogar comiquero, pero no la primera vez en una versión animada, ya que en los noventa había salido en el excelente show animado de HBO de Spawn.
       Alejándose de lo visto en la primera película, acá no hay romance entre Peter y Gamora.  Asimismo el villano conocido como el Coleccionista participa en calidad de alguien con estas características, muy parecido al cómicamente interpretado por Benicio del Toro en la pantalla grande; sus intervenciones, así como lo que pasa con Thor y los Inhumanos, nos deja claro de que no hay continuidad entre un programa y otros (pues los personajes no se conocían hasta antes de estos capítulos y el mismo Coleccionista no es el tipo redimido del final de la tercera temporada de Ultimate Spider-Man, anterior a este otro show).   El resto de los personajes ya conocidos, empezando por Star-Lord, también se parecen mucho más al de sus contrapartidas en carne y hueso, siendo que además este mismo antes había aparecido demasiado serio y no como el adorable, juguetón y sexy aventurero que hemos llegado a amar, gracias a la labor histriónica de Chris Pratt.
         Y por último, para los espectadores latinos, el doblaje hecho para este lado del continente usa varias de las mismas voces oídas en las películas, lo que queda en evidencia especialmente con Rocket.


Un pequeño aperitivo.

Entrevista a Nicholas Avedon

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     Tras haber leído y disfrutado enormemente la novela 11,4 Sueños Luzdel escritor español Nicholas Avedon, obra sobre la cual escribí recientemente un post refiriéndome a ella, tuve el gusto de que su autor me concediera el honor de entrevistarlo.  Bien me habría gustado haber tenido la oportunidad de que esto hubiese sido hecho en persona, para de seguro haber compartido juntos una buena charla y algo rico para servirnos, pero la distancia no lo ha permitido.  Sin embargo gracias a la "magia tecnológica" de Internet pude realizarlo de manera no presencial, aunque no por ello se ha perdido la oportunidad de establecer una especie de diálogo con el artista y quien ha sido de lo más amistoso con un servidor, al responder estas preguntas.  Antes de dar paso al texto mismo, a las palabras de Nicholas, solo quiero agregar que me ha fascinado el hecho de que por medio de ellas he podido encontrarme ya no con el escritor, sino que con una persona sencilla y sensible, que deja en evidencia que un creador no tiene por qué ser necesariamente alguien "raro" y/o con aires de divo.

1- Comparte con nosotros una pequeña autobiografía tuya, que nos permita conocerte de una manera más o menos integral (dentro de lo posible, claro).

Empecé a leer Asimov a los 14 años y ya en aquella época estaba necesitado de una literatura que me atrajera. Han pasado más de veinticinco años y sigo buscándola. Antes de escritor soy un lector de prácticamente todo tipo de géneros y estilos. Aunque todo lo que escribo tiene casi siempre ciencia ficción no me considero un escritor de género. Mi carrera profesional siempre ha estado ligado a la tecnología y desde niño, siempre estaba pegado a un ordenador, es imposible para mi separar el mundo literario y la tecnología. Más que vivir en el presente, vivo en el futuro presente. Eso condiciona todo lo que hago, tanto fuera como dentro de la literatura.

¡Ah bueno!, además tengo familia y dos niños que me roban el sueño, aficiones como la fotografía y también practico deportes bastante atípicos como el kickboxing y la esgrima olímpica. Estudié informática, pero también lo intenté con filosofía y psicología. Solo pude con la primera, supongo que me llevo mejor con las máquinas que con las personas.

2- ¿Cuál es la génesis de tu novela 11,4 Sueños Luz?

“11,4 sueños luz” empieza con “el viaje de Joel” una novela escrita hace casi diez años. Quería hablar de cómo utopía puede degenerar en una disto pía, la misma humanidad capaz de crear es capaz de corromper y destruir. Mi primera intención era narrar una historia que transcurriera dentro de una nave generacional, y más que un thriller era una clásica distopía política. Pero… empecé a escribir y terminé “El viaje de Joel” que es una space opera. Luego quise reescribirla y empezar por el principio y es donde aparece “11,4 sueños luz” que es una distopía ciberpunk con tintes thriller.

Ahora por fin, con “Lágrimas negras en Brin” escribiré esta historia que llevo más de diez años esquivando.

3- ¿Qué hay de ti mismo en el protagonista de tu obra?

Casi todos los personajes tienen un trocito de mí, unos más y otros menos, pero todos tienen algo. Suelo utilizar recuerdos o experiencias propias para recrear emociones en mis personajes. Además también tienen comportamientos que he observado en terceras personas. Ya sabes, los escritores somos grandes voyeurs del alma humana (y de lo que nos dejan). No obstante, ninguno de mis personajes es un alter ego ni tampoco hay autobiografía detrás de ninguna historia. Las historias reales a menudo son demasiado inverosímiles o aburridas para un libro de ficción. No obstante algún día quiero intentar algo en el género autobiográfico, al estilo de Charles Bukowski o Roberto Bolaño, dos de mis autores favoritos.

4- ¿Escribiste a propósito una obra ciberpunk? ¿Cuál es tu relación con este tipo de historias?

No soy el primero que lo dice, pero es cierto: ya vivimos una realidad ciberpunk. Yo clasificaría mi ciencia ficción como “suave y cercana”, huyo del hard y también de la especulación de gran calado. Me gustan las historias humanas, más basadas en personajes que en grandes acontecimientos o épicas narrativas. Eso es lo que comparto con el ciberpunk clásico. Gibson en eso es un maestro, y quizás uno de los mejores escritores líricos de la ciencia ficción, algo que también me atrae muchísimo.

5- ¿Qué autores te han influencia a la hora de escribir tu novela?

Yo diría que Gibson en la ambientación, en la recreación de la atmósfera y el tipo de historia, más intima que externa. Silverberg por la forma de narrar (en primer persona, como “Muero por dentro”) y John Irving por la trama de personajes retorcidos llenos de heridas psicológicas. Debo decir que estoy enamorado de Umbral, quizás por eso a veces me pongo un poco espeso, pero no lo puedo evitar, sigo intentando llegarle a la suela del zapato en su forma de escribir tan poética.

6- ¿Qué imagen tienes de la posición de la ciencia ficción española en la actualidad?

Cuando leo un libro no miro la nacionalidad sino el sabor de su lenguaje, a pesar de la traducción uno puede intuir el autor, pero he de confesar que no sigo nada el panorama nacional actual. Leo más autores no hispanoparlantes que de habla hispana, suelo leer clásicos de los 80 y 90 y 2000, y desgraciadamente los clásicos de la C/F española de esa época reo que los he leído a todos, de los que siguen escribiendo, me gusta especialmente Elia Barceló.

7- ¿Qué ha sido lo más gratificante a la hora de realizar tu obra?

Además de la satisfacción de terminar la historia, lo mejor es sin duda los comentarios de los lectores. Me encanta conversar con ellos e intercambiar puntos de vista sobre lo que han percibido de la historia y de los personajes. Me muero de ganas de terminar “Lágrimas negras” e imaginarme su sorpresa al empezar… y al terminar.

8- Hay una colección de cuentos de tu autoría, cuéntanos acerca de ella.

Se llama “Histerias ficticias” y aunque no tenía mucha fe en ella –al fin y al cabo yo no suelo leer o escribir cuentos o relatos breves– me estoy encontrando reacciones sorprendentes de mis lectores. Lo cierto es que no tiene nada que ver con “11,4 sueños luz”, los relatos más largos son oscuros, y no tienen nada de ciencia ficción, si no más bien del género fantástico al estilo Poe. Es complicado clasificarlos. Tengo un lector que dijo: Sucio. Infecto. Pútrido. Pervertido. Original. Hediondo. Malvado”.Puede sonar extraño, pero es una de las cosas más bonitas que me han dicho como escritor.
Sólo puedo puedo decir que hay variedad, también hay relatos de ciencia ficción más clásicos, pero no es una compilación tradicional de relatos de ciencia ficción, no. Es algo más inclasificable.

9- ¿Qué nos depara a futuro tu labor como escritor?

Cuando termine la saga de Veluss que hará un total de tres libros, tengo pensada una historia de ciencia ficción cercana, un thriller político, ambientado sobre el año 2030. El reto es que la historia sería protagonizada por una mujer y no habrá demasiada ciencia ficción. Mi referente aquí es una historia del tipo de “Sumisión” de Houllebeqc, con mucha política-ficción y personajes atormentados que se buscan a si mismos.

10- Unas palabras finales para quienes leen esta entrevista y pueden ser los más nuevos lectores de tu obra.

Si llegas hasta esta entrevista como lector empedernido de ciencia ficción, puedo aportar una forma diferente de narrarla, más cerca de los personajes y sus emociones y el mundo que los rodea. En mi universo la tecnología no es la dueña de la historia, lo son los personajes, sus virtudes y sus defectos. Si nunca has leído ciencia ficción y menos aún ciberpunk, con “11,4 sueños luz” te sumergirás en un mundo nuevo, pero casi sin darte cuenta, ya que es muy progresivo. Además, no todo es lo que parece, tampoco en la ciencia ficción. A veces la ficción y la realidad pueden parecer muy similares.


Muchísimas gracias Elwin por la oportunidad de darme a conocer a tus lectores con esta entrevista. ¡Un abrazo desde España!
El autor...sorprendido por la buena recepción en general de su libro.

Mi primera vez...en la Comic Con.

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      Voy a comenzar este mes de junio, justo a mitad del año de 2017, con un post algo diferente (bueno, la verdad no tanto), pero sí se trata de un texto que no tenía pensado en escribir y que se me ocurrió sobre la marcha, tan solo este recién sábado pasado.  Dejaré para el fin de semana a Lemebel, que desde hace tiempo que deseo volver a dedicarle una entrada en mi Cubil.  Lo siento, Pedro, pero mi faceta ñoña es mucho más fuerte que la literata.
      El último fin de semana se celebró, creo que por sexta vez, la Madre de todas las convenciones frikis en nuestro país, la Comic Con, marca registrada que reúne en todo el mundo a los seguidores de cómics, libros, seriales, películas, videojuegos, juegos de cartas y de rol, y todo lo que tenga que ver con el llamado fandom, que haga que grandes y chicos alucinemos con alguna de sus ficciones y/o personajes.  Es así que a estos eventos se invita (pagados eso sí) a la mayor cantidad de exponentes al respecto, entre artistas de toda índole (actores, guionistas, escritores, dibujantes…) para que den charlas, participen en foros, firmen autógrafos y se saquen fotos con sus seguidores (quienes en muchas ocasiones deben pagar aparte de la entrada, el valor adicional de obtener tal “honor”, tal como al menos pasa en Chilito); asimismo, una serie de stands que promocionan las marcas más importantes y entre las que se encuentran las sagas más famosas de este “submundo” de la cultura de la entretención y, por qué no, del arte popular, comparten el lugar con las tiendas especializadas, que se instalan para tentar al público con sus supuestas ofertas.  Sin embargo, donde quizás hayamos uno de los elementos más gratificantes para los asistentes, viene a ser que quien quiera puede cumplir su fantasía de vestirse/disfrazarse/emular a sus personajes favoritos, paseándose por toda la zona y convirtiéndose por esas horas en una estrella más de todo esto; pues no faltan (no faltamos) los que quieren sacarse fotos con estos valientes, que muchas veces los atuendos de estos cosplayers resultan ser magníficos.  El cuadro no puede dejar de completarse sin los concursos de rigor, entre los que están los mismos cosplayers y quienes deben preparar hasta un show, para demostrar quién cumple mejor con el sueño de parecerse a sus ídolos.
      En suma, una Comic Con o convención similar, es una verdadera instancia para que quien ame todo esto, como también se sienta en el cielo entre sus pares…Y solo he mencionado unas cuantas de las actividades que acá podemos encontrarnos.
      Quienes me conocen, en más de una ocasión me han preguntado año a año “¿Vas a ir a la Comic Con?”, a  lo que por lo general les respondía negativamente, pues como se tiende a hacerla a fin de mes, ya me he gastado la plata como para asistir (no solo teniendo para comprar la entrada, sino que  como para no andar con los bolsillos vacíos).  Y luego de ver las fotos de las nuevas convenciones, siempre me decía “Este próximo año iré”, lo que se repitió ya de manera cíclica por más de media década.  Por otro lado, la idea de gastar en algo que estaba acostumbrado a acudir de manera gratuita (claro que nunca al nivel masivo de la Comic Con), también me era un argumento de peso para no frecuentar esta “fiesta de la ñoñería consumista”… ¡Ella, la austera!
       Hace unos años atrás junto a mi amigo Miguel Acevedo (sí el mismo del blog Le Dicen Poesíay los libros Cartelera de Cine y Espejos), asistimos a lo que tenemos la duda ambos fue la primera Comic Con chilena.  La reunión se hizo en el Centro Cultural Mapocho, un hermoso edificio centenario restaurado de la capital, que hoy en día ha sido utilizado en todo tipo de actividades masivas.  Pues resulta que ambos acudimos con todas las ganas del mundo de pasarla bien, en especial esperando encontrarnos con algo, que al menos se acercara en esta versión criolla a lo que habíamos visto en tantas películas y seriales frikis.  Recuerdo que hasta pagamos entrada, si bien tampoco era tanto, que se suponía el gasto valía la pena.  Sin embargo cuando entramos, nos dimos cuenta que las exposiciones ocupaban una mínima parte de la construcción, una zona justo donde se encuentran los baños y que es como un largo pasillo; el resto de la Estación Mapocho estaba sin ocupar.  Los pocos stands que habían daban pena y no había ninguna marca registrada que apoyara todo esto con su presencia.  La verdad es que en la práctica he olvidado casi todo lo concerniente a esa vergonzosa exposición, que uno en menos de 10 minutos recorría.  Todavía con Miguel nos preguntamos qué era en realidad ese simulacro de convención.
         Sin embargo, poco tiempo después comenzaron en el país las Comic Con “como Dios manda”, con harta publicidad, mucha plata involucrada y con invitados famosos, entre nacionales e internacionales.  Estas comenzaron a hacerse en la misma Estación Mapocho, un lugar además de fácil acceso para todo el mundo, gracias a la buena locomoción colectiva con la que además cuenta (por otro lado, tampoco me queda tan lejos que digamos y me muevo bastante bien por sus alrededores).  Luego tuvieron la pésima idea de hacerla en el más “sofisticado” Espacio Riesco, un edificio más moderno y que queda ubicado en una zona más opulenta de la ciudad, rodeado de empresas, parques y barrios residenciales. La excusa, según algunos, de este cambio de lugar, es que el otrora hogar de la Comic Con era ya demasiado chico, como para dar a vasto con lo que ahora se había transformado.  Entonces tuve una nueva excusa para seguir perdiéndomela, que la verdad no me animaba viajar a este lado de Santiago tan a trasmano.
        A menos que me equivoque, fue en marzo de este mismo año cuando mi amiga Angélica (de los Galpincheros), nos ofreció entradas de la Comic Con por “guasap” a todos los del grupo y a más de 60% de descuento.  Al final solo 3 nos interesamos. Era una oportunidad que no podía desaprovechar y sin dudarlo le pedí cuatro, para asistir sábado y domingo, un día con mi sobrinito Amilcar (de 7 años) y otro con mi amigo Luciano, quien de seguro demás que querría acompañarme. Pasó su buen tiempo para que llegara el momento esperado.
        En un principio me había hecho la idea de que con Amilcar iríamos los dos disfrazados, él de Robin y yo de Batman.  “Yo quiero ir de Batman” me dijo.  “Bueno, yo iré de Batman y tú de Batmito ¿Te parece?” le propuse.  La idea le fascinó.  Se me ocurrió esto tras recordar lo bonito que se veía con un traje, que le compré a los 3 años, del Murciélago en el estilo clásico azul y gris, para un cumpleaños mío que fue con temática de superhéroes. Fue mi amigo Marcelo López, quien afirmó que se parecía al también llamado Batiduende.
        Mis intenciones de mandarnos a hacer a medida los disfraces quedaron en pura buena voluntad, pues no ahorré para ello y cuando llegó la fecha de ir juntos al evento, Amilcar terminó por usar un atuendo más humilde deSpider-Man negro.  Pero el niño estaba feliz y yo orgulloso de tener a mi lado a ese pequeño admirador de los justicieros. 
         Me puse de acuerdo con Vale y con Nelson para juntarnos en una estación del metrotren y llegar todos a la Comic Con.  Así que le dije a Amilcar que tendríamos que esperar a los tíos un ratito.  Cuando llegaron nuestros compañeros de viaje, mi regalón dijo con voz fuerte y con esa franqueza inocente que caracteriza a los pequeños “¡Creía que eran jóvenes!”.  No paramos de reírnos, en especial Vale que encontró magnífico el comentario.
          Como era de suponer, Amilcar apenas llegamos comenzó a pedirme que le comprara cosas, lo que por supuesto me negué, pues si le daba en el gusto, lo estaría mal acostumbrando a ser más consumista de lo normal, je.  Al principio hizo una pataleta, pero luego se le quitó solo y de manera rápida, lo que me alegró, ya que la idea era pasarla bien todos juntos y en especial Amilcar, que por primera vez iba a una actividad de este tipo. 
          Llegamos tipo 4 de la tarde y la enorme cantidad de personas me abrumó, además del ruido ambiental que para mi gusto era demasiado (por razones similares, no me gustan los discos y pubs).  Fue algo extraño para mí, ya que incluso pensé en abandonar lo más pronto posible el recinto.  No obstante como sucede en estos casos, sin que me diera cuenta mis sentidos al rato se acostumbraron a la sobrecarga de estímulos y de ese modo junto a Amilcar y mis amigos pude pasearme por los alrededores con placer.  No dudé en sacarme todas las fotos que pude, ya sea junto a Amilcar o a solas, siempre con los cosplayers que más nos interesaran, además de visitar casi todos los stands que había.   Cuando veíamos con mi sobrinito algún disfraz que nos gustaba, le decía a Amilcar que le pidiera a la persona por el nombre de su personaje, si podía fotografiarse con él y a lo que ni corto ni perezoso se acercaba y le decía, por ejemplo, “¿Doctor Strange, puedo sacarme una foto contigo?”.  Todos muy amables y encantados por ese chiquitito, que con tanta personalidad les hacía la solicitud, accedían.  Por otro lado,  mi “clon” (como dicen algunos que lo conocen), no vacilaba en posar en gestos claramente inspirados en Spidey.  Con mucha ternura recuerdo que a un tipo muy dulce, vestido del Hombre del Saco de El Extraño Mundo de Jack,le dijo “Eres bien bonito”, lo que emocionó a su interlocutor, quien lo abrazó; asimismo, al Agente Venom le confesó que él era su hermano.


            
            Vale y Nelson no duraron mucho en la Comic Con y a lo más estuvieron una hora y media, pero con Amilcar no dejamos por ello de disfrutar de ese bello momento juntos.  En realidad la paso muy bien junto a él, quien además se siente muy dichoso de interactuar con otros adultos y de estar con su tío Elwin.   Nunca pensé que iba a amarlo tanto.
            Ya cerca del anochecer, nos encontramos con la sorpresa de que en medio de todo esto se iba a querer conseguir romper un record de Guinnes, al tener la mayor cantidad de disfrazados de Eleven, una de las heroínas infantiles de la serie de culto Stranger Things. Pese a que Amilcar por razones obvias no la ha visto (“Solo la verás cuando tengas pelo en el pecho” le observé, como todas las pelis y otros programas para adultos cuando me pregunta al respecto), de inmediato se interesó por el show respectivo y se quedó atento mientras se llevaba a efecto este “momento histórico”.  Fue algo muy cómico ver a algunas de esas Eleven alternativas, con las piernas peludas y barba.


             Antes de que pasara lo anterior, presenciamos un certamen de cosplayers sobre héroes y villanos.  Los jueces estaban igualmente caracterizados y uno de ellos era una imponente Hiedra Venenosa, la célebre archivillana del Señor de la Noche, quien desde lejos se veía muy guapa.  La animadora, le pidió a Hiedra Venenosa que dijera unas palabras al público y entonces se escuchó… ¡Una voz de hombre! Estaba lleno y nadie reaccionó de manera burlesca, lo que me fue muy satisfactorio.  Creo que la mentalidad respecto a la diversidad sexual en mi país, está cambiando positivamente en materia de tolerancia y lo que como profesor lo he podido comprobar en nuestras nuevas generaciones.   Cuando ya nos estábamos yendo con Amilcar, nos encontramos con la susodicha (¿o el susodicho?) y le pregunté a Amilcar si deseaba sacarse una foto con ella, a lo que dijo al tiro que sí.  Me encantó lo afectuosa que fue Hiedra Venenosa con mi bebé.  Por supuesto que no dudé en tener mi propio recuerdo junto a tan grata persona.  Al otro día fue la animadora de otro de los concursos, aunque en esta ocasión vestida como pirata.
             Por supuesto que Amilcar quería volver a ir conmigo al día siguiente, pero le contesté que no, porque esta vez iba a visitar stands para adultos.  Es que me había quedado con las ganas de entrar a la “zona zombi”, como le puse, y que estaba dedicada al exitoso show de The Walking Dead.  Este apartado de la Comic Con era sin dudas uno de los más grandes de la convención.  Luciano no quiso entrar, menos hacer la fila, así que ingresé solo a esos “devastados y violentos territorios”, sin dejar de fotografiarme junto a unos cuantos muertos vivientes y a la valiente Michonne. 
             Ir esta vez prescindiendo de mi papel de tío, me permitió andar más a mis anchas por todo “Espacio Rasca”.  Luciano es un excelente compañero de ñoñerías y fue genial tenerlo a mi lado, en mi segundo día de Comic Con (en realidad era la tercera jornada de este año, no obstante no asistí el primer día, o sea, el viernes).  Tuvo la paciencia de sacarme todas las fotos que le pedí, yo lejos más viejo que él y aun así al parecer actuando como un verdadero cabro chico ya cuarentón. 
             Otro stand que no dejé de visitar, fue el que promocionaba nada menos que la primera de las dos cintas que adaptan Itde Stephen King, pronto a estrenar.  Posé con el impermeable amarillo y el globo rojo del afiche; aunque lo mejor, fue que obtuve más de una foto junto a su versión de Pennywise, que ahora ya me convence.  Sin embargo luego me encontré con un Pennywise de la miniserie de los noventa, lo que me hizo aún más feliz.
             No había querido comprar nada, hasta cuando ya justo íbamos retirándonos Luciano y yo, pues los precios estaban exorbitantes.  Fue entonces que me di cuenta de que el puesto de Unlimited, la más importante editorial chilena de cómics, estaba liquidando ya cerca del cierre a mitad de precio lo que le quedaba.  De ese modo me llevé conmigo unos cuantos títulos. 
            Ya ha pasado una semana completa desde que pasó la última Comic Con y ahora mismo recuerdo con nostalgia tantas emociones y buenos momentos compartidos junto a mi sobrinito y a mis amigos.  A ver si para la próxima se concreta lo de asistir los dos, Amilcar y este servidor, convertidos en verdaderos cosplayers. 



Volver a leer a Pedro Lemebel.

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      Desde la fatídica fecha en que lo despedimos de este mundo, en enero de 2015, que no leía a Pedro Lemebel.  Fue así que a manera de homenaje personal a este valioso artista nacional, sui generis y ave raris dentro de nuestra letras, repasé su colección de crónicas La Esquina es mi Corazón.  Y ahora en el presente por fin me he reencontrado con él, tras dedicarle el tiempo a otra de sus obras del mismo estilo (en su mayoría), en este caso Adiós mariquita linda (2004) y, tras terminarlo hace un par de semanas, ahora recién puedo compartir mis impresiones al respecto.
       Esta recopilación de sus textos híbridos entre las memorias, la narración periodística y el lenguaje más lírico y también visceral (o coprolálico), resulta ser bastante particular al comparársele con el resto de sus libros.  Pues por un lado incluye un (más o menos) extenso texto narrativo, a manera de intento suyo de novela (autobiográfica en todo caso, como buena parte de su prosa), también incluye una cuantas cartas de su autoría a diferentes destinatarios y hasta agrega unas algunas fotos (unas más artísticas que otras) de diferentes periodos de su vida.
        El lector que ya conoce su estilo, leivs motivs, temáticas y obsesiones, que convierten a la literatura de Pedro en la voz representativa de todos esos personajes de la vida real y que al menos en Chile hasta antes de él, apenas habían tenido oportunidad de hallar un sitio en nuestras letras, no deja de encontrarse con sus travestis, jóvenes prostitutos y marginados de bajo estrato social.  Lemebel se identifica con todos estos seres reales, pues los conoció en profundidad, compartió con ellos y en lo que concierne a sus propias experiencias, pasó por varias de sus mismas vivencias.
         Por lo tanto tras haberle leído con antelación y elegir mi continuar en la profundización de su pluma (que en materia de homosexualidad este concepto- pluma – pareciera un juego de palabras), no tenía razones para impresionar con el estilo “sin pelos en la lengua” de este escritor.  Y sin embargo tal repaso por tal volumen, me hizo recordar algo que ya me había sucedido con el texto anterior: que por mucho que lo admire y me guste su escritura, tanto “Lemebel” me cansa, pues estamos hablando de alguien con quien difícilmente comparto muchos intereses ¿Será acaso que su parecido con el proselitismo por su  estilo de vida, hasta cierto punto distinto al mío, me provoca anticuerpos? No hay que olvidar de que estamos hablando de una existencia muchas veces al borde del frenesí, algo que no es difícil considerarlo como autodestructivo.  Su gusto por los muchachos jóvenes callejeros, por el alcohol y la marihuana en exceso (que muchas veces consumía como antesala a otros placeres), además de su defensa de la misma marginalidad, bien choca con mi propia manera de ser.  No soy un santo y poseo mis propios vicios e historias propias, que me reservo como mucha gente, empero aún así veo a alguien como Pedro y me encuentro con una persona que en puntos claves me distancia de él…Y sin embargo escojo dejar de lado estas diferencias y valorar en él su valentía y convicciones, que hay que tener cojones para tantas cosas que hizo.
          Siendo un connotado maestro de la lengua (¿otro juego de palabras?) castellana, puede llamar la atención que el autor haya optado por titular este libro sin hacer uso de la coma (,) antes del vocativo (o sea, haber escrito “correctamente” Adiós, mariquita linda).  No obstante todo esto se puede entender como otro intento suyo transgresor, de hacer uso de la lengua más vernácula del castellano de Chile, el de los grafitis, de la juventud y aquel de los con escasa o nula educación, que pululan en estas páginas.  No obstante también debe saberse que Lemebel, le dedicó esta selección de sus trabajos a un/a queridísim@ amig@ suya, a quien le hizo una sentida despedida aquí incluida y un/a más de esas víctimas del VIH, en tiempos en los que tanta gente maravillosa moría por este triste flagelo.  Sin embargo, también el nombre elegido para esta obra corresponde a la de un viejo bolero de los años cuarenta, que para los gustos románticos, romanticones o kitsch de Pedro, calzaba justo (y ahora sí que estoy refiriéndome sin dudas a un juego de palabras) en su nombre con la identidad homosexual de este.
            En general los textos que comprenden este volumen no pasan de las 5 páginas, en los que abundan las descripciones homoeróticas y el garabateo, pero también un profundo lirismo que convive con todo esto, pues la lengua como idioma no deja de perder su belleza en el lenguaje coloquial y callejero que rescata Lemebel.  Como en la vida real, de la que se nutren estas letras, hay momentos para la propaganda política (Pedro era un destacado comunista), la crítica social, la sexualidad (que la verdad abarca bastante de este tomo), el humor y la sublimidad.  No todo el mundo podría llegar a apreciar la calidad estética de todo esto y más, que hasta para algunos de los que se consideran más tolerantes, puede resultar demasiado para sus preferencias (como me reconoció  un querido colega también comunista); yo mismo debo “dosificar” mis lecturas suyas, para no terminar por agobiarme de ese mundo que me parece tan lejos y a la vez tan cerca al mío. 
            Por esta vez no me referiré a crónica por crónica o texto por texto, si no que he decidido comentar de manera somera esta obra en general, para no caer en lo mismo de siempre y hacer más ágil la escritura y la lectura de esta entrada.  El libro está dividido según ciertos parámetros, que atienden a varios aspectos en la vida de Pedro Lemebel:

·         Pájaros que besan: Compuesto por 5 crónicas basadas en las aventuras amorosas de un ya maduro Lemebel, con distintos jóvenes, para los cuales hay un diferente capítulo y donde resalta como nunca la dimensión más sexual del artista.  Frente a la clara atracción homoerótica más animal, igual podemos hallar acá un lado más emotivo y hasta de romance maldito, condenado en su fugacidad y por la cualidad dispar de los amantes.
·         Matancero errar: Por medio de este apartado asistimos a 6 viajes de Lemebel, ya convertido en un escritor consagrado a través de nuestro país, destinos por medio de los cuales el cronista retrata tanto la belleza de esta tierra y la de su gente, así como expone las huellas aún sin borrar de lo peor de nuestro pasado inmediato como pueblo (la dictadura de Pinochet en el impactante texto Volando en el ala derecha).
·         Todo azul tiene un color: Su homenaje a Cuba, que comenzó la verdad en el último de los escritos agregados al apartado anterior, a través de una visita suya a esta isla.  Lemebel no escatima en elogios para referirse a tal lugar y a su gente, donde fue invitado a participar de un importante evento cultural, en el cual se sintió a gusto.  Sin embargo todo el carácter elegiaco de las 3 primeras crónicas, que forman parte de esta “tetralogía”, se contradice con lo que nos cuenta en El fugado de La Habana; en dicho texto nos cuenta sobre un amor imposible suyo, con un infectado de VIH y que nos revela la horrible existencia de sidarios en tal nación, donde mantienen obligados a sus pacientes a mantenerse lejos del resto de la comunidad…En otras palabras, el supuesto Paraíso que defiende tanto el autor no es tan Paraíso que digamos, si el derecho a la libertad está condicionado de esta manera.
·         A flor de boca: Siendo más exacto en el plano literario, los 3 textos que forman parte de esta sección son más bien ensayos que crónicas y a través de las cuales descubrimos al Lemebel más culto y poético.  En ellos aprovecha de sacar a colación nuestra identidad como latinoamericanos de habla hispana, mestizos y con una fuerte herencia indígena.  Los textos que aquí se agregan no dejan de ser además una demostración de su pensamiento político, que intentó abogar por la defensa de los derechos de los pueblos originarios de esta zona del mundo.
·         Chalaco amor (sinopsis de novela):Tal como dice su subtítulo a manera de explicación, se trata del escrito más “literario” que periodístico, de los que uno puede encontrar en este libro y en buena parte de la bibliografía de Lemebel.  No obstante tampoco se aleja de sus acostumbrados tintes autobiográficos, puesto que corresponde a la narración acerca de sus aventuras (amorosas) en Perú, durante su juventud a principios de los años ochenta.  El biotipo de hombre por el cual se sentía atraído Lemebel, queda más claro que nunca en este episodio novelístico suyo de sus años mozos.
·         Bésame otra vez, forastero:4 cartas reales fechadas en distintos años de los noventa, breves, aunque cargadas de gran sensibilidad y nostalgia por parte de Pedro a otros 4 de sus jóvenes amantes y a los que no quepa duda de que llegó a amar.
·         Adiós, mariquita linda (resumidero):En la última parte de esta colección el escritor agrega la “dichosa” coma del vocativo, al que me referí más arriba y lo que deja constancia de su propósito tanto rupturista lingüísticamente hablando, como de homenaje a esas canciones que tanto le gustaban.  Acá hayamos 10 textos centrados en la homosexualidad citadina actual, de esta zona del mundo, en varias de sus facetas, desde lo más anecdótico y gracioso (Noche payasa y Un poquito de pintura para Bosé) a la misma crudeza de lo más marginal al respecto (Noche coyote y Ojeras de trasnochado mirar), entre otros interesantes aspectos a la luz de la mirada clínica del autor.  
Hermoso homenaje póstumo a Lemebel y basado en su propia iconografía personal.

Antes de Watchmen. Sexta parte: Dr. Manhattan.

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6.1. El Dibujante.

      Adam Hughes (Estados Unidos, 1967) es un dibujante con un estilo preciosista y minucioso, que se podría catalogar como perfeccionista y que bien nos puede recordar al de J. G. Jones, de quien ya me referí en mi post sobre El Comediante (sin embargo las mujeres de Hughes, lejos resultan ser mucho más despampanantes y hermosas que las de su colega).   Pese a tan connotadas virtudes, que lo han hecho estar entre los artistas más respetados y solicitados de su rubro (o más bien quizás debido a ello), desde  finales del siglo pasado se ha dedicado más al trabajo de portadista, que de caricaturista; es así que podemos encontrar sus bellísimas ilustraciones para las series regulares de las dos féminas más importantes de DC: Wonder Woman y Catwoman, en las que estuvo 5 y 4 años respectivamente, creando verdaderas imágenes hoy consideradas entre la iconografía más importante de estas dos.
Autoretrato de Adam Hughes.
       Marcado desde su infancia por el arte de Jack Kirby y de John Byrne, como muchos de sus colegas se sintió a temprana edad impulsado a hacer sus propios dibujos, gracias a tantos cómics que leía y coleccionaba (su condición de ser hijo único hizo, según sus propias declaraciones, que se sintiera acompañado por sus historias y personajes). 
        Fue a finales de los ochenta, cuando casi por casualidad al comienzo de su carrera profesional, fue contratado por DC para realizar el apartado gráfico de todo un clásico de los cómics superheroicos: Liga de la Justicia Internacional, lejos una de las mejores etapas de este importante equipo, que gracias a los divertidísimos guiones de Keith Giffen y J. M. DeMatteis, se ha convertido en una de las favoritas de muchos (incluyéndome).
        El resto de su labor a cargo de los lápices de “interiores” como se le llama, ha sido al alero mayormente para DC, si bien haciendo páginas sueltas o historias cortas (one-shots o miniseries).  Dark Horse, Image, Wildstorm y, por supuesto, Marvel han contado con unos pocos aportes suyos, aunque significativos, entre otros estudios.  En el sello Vertigo de DC también posee unos cuantos trabajos destacados.
         También ha incursionado como escritor de guiones, afirmando que tiene facilidad para crear los diálogos de sus historietas, encontrándose en este apartado un recordado guión que realizó para el crossover de Superman y Gen13 (una recordada serie de los noventa del sello Wildtstorm, creado por Jim Lee, primero al alero de Image Comics y que luego pasó a ser editado por DC, hasta incorporarse a su multiverso gracias al reseteo que significaron los Nuevos 52).
         La miniserie de Antes de Watchmen: Dr. Manhattan, escrita nada menos que por Michael Straczynski, vino a ser su regreso magistral como dibujante de una obra completa, aunque como dice el dicho “Una golondrina no hace verano”; pues luego de esta labor que ya posee más de 5 años, apenas se le ha vuelto a ver realizando labores de este tipo.  No obstante nos quedan sus numerosas portadas, que le han concedido premios tan relevantes como el Eisner en 2003.

¡Yo quiero tener esta colección completa! (y la de su serie hermana: Liga de la Justicia de Europa).

6.2.  El Cómic.

          En solo 4 números Straczynski y Hughes profundizan en la mente de un personaje tan complejo (e “inhumano”) como el Dr. Manhattan.  Debe saberse al respecto, que el escritor en esta ocasión saca a relucir su faceta más seria o críptica, ya que su guión se aleja de la aventura y el humor, que hicieron de su participación en la miniserie sobre Búho Nocturno algo mucho más fácil de leer y divertido.  Me atrevo incluso a decir que de todos los especiales que comprenden estas precuelas, de la obra maestra de Moore y Gibbons, la presente fue la que menos me satisfizo (que mala no es, solo que me parece demasiado lenta y/o “contemplativa”).
          Dentro de lo dicho en el párrafo anterior, la primera portada realizada por Hughes promete algo que lamentablemente no se cumple en esta historieta: la participación como coprotagonista de Espectro de Seda, la segunda pareja conocida de este superhombre/dios.  Pues siguiendo los lineamientos del cómic original, el escritor optó por utilizar el estilo en tono de memorias por parte del Dr. Manhattan, quien comienza a hacer un repaso a su vida, esta vez desde su infancia.  Las remembranzas van saltando desde un periodo a otro, desde eventos ya mostrados en Watchmen, hasta acabar de manera sorpresiva (y única vez en esta serie de novelas gráficas) tiempo después de lo narrado en el título de los ochenta.  En este sentido más que ser una verdadera precuela, esta novela gráfica transcurre en paralelo a los hechos del título primigenio, ya que parte todo desde un momento clave del mismo Watchmen.
          Un ser tan poderoso y hasta omnipotente como este superhéroe (que no perfecto, sino que todo un dubitativo existencialista), se plantea varias cosas a lo largo de las páginas que comprenden esta historieta, ya sea su propia razón de ser, como sus acciones y las de sus mismos compañeros.  Debido justamente a su condición de criatura única, que sin dudas está por sobre el resto de quienes los rodean (pues en la práctica es un inmortal y ha dejado de ser un humano), a través de su persona nos encontramos con el tema de la soledad de los poderosos o de los sujetos que por una u otra razón se encuentran apartados del resto de la sociedad.  A diferencia de individuos como el Comediante y Ozymandias, quien en el primer caso, con su psicopatía carece en gran parte de la capacidad de mantener relaciones interpersonales sólidas y en el segundo caso, por sus aires de mesianismo se cree superior, el Dr. Manhattan ha llegado por accidente a estar apartado de los demás. 
          Tal como lo muestran los artistas detrás de la obra, esta deidad en la Tierra apenas es capaz de comprenderse así mismo, razón por la cual está en plena búsqueda de su papel en los acontecimientos y por ello mientras no sepa la respuesta, tampoco será capaz de convivir en plenitud con otros seres pensantes.  Dentro de todo esto, la miniserie resulta ser una interesante manera de adentrarse en la mente de alguien, que ya no piensa como nosotros y por eso mismo tal como queda demostrado en sus viñetas, el espacio-tiempo, las dimensiones en sí, funcionan de una manera por completo distinto en su circunstancia.
           Resulta atractivo que con todo el potencial que posee alguien como este ser, el cómic se adentra en algunos recursos narrativos caros a la ciencia ficción y en especial este arte gráfico: las realidades alternativas y la modificación de la supuesta línea temporal original, para originar una nueva y debido a una intervención en el curso normal de los hechos.  Ello, puesto que acá el Dr. Manhattan en un momento llega a intervenir en todo esto, en lo que podemos ver el deseo de conseguir la felicidad y/o la plenitud, que incluso él mismo pretende lograr; no obstante luego en un acto de heroísmo, renuncia a lo anterior cuando se ha dado cuenta de que lo hecho, causa efectos apocalípticos para todo el mundo.
           El detalle de la herencia judía del Dr. Manhattan, quien, como nos demuestra esta historieta, sufrió como buena parte de su pueblo los abusos del régimen nazi, viene a ser un detalle digno en el que detenerse: pues considerando lo que significó la Segunda Guerra Mundial, en la que se llevó a cabo por parte de los gringos los genocidios de Hiroshima y Nagasaki en Japón, por medio de sendas bombas atómicas, viene a ser un judío (emigrante en tierras estadounidenses más encima) quien se convierte en el avatar de todo este inmenso poderío nuclear.  ¿Un antiguo oprimido que se vuelve alguien extraordinario y a tal nivel en este tipo de historietas? Ese ya es un leiv motiv en los cómics superheroicos, como bien pasa con la figura de Spider-Man (quien pasaba bullying en el colegio antes de convertirse en nuestro Amistoso Vecino) y Luke Cage (el cual pasó por los típicos abusos racistas, por ser afroamericano, previamente a volverse Power Man), entre otros.
           Pese a la decepción que uno se puede llevar respecto a la ausencia de Espectro de Seda, al menos como secundaria en sus acontecimientos, sí participan otros de los emblemáticos Watchmen.  Es así que destaca el ya mencionado Ozymandias, quien tan relevante resulta en el clímax del cómic que originó todo esto (y en especial en su relación con el propio Dr. Manhattan) y que los autores de esta miniserie rescatan para profundizar en ello. 
Una de las preciosas viñetas de Hughes para este cómic,
 que sin dudas llegan a ser varias de ellas surrealistas.

La Mujer Maravilla triunfante.

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       Para quienes llevamos años amando (y no en secreto) a Wondy, como cariñosamente llamamos a la más importante superheroína de los cómics (y no solo de DC), que hicieran una película suya de imagen real era un sueño que por largo tiempo albergamos en nuestro corazón y eso que por largo tiempo se vio esta posibilidad como algo difícil de concretar.  Luego de la ya clásica serie de televisión de los setenta (1971-1975) con la espectacular Linda Carter (¡Mijita rica!), solo pudimos darnos en el gusto con sus varias versiones para los cartoons, siendo sin dudas su interpretación en la ya clásica Liga de la Justicia de Paul Dini y Bruce Timm, su mejor adaptación para los medios audiovisuales hasta el momento.  Con posterioridad se le dedicó un filme animado directo para la venta en 2009, para nada de carácter infantil y bastante admirable, por cierto  Luego gracias a otras animaciones de este estilo hechas por DC, se le rindió el espacio suficiente como para que destacara, pero nunca más como la protagonista principal (a diferencia de Batman y Superman, quienes sí han conseguido varios títulos en este estilo).  A su vez, el intento de crear un nuevo programa de imagen real en 2011, que lamentablemente quedó con un piloto que no pasó más allá de un primer montaje sin los efectos especiales, nos dejó con un amargo sabor de boca, al hacernos creer que no había confianza en darle este espacio a una superheroína en los tiempos actuales (aún podíamos recordar el bodrio que significó Birds of Prey,sobre los personajes femeninos de la Batifamilia, la Cazadora y Batichica/Oráculo y aún faltaba un resto para que la TV gringa se atreviera a hacer algo como Jessica Jones).  Y todo siguió así hasta el año pasado…
        Cuando se estaba produciendo Batman versus Superman(2016) se adelantó que saldría nada menos que Wonder Woman como coprotagonista y esto se concretó una vez que dicho filme fue estrenado.  Muchos podrían afirmar sin vacilaciones que la amazona se “robó la película” y es que pese a que su participación estuvo bajo la sombra de sus dos principales compañeros (que además daban el nombre a la cinta), una vez que Diana apareció con su precioso traje (sin dudas que muy bueno el diseño tipo armadura, que emulaba a su típico atuendo de los cómics), muchos de sus fanáticos nos convencimos de que por fin nuestro anhelo se había cumplido.  No importaba que físicamente Gal Gadot, la actriz a cargo del personaje, no calzara por completo con las ideas preconcebidas de una Wondy de carne y hueso: la Gadot había logrado seducirnos y ya éramos de ella.


          Ante el éxito de la participación de la Princesa Guerrera, en el igualmente esperado enfrentamiento cinematográfico entre el Caballero Oscuro y el Hombre de Acero, mientras además se preparaba el campo para la concreción de una película sobre la Liga de la Justicia (hoy en día a meses de debutar en las salas de todo el mundo), se dio el visto bueno para que la superheroína tuviese su filme en solitario.  Es así que este 2017, hace unas semanas no más, se estrenó Wonder Woman y con ello un gran éxito de público y crítica ha conseguido.
            A la hora de evaluar la realización de este largometraje, debe saberse que no es el primero que tiene a un personaje femenino de este tipo como protagonista principal, sino que es la segunda vez en que esto sucede, aunque en términos prácticos sí es la primera superheroína que obtiene su propia película hollywoodense.  Pues en 2005 se hizo un filme centrado en Elektra, aprovechando el éxito de Daredevil(2003), que en todo caso es más bien una antiheroína y  cuyos  resultados fueron un rotundo fracaso.  Sin embargo, como ya se dijo más arriba, el caso del filme que hoy nos reúne es por completo distinto y a ello se debe la preocupación de sus realizadores, quienes optaron por hacer una obra que en todos sus elementos fuese apreciada como un trabajo notable.
           La elección de una mujer en el cargo de directora, la respetada Patty Jenkins (quien demostró su valía con el drama basado en una asesina serial de la vida real, titulado Monster en 2003 y luego se curtió trabajando para la televisión en series como Arrested Developmen y Entourage) sin dudas que le otorga a esta cinta una dimensión que la diferencia de otras del género y que tiene que ver con su misma sensibilidad femenina, a la hora de tomar a un personaje ficticio tan importante como esta.  No estamos frente a un largometraje “feminista” de superhéroes (lo que sería una tontera, en todo caso) y no obstante sí es posible identificar en su metraje lo mejor de las connotaciones épicas de Wondy, sin caer en estereotipos sexistas; asimismo, el matriarcado de la isla de Themyscira (el hogar de las amazonas), no cae en la fantasiosa utopía lésbica, que en otras manos podría haberse representado.  De este modo, el mundo de las mujeres que aquí hayamos se hace verosímil, pese a sus aires míticos y además cuando llegamos a encontrarnos con el mundo de los hombres, se evita caer en satanismos gratuitos, sin mostrarnos el patriarcado como una sociedad corrupta per se y en contraposición con la idílica comunidad de las guerreras. 
No podía resistirme a sacarme una foto
con Wonder Woman en la Comic Con.
            No obstante en destacado desempeño de la Jenkins sería imposible en esta ocasión si no hubiese estado acompañada por una sólida historia, que en todo caso fue realizado gracias a la intervención de 4 artistas (uno de ellos el mismo Zack Snyder, quien comenzó esta serie del universo extendido de DC para el cine con Man of Steel).  Debe saberse que si bien en los créditos finales se agradece a gran parte de los guionistas que trabajaron en el cómic de esta superheroína (como George Pérez, Greg Rucka, Brian Azzarello, J.Michael Straczynski, Gail Simone, Phil Jiménez y William Messner-Loebs), esta versión pareciera tomarse de los elementos propios de la Mujer Maravilla en al menos tres de sus etapas: la más clásica y que corresponde a la de sus primeras historietas, escritas por su creador William Moulton Marston (en lo que concierne a su romance con el capitán Steve Trevor, que se inicia en pleno conflicto bélico mundial); el de su relanzamiento postcrisis perpetrado por George Pérez(gracias a la inclusión de su primer gran villano) y el de los Nuevos 52 gracias al trabajo de Azarello (por medio del verdadero origen secreto de la princesa Diana).
            Si bien el personaje femenino más destacado en esta adaptación viene a ser Wonder Woman, una fémina que engloba la perfección del ser humano en muchos sentidos, en este producto mediático está caracterizada como alguien que pese a todo no puede ser más creíble: pues su verdadero poder no radica en su supuesta inmortalidad, sino que en el valor de su propio coraje, que la hace ir más allá de sus propios límites y que le ototga una dignidad que la eleva por sobre otros aspectos suyos (como sus habilidades extraordinarias, que un ser humano no posee).
            Un detalle no menor para todo el que se jacte de sus conocimientos sobre el cine de superhéroes, viene a ser que al estar ambientada esta película en la primera mitad del siglo pasado y tratarse de los orígenes de esta justiciera, viene a ser la respuesta audiovisual de DC a lo realizado por Marvel con Capitán América: el Primer Vengador (2011).  La propuesta es la misma (pues desde los años cuarenta del siglo XX, que las dos grandes compañías se copian las ideas entre sí, a veces de manera descarada y otras como extraños homenajes y hasta parodias), si bien esta vez DC quiso parecer más original, al trasladar la trama a los años de la Primera Guerra Mundial y no de la Segunda, a diferencia del filme sobre el Capi (debe recordarse en todo caso, que las viñetas primarias de la amazona transcurren en medio de este segundo conflicto armado).  En todo caso, el resultado de este “osado experimento” les salió bien y en materia de recreación de este periodo histórico, en especial una vez exhibida la guerra en el frente de batalla.
         El segundo personaje más relevante dentro de esta historia, viene a ser nada menos que el capitán (y espía en esta versión) estadounidense Steve Trevor e interpretado por un ya famoso Chris Pine (el mismo joven capitán Kirk del reboot cinematográfico de Star Trek).  Tal como en los cómics más clásicos sobre la amazona, este sujeto toma el rol de ser el primer contacto de esta con el mundo patriarcal, ayudándole a adentrarse en una sociedad tan distinta a su hogar, pero a la vez tan parecida a la suya.  Por otro lado, se recoge en esta película el famoso romance entre ambos, que en todo caso aquí es abordado de una manera que se aleja de los convencionalismos más facilistas, para reflejar algo que no deja de conmover por la manera en que se desarrolla la relación entre ambos.  Este Steve Trevor contrasta en su enorme experiencia de hombre de mundo, a la particular inocencia de Diana y ello provoca varias situaciones interesantes, entre las que se encuentran algunas escenas cómicas de corte erótico y que aquí son llevadas a cabo con una inteligente sutileza, que pueden ser vistas sin que los más pequeños se escandalicen de ello (o  se den cuenta de su verdadero sentido).  Pero también esta oposición entre ambos personajes, representa un coraje mucho más humano, en un sujeto que como sucede en la realidad no es perfecto (a diferencia de su compañera) y que pese a sus propias debilidades, es capaz de superarse para lograr enormes cuotas de heroísmo.
          Acompañando a la pareja, se encuentra un trio de sujetos variopintos, extravagantes y entrañables.  Se trata de tres expertos en distintas áreas, un francotirador, un maestro del disfraz y un contrabandista.  Lo más interesante de estos tres individuos, es que corresponden a la idea actual de presentar un reparto multirracial y cultural, tan en boga en las ficciones de hoy en día y que sin embargo en su conformación, resultan verosímiles dentro del periodo histórico en el que transcurre todo.  Pues el primero es un turco, el segundo un escocés y el tercero un nativo norteamericano.  Cada uno representa una cosmovisión diferente, de la nueva sociedad en la que se ve inmersa la protagonista y quien aprende con ello, a darse cuenta de que la diversidad también forma parte de nuestro mundo, algo que no deja de ser valioso (pues en cierto sentido, en Themyscira casi no hay grandes diferencias entre sus habitantes).  Siendo el más espiritual y sabio de este trío el tercero de ellos, por razones de cercanía con el espectro místico, es el único (incluyendo a Trevor) en reconocer de inmediato la verdadera naturaleza de la princesa (hasta que los  hechos dejan claro, con quién en realidad están lidiando y qué fuerzas están involucradas en la guerra).
         Pese a sus más de 2 horas de duración, la película se disfruta de principio a fin, estando llena de emociones; entre ello lo sublime no deja de estar presente y ello corre tanto por parte de Diana, como de sus nuevos camaradas.  El espectáculo se completa con la majestuosa banda sonora a cargo de Rupert Gregson-Williams, quien hizo un trabajo musical que lejos supera a la de las dos cintas predecesoras de esta (Batman versus Superman y El Escuadrón Suicida).


Trailer Nº 1.

Despidiendo al Cruzado Enmascarado.

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       Nunca fuí un seguidor de la psicodélica serie de imagen real de televisión de los sesenta que se hizo de Batman, en la que un panzón Adam West interpretaba en una muy caricaturesca versión a mi superhéroe favorito…Y sin embargo, pese a ello, le tengo respeto a sus actores y en especial al impacto cultural que este programa ha conseguido aún a más de medio siglo de su estreno (de hecho, les contaré un secretito mío: uso como tema de alarma para despertarme su famoso tema característico, que tanto me gusta).
        Hace poco más de una semana, exactamente el 9 de junio, falleció a la avanzada edad de 88 años el artista detrás de este Batman más alegre, que aquel al que los más puristas del cómic estamos acostumbrados.  Con él se fue otro importante episodio del siglo XX y por todo lo que significó su labor a la hora de posesionar al Señor de la Noche dentro de la cultura popular (yo mismo conocí a este justiciero gracia a la popularidad de este show), no puedo dejar de sentir con pesar su partida y por esa razón ahora le rindo este tributo con todo mi aprecio.
         Los chillones colores, la llamativa caracterización de sus personajes (entre héroes y villanos), sus surrealistas diálogos y situaciones, fueron el sello propio de este programa que duró tres temporadas, a través de 120 episodios, una película para el cine y que tuvo hasta una serie animada con la participación de sus actores originales en las voces en inglés.  Con posterioridad en 1979 West y su compañero Burt Ward, quien interpretaba a Dick Grayson/Robin, volvieron a enfundarse sus ajustados trajes para la bizarra producción televisiva de solo dos episodios llamada como La Leyenda de los Superhéroes; una obra menor, que de seguro muchos no saben de su existencia y que mostró a una llamativa Liga de la Justicia que incluía a varios de sus más destacados miembros como Shazam, Flash, Linterna Verde, la Cazadora, Hombre Halcón y muchos más.


La maravillosa intro de la serie.

         No es mi ánimo hacer un repaso por la carrera de este fallecido actor, ni hacer un análisis del título en el que más brilló, que para eso les recomiendo mucho la hermosa entrada que mi amigo Miguel Acevedo en su blog Le dicen Poesía publicó y que pueden leer haciendo click en este enlace. Sin embargo sí les contaré de cómo personalmente este artista estuvo ligado a mi propia existencia.
          Pues volviendo a mi infancia más temprana, en la que la citada serie estuvo muy presente, puedo recordar a mi papá viéndola de manera atenta, pese a que bien decía que eran “puras fantasías”.  Y sin embargo aun así se divertía mucho con esta y con El Hombre Increíble (aquella sobre Hulk que yo tanto detestaba), además de la setentera del Hombre Araña, que a mí era la única de este tipo que me atraía (bueno, además de una que había de Shazam).  No puedo dejar de mencionar que quien si tenía mi atención en esta producción sesentera, era su más famosa Gatúbela, la encarnada por la bellísima Julie Newmar, que creo fue la responsable de que a tan temprana edad enganchara con esta antiheroína.
          Fue durante mi adolescencia que Tim Burton estrenó la cinta que le dio la consagración (si bien aún faltaba un resto para que llegaran sus verdaderas obras maestras): Batman (1989).  No la pude ver en el cine, pues en aquel tiempo los adultos alrededor mío apenas me llevaban a este tipo de eventos y me tuve que conformar con verla en VHS como un año después de su estreno.  Una vez leyendo la prensa de aquellos años me enteré de que West estaba molesto, porque no lo llamaron a él para volver a interpretar al Caballero Oscuro y para ser sinceros lo encontré tan idiota de su parte… ¿Un Batman ya decrépito me dije? Si bien mis impresiones se sostenían en la falta de verosimilitud, que sería tenerlo enfundado el famoso ya bastante mayorcito, aparte de que iría contra la intención del director de mostrar de manera seria a un Batman en la plenitud de su vida, en mi ignorancia de entonces no sabía de la existencia de esa preciosa novela gráfica que es El Regreso del Caballero de la Noche de Frank Miller (donde aparece nuestro superhéroe predilecto para nada como un jovencito).  Es así que tras leer esta obra, solo ahora puedo afirmar que si se hubiese realizado un filme de imagen real al respecto, mientras aún Adam West estaba disponible,  habría hecho algo digno.  Lo mismo habría sido genial disfrutarlo como el viejo Bruce Wayne de Batman del Futuro¿No?
          Ya era un adulto, estudiando en la universidad para recibirme de profesor de Castellano, cuando vi varios episodios de la que es considerada como la mejor versión para la pantalla chica del Murciélago: Batman: La Serie Animada (1992-1998), que tuvo 4 temporadas y un total de 85 episodios, más 3 películas.  Pero fue ya tiempo después que por fin pude gozarla completa y emocionarme bastante con ella, al poder comprármela de manera integral en unas preciosas ediciones en DVD (con agregados incluidos).  Fue entonces que aprecié un nostálgico episodio de su primera temporada: Cuidado con el Fantasma Gris.  En esta historia Batman/Bruce Wayne, se encuentra con un superhéroe de fantasía de su infancia…y resulta que la voz a este personaje (de verdaderas connotaciones pulps, como todo un homenaje a los cómics de la Edad de Oro, de los que proviene el mismo vigilante de Ciudad Gótica) en su versión en inglés tiene la voz de West.  Pues debe saberse que aparte de haberlo elegido para este papel, que no puede ser otra cosa que un guiño cariñoso a este mismo actor, ello responde a que tras quedar encasillado el histrión por su rol como Batman, consiguió hacer una destacada carrera como actor de doblaje en varias animaciones, incluyendo las ya nombradas y en la recordada Los Superamigos de Hanna-Barbera (que yo sí seguía ávido de sus historias y que ahora encuentro demasiado ingenuas para mi gusto). 


Adam West en Batman: La Serie Animada.

          Por supuesto que tuvo intervenciones en otros cartoons, pero salvo su cómica intervención en un episodio de Los Simpsons, no he visto más de él al respecto y donde se interpretó a sí mismo (como en Bob Esponja y Padre de Familia, si bien en otros papeles).  Fue mientras que investigaba (o más bien googleaba) para este escrito, que me enteré que también contribuyó poniéndole la voz a nada menos que Thoman Wayne, el padre de Bruce, en un capítulo de otra de mis series animadas favoritas: Batman el Valiente… ¡Qué honor! ¿Verdad?
          El año pasado no más tuve dos importantes acercamientos a este actor.  Primero, disfruté mucho de su participación en el emotivo episodio Nº 200 de The Big-Bang Theory y donde una vez más hizo de él mismo, esta vez como invitado sorpresa al cumpleaños (también sorpresa) de Sheldon.  No lo voy a negar, lloré durante ese memorable momento, pues… ¿A qué ñoño no le gustaría conocer a Batman? (o mínimo a uno de los actores que lo han interpretado, bueno, salvo a Val Kilmer).  Dicho programa que tanto me gusta, pese a que algunos amigos míos han renegado de este, por considerar que ha perdido fuerza luego de tantas temporadas, lo he visto solo o con amigos, pero nunca con mi sobrinito Amilcar, quien aún está demasiado pequeño para ello; no obstante sí compartí con él y con mucho entusiasmo El Regreso de los Caballeros Cruzados, una película animada inserta dentro del estilo del show que le dio la fama a West.  Recuerdo que mi regalón me dijo “Batman se ve como viejo”, pues su estética era por completo distinta a lo que hasta ese momento había contemplado junto a mí.  Y sin embargo estuvo a mi lado hasta que terminó, riéndose casi en las mismas escenas que yo, si bien en su inocencia no comprendía los diálogos autoparódicos que hacían mofa de las ridiculeces de la serie y entre ello de la supuesta relación gay entre maestro y discípulo de la que la acusaron en su momento.  Esta producción bellamente realizada y que recomiendo mucho, tuvo a Adam West por última vez “haciendo” del personaje que lo consagró; asimismo en ella Burt Ward volvió a prestar su voz para “el Chico Maravilla”, además de que la Newmar (también octogenaria) regresó en su papel de Gatúbela.


Trailer en inglés del filme que es el último legado de West
 y en inglés para que aprecien su voz.

      El amor hacia este actor es tan grande en su país (por no mencionar en el resto del mundo), que en la ciudad de Los Ángeles se le despidió de una manera, que de seguro quedará marcada para la historia: activando la Batiseñal una noche sobre uno de sus edificios, acto rendido por la policía de tal lugar, ante la mirada atenta de un gran público.  Solo los grandes consiguen que se desvié (aunque sea por un breve momento) la rutina de siempre y sin dudas que Adam West era uno de estos mismos colosos.


Noticia con el bello momento dedicado a la memoria de Adam West.

La ciencia ficción bizarra e híbrida de Jorge Baradit.

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       Antes de que el “divo” de la ciencia ficción chilena más mediática que haya existido hasta el momento, Jorge Baradit, se transformara en record de ventas con sus dos tomos de Historia Secreta de Chile, al punto de ser pirateado para ser vendido a un precio más barato en las cunetas de las calles y el comercio informal, este autor que hasta antes de dar en el clavo con estos “libritos” para la masa, solo era conocido por los ñoños en Chile (entre los que se encuentra un servidor) y en sus “humildes” inicios publicó un libro del cual no voy a negar su calidad literaria: Ygdrasil (2005).  No voy a ocupar/gastar tiempo en leer sus ostentaciones de historiador de pacotilla, que se adentra en los chismorreos de nuestra crónica nacional, pues no me interesa adentrarme en el supuesto ocultismo de nuestros próceres y otros datos de escasa veracidad.  Si en vez de lo anterior hubiese creado una ficción sin disfrazarla de verdad, demás que acapararía mi atención;  no obstante a Baradit le encanta hacer uso  del recurso facilista del amarillismo y la sobreexposición de su misma persona, tal como lo ha hecho desde que consiguió cierto renombre (y, bueno, de algo tiene que vivir el hombre, que en Chile nadie se ha hecho millonario como escritor).  Es así que se ha ganado el desprecio de varios verdaderos expertos y profesionales sobre la historia nacional, tal como lo pueden observar en los siguientes enlaces de mis amigos Miguel Acevedo y Roberto Díaz, quienes sin dudas que sabe más de historia que él.  Pues lo mío es el goce estético y no los “cahuines” como decimos en Chile, razón por la cual opto por quedarme con lo mejor de este escritor (según mi humilde opinión) y por eso ahora mismo les traigo a colación esta novela suya.   El resto se lo dejo al “pueblo” (¡Qué elitista sonó! Je).
        Tengo el bello recuerdo de haber asistido a la conferencia que hizo el especialista y escritor de ciencia Miquel Barceló, encargado de la prestigiosa colección de ciencia ficción y fantasía Nova de Ediciones B, cuando vino a Chile en noviembre a la FILSA (Feria Internacional del Libro de Santiago) en 2006 para el lanzamiento internacional de la opera prima de Jorge Baradit.  Pues tal como lo declaró en esa ocasión y lo pone de manifiesto en su presentación al libro en el tomo dedicado a este, encontró bastantes virtudes en tan singular obra y por esa razón se atrevió a incluirla dentro de una colección en las que por lo general solo están los más “grandes” como Orson Scott Card, Brandon Sanderson y Dan Simmons, siendo uno de los pocos narradores de habla hispana en considerarlo para esta colección.  Aquella vez más estaba interesado en conocer a tan prominente español, que al elogiado y de puro tonto no me conseguí un autógrafo suyo.  La plata que tenía no quise gastarla en el título en cuestión y eso que me interesaba, razón por la cual recién el año pasado (y en la misma FILSA) lo encontré muy barato, casi escondido entre otros volúmenes; así que tuvo que pasar más de una década para que por fin lo pudiera disfrutar…
       Y estas son mis impresiones al respecto.
       Con Ygdrasil estamos frente a un tipo de ciencia ficción literaria, que se nutre de varias fuentes y las que quedan expuestas al lector conocedor de todos los recursos ficcionales de los que hace uso Baradit, para crear un subgénero dentro de la también llamada fantasía científica: el ciberchamanismo,como bien acuñó el propio Barceló en su presentación a esta novela y que sería el estilo tan propio (si bien heredero de múltiples fuentes) de este autor.  El horror  cósmico de Lovecraft y su bien llamado Círculo de Cthulhu (sus colegas y amigos que lo ayudaron a definir su particular mitología a través de otros textos, usando los mismos parámetros creados por este), la sexualidad monstruosa y las criaturas larvarias de las historias de Clive Barker, las sofisticadas máquinas del ciberpunk en su formato japonés a través de manga y el anime, además de una buena parte de la imaginería esotérica y mitológica de un montón de pueblos (entre los que destacan los de tipo orientalista y sudamericanos), convergen en esta obra a través de una prosa recargada, que puede ser tanto satisfactoria para muchos, como vomitiva para otros (por ejemplo, una muy querida amiga mía, gran lectora de ciencia ficción y fantasía, Vale, fue incapaz de llegar a las 100 primeras páginas de su novela Synco).  Pues hay que ser sinceros, el Baradit que encontramos en este libro no es para cualquiera, ya que en esta ocasión quizás por un intento de ser más auténtico y sincero con su público (o tal vez menos “populista”, que lo que bien sucede con sus dos entregas de Historia Secreta de Chile), la narración se vuelve bastante barroca y para entenderla hay que ser un receptor culto, que pueda entender buena parte de los conceptos e ideas que mete entre medio del argumento.  Por otro lado, hay mucho de sugestión en la novela, de modo que uno debe imaginar las cosas más dispares, a medida que va avanzando en sus alrededor de 250 páginas.  Sin embargo si se es seguidor y/o interesado de los autores y recursos mencionados, el entretenimiento es algo garantizado y se hace ligera la lectura.

       “Ella.
        Ella clavada a una pared en el centro de un campo arado.
        Ella sabe que bajo la pared hay un elefante enterrado de pie. Ese elefante es el que evita el desplome del mundo. Un ladrido sale de los ojos de ella y la multitud huye despavorida, porque en el ladrido hay cosas que nadie quiere saber. Un pez atraviesa la escena y sabemos que en realidad todo ocurre bajo el mar.
         Ella. De pie frente a un ser muy extraño.
        – ¿Cómo te sientes? –le pregunta él de improviso–. Soy quien te rescató desde el fondo del río. Entré para ver tu estado. Intenta descansar; tu recuperación tardará un par de semanas más.
        Mariana lo miraba con asombro mientras aquello se transformaba sucesivamente en una mujer, una carta de tarot, un campo de margaritas, un caballo árabe, el cielo estrellado de esa mañana en Tlatelolco, una voluta de humo de su primer cigarro de marihuana.
        –Todo está muy raro desde que aparecieron los selknam –se dijo, mirándose a los ojos.
        Un escarabajo entró por su nariz resonando como un viejo reloj de cuerda y muchas hormigas cubriendo la córnea del cielo.”

Una edición limitada que me gustaría
tener, pero ignoro de qué tan especial es.
       La trama de esta obra en pocas palabras es la siguiente: Mariana es una mercenaria muy cotizada por las misiones a las que está dispuesta a ofrecer sus servicios, las que incluyen sus especialidades como hacker, asesina y espía.  De nacionalidad chilena, es contratada por una facción del gobierno mexicano para conseguir los secretos (bastante espantosos, por cierto) de una especie de cofradía, que desea conseguir el dominio del planeta a un nivel cósmico, pues incluye la manipulación de manera metafísica de todo lo posible.  En su camino se encuentra con inesperados aliados, quienes la ayudan a enfrentarse a cada uno de los horrores que hay en su camino. 
         Ambientada en un incierto futuro que no queda claro que tan lejano o cercano está respecto a nuestro presente, nos muestra un mundo en el que la humanidad ha conseguido superar las barreras de la manipulación de la física a través de la ciencia (con la creación de biomáquinas bastante pesadillescas), pero que además es capaz de hacer uso de los conocimientos de tipo espiritual y/o mágico, creando una tecnología mestiza con estos dos tipos de saberes.  Sin embargo como todos los personajes que pululan en estas páginas, pertenecen a una alta jerarquía o son simple carne de cañón de sus superiores, estos increíbles adelantos son presentados como algo a lo que solo pueden acceder los diversos poderes fácticos, mientras que el hombre “común y corriente” (que no hay de estos en la novela) supuestamente no tiene acceso a ellos. 
            Con respecto a lo expuesto en el párrafo anterior, queda de manifiesto que la sociedad en la que transcurre esta historia, se encuentra en un perpetuo juego de quién controla a quién y llevando a los extremos más inauditos el tema de la manipulación maquiavélica, todo lo que está a disposición para conseguir el anhelo de ser quien gane el premio mayor.  Militares, políticos y líderes religiosos no salen bien parados en esta obra, sin salvarse ninguno a la hora de ejemplificar lo peor del ser humano; de igual manera esta naturaleza mezquina, se encuentra en algunas entidades que se encuentran más allá de nuestro propio entendimiento y naturaleza mortal.  Cabe destacar que Baradit recoge la idea de la religión mezclada con la política como algo nefasto, donde tal como ha quedado demostrado a lo largo de la historia de la humanidad, buena parte de los sujetos que hacen uso de esta mezcla para sus fines, solo acceden a ello para conseguir sus propios deseos egoístas, sin importarles la manera de cómo usan la fe de quienes confían en ellos.
          Teniendo en cuenta lo ya afirmado, resalta el hecho de que el mundo en el que se desarrolla el argumento es un sitio en el cual no existe el amor, la compasión, la belleza, la amistad y todo aquello que para la gente de corazón noble es necesario para ser felices.  Esto se entiende si se toma en cuenta el tipo de personajes retorcidos que protagonizan la novela, siendo que solo entre Mariana y uno de sus compañeros, es posible hallar algo de las virtudes que se tiende a encontrar entre quienes podemos considerar como héroes o al menos individuos a los que uno pueda llegar a admirar o sentir algún tipo de identificación.  Y sin embargo pese a todo, buena parte de estos entes de ficción están tan bien delineados, que        fácilmente uno puede llegar a encontrarlos interesantes. 

Jorge Baradit (el barbón a la izquierda) haciéndole publicidad a su novela afuera de la FILSA.

              Tampoco se puede dejar de lado el detalle, de que considerando las poderosas fuerzas a las que se enfrentan los personajes son tan inconmensurables, estamos frente a una cosmogonía de características cuasi lovecrafnianas y que tras haber leído este título de manera integral, se puede encontrar la vieja idea de que el conocimiento humano es algo insignificante en cuanto a la vastedad del mismo universo; de tal modo las mezquinas luchas de poder que hay en este pequeño mundo, no son nada al compararlas con lo que en realidad hay más allá de nuestra pobre comprensión (y dominio) de la realidad.
             Un detalle que puede ser interesante en la manera de cómo está articulada esta novela, viene a ser los arcaizantes títulos a manera de resumen que anteceden a cada uno de sus capítulos.  La inclusión de este recurso estilístico va de la mano con la narrativa ornamentada que es tan del gusto de su autor.

            “De cómo el selconamo se ha apercibido de los padecimientos de la mujer Mariana y de los hechos de Pedro el ermitaño según testigos de gran veracidad.”

             Cabe destacar además que el hecho de que Mariana sea chilena y trabaje para los mexicanos, habiendo además toda una proliferación de elementos indigenistas en la narración, resalta las mismas características de una ciencia ficción latinoamericana que al parecer pretende representar Baradit (por mucho que haya negado en más de una ocasión que escribe este tipo de obras) y que para nada intenta imitar la manera de cómo autores de otras culturas (en especial anglosajones) hacen ciencia ficción; de este modo estamos hablando de una fantasía científica original y que muy bien podría dar paso a toda una nueva forma de contar historias.
             Por último, los personajes que destacan en esta recomendable novela son:

·         Mariana: La protagonista absoluta de esta obra es una mujer dura, quien ha tenido que hacerse a sí misma tras haber nacido en una de las peores circunstancias que uno podría imaginar.  Acostumbrada a usar un lenguaje grosero, es lo más cercano que aquí podemos encontrar de alguien con cierta nobleza de corazón, pese a que es una persona solitaria y de muy malas pulgas.  Su nombre de connotaciones religiosas (por la Virgen María) se entiende mejor una vez que llegamos al impactante clímax de esta historia. 

       “»–Un 11 de junio, mi padre me desencadenó para lavarme la espalda y fumigar el colchón. Algo estalló en mi interior y me abalancé sobre él entre alaridos inhumanos. Él no había notado que yo había crecido bastante, casi a la par que mi odio. Me aferré a su rostro y hundí los pulgares en sus ojos. Empezó a gritar, buscando la puerta, pero yo la había cerrado. Con el atril del suero le di un golpe seco en los testículos. Le quité el cuchillo que se ceñía en el cinturón y le abrí el estómago. Le corté las orejas, la nariz, los dedos, e introduje todo por la herida del abdomen, incluida la bolsa de suero y algunos trozos de madera. Le abrí la tráquea, le corté el pene y se lo metí por la garganta. Luego me bañé con su sangre, devoré con recogimiento sus testículos y lloré hasta perderme.
                   »Tres días dormí acurrucada junto a su cadáver. La sangre había cuajado, el olor era insoportable, pero yo seguía abrazada a él. No recuerdo muy bien, pero creo que fue uno de mis clientes habituales quien me sacó de ahí. Me vistió, me alimentó y me cuidó con mucha compasión; huí después de matarlo y esparcir sus restos por toda la calle.
       »Luego rodé de pueblo en pueblo hasta llegar a Ciudad de México. Conseguí un espacio en el subterráneo y me hice un nombre al matar pública y salvajemente al Jarocho. El pobre solo quería agarrarme una teta, y terminó con sus manos dentro del estómago. Entre el público había un hampón colombiano que se impresionó con mi acto y comenzó a protegerme a cambio de pequeños favores. A los dieciséis años me volví adicta al maíz, y desde entonces todo se vuelve difuso. Día y noche nos consumíamos en una tormenta de fuego, y en la niebla de mi inconciencia mataba a uno o dos enemigos del colombiano. Me volví adicta al odio y a la carne masculina.”

·         Günther: Joven soldado alemán, apenas un muchacho apenas por entrar a la vida adulta, quien fue muerto en el campo de batalla durante la Segunda Guerra Mundial.  Pese a su condición, en espíritu trabaja para los hombres que han contratado a Mariana, siendo su trabajo entrar en contacto con ella para poseer su cuerpo y aprovechar con esto sus conocimientos técnicos.  El diálogo entre este y la mercenaria llega a convertir la relación entre ambos en la única señal de amor presente en el libro; sin embargo no estamos hablando de un romance, sino que el ingenuo espíritu despierta en la dura mujer un inesperado lado maternal, quien incluso llega a llamarlo cariñosamente Guty.
·         Reche: Una de las dos criaturas bizarras protagonistas de este libro, a la que en la narración se le llama Selknam (en atención a una extinta tribu del sur de Chile, famosa por los bellos y raros diseños de los dioses masculinos de su mitología), de modo que el lector conocedor de esta cultura bien puede hacerse más o menos una idea del aspecto de este ser.  Reche es lejos el aliado más poderoso que tiene la protagonista, siendo capaz de desplazarse en el tiempo a gusto para intervenir en la vida de la gente.  Se supone que su deber es proteger el orden del universo, labor que este cumple de manera despiadada, sin un ápice de sentimientos.  Mariana recela de él y siente rechazo hacia una entidad tan inescrutable y rara como esta.

        “La mujer no pudo evitar sonreír. El selknam estaba ahí enfrente, pero de alguna   manera estaba también hablándole unos minutos hacia adelante en el futuro. Y también a sus espaldas, aunque su voz... parecía provenir desde la mano izquierda de Mariana.
        La mujer sacudió la cabeza y alzó la voz:
        –Y qué tengo que ver yo con todo esto.
        Pero el selknam no se encontraba hacia donde ella hablaba. De pronto vio que siempre había estado sentado en posición de loto, suspendido a veinte centímetros del suelo, y a veinte metros de distancia. No tenía boca, y junto a él se vio a ella misma durmiendo abrazada a otras dos Marianas, una de color rojo y otra de color negro. Se tomó la cabeza y cerró los ojos, pero seguía viendo la escena.”

Los selknam de la vida real.

·         Imbunche: Sin dudas el mejor personaje de toda esta obra, quien además corresponde al gran villano de la historia, quien está inspirado en un famoso monstruo de la mitología chilota (también del sur de Chile).  También conocido bajo la grafía de invunche, el ser mitológico corresponde a un hombre al cual los brujos raptaron de niño o bebé y retorcieron su cuerpo por completo para que les sirviera (debe saberse que el guionista Alan Moore usó a esta criatura en su famosa saga American Gotic, durantesu etapa para los cómics de la Cosa del Pantanode DC y que luego apareció una variante suya en la serie de TV Constantine).  Pues siguiendo la idea de un sujeto monstruoso y desfigurado (acá no solo en su imagen esperpéntica, sino que también en su personalidad sádica a los niveles más extremos), se trata de un villano memorable y que anda buscando el mismo fin valioso que los patrones de la mercenaria.

Representación clásica del imbunche chilote.

       Esta obra forma parte de una trilogía compuesta además por una novela corta llamada Trinidad (2007), que es una precuela a Ygdrasil y que también tiene de protagonista a Mariana.  A este relato le sigue Lluscuma (2012), novela basada en un famoso supuesto caso de rapto extraterrestre nacional y que dentro del orden cronológico de esta trilogía también antecede a lo descrito en este post.

El primer Spider-Man (primera parte).

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       Hasta los que apenas saben sobre cómics, conocen al más famoso de todos los superhéroes marvelitas, nuestro amistoso vecino el Hombre-Araña¿Quién no ha escuchado la famosa canción de la serie animada de los sesenta? Dentro de quienes gustan de las historietas del género, pocos son quienes no aprecian a este personaje, teniendo al menos varios títulos de sus aventuras.  Sin embargo por mucho que un ñoño lo adore, no todos pueden jactarse de haber leído sus primeras historias, las de principio de los sesenta, justo al comienzo de la llamada “Era Marvel”, hechas por sus artífices: Stan Lee, como guionista y Steve Ditko, como su dibujante.  Debe saberse que mientras duró la colaboración de ambos, lograron tanto, que sin dudas estos primeros cómics se convirtieron tanto en verdaderos clásicos, como en obras que no han perdido vigencia como sana entretención y ficciones que sin lugar a dudas están llenas de emociones (heroísmo, sublimidad, suspenso, mucho humor, romance…), sin perder vigencia hasta nuestros días. 
       Lee y Ditko desde las viñetas originales crearon buena parte del entorno que conocemos de este gran personaje, el que incluye tanto su carismática personalidad, con sus realistas conflictos por su condición de ser un adolescente con responsabilidades de adulto, como por su formidable gama de secundarios que también están entre los más conocidos de Marvel: Tía May, J. J. Jameson, Flash Tompson, Harry Osborn y Mary Jane Watson, entre otros.  De igual manera durante el transcurso de los casi 4 años en los que duró la sociedad de estos dos artistas, mientras seguían laburando para el Cabeza de Red, fue que surgieron la mayor parte de sus más celebrados enemigos: el Camaleón, el Buitre, Doctor Octopus, Misterio, el Hombre de Arena, Kraven el Cazador y, por supuesto, el primer Duende Verde (Norman Osborn).
         La anécdota de cómo comenzó todo, debería ser del dominio de todo aquel que se afirme ser un comiquero de pura cepa: una colección de carácter antológico llamada Amazing Fantasy estaba por cerrar y Stan Lee, quien ya a la fecha en 1962 había dado nacimiento nada menos que a los 4 Fantásticos, Thor y Hulk junto a Jack Kirby, tenía en mente a un nuevo superhéroe que sería en muchos aspectos distintos al resto de los que habían hasta ese momento: un chico de colegio poco popular, un “ratón de biblioteca” y para nada atlético, que por primera vez en la historia de los cómics se convertía en un justiciero por sí mismo, sin ser el típico ayudante juvenil que ya era acostumbrado ver tal cual sucede con los casos de Robin (compañero de Batman) y Bucky (discípulo del Capitán América).  Como era el último número de la revista, el 15, se atrevieron a tal hazaña y fue así que debido al éxito de tan inusual vigilante, al año siguiente lanzaron su propia colección, la que a diferencia de otras grandes estrellas de la Casa de las Ideas nunca ha sido interrumpida su publicación y consiguiendo con el paso del tiempo otras series, como también one-shots, miniseries y especiales.


La preciosa intro de la serie clásica animada de los sesenta,
que le debe mucho al primer Spider-Man de los cómics.

          Antes de que apareciera la primera historia de Spidey, Stan Lee le entregó a Kirby la misión de diseñar su traje, pues se suponía que este sería el encargado de dibujarlo.  Sin embargo lo hecho por el “Rey” no fue del gusto de su socio, pues el traje más parecía una indumentaria militar que la hecha por un chico y además le había agregado una pistola de la cual se suponía saldría su tela de araña; por lo tanto su versión del Trepamuros era por completo diferente a la idea que tenemos de este.  Si bien el tiempo nos ha demostrado que Kirby lejos era mejor artista que Ditko (ambos dibujantes y guionistas, creadores de un importante número de personajes, si bien el primero supera al otro en la cantidad de los que llegó a dar vida), el éxito incomparable de Spider-Man desde sus inicios solo se puede explicar gracias a la presencia de Steve, quien no solo fue capaz de hacer unos dibujos maravillosos (si bien hay que reconocer que sus primeras ilustraciones para las historia de este eran bastante toscos, mejorando de manera considerable a medida que fue tomándole el pulso), sino porque también ayudó a Stan a darle forma a sus argumentos y a tal punto que las diferencias entre ellos, respecto a la manera de cómo seguir desarrollando al personaje, fue uno de los motivos que llevó a que ambos se enemistaran; fue así que Ditko terminó abandonando Marvel, tras dibujar el histórico número 38 de la colección. Ironías de la vida, la portada del debut de Spider-Man en Amazing Fantasy (con una imagen icónica del superhéroe balanceándose en su red, llevando por los aires a un asustado criminal bajo el brazo) fue realizada por Jack Kirby, pues para el mañoso de Stan Lee no fue de su agrado la hecha por el otro.  Con posterioridad Kirby volvió a dibujar al Arácnido con su apariencia definitiva en relatos fuera de su serie regular.
       Peter Parker tal y como nos lo muestran desde el principio, es un joven que pese a estar enormemente dotado en lo intelectual (en la práctica es un genio), las únicas personas con las que se siente a gusto y lo aman, son los tíos que lo acogieron de muy niño tras morir sus padres: el tío Ben y la tía May.  El fuerte lazo emocional que hay entre estos tres y luego entre sobrino y anciana tras la muerte de Ben, expone para una época tan especial como los sesenta en un país tan tradicionalista como lo es Estados Unidos, una familia modelo que escapa a lo que de manera típica muestran los gringos (el núcleo familiar de padre, madre e hijos).  He aquí otra osadía por parte de la dupla de artistas, quienes desde la historia original establecen esta pequeña, aunque fuerte, comunidad de dos como uno de los elementos más fuertes del cómic.  La atención que se prodigan tía y sobrino, quienes apenas se tienen entre ellos en este vasto mundo, alcanza grados de grandeza (como cuando el protagonista debe lidiar con los problemas de salud de su tía, a la par de sobrellevar su enorme responsabilidad como superhéroe y pese a que algunos, más encima, no ven con buenos ojos que un enmascarado vaya haciendo justicia por ahí).  Solo con el paso del tiempo, el falto de inteligencia social de Peter empieza a hacer amigos, y de su edad más encima, además de tener sus primeros flirteos amorosos.
Una de las primeras portadas.
La Antorcha Humana es el otro superhéroe que
más es invitado dentro de estas historias.
         De igual manera resulta considerable tener en cuenta la complicada relación que tiene con sus pares, es decir, sus compañeros de colegio el Peter Parker adolescente… En una época como la nuestra, para la cual el tema de la diversidad está tan presente, lo que incluye la tolerancia y la sana convivencia con quienes son diferentes, el buying por el que pasa nuestro Amistoso Vecino en su casa de estudios, pese a ser tratado con humor por parte de sus autores, no es algo para dejar de lado a la hora de evaluar las virtudes de estas historietas.  Pues la manera en cómo sobrelleva Peter esto, haciendo uso de toda su ironía, sin perder su alegría y además sin aprovecharse de su misma fuerza que lejos supera a la de la mayoría de quienes lo rodean, expone a otro nivel la calidad humana con la que Stan Lee delinea a sus personajes; si bien muchos de ellos poseen grandes poderes, pese a todo no son perfectos y aunque sean criaturas de ficción nunca dejan de poseer verosimilitud, lo que los hace más cercanos al público.
          En lo que respecta a la vida escolar de Peter mientas aún estudia en su colegio, desde las primeras viñetas aparecen dos secundarios, que poco a poco van cobrando gran importancia dentro de estas obras, que vienen a ser sus compañeros  Flash Thompson y Liz Allan. El primero en muchos sentidos es la otra cara de la moneda de Peter, en cuanto a su personalidad y apariencia, pues no solo es guapo y un deportista nato, sino que además carece de la humildad que le sobra a su compañero y además no es muy inteligente que digamos.  Thompson es el líder juvenil de su medio y ya sea por envidia o por altanería, le gusta molestar a su condiscípulo.  Sin embargo las apariencias engañan y en realidad Flash no es tan bellaco como parece, ya que a lo largo de sus intervenciones va demostrando que existe nobleza en él y con posterioridad llega a convertirse en uno de los mejores amigos de quien antes tanto ninguneaba.  Resulta ser tanto cómico como emotivo, el hecho de que alguien como Flash tenga como su ídolo personal a nada menos que al Hombre Araña, dando muestras de su incondicionalidad hacia el superhéroe en varias ocasiones, sin saber que bajo su máscara se encuentra quien desprecia; es así que Peter pese a todas las rabias que pasa debido al bravucón atleta, termina por agradecerle las atenciones que tiene hacia su alter ego.
       Y a través de Liz Allan entramos en el tema romántico, aspecto tan esencial en estas aventuras de adolescentes que tan bien sabe orquestar el maestro Stan Lee, a la par de los motivos épicos de sus guiones.  Es así que en lo que concierne al crecimiento de Peter Parker como sujeto, quien debe aprender con dolor ante el sentimiento de culpa por la muerte de su amado tío Ben que “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, también se encuentra su propia educación sentimental. Por lo tanto en estos 4 primeros años, asistimos al papel que cumplen mujeres tan importantes en la vida de Spidey como lo son Betty Brand, su primer amor que si bien se encuentra lleno de inconvenientes propios de una relación entre un chico inexperimentado y una mujer más madura que él, se convierte en una importante lección de vida.  Luego está la Allan, una compañera de colegio que hasta cierto punto respondía al estereotipo de la “rubia tonta” y quien en un principio ninguneaba al pobre de Peter, hasta que poco a poco se fue dando cuenta de lo “interesante” que se había vuelto como persona; sin embargo cuando esta cambió en sus apreciaciones, Peter ya tenía ojos para otra mujer.  Resulta interesante el detalle de que ambas damas son presentadas como personas que si bien bastante distintas entre sí, corresponden a féminas que no salen de los moldes esperados para su género en aquellos años: las dos solo pretenden encontrar un hombre que las proteja y casarse, además tampoco brillan por su espíritu independiente (si bien Betty ya vive sola y trabaja).  Solo con la posterior aparición de Gwen Stacy y Mary Jane Watson, quienes en la última etapa de la colaboración de Lee y Ditko por fin intervendrán, será posible conocer otro tipo de mujeres jóvenes.
      Desde los inicios de los cómics de Spider-Man, alguien como John Jonah Jameson, el irascible editor del periódico Daily Bugle (el Clarín en algunas de las tradiciones al español), ha tenido otro de los papeles destacados entre los secundarios de esta historieta.  Debe saberse que en las primeras aventuras del Arácnido solo se hablaba de la revisaNow, de propiedad de este, por lo que solo tiempo después se agregó lo del Bugle.  Jameson es tan conocido como la tía May entre los no lectores de este arte, también famoso por su avaricia, aunque se considera un pilar de la sociedad y hasta un filántropo.  Parker trabaja para él como fotógrafo freelance, desarrollándose entre ambos una muy particular relación, pues pese a que los dos son tan distintos y esto provoca situaciones muy cómicas, se aprecian y en cierta medida por años el pese a todo profesional periodista, resulta ser la figura paterna más cercana que tiene el chico luego de la muerte de su tío Ben.  La dicotomía producida por el trabajo de Peter, quien vende fotos del superhéroe a Jameson que él mismo se saca (el cual se declara enemigo jurado del Cabeza de Red, puesto que no cree que alguien que oculta su identidad en realidad esté haciendo un servicio público) y las rabietas que le hace pasar el propio chiquillo vestido como el Hombre Araña, otorga a estas historias algunos de los momentos más jocosos de esta obra.
Viñetas del muy divertido primer enfrentamiento
con el mortal Lagarto.
         No se puede dejar de lado el hecho de que siendo Peter un joven que lleva su existencia de manera muy hogareña, al menos durante esta época (no asiste a fiestas, tampoco realiza viajes de placer y en la práctica carece de vida social), dedicándose solo a sus estudios, su trabajo como fotógrafo para ganar algo de dinero para ayudar en casa y a velar por su tía May, solo cuando se pone su traje ajustado saca a relucir su faceta más alegre…Pues su marca registrada son los diálogos chispeantes y sardónicos con los que responde a los malhechores, a quienes logra sacar de sus casillas con su buen humor hasta en los momentos más crudos de la batalla; de igual manera es por medio de esta facilidad suya para el comentario ácido y espontáneo, que consigue desquitarse con Jameson y hasta con Flash, si bien con este lo hace en su calidad de civil.  La liberación que le significa ser Spider-Man es un interesante aspecto del personaje, quien gracias a ello consigue sentirse a gusto en su singularidad.
              La editorial Panini sacó la década pasada en su recomendable colección conocida como Best of Marvel Essentials,tres hermosos tomos en tapa dura y con papel de lujo toda la etapa de Stan Lee y Steve Ditko.  Cada volumen posee sobre las 300 páginas, incluyendo sendas introducciones realizadas por el estudioso Raúl López, que se agradecen bastante a la hora de llevarnos de la mano por la apreciación de estos clásicos y que se leen con mucho gozo.  De igual manera se agregan reproducidas a página completa cada una de las portadas que forman parte de estos 38 números de la serie regular, más dos anuales y el debut de nuestros Amistoso Vecino en Amazing Fantasy.  Tuve la suerte de comprarme los tomos 2 y 3 a un precio increíble (solo $ 5.000 cada uno) hace unos 5 años, una memorable tarde de verano tras una entrevista de trabajo (que no fructiferó), al pasar a mi tienda favorita para conseguir mis lecturas (Librería Chilena y en la cual compro desde que era un adolescente, más o menos de la misma edad de cuando Peter Parker comenzó su carrera heroica).  Recuerdo con mucho cariño ese día, pues fue la segunda vez en que tuve la dicha de estar en compañía de mi amigo Hans, quien estaba de nuevo de viaje acá en Chile desde su natal Alemania.  Llegué a nuestra cita con una felicidad extra, mostrándole orgulloso mis compras.
       Pasaron años para que pudiera completar la “trilogía”, porque de puro tonto no quise desembolsar los más de $30.000 que me cobraban por el tomo 1, debido a que si bien sé que valía la pena el gasto, me molestaba tanta diferencia de precios con lo que ya había conseguido (yo no estaba dispuesto a leerme lo que ya tenía, pues siempre mi intención fue adentrarme desde el principio en esta etapa de mi amado superhéroe).  Sin embargo la colección se discontinuó y desaparecieron de las comiquerías casi todos sus títulos, razón por la cual me sentía arrepentido de mi pésima decisión de antaño.   Luego Panini sacó en dos partes, con mucho más material adicional, esta etapa en sus aún más formidables tomos dentro de su serie Omni Gold (todas unas delicias para los ñoños coleccionistas). Fue otra tarde, ya al principio de otoño de este año, precisamente el viernes 24 de marzo (lo acabo de comprobar por intermedio de mi celular), que me pasé a vitrinear al local de Crazy all Comics en la Galería San Agustín, a ver si tenían alguna oferta (solo compro allá cuando tienen rebajas, debido a que son harto careros), cuando la suerte me llegó y me encontré con el preciado volumen a solo $20.000 (bueno, bastante más barato que su precio original).  Esta vez no dudé en adquirirlo y hasta le pedí a la muy simpática vendedora (quien siempre me atiende de una manera que da gusto visitar la tienda), que me sacara una foto para inmortalizar dicho evento.
      Desde abril que me estoy leyendo estos tres tomos y ya voy por el último de ellos.  Hace rato que quería escribir acerca de todo esto, realizando un post por cada volumen, así que este es el primero de ellos.  Como me ha quedado bastante extensa esta primera parte, haré un cambio en mis planes, de modo que para la próxima entrega (que espero sea el finde que viene), me dedicaré a contarles de sus historias y les hablaré acerca de la carrera de sus autores ¿Les parece? Terminaré afirmando que he disfrutado mucho estas historietas, que me han dejado claro más que nunca la genialidad de Stan Lee y por otro lado me han desarrollado una enorme admiración hacia Steve Ditko (haré lo posible por conseguirme lo que hizo para Doctor Strange, que también hizo junto a Stan Lee).

Feliz junto a uno de mis más preciados tesoros.

Los blogueros que admiro. Segunda parte: Entrevista a Tomás Rivera de “Kindlegarten”.

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      Desde los “humildes” inicios del Cubil del Cíclope, han sido colegas blogueros españoles los que más respaldo me han dado, pues en la Madre Patria es donde abundan los del tipo que poseo yo, habiendo verdaderos profesionales y a quienes sin duda tengo considerados entre mis maestros.  Lamentablemente tal como sucede con buena parte de los blogs, varios de ellos tienen un fuerte periodo de actividad…Hasta que son abandonados por sus creadores por las razones más variadas.  Esta situación me apena mucho, pues ya llevo muchos casos contados entre los sitios que seguía y desaparecieron dejando solo un cadáver en Internet.   Pues Tomás es uno de esos otros ejemplos que ha logrado sortear con el paso de los años varias vicisitudes personales, haciendo rápidamente de su Kindlegarten uno de los mejores blogs que conozco y aunque lleva menos tiempo que yo (un poquito no más), confieso sin tapujos que lo que él hace es lejos mucho mejor, que lo que quien ahora escribe realiza.
        Tomás es un hombre muy culto, pero lo que le sobra en ello e inteligencia no es nada comparado con su humildad, algo que valoro mucho en la gente que me aprecio.  También es una persona devota de la misma fe que yo, la católica y eso en tiempos en los que parece que el ateísmo y/o el agnosticismo parecen estar de moda, es otro detalle que le valoro.  De igual manera me gusta mucho la manera de cómo demuestra su amor hacia su cultura, pues como buen gallego no deja de expresar a través de hartas de sus entradas la enorme tradición de la que es heredero, como la belleza de las tierras de Galicia; esto también se extiende a la belleza de su lengua, que solo gracias a él supe que sus autóctonos son bilingües como mínimo, de modo que de vez en cuando escribe entradas en su otra lengua materna (que la verdad en mi ignorancia no me queda claro cuál es la materna).
         Otro tema que compartimos con Tomás es el aprecio por mi autor favorito, Stephen King. De hecho fue que buscando información en la Red sobre este, que mi colega gallego llegó a saber del Cubil de Cíclope y por supuesto de mí.  En aquel tiempo este notable bloguero estaba comenzando a armar su página, la que ha pasado por un montón de etapas, “cambios de cara” y revoluciones internas que la han convertido en un referente para muchas personas, gracias a la enorme calidad de sus entradas.
          Pero, bueno, es mejor que conozcan Kindlegarten por medio de su propio creador, a la par de que sepan quién está detrás de tan recomendable proyecto.

Tomás Rivera.

1- Preséntate en no más de 200 palabras.

Nací en 1977, en A Coruña (Galicia, España), ciudad en la que viví casi toda mi vida. Estudié para educador y antropólogo social pero apenas ejercí. Tuve distintos empleos y desde hace años trabajo como telefonista en una multinacional. Apenas he viajado, aunque me gustan el mar y el aire libre. Siempre me interesaron la cultura y el activismo social. Fui reportero y crítico musical en medios independientes y guitarrista en bandas de rock aficionadas. Ahora administro el blog KindleGarten y colaboro en el podcast El Sótano de OMC, en la revista Windumanoth y en alguna otra publicación. También escribo ficción y me han publicado un par de relatos. Mi última aventura es el colectivo Inicia Literaria, donde he comenzado a editar la obra de otros. Mis géneros preferidos son la Fantasía, el Terror y la Ciencia-Ficción, tanto en la literatura como en el cine y los cómics, pero también me gustan otros como el Western o el Noir. Mi lengua materna es el castellano pero en la actualidad soy neohablante de gallego y me considero concienciado con la pervivencia de la lengua y la cultura de Galicia. 
2- Cuéntanos acerca del origen de tu página.

KindleGarten nació en un momento en el que pasaba por una depresión nerviosa bastante grande, en el que apenas salía de casa para ir a trabajar, al gimnasio y a algún recado. No me apetecía estar con gente ni ver a nadie, pero tenía una necesidad importante de comunicarme. Dedicaba mucho tiempo a leer y por aquel entonces descubrí los blogs literarios, por lo que me pareció que abrir uno era una buena manera de crear un canal de comunicación que me permitiera expresarme e interactuar sin moverme de casa. Por suerte la depresión se fue hace ya mucho tiempo y se quedó sólo lo bueno.

3- ¿De qué trata tu blog?

De literatura, en teoría con una especialización en Fantasía, Terror y Ciencia-Ficción, pero que en la práctica no es estricta, porque trato casi todos los géneros, incluso la novela romántica y la poesía. Nació para hacer recomendaciones de lectura, así que el contenido principal son las reseñas de libros, pero también tiene una sección titulada «Mascotas de libro» en la que hablo sobre animales singulares que aparecen en distintas obras literarias, y hay espacio para monográficos y para entradas especiales. Por ejemplo, probé suerte comentando alguna serie de TV o alguna saga de novelas de forma genérica. En estos momentos estoy intentando reformular un poco los contenidos, porque que sean atractivos para el público, pero sin traicionar la idea original del blog.

4- ¿Qué satisfacciones te ha traído lo que haces?

Junto a su perro Zero.
Sobre todo satisfacción personal, pues me permitió conocer a un montón de gente que ahora cuento como amigos, muchos de ellos en persona y otros a través de Internet por cuestiones de distancia. Creo que me ha abierto muchas puertas a mundos que de otra manera no habría conocido: autores, editoriales, radio… y me ha ayudado a difundir mi labor como escritor. Ha sido un proceso de crecimiento, de aprender mucho y de descubrir muchas cosas sobre cómo funcionan Internet y el mundillo de la literatura. A otros niveles, como el económico, la satisfacción tal vez sea menor, aunque ese es un tema que sólo me preocupa de vez en cuando. 

5- ¿Cuál es la cercanía de tu gente (pareja, familia, amigos…) con tu labor en el blog que posees?

Mi pareja es escritora y bloguera y compartimos espacio de trabajo, por lo que la cercanía es total, contando además que nos conocimos a causa de KindleGarten. Mi familia sabe que tengo un blog sobre literatura y que a veces recibo en casa paquetes de libros, pero no saben mucho más del tema. En cuanto a mis amigos, depende del círculo del que hablemos. Mis amigos de toda la vida son conscientes de que escribo y de que soy bloguero, y varios han leído algunos de mis textos, pero no suelen visitar el blog a menudo. A unos les interesa más y a otros menos, según sus gustos y sus preocupaciones. Después, con aquellos amigos que hice a través del blog y que están más metidos en el mundo literario, se puede decir que es un importante nexo de unión, en el que se entremezclan amistad y «trabajo». 

6- ¿Cómo es el proceso que tienes por lo general para escribir tus entradas?

Cuando se trata de reseñas, lo primero es leer el libro (faltaría más) y tomar notas, y después intento escribir la entrada cuanto antes para tener fresca la lectura, y así no olvidar datos importantes. Busco documentación en Internet sobre el/la autor/a y la editorial y, según el caso, sobre el tema o el determinado contento histórico del que trate la novela, o aquello que considero que el/la autor/a quería expresar como idea principal de su obra. Después dedico unas dos horas a escribir el texto. Al principio la redacción me llevaba más tiempo, hasta cinco o seis horas, pero ahora ya tengo muy clara la composición y la estructura que van a tener antes de empezar.

Si la entrada es de «Mascotas de libro» releo fragmentos del libro en el que aparece el animal en cuestión y reviso datos sobre él en Internet, y entre esa fase y la redacción la entrada completa me ocupa alrededor de dos horas.

Y si es una entrada especial, pues ya depende mucho. La serie de artículos de «Una pequeña historia de los viajes en el tiempo» fueron una verdadera barbaridad de trabajo, tanto por la cantidad de información que tuve que recopilar, como por la labor de redacción y la búsqueda de imágenes, y si me lo dicen hoy no creo que las repitiese, pero el resultado fue muy agradecido.

7- ¿Cómo equilibras el resto de tu vida y tu tiempo con tu trabajo en la página?

Pues trabajo a turno partido, fines de semana incluidos, y como también deseo estar con mis seres queridos y tener momentos de ocio, además de ocuparme de las tareas del hogar y otras obligaciones, el resultado es muy poco tiempo libre para dedicarle a KindleGarten. He logrado el  equilibrio renunciando a muchas lecturas y aprendiendo a rechazar proposiciones de reseñas de obras por parte de autores/as y editoriales, porque he llegado a juntarme con ocho novelas para leer y reseñar.  Decidí que el blog era una afición, no un trabajo, y que no podía dejar de disfrutar de la literatura convirtiendo la lectura en una obligación. Así que intento mantener el equilibrio a través de la filosofía del «slow blogging» que, como ya expliqué en el pasado, no consiste en publicar deliberadamente despacio, sino en publicar sin calendario, sin presiones y sin ritmos autoimpuestos. Y como ya comenté, mi pareja y yo compartimos mesa de trabajo, así que dedicamos tiempo a escribir juntos, pero cada uno sus temas. Si necesitamos consultarnos algo o compartir una idea, sólo hay que echar la cabeza por encima de la pantalla.

Junto a la Torre de Hércules, importante monumento histórico de A Coruña, por donde vive Tomás.


8- ¿Qué autores lees en literatura y cómics? Expláyate lo que quieras.

Pues depende de los géneros. Lo primero a tener en cuenta es que, tanto en literatura como en cómics, no estoy al día de las novedades editoriales, por lo que tiendo más a leer autores/as más asentados.

En la literatura, hay un grupo de clásicos que forman parte de mi educación lectora, que descubrí  con diez o doce años y a los que regreso periódicamente, como Julio Verne, R.L. Stevenson, H.G. Wells, H.R. Haggard, Mark Twain, Arthur Conan Doyle y Rudyard Kipling. Cada dos o tres meses leo un libro de Julio Verne, posiblemente el autor que más me marcó como lector.

Si hablamos de literatura española, están tres gallegos que escribieron en castellano: Ramón del Valle-Inclán, Wenceslao Fernández Flórez y Camilo José Cela, que era una persona horrible pero con un estilo narrativo fascinante. En poesía me quedo con Federico García Lorca y con mi favorita, Gloria Fuertes, que inició a miles de niños en un mundo tan complicado como es la lírica.

Y de literatura gallega, Álvaro Cunqueiro,  el más grande cultivador del realismo mágico (que inspiró y dio a conocer el género a García Márquez), Vicente Risco, Rafael Dieste, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, Carlos Casares y el autor de literatura juvenil Agustín Fernández Paz. Como poetas, además de Rosalía de Castro, la mayor representante de nuestras letras, también Ramón Cabanillas y Celso Emilio Ferreiro.

En la literatura iberoamericana, están Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y Hernán Rivera Letelier, que en su estilo integra entre otros elementos el tremendismo de Cela.

En la fantasía, Michael Ende, pues «La historia interminable» me parece la novela de fantasía definitiva, y Roald Dahl, por sus argumentos tan imaginativos y su sentido del humor. Hace poco descubrí a Eva Ibbotson y me ha parecido una deudora del estilo de Roald Dahl. El clásico Lord Dunsany, que Lovecraft consideraba su maestro, es impresionante. También citaría a la española Ana María Matute.

Dentro de la fantasía épica J.R.R. Tolkien, que me marcó aunque tampoco soy devoto y no he leído toda su obra. En la Espada y Brujería, Michael Moorcock, Fritz Leiber, del que recomiendo fervorosamente su serie «Fafhrd y el Ratonero Gris» y por supuesto Robert E. Howard. Y también Lloyd Alexander, del que me gustó su saga «Las crónicas de Prydain».

Para el terror, está Stephen King por encima de todo, mi autor preferido y del que más libros tengo, y también su hijo Joe Hill. Peter Benchley, Steve Alten, Robert McCammon o Richard Matheson. Clive Barker, Peter Straub e incluso algunas novelas de Dean R. Koontz. Y por supuesto los maestros clásicos como Edgar Allan Poe, William Hope Hogdson, H.P. Lovecraft, Arthur Machen, Clark Ashton Smith o Robert Bloch.

En la Ciencia-Ficción la lista sería interminable. Destacaría a Robert A. Heinlein, Robert Silverberg, Theodore Sturgeon, Arthur C. Clarke, Isaac Asimov, Daniel F. Galouye, Frederick Pohl…

En el western, conocí el género con los bolsilibros españoles de Marcial Lafuente Estefanía y José Mallorquí, y de ahí pase a otros autores como Silver Kane (Francisco González Ledesma), Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz) o Keith Luger (Miguel Oliveros Tovar), pero ahora estoy descubriendo a los autores originales estadounidenses, clásicos como Dorothy M. Thompson, Jack Schaefer o Elmore Leonard, y contemporáneos como Thomas Eidson.

A quien le guste la novela negra, le recomiendo a Chester Himes. Toda su obra.

Y en el cómic, tampoco estoy muy al día. Me quedé en las viejas revistas de terror de la Warren, como «Creepy» o «Eerie», con autores como el grandísimo Bernie Wrightson o los españoles Fernando Fernández, Esteban Maroto, Alfonso Font… me gusta el cómic juvenil europeo, como el «Lucky Luke» de Goscinny y Morris o «Asterix» de Goscinny y Uderzo, además del tebeo infantil español de la escuela Bruguera, sobre todo el de Francisco Ibañez («Mortadelo y Filemón», «13 Rue del Percebe»…) En el pasado fui un apasionado del cómic de superhéroes estadounidense, pero ahora lo tengo totalmente abandonado. Guardo muy buenos recuerdos del equipo John Byrne – Chris Claremont – Terry Austin en la serie de Marvel «Classic X-Men». Me gustaba Frank Miller, más como dibujante que como guionista, y Bill Sienkiewicz, por su estilo extremo; Joe y Andy Kubert, John Romita Jr, Arthur Adams, Mike Mignola…  También los cómics de Conan en su etapa Marvel, con guiones de Roy Thomas y dibujos de Barry Windsor-Smith, John Buscema o Alfredo Alcalá, y aquellos tomos de «La espada salvaje de Conan» con portadas de Boris Vallejo o Frank Frazetta. Lo último que me fascinó en cómic USA fue la serie «Predicador» de Garth Ennis y Steve Dillon.

Todo bibliófilo posee su biblioteca que habla mucho de él y la de Tomás se ve magnífica.

9- ¿Qué películas y/o series recomiendas? Danos tus razones.

Pues esto de las recomendaciones es un tema complicado, porque depende de los gustos de cada uno. A quien le guste el western le recomendaría la serie «Deadwood», por ejemplo, y no «Stranger Things». Pero así por encima:

Como cine de aventuras, acción y fantasía, recomendaría siempre el cine de los años 80. Creo que eran películas mucho más emocionantes y divertidas que las que se hacen hoy, y más aún teniendo en cuenta la diferencia de medios con las que contaban. Por ejemplo «Willow» es la cinta perfecta: tiene acción, tiene emoción, tiene humor, los actores están enchufadísimos y comprometidos con el papel, tiene ritmo narrativo, la música cuadra a la perfección, no se pasa de metraje… no te importa que los «chromas» se noten o que no tenga efectos digitales espectaculares. «Los Goonies» es un fenómeno generacional irrepetible. «Gremlins», «Tiburón», «La Cosa» de John Carpenter… el cine de terror comercial era excelente, y no hablemos ya del slasher, como «Pesadilla en Elm Street», «Halloween» o «Viernes 13». A lo mejor es nostalgia, pero creo que recomendaría el cine de aquella época siempre que sea posible.

En cuanto a series, debo declararme ignorante. No sigo ninguna, por lo que no puedo recomendarlas tampoco. Me gustó la adaptación de «22/11/63» de Stephen King que hizo J.J. Abrams, y la adaptación de «La niebla» que está al caer tiene buena pinta en los tráilers que están emitiendo. Como serie histórica, recuerdo «Roma», de la HBO, con una ambientación muy lograda y buenas interpretaciones.  De Ciencia-Ficción no vi ninguna de las grandes producciones recientes, como «Sense8» o «Man In the High Castle», de las que todo el mundo habla, pero pude ver «Ascension» y me pareció original y con una buena puesta en escena, la recomendaría también.

10- ¿Algún post favorito que poseas? ¿Por qué?

Ya cité la serie de «Una pequeña historia de los viajes en el tiempo». Sería un favorito (o un conjunto de quince favoritos) por el esfuerzo que supuso escribirlos y por la buena acogida que tuvieron entre el público.

Aunque si debo escoger uno sólo, debería ser la reseña de «Martín Zarza tomo I», por ser la entrada más leída de KindleGarten con diferencia, que genera ella sola el 10% del tráfico del blog.

11- Cuéntanos de tus propias obras de ficción.

Pues soy un escritor bastante vago, la verdad. Comencé a escribir muy tarde, y lo dejé durante más de un año, de manera que apenas tengo obra publicada. Hasta el momento he escrito dos novelas de géneros dispares: «Cuentos de San Andrés», una historia de época ambientada en un país ficticio de Iberoamérica, con el que quería homenajear a la literatura de ese continente, y «Nómada», una novela de Ciencia-Ficción social ubicada en un futuro próximo. Las dos se pueden descargar desde KindleGarten de manera gratuita.

También he escrito varios relatos en castellano que he publicado en el blog, y en gallego me han publicado dos relatos en la revista «Contos estraños», titulados «Hipólito, oficial esganador», una historia sobre el  medio rural gallego con algo de humor negro, e «Iä!», un homenaje al círculo de Lovecraft y a los Mitos de Cthulhu.

En la actualidad estoy escribiendo algún relato más para unirlos a los que ya tengo escritos, y así hacer una pequeña antología de temática religiosa con un punto de humor costumbrista y publicarla en Inicia Literaria.

12- Para finalizar… ¿Qué le dirías a tus futuros lectores para animarlos a adentrarse en tu espacio en la blogósfera?

Que les ofrezco un espacio para hablar de literatura sin contenidos sujetos a modas ni a los dictados de las novedades, con sitio para la reseña amplia, sosegada y en profundidad. Donde no hay sitio para la crítica destructiva y donde se intenta descubrir obras diferentes a las que figuran en un gran número de blogs literarios que tienden a la uniformización.

Contemplen lo hermoso que es A Coruña.  De fondo el paseo marítimo.
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