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Channel: El Cubil del Cíclope.
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Mis películas favoritas sobre fantasmas (segunda parte): El Espinazo del Diablo.

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2.1. El Cine de Guillermo del Toro.

     Decir que el séptimo arte mexicano es junto al argentino el más prominente de toda Latinoamérica, en lo que al idioma español se refiere, claro, y en respeto al de origen brasileño, no es algo gratuito.  Por años los aztecas han realizado montones de filmes desde la popularización de esta expresión artística, siendo la respuesta en nuestro idioma a los éxitos hollywoodenses en una época en la que no existían los subtítulos electrónicos y/o el doblaje, y llenando así las salas con el público del continente, que podía disfrutar de tales títulos por estar en su lengua materna.  Por supuesto que sus obras son como en todo el mundo de variado estilo, primando en su primera época la entretención a través de los romances de “charros” y solo tiempo después comenzaron a surgir cineastas preocupados por hacer algo que fuera más allá de la entretención o por mantener una estética más personal que la acostumbrada entre sus pares.  De este modo, a menos que me equivoque, a partir de la segunda mitad del siglo pasado con directores como Arturo Ripstein (El Lugar sin Límites y Profundo Carmesí) y Luis Buñuel con su etapa en México (Viridiana y Simón del Desierto), apareció una serie de producciones de enorme calidad artística.  Ante la evolución de la filmografía en la tierra de Moctezuma, no podían faltar el interés por el “cine de género”, esto es películas de terror, ciencia ficción y fantasía, entre los que encontramos a numerosos cultores suyos, siendo Guillermo del Toro sin dudas su ejemplo más destacado y galardonado (y sin querer obviar las numerosas películas de Clase B o incluso de Clase Z, protagonizadas por personajes como El Santo y otros que tantas glorias le dieron a su gente allende en el tiempo).
Guillermo del Toro...¡Todo un maestro!.
      Con 52 años de edad, viene a formar parte de los también notables Alfonso Cuarón (Y tu mamá también e Hijos del Hombre) y Alejandro González Iñárritu (Amores Perros y Babel), el triunvirato actual de entre los directores mexicanos más valorados a nivel internacional, quienes comenzaron a hacer cine para su país y luego consiguieron la atención de los gringos, para lo que han sido llamados a filmar en sus territorios.  No obstante estos tres, quienes además ofician de guionistas, no han dejado sus raíces y es así que muy bien podemos seguir encontrando esa vena latinoamericana, que bien los encumbra por sobre sus colegas venidos de otras culturas.   
     Su casi decena de cintas, desde su debut en 1993 con la más que recomendable Cronos, una muy especial variación del tema del vampirismo y que implica nada menos que a alquimistas entre medio, posee unas cuantas características .  Pues bien podemos reconocer varios elementos recurrentes en sus trabajos, que no dejan de ser “cine de autor”, pese a que hoy en día realiza producciones multimillonarias y con actores de renombre, amparado por Hollywood.  Se trata de largometrajes comerciales, pero que no dejan de expresar su amor por las fantásticas historias que desde niño le fascinaban, llenas de personajes heroicos y monstruos fabulosos; por lo tanto su filmografía es sin dudas su mayor homenaje a tales clásicos, sentimiento que comparte con los millones de seguidores que posee a lo largo del mundo y que esperamos con ansias cada uno de sus nuevos proyectos.
     Los niños frente a la crudeza del mundo real y la presencia de lo extraordinario es uno de sus temas recurrentes, algo que podemos encontrar desde su ya mencionada ópera prima, como en su primer filme para un gran estudio extranjero, Mimic (1997) y su díptico histórico español ambientado en la Guerra Civil de la Madre Patria con El Espinazo del Diablo (2001)  y El Laberinto del Fauno (2006).
     De igual manera nada menos que los superhéroes de cómics, también tienen cabida en el corazón de este realizador, quien quizás llegó a firmar quizás la mejor de las tres entregas del cazavampiros mestizo humano-chupasangre de Marvel, con Blade II (2002).  No obstante se superó a sí mismo en lo que respecta a adaptaciones de este tipo de historietas, con sus dos películas sobre el demonio de buen corazón y defensor de la humanidad ante las fuerzas del mal sobrenaturales, Hellboy.  Estas dos obras datan de 2004 y 2008 respectivamente y se puede afirmar sin vacilaciones que la segunda, Hellboy y el Ejército Dorado,se encuentra entre sus mejores labores.
     Muy en la línea de las criaturas gargantuescas que tanto son de su devoción, aunque a ello agregado su pasión por las producciones japonesas del estilo kaiju (entre las que encontramos los numerosos títulos de Godzilla, Gamera, Ultraman y muchos otros personajes de este estilo), viene a ser la increíble Pacific Rim (2013).  Es así que con ella dio en el gusto a un montón de fanáticos de este tipo de historias, al hacer por completo verosímil las peleas entre robots y monstruos descomunales, en ambientes urbanos y naturales (siendo que sus antecedentes nipones más bien trabajan con cartón piedra y disfraces de goma…Y pese a todo geniales, je).
      Su última producción a la fecha viene a ser La Cumbre Escarlata (2015), otro título de carácter histórico y de fantasmas, emparentado bastante con El Espinazo del Diablo, aunque en este caso la trama transcurre entre Estados Unidos e Inglaterra.  No obstante esta vez optó por seguir los arquetipos de las historias góticas con crímenes pasionales, grandes casas “embrujadas” y nobles de rancia alcurnia sometidos al misterio que los rodea.
     A la hora de referirse a otros elementos habituales en sus trabajos como director y guionista a la vez (que además oficia como productor y escritor), debe destacarse el buen humor de muchas de sus películas y el elemento gore, que hace de las delicias de sus seguidores. Por otro lado, la cuidada ambientación de sus trabajos, con una enorme preocupación por contar con la mejor dirección de arte, maquillaje y efectos especiales a su disposición, convierten su cine en todo un deleite para los sentidos; a ello debo sumarse el estupendo trabajo que consigue de sus actores, quienes muchas veces se repiten en sus títulos debido a la amistad y confianza que nace entre ellos, de modo que bien podemos verlos en los papeles más distintos entre un filme y otro.

2.2.  El Espinazo del Diablo.

     La tercera cinta de Guillermo del Toro viene a ser sin dudas junto a su “compañera” El Laberinto del Fauno, una de sus dos obras más intimistas y bellas, pues se trata de una historia cargada de emotividad e imágenes que pese a su grado de terror y de violencia, no pueden ser más bellas.
     El comienzo de esta película, bastante dramático y realizado con una delicadeza que nos dice que estemos atentos al gran misterio que debe resolverse, se completa con la profunda voz en off del personaje de Federico Luppi (uno de los histriones fetiches del realizador) y quien en este portentoso inicio (como al final de todo), nos regala un inolvidable monólogo:

     “¿Qué es un fantasma? Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez. Un instante de dolor quizás. Algo muerto que parece por momentos vivo aún. Un sentimiento suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar”.

      Dejo para el futuro espectador de este largometraje que aún no la ha visto, la última parte de la cita, de modo de no quitarle la sorpresa del verdadero sentido de estas palabas.
      Su argumento transcurre en plena Guerra Civil Española (finales de la década de los treinta del siglo XX), de modo que este terrible transfondo en el cual la Madre Patria yace enferma, mientras sus hijos se desangran unos a otros motivados por la intolerancia política, sirve para contarnos una historia de terror y en la que el fantasma que aquí aparece no es la verdadera fuente del peligro, al que están expuestos sus personajes…Pues tal como dice el dicho:

No hay que temerle a los muertos, sino a los vivos.

      Es así que los malos de la historia vienen a ser los hombres inescrupulosos que aquí aparecen, quienes en el ejercicio de su poder sobre otros (los indefensos e inocentes, ancianos, mujeres y niños) se convierten en los antagonistas de esta cinta.
      En un lugar de la Mancha (como en el famoso libro de Cervantes) se haya un orfanato, que de seguro otrora conoció mejores momentos, pero que ahora apenas se mantiene con su gran cantidad de chicos varones, gracias a cuatro abnegados adultos que hacen lo posible por mantenerlos con todo el amor y la dignidad que les pueden dar.  Muchos de estos pequeños son hijos del odio que ha nacido en estas tierras y es así que uno de los protagonistas viene a ser otro de estos muchachos, quien recientemente ha sido traído por unos guerrilleros que no pueden cuidar de él, mientras luchan por lo que ellos consideran justo.  El chiquillo apenas llega tiene problemas con uno de sus condiscípulos, el típico abusador que aparece en estos grupos, sin embargo debido a la nobleza de su corazón y al recrudecimiento de las circunstancias (que los hace unirse como comunidad para defenderse del verdadero mal que asola el lugar) se gana su amistad, al igual que la del resto de sus compañeros.  Los niños ven a un fantasma, El que Susurra le llaman, y en especial el nuevo inquilino se lo encuentra más de una vez.  En cambio los adultos creen que todo se trata de puras fantasías infantiles.
     
     Encontramos dos mundos aparte en esta película, pero unidos, pues ambos forman parte de aquello que llamamos Humanidad.  Entre los adultos hay personas que no dejan de hacerse queridas por el espectador y que debido justamente a su espíritu bondadoso, tienen el cariño de los infantes que cuidan.  Dentro de estos se encuentran dos ancianos, mujer y hombre, quienes por años se han amado; sin embargo como en los clásicos romances imposibles, nunca se han permitido dar rienda suelta a lo que hay entre ellos, dejándolo todo en una amistad que les impide ser felices en verdad.  La dama es una señora que usa una pierna ortopédica, quien regenta el orfanato, heredado de su difunto marido.  El varón es un médico argentino con alma de poeta.  Con ellos dos trabajan la típica señora de apariencia maternal, quien en realidad no tiene mayores diálogos en la cinta y una muchachita en los primeros años de sus veinte (o en las cercanías), hermosa y dulce.  A este grupo de mayores de edad se agrega uno de los antiguos huérfanos del lugar, quien ahora adulto ha vuelto al hogar que toda su vida ha odiado y que no obstante  lo protege de las inclemencias políticas del país.
      Entre los personajes adultos, en lo que concierne a los más importantes (los dos ancianos y el alojado reincidente del orfanato), encontramos a personas que pasan sus días bajo el yugo de sus propios demonios internos, o más bien de los mismos fantasmas de sus deseos insatisfechos.  Son individuos que no poseen una plenitud, pese a las enormes virtudes de los dos primeros, que el otro en cambio es alguien nefasto y el verdadero demonio que se haya bajo las paredes del orfanato.  Es así que pese a que por su edad ejercen el control de sus vidas (a diferencia de los niños dependientes de sus mayores), no pueden jactarse de ser personas dichosas.
       Luego nos encontramos con el mundo de los más pequeños, los más heroicos entre los protagonistas de esta obra, pese a que nadie puede negar el mismo carácter admirable de la  mayoría de los mencionados más arriba.  Son niños que pese a las duras pruebas que les toca pasar, no han perdido su inocencia (incluso el mismo matón del grupo, no deja de poseer su propio grado de sensibilidad) y quienes representan sin dudas los valores de la amistad y eso que está tan de boga en día, conocido como resiliencia (la capacidad de salir adelante pese al medio hostil en el que se vive).  Además son ellos los únicos capaces de percibir lo que vendría a ser el tercer mundo involucrado en esta trama: el de lo sobrenatural.  Pues a diferencia de los adultos, no han perdido el sentido de la maravilla y la esperanza.
       Por otro lado, retomando este tercer nivel que aparece en El Espinazo del Diablo, lo sobrenatural en cuanto a la presencia de fantasmas, tiene acá relación con la idea tan atrincada en la tradición, de que estos espíritus se quedan en la Tierra debido a un asunto pendiente y que no hayan la paz hasta que tal dilema se resuelva.  A todo esto se le agrega para hacer más atractivo el guión, un crimen que no se ha resuelto y que por supuesto tiene relación con el fantasma que ven los niños.  Y todo se pone aún mejor si añadimos la noción de la justicia, no como venganza, sino como algo que va más allá del concepto del castigo propio de la sociedad moderna, con sus leyes establecidas: pues desde un punto de vista metafísico, existe una justicia superior de la que no se puede escapar con subterfugios legales y esta es la que encontramos hacia el impactante clímax de la película.
       No encontramos con varios momentos memorables, muchos de ellos realizados con verdadera belleza por parte de su director y en los que el compromiso de los actores es primordial, incluyendo a los niños que en más de una ocasión nos llegan a conmover (con risas y lágrimas).  Hay sustos varios y hasta su grado de erotismo.  En suma, se trata de un filme que no deja indiferente a nadie, que además al ser una coproducción española-mexicana, sigue también una larga tradición del cine fantástico castizo, en lo que durante estos últimos años hemos llegado a tener muy buenos otros ejemplos (El Orfanato, La Habitación del Niño y La Secta de los Sin Nombre, por solo mencionar algunos). 


Y no podía faltar el trailer para entusiasmarlos a ver este gran filme. 

75 Años de Historia Gráfica.

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      El título que encabeza este post corresponde al nombre de un precioso y maravilloso libro de arte, que tal como dice su nombre retoma esta cantidad de tiempo en la publicación de cómics, por parte de la famosa empresa Marvel.  A diferencia de otros tomos grandes dedicados a la llamada Casa de las Ideas y a su enorme cantidad de personajes, en esta ocasión el libro procura más centrarse en la apreciación de la estética de sus portadas y la evolución de estas con el paso de los años, en vez de centrarse en la cronología de sus revistas como bien sucede con el volumen Spider-Man de Tom de Falco y Crónica Marvel.  Es así que para apreciar mejor el aporte de sus numerosos artistas, este texto posee una mayor dimensión en cuanto al largo de sus páginas, correspondiente a 34,0 x 25,2 centímetros.   El tamaño justamente de esta edición, permite que muchas de estas portadas puedan ser vistas con lujo de detalles (a veces abarcando una página completa o incluso dos), con una calidad innegable gracias a la calidad del papel y a las reproducciones; algo que en los originales y las versiones en revistas o compilatorios, muchas veces apenas podía ser posible: verdaderas obras de arte que se constituyen dentro de lo mejor de esta expresión artística, que otrora era mal mirada como solo un producto comercial y negándosele su virtuosismo estético.
      Como en otros libros de este estilo, la obra que viene en tapa dura y reproduce por delante y por detrás memorables portadas, viene dentro de un hermoso estuche, que también nos permite tener en formato grande otros dos clásicos diseños de tales historietas.  En lo que concierne a la tapa, donde se encaja el libro, viene nada menos que la conocida portada del debut de Wolverine en las páginas de Hulk, allá por principios de los setenta; mientras que por el otro lado, tenemos un ejemplo del arte más reciente a través de un número de los Vengadores.  Si bien en esta última imagen sale el Capitán América, otro de los íconos de la empresa, la aparición de los mismísimos Hulk y Wolverine sirven para contrastar el cambio en el estilo para representar a estos personajes y la misma evolución en cuanto la gráfica y técnicas para realizar dichos dibujos. 
      Luego en el volumen mismo, nos encontramos con la que vendría siendo la portada más memorable en la historia de Marvel, esto es el número en plena Edad de Oro (década de los treinta) en el que debutó la primera Antorcha Humana y que bien muestra la estrecha relación entre novelas gráficas y las revistas pulps, que tan en boga estaban esos años (una más que interesante característica en común entre estas dos expresiones del arte popular y que con los años tantas joyitas darían cabida para la posteridad); pues no cabe duda en que las revistas baratas literarias de aquella época, inspiraron a estos otros artistas para crear sus propios personajes y mundos de maravilla.  Al dar vuelta, hayamos la reproducción de tal vez la más famosa portada de la serie El Guantelete del Infinito,de principios de los noventa, la que involucró a un enorme grupo de superhéroes en la lucha cósmica contra el titán loco Thanos; lo que nos demuestra en todo su esplendor la belleza de este arte y cómo sus artífices en una sola imagen logran contarnos tanto con su capacidad de síntesis e ingenio.
      Luego, al abrir el libro, seguimos disfrutando la dedicación que le pusieron sus autores en el diseño y compaginación…En primer lugar se pueden reconocer cientos de portadas marvelitas que forran el interior de las tapas del tomo, las que acá se ven en pequeño y tonos grises, pero en muy buena impresión.  Por otro lado, en la ya autoimpuesta tradición de estos formatos dedicados a Marvel o a DC, dentro de una especie de bolsa (de un rojo intenso y con el logotipo actual de la empresa destacado al medio) adosada a la contratapa, vienen dos láminas gigantes de regalo, en un papel aún más lujoso que las páginas del interior y que corresponden a la reproducción del primer número de las revistas de Spider-Man, con el hermoso dibujo hecho por Jack Kirby (dibujo tantas veces homenajeado y parodiado a lo largo de las décadas); la otra imagen corresponde a una de las portadas de la miniserie Extremis de los cómics de Iron Man, realizada por Adi Granov.  La elección de estos dos trabajos por sobre miles de otros de Marvel y las por sobre quinientas portadas que podemos hallar adentro no es gratuita: como bien sucede con las otra cuatro comentadas más arriba, se trata de caricaturas relevantes en la cronología de estos superhéroes y, como no, dentro de los mismos cómics Marvel; por otro lado, que sean de distintas época continua con la misma idea de evidenciar el cambio de estilo, no solo entre un autor y otro, sino en el transcurso del tiempo.


       Ya entrando de lleno a su interior, no podía faltar el prólogo y que en este caso en vez de recaer en Stan Lee, como es costumbre en estos productos marvelitas, fue hecho por el recién mencionado Granov.  Pues al tratarse de un trabajo más bien dedicado al aspecto gráfico que al argumental de las historietas, ya que se trata de destacar algunas de sus mejores portadas, así como de sus artistas, era obvio que en este caso un profesional del dibujo se encargara de ello.  La introducción le compete a Alan Coswell, el autor de este magnífico libro, quien hizo las selecciones de las ilustraciones (tarea complicada si se considera la enorme cantidad de todas las que hay al respecto), agregando además una breve presentación por cada una, dando el número y la fecha de la portada e incluyendo un análisis estético de la manera de cómo el artista en cuestión, dispuso los distintos elementos en su dibujo.
     La presentación de las portadas se encuentra dividida de manera cronológica, separada en cuatro periodos: Edad de Oro (1938-1956), Edad de Plata (1956-1970), Edad de Bronce (1970-1986) y Edad Moderna (1986-2014).  La división entre estas edades, en especial por los años que comprenden, puede resultar para muchos arbitraria, ya que en general se considera que la Edad de Oro de los cómics abarca solo las décadas de treinta al cuarenta y la de Plata del cincuenta a los sesenta, mientras que la de Bronce de los setenta a parte de los ochenta, tal como lo podemos ver en otro tomo de este tipo, aunque de DC, claro:DC Comics, Crónica Visual Definitiva.
      Coswell a lo largo del libro dedica según cada Edad algunas de las portadas más célebres de los personajes y grupos más emblemáticos marvelitas: Los 4 Fantásticos, el Hombre Araña, X-Men, Wolverine, los Vengadores, Capitán América, Iron Man, Thor, Hulk y muchos más.  En el caso de todos estos, encontramos varias ilustraciones seguidas sobre ellos, que dan noción de cómo varios ilustradores han ayudado con su pincel a convertirlos en las estrellas actuales; de igual manera estos apartados ejemplifican mejor que nada la evolución el arte del portadismo.  De igual manera, hay espacio en estas páginas para varias series y miniseries que han hecho historia no solo en Marvel, sino que a los cómics en general como verdaderos clásicos de la talla de Secrets Wars, Guerra Civilo Invasión Secreta, más otras sobre personajes en concreto como Machine Man y Ojo de Halcón, que no pueden ser más hermosas y bien demuestran la verdadera naturaleza artística de esta expresión cultural  (que no porque sea “popular” debe ser mirada en menos, que el arte no tiene que ser necesariamente aburrido y solo para la elite).
      Por último, no podían dejarse de lado a los artistas más destacados en el diseño gráfico, que hicieron su contribución para Marvel durante el periodo en el que trabajaron para esta empresa.  Es así que el autor destaca a varios de estos con apartados exclusivos, tales como Jack Kirby, Steve Ditko, Sal y John Buscema y John Byrne, además de John Romita Padre e Hijo.   Las páginas dedicadas a tales nombres prestigiosos, regalan al lector los bocetos originales de estos para algunas de sus portadas más famosas, permitiendo además ver el proceso en el cual fueron terminadas una vez agregadas las tintas y el color.
     En suma, toda una delicia tanto para el fanático marvelita, como para todo aquel que valora el llamado noveno arte.  Sin dudas un regalo ideal a la hora de hacer feliz al niño que llevamos dentro, como al esteta apreciador de este tipo de arte.

Batman para gozo de niños pequeños…y grandes.

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      La primera película de superhéroes de este año en estrenarse en los cines de todo el mundo, no corresponde a la típica de siempre (hombres y mujeres regios con ajustados trajes, haciendo de las suyas en defensa del bien contra villanos despiadados,  quienes  muchas veces resultan ser los mejores personajes de la cinta), sino que se trata de una película de corte familiar animada en GGI: Lego Batman: La Película.  Pues aprovechando el éxito de la franquicia de los populares (y ya clásicos) juegos para armar de Lego, aplicados a varias cintas exitosas, se estrenó durante febrero este filme que ha sido acogido con beneplácito de crítica y público.
     Para ser exactos el largometraje en cuestión no es el primero de este tipo en el que aparece el Murciélago, ya sea como personaje principal o secundario.  Pues en lo que se refiere a producciones hechas para la pantalla grande, ya en La Gran Aventura Lego (2014), el Caballero de la Noche interviene como “invitado” o coprotagonista en dicha historia.  No obstante desde mucho antes de esta obra, el Encapuchado tuvo su propia cinta animada Lego en 2013, bastante buena por cierto, y que junto a al menos cuatro títulos más (uno de ellos hecho para la televisión) ha continuado con sus aventuras junto a la Liga de la Justicia.   Ahora bien, esta seguidilla de filmes poseen su propia continuidad, la que en el caso del reciente estreno no fue respetado por una razón obvia: el carácter masivo de esta otra película requería presentar todo desde el principio, en atención a quienes no habían visto las que le precedieron y de ese modo asegurar la atención de la mayor cantidad de la gente.
También soy fan de Batichica.
      Queda claro que la versión en Lego de Batman y compañía, hace que de inmediato esta animación sea algo hecho en una primera instancia para los menores de edad, quienes por supuesto de inmediato querrán que sus mayores les compren las figuritas…(negar esta estrategia comercial sería bastante tonto por supuesto).  De este modo el argumento está hecho de tal manera que si hay violencia, esta sea del tipo payasezca, sin sangre, mutilaciones ni todo el drama hoy encontrable en otros filmes y/o cómics de superhéroes actuales.  Por lo tanto el humor es esencial para liberar la tensión, así como las situaciones que caen en el ridículo o la hipérbole, de modo de acaparar la atención de este importante público masivo.  La trama tampoco puede tornarse demasiado sofisticada, porque de lo contrario los chicos no podrían comprender lo que ven y al final terminarían por aburrirse…
     Y sin embargo no estamos hablando de una película simplona que toma a los niños como si fuesen entes descerebrados, al contrario, el guión se encuentra armado de tal manera que tiene varios giros argumentales y eso lo dignifica como tal.  Por lo tanto todo está entregado en su justa medida, para no dejar de atender a sus primeros destinatarios, los niños, que el resto de ella está para que el adulto fanático de estos cómics (y en general cinéfilo, como ñoño) se sienta a sus anchas, con todas las alusiones que hay dirigidas para este sector de la audiencia.
      Como la idea era partir desde cero en cuanto a la cronología del protagonista, entonces, acá nos encontramos con los inicios de la bien llamada FAMILIA BATMAN.  De este modo primero tenemos a un Bruce Wayne  solitario (¡Por fin dejaron de llamarlo “Bruno Díaz”, al menos en este doblaje “latino!), quien solo tiene a su fiel mayordomo Alfred para acompañarlo.  Interesante viene a ser el detalle de que si bien por razones obvias, se saltaron acá el famoso asalto en el que murieron sus padres frente a sus ojos cuando era aún un niño, no obviaron el hecho de que es huérfano, dejando claro esta idea más realista de que hoy en día a los pequeños no se les puede negar la realidad de la muerte misma (y menos de un ser querido como los padres).  Por lo tanto he aquí uno de los elementos más “adultos” de la película, en respeto a los verdaderos seguidores (por años) del justiciero: Pese al carácter suavizado de la cinta, no se le quita su lado más solitario y hosco, dejando claro que alguien como Batman solo llega a completarse en la medida de que reúne a su lado a gente como Robin (en cualquiera de sus versiones), Batichica, el mismísimo Alfred y muchos más; quienes en las historietas se convierten en su verdadero motivo para seguir manteniendo su cruzada.   Y es así que a lo largo de esta obra, de manera muy especial van uniéndoseles todos estos personajes, todos ellos caracterizados de manera bastante llamativa, ganando su propio atractivo gracias a la personalidad propia que se les otorga.
       Con respecto al conflicto personal que hay en Batman/Bruce Wayne y la misma dualidad que hay entre estas dos identidades, llama la atención que en contra de lo que hace rato se viene haciendo en las historietas con este superhéroe, vemos acá a un paladín que es popular entre los gotamitas y que gusta llamar la atención entre sus admiradores.  Al respecto bien se podría afirmar de que es alguien vanidoso, no obstante este aspecto más sociable y alegre del mismo vigilante, en realidad viene a ser una careta que en esta versión menos dramática suya, sirve para representar sus taras emocionales tan abordadas en profundidad en las viñetas (y sus filmes “adultos”).
      
Feliz me tomaría un café junto a mi
superhéroe favorito.
     Siguiendo con las lecturas dirigidas al espectador más conocedor del personaje, hayamos la presencia de nada menos que de su némesis: El Guasón, quien sin dudas viene a ser todo lo contrario a él.  Mientras Batman representa un sistema de vida amparado en el orden y la razón, el villano es todo caos y azar, pues todo es posible con él (claro, en cuanto a acciones negativas, que nada bueno se puede sacar de él).   Pues el filme juega con la relación enfermiza que hay entre estos dos, todo de la manera más graciosa, llevando a extremos inusuales esa especie de enamoramiento enfermizo del Príncipe Payaso del Crimen por Batman y que tal vez fue reconocido por primera vez en el clásico El Regreso del Caballero de la Noche de Frank Miller.  Es así que acá lo único que desea este criminal, es tener la completa atención de Batman (y en realidad en esta ocasión llega a caer simpático un loco como este).
       Siguiendo con lo que concierne a las relaciones interpersonales del Murciélago más famosas, acá se vuelve a abordar su amistad conSuperman.  No obstante siguiendo los lineamientos de la primera película de Batman Lego que se hizo en el pasado y tomando algo del tono de Batman versus Superman, acá se llevó a otros extremos la supuesta rivalidad entre ambos, si bien partiendo de una especie de celos por parte del Cruzado Enmascarado hacia su colega.  El punto más cómico (y magnífico) de todo esto, viene a ser cuando Batman llega hasta la Fortaleza de la Soledad del kryptoniano.  Pues en este lugar tan importante dentro de la mitología de DC Comics, hay otro gran guiño para los frikis más grandes de la casa… ¡Cuando aparecen nada menos que los miembros de los Superamigos! (el cartoon de Hanna-Barbera de los setenta y ochenta).  Es así que aparte de los miembros típicos y/o actuales como Linterna Verde, Flash o Wonder Woman, acá nos reencontramos con los olvidados Gemelos Fantásticos, Jefe Apache y Samurai (menos mal que no aparecieron Wendy, Marvin y el Perro Maravilla…adolescentes hippies entrometidos, que me daba la impresión que siempre andaban “volados” de tanta marihuana, y su mascota que los detestaba).
       Aparte del mencionado Guasón, también sale un montón de villanos de la galería personal del mayor justiciero de Ciudad Gótica, entre los que destaca  Harley Quinn y quien en esta ocasión puede verse con su imagen actual que terminó por popularizar la cinta de El Escuadrón Suicida.  No obstante aparte de intervenir brevemente personajes destacados como Bane, el Pingüino, Dos Caras, Hiedra Venenosa y Killer Croc (por solo mencionar algunos), los responsables de este filme nos dan otros regalos a los mayorcitos: pues de igual manera podemos reconocer a algunos de los más bizarros de entre los criminales ridículos de antaño, tales como el Rey Tut, el Borrador, Hombre Calendario, Rey Condimento y el Hombre Zebra... ¿Se dan cuenta del amor por los cómics de Batman que hay detrás de esta joyita?
      Siguiendo con las alusiones hechas para el deleite de los que ya tenemos nuestros años, en un determinado punto del filme se recuerdan los años como justiciero de este y entonces  se reproducen escenas icónicas (que vemos como flashes y de manera estática), momentos memorables de su paso por la pantalla; desde el filme del año pasado, a la trilogía de Nolan, las cintas de Schumacher y las de Burton…hasta llegar al psicodélico programa de los sesenta.  Las carcajadas y la nostalgia están servidas cuando todo esto sucede.
Guty y Amilcar también gozaron de este
filme...¿Pero qué pasa con las sonrisas?
      Justamente cuando a través de uno de sus maquiavélicos e inteligentes planes, el Guasón llega nada menos que a la Zona Fantasma, llegamos a creer que ahí liberará a Zod y otros kryptonianos malvados enviados por Superman como castigo a sus fechorías… ¡Cuando todo se vuelve aún más increíble! Pues ahora sí que queda claro de que se trata de una película realizada para satisfacer a todo el mundo (por no decir a gente como uno), ya que no es al mayor criminal de  Krypton que recluta el psicópata, sino que los que se le unen vienen a ser personajes de otras franquicias, que las que o bien Lego ya las había utilizado o por primera vez sucede esto…Por lo tanto las nuevas fuerza del mal a las que Batman y amigos deben hacerles frente, vienen a ser Sauron de El Señor de los Anillos (que aquí sale de manera muy graciosa, como una torre parlante con un ojo de fuego, en atención a los filmes de Peter Jackson), Voldemort de las cintas de Harry Potter, la Bruja Mala del Oeste y sus monos alados de la clásica película de El Mago de Oz, el tiburón del blockbuster setentero de Steven Spielberg, Godzilla y un simulacro de King-Kong…y los daleks (los robots británicos como les llaman irónicamente en esta película) de los largometrajes y series de TV del Doctor Who.  De seguro mi mala memoria me hace olvidar uno que otro personaje más. 
     Otros aspectos en los que deseo detenerme: la Baticueva no es un lugar oscuro y siniestro como al que estamos acostumbrados, sino que es luminoso, lujoso e inmenso a un nivel pantagruélico (detalle hecho de seguro para agradar a los más pequeños).  La música está bastante buena, realizada por Lorne Balfe y posee un satisfactorio estilo épico cuando corresponde, algo que es intencionado en esto de homenajear-parodear los antiguos filmes del superhéroe.  Por otro lado, su duración que sobrepasa la hora y media, quizás agote a los más inquietos entre los niños, no obstante esto bien se debe al ya mencionado aspecto más “adulto” de la película, pues pese a su aire más ligero, para desarrollar bien un argumento más o menos complejo se requiere un mínimo de tiempo.
     Antes de terminar, debo decir que sin dudas uno de los mejores y más ingeniosos comienzos que recuerdo en materia de películas, viene a ser la de esta.  Me atrevo a hacer esta afirmación por el hecho de que de manera muy inesperada, apenas todo se inicia, escuchamos nada menos que la voz en off de Batman, quien hace unos comentarios muy jocosos, con su tono grave.  Con posterioridad al final una vez más el Murciélago hace sus monólogos, aunque esta vez el sentido de sus palabras es diferente, pues ha logrado aprender del viaje interno por el que ha pasado.  


Unos de sus divertidos trailers.

Para conocer y amar a Isabel.

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      La Suma de los Días publicado en 2007 por Isabel Allende, su autora, corresponde a su tercer libro de memorias.  Si el primero de estos libros que comenzó con Paula (1994), en la que se refirió en gran parte a la relación con su única hija, Paula, quien había muerto recientemente tras caer enferma de una rara enfermedad y Mi País Inventado (2003) habló acerca de su familiaridad con su país natal Chile (bastante complicada considerando su autoexilio y el típico “chaqueteo” de los intelectualoides chilenos que desprecian su éxito literario por considerarla “poca cosa”), en este otro volumen autobiográfico se encargó de referirse a otro aspecto de ella misma: su vida en Estados Unidos junto a su muy especial familia, su tribu como bien le gusta llamarla.
       Pero la llamada tribu de la escritora no solo se refiere a sus consanguíneos y parientes políticos, entre su segundo marido e hijastros, nietos, el único hijo vivo que le quedó y sus padres (uno de ellos su padrastro, a quien quiere como si fuese de su progenitor), sino que también a sus numerosos amigos que forman un grupo bastante heterogéneo de personalidades, razas y credos, que hacen de la lectura de esta obra una verdadera delicia para sus seguidores.   De este modo, debido a la enorme cantidad de personajes reales que aparecen, cada uno de ellos bastante interesante como cuando llegamos a conocer en profundidad a quien tenemos a nuestro lado, nos da las claves para darnos cuenta de que muchos de estos fabulosos personajes que aparecen en sus títulos, fueron inspirados por estas personas. 
      Bien sabido es que el patriarca de su novela épica La Casa de los Espíritus (1982) está casi calcado a su abuelo, mientras que el protagonista de su novela El Plan Infinito (1991) salió de la figura de su esposo en segundas nupcias, William Gordon, y que los ingeniosos niños que aparecen en su trilogía juvenil de Memorias del Águila y del Jaguar (2002, 2003 y 2004) están basados en sus nietos:  no obstante tras la lectura de este otro tomo, llegamos a descubrir el origen de otras de sus creaciones.  Es así que quien más llega a impresionar en la manera de cómo terminó llegando a las páginas de sus narraciones, viene a ser su hijastra Jennifer; pues esta sumida en la drogadicción, dio origen a la misma hija del antihéroe de la ya mencionada El Plan Infinito y en especial a la querible muchachita de El Cuaderno de Maya(2011). 
       El texto está armado en base a una serie de breves capítulos, todos con su propio título,  los que por lo general alcanzan unas cinco páginas aproximadamente (bueno, al menos en la humilde edición de bolsillo que poseo y que en poco más de dos semanas que le dediqué mi tiempo se estropeó bastante).  En su desarrollo Isabel Allende no solo habla de sí misma, de sus reflexiones y de lo que le pasa junto a quienes ama, sino que también está dedicado a estas mismas personas que tan importantes le son; de tal modo podemos hallar verdaderos relatos completos de sus curiosos destinos (como cuando en Lagarto Emplumado,  habla del muy singular novio de su mejor amiga y en Tráfico de Órganos, cuenta de la experiencia en China de otra de sus amigas, nativa de esa nación, respecto a esta práctica criminal).
      Esta vez Isabel Allende retoma el sistema que empleó para el primero de sus libros de memorias, escribiendo sus líneas como si se tratara de cartas dirigidas a su hija Paula, a quien ahora la “pone al día” acerca de lo que ha sido de ellos tras su partida.  Este estilo sin dudas convierte el libro en algo de un carácter muy íntimo, pese al hecho concreto de que al final somos por completo desconocidos, a lo largo del vasto mundo, quienes nos enteramos de algunos de los secretos más valiosos de su familia…Y es que la prosista no pone reparos en contarnos incluso uno que otro detalle que pocos son capaces de descubrir de sí mismos y de su gente, en especial cuando se trata de situaciones “incómodas” (por llamarle de alguna forma).  No obstante como todos quienes amamos a los que nos rodean y de buena voluntad, queda demostrado que la única manera de enfrentar tales entuertos son la perseverancia, la paciencia y la esperanza, algunos de los tantos remedios eficaces para superarlos y ganar algo de sabiduría gracias a tales experiencias.

      “Mi amistad con Celia comenzó a tropezones, porque suegra y nuera venían de ideologías opuestas, pero si pensábamos regodear nos en las diferencias, la vida se encargó de eliminar la mala leche con unos cuantos coscorrones. Pronto olvidamos cualquier germen de desavenencia y nos concentramos en los rigores de criar un niño -y después dos más- y adaptarnos a otra lengua y a nuestra condición de inmigrantes en Estados Unidos. Aunque no lo sabíamos entonces, un año más tarde nos tocaría la prueba más brutal: cuidarte, Paula. No había tiempo para tonterías. Mi nuera se desprendió muy rápido de las hilachas que la ataban al fanatismo religioso y empezó a dudar de los demás preceptos inculcados a machote en su juventud. Apenas comprendió que en Estados Unidos ella no era blanca, se le pasó el racismo, y su amistad con Tabra barrió sus prejuicios contra artistas y gente de izquierda. De los homosexuales, sin embargo, prefería no hablar. Todavía no había conocido a las madres de Sabrina.”

       Pese al enorme protagonismo que toman los seres queridos de la artista en esta obra, no se puede olvidar de que se trata de sus propios recuerdos, de modo que es ella misma el personaje central de todo esto.  De tal modo, gracias a este libro llegamos a conocer no a la escritora, si no que a la mujer, quien nos abre sin miedo su ser y de una forma sincera, sin artificios…Pues la Isabel Allende que encontramos acá no solo es alguien a quien admirar.  Ella como nosotros, es una persona con virtudes y defectos, cuyos miedos e inseguridades quedan de manifiesto acá.   Por lo tanto nos encontramos también con verdaderos exámenes de conciencia que se hace Isabel, respecto a sus propios sentimientos y acciones.  Sin dudas, una manera única y valiosa de conocerla mejor (aunque sea a través de la distancia geográfica y temporal).
       
      En ocasiones al leer esta obra, no falta ese elemento maravilloso y sobrenatural que caracteriza la narrativa de la Allende; pero no se puede olvidar de que estamos hablando de un texto de no ficción y ante esto uno se pregunta qué tanto agregó su autora para hacer más interesante sus palabras.  Pues el Realismo Mágico no deja de hacerse presente y sin embargo no podemos olvidar, en especial los latinoamericanos, que ello forma parte de nuestra tradición cultural, de la suma de las raíces hispanas e indígenas que heredamos, de modo que muchos bien podemos llegar a creer sin dudarlo con pasajes como este

        “El año anterior, tres días después de tu muerte me junté con las Hermanas del Perpetuo Desorden en casa de una de ellas, como siempre hacíamos los martes, en torno a seis velas nuevas. Tu ausencia me doblaba de dolor.
         «Siento un fuego que me quema en el centro del cuerpo», les dije. Nos tomamos de las manos, cerramos los ojos, y mis amigas dirigieron hacia mí su cariño y sus plegarias, para ayudarme a soportar la pena de esos días. Yo pedía una señal, una indicación de que no habías desaparecido en la nada para siempre, de que tu espíritu existía en alguna parte. De pronto oí la voz de Jean: «Mira tu vela, Isabel». Mi vela ardía por el centro.
         «Un fuego en el vientre», agregó Jean. Esperamos. La llama derritió la cera y formó un hueco en el medio de la vela, pero ésta no se partió. Tal como se encendió sin explicación, la llama se apagó instantes más tarde. La vela quedó ahuecada, pero erguida, y me pareció que ésa era la señal que esperaba, un guiño que me hacías desde otra dimensión: la quemadura de tu muerte no me quebraría. Después Nico revisó la vela y no pudo encontrar la causa de esa extraña llama en el centro; tal vez estaba defectuosa, tenía una segunda mecha que prendió al saltar una chispa.”

        Uno de los mayores regalos que nos hace la escritora a los seguidores de su trabajo, viene a ser cuando nos cuenta acerca del origen de varios de sus libros.  Es así que los capítulos que versan sobre ello, que despliegan a la imaginación los momentos decisivos en estas génesis, de modo de adentrarnos en el proceso creativo, resultan ser valiosos, ya que no siempre tenemos acceso sobre esta faceta de los artistas que apreciamos.
        Como es costumbre en la literatura de la autora, acá abunda el humor, como asimismo no faltan los momentos de gran emotividad, que bajo la pluma suya se hacen tan entrañables.  Triunfos y derrotas, alegrías y penas se encuentran en este libro, que al final lo que hace es retratar la vida misma que bien puede ser la de cualquiera de nosotros, independientemente de que sea la de una escritora famosa, la nos sirve como reflejo de la nuestra.  A la larga todos vamos en búsqueda de la felicidad y tal como deja claro la novelista, en ese camino no estamos solos, pues por un lado se encuentran los de nuestra sangre y todos los otros que hemos escogido para ensanchar nuestra familia en la Tierra; de igual modo no faltan los que como Paula, nos acompañan en el corazón y los recuerdos, llegándose incluso a sentir su presencia como si se tratara de benignos fantasmas.

¡Más paranoicos no pueden estar!

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      Como es habitual en el universo marvelita (al igual que en el deceísta) una vez al año ocurre al menos un gran evento (más bien una crisis, como bien se acostumbraba llamarle en los antiguos cómics DC), en los que buena parte de sus superhéroes deben unirse para superar tan grandes amenazas y que por sí solos o entre unos pocos sería imposible conseguirlo.  Pues tales historias se cuentan a través de una miniserie central y de ellas se desprenden otras, a la par de los llamados ti-ens, que abarcan los especiales en las revistas anexas de buena parte de los personajes más populares o involucrados en tal acontecimiento.  Pues en el transcurso de todo esto, grandes revelaciones se hacen para delicia de sus lectores (y por supuesto para sorpresa de sus protagonistas), introduciendo además nuevos personajes que muchas veces cobran gran fama y luego adquieren sus propias colecciones, como también en ocasiones muriendo con mucho dramatismo otros ya conocidos y emblemáticos…
       Es así que al año 2008  le correspondieron los sucesos de Invasión Secreta, una obra que incluso llega a ser mucho más compleja que su predecesora Guerra Mundial Hulk, teniendo sin dudas mayores repercusiones que esta.  Incluso podría afirmarse que llega a  superarla, como a otras del mismo estilo, en cuanto a calidad argumental y emociones se refiere (al menos para un humilde servidor eso parece).
       Escrita por uno de los grandes pesos pesados de la empresa, Brian Michael Bendis, fue dibujada en su arco central y en otras miniseries por Lenil Francis Yu, dibujante filipino que ha dado a la Casa de las Ideas varias otras joyitas.   En cuarto al apartado gráfico se refiere, en lo que concierne a las portadas, magnífica viene a ser la idea de que muchas de las que comprenden esta obra, corresponden a nuevas versiones de algunas de las ilustraciones clásicas más memorables del universo marvelita y en las cuales sus personajes aparecen bajo la monstruosa apariencia, relacionada con los infractores de esta trama.
Una de mis portadas "intervenidas" favoritas,
que emula una de las primeras de Los Vengadores,
hecha en los sesenta por el Rey Jack Kirby.
       Teniendo en cuenta la magnitud de esta historia, que bien me habría gustado disfrutarla en toda su expresión, abarcándola en un 100%, me referiré a ella solo desde mi acercamiento gracias a la editorial chilena Unlimited, que si bien no la sacó entera, sí logró cubrir una buena parte de ella a través de 13 números dobles (o sea, de al menos  dos revistas por tomo).  En esta colección van incluidos un Prólogo y un epílogo, llamado este último de manera muy significativo como Requiem (descanso, en atención a la palabra latina para referirse a la misa por los muertos).  Estos dos fascículos que abren y cierran el ciclo respectivamente, sirven como la introducción y la conclusión ideales, para la inmensa gama de emociones que hay detrás de la serie.
       Tal como dice su nombre, Invasión Secreta nos cuenta acerca de una muy particular intrusión en la Tierra de la raza alienígena Skrull, quienes llevan años orquestando un pavoroso plan para apoderarse de nuestro planeta.  Es así que para conseguir su objetivo han suplantado a un montón de superhéroes y villanos.  Debe saberse que esta especie posee la capacidad de cambiar aspecto a su antojo y que por décadas (desde su primer encuentro con nada menos que los 4 Fantásticos, a principios de los sesenta) ha tenido un montón de enfrentamientos con nuestros justicieros.  No obstante como nunca antes la violencia entre ambos pueblos llega a su máxima expresión, viéndoselas más difícil que nunca los defensores de este mundo, pues luego de los desastres que precedieron a este (por ejemplo, Thory Capitán América están muertos) sus fuerzas están bastante mermadas.
      Quien descubre la verdad acerca de lo que está pasando, resulta ser uno de los hombres más inteligentes del planeta, Tony Stark, Ironman, quien en la práctica se entera de ello por accidente.  Pues para apoyar el conocimiento al que ha llegado y que además no puede compartir a la ligera, ya que cualquiera puede ser un infiltrado, realiza una investigación acerca de la mayoría de los enfrentamientos con los skrull que han habido hasta la fecha.  De este modo el llamado Prólogo,viene a ser ese detallado trabajo de Tony y que es sin dudas una verdadera delicia para el lector, que ya estaba en antecedentes de las viejas rencillas con los verdes extraterrestres, como para quienes muchas de ellas las desconocían y nada sabían al respecto.  Por ende el prólogo es un repaso detallado de la cronología Marvel sobre el tema, la que incluso incluye viejas viñetas pertenecientes a tales historias de antaño.
     En su desarrollo, la tensión está en todo momento, pues la desconfianza es enorme y eso es algo que justamente deseaban lograr los invasores, quienes incluso una vez que son revelados por la comunidad superhumana sus planes, argumentan que su llegada a la Tierra va a ser el mejor beneficio para la humanidad.  Por supuesto que todo esto causa mayores confusiones, pues por desgracia muchos superhéroes han perdido su buena reputación, debido a los últimos sucesos previos a esto.
      A través de sus cientos de páginas no solo se nos cuenta su argumento desde el punto de vista de los agentes de la libertad y de la justicia (quienes en ocasiones apenas lograr superar los escollos que se les presentan), sino que también llegamos a conocer desde las entrañas del mismo imperio skrull, la orquestación del complot.  Los villanos tienen motivos de sobra para realizar sus acciones, los que no tienen que ver con una maldad nata, sino que con la sobrevivencia de su propio pueblo.  De este modo se contrastan ambas posiciones, que entre los extraños no faltan los verdaderos patriotas.  Es ante el dilema de la justificación de la invasión y de las atrocidades sometidas hacia el enemigo para suplantarlo, que se pone de manifiesto incluso de manera directa una crítica al mismísimo colonialismo gringo y de otras superpotencias en el mundo real: Pues en el mundo tal y como lo conocemos, la gente lucha por sus ideales, que más de uno cree de corazón en ello y sin embargo en pro de su defensa comete actos reprobables, aunque pensando que lo está haciendo bien.

Formidable publicidad de la serie que nos invita a sospechar de todo el mundo superheroico marvelita.

     Algunos de los momentos más dramáticos tienen que ver con la misma duda que nace entre los involucrados, como cuando el propio Tony Stark no tiene claro de cuál es su verdadera identidad ¿Humano o agente disfrazado de los skrull? Lo mismo sucede con otro personaje antiguo, aunque no muy conocido por estos lares, el Capitán Marvel (no confundir con Shazam de DC).  Frente a estos dilemas, se encuentra sin dudas el temor ante la pérdida del autocontrol, el miedo a no ser dueño de sí mismo y que en términos más sociales formaron parte de la paranoia estadounidense, hacia los agentes comunistas espías; debe saberse que ello estuvo  en boga durante la Guerra Fría y durante tal época las sospechas ante cualquier encubierto (que incluso podrían ser tus mismos vecinos), causó muchas tragedias en USA.  Por lo tanto esta novela gráfica juega muy bien con estas fobias latentes y en especial entre la comunidad norteamericana.
      Otros de los arcos argumentales secundarios mejor llevados en este título, tiene que ver con el encuentro entre dos (o más bien tres) grupos de superhéroes en la llamada Tierra Salvaje (una especie de zona escondida cerca de la Antártida, en la cual todavía hay dinosaurios y se mantiene un ecosistema de tipo prehistórico).  Pues cuando sucede esto, vemos más de un Wolverine, más de unHombre-Araña y más de un Luke Cage, de modo que la cosa no puede estar más complicada, pues al aparecer estos dobles y otros con sus trajes antiguos, queda de manifiesto que la invasión fue algo elaborado desde hace años y que durante largo tiempo varios fueron raptados y cambiados por alienígenas metamorfos.
      Entre los personajes que sobresalen, se encuentran dos a los que particularmente deseo nombrar, en especial por todo lo que significan para Marvel, debido a su antigüedad en los cómics, como por el papel que cumplen acá.  Pues por un lado nos encontramos con Hank Pym, el primer Hombre Hormiga(y quien a posterioridad ha tomado tantos otros nombres de guerra, así como identidades superheroicas).  Sin ánimo de hacer spoilers, pues esto se sabe casi desde el principio de la saga, este resulta ser el primer skrull infiltrado en las filas de los paladines humanos.  Es así que la manera de cómo es abordada la psicología del espía, pues resulta que los sujetos como él se someten a un muy particular proceso (que los dota de recuerdos y la personalidad de quienes suplantan), crea un muy interesante arco argumental, relacionado con los propios conflictos que se le desarrollan al respecto.  Tal cual era de suponer, a este enemigo le toca “heredar” la relación con la Mujer Avispa, Janet Van Dyne, lo que viene a ser uno de los puntos clave para definirlo como personaje. Así que hay mucha historia y sentimientos involucrados, lo que por supuesto nos lleva al tema del deber versus el querer.  Por lo tanto es imposible no humanizar a los villanos de turno.
     Luego está un personaje tanto o más famoso que el anterior, en parte gracias a la interpretación de Samuel L. Jackson en las actuales películas marvelitas y al uso de su prototipo en varias series animadas actuales sobre estos cómics: Nick Fury.  Ahora bien, en su “universo principal” y/o original, el otrora mandamás de S.H.I.E.L.D. es caucásico, pues su variante afroamericana corresponde en realidad al Universo Ultimate.  Por lo tanto en Invasión Secreta el que aparece es el primero y vaya qué lo hace de manera sobresaliente.  Luego de los acontecimientos de Guerra Civil,Nick Fury se vio obligado a salir de escena, trabajando bajo las sombras sin dejar de lado su compromiso por el bien común y es así que su participación en esta nueva crisis (en ese momento, claro, que ya ha pasado mucha agua bajo el puente, si tenemos en cuenta la actualidad) se convierte en uno de los principales artífices para conseguir la victoria.  Ciertamente dentro de lo más entretenido de la colección, se encuentran los capítulos dedicados a este (que es increíble lo regio que se mantiene para su edad), pues comienza a reclutar a una serie de novatos con superpoderes, quienes vienen a ser hijos de varios destacados superhéroes. Un guiño muy interesante acerca de su labor secreta, viene a ser cuando usa un disfraz holográfico, que es calcado a su contrapartida del Universo Ultimate.
       Una vez lograda la derrota del enemigo, todo queda con un sabor amargo, ya que aunque estemos hablando de una historieta cuya principales funciones no son otra cosa que entretener y ganar dinero (¡Y vaya que ambas cosas se consiguieron con creces!), no deja de ser una extrapolación acerca de lo cruel que es en realidad la guerra.  Y es que nunca faltan los mártires, las pérdidas de gente valiosa y de inocentes que se ven expuestos a todo esto.  A manera de muy emotivo corolario de lo transcurrido, significativas vienen a ser las viñetas que muestran al verdadero Hank Pym, enterándose de todo lo que pasó durante su ausencia; pues la naturaleza humana da para mucho y lamentablemente muchas veces es lo peor de ella, lo que tiene mayores consecuencias en nuestras vidas.  No importa qué tan poderoso seas, a la larga eres un mortal más y estás expuesto a las duras pruebas de la vida misma (y es en nuestra capacidad para sobrepasar todo ello, que radica el verdadero valor del corazón humano).


La famosa batalla de todos contra todos en la Tierra Salvaje.

Siguiendo la gran tradición literaria inglesa.

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A mi querido amigo Mauricio Tapia (Astarajael), 
a quien le debo tantas gratas horas leyendo a Chesterton.

      La lengua de Shakespeare desde la creación de la literatura escrita, posee toda una gama de connotados ejemplos en cuanto a narrativa breve, siendo quizás su primera gran colección de este tipo de historia los clásicos Cuentos de Canterbury de  Geoffrey Chaucer y que datan de nada menos que de finales del siglo XIV.  Con posterioridad la cuentística en este idioma llegó a tales grados de evolución, que hoy en día es imposible dejar de lado entre algunos de los mejores narradores en ese formato, así como dentro de los escritos más célebres, a varios ejemplos de dicho origen.
      De igual modo al referirse a la narrativa en lengua inglesa, nos encontramos con una serie de obras que hablan de exclusivos grupos de personas reunidas bajo un nombre llamativo y que comparten uno que otro interés que los une y en parte separa del resto de sus congéneres.  Es así que podemos nombrar a Los papeles póstumos del Club Pickwick (mencionado en el libro en el cual hoy me detengo) de un “peso pesado” como lo es Charles Dickens; así como también deEl Club de los Suicidas,de otro maestro en el arte de contar historias, Robert Louise Stevenson.  Cabe mencionar que estas dos obras mencionadas fueron realizadas en el transcurso del siglo XIX, de modo que se pueden considerar como antecedentes del Club de los Negocios Raros de G. K. Chesterton, la colección de seis cuentos interconectados a la que a continuación me referiré.  No obstante se puede agregar como continuadores de esta ya rancia tradición, al mismísimo “Buen Doctor” Isaac Asimov, con su Club de los Viudos Negros, sobre los que escribió un montón de cuentos detectivescos, recopilados en nada menos que en seis tomos; mientras que ya en el siglo XXI, otro amante de las tramas de suspenso, Matthew Pearl, escribió El Club Dante, que de seguro junto a los otros textos mencionados en esta lista, debe estar acompañado por más libros acerca de otros llamativos clubes (y recién me acabo de acordar de El Club de la Pelea de Chuck Palahniuk).
        Publicada en 1905, El Club de los Negocios Raros corresponde a una serie de relatos de suspenso que mantienen las vetas detectivesca, humorística e ingeniosa de su autor, quien en cada una de estas historias no deja de sorprendernos con los más imprevistos y divertidos casos, en los que dos amigos se cruzan con los aún más sorprendentes miembros de este club.  La agrupación en cuestión, se encuentra formada por personas cuyos oficios para ganar dinero (que para nada son criminales), superan lo convencional.
        Siendo Chesterton un autor “culto”, nos encontramos con un montón de referencias a colegas suyos que denotan su amor hacia la literatura, lo mismo que sus vastos conocimientos en otras disciplinas y en nada menos que el género humano (con respecto a esto último, loable viene a ser su intención de proporcionarnos a través de la sana entretención, un sinnúmero de caracterizaciones de nuestra humanidad, así como de reflexiones sobre el comportamiento, las pasiones y las costumbres de la sociedad en la que le tocó vivir).  No obstante pese a esta dimensión intelectual, de un hombre como nuestro autor, se lee con rapidez, aún por sobre su lenguaje educado, pues Chesterton nos lleva por los vericuetos de sus narraciones con una soltura que bien uno quisiera para otros fabuladores.  En todo esto ayudan los diálogos chispeantes, propios de sus personajes que en su mayoría poseen una inteligencia prodigiosa y que no obstante son personas sencillas y graciosas como su creador. De igual manera las descripciones tan sugerentes, entre poéticas e irónicas, hacen de la lectura de este libro y otros suyos de ficción, una verdadera delicia.  Todas estas virtudes no dejan de invitarnos a que nuestra imaginación se expanda.
        A la hora de adentrarse en los elementos comunes a todos los cuentos que componen este tomo, se puede decir que pese a las ideas intelectuales que hayamos en sus páginas, el artista antepone por sobre todo la diversión a través de la creación de cuentos de suspenso, que tiende a rematar de una manera tal que rompe con los esquemas del policial.  Pues estas narraciones no tratan acerca de la maldad humana (salvo en un caso muy particular, como ya veremos), si no que de su inteligencia y capacidad para superar los baches de lo fortuito, usando justamente dicha cualidad y que evidencia lo bien que podemos hacer, del uso de este órgano que se nos ha concedido.
      
       De igual manera caro a estas narraciones viene a ser el tema de la fraternidad, ya que sus personajes son individuos cuyas aventuras justamente transcurren acompañados  por sus amigos, siendo esta la relación interpersonal que más destaca en ellos.  Sin embargo hay que hacer notar que cuando Chesterton escribe sobre todo esto, lo hace con respecto al compañerismo entre hombres y para nada entre personas de distinto sexo; pues en lo que concierne a las mujeres, apenas (lamentablemente) tienen importancia en al menos estos escritos y se constituyen en meras comparsas las pocas veces en que aparecen.  Algo que en todo caso era muy propio de su cultura y más todavía por tratarse de un escritor varón, pese a que estuviéramos haciendo referencia a alguien tan considerado por su sabiduría como Chesterton.
       Los dos personajes principales y/o que están presentes en estos seis cuentos, son los dos amigos Charlie Swinburne y Basil Grant.  Del primero no sabemos mucho y la verdad es que se trata de un tipo que cumple la labor de ser una proyección del mismísimo autor, ya que oficia de narrador de estas historias, en las que a veces interviene de manera más directa en unas más que en otras.  En cambio respecto al segundo, este sin duda viene a ser el mejor personaje de todos los que aparecen en el libro, porque en su personalidad estrambótica corresponde sin dudas a un hombre extraordinario, quien le aporta con sus intervenciones a los cuentos algunos de sus mejores momentos.  Este último corresponde a alguien que sobrepasa los cincuenta, de apariencia enclenque y que supuestamente está loco…No obstante Basilio es toda una caja de sorpresas y es debido a ello que se convierte en el único que logra ver más allá de lo evidente, resolviendo con excelentes resultados los misterios que se les cruzan a ambos.
      A continuación mis comentarios de rigor sobre cada uno de los títulos que comprenden este libro.

1- Las extraordinarias aventuras del comandante Brown.

      La primera historia acerca de este curioso grupo de hombres, que se dedican a las actividades lucrativas más inusuales, ayuda tanto a introducirnos  a sus personajes que sirven como nexos y testigos de estas seis historias extraordinarias, como a definir a este mismo club; de igual manera nos deja claro, que como lectores debemos esperar lo más inusual que pueda salir de sus páginas.
     No puede dejarse de lado el apellido de quien acá se ve envuelto en contra de sus deseos, en una de estas “raras” aventuras, el mismo que comparte con el más famoso personaje de Chesterton: el padre Brown, bonachón sacerdote católico que dedica sus tiempos libres a hacer de detective aficionado y de paso salvar una que otra alma condenada a la miseria, debido a los mismos crímenes en los que se ven envueltos los sujetos con los que se cruza. No obstante la familiaridad que estos dos poseen, resulta ser solo un alcance de apellido y el hecho mismo de ser frutos del ingenio de un mismo autor… ¿O tal vez también a ambos los une esta exposición a lo casual y que aun así logran salir bien parados de tales circunstancias?
      El cuento nos muestra a este mismo comandante, un hombre con una personalidad de lo más singular (y sin embargo tan verosímil, si tomamos en cuenta la gente que uno puede llegar a conocer en la vida real), quien cree estar amenazado de muerte, al encontrarse con unos cuantos sujetos de dudosa calaña.  Es así que dos amigos suyos, los mismos individuos que se repiten a través de todo este libro, se involucran en sus supuestas cuitas y lo ayudan a desentrañar el misterio bajo el que se haya metido.  Cabe mencionar que todo acaba de la manera más inesperada y pese a ello grata, con lo cual queda de manifiesto que no es por completo malo enfrentarse a la aventura, pues mucho de positivo se puede sacar de ello.
       Veamos algunas palabras dedicadas al coprotagonista de esta historia:

       “En su afición por la jardinería  había algo del tipo del holandés meticuloso, y acaso se inclinara también a tratar a sus flores como si fueran soldados. Era uno de esos hombres que son capaces de poner cuatro paraguas en el paragüero, en lugar de tres, con el objeto de que haya dos a cada lado. Para él la vida parecía ajustarse a un patrón inmutable.”

       Teniendo en cuenta la vasta cultura de su escritor y las constantes referencias literarias que en estas páginas encontramos, el nombre de este relato continúa con la vieja tendencia a la que Chesterton desea homenajear y mantener, en atención a otros narradores que respeta como el mismo Poe (Narraciones Extraordinarias y Las Aventuras de Arthur Gordon Pym), su compatriota Arthur Conan Doyle (Las Aventuras de Sherlock Holmes) y varios más artistas de la ficción, que un hombre como él no deja de tenerlos en cuenta.  De hecho, nombres como estos para cuentos y novelas eran habituales en el pasado y hoy en día se siguen usando estas nomenclaturas.

2- El lamentable fin de una reputación.

       Puede ser que no sea tan divertido como el anterior, sin embargo no carece de la intriga y el final sorprendente, en el que se revela un nuevo oficio único, de a los que se dedican estos peculiares sujetos.   Por otro lado, su autor quizás de manera más profunda que en el caso anterior, se dedica a profundizar en sus reflexiones acerca de la naturaleza del bien y del mal, que encontramos en nuestra misma especie.  Las para nada despreciables palabras de Chesterton (quien tanto como filósofo, teólogo y artista se dedicó desde tres puntos de vista a analizar a la humanidad), se presentan de una manera bastante curiosa, a través de la conversación entre sus dos “héroes” que protagonizan sus historias y quienes se permiten inteligentes juicios acerca de sus congéneres.   Respecto a este amable diálogo entre ambos, cabe notar que cuando depositan su mirada hacia la muchedumbre, lo hacen mirando desde arriba, cual sujetos por sobre las circunstancias (como si de ángeles se tratara).  Por lo tanto, no cabe duda de que el uno y el otro, aún en sus rarezas, representan en el mejor sentido de la palabra la curiosidad y la capacidad de asombro (el narrador) y el sentido común como también la templanza su compañero (el antiguo juez).
 
    “-Pero no debe usted pasar por alto -me dijo Grant con su eterno aire de abstracción cuando le hube manifestado este parecer- que la misma ruindad de la vida en estos parajes plebeyos atestigua el triunfo del alma humana. Estoy de acuerdo con usted. Reconozco que estas gentes tienen que vivir sumidas en algo peor que la barbarie, tienen que vivir en una civilización de cuarta categoría, pero estoy completamente seguro de que la mayoría de estos seres son buenos. Y ser bueno es una empresa mucho más ardua y azarosa que dar la vuelta al Mundo en un barco de vela.”

     La trama puede resultar un poco enredosa, pese a que en cuanto a acontecimientos varios posee menos que el cuento que le antecedió.  Los dos amigos siguen a un sujeto de ambigua moral hasta una tertulia y allí se encuentran con varias personas que disfrutan de las reuniones sociales, tan habituales en este tipo de literatura (y en la vida real entre amantes de las charlas avispadas).  En este lugar son testigos de un acto de humillación a un congénere, que apenas logran soportan y de ese modo evidencian sus viejas impresiones sobre el hombre que individualizaron entre la multitud.  No obstante, tal y como viene a ser una marca de los relatos que comprenden este magnífico librito, nada es lo que parece.
     Esta narración juega, tal como puede encontrarse en el género del misterio, con los efectos del arte del engaño y otorga de ese modo al lector, representado a través de los protagonistas, la frescura que nos da la idea de que en la vida aún existen las sorpresas y que le pueden dar a uno más de un buen momento.  La inocencia y la perspicacia son dones bastante relacionados, pese a que en una primera instancia están en planos opuestos, pues tal como queda demostrado en este cuento y el resto de los que en este volumen se hayan, se requieren entre sí para que el efecto de la novedad sea mayor.

3- La verdadera causa de la visita del vicario.

      La manera de cómo se desarrolla esta historia y de su muy graciosa solución, nos da claras señales del talento de su escritor para realizar pequeñas piezas literarias, que son la perfecta armonía entre la virtud estética y el divertimento (sazonado todo con ese buen humor suyo, que tanto llegamos a amar quienes ya lo conocemos). 
      Esta vez la narración transcurre y es contada de forma algo distinta al resto, ya que  ahora a nuestro par de amigos, les toca ser las “víctimas” de otro miembro del llamado Club de los Negocios Raros.  Por otro lado, la gran aventura que es recurrente encontrar en las páginas de cada cuento, en esta ocasión es contada por un tercero y en la cual en nada intervienen los dos protagonistas.
      Todo comienza cuando hasta donde Charlie Swinburne llega un atribulado anciano, quien solicita su ayuda y para ello le cuenta los hechos que lo llevaron hasta su casa.  La narración que este le hace, viene a ser sin dudas la más singular de las que hasta el momento hemos conocido por medio del volumen.  El humor se acrecienta en este relato, que juega más que nunca con la credulidad del lector y de quien escucha de boca del vicario sus vicisitudes, dándonos sorpresa sobre sorpresa.
       Como ya debería quedar claro con respecto a la prosa de Chesterton, a cada momento de la lectura uno puede encontrarse con verdaderas perlas, a la hora de usar el lenguaje estilísticamente, como esta descripción de un personaje que resulta ser todo un manjar

     “Todo en él aleteaba: la bufanda a cuadros que llevaba en el brazo derecho, los patéticos guantes negros que tenía en la mano, en fin, toda su indumentaria. Creo poder decir sin exageración que hasta aleteaban sus párpados al tiempo que se ponía en pie. Era un viejo clérigo de los más gesticulantes que se puedan dar, calvo por arriba, con pelo blanco a los lados y patillas blancas.”

4- La singular especificación del agente de fincas.

      El cuarto cuento aumenta el sentido de maravilla con esta historia, que al medio se torna como una obra típica del género policial, ya que trata supuestamente sobre un crimen que debe ser resuelto y a ello se le agrega la presencia del hermano menor de Basilio, el detective.
      Como encontraremos en esta serie de ficciones interconectadas, se nos presenta otro sujeto bastante llamativo, un personaje nuevo entre tantos otros que son la generalidad de un mundo “realista”, cuyos habitantes no pertenecen a los estereotipos del hombre común.  Este individuo resulta ser una especie de viajero y aventurero que a muchos despierta recelos y que sin embargo posee el aprecio de alguien tan magnífico como el antiguo juez.  Cuando es involucrado en cierto incidente, el detective que ya desde antes lo había tomado por alguien reprobable de inmediato lo acusa de ser culpable.  Es cuando se debe comprobar quién está en lo correcto de los dos hermanos: aquel que ostenta una suspicacia mayor o el otro que en sus excentricidades, nos ha demostrado poseer la virtud de conocer mejor el alma de sus prójimos y leer entre líneas.  
      De este modo la narración nos lleva al campo de la reflexión acerca de los prejuicios y cómo estos al determinar nuestros acciones y pensamientos, entorpecen nuestros razonamientos.  La mayor dedicación que se le da a Rupert Grant, contrasta sin dudas dos personalidades, dejando claro la predilección del autor por una mente imaginativa, por sobre otra más racional (si no, basta con recordar a ese otro estupendo personaje suyo, que viene a ser el Padre Brown).
      Por otro lado, la misma caracterización del detective, así como la del propio compañero caído en desgracia, nos adentra en la amplia capacidad del escritor para describir nuestra heterogénea humanidad, ya sea en lo que concierne a las extravagancias, como a las virtudes y defectos que encontramos en los demás (como también en nosotros mismos).

      “En cuanto el teniente Drummond Keith abandonó la sala, la conversación acerca de su persona estalló como una tormenta. Esto se debía a múltiples y diversas características singulares. Era un hombre ligero y airoso que se vestía con ropas airosas y ligeras, blancas por lo general, como si estuviera en los trópicos. Era enjuto y agraciado como una pantera, y tenía los ojos negros, de expresión inquieta.
        Vivía en la mayor estrechez y tenía uno de los hábitos de los pobres en tan desmedido e inconmensurable grado que podría eclipsar al más miserable de los parias: me refiero a la costumbre de cambiar continuamente de vivienda. Existen dentro de Londres lugares donde, en el corazón mismo de la civilización artificial, la Humanidad ha vuelto una vez más a la vida nómada. Sin embargo, en estos inquietos lugares, no había un vagabundo más inquieto que el elegante oficial de los airosos trajes blancos. A juzgar por su conversación, este hombre había cazado en sus tiempos innumerables cosas, desde perdices hasta elefantes, pero sus escépticas amistades opinaban que «la Luna» no se había hallado pocas veces entre las víctimas de su victorioso rifle. La frase era acertadísima, y sugería una mística y fabulosa caza nocturna.”

5- La pintoresca conducta del profesor Chadd.

      Otro de los extravagantes amigos de Basilio, corresponde a un intelectual que desde la pluma del autor, no puede ser mejor reflejo de los mismos hombres de su estirpe.  Las palabras para este no pueden ser más precisas, aún en su poética prosa:

      “-Con todo respeto y condolencia, debo confesar que no pienso lo mismo -dije yo-. ¿Es tan extraordinario y complicado que un viejo sonámbulo que ha andado siempre rondando los límites de lo inconcebible se haya vuelto loco de la emoción producida por una gran alegría? ¿Es tan extraordinario que un hombre que tiene un rábano por cabeza y una telaraña por alma no tenga suficientes energías para resistir un inesperado cambio de fortuna? ¿Es, en fin, tan extraordinario que James Chadd haya perdido el juicio por la emoción?”

       El humorismo ahora se torna absurdo, cuando nos encontramos con el supuesto acceso del profesor Chadd, en cuya ayuda acuden Basilio y su compañero de andanzas, desentrañando luego la verdad detrás de tantas equivocaciones.
             Uno de los puntos más interesantes de esta historia, viene a ser que dentro de lo que va del libro, es la que mayor papel le da a un personaje femenino.  Ello no deja de presentar en su caracterización, la imagen convencional de las mujeres que se tenía en la sociedad británica a la que pertenecía Chesterton y quien pese a su brillantez, parecía mantener una imagen sexista al respecto.

      “Es cierto que las mujeres sensatas tienen por locos a los hombres estudiosos. Bien miradas las cosas, es cierto que todas las mujeres, de cualquier clase que sean, tienen por locos a todo género de hombres.”

      Por otro lado, cabe mencionar que pese al final inesperado de este título, tal como aquellos de los que le precedieron, al parecer nada tiene que ver con el Club de los Negocios Raros, si bien la revelación final hacia su desenlace, se enmarca en lo que concierne al ingenio humano como atributo.  

6- La extraña reclusión de la anciana señora.

      Charles y Rupert llegan de la manera más imprevista hasta una casa, en la que se encuentra una mujer mayor, que al parecer se encuentra encerrada contra su voluntad.  Como es de suponer entre estos dos varones (cabe mencionar que la caballerosidad y la gallardía son dos principios destacables en estas obras), ante esta situación deciden a toda costa liberarla de sus captores. Para ello acuden nada menos que a Basil, quien los acompaña hasta el lugar del supuesto siniestro y ante esto ocurre tal vez el más divertido encuentro entre los héroes de la historia y quienes al parecer tienen prisionera a la damisela.
      De entre todas las narraciones que forman parte de este libro y que a las alturas del post que le he dedicado, ya debería quedar claro que se trata de una lectura bastante recomendable,  viene a ser junto al primero de la serie, en poseer episodios llenos de acción física; no obstante en esta ocasión, Chesterton se supera y nos obsequia con verdaderas peleas o batallas entre los contrincantes.

       “Y antes de que pudiera darme cuenta de dónde me encontraba, me hallaba luchando a brazo partido con el hombre de la chaqueta púrpura. Este hombre parecía de alambre, y se doblaba y saltaba como un resorte, pero yo era más fuerte y le había cogido desprevenido. Le levanté del suelo unos dos pies, y después de tambalearse un momento sobre la otra pierna, rodó conmigo por el suelo con estrépito, entre una lluvia de periódicos, quedando yo encima.”

       Cuando aparece la mencionada señora en apuros y tiene sus diálogos con sus “salvadores”, nos encontramos con los que bien podrían considerarse como los momentos más emotivos y sublimes del tomo.  Con posterioridad en la especie de epílogo que cierra el libro, el autor vuelve a apelar a la sublimidad, cuando el mismísimo Basil hace su gran confesión.
      Teniendo en cuenta la sapiencia de alguien como Chesterton, un hombre claramente preocupado por los grandes temas de su tiempo y tierra, se permite en el desarrollo de este cuento, invitarnos a una muy grata discusión filosófica.  Esto denota a lo mejor por vez primera en la colección, una mirada a su espiritualidad cristiana y que en otras obras suyas, como El Hombre que fue Jueves,se encuentra mucho más potenciada.  Pues este grato debate entre el darwinismo (ideología científica tan en boga durante los años en que fue escrita esta obra), que se refiere a la supremacía y sobrevivencia de los más fuerte, en contraposición a los ideales de corte cristiano, pone de manifiesto una vez más al gran hombre que nos legó textos como este.
        No se puede olvidar el hermoso epílogo ya mencionado, en el cual aún con mucho más fuerza, queda de manifiesto el amor hacia Dios y sus criaturas, declarando con palabras muy hermosas que la verdadera justica no corresponde a la de las leyes de la sociedad sino que a la que existe en el corazón de los hombres y mujeres.
        Como palabras finales, debo decir que ante el enorme atractivo de estos cuentos, ya sea en cuanto a sus personajes como a lo que significa el propio Club de los Negocios Raros, uno podría querer leer más de sus historias…Y es que sin lugar a dudas las premisas de estas ficciones, pueden dar para muchas otras, tal como ya ha pasado con varios clásicos más y que tras ser escritos por sus autores originales, dieron pie a que sus admiradores los honraran con nuevas narraciones ¿Acaso existirán otros escritos al respecto y más encima publicados? Quien sepa espero me cuento acerca de ello.
        Asimismo debe saberse que la nada despreciable cinta de David Fincher El Juego (The Game, 1997), está basada ligeramente en Las extraordinarias aventuras del comandante Brown; no obstante para no caer en los despreciables spoilers, no contaré por qué razón y que sin embargo tiene que ver con su desenlace (algo que por supuesto se pueden dar cuenta, quienes hayan leído el relato y visto la película).

El Arrowverse se expande.

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     El éxito de la serie sobre el Arquero Esmeralda de DC, Flecha Verde, titulada simplemente como Arrow, dio pie a la creación de un spin-off basado en un personaje aún más popular de la compañía: Flash.  Ni tontos ni perezosos los responsables de ambos programas, al darse cuenta de que la fórmula de estas versiones actuales en imagen real de los superhéroes deceistas estaba funcionando, decidieron aventurarse aún más allá y dar pie a un cuarto programa de este estilo: DC` Legends of Tomorrow (pues el tercero dentro de este universo expandido viene a ser nada menos que Supergirl, el cual…aún no veo).  Cabe mencionarse que a este universo compartido entre todas estas series, se le denominó Arrowverse, por haberse iniciado justamente con el título dedicado a las andanzas de Flecha Verde, Arrow.
      Estrenada a principios del año pasado, corresponde a la primera serie de imagen real que está dedicada por entero a un grupo de superhéroes del cómic, ya que otros shows basados en personajes de historietas (tanto de DC o Marvel) son acerca de justicieros solitarios.  No obstante el equipo que aquí aparece resulta ser uno “inventado” para la tele, tomando personajes de las ya consagradas Arrow y The Flash, más otro sacado de las viejas revistas.  Lo curioso de todo esto, es que además agregaron a dos populares villanos, quienes acá ofician de antihéroes, haciéndolos formar parte de este grupo que más encima debe realizar viajes temporales para salvar a la Tierra de un futuro apocalíptico.
      La mezcla del equipo formado por metahumanos (entre seres supuestamente mágicos y otros cuyos poderes funcionan en base a la ciencia), más personas comunes y corrientes que tienen acceso a tecnología muy avanzada, quienes entre todos visitan varios periodos históricos, a simple vista es todo un deleite para el espectador (y más si es fanático de las viñetas del género).  No obstante en lo que respecto a la primera temporada, los guionistas no se esmeraron mucho  que digamos y desperdiciaron un montón de posibilidades, entre ellas hacer uso del vasto panteón deceísta; es más, apenas aparecieron dos personajes clásicos invitados, Per Degaton y Jonah Hex, siendo solo este último el que más se asemeja a su versión original y que en su intervención logra dejar contentos a quienes esperaban más de sus cómics favoritos.  En cuanto a Degaton, más libre no puede ser su versión que aquí aparece, de este villano de la Edad de Oro de las novelas gráficas.
      Ante el éxito de esta serie, que en su primera temporada solo posee 16 episodios y a diferencia de los más de 20 de los programas que le preceden, uno se pregunta qué mierda pasa con los gringos, quienes fueron incapaces de darle otra oportunidad a esa verdadera joyita incomprendida que es Constantine; pues en términos artísticos el show basado en Hellblazer de la línea adulta Vértigo de DC, viene a ser sin dudas mucho más depurado que este otro…En fin, ya sabemos que los criterios usacas pueden ser de lo más arbitrarios.
      Como trama central de esta serie nos encontramos con lo siguiente: En el siglo XXII el planeta vive un régimen dictatorial gobernado por el inmortal Vándalo Salvaje, quien mata sin escrúpulos a la esposa e hijo de Rip Hunter, un Señor del Tiempo.   Hunter pertenece a una organización que vela por mantener que la línea temporal se mantenga incólume, de modo que nada ni nadie pueda alterarla y para evitar ello y la intrusión de infractores, contando con sofisticadas máquinas que les permiten saltar a su gusto en cualquier época.  Pues ante la  negativa de sus superiores y pares para evitar el desastre cometido por el tirano, el autoproclamado Capitán Rip se revela y se roba una poderosa nave que además posee una inteligencia artificial; su objetivo, reclutar a un grupo de personas que lo puedan ayudar a derrotar a Vándalo Salvaje.  De este modo el argumento de la primera temporada, gira en torno a la lucha de esta gente para conseguir que el imperio de este villano se alce y no importa que en su camino tenga que matarlo (una y otra vez).
      Teniendo en cuenta de qué trata el programa y las características de sus protagonistas, esta tiene dos detalles en los que me quiero detener:
      Primero, teniendo en cuenta lo que ya se afirmó más arriba acerca del motivo que reúne a sus protagonistas, debiendo matar una y otra vez a su gran enemigo para ver si logran deshacerse de él, nos encontramos de que a diferencia de lo estipulado en las otras series de superhéroes DC y sus cómics, estos otros SÍ matan.  Y estamos hablando de personajes más o menos icónicos en este multiverso, como lo son Hombre y Chica Halcón, además de Atom y Firestorm, que o bien sin tapujos causan la muerte “momentánea” de Vándalo Salvaje o bien no mueven un dedo para evitar que sus compañeros sí lo hagan (y sin sentimiento de culpa, que digamos).  Además no hay que olvidar a los “criminales” Capitán Frío y Onda de Calor, los dos miembros de esta sociedad que no comparten los mismos idealismos de los otros, para quienes matar no es algo tan reprobable.   Por lo tanto, queda claro que este hecho otorga a la serie un cariz más adulto, ya que hay un grado de violencia que si bien no es totalmente gráfico, sí marca un precedente que nos muestra una faceta más oscura del universo DC.  Y tampoco se puede olvidar al respecto que este programa se toma muchos más libertades que los que le preceden, respecto a los cómics que lo inspiran.
      Segundo, al tener un carácter coral en cuanto a que ningún personaje sobresale por sobre los otros, en lo que concierne a sus protagonistas, las historias están escritas de tal manera que en todos los capítulos aparece el equipo completo. Esto sucede de la siguiente manera: Las tramas de los episodios, que en todo caso poseen cierto carácter autoconclusivo, si bien con un arco argumental extenso que se desarrolla a lo largo de toda la temporada, centran la historia en dos o tres subgrupos que les toca pasar juntos un hecho en concreto.  Dichas aventuras están relacionadas entre sí con el suceso principal abordado en el capítulo y al final todo converge a un mismo punto.
      
      También se puede mencionar el detalle “ñoño” de que la nave que capitanea Rip Hunter, se llama nada menos que Waverider, lo que corresponde a un guiño a los cómics de los noventa, época en la que era popular un superhéroe con ese mismo nombre y con el poder de viajar en el tiempo. 
       De igual modo se debe mencionar la aparición de varios personajes invitados de las series Arrow y The Flash en varios episodios, destacando mayormente los del programa sobre el Arquero Esmeralda (y en ese sentido, rescatable resulta ser cuando en un futuro cercano y apocalíptico, nos encontramos con un Oliver Queen que resulta ser un claro homenaje a la versión manca de este superhéroe en una de las mejores novela gráficas de Batman: El Regreso del Caballero de la Noche de Frank Miller).   Por lo tanto es de esperarse que en la segunda temporada, hayan verdaderos crossover entre esta más reciente serie y las otras que permitieron su nacimiento.
        En cuanto al villano de este primer año, Vándalo Salvaje, si bien resulta interesante cómo está abordado y además interpretado por el actor que lo encarna, al menos para un servidor, resulta ser carente del carisma que poseen los grandes malvados que se han enfrentado a Flecha Verde y Flash en sus respectivos shows.  Pues otros como Merlyn, Deathstroke, Ra`s al Ghul o Reverso Flash en realidad llegan a simpatizar al público, porque además son presentados como personas que aunque cometen actos crueles y criminales, no dejan de poseer un componente humano muy fuerte, de tal modo que uno disfruta cada una de sus intervenciones.  En cambio este inmortal carece de elementos como el humor y la capacidad de amar, pese a que dice estar enamorado de Kendra (Chica Halcón) y que  además en esta temporada conocemos a su hija (otro personaje también sacado del cómic).
        El final de temporada, más bien el último par de minutos, resulta ser toda una promesa para quienes aún no vemos lo que le sigue… ¡Pues aparece alguien que dice ser miembro nada menos que de la Sociedad de la Justicia! Así que a ver cómo trabajarán en la segunda temporada, la existencia de este importante equipo de superhéroes deceístas.  Algo así, la introducción de más superhéroes y otros íconos de DC en los argumentos, de seguro que puede mejorar esta serie.
        De entre quienes conforman el grupo “medianamente” liderado por Rip Hunter, encontramos a:

Canario Blanco: Personaje inventado para esta serie, si bien viene a estar tomado de nada menos que de Sarah Lance/Canario Negro I de Arrow.  A mi humilde parecer uno de los mejores personajes de acá, siendo que en su mayoría los demás me parecen insulsos, salvo los dos villanos reclutados para formar este equipo.  La lucha interna de esta mujer con su oscuridad que la mantiene al filo del sadismo, la hace ser toda una heroína y alguien a quien se puede admirar.  Su personalidad compleja y de chica “difícil”, le permite sin dudas poder confraternizar fácilmente con los ex enemigos del Velocista Escarlata, que también aquí aparecen.
Atom: Ray Palmer, el superhéroe original de DC con la capacidad de hacerse microscópico en el universo DC, al igual que la anterior también llegó desde Arrow para formar parte de este otro casting.  Pues este mantiene una relación amorosa con bastantes tropiezos nada menos que con Chica Halcón, quien se supone por milenios solo ha estado destinada a otro hombre…Carter Hall, el Hombre Halcón.  Respecto a cómo abordan en la serie al personaje, sin ánimos de hacer spoiler, debo decir que me parece de lo más ridículo cuando hacen que este desarrolle una tecnología que le permite… ¡Hacerse gigante! Algo claramente copiado del Hombre Hormiga marvelita y para competir con este otros superhéroe mucho más exitoso, gracias a sus intervenciones en pantalla grande; por otro lado, debe saberse que en las historietas Atom (en ninguna de sus encarnaciones) ha tenido esta capacidad para aumentar su tamaño.
Firestorm: En este caso viene a ser la versión II del superhéroe con poderes nucleares, conformado por la fusión de dos seres humanos, el profesor Martin Stein y Jefferson Jackson.  La dicotomía entre el primero, un científico de mente racional y maduro y el otro un muchacho recién salido de la adolescencia mucho más impulsivo e inexperto, resulta ser un detalle interesante que da al programa algunos de sus más emotivos y mejores momentos.  Por cierto, este Firestorm corresponde al de apariencia afromaericana, debido a la presencia de Jax (el muchacho).  En este programa mejoraron su traje para hacerlo más parecido al de las historietas, sin embargo no sé qué manía tienen contra los cascos, que este tampoco lleva Firestorm II a diferencia de su símil comiquero (otro aspecto calcado a las cintas marvelitas, que le quitaron el famoso casco a Thor y a Ojo de Halcón).  La conformación de esta segunda fusión que da origen al justiciero, proviene del programa dedicado a Flash, en el transcurso de su segunda temporada.


Chica Halcón: Kendra Summer, quien sin duda junto a su compañero el Hombre Halcón tienen los mejores trajes superheroicos de DC` Legends of Tomorrow, no logra convencerme (quizás sea la actriz, que para mi gusto no es tan “bonita” como quisiera y nunca fue de raza negra en los cómics; aunque se puede entender hasta cierto punto este cambio, debido a que como egipcia en su origen, tal detalle  resulta verosímil).   Quizás lo más atractivo de cómo está planteado este personaje, viene a ser su dilema entre responder a su pasión por Ray Palmer, en choque con su destino con el amante suyo por eras, Carter Hall; pues la mujer se niega a tener que seguir con lo que considera un esquema preestablecido y mil veces prefiere hacer uso de su derecho al libre albedrío, que en este caso sería estar con Atom.  No obstante, la Chica Halcón animada de la ya clásica Liga de la Justicia de la década pasada (y por supuesto de su continuación Liga de la Justicia Ilimitada), me parece lejos mejor realizada (si bien esta otra corresponde a la Chica Halcón II, la alienígena thanagariana Shayera Hol).
Hombre Halcón: A diferencia de su pareja este es “blanco” y recuerda más al superhéroe de las viñetas en el que se inspira, por su personalidad retraída y el carácter bastante masculino que posee.  Debido a las circunstancias de la serie misma, en cuanto a cómo se transcurren en ella los acontecimientos más relevantes, viene a ser el personaje menos desarrollado en todo el programa; por lo tanto no se puede decir mucho de este y a ver si más adelante podemos llegar a conocerlo mejor.  Este y Chica Halcón fueron introducidos en la segunda temporada de The Flash.
Capitán Frío: Uno de los mejores y más queridos (aunque suene contraproducente) enemigos del Velocista Escarlata, viene a ser Leonard Snart y que en esta versión acaparó de inmediato la atención desde su primera aparición en la actual serie The Flash.  Retratado como un ladrón con un muy particular código ético, se trata de un hombre capaz de verdaderos actos de nobleza y lealtad, que dejan claro de que no es un villano megalomaniaco y que se regodee en hacer sufrir a los demás.  De pasado más o menos trágico que lo llevó al crimen, su cambio en esta serie a la que pasó a tener mayor protagonismo es notable.   Su único amigo fue por muchos años Onda de Calor y quien sin embargo es su opuesto no solo por usar uno el hielo y el otro el fuego como armas, hasta que su tiempo junto a los demás tripulantes de la Waverider termina por redimirlo.  Debo reconocer que este es mi favorito de toda la serie.
Onda de Calor: El hermano putativo y compañero de Snart, Mick Rory, es un pirómano que al igual que el anterior tiene una “historia triste”, que lo llevó a convertirse en lo que es; solo gracias a esta serie, por igual tal como pasa con Capitán Frío, nos es posible entenderlo mejor.  La evolución de Rory como sujeto es impactante, pues pasa de ser un tipo de pocas luces e impulsivo (casi puro instinto con el ardor de su personalidad), a alguien lejos mucho más inteligente y locuaz, luego de cierto acontecimiento crítico para él y el resto.  En lo que concierne a su papel dentro de la serie, nos da bastantes sorpresas.  Es interpretado por el guapo y versátil Dominic Purcell, en un registro dramático por completo distinto al que le dio la fama también en televisión, como el protagonista de la llorada John Doe; pues si en la primera se resaltaba su belleza angelical, acá con más masa muscular y un rostro con un rictus por lo general duro, aparte de una voz grave que da miedo escucharlo, hacen sin duda que creamos que se trata de otra persona.  Interesante resulta ser el “dato freack” de que este histrión y Wentworth Miller, su socio, habían trabajado juntos como hermanos en la también recordada Prision Breack.
      Para terminar, con respecto a Arthur Darvill, el histrión a cargo de Rip Hunter, curioso es el dato de que este se hizo famoso para el mundo ñoño como uno de los dos companion (compañero de viaje) del Undécimo Doctor en Doctor Who,de la BBC.  Pues en esta otra famosa serie de ciencia ficción británica, también era un viajero del tiempo, si bien en esta ocasión era el Doctor el Amo del Tiempo (claro que con una historia diferente de por medio) y ahora en la actualidad le toca a él serlo.


Trailer de la primera temporada con introducción y presentando a sus protagonistas.

El Camino del Guerrero.

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     Hace casi diez años atrás, en 2008, el talentoso guionista Mark Millar acompañado en el dibujo por Steve McNiven, escribió una historia alternativa dedicada al Hombre X más famoso.   Ambientada dentro de uno de los tantos universos paralelos al principal de las ficciones marvelitas, El Viejo Logan nos muestra a un “muy mayor” Wolverine viviendo en una tierra postapocalíptica, en el que villanos superpoderosos como Cráneo Rojo y Doctor Doom se disputan el mundo.  Incluso el anteriormente heroico Hulk se ha convertido en uno de los tantos dictadores, en lo que parece un homenaje a esa ya clásica y preciosa obra llamada Futuro Imperfectode Peter David y George Pérez (sin dudas que el llamado Maestro, una versión maligna del Coloso Esmeralda, ha dejado huella en los cómics).  En su argumento casi todos los superhéroes fueron derrotados, están muertos, trabajan en las sombras o sin duda ya están bastante viejos.  Y es cuando nuestro Viejo Logan, debe realizar un muy significativo viaje junto a su antiguo compañero de andanzas, Ojo de Halcón.
      Una premisa tan atractiva como la anterior, no podía dejar de inspirar a las recientes adaptaciones audiovisuales basadas en estas historietas, ya sea a través de las tantas series animadas que hoy en día se realizan, como de las producciones hechas directas para el video casero (hoy DVD y blu-ray), si es que no por medio de una superproducción hollywoodense como se acostumbra hacer hoy en día.  Pues este último formato fue el elegido para adaptar la ya mencionada  novela gráfica, aunque para ser sinceros Logan, que así se llama la cinta en cuestión, solo se parece en a lo más un 10% a este otro título (y para ser precisos, en los créditos ni siquiera se refieren al trabajo de Millar y McNiven).
       Dirigida por James Mangold, el mismo responsable de la anterior cinta protagonizada por quien también fuese llamado Arma X, The Wolverine, se trata de una historia independiente que de igual manera nos muestra a este mutante viviendo (o más bien apenas sobreviviendo), en medio de un Estados Unidos en el cual los de su especie en la práctica se han extinguido.  Una trama trágica como esta, con un Logan que sin dudas se ve derrotado (alcohólico, con el semblante lleno de arrugas, cojo, con barba entrecana y cerrada, cubierto por cicatrices, ya que su cuerpo ahora no se regenera como antes), sirve además como cierre a lo que en la actualidad se conoce como la Trilogía de Wolverine (compuesta por las películas Wolverine: Orígenes y la ya nombrada The Wolverine).  Por otro lado, por mucho que nos resistamos a la idea, se supone que es la despedida del guapo y talentoso Hugh Jackman, haciendo de este personaje, quien se hizo famoso gracias a dicho rol, cuando ya en un “lejano” 2000 lo interpretó por primera vez en la cinta debut de los X-Men.
         La vida de este ex paladín de la justicia no puede ser más patética: Trabaja como chofer de una limusina que le pertenece, trabajando para distintos clientes con los que ninguna otra relación tiene, salvo algo estrictamente comercial; está más solitario que nunca, pero lo peor es que luego de más de siglo y medio vivo, ha perdido toda esperanza y sentido de trascendencia.  Y sin embargo, pese a su propia miseria, aún quedan en él restos del otrora sujeto maravilloso y noble, ya que es una de las dos personas que velan por su anciano maestro, el otrora conocido Profesor X, Charles Xavier y la mente más poderosa que ha pisado la Tierra en su historia.   Los años y las viejas derrotas pesan sobre el telépata mutante, quien apenas puede controlar sus enormes habilidades y solo a base de fuerte fármacos, consigue evitar que sus ataques psíquicos provoquen estragos y muertes a su alrededor.
         La aparición de una pequeña niña que no puede tener más de diez años, muda y que además se supone es la última de la especie con el denominado Gen X, se cruza en el camino de estos dos amigos y quienes cómo pueden comienzan un periplo en medio de nuevos peligros, para salvarla de sus perseguidores que desean matarla.  Y es entonces que el propio protagonista y nosotros, descubrimos que aún queda mucho de ese hombre que con tantas batallas y guerras a cuestas, conquistó el corazón de todos gracias a su enorme heroicidad.
       Ningún otro mutante aparece en este largometraje, ni otro personaje usando trajes ajustados y llamativos, como bien nos tiene acostumbrados este subgénero; sin embargo, queda claro de que estamos dentro de una ficción salida de la Casa de las Ideas, en plan de ciencia ficción, ambientada en un futuro cercano además, ya que se muestran experimentos genéticos imposibles (hasta dónde sabemos) y nos encontramos con tecnología avanzada tan propia de las viñetas.  Solo Calibán, un antiguo mutante de poca importancia en las revistas y a quien ya conocimos más joven en X-Men: Apocalipsis queda vivo, siendo el otro de su especie, que vela por los últimos días del director de la ya desaparecida Academia para Jóvenes Talentos.

Esperando feliz esta película.
        En los cómics y en sus adaptaciones audiovisuales, Wolverine ha tenido estrechas relaciones con menores de edad, en especial niñas, con quienes establece lazos de carácter filial. Kitty Pryde y Júbilo son algunas de estas otroras pequeñas, para quienes Lobezno (tal como también lo conocimos en las traducciones al español), se ha convertido tanto en un protector como en un maestro.  Y es así que siguiendo la pauta de todas estas historietas del pasado, el Logan cinematográfico sin proponérselo, se convierte para la chica llamada Laura, en su única alternativa para salir ilesa  Y entonces llega la gran sorpresa: la muchacha posee más de una semejanza con su nuevo guardián.
        Pasa bastante tiempo para que la verdadera acción, a la que nos tienen acostumbrados estas películas, irrumpa frente a nuestros ojos; no obstante cuando esto sucede, la trama va creciendo en intensidad entre medio de escenas llenas de adrenalina y otras emociones, en la que más que nunca abundan los momentos de gran intensidad dramática.  Debido a lo anterior, resulta difícil no conmoverse con algunos de estos instantes, como nunca antes en una cinta de la franquicia mutante.  Debido a todo esto justamente, es que Jackman nos demuestra que es mucho más que una cara bonita y un cuerpo magnífico, al caracterizar de manera creíble a este héroe que no es perfecto y que no obstante es capaz de sobreponerse a la adversidad.
         Como en otras entregas de esta serie de filmes, no falta el humor, pese al carácter más grave de su historia; empero las risas acá se encuentran más dosificadas, ya que una atmósfera intimista impregna esta cinta y que en muchos sentidos es un adiós para todo el mundo; de igual modo, nos encontramos con la promesa de una nueva esperanza, ya que mientras haya felicidad y buena voluntad, la humanidad nunca decaerá (pues de esto tratan todas estas miles de historietas y sus mejores adaptaciones: hay algo más allá de la espectacularidad de sus personajes superpoderosos, pues ellos no dejan de representar lo mejor que hay dentro de nosotros mismos).
         De igual manera se debe mencionar que Logan,es sin dudas la más violenta de esta saga (luego de  Deadpool, claro).  Al respecto las imágenes no dejan de impactar y  no dejan lugar a dudas que ahora Wolverine no duda en matar, porque ya nada tiene que perder y los antiguos ideales bajo los que se educó, al amparo de sus desaparecidos compañeros, están casi tan extintos como ellos mismos. 
         El trabajo de un veterano como Patrick Stewart, haciendo de un decrépito Charles Xavier, no deja al público indiferente.  Duele ver a este líder de una era de maravillas, convertido en una ruina y pese a ello, debajo de esa carne moribunda, se encuentra uno de los individuos más sorprendentes y carismáticos de estas historietas.  Es hermoso y a la vez triste conocer sus últimos días.  No se puede mencionar respecto a este, lo impactante de las escenas que retratan sus estallidos psiónicos, una especie de versiones enfermas de sus recordadas manipulaciones de la realidad, cuando congelaba todo a su alrededor, como si se tratara de poner pausa. 
     Pero a la par de la labor actoral de gente como Stewart y de Jackman, destaca la debutante Dafne Keen, quien en la práctica “se roba la película”, realizando su papel con una credibilidad, que sin dudas la convierte en una futura estrella.  La experiencia que implica participar de una obra, en la cual está expuesta a un complejo abanico de emociones, con un personaje que durante buena parte del metraje nada habla y solo se comunica (con excelentes resultados) gracias a su gestualidad y guturalmente, entregan otro nivel de emotividad al argumento.
      El sensible y gracioso guiño a los mismos cómics y merchandasing de los X-Men, resulta ser un detalle que se agradece para los más ñoños.  Por otro lado, no debemos olvidar que con esta película, nos quedamos con la interrogante, sobre qué pasará a continuación con estos superhéroes en la pantalla grande y quién tomará el relevo (y será capaz de hacerlo), ahora que no tendremos a Huhg Jackman como Wolverine (¡Snif!).


Uno de los trailers de Logan.

Mi pésame por Bill Paxton.

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Bill Paxton en 2014, un hombre ya maduro sin perder su glamour.
      El 27 de febrero del presente año me encontraba a un día de terminar mis vacaciones de verano (de dos meses completos de duración), cuando murió otro de esos artistas con los que uno se ha criado a lo largo de su vida como cinéfilo: Bill Paxton.  Como no veo televisión (menos noticias que son para puro llenarse de malas vibras), ni escucho radio y menos leo el diario, me vine a enterar de su deceso gracias a los “guasaps” que me mandaron dos amigos, Cecilia Navia y Miguel Acevedo (el mismo que siempre me avisa de este tipo de acontecimientos, el muy Cuervo de la Tormenta)…¡Y pensar que tan solo a principios de enero, durante mi estadía en la playa, me había vuelto a ver de nuevo por fin, ahora como adulto, Near Dark (1987) donde Paxton aparece! Solo tenía 61 años cuando le llegó la muerte, y bastante bien que se veía cuando intervino hace pocos años atrás haciendo de villano en la primera temporada de Agentes de S.H.I.E.L.D. en el 2014; todavía bastante regio a esa edad, parecía imposible que nos dejara tan pronto.
       El comienzo del nuevo año escolar y otros compromisos, me mantuvieron alejado de este homenaje mío a quien tantas satisfacciones nos dio y tan solo ahora puedo permitirme escribirle unas líneas.
       No me voy a referir a su filmografía completa, que es bastante extensa y que por supuesto no la conozco al revés y al derecho; pues hizo bastantes filmes para la pantalla grande, como con su incursión en la televisión, que conozco aún menos.  En todo caso alguien como él era obvio que iba a acaparar mi atención a tan temprana edad, ya que bien se podría decir que tuvo preferencia por los filmes de género (ciencia ficción, terror y fantasía), participando en varios títulos de renombre, como también en otros que si bien eran de temática más “realista”, no dejaban de ser de mi gusto (como Titanic por ejemplo).
       De presencia masculina y un cuerpo de 1.80 metros que lo hacía verse imponente, además de un rostro agraciado (aunque no en el sentido de “carilindo” como un Tom Cruise o un Brad Pitt), Bill Paxton poseía una presencia que sin dudas la habría querido para mí.  Pero mucho más allá de su varonil presencia, estaba su talento histriónico que le permitió realizar distintos papeles, sorteando con soltura las varias temáticas que abordó entre los papeles más dramáticos y los que le requirieron que sacara a flote su lado más cómico; como héroe, galán, villano y héroe de acción, siempre se desempeñó con soltura.  Ante su facilidad para realizar todo tipo de roles con verosimilitud, fue nominado a varios premios, algunos de los que ganó.
        La verdad es que me es imposible traer a la memoria tantos títulos suyos, que muy bien sé que estuvo en filmes famosos y que en su momento vi con muchas ganas, pero que luego nunca me los repetí o si lo hice fue hace demasiado tiempo atrás, como para que me haya quedado fija en la mente su participación: Comando (1985), Depredador 2 (1990), Boxing Helena (1993), Tombstone (1993), Mentiras Verdaderas (1994), Apollo 13 (1995), Tornado (1996) y Al Filo del Mañana (2014).  Como ya dije, su carrera fue bastante prodigiosa y no sé tanto de ella como quisiera, no obstante hay unos cuantos de sus trabajos que para mí son muy queridos y a los que me referiré a continuación.
        No tenía ni siquiera mi primera década de vida, cuando supe de Alien (1979), el seminal filme de Ridley Scott que ha dado para una soberbia saga cinematográfica, la cual está pronto a estrenar una nueva entrega (¡Por fin!) de la mano de su mismo director original.  Cuando por fin pude ver esta cinta en la tele, un domingo en la noche como se acostumbraba a hacer en los ochenta, con estos estrenos bastante atrasados y además cortados un montón,  quedé eufórico. Tiempo después (ignoro cuánto habrá pasado), le tocó a Aliens (1986) ser exhibida en la pantalla chica chilena…Y uno de sus llamativos personajes fue justamente encarnado por Paxton, quien acá hizo de un militar y/o mercenario de pocas luces aunque valiente y simpático, que se enfrentaba a estos monstruos espaciales.  Como fanático de esta serie de cintas, me la he repetido un montón de veces, más todavía cuando su realizador James Carmeron lanzó su “Corte del Director”, que incluye media hora de metraje no visto hasta entonces.  Convertido ya en un “veterano en este mundo”, reconocer al Bill Paxton como ese guerrero musculoso y lleno de adrenalina (quien incluso resulta ser alguien heroico), siempre me fue satisfactorio una vez que me encariñé con el actor.
      A veces uno, en especial de niño, de adolescente o en su juventud, hace amigos que cree que estarán contigo por el resto de tus días; no obstante esto no es así y solo se trata de compañeros de viaje con los cuales por solo un tiempo, recorrimos parte de este camino que es la vida misma.   Entre estos en mi existencia se encuentran los hermanos Jonathan y Cristofer Torres (ignoro si con esa misma grafía se escriben en realidad sus nombres), con quienes por años compartí mis gustos más ñoños y fueron los único amigos de este tipo que tuve.  Pues con ellos me vi en VHS en su casa Near Dark (conocida por estos lares como Los Viajeros de la Noche), que era todo un rito entre nosotros, vernos todas las joyitas del género que llegaban a nuestras manos.  El filme dirigido por Kathryn Bigelow, quien por entonces era esposa del mismísimo James Cameron, es nada menos que una historia de vampiros que solo ahora en que me la volví a ver ya como adulto, pude apreciar a cabalidad su genialidad; en ella Paxton hizo del miembro de una pandilla de no muertos que andan deambulando por las carreteras, transportándose en automóviles con lo que viene a ser una road movie sobrenatural y de culto.  Severen, el chupasangre a cargo de este artista, viene a ser quizás el que más actúa como una criatura instintiva y por ende salvaje, de toda su comunidad… ¡Y sinceramente Bill estuvo magnífico en su confrontación final con el protagonista de esta obra!
       Otro rol suyo del que sí me acuerdo, fue el que desempeñó en la taquillera Titanic (1997), una vez más trabajando a las órdenes de su amigo James Cameron, quien cuando podía lo llamaba para actuar en sus cintas.  En esta ocasión lo vimos rubio y más atractivo que nunca, haciendo del capitán del barco que se topa con las ruinas del famoso siniestrado y a quien le toca abrir y cerrar este filme durante sus escenas ambientadas en el presente.  Es así que a lo largo de su carrera, tuvo varios papeles como secundario, tal como aquí sucede; no obstante ello no impidió que demostrara su capacidad para convertirse entre un título y otro, en alguien por completo diferente.
      Volviendo atrás en el tiempo, una vez que ya lo identifiqué entre tanto colega suyo y me prendí de su imagen, pude apreciarlo en el breve papel suyo como punk callejero en la igualmente célebre The Terminator (1984), en su primera colaboración junto al ya mencionado Cameron.  Al ser entonces este largometraje uno de mis predilectos y por ello repetido hasta la saciedad desde que era un muchacho, contemplarlo bajo esa imagen rebelde y juvenil, me parece cómica y curiosa a la vez.
       No obstante la caracterización suya que más notable encuentro y donde sin dudas se ganó mis respetos y corazón, resulta ser en un Plan Simple (1998) del realizador Sam Raimi, en una de las pocas películas de este último, en las que se alejó de su sello relacionado con la fantasía y el terror.  En esta maravillosa cinta dramática, en la cual una familia se encuentra millones de dólares en una avioneta caída, se convierte en todo un prisionero de sus bajas pasiones, al ser controlado por su inescrupulosa mujer, quien lo convence para quedarse con la fortuna; la tragedia en la que desemboca todo esto, recuerda en parte la historia clásica de Shakespeare Macbeth, debido a cómo la ambición de un hombre al ser controlado por su aún más avarienta y manipuladora señora, lo lleva a perder la dignidad que antes poseía.  Verlo tan grandote y viril con este protagónico, aunque convertido en un monigote por su preciosa, bajita  y supuestamente delicada mujer (nada menos que Bridget Fonda), no deja de impresionar.
         Hace casi un par de años atrás me lo reencontré por sorpresa en la decepcionante serie Agentes de S.H.I.E.L.D, hacia el final de su primera temporada y lo que bien ayudó a levantar en los capítulos que duró su aparición, el alicaído desarrollo de este show.  El engaño al que nos sometió como el supuesto honorable mentor de uno de los protagonistas, viene a ser toda una confirmación de su talento dramático.   No obstante en lo que se refiere a su paso por la televisión, toda una deuda viene a ser para mí disfrutar de uno de sus mejores intervenciones, como el patriarca de un matrimonio mormón polígamo, en Big Love, donde Paxton tiene nada menos que tres esposas; su desempeño en esta producción de HBO que duró nada menos que cinco años, le valió más que un elogio.
         Por ahora solo nos queda esperar al estreno de la versión en imagen real de La Bella y la Bestia, en lo que viene a ser su legado póstumo al prestar su voz como narrador, aunque ello bien solo podrá ser apreciado al verla en su audio original en inglés.  


Bill Paxton en tres de sus papeles al alero de la ciencia ficción.

Una maravilla del cómic latinoamericano: “El Eternauta”.

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       Como amante de la ciencia ficción y las historietas, por años tuve una deuda pendiente con una novela gráfica argentina que varias veces me recomendaron: El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld en el guión y  Francisco Solano López en el dibujo… ¡Si hasta amigos míos no-ñoños y que menos le dedican el tiempo a este tipo de arte, lo tuvieron entre sus manos antes que yo! ¡Qué vergüenza! Así que casi a finales del año pasado apenas tuve la oportunidad, lo adquirí en una preciosa edición que respeta el formato en el que salió originalmente en la revista trasandina especializada Hora Cero, con una página horizontal en vez de vertical (tal cual las llamadas “tiras cómicas” de los periódicos).   Esta obra fue publicada originalmente entre 1957 y 1959, una época que ya parece algo lejana y sin embargo ya avanzado el nuevo milenio, su historia sigue estando tan vigente como cuando sus protagonistas se hicieron conocidos en sus viñetas.
       Se trata de una obra de ciencia ficción pura, aunque de esas que van mucho más allá del mero entretenimiento, puesto que tal cual otros grandes títulos del género, corresponde a una extrapolación de nuestra realidad y además de un trabajo crítico que no deja de llevarnos a la reflexión tras su lectura.  Cabe notar, además, que su trama transcurre en la Argentina del presente en el cual fue escrita, retratando sin dudas la sociedad de aquellos años, pese a sus elementos de fantasía científica; de este modo el lector que le dedica su tiempo, ya sea argentino o no, sin dudas que puede conocer mejor la época y su gente de aquel entonces, en especial si se lee en su lengua original, que usa varios de los términos propios de aquellos años.
         Puede que sea a propósito o solo venga a ser una feliz casualidad, propia de los grandes temas de este tipo de narraciones, pero quien sabe de los grandes clásicos de la ciencia ficción, bien puede identificar a El Eternauta como una versión latinoamericana de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells. De este modo, en el trabajo de Oesterheld y Solano López nos encontramos con una terrible invasión alienígena al mundo entero, si bien llegamos a conocer todo esto debido a los sobrevivientes bonaerenses, quienes tal como en la novela mencionada, como pueden se resisten a la violencia de los conquistadores alienígenas.  De igual manera que en el texto de finales del siglo XIX, los personajes humanos corresponden a individuos comunes y corrientes, que se enfrentan a lo fortuito, sacando a la luz con sus acciones lo más luminoso y pesadillesco de nuestra humanidad; de este modo cuando se escenifican verdaderos actos de heroísmo, no son los de sujetos extraordinarios, ni que pertenezcan a una elite de guerreros, si no que sirven para exponer a lo que podemos llegar cualquiera de nosotros, si tenemos la motivación como para superar las debilidades que nos agobian.
La recomendable edición que poseo.
       El desastre comienza en medio de la tranquilidad hogareña, cuando el personaje principal (quien luego será nada menos que el llamado Eternauta) se encuentra bajo la dicha de su familia (esposa e hija) y la presencia de sus mejores amigos, con quienes comparte varios gustos en común.  Entonces comienza a caer una horrible nevazón tóxica, que al solo contacto con ella mata a todo ser viviente.  A partir de este punto la trama no puede ser más angustiante y claustrofóbica, la que sus autores manejan a través de un guión rico en diálogos y descripciones de gran esteticismo, como de un dibujo marcado por la expresividad del rostro de sus personajes, muy estilizado, lo que en su conjunto lleva al receptor a sentirse emocionalmente comprometido con esta historieta.  La intrusión de todo esto, en las imágenes que retratan la paz de la vida sencilla, no deja de ponernos claros el horror de todo acto de violencia y la correspondiente pérdida de la seguridad frente a todo tipo de infortunios.
       Mucha tragedia y drama en general encontramos en este cómic, donde hay hasta un espacio para el amor y la ternura; sin olvidar además sus momentos más sublimes, que no dejan de encantarnos ante tanta belleza plasmada en estas páginas.
       La guerra no está presente en esta obra como una dignificación de la confrontación armada entre oponentes, debido a diversos intereses (por lo general egoístas), si no que como la defensa de todo un pueblo por el derecho a su autonomía y a ser dueños de sus tierras frente al invasor.  En cierto sentido, aquí hayamos el poder visionario de la ciencia ficción, al adelantarnos el conflicto del país hermano (Argentina),  con los imperialistas británicos, al adueñarse de las islas Malvinas en el transcurso de 1982 (cabe mencionar que cuando el propio Well escribió su libro, lo hizo a manera de dura recriminación a la política avasallante de su nación de origen).  Con respecto al papel que acá cumple el enemigo, poco a poco nos vamos dando cuenta a través de los protagonistas, que quienes creemos son los culpables de todo, en realidad o son solo carne de cañón o bien puramente son manipulados por los verdaderos responsables de la disputa.  En este sentido, podría aventurarme a afirmar que el argumento viene a ser un llamado al pacifismo, debido a cómo nos damos cuenta de que nada es lo que parece y de que no son los soldados extraterrestres los dignos de ser odiados, sino que el mal se haya detrás de quienes se esconden en las sombras y controlando los hilos de todo. Por ende, hay belleza y bondad incluso en quienes tildamos de rivales y al final no importa que tantas buenas razones hayan para luchar, la guerra nunca llega a ser satisfactoria.
        El comienzo, algunas partes del medio y el final de todo esto, no dejan de ser impactantes, puesto que la historia es contada por nada menos que el Eternauta al propio Oesterheld; ello en un juego metaliterario que rompe con los límites de la ficción y la realidad, lo que evidencia la capacidad del escritor para otorgarle una mayor dimensión estética a su obra. 
       Por otro lado, es en el rostro de este Eternauta, que se contrapone al de su versión más joven, que la pluma de Solano López se muestra en toda su magnitud, cuando podemos identificar en las arrugas del héroe las marcas que deja el dolor frente a las tribulaciones.
        Debe saberse que Héctor Oesterheld, fue una de las tantas víctimas de la última dictadura argentina, siendo detenido en 1977 y ejecutado al año siguiente.  El triste final de este creador, viene a demostrar las lecturas políticas de El Eternauta, que no puede ser más contestatario respecto a cómo desnuda los abusos de los poderes fácticos y representados en los ominosos Ellos (que como bien sucede en el mundo real, no son los que van al frente, pero sí mandan engañados o bajo su control a quienes están bajo su mando).
        Antes de la triste muerte del guionista, este realizó una nueva versión de su más grande labor y esta vez con el dibujo de otro maestro, el urugayo Alberto Breccia, con la cual acentuó el discurso ideológico de la novela gráfica.  Ello fue en 1969.  Estando en la clandestinidad, cuando era considerado un enemigo al régimen del irónicamente llamado Proceso de Reorganización Nacional de su país, Osterheld realizó el libreto para El Eternauta II, que no alcanzó a verlo terminado en su totalidad.  Con posterioridad otros autores han continuado esta historia, en lo que se ha convertido en toda una saga en el transcurso del tiempo.
        Como testimonio del amor hacia la libertad y el derecho a manifestarse en contra de la opresión, durante los tiempos de la dictadura que provocó la muerte del autor y de tantos otros inocentes, sus seguidores a manera de protesta y como homenaje, tendían a dibujar en las murallas imágenes de esta historieta…Un ejemplo más de que un buen cómic, sin dudas puede ser una obra digna de respeto y un llamado a la conciencia.   
Viñetas de esta historieta para apreciar la belleza de su texto y dibujo.

¡Pura mala suerte para los fanáticos de Josh Whedon!

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     Pese al talento del guionista y director Josh Whedon, creador de la ya mítica serie Buffy la Cazavampiros, el resto de los programas salidos de su imaginación, de los que  no se puede negar la calidad de sus historias y aspectos artísticos, no han tenido tanta suerte.  Es así que ninguna de sus otras creaciones ha conseguido acabar su periodo en pantalla, tal como su creador lo tenía presupuestado originalmente; tan solo esto fue posible en el caso del mismo show que le dio la fama y que luego de 150 episodios repartidos en 7 temporadas, cerró de manera magnífica, escribiendo y dirigiendo él mismo su final.  Angel, el spin-off de la serie acerca de la “Cazadora” iba en lo mejor y ya había superado el centenar de capítulos, cuando se la cancelaron y nos dejaron a sus seguidores con la interrogante acerca del destino de sus queridos protagonistas.  Peor suerte tuvo su western espacial y futurista Fireflyque no consiguió más de una temporada, siendo que sus 3 últimos episodios no se emitieron de inmediato en USA  y si no fuera gracias al apoyo de sus incondicionales, habría sido imposible efectuar la película para el cine que ayudó a acabar el ciclo de manera memorable.  En cuanto a Agentes de S.H.I.E.L.D., aún exhibiéndose, en realidad corresponde a un producto cocreado por él (debido a que fue el responsable de la cinta que permitió su nacimiento: Los Vengadores), pero que en su desarrollo poco feliz (o más bien simplón) a medida que el tiempo ha transcurrido, se nota que no posee la mano de este.   Y es cuando llegamos a Dollhouse
     Emitida entre 2009 y 2010, Dollhouse contó con 2 temporadas de 13 capítulos cada una. En el papel principal llamó a la bella Elisa Dushku, con quien trabajó en Buffy y Angel, quien hizo en estos otros dos dramas el rol de Faith, la otra Cazadora que pasó de antiheroína, a villana y por último a heroína, como uno de los personajes más queridos en el universo compartido de ambas producciones.  Cabe mencionar que el papel de la Dushku le calzó a medida para lucirse, quien ya era famosa en el medio cuando hizo este por entonces nuevo título (no hace mucho había protagonizado también lo llorada Tru Calling, la que por igual fue interrumpida en su segundo año).  No obstante pese a la simpatía de esta y todo lo que le tocó hacer en esta otra obra, que le exigía más que nunca un despliegue escénico que muchas veces variaba demasiado de una semana a otra, bien quedó disminuida ante el mayor talento de sus compañeros de actuación, como ya se explicará.
     No solo con la mencionada colaboradora de sus anteriores creaciones, contó Whedon en esta ocasión, si no que en total tuvo a otros 4 ya conocidos en Dollhouse (lo que evidencia sin dudas su lealtad con los histriones, puesto que no fue la primera vez en que hizo tal cosa y luego algo parecido pasó con algunas incorporaciones en Agentes de S.H.I.E.L.D.).  De este modo entre los secundarios, nos volvemos a encontrar con Amy Acker (Winifred Burkle / Illyria en Angel y quien sin duda ha dado su mejor trabajo como la ex mercenaria genio de la computación Samantha Groves "Root" en Person of Interest), Summer Glau (River Tam en Firefly), Alexis Denisof (Wesley Wyndam-Pryce en Buffy y Angel) y el guapo como también todo un camaleón de la actuación Alan Tudyck (Hoban "Wash" Washburne en Firefly).  Tan solo estos cuatro, en especial el último, lejos superan en su actuación a la actriz principal.
     
Elisa Dushku como dominatrix...
¡La fantasía de much@s!
La historia trata acerca de una agencia con intereses comerciales y políticos propios, que posee un servicio muy exclusivo y que solo algunos pocos (los más adinerados y con mejores contactos entre los poderosos) pueden acceder: contar con los llamados “Muñecos (a)s”, que son personas programadas para que calcen perfectamente con sus deseos, durante el tiempo en el que dura el contrato con Dollhouse (Casa de Muñecas en español).  Esta gente “hecha a medida”  corresponde a individuos que durante 5 años trabajan para la empresa prestando sus cuerpos, de modo que sus personalidades y recuerdes se guarden en disco duros externos y en cambio se puedan instalar en sus redes neurales las personalidades requeridas por los clientes o lo que en su momento necesita la misma Dollhouse; a ello se le suman también las más inesperadas habilidades que entre un trabajo y otro varían bastante, entre hablar distintos idiomas, ser expertos en un área especializada de algún sofisticado conocimiento, lo que en suma los convierte entre un capítulo y otro en una persona por completo nueva.  Cuando no están laburando, permanecen en un estado parecido a la infancia, dóciles y sin instintos sexuales y supuestamente sin recuerdos de tareas realizadas.  Quienes toman estos compromisos con la agencia, son por lo general personas que desean escapar de sus problemas, olvidándose durante el periodo mencionado de ellos, para luego de cumplido el plazo de sus servicios, cobrar una suma millonaria que les permita vivir el resto de sus días holgadamente; eso sí, siempre son sujetos jóvenes de entre los veinte y treinta años, siempre hermosos.
     La premisa de esta serie de ciencia ficción ambientada en el presente y que luego nos depara un tremendo sobresalto, al mostrarnos nada menos que un futuro postapocalíptico cercano y en el que la misma Dollhouse es la responsable, da para abordar varios temas de interés: entre estos el más importante, viene a ser el que concierne a la definición que le damos a la personalidad y por ende a lo que llamamos ser humano ¿Somos acaso la suma de nuestras experiencias o las elecciones que hacemos en nuestro paso por la vida? En este sentido, los argumentos que aparte de ser muy entretenidos y estar llenos de emociones entre las que se encuentran los misterios de rigor, la aventura, el humor y también varios momentos de mucha intensidad dramática y belleza, ahondan en la naturaleza de nuestra humanidad.  No obstante la idea más bien metafísica y/o religiosa, sobre nuestra identidad como individuos en particular y especie en general, no es el tono de este programa; aunque se podría decir que tal como está representando en la trama central de Dollhouse, es más bien el principio de la conciencia como característica intrínseca de nuestra humanidad, la que aquí se defiende, en vez de la noción del espíritu o el alma.  Y en todo esto, vienen a ser nada menos que nuestras decisiones las que nos definen, algo que queda demostrado en los personajes que aquí aparecen, tanto los que son “Muñecos (a)s”, como el resto que los rodea y que también trabaja para la firma.
      Ante el concepto de contratar de una manera tan increíble, a gente para que haga del objeto del deseo más íntimo de uno, hay por supuesto un fuerte elemento de fantasía sexual.  No obstante los guiones van más allá de este recurso, que podría ser un facilismo morboso y debido a esto en ocasiones los personajes son solicitados como amigos, profesionales y hasta como madres (que no todo se trata de sexo en esta vida, ejem).  Y es en este enorme abanico de posibilidades, que los artistas detrás de todo esto, demuestran de una manera muy divertida su capacidad para transformarse en alguien distinto cada vez.  Al respecto, las sorpresas son grandes, pues queda en evidencia el talento que poseen actores y actrices, quienes impactan a su público con un trabajo de estas características.  Por esto mismo, Elisa Dushku (y debo confesar que desde mi etapa de universitario es una de las dueñas de mi corazón) queda algo opacada por sus colegas, quienes en realidad “se roban la película”; no obstante la actriz hace lo mejor de sí y logra darle a la protagonista un gran carisma, a través de una identidad propia y que se convierte en uno de los mejores puntos de la serie.
      Desde el primer capítulo notamos que hay un gran arco argumental, que se va desarrollando de manera paulatina en el programa, el cual luego debido a la eminencia de su cancelación fue apurado y al menos fue cerrado en su conjunto de manera óptima hacia su desenlace.  Entre medio hay varios capítulos autoconclusivos, que por un lado exhiben lo que le toca pasar a Echo (la muñeca a cargo de la Dushku) y por otro a los demás personajes, que muchas veces poseen por su cuenta sus propias aventuras; en este último caso, dichos arcos narrativos o bien tienen que ver con la trama principal o bien sirven para definirlos mejor como entes autónomos y con sus propias motivaciones.
      Josh Whedon dirigió y escribió varios episodios de la primera temporada, sentando las bases para la rica mitología de la serie.  No obstante en su segunda temporada solo se encargó del primer capítulo, dejando como siempre la responsabilidad a otros escritores y directores el resto del programa.  Sus sucesores hicieron una estupenda labor, en especial en lo que tiene que ver con el cierre de los destinos de sus personajes y las repercusiones de la increíble tecnología de Dollhouse en el mundo; no obstante ante la ausencia de Whedon y la reducción de los mínimos 5 años que se suponía iba a durar todo, uno se pregunta cómo habría sido todo, si este no se hubiese desentendido del proyecto.

Luego de leer el listado de más abajo, adivinen quién es quién.

      Los protagonistas son:
Echo: El rol de Elisa Dushku es la más solicitada de todas las muñecas, quien llegó a Dollhouse como Caroline Farrell, una universitaria de fuertes intereses ideológicos, que se tropieza con las maquinaciones de Dollhouse y al querer descubrirla frente a la comunidad se ve envuelta en sus redes.  Como Echo, quizás debido tanto a su gran inteligencia como su fuerte personalidad, al poco tiempo después de firmar su contrato desarrolla una evolución, que la hace convertirse en una amalgama de todas las personalidades que han grabado en ella; de este modo, al saber como Caroline que la institución es mucho más de lo que aparenta y que sus propósitos son bastante siniestros en realidad, comienza a ayudar a que la verdad poco a poco vaya sabiéndose, influyendo con sus intervenciones en los que la rodean.
Sierra: Mi personaje favorito, además de que la exótica actriz de rasgos orientales que la interpreta (Dichen Lachman), de igual manera terminó por conquistarme, al regalarnos ambas algunos de los momentos más notables de todo el show.  Su pasado antes de convertirse de entrar a la compañía, viene a ser el más triste de todos.  En contra de lo previsto, en su calidad de “muñeca” llega a entablar un muy emotivo romance con uno de sus compañeros y el que luego a ambos termina por redimirlos, después de tantas penurias. A la Lachman la pudimos ver con posterioridad haciendo de villana en la segunda temporada de Agentes de S.H.I.E.L.D.
Victor: El muñeco pareja de Sierra, es un apuesto hombre que tan solo en el episodio 3 se descubre su identidad como tal, ya que antes estuvo en una misión programado por la propia Dollhouse, para sus fines particulares.  Interpretado por Enver Gjokaj, luego coprotagonista de Agente Carter, se vuelve uno de los amigos más cercanos de Echo/Caroline.  Su pasado, tal como el de Sierra, solo es revelado en la segunda temporada.
Adelle DeWitt: De nacionalidad británica, es quien está a cargo de la filial de Dollhouse gringa en la que transcurre la mayor parte de la historia (hay otra sede en Washington D.C.).  Fría en apariencia y desinteresada en mantener relaciones interpersonales, que no sean del tipo profesional, en realidad es una mujer que alberga su grado de dulzura, quien se preocupa por sus empleados y entre los que se encuentran los mismos muñecos.  Eficiente como ella sola, cuando se trata de dejar claro quién manda, se vuelve alguien de temer.
Paul Ballard: El masculino agente del FBI y luego empleado de Dollhouse, llegó a verse dentro de los vericuetos de esta empresa, cuando se obsesionó con averiguar acerca del paradero de Caroline Farrell.  De personalidad heroica y apasionada, su papel dentro de una temporada y otra varía bastante, aunque siempre dejando claro la nobleza de su corazón. Tahmoh Penikett, el actor que lo encarna, trabajó antes en un emotivo episodio junto a Elisa Dushku en Tru Calling.
Topher Brink: Genio de la tecnología, que con sus diseños e ideas revolucionó por completo los métodos de Dollhouse, es el predilecto de la DeWitt, quien siente por él un afecto mayor que por el resto y que los dignifica bastante (nada romántico, ni sexual en todo caso).  De gustos “ñoños”, supuestamente solo se interesa en él mismo y ve a lo(a)s “muñeco(a)s” como objetos; no obstante tal como pasa con el resto de los personajes, esconde a alguien sensible y gentil, quien en su reclusión subterránea en Dollhouse se siento solitario y por eso mismo ha llegado a sentir afecto por la gente con la que trabaja.
Boyd Langton: Hombre maduro de origen afroamericano, que llega a trabajar a Dollhouse en el episodio piloto, siendo primero el agente encargado de cuidar de Echo y luego el nuevo jefe de seguridad de Dollhouse.  En un principio desprecia  a Echo y a los que son como ella, hasta que se encariña con la “muñeca” y la protege más allá de lo previsto.  Hacia el final de la serie, se revela un gran secreto acerca de sus verdaderas intenciones.
     Los secundarios y recurrentes que hacen de esta serie algo más atractivo aún son:
Alpha: Uno de los primeros muñecos de Dollhouse, debido a varios elementos inesperados se convirtió en un psicópata y asesino serial, quien causó estragos de importancia en la institución y que luego en más de una ocasión vuelve a asolar a su gente.  Echo es más encima la principal fuente de sus obsesiones, ya que tiene un pasado con ella.  Es el personaje interpretado por Alan Tudyk.  
Dra. Claire Saunders: El rol de Amy Acker, es la única víctima que dejó viva Alpha, aunque con serias cicatrices físicas y psicológicas a cambio de su vida.  En Dollhouse debe velar por la salud de lo(a)s muñeco(a)s.  En su pasado también hay grandes sorpresas, lo mismo que en su futuro.
Mellie: La dulce vecina de Ballard, que tiene intereses románticos por este, cuando aún estaba investigando a Dollhouse, también nos depara un gran secreto acerca de su rol dentro de todo esto. 
Bennett Halverson: Es la programadora jefe de la subsidiaria en Washington D.C. de Dollhouse, quien conoció a Echo cuando era Caroline y alberga por ella sentimientos de venganza.  Cuando conoce a Topher, se sienten atraídos entre sí.  Aparece recién en la segunda temporada y es el papel que tuvo acá Summer Glau.
Senador Daniel Perrin: Introducido también en el transcurso de la segunda temporada, es un político que desea revelar al mundo las triquiñuelas de Dollhouse; no obstante en su camino se encuentra con terribles revelaciones, en la más increíble línea  de las teorías de la confabulación.  Está encarnado por Alexis Denisof.


Preciosos créditos de apertura de la primera temporada.

Mi vida con Berni Wrightson.

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     A medida que el tiempo corre (y nos vamos haciendo viejos), mientras permanecemos en esta tierra, vemos con pena cómo aquellos que fueron importante para nosotros nos dejan.   No siempre se trata de gente a la que hemos podido conocer en persona y con la cual hemos compartido nuestra intimidad, que en aquellos casos resulta más que dolorosa la despedida; pues si somos de aquella gente que a lo largo de su vida, ha llegado a admirar a alguien famoso, un artista digamos, la pérdida tras su partida sin dudas que puede ser penosa. 
     En los casi 6 años en que llevo escribiendo para este blog, me ha tocado manifestar mi pesar por la muerte de varias personalidades, que para mí se han convertido en personas valiosas, pese a que nuestros destinos solo se cruzaron de una manera más bien “espiritual” o estética por llamarlo de una forma.  Se trata de hombres (que hasta el momento no me ha tocado llorar por algunas de las damas que aprecio), que no solo para mí han sido una verdadera inspiración, sino que son responsables de horas de gozo al disfrutar de sus trabajos, ya sea como actores algunos, escritores otros y uno que otro caso ligado a ese mundo del espectáculo como Felipe Camiroaga (animador) y James Horner (compositor de bandas sonoras para cine).
     Y en lo que va del año, que aún no terminamos el tercer mes de este 2017, ya van tres los fallecidos entre las “estrellas” y a las que con pesar tributo en el Cubil del Cíclope.  En esta ocasión me toca rendirle homenaje póstumo a quien considero uno de mis dibujantes de cómics favoritos, Berni Wrightson, al cual sin saber aún su nombre, desde adolescente le debí tantas satisfacciones “horrorosas”.  No obstante el que lejos considero su mayor legado, de seguro por estar entre mis personajes favoritos del cómic (y al que hace rato le debo un post), viene a ser la Cosa del Pantano: un personaje de los cómics de horror de DC, que luego tanta relevancia ha llegado a tener dentro del universo deceísta.  Pero ya me referiré en otro momento y con mayor atención a esta cocreación suya, la cual comparte con otro de los grandes, Len Wein.
     Como he ido haciendo con estos post y a los que puesto el nombre genérico de Elegía dentro de las etiquetas, más que dedicarme a realizar una biografía sobre los responsables de estas líneas, prefiero compartir con ustedes un paseo por mi memoria personal, junto a mis acercamientos con quien motiva la entrada respectiva.  Y en el caso de Wrightson tengo mucho que decir, así que mejor démosle paso a la añoranza.
     Tan solo este recién pasado 19 de marzo, dejó este mundo Berni Wrightson, quien murió a los 68 años de edad víctima de un cáncer cerebral.  Debido al deterioro de su salud, a principios de este año hizo un comunicado público, en el cual anunciaba que se retiraba de las pistas; algo que por supuesto muchos lamentamos en ese momento, puesto que siempre uno espera que sus ídolos vivan eternamente y nos sigan deleitando con sus obras.  Y para quien no sepa lo que es una elegía, pues es un poema fúnebre, o sea, una obra lírica de lamento por la persona muerta.
     Creo que mi primer acercamiento a su obra, con respecto a que me haya quedado rondando en la cabeza y cuando era mucho más ignorante que ahora, fue con Creepshow (1982); quizás una de las mejores películas de George Romero y quien contó con el guión de Stephen King para la realización de esta cinta, que festeja los viejos cómics de terror de la desaparecida editorial EC.  Pues el filme muestra animaciones siguiendo el estilo de estas historietas, que la verdad no estoy seguro de si los dibujos fueron hechos por Wrightson; no obstante sí puedo asegurar que su hermoso afiche fue realizado por este artista y luego se encargó de la adaptación en novela gráfica de sus 5 historias, que sin dudas son todo un manjar para todos los que gustan del buen cómic del género. 
      Era un adolescente cuando gocé por primera vez con la cinta anterior y estaba en aquellos años cuando ya convertido en todo un incondicional de Stephen King, me vi Silver Bullet (1985), basada en una novelita “menor” del llamado Rey del Terror y la única historia que yo sepa haya escrito sobre hombres lobos.  A la fecha aún no leo el libro, que por años estuvo discontinuado en nuestra lengua, hasta que los editores españoles por fin se dignaron a sacar nuevas ediciones. ¡Y de hecho hoy en día uno hasta la puede comprar en versión pirata! (para que vean lo popular que se ha puesto este señor por acá).  Pues por fin adquirí esta obra en el transcurso del año pasado, en edición de bolsillo, aunque por supuesto original (eso sí, aún no lo leo, sorry).  Con el tiempo  me enteré de su génesis y la relación de este título con la labor “wrightsiana”: Una vez a Stephen King le ofrecieron que apoyara con sus escritos un muy singular calendario, dibujado por Wrightson, todo en el tono que a estos dos maestros los unía.  Y entonces King se entusiasmó más de la cuenta y al final realizó la historia que transcurre en un año entero, la cual al final fue ilustrada por el dibujante, que era un gran amigo y colaborador suyo  para entonces. Muchos consideran que lo mejor de esta novela corresponde a sus imágenes, aunque por lo que ya he admitido, todavía no me puedo hacer un juicio al respecto.
La heroica Madre Abigail según Wrightson
 de The Stand
      Estaba en mi último año como estudiante de la enseñanza media (lo que algunos países llaman secundaria) y al otro año me tocaba entrar a la universidad, cuando cumplí la mayoría de edad a los 18.  En las librerías que visitaba para puro “sufrir” viendo tantas joyitas, que bien habría querido conseguir, pero que solo una vez al mes con mi mesada que me gastaba entera podía en parte satisfacer, me encontré con una enorme edición en tapa dura de The Stand (1978-1994), de mi predilecto de siempre: Stephen King.  La enorme epopeya que en versión extendida alcanza lejos las más de mil páginas, fue publicada en español como Apocalipsis y anteriormente fue lanzada en estos lares como La Danza de la Muerte.  Era obvio que les pediría a mis padres tal regalo, que por algo estuve sacándome buenas notas durante todo el primer semestre (bueno, menos en matemáticas, que nunca me gustaron); además la celebración de mi nacimiento cae justo entre medio de finales de este periodo, justo al comenzar las vacaciones de invierno…Cuando abrí el obsequio (que fui a buscar con mi papá a la misma librería en la que me compraron It), me encontré con una enorme sorpresa…¡Estaba llena de preciosas ilustraciones! En esos años todavía  no sabía de su realizador y sin embargo se trataba de mi primera posesión de uno de sus trabajos (por lo tanto cuando por fin se hizo inestimable para mí, el tomo se hizo aún más valioso). A medida que iba avanzando en esa fantasía sobre el fin del mundo, cada dibujo que venía otorgaba a esta experiencia una nueva dimensión estética.  Mucho antes de la miniserie de Mick Garris (que tanto me gusta), fue Wrightson quien ayudó a darle forma a los espantos de este libro, uno de mis favoritos de su autor.
      Y entonces llegamos a mi etapa como universitario.  Estaba en mi segundo año en la enseñanza superior, luego de haberme cambiado de carrera tras estudiar primero Filosofía en 1994, y ahora en la carrera de Castellano (ambas como pedagogía), cuando entré al curso electivo de Ciencia Ficción y Física; si no me equivoco esta fue la primera cátedra “seria” y a nivel universitario, dedicada a este tipo de historias (si bien solo duraba un semestre, como todas las de este estilo, aunque llevaban nota),  impartida por el profesor Juan Espinoza (¿Qué será de él?).  Tuve la dicha de entrar en el debut de este curso y al término de este aprobar con nota máxima, convirtiéndome además en alumno ayudante del profesor.  Entre las grandes dichas que me deparó hacer este curso, estuvo conocer a dos de mis más queridos amigos: primero Miguel Acevedo (el mismo Mfkarlos del blog Le Dicen Poesía) y Roberto Díaz (Sardaukar del blog Disputas Quodlibetales).  Con el primero estuve en ese primer semestre y al segundo lo tuve de “alumno”, dándose la casualidad de que ambos eran compañeros de la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía.  Mientras Miguel y yo estábamos cursando ese semestre inaugural, en nuestras conversaciones también compartimos nuestra devoción por los argumentos macabros…
     …Y entonces Miguel me prestó sus revistas Creepy, toda una leyenda dentro de las publicaciones de terror en materia de cómics.  Gracias a sus páginas pude conocer a Richard Corben y, como no, ahora por fin a Berni Wrightson con nombre y apellido (maravillándome además al darme cuenta de que lo ubicaba y solo faltaba que me lo presentaran).  Y entonces una de las historias que se cruzaron en mi camino fue nada menos que Jennifer (1974).  La historia sobre una especie de súcubo (demonio hembra que posee sexualmente a hombres), me sobrecogió más allá de su drama tan intenso… ¡Lo realizado por el caricaturista era soberbio y tan realista aún en su horror más extremo! Nunca olvidaré ese rostro de pesadilla que acompaña a un cuerpo femenino suculento.  Años después el otro maestro del terror, Dario Argento, realizó una soberbia adaptación de esta historieta.


Trailer de Jennifer (con escenas calcadas a las viñetas hechas por Berni).

      Berni y yo ya teníamos nuestro pasado juntos, cuando me pasó algo que con vergüenza debo confesarles.  No recuerdo bien cuál fue la razón, pero durante unas vacaciones de verano en mi época de universitario, tuve en mis manos la cantidad de $20.000 (¿O era la mitad?), lo que para alguien que no trabajaba en ese tiempo y solo vivía de lo que sus papá le daban, era harto.  Pues ni tonto, ni perezoso (o más bien todo un consumista-coleccionista impulsivo), no dudé en visitar los lugares adecuados para o bien comprarme algunos libros, o bien algunos cómics.  Fue así que me encontré con una enorme edición de Frankenstein,ilustrada en 1983 por nada menos que ya saben quién y más encima con prólogo de todo un colaborador suyo, Stephen King.  Y entonces me gasté toda la plata en dicho tomo, aunque errado pensando que se trataba de una versión en cómic de la novela de Mary Shelley.  Cuando me puse a hojearlo, ya en casa, me llevé tremenda decepción al darme cuenta de que estaba equivocado y se trataba del libro en sí, aunque, claro, con los dibujos hechos por Wrightson.  Cuando se es joven la ignorancia y la estupidez pueden ser mayores que a una edad más avanzada y terminé por vender dicho volumen a mi amigo Roberto (quien lejos sí supo darse cuenta de la maravilla que tenía en mis manos).  Hoy en día aún me flagelo por tamaña brutalidad, puesto que puedo afirmar que ese trabajo de Berni es soberbio, está entre sus mejores trabajos y dicha edición hoy es casi inencontrable en nuestra lengua, como también evaluada en mucho más plata.
Esta hermosa ilustración para
Frankenstein representa sin dudas
la soledad de la Criatura.
      Llegó la época en la cual podía comprarme cuanto cómics y libros quisiera (o al menos los que más anhelara), una vez que comencé a trabajar.  De este modo uno de los sitios ideales para conseguir novelas gráficas y revistas, al menos hasta que su dueño se puso casi tan “carero” como la competencia, es (o fue, ya que ahora apenas voy) la Librería Antiyal.  Esta tienda la conozco desde mi paupérrima vida como universitario, la que visitaba de vez en cuando al sobrarme algo de dinero.  Durante muchos años fue toda una mina de verdaderas perlas a muy bajo precio y harto dinero gasté en sus dependencias.  En tal sitio me compré dos obras de Wrightson que aprecio mucho: Una de ella un lindo compilatorio de historias cortas suyas llamado Mutante (1993), que se mueven entre el terror y la ciencia ficción.  Incluso uno de los breves cómics que vienen incluidos en esta antología, lo usé en más de una ocasión para mis clases en el colegio, en mi afán de hacer más atractiva mi labor a los alumnos.
      En otra ocasión en la misma Antiyal, me pude conseguir de igual manera a un precio muy barato la novela gráfica autoconclusiva El Extraño (1989) e inserta dentro del entonces joven universo DC postcrisis, donde incluso aparece la Liga de la Justicia.  Esta nostálgica y emotiva historia fue escrita por Jim Starlin, otro de los grandes y con quien ya el año antes ambos habían realizado uno de los títulos más renombrados deBatman: El Culto.  En otro de mis lugares favoritos, el popular Persa Bío-Bío (un inmenso mercado que abarca cuadras y cuadras en Santiago y donde se puede encontrar en la práctica de todo a precios increíblemente bajos), encontré este cómic en tapa dura.  En su trama Wrightson y Starlin, nos muestran a un Señor de la Noche enfrentado a una secta pseudocristiana y cuyo pastor consigue drogarlo, al punto de que el vigilante apenas puede saber qué es verdad y qué no.  En esta obra destaca bastante la figura de Jason Tood, el malogrado segundo Robin y quien acá se muestra más heroico que nunca.  Recuerdo haberme leído ese cómic en un viaje a Fantasilandia, el más moderno centro de juegos mecánicos de Latinoamérica, según reza la publicidad y que justo está en Chilito.

                                                                       
     
       Hace  más de 10 años atrás mi amigo Marcelo López viajó a España y no dejé de aprovechar la ocasión de pedirle que me trajera la edición en tapa dura de La Torre Oscura V: Lobos del Calla (2003), que no hace mucho había salido en la lengua de Cervantes.  Yo sabía de antemano que venía con ilustraciones a todo color de Berni Wrightson, así que tenía razones de sobra para desear este libro.  Marcelito volvió a su patria y por supuesto cumplió con mi encargo, que devoré como poseso.  Aparte de la historia de esa novela, que bien considero el tomo que más me gusta de esa saga, nunca dejaré de sentir una especial devoción por sus hermosas imágenes (pues luego de mi impase con Frankenstein, cualquier libro ilustrado por Berni si lo llego a tener, es algo para adorar).
      Sé que lo filmes Los Cazafantasmas (la original de 1984), El Reinado del Fuego (2002) y Montado en la Bala (2004, basada más encima en una novela corta de Stephen King) poseen diseños suyos.  Para la primera creó varios espectros, aunque según me ha contado Miguel, al final los muy desgraciados solo usaron su “bibliotecaria fantasmal”.  Para la segunda realizó el hermoso dragón gigantesco que sale al final de la cinta y en cambio con la película de Mick Garris tuvo más suerte, pues en la práctica está llena de sus horrores.  No obstante es conLa Niebla(2007), sin dudas  una de las mejores adaptaciones para el cine de la narrativa de Stephen King, que creó algunos de los monstruos más pavorosos en sus contribuciones para el séptimo arte; y cabe mencionar que su director, apoyado por los muchachos de KNB, consiguieron darle vida de una manera impresionante a sus pesadillas.  De seguro ha hecho mucho más, no obstante es lo único que puedo mencionar…
      Como ven, Berni Wrightson ha marcado buena parte de mi vida.  Solo puedo lamentar que todavía no he podido adquirir, ni leer, su etapa de La Cosa del Pantano y que espero poder conseguirlo antes de que la parca misma me llame a mí.


Video que muestra, que da gusto, varios de los monstruos
diseñados por Berni para La Niebla.

Un sentido homenaje a Ray Harryhausen.

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      Una de las pocas películas que vi de niño en el cine, fue nada menos que la clásica Furia de Titanes de 1981, cuando tenía si no 6 años, 7.  Fue el primer filme de carácter fantástico y de “imagen real” que vi en grande, siendo que más encima el cine al que asistí pertenecía a la popular modalidad de aquel entonces llamada como Cinerama y que consistía en una pantalla curva que creaba sin dudas una sensación mucho más impactante que en el caso de las planas.  Aquella vez salí con mi hermana menor, nuestra única sobrina por aquel entonces (quien tenía un año más que Jenny y uno menos que yo) y mis dos hermanas gemelas ya adultas (cercanas a los veinte).  Ante tanto monstruo mitológico, en especial Medusa y el Kraken (que mucho tiempo después supe en realidad, había sido tomado prestado de otras historias, para nada griegas y con respecto al mito de Perseo que el resto de la cinta adaptaba) siendo tan sugestionable a tan temprana edad me fue imposible no aterrarme; recuerdo haberme tapado los ojos y puesto a llorar en más de una ocasión, en especial cuando la criatura marina se veía tan gigantesca al salir de las aguas.   Por un largo periodo recordé aun así con mucho cariño este largometraje, que no pude repetírmelo hasta que ya era un adolescente, una tarde dominguera y con mucha dicha.  Luego la magia del DVD (¡Y pirata más encima gracias a un amigo!) la volví a gozar como adulto.  Ahora, cuando escribo estas líneas, es el momento de reencontrarme con ella junto a mi sobrinito Amilcar (de 7 años y mucho más acostumbrado que yo, a esa misma edad en el siglo pasado, a estos espectáculos de monstruosidades).
       Ya era un hombre hecho y derecho cuando supe que el responsable de esos efectos especiales y hermoso diseños, de tantas bestias fabulosas, era un hombre llamado Ray Harryhausen (1920-2013).  A este durante toda mi vida hasta entonces, le debía algunos de los recuerdos más valiosos de mi cercanía con el cine fantástico y de ciencia ficción.  Hoy en día este maestro, hombre digno de los mayores elogios como todo un artesano de la magia del séptimo arte, es sinónimo del llamado stop motion (técnica de la cual se convirtió en su máximo exponente y que en la actualidad aún sigue inspirando a gente como Tim Burton, pese a los actuales adelantos técnicos, que han desplazado a la añoranza a esta otra manera de jugar con el ensueño de las imágenes).  En pocas palabras, esta manera de hacer efectos especiales consiste en crear pequeñas figuras y filmarlas de tal manera, que moviéndolas de forma manual frente a la cámara, tras correr rápido la cinta dan la ilusión de movimiento como si estuviesen vivas.
        Justamente Furia de Titanes fue el último gran título hecho en este formato y la despedida de su gestor, tras su larga carrera fílmica desde que era muy joven, haciendo estas obras.  Debe saberse que si bien primero trabajaba de asalariado para otros, una vez que alcanzó la suficiente notoriedad y consiguió cierta independencia económica, tras hacer los borradores de sus propias historias, pudo producirlas y hasta escoger a los directores que llevaran a cabo sus fantasías, a la par de encargarse él mismo de diseñar a los monstruos, como darles “vida”.


Trailer "vintage" de Furia de Titanes.

        Aparte de la película mencionada, recuerdo de pequeño haber visto en la tele junto a mi familia y muy entusiasmado Jason y los Argonautas (1963), que desde que tengo memoria siempre me ha fascinado la mitología grecolatina; el recuerdo de la batalla contra los esqueletos y la aparición de Hércules (desde chico, junto con el Rey Arturo uno de mis dos héroes de épocas pretéritas favoritos), hizo huella en mí.  Años después, en los últimos semestres de mi época universitaria, mi querida amiga Cecilia Navia, quien me grababa en VHS todas las joyitas que dieran en el cable y que bien sabía eran del gusto de nuestro grupo Acronía, me la regaló en una de esas cintas que tanto atesorábamos en aquellos años. No obstante es  El Valle de Gwangi (1969), el recuerdo al cual tengo más afecto de estos dos, pues al tratarse de una mezcla de western y ciencia ficción, que disfruté junto a mi papá y quien me traspasó su amor por el Lejano Oeste, la he relacionado en todo momento con él, como una de las oportunidades en que ambos compartimos el deleite del séptimo arte.
        Aún en la segunda década del siglo XXI y cuando los efectos especiales han llegado a tal nivel de realismo, gracias al uso de las técnicas computacionales más sofisticadas, el trabajo más artesanal de gente como Harryhausen sigue despertando el interés de los fanáticos que en su infancia o juventud, creían que lo visto en estos títulos era verdad; no obstante lo mismo sucede con las nuevas generaciones de cinéfilos y artistas, a quienes los inspira para mantener viva tan rancia tradición.  Ello bien se puede comprobar con tan bellas producciones actuales como El Extraño Mundo de Jack (1993), Jim y el Durazno Gigante (1996),  El Cadáver de la Novia (2006), Coraline (2009), Boxtrolls (2014) y Kubo y las dos cuerdas (2016), por mencionar algunas.
        Pues ante el poder de la figura de Ray Harryhausen en el imaginario colectivo (imposible olvidar el tributo hecho por la gente de Pixar en Monsters Inc de 2001, cuando sus protagonistas, que por supuesto son monstruos, van al “exclusivo” restorán llamado nada menos que  Harryhausen’s; mientras que en Frankenweenie de 2012, también de Burton, uno de los personajes toca música en un piano de marca  Harryhausen), no podían faltar libros dedicados a su trabajo y es así que en nuestra lengua en el año 2010, salió un hermoso estudio hecho por Carlos Díaz Maroto e imprescindible para todo fan suyo: Ray Harryhausen, Mago del stop-motion.
        Publicado por Calamar Ediciones, se trata de un hermoso tomo de lujo, en tapa dura y que en la portada lleva a todo color un collage con imágenes de las películas de Harryhausen.  La contratapa muestra a Ray con una de sus criaturas más célebres.  Incluye además la clásica cinta roja para marcar dónde quedó la lectura, mientras que en su interior destacan las imágenes de gran calidad, entre escenas de los distintos filmes en los que trabajó, afiches (que incluso hay unos cuantos exóticos como de países tan dispares, tal cual la desaparecida nación de Checoslovaquia y Japón), imágenes publicitarias e incluso ilustraciones hechas por nada menos que Harryhausen, para usar de referencia en sus futuras obras.  Todo ello en abundancia para regocijo del fanático.  El autor contó nada menos que con el apoyo de la fundación encargada de mantener el legado del artista, creada por el mismo Harryhausen y su señora, quienes le prestaron más de algún dato exclusivo y material de primera.  De igual modo Díaz Maroto se documentó con un montón de otros textos especializados, entre libros, revistas y entrevistas para realizar este valioso libro, que no deja de exudar tanto amor y admiración por este genio de los efectos especiales.
Esta célebre foto de Ray Harryhausen aparece en la contratapa del libro.
         En casi 300 páginas, el autor ahonda en la filmografía de este ídolo y lo hace primero, como era de suponer con un breve y emotivo texto a manera de Presentación (una introducción en otras palabras), que deja más que claro su enamoramiento con el cine de antaño y con lo hecho por figuras como Ray Harryhausen (ya que nombra a otros en su listado).  El estupendo boceto a color de la Mujer Serpiente de Simbad y la Princesa (1958), de la mano del maestro, encabeza este primer apartado.
         Luego el capítulo I hace referencia a los antecedentes del cine antes de la carrera de  Harryhausen, mostrándonos el nacimiento del cine y su evolución, en especial en lo que se refiere a los efectos especiales.  No podía faltar el homenaje al hombre que inspiró a Ray y quien luego se transformó en su maestro, Willis O`Brian, responsable de verdaderas obras maestras del cine fantástico y de ciencia ficción en sus comienzos como  El Mundo Perdido (1925) y King Kong (1933).
       Posteriormente el capítulo II corresponde a una biografía de Harryhausen, que en unas pocas páginas no deja de maravillar por la interesante información que recoge; destaca en especial el relato sobre su infancia, ya como alguien que desde tan tierna edad estaba fascinado por los monstruos y que tuvo la bendición de contar con el apoyo de sus padres, quienes desde pequeño lo incentivaron a continuar con su pasión; más encima luego sus progenitores, cuando este ya era todo un profesional, participaban activamente en sus proyectos.
        El capítulo III nos hace referencia a un muy interesante momento en la existencia de Ray como “mago del stop-motion”, al señalarnos los varios cortometrajes que realizó antes de trabajar en el mundo más glamoroso del cine.  Estamos hablando de historias de carácter infantil, basadas en cuentos de hadas clásicos y otras narraciones más antiguas, que hizo con un fin didáctico, para ofrecerlas a los colegios y a la televisión (de hecho, estoy casi seguro que de pequeño, vi algunas de ellas en la clase y proyectadas con esas antiguas máquinas, parecidas a las que antes se usaban en el cine, con grandes cintas redondas).
        A partir del capítulo IV hasta el XIX, el escritor repasa película por película en la que participó Harryhausen, llevando de la mano al lector por este paseo por la nostalgia y a través de 16 cintas, que hoy en día están consideradas muchas de ellas entre lo más granado de su estilo.  Al leer esta parte del libro, una vez que comienza la enumeración de las producciones realizadas, ya al amparo de la independencia económica, llama la atención que muchas fueron rodadas en España, tal cual varios spaguetti westerns; ello sin dudas deja claro la impronta de la Madre Patria para el cine y en la belleza de sus paisajes.  Imposible resulta aburrirse con la pluma de Díaz Maroto, quien nos descubre todo un mundo de gratas sorpresas, al amparo de lo hecho por Ray Harryhausen.
        En cuanto al capítulo XX, en este se aborda la época en la que Harryhausen ya alejado del séptimo arte, contribuyó para proyectos de sus seguidores, entre ellos el darle término a uno de sus antiguos cortometrajes y que habían quedado inconclusos.
         Los dos últimos capítulos sinceramente son para agradecer.  El XXI trata sobre todas aquellos largometrajes que tuvo la intención de rodar, para los que hasta hizo bocetos, modelos, guiones y hasta filmó unas cuantas pruebas; corresponde a un enorme listado que no puede ser más atractivo y que hace a uno fantasear con lo genial que le habrían salido.  Entre estos proyectos no llevados a cabo, se cuentan una versión de La Guerra de los Mundos (era un apasionado por la literatura de H.G. Wells, de ahí a que haya realizado una adaptación de Los Primeros Hombres en la Luna), El Alimento de los Dioses, también de Wells y para mayor sorpresa, quiso hasta hacer adaptaciones de El Hobbit y de Conan.  Su interés por la literatura fantástica y de ciencia ficción, además de la mitología, sin dudas que dejan de manifiesto que Ray Harryhausen era un hombre muy culto, alguien que muchos querríamos haber conocido.
         Con respecto al capítulo XXII, es otro obsequio para los más ñoños de la casa, pues trata acerca de las adaptaciones al cómic de los filmes clásicos de Ray, como de posteriores versiones más actuales a este medio y que no pueden ser más curiosas.  En el caso de las versiones en historietas del siglo pasado, estuvo involucrado nada menos que Marvel Comics, encontrándose algunos de sus más renombrados artistas como Len Wein y John Buscema en tales trabajos.
         Tras este repaso por un libro, que lejos recomiendo a todos aquellos que alguna vez disfrutaron de estas cintas, como también de todo el que se considere tanto cinéfilo como amante de los géneros de la ciencia ficción y la fantasía, solo me queda agradecer a mi amigo Marcelo López y quien si no fuera porque me avisó de que se había topado con tal perla, no habría sabido de su existencia y tampoco lo habría gozado (mucho menos estaría escribiendo y publicando este post, je).

Una foto de antología.  De izquierda a derecha: Ray Harryhausen., Forrest J. Ackerman y Ray Bradbury.
Tres pesos pesados de la ciencia ficción, el terror y la fantasía.

Mis películas favoritas sobre fantasmas (tercera parte): Poltergeist

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       Estrenada en 1982 y dirigida por uno de los “Maestros del Terror”, Tobe Hooper, este filme sobre fantasmas resulta ser mucho significativo en mi vida que las otras dos cintas,de las que me he referido anteriormente en esta serie de posts.  En este caso no por estar hablando de una película tan profunda y con la calidad humana y artística de Sexto Sentidode Shyamalan o El Espinazo del Diablode Guillermo del Toro, sino que debido al recuerdo intenso de cuando era aún un niño, cuando la vi por primera vez…
       Era otra época, a mediados de los ochenta, cuando en los colegios se estilaba por parte de las autoridades o de los alumnos y/o apoderados que deseaban juntar plata, hacer funciones de cine.  En su tiempo era a través del ya apenas recordado formato Betamax y luego de su “descendiente” el VHS (yo mismo me vi por primera vez en mi entonces corta existencia, un montón de títulos en estos eventos, además de organizar unos cuantos por mi cuenta) que era posible hacer esto.  Es así que mi hermana Mabel, quien es mayor que yo por alrededor de 5 años, se vio antes que este servidor varias obras en su escuela y la mayoría eran de terror.  Pues como no tenía otro medio para gozarlas, no me quedaba otra que optar porque la Negra Curiche (como le puse cariñosamente) me las contara…y en especial de noche.  Así fue cómo supe de qué se trataba Poltergeist y vaya que mi hermana sabía cómo hacer entretenidos sus relatos orales.   Tiempo después la dieron en la tele, en televisión abierta en “Grandes Estrenos” (para que vean lo atrasados que estaban acá los canales, que demoraban años en emitir estas producciones…y cortadas más encima).  Me acuerdo que esperé con ansias esa noche de un día domingo invernal y cuando la vi, me aterré lo suficiente como para tener nuevas razones para andar con miedo al anochecer.  Como todos esos filmes que uno llega a adorar, me la he repetido un montón de veces y hace un par de años no más me la compré en blu-ray, de tal manera de tenerla en la mejor calidad posible.
        Con respecto a sus antecedentes, se debe destacar que esta cinta se encuentra producida y coescrita por nada menos que Steven Spielberg, su primer acercamiento a las historias de espanto luego del telefilme Duelo (1971, conocida en español como El Diablo sobre Ruedas, sobre un cuento y un guión de Richard Matheson) y Tiburón (1975).  La participación del llamado Rey Midas de Hollywood, permitió que su realización fuese del tipo “clase A”, o sea, de alto presupuesto y lo que se puede evidenciar por sus exteriores, como por los efectos especiales innovadores para la época que fueron hecho por ILM (la empresa de George Lucas, siempre a la vanguardia de estas técnicas).  Cabe mencionar, que la intervención de Spielberg en este proyecto, se puedo bien observar además porque los exteriores usados para esta obra, en cuanto al barrio residencial donde transcurre todo, es el mismo de su película ET., del mismo año en que se estrenó la cinta de Tobe Hooper.
       Por otro lado, también se debe destacar la presencia de alguien como Jerry Goldsmith, en lo que concierne a su banda sonora, la cual está considerada entre sus mejores trabajos y que en su hermoso tema coral con voces de niños, le otorga a esta historia una mayor atmósfera sobrenatural; además esta composición resulta ser bastante conocida y utilizada hasta en comerciales y la televisión.


Tema de Poltergeist por Jerry Goldsmith.

        Ante el éxito de este largometraje, de inmediato tuvo dos secuelas, las que contaron con gran parte de su reparto original en ambos casos (una de 1986 y otra de 1988).  No obstante de estas dos solo la primera es de calidad, aunque tampoco llega a los niveles de su precursora, si bien posee varias ideas de interés, tales como explicar el origen de los fantasmas que acosan a la familia protagonista e introducir un espíritu maligno (Kane), el cual es representado como un anciano esquelético y fanático religioso, líder de una secta pseudocristiana fundamentalista y apocalíptica.
        Considerando la popularidad de este título, era de suponer que tuviera su remake, pensando en especial en las nuevas generaciones y con la excusa de usar efectos especiales más “modernos”.  Pues en 2015 tuvo su oportunidad la nueva versión, aunque no fue del gusto de muchos, pese a que fue un éxito comercial; quizás las críticas negativas que recibió, se debieron más bien a la nostalgia de quienes al tener presente el filme original, se quedaron con la imagen de la sorpresa de su argumento y que ya visto en esta reinterpretación se pierde con las injustas comparaciones.
        El impacto que tuvo esta película entre el público y la cultura popular ha sido tan grande, que muchos sin saberlo se refieren en el lenguaje coloquial al término Poltergeist, una palabra alemana que significa “espíritu burlón” y que se refiere a manifestaciones sobrenaturales, que provocan espanto con sus intervenciones en el mundo físico (luces espectrales, ruidos, movimiento de muebles, objetos perdidos, etc.).  Debido a este motivo de su repercusión, en las novelas de Harry Potter de J. K. Rowling aparece un personaje llamado Peeves, el cual fue obviado en las películas. De igual modo, en el primer Especial de Halloween del popular cartoon de Los Simpons, podemos hallar un gracioso homenaje/parodia al final de esta película.
        En pocas palabras el argumento de esta cinta trata sobre una familia integrada por la madre, el padre y sus tres hijos (una chica adolescente y sus dos hijos pequeños, un niño y una niña, siendo esta última la menor y uno los personajes principales de la historia), quienes llegan a su nuevo hogar en lo que parece ser un idílico lugar.  No obstante el sueño de encontrar la llamada “Tierra Prometida” se pierde, cuando varias entidades espectrales comienzan a manifestarse, primero de una manera que parece juguetona y luego de un modo terrorífico y que claramente atenta contra la vida de esta familia.  Sin embargo es en la figura de Carol Anne, la dulce e inocente hija más chica, que los fantasmas se interesan, puesto que la muchachita posee insospechadas habilidades de médium y por ello los espíritus la ven como una especie de puerta entre nuestro mundo y el más allá.
La dulce Carol Anne.
       Dentro de los aspectos más interesantes de su guión y que de seguro a más de alguien se le habrá escapado, está la presencia de un grupo de científicos universitarios, que trata de ayudar desde sus escasos conocimientos del espectro metafísico a los Freelings.  La ineptitud, pese a la buena voluntad de estos investigadores, deja presente la idea de que ni con toda nuestra ciencia y tecnología más avanzadas, podemos llegar a entender en un sentido racional el mundo paranormal.  De este modo cuando aparece el segundo (¿o mejor?) personaje de la saga, la espiritista enana Tangina Barrons (interpretada con mucha humanidad y gran carisma por Zelda Rubinstein), nos encontramos en contraposición a la lógica moderna, con la certeza de que es en la fe (y en el amor) que radica la respuesta para superar la dura prueba en la que se hayan todos.  De este modo solo cuando todos se dignan a aceptar que existe algo más allá de lo evidente, es posible encontrar una salida al problema que los aflige.
      También resulta considerable tener en cuenta la importancia que le da su argumento a los fuertes lazos familiares, puesto que tal como queda demostrado en especial en la figura de ambos padres (con mayor significancia por parte de la mamá), el amor que hay entre los Freelings les permite ser más fuertes que la influencia de los poltergeists.  Con respecto a los esfuerzos de los progenitores, sus sacrificios heroicos llegan a sobrecoger; pues no importa quién sea el enemigo y el tipo de adversidad que se presenta, estamos hablando de un tipo de amor incondicional capaz de las mayores proezas.
       De igual manera nos encontramos con el tema de la inocencia perturbada por el mal (si bien como queda demostrada en determinado momento de la cinta, en realidad estos fantasmas no son malvados, salvo en el caso del mencionado Kane, que aparecerá a partir de la segunda cinta), que se puede observar en la fijación que tienen los espíritus con Carol Anne y quien a su corta edad, como por ser esta su primera experiencia con las entidades, apenas entiende lo que pasa y hasta considera como normal su intromisión.  Por lo tanto en su ingenuidad puede ser manipulada por estas fuerzas.  Luego la misma relación entre Tangina y ella, viene a ser uno de los puntos fuertes de la trama, ya que la médium mayor también se caracteriza como una persona candorosa, al punto de que entre las dos surge un estrecho afecto, que a medida que avanza la serie se va desarrollando con mayor intensidad.
       
Tangina, una verdadera heroína dentro de estos filmes.
     La oración ¡Ya están aquí!se convirtió quizás en una de las citas textuales más célebres del cine, en especial por la escena en la que la dice Carol Anne, cuando los fantasmas hacen su primera aparición espectacular y en la cual nada menos que un televisor (un objeto del mundo contemporáneo, tan relevante en la vida de la gente hoy en día, detalle no gratuito dentro del guión) se convierte en el portal para que lo fantástico cobre mayor fuerza; es así que dicho aparato doméstico, queda simbolizado como esta puerta entre la ficción y el mundo real, que en la actualidad no es tan común.  Esta escena no puede ser más icónica, con una mano casi eléctrica saliendo de la pantalla de la TV y la pequeña arrodillada frente a ella mirando con atención (tal como queda detallado en su afiche).  Hay muchos otros momentos notables en esta obra, como el ataque del árbol monstruoso al único hijo varón o la aparición de una criatura albina cuadrúpeda, que escapa a los típicos fantasmas del género.
        La fama de este largometraje ha llegado a puntos inesperados, por el hecho de que buena parte de los actores que intervinieron en sus tres entregas, han muerto de manera trágica, incluso desde poco después de estrenada esta primera película.  Es así que hay una leyenda negra respecto a la saga, que dice que está maldita, debido a que supuestamente los esqueletos que se usaron en el filme de Tobe Hooper eran reales, entre otros rumores. La primera en morir de sus histriones fue la adolescente actriz que interpreta a la hermana mayor, quien en la vida real fue asesinada por su novio; luego les tocó pasar a mejor vida, a dos de los actores varones que participaron en la segunda parte (uno de ellos, el mismo que hizo de Kane); por último, en plena sala de operaciones, poco antes del estreno de Poltergeist III, abandonó este mundo la joven Heather O'Rourke, quien hiciera de Carol Anne, para pena de muchos y que hasta le concedieron premios en su corta carrera como actriz infantil.


Trailer vintage de este memorable película.

Regreso al mundo de “Watchmen”. Primera parte.

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Introducción.

      Entre septiembre de 1986 y octubre de 1987 DC se publicó originalmente la miniserie conocida como Watchmen (en español Los Vigilantes), de los autores Alan Moore en el guión y Dave Gibbons en el dibujo, la cual cambió para siempre la manera de ver los cómics del género superheroico.  El planteamiento de su historia, bastante crítico, complejo y adulto para lo que hasta entonces se había hecho al respecto en DC, Marvel y otras empresas del rubro, llevó al resto de los colegas de Moore y Gibbons a crear nuevas obras, que respondieran a la idea de armar un argumento con sus características; de este modo surgió con mayor fuerza que nunca el interés por demostrar que los lectores ya estaban preparados para algo más complejo, que la eterna batalla entre el bien contra el mal y las típicas peleas entre superhéroes y villanos.
     La trama de esta historieta transcurre en un Estados Unidos alternativo ochentero, en el cual Richard Nixon lleva ya décadas como presidente del país, debido a que ha sido reelegido de manera consecutiva, pues ganó la Guerra de Vietnam y el famoso escándalo Watergate nunca sucedió; además la Guerra Fría con la Unión Soviética se encuentra en uno de sus puntos más críticos. En este mundo, al menos en Gringolandia, también hay superhéroes, si bien solo uno de ellos corresponde a lo que se llama “metahumano”, el Doctor Manhattan, cuyo poder es tan grande que en la práctica es un dios en sí mismo; el resto de los que han ostentado el rol de justicieros, poseen habilidades físicas extraordinarias, gracias a un riguroso entrenamiento, además de en algunos  casos una inteligencia prodigiosa.  No obstante a diferencia de los bienhechores que encontramos en el multiverso deceísta e incluso en el marvelita, algunos de estos no poseen un código de honor y más que estar motivados por principios altruistas, están interesados en satisfacer sus obsesiones hedonistas; por otro lado, y para nada un detalle menor, no tienen asco en matar a los criminales y villanos a los que se enfrentan.
      El grupo de personajes variopintos que aquí aparecen, pese a sus bajezas logró calar hondo en el público y la crítica, de modo que de inmediato la gente pidió mayores historias sobre estos, ya sea antes o después de los eventos desarrollados en la novela gráfica original.  Sus mismos creadores tenían la intención de volver a este mundo, relatando de manera más completa las aventuras y desventuras de los Minutemen, el primer grupo de superhéroes en surgir dentro de esta ficción, a finales de la década de los treinta (o sea, en plena Edad de Oro de los cómics, justo cuando nacieron verdaderos íconos como Capitán América, Namor, la Antorcha Humana Original, Superman,Batman, Wonder Woman y Shazam, detalle para nada gratuito al observar las dobles lecturas de su argumento) y que luego tendría sus respectivos sucesores, los mismos protagonistas de la trama central de Watchmen.  Como al final nunca se llevó a cabo el sueño de Moore y Gibbons, de seguro tal vez por los conflictos del primero con DC, tuvieron que pasar décadas para que el proyecto se concretara y eso que no fue con el apoyo de ninguno de estos dos artistas.
       Ante el éxito de esta historia, toda una historieta de culto que incluso ha sido considerada como obra literaria por algunos (lo que me parece una exageración y no porque la mire en menos, sino por el hecho de que bien me parece que cómics y literatura son expresiones distintas y valiosas dentro de sus propias características), en 2009 Zack Snyder realizó la esperada versión fílmica, que si bien fue un éxito de crítica, tuvo sus cuantos detractores.  Con un guión bastante fiel a la obra que la inspiró, contó con preciosos diseños y una dirección de arte que en más de una ocasión calcó a la perfección varias de sus viñetas.  Por otro lado, la violencia explícita y el erotismo del cómic, no fueron dejados de lados, así como el inserto de la historieta secundaria que aparece en el texto original y que aquí se optó por representar a través de una animación, que se va mostrando en ciertos momentos de su metraje.


Trailer del filme.

       Aprovechando el boom de la cinta de Snyder y para llevar la obra de Moore y Gibbons más todavía al público que la desconocía y tras ver el filme podía interesarse en ella, se realizó por la misma época de su estreno una versión en Motion Comic de Watchmen, de casi 4 de horas de duración.  Es así que siguiendo una vieja técnica que data de los sesenta y través de la cual se animaron a principios de esa década varios títulos Marvel (como Thor, Iron Man, Hulk y otros), se actualizó este formato usando medios tecnológicos computacionales  y se animó viñeta por viñeta  la novela gráfica.  Para esto se contrató a un actor que hiciera de narrador y le pusiera voz a todos los personajes, además de agregarle música y efectos sonoros. El impacto de resucitar los motion comics fue lo suficientemente grande, como para que luego tanto DC como Marvel sacaran en este mismo estilo, varios de sus títulos más famosos.
       Publicada en 2012, justo al cumplirse los 25 años de la obra maestra de Moore y Gibbons, Antes de Watchmen se compuso por nada menos que 34 tomos realizados en su mayoría por distintos equipos de trabajo, conformados por algunos de los nombres más cotizados en la actualidad, entre guionistas y dibujantes.  Lo que se hizo en realidad con esta considerable cantidad de entregas y tantos talentos reunidos para realizar tan esperada precuela, no ha sido otra cosa que armar el pasado de los eventos de la historieta original, creando miniseries dedicadas en exclusiva a sus personajes por separado (con una que otra aparición estelar de sus viejos compañeros).  El resultado ha sacado más de un roce con los seguidores de la obra primigenia, al menos entre los puristas, consiguiendo varios detractores, pese al claro valor estético de estas viejas/nuevas aventuras y la reputación de sus responsables. 
      Para otorgar un mayor relación con la historieta realizada por Moore y Gibbons en su momento, al final de cada número que comprende Antes de Watchmen, vienen dos páginas de la novela gráfica titulada como La Maldición del Corsario Carmesí, una historia ambientada más o menos en el siglo XIX y que aparentemente no tiene que ver con las andanzas de Búho Nocturno, Dr. Manhattan, el Comediante y compañía, pero que en su trama en realidad guarda varios paralelos con lo transcurrido en estas miniseries.  Pues la inclusión de esta otra obra, escrita por todo un veterano como lo es Len Wein y dibujada nada menos que por John Higgins (el mismo colorista del cómic original), tiene como antecedente a la “historia dentro de la historia” titulada Relatos del Navío Negro, un cómic que lee un personaje secundario suyo y cuñas viñetas a veces se dejan apreciar al lector real de Watchmen.


Trailer del motion comic.

      Tras estas palabras, ya es el momento de iniciar esta serie de posts, sobre unas cuantas historietas que sin dudas recomiendo…

1- Minutemen.

1.1. El autor: Darwyn Cooke.

          
     Tenía que leerme esta preciosa obra suya e investigar en la red su biografía, para enterarme que el elogiado caricaturista canadiense discípulo de Bruce Tim, falleció tan solo el año pasado víctima del cáncer.  Nacido el 16 de noviembre de 1962 en Toronto, Canadá y muerto el 14 de mayo en Florida, USA, en sus poco más de 50 años en la Tierra realizó varios trabajos para DC, Marvel y otras compañía que lo convirtieron en un artista bastante cotizado.  Su estilo de dibujo claramente distintivo, con una estética “vieja” de cartoonque de inmediato acaparó la atención de Bruce Timm y el ya mencionado Dini, le abrió las puertas del mercado, cuando estos dos lo llamaron para que trabajara en sus series animadas de Batman, Superman y Batman Beyond.
      Tanto dibujante como guionista, entre sus obras más famosas se encuentra la nostalgia novela gráfica DC: La Nueva Frontera (2004), una revisión en clave adulta de la Edad de Plata de los cómics de la Liga de la Justicia, la cual le otorgó la consagración debido a la fuerza de su argumento y la manera tan personal, como emotiva, con la cual tomó para sí a algunos de los personajes claves del universo DC.  Ante el impacto de este título, en 2008 se estrenó una preciosa versión animada como película hecha directa para el video casero.  No obstante antes de este éxito, Cooke ya había hecho otras joyitas como su psicologista revisión del Caballero de la Noche y los problemas con su personalidad pública Bruce Wayne, en Batman: Ego (2000).  De igual manera reconocida es su labor con Catwomany otras colecciones.
       En Marvel tuvo en sus manos a nada menos que Spidermany unos cuantos títulos relacionados con los X-Men.  No obstante es con su participación a través de las nuevas historias de The Spirit, de nuevo para DC (aunque fuera de la continuidad principal, ya que no pertenece al llamado Multuverso), sobre el famoso personaje de Will Eisner, que logró otros de sus mayores logros.
        Pues en lo que concierne a Antes de Watchmen, suyas son las dos primeras miniseries: Minutemen y Espectro de Seda.  En una se encargó tanto del dibujo como del guión, mientras que en la segunda coescribió su trama junto a Amanda Conner, la dibujante de esta otra serie limitada.


Trailer de Justice League: The Final Frontier. 
2.2. La Historia.

     El primero de los dos trabajos hechos por Cooke para esta colección, sirve como puente de entrada para todo Antes de Watchmen, pues transcurre en tiempos pretéritos al grupo conformado por Dr. Manhattan y compañía, ya que se centra en el primer equipo de superhéroes conocido del mundo en el que transcurren estas obras: los Minutemen.
     El Búho Nocturno original, el heroico e idealista agente de policía Hollis Mason, viene a ser el personaje principal o quien nos sirve como guía para contarnos desde su punto de vista (y bastante cercano a los acontecimientos y al resto de los personajes, por cierto) lo ocurrido con este equipo de sujetos, que tanto dio para hablar en sus tiempos e inspiró a los verdaderos protagonistas de la novela gráfica de Morre y Gibbons a “luchar por el bien y la justicia”.  El caricaturista se apoyó en Mason, debido a que este en el tiempo presente de Watchmen era ya un hombre maduro, alejado hace rato de su carrera de superhéroe, quien había publicado un polémico libro titulado Bajo la Capucha y en el cual no solo abordó sus memorias como miembro de este exclusivo grupo, sino que además desnudó varios hechos relacionados con sus antiguos socios, que en realidad no eran tan nobles como se esperaba (o tal vez, siendo justos, tan perfectos como se suponen deberían ser aquellos en quienes confiamos nuestra vida: líderes políticos y religiosos, por nombrar solo algunos).  
     De este modo Cooke se toma de los antecedentes previos para desmitificar aún más a estos sujetos, de una manera descarnada y aun así llena de momentos sublimes, pues aún en medio de las bajezas de muchos de estos individuos, encontramos ejemplos de virtud y verdaderos momentos de sublimidad.  Por otro lado, también hayamos un humor que refresca bastante esta historia sobre ídolos con pies de barro, a la par de que queda en evidencia tanto el amor como el respeto por la labor de los autores originales; es así que Cooke se toma de algunos de los detalles más minuciosos del viejo cómic, de modo que esta precuela no pierda su nexo con ella y además este primera miniserie sea el piso, bajo el cual se encumbren el resto de los textos que le siguen dentro de estos especiales. 
       La trama transcurre tanto en tiempo presente como en el pasado, a través de extensos y minuciosos flashbacks, presentándonos a sus protagonistas, que de inmediato quedan identificados como aquellos de verdadero espíritu noble (el mismo Búho Nocturno, Silueta y Mothman) y quienes sin dudas demuestran intereses más cercanos a la fama, la fortuna o incluso el placer por la violencia (Dollar Bill, Espectro de Seda, Capitán Metrópolis y el Comediante); en el caso de Justicia Encapuchada, Cooke se guarda un as bajo la manga, al convertirlo en el Minutemen más misterioso de todos y a quien incluye dentro de uno de los arcos argumentales más interesantes de esta novela gráfica, de modo que nunca queda clara su personalidad (bien puede llamar la atención que cuando lo dibuja, lo hace siempre en poses siniestras al más puro estilo de Batman o Spawn).
        Tal como la novela gráfica que dio vida a todo esto, el presente cómic y los que le siguen, corresponde a una obra por completo adulta, lo que como era de suponer queda de manifiesto en la manera de cómo aborda la sexualidad de sus protagonistas.   Es así que en este caso se trata el tema de los personajes LGTB, algo que en todo caso Cooke no se lo imaginó, sino que lo tomó del material previo de la obra original, llevándolo no solo al caso del lesbianismo de Silueta, sino que también al trabajar sobre la supuesta relación gay entre Justicia Encapuchada y Capitán Metrópolis. 
        La  presencia de Silueta permite tratar el tema de la intolerancia y la homofobia, males que terminan por victimizar a la justiciera.   A su vez esta junto a Búho Nocturno, viene a ser  una de los dos Minutemen más nobles y desinteresados, quien además destaca por poseer una naturaleza maternal, que la contrapone a su compañera Espectro de Seda.  La oposición a la materialista y exhibicionista otra mujer del grupo, resalta por las rencillas entre ambas, porque esta otra le tiene envidia y pese a lo esperado no son amigas. Además,  posteriormente, Espectro de Seda llega a ser madre y no se convierte en un muy buen ejemplo de ello. Asimismo, de entre su grupo, es la única que se muestra capaz de mantener una relación amorosa potente con otra persona, detalle que dentro de todo el virtuosismo de esta fémina, hace que el propio Mason se enamore de ella y lo que viene a darle un cariz de romance imposible a esta subtrama argumental. 
      No obstante con los dos varones, el autor muestra una faceta más oscura de las relaciones homoeróticas, ya que su homosexualidad no solo es encubierta, sino que corresponde a una pareja de inclinaciones sadomasoquistas; esto último queda claro, además, por el mismo traje fetichista de Justicia Encapuchada, quien además de cubrir su rostro como si fuese un verdugo, lleva una soga de horca colgada al cuello.  Las sorpresas con el poco sociable justiciero, determinan el impactante final de esta obra.
           El dibujo de Darwyn Cooke, en su característico estilo que pareciera infantil y/o caricaturesco (pero, ojo, no simplón y hasta hermoso con sus rostros de expresiones poco realistas), es el ideal para representar este supuesto pasado de ensueño, que tiene tanto de las Edades de Oro y de Plata de los cómics, de los que se nutre también el argumento.

Las 6 portadas hechas por Darwyn Cooke para esta miniserie. Cada una de ellas muestra a algunos de sus protagonistas:
Búho Nocturno, el Comediante, Silueta, Polilla, Espectro de Seda y Juticia Encapuchada.

Un motivo más para adorar a Hulk.

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     Aprovechando el éxito de los cartoonsUltimate Spiderman y Avengers Assamble,que a la fecha han actualizado para niños, adolescentes y (por supuesto) adultos ñoños a los personajes marvelitas y tomando en cuenta parte de la estética de las igualmente populares películas del llamado Universo Cinemático Marvel, se estrenó en el transcurso de 2013 un nuevo programa animado relacionado: Hulk y los Agentes de S.M.A.S.H.  Tal como dice su nombre, este show está centrado en el Coloso Esmeralda, quien aquí lidera a un grupo de sujetos que en este caso guardan estrecha relación con él mismo, de modo que debido a su apariencia y poderes se les llama también “Hulks”.  Si sucede esto, es debido justamente a que su protagonista no es el monstruo irracional de los primeros años de sus aventuras, ni al que nos tienen acostumbrados en las versiones televisivas o cinematográficas que hasta el momento habíamos visto; pues siguiendo la continuidad empezada por los otros dos títulos que le antecedieron, esta serie nos muestra a un Hulk evolucionado, inteligente y elocuente, lo que le permite sin dudas transformarse en el paladín que aquí aparece.
      Tal como en el clásico primer cómic de este personaje, todo comienza con la participación de Rick Jones, el joven quien luego se convertiría en el mejor amigo del Monstruo Gamma, que en cierta medida en las viñetas fue el responsable de la transformación de Bruce Banner en su poderoso alter ego.  Cabe recordar que esto sucedió cuando el científico quiso salvarlo de la exposición a la radiación y debido a ello fue él quien recibió estos rayos, lo que lo convirtió en esta criatura.  Pues dentro de esta versión el tiempo ya ha pasado desde tal incidente, Hulk se ha convertido en un valioso Vengador, pero aun así todavía despierta el recelo de la mayor parte de la gente.  Es entonces que Jones, siempre fiel a su compañero, decide ayudarlo y crear un programa que al mostrar al mundo los actos heroicos de este, desmitifiquen su figura y dejen claro que no es una amenaza para la gente.  La intervención del Lider, quizás el más grande enemigo de Hulk, quien desea por sobre todo desprestigiarlo, derrotarlo y además apoderarse del mundo, acelera sin quererlo esta promoción positiva del superhéroe; es así que en un intento por oponerse a los designios del Líder, se crea un grupo conformado por 5 individuos, que luego se hacen llamar justamente Agentes de S.M.A.S.H. y por último siguen unidos para enfrentarse a las fuerzas del mal.
      La idea de este equipo es por completo original para la pantalla chica, si bien todos sus personajes, entre los socios de su mayor protagonista, justicieros invitados y malhechores son propios de las historietas.  Al respecto debe señalarse que en sus dos temporadas y un total de 52 episodios (que nunca antes un programa animado de Hulk había durado tanto, ni tenido tan buenos resultados, hasta que lamentablemente fue cancelado), aparecen un montón de figuras destacadas del universo Marvel, siendo que incluso muchos de ellos salieron acá por primera vez en una versión animada (como nada menos que el Maestro, la versión maligna y anciana del mismo Hulk, aparecida en la ya clásica novela gráfica Futuro Imperfecto, si bien con una interesante variación dentro del guión).  Debe saberse en todo caso que el genio detrás de esta maravilla de programa, que sin duda deja más que contentos a los incondicionales de este “grande” de los cómics gringos, viene a ser nada menos que Paul Dini, quien escribió el piloto doble y también contribuyó con su pluma a varios de sus otros episodios; algunos con ideas muy interesantes y graciosas, si bien para ser sinceros nunca al nivel de sus trabajos para DC como Batman: La Serie Animaday Superman: La Serie Animada (parece que lejos su talento ha brillado más al amparo de DC, pues al menos que yo sepa para la Casa de las Ideas solo ha realizado guiones para este título, además de ser el creador de Ultimate Spiderman en su adaptación televisiva y realizado uno que otro episodio).
      Hay muchos aspectos interesantes a la hora de evaluar esta serie, entre ellos el mismo desarrollo de la personalidad de Hulk, quien sin dudas que resulta tan complejo y lleno de atractivas aristas, que por fin permiten abordar otros aspectos de la emocionalidad en él: como el miedo, la ternura, el buen humor, la lealtad, el autosacrificio y la autocrítica.  Todo esto, hasta hace poco, solo conocíamos de él quienes hemos tenido la experiencia de leer sus historietas.  Es así que en muchas ocasiones en esta obra, tenemos a un Hulk que frente a la pantalla nos regala piezas de verdadera sabiduría, cuando reflexiona respecto a lo sucedido y se permite revisar todo esto, ya sea en cuanto a su conducta como a la de sus compañeros.  Dentro de esto mismo, resulta emotivo el hecho de que aparte de Rick Jones, tal vez por primera vez en su paso por la “cajita tonta”, vemos que gracias a su faceta ahora más humanizada, el Goliat Verde tiene pares, o sea, amigos (bueno, aparte de Spiderman con quien en su propia serie ha tenido encuentros bastante destacados); ello permite que en el transcurso del programa, podamos encontrarnos con varios argumentos de peso, tanto divertidos como muy emotivos.
      Por otro lado, teniendo en cuenta lo del programa ideado por Rick Jones para otorgarle publicidad a su amigo, una vez que se forman Los Agentes de S.M.A.S.H., este funciona como reality show; de tal modo que a veces la atención se centra en las opiniones de los participantes y otras de sus intervenciones para las diversas cámaras ambulantes, que los siguen para todos lados y entre ellos a los destinos más recónditos.  Cuando los otros agentes hacen los descargos a su público, por lo general se trata de momentos bastante cómicos, si bien sirven para definir también sus propias personalidades, que sin dudas son diferentes entre sí; de igual manera, pese a las oposiciones entre ellos, como es habitual en las historias sobre equipos, esta amalgama entre sus egos les permite conseguir el éxito en su cruzada, a  la vez de crecer como sujetos individuales.
     
      Como ya se dijo, fue nada menos que el Líder (otro monstruo gamma, aunque malvado, tal como la Abominación, quien también aparece harto acá) el que sin desearlo propulsó varios de los acontecimientos de esta serie.  Además este “mad doctor” participa bastante de sus episodios, lo que por ejemplo dio paso a que nos encontráramos con una nueva versión animada de la célebre saga Planeta Hulk(tras su formidable película y su muy divertida adaptación en tono comedia en Escuadrón de Superhéroes) hacia el final de la segunda temporada.  Asimismo, al comienzo de la segunda temporada, quien sería entonces la némesis de Hulk, propicia que durante la segunda temporada los protagonistas anden perdidos en el espacio y debido a ello se encuentren con varios personajes de carácter cósmico y/o alienígena, luego se conviertan en los “enemigos públicos número 1” de la sociedad y más tarde anden detrás suyo a través del tiempo, lo que provoca varias atractivas líneas temporales alternas. 
       En lo que viene a ser el universo compartido entre los programas mencionados marvelitas y a los que se debe sumar  su más reciente incorporación, dedicada nada menos que a losGuardianes de la Galaxia(quienes también son “invitados” en esta serie en más de una ocasión), cuando estamos hablando de Hulk, se obvia casi en un 100% a su faceta humana: Bruce Banner.  Por lo tanto no se puede dejar de lado  un muy hermoso capítulo titulado El Día de Banner y donde solo en dicha Hulk da paso a esta parte de su persona.  Me estoy refiriendo a uno de los capítulos más bellos y mejores de Hulk y los Agentes de S.M.A.S.H., el cual además está lleno de nostalgia y en el cual podemos reencontrarnos con Betty Ross, el gran amor del científico.
       Como ha sucedido desde la primera aparición de Hulk en Ultimate Spiderman, importante viene a ser la relación entre el Arácnido y el Coloso Esmeralda, quien se nota ahora más que nunca cuánto aprecia al joven superhéroe (algo que yo sepa en las historietas no es tan cierto).  De igual manera destacables vienen a ser las intervenciones de Wolverine y Thor, quienes dentro de las viñetas tienen una historia personal más relevante con Hulk, que en el caso de nuestro Amistoso Vecino. Tampoco se debe dejar de lado la participación de nada menos que de la Cosa (también conocido en Hispanoamérica como la Mole), otro viejo rival y luego amigo de  Hulk, con grandes episodios y quien sin duda en las historietas posee al igual que los otros, verdaderas grandes historias junto al Monstruo Gamma (tal como se puede apreciar en la muy entretenida novela gráfica  Hulk/La Cosa: A Golpesde Bruce Jone y Jae Lee). No está demás decir que los capítulos respectivos llegan a ser memorables. 
        Dentro de los otros personajes que podemos hallar en esta serie y que si bien no todos tuvieron su debut en la pantalla chica gracias a este show, al menos obtuvieron un rol destacado, porque apenas habían sido vistos en cartoons,  Blastarr (gran enemigo delos 4 Fantásticos), Deathlok (un zombie ciborg que ha tenido al menos 3 versiones diferentes en los cómics Marvel, unas veces villano, otras veces superhéroe), Maimframe (una de la tantas inteligencias artificiales creadas por Tony Stark), Ego el Planeta Viviente (que tal como dice su nombre, se trata de un ser gigantesco con estas características), Alto Evolucionador (otro de los tantos “mad doctors” marvelitas y que sin dudas posee un espectacular traje con su apariencia robótica), el Coleccionista (alienígena obsesionado con tener la mayor colección de cosas raras en el universo…como superhéroes)  y Motorista Fantasma (un superhéroe/antihéroe de connotaciones mágicas, mitad humano, mitad demonio y que ya ha tenido dos películas para el cine, interpretado en ambas ocasiones por Nicolas Cage), por solo mencionar aquellos que  sin dudas llaman la atención entre quienes los echábamos de menos en la tele.
       Solo encuentro lamentable la falta de unos créditos de apertura, como bien se merece un título de estas características, algo que para mal gusto de los productores de estas series es algo de lo que prescinden (¡Así los pille Nyarlathothep!).


El comienzo de todo en capítulo de antología: La Llegada del Maestro.

       En cuanto al resto de los componentes de los Agentes de S.M.A.S.H., estos son:

·         She-Hulk (Hulka en algunas versiones en español): Nacida como Jennifer Walters, es la prima de Bruce Banner y por ende también de Hulk.  Surgida en los cómics en 1980 de la mano de nada menos que de Stan Lee y John Buscema en el dibujo (otro de los grandes del medio), de inmediato se hizo popular entre los fanáticos.  En las historietas es abogada de profesión, pero en la serie solo consigue este título universitario tiempo después, mientras que su carrera anterior es la de ser doble de riesgo para Hollywood.  Su historia es de lo más interesante, pues adquirió sus poderes debido a una transfusión de sangre que recibió de parte de su primo, para salvarle la vida, luego de que fue baleada por unos criminales; de este modo se transformó en una versión femenina del monstruo, aunque para su buena suerte, al sufrir esta mutación no tuvo que sufrir la “maldición” de su familiar de perder su inteligencia, ni personalidad; de igual manera siendo ya una mujer hermosa y sexy como simple humana, tras su transformación se volvió en una de las féminas más atractivas de todo Marvel   En este programa es el único miembro femenino de todo el grupo, siendo hasta cierto punto la más madura y seria, hasta que la sacan de sus casillas y se enoja con sus compañeros, a quienes no duda en golpear, sabiendo que en realidad no los puede dañar. En su versión original es doblada por nada menos que la preciosa Elisa Dushku,  la protagonista de la también llorada Dollhouse.
·         Rick Jones/A-Bomb: El joven mejor amigo de Hulk es un personaje clave para Marvel, a tal punto que ha tenido una importante participación en muchas de sus colecciones y sagas más relevantes.  Pues en este programa vemos cómo debido a un accidente, el chico queda expuesto (para variar) a la radioactividad y ello lo vuelve en otra criatura “relativamente” monstruosa; si bien en su caso azul, con púas y las habilidades de hacerse invisible, además de convertirse en una pelota, al enrollarse igual que los armadillos.  En este show es el artífice de la gran parte de la tecnología usada por los Agentes de S.M.A.S.H., en especial en lo que concierne a las sofisticadas telecomunicaciones que permiten que su programa se mantenga al aire y con millones de espectadores (y no solo en el planeta Tierra).  Posee una personalidad alegre, positiva y, por supuesto, adora a Hulk.   La voz en inglés la puso Seth Green, a quien de niño lo vimos como a uno de los miembros del “Club de los Perdedores”, en la recordada miniserie de Itsobre la novela de Stephen King; de igual manera fue Oz en Buffy, donde actuó junto a la Dushku, teniendo además una destacada carrera como comediante.
·         Thunderbolt Ross/Hulk Rojo: El militar de alto rango, padre de Betty Ross fue desde el principio uno de los grandes enemigos, aunque no malvado (pues siempre se ha considerado un patriota), de Hulk.  Obsesionado con atrapar a la “bestia”, lo persiguió por cielo, mar y tierra, pues siempre lo consideró un peligro público, además de que quería sacar provecho de su presa para crear armas biológicas.  En su afán de conseguir su objetivo, llegó al punto de aceptar ser el cobaya humano para un experimento con ADN de Hulk, que terminó por convertirlo en esta especie de doble suyo “mejorado”.  Su papel en esta nueva identidad suya ha dado para mucho, estando siempre entre la fina línea divisoria de héroe/antihéroe y villano.  En este programa se suaviza su personalidad, para convertirlo en alguien que pese a su soberbia, logre ser simpático e incluso gracioso en su eterna competitividad con Hulk, a quien siempre trata de ganar y hasta de quitar su puesto como líder del grupo.  Teniendo en cuenta las viejas rencillas con el personaje principal y lo que va ocurriendo en torno a Hull Rojo y su relación con “Verde”, como aquí le gusta llamarlo, este viene a ser sin dudas el coprotagonista que más evoluciona a lo largo de todo el programa; pues llega a apreciarlo sin vacilaciones, llegando incluso a arriesgar su vida por quien antes despreciaba.  En el audio gringo es interpretado por todo un veterano del cine y la televisión, Clancy Brown y quien ya había probado suerte con mucho éxito en el arte de ser actor de doblaje, cuando hizo nada menos que de Lex Luthor en Superman: La Serie Animada y otras producciones DC.
·         Skaar: Es el hijo de Hulk y la alienígena Caiera, que este tuvo durante su periodo en el exilio tras los eventos de Planeta Hulk, al menos en un What If? (que corresponde al nombre genérico de las historias alternativas de Marvel, lo que a DC son los llamadoselseworlds).  Con posterioridad fue reintroducido dentro de la continuidad principal de esta empresa, teniendo un montón de aventuras.  En la serie llega hasta la Tierra como un “espía”, de nada menos que del Líder, quien lo tiene engañado, hasta que Hulk y el resto lo liberan del criminal.  Desde un principio queda de manifiesto, que debido a su parecido con el Goliat Esmeralda es retoño suyo o al menos se sugiere ello al público, no obstante debido a la cancelación dela serie nunca se aclaró esto.  En el programa es un tipo de pocas luces, hasta infantil, muy ingenuo y que otorga al público algunos de sus momentos más graciosos.
·         Devil (Dinosaurio Diabólico en algunas traducciones al español): La mascota de Agentes de S.M.A.S.H. es en la práctica el mismo personaje creado por Jack Kirby en los setenta y que en esta serie debuta en el primer viaje del equipo a la Tierra Salvaje.  Es un saurio parecido a un tiranosaurio rex, pero rojo y más inteligente, que en los episodios tiene un muy especial cariño por Hulk Rojo (el que contra lo esperado es recíproco).
Con mi sobrino Brunito también queremos ser Agentes de S.M.A.S.H.

Una verdadera historia de amor inolvidable.

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     Publicada en 1985, El Amor en los Tiempos del Cólera por Gabriel García Márquez, viene a ser sin dudas considerada por muchos especialistas y más todavía por sus millones de seguidores, como su segunda mejor obra, si es que no la mejor (lugar que ostenta sin dudas Cien Años de Soledad).  No obstante se puede entender que al menos para los más románticos de corazón, esta historia que abarca más de medio siglo en la vida de sus personajes, sea su predilecta, por sobre tanta maravilla entre la bibliografía de tan destacado autor.
     El nombre de este libro que en español supera las 400 páginas, no puede ser más significativo, pues posee al menos dos lecturas sobre el sentido de sus palabras: en primer lugar se refiere al periodo histórico en el que transcurren sus acontecimientos, finales del siglo XIX y principios del XX, en el que la infecciosa enfermedad del cólera hacía estragos en el Caribe, sitio en el que está ambientada la narración (que se supone corresponde específicamente a Colombia, la patria del escritor, no obstante nunca es mencionado el nombre de esta nación); puesto que mientras sus personajes se ven envueltos en sus pasiones, cientos o miles de personas mueren debido a este flagelo que asola sus tierras y aun así el amor que reina en sus corazones demuestra superar tanto la infección, como otras tribulaciones tanto o más mortales (los prejuicios sociales, el miedo a ser feliz por sobre el qué dirán, la falta de experiencia y sabiduría, que solo se superan con el paso de los años y la larga espera en el transcurso del tiempo).
     Y en cuanto al otro motivo de por qué razón se llama así, corresponde a que tal como queda declarado a través de sus páginas, el amor (en cuanto al de corte erótico) es representado como toda una dolencia crónica del cuerpo, la mente y el espíritu, cuyo único remedio viene a ser la consumación del acto amoroso; de este modo, mientras no se lleve a cabo la comunión completa con quien se ama, el resto solo son placebos y que a la larga impiden que la felicidad más plena, se deposite en los corazones de los seres humanos. 
      El argumento de este libro en apariencia puede parecer de lo más sencillo.  No obstante detrás de su desarrollo, encontramos más de una perla que nos hace apreciarlo y gozarlo con gran fuerza, sin olvidar las invitaciones que nos hace a examinarnos a nosotros mismos, acerca de cómo hemos enfrentado en nuestras propias vidas este tema y con ello darnos más de un espacio para la reflexión. Dos jóvenes enamorados en los primeros años de sus vidas, Florentino Ariza y Fermina Daza, mantienen un romance idílico, el que es abortado de la manera más inesperada (aunque comprensible, si tomamos en cuenta los autoengaños del corazón) y pese a ello el primero, el varón, a lo largo del resto de su vida espera que la única mujer a la que ha amado se decida a entregarse a él.  Como era de suponer, mucho pasa antes de que el deseo de Florentino se cumpla y es en este intertanto que García Márquez nos demuestra su talento legendario, al hacer que esta eternidad que bien podría ser una pesadilla en la vida real, sea un viaje precioso viaje por los laberintos de nuestra humanidad.
      El escritor comienza su labor engañándonos o tal vez todo le salió de tal manera, que él mismo no tenía idea de cómo iba a evolucionar su obra y simplemente se dejó llevar por la fiebre que también significa llevar a cabo (o gestar) un texto como este; pues el comienzo de todo esto, aparentemente no nos aventura lo que muchas páginas después sucede.  Pues la trama se centra primero en el ya anciano doctor Juvenal Urbino, un hombre que desde un principio está caracterizado como alguien extraordinario, alguien que parece casi perfecto y a quien todo el mundo quiere, debido al talante de su persona.  Y es entonces que a través de la presentación de tan distinguido sujeto, llegamos a conocer otra historia, la de su amigo Jeremiah de Saint-Amour, un fotógrafo emigrante y veterano de una antigua guerra y quien bajo su apariencia de hombre solitario, guarda con recelo una igualmente emotiva relación amorosa; este subargumento, sirve como punto de partida para la más grande trama de amor, que es la que durante el resto de la novela se nos cuenta. 

       “El doctor Urbino se sintió delatado. Se fijó en ella con el corazón, se fijó en su luto intenso, en la dignidad de su congoja, y entonces comprendió que aquella era una visita inútil, porque ella sabía más que él de todo cuanto estaba dicho y justificado en la carta póstuma de Jeremiah de Saint Amour. Así era. Ella lo había acompañado hasta muy pocas horas antes de la muerte, como lo había acompañado durante casi veinte años con una devoción y una ternura sumisa que se parecían demasiado al amor, y sin que nadie lo supiera en esta soñolienta capital de provincia donde eran de dominio público hasta los secretos de estado. Se habían conocido en un hospital de caminantes de Port-au-Prince, donde ella había nacido y donde él había pasado sus primeros tiempos de fugitivo, y lo siguió hasta aquí un año después para una visita breve, aunque ambos sabían sin ponerse de acuerdo que venía a quedarse para siempre. Ella se ocupaba de mantener la limpieza y el orden del laboratorio una vez por semana, pero ni los vecinos peor pensados confundieron las apariencias con la verdad, porque suponían como todo el mundo que la invalidez de Jeremiah. de Saint-Amour no era sólo para caminar. El mismo doctor Urbino lo suponía por razones médicas bien fundadas, y nunca habría creído que tuviera una mujer si él mismo no se lo hubiera revelado en la carta. De todos modos le costaba trabajo entender que dos adultos libres y sin pasado, al margen de los prejuicios de una sociedad ensimismada, hubieran elegido el azar de los amores prohibidos. Ella se lo explicó: “Era su gusto”. Además, la clandestinidad compartida con un hombre que nunca fue suyo por completo, y en la que más de una vez conocieron la explosión instantánea de la felicidad, no le pareció una condición indeseable. Al contrario: la vida le había demostrado que tal vez fuera ejemplar”.

       El retratista desaparece de manera sutil dentro del libro, como muchos otros personajes entrañables que aquí aparecen, para formar parte de este dramatis personae y que pese a ello, ayuda a definir mejor que nunca la naturaleza del ser humano, como una criatura que no puede estar sola en el mundo, si no que necesita de otros y de alguien a quien amar para definirse como especie.  De la misma manera, el buen doctor se convierte en otro de los elementos que intervienen en mayor o menor medida, en el camino a la realización entre el gran amor de Florentino y Fermina.
       Cuando parece que Juvenal será el gran héroe de esta obra, aparecen en escena los otros dos y entonces la narración realiza un salto al pasado; con ello a partir de este momento, los subsiguientes capítulos se encuentran dedicados a la supuesta relación imposible entre los amantes protagonistas.  Es así que los llegamos a conocer en sus años mozos, luego de que se nos presentaron como dos ancianos, cuando ya llevaba décadas de casada la misma Florentina, con nada menos que el médico, siendo que tras su ruptura con Florentino nunca más volvieron a intimar de alguna manera.  No obstante el siempre enamorado nunca cejó en reconquistarla y de este modo, poco a poco, vamos adentrándonos en su lucha por conseguir su objetivo.
       El extenso racconto que ocupa gran parte de esta novela, nos muestra por un lado el por entonces inocente noviazgo entre los dos personajes principales, lo que devino tras su ruptura y luego cómo fue el compromiso y posterior matrimonio entre la bella y voluntariosa Florentina, con el hombre más solicitado de la zona.  La personalidad y apariencia entre los dos únicos hombre de la protagonista, contrasta cuando ambos son caracterizados con premura (ambos sensibles, pero el médico más bien práctico, mientras que el otro un romántico empedernido; el primero apuesto y el segundo a simple vista poco atractivo, aunque con una fuerte carga sexual y que despierta en un montón féminas, una atracción que no sucede con el más sofisticado doctor).
       Paralelamente a la narración desde el punto de vista de la mujer, llegamos a conocer el de Florentino, el cual es tan terco como su amor y quien mientras espera que su sueño se cumpla, continua con su vida, que lejos resulta mucho más impresionante que la de su alma gemela.  Mil y un cosas le pasan a este y entre ellas un buen número de mujeres con las que inicia una especie de educación sentimental, quienes se transforman en su preparación para transformarse en el hombre, que hacia el final por fin pueda conseguir lo que más anhela.
       Bien llama la atención que si bien Florentino nunca llega a amar con la misma intensidad a otra dama, siendo que además tampoco llegó a intimar con Fermina, a cada una de sus amantes la llega a hacer feliz y no solo por una cosa de placer carnal; sino que en el libro queda de manifiesto, que el acto sexual entre dos personas sin dudas que puede ser algo sublime, pese a que sus dos participantes no se amen; la compañía entre quienes deciden compartir su soledad y necesidad de caricias, a los ojos de alguien como Gabriel García Márquez, queda consignado como algo que no puede ser mirado en menos,  ni denigrado como algo “sucio”.

       “La viuda de Nazaret no faltó nunca a las citas ocasionales de Florentino Ariza, ni aun en sus tiempos más atareados, y siempre fue sin pretensiones de amar ni ser amada, aunque siempre con la esperanza de encontrar algo que fuera como el amor, pero sin los problemas del amor. Algunas veces era él quien iba a su casa, y entonces les gustaba quedarse empapados de espuma de salitre en la terraza del mar, contemplando el amanecer del mundo entero en el horizonte. Él puso todo su empeño en enseñarle las trapisondas que había visto hacer a otros por los agujeros del hotel de paso, así como las fórmulas teóricas pregonadas por Lotario Thugut en sus noches de juerga. La incitó a dejarse ver mientras hacían el amor, a cambiar la posición convencional del misionero por la de la bicicleta de mar, o del pollo a la parrilla, o del ángel descuartizado, y estuvieron a punto de romperse la vida al reventarse los hicos cuando trataban de inventar algo distinto en una hamaca. Fueron lecciones estériles. Pues la verdad es que ella era una aprendiza temeraria, pero carecía del talento mínimo para la fornicación dirigida. Nunca entendió los encantos de la serenidad en la cama, ni tuvo un instante de inspiración, y sus orgasmos eran inoportunos y epidérmicos: un polvo triste. Florentino Ariza vivió mucho tiempo en el engaño de ser el único, y ella se complacía en que lo creyera, hasta que tuvo la mala suerte de hablar dormida. Poco a poco, oyéndola dormir, él fue recomponiendo a pedazos la carta de navegación de sus sueños, y se metió por entre las islas numerosas de su vida secreta. Así se enteró de que ella no pretendía casarse con él, pero se sentía ligada a su vida por la gratitud inmensa de que la hubiera pervertido. Muchas veces se lo dijo:
        -Te adoro porque me volviste puta.”

      
     Y no obstante en la larga lista de parejas que llega a tener Florentino, resulta interesante detenerse en su última compañera: su pariente lejana América Vicuña, una niña de tan solo 14 años, lo que de inmediato nos pone en alerta frente al tema de la pedofilia.  Es un tema complejo, teniendo en cuenta los fuertes paradigmas que puede tener uno sobre lo que está “bien” y lo que está “mal” en el mundo, lo que se puede hacer y lo que no.   Por otro lado, cuando Florentino toma a esta pequeña (que en todo caso queda claro en la narración, que para nada se trata de una chica ingenua), él mismo ya tiene cerca de 80 años, de modo que la diferencia de edad entre ambos es abismante; asimismo se debe considerar que siendo un “pilar” para su sociedad, se le había confiado al “venerable anciano” el cuidado y la educación de la chica por parte de su familia, de lo que en ningún momento este se desentiende, ya que en realidad quiere a la muchacha y para nada la daña.  De hecho, el amorío entre ambos sucede de lo más natural, como una última lección sentimental para Florentino, como también la iniciación en el arte de amar de América.  Tampoco se puede olvidar, que luego tal como en otra obra clásica acerca de una relación carnal entre un hombre mayor y una menor de edad, Lolita de Vladimir Nobokov, la chiquilla es quien termina por seducir al varón y este termina atrapado en sus redes; pues algo similar pasa acá, aunque en ningún momento América se vuelve alguien intrigante, como la famosa protagonista del escritor estadounidense.  Respecto a todo esto, cabe tenerse en cuenta que al estar hablando de unos 14 años, el término pedofilia resulta ser algo relativo en cuanto a qué edad se estipula como "legal" para que no sea considerado como tal, al menos según la sociedad y la época bajo la cual se desarrolle una relación con estas características; pues en muchas culturas, incluso hoy en día, no resulta aberrante que existan matrimonios de este tipo y en lo que concierne a la literatura, otros autores de renombre han abordado este tema a su manera, tal como Guy de Maupassant en su cuento Chali y George R. R. Martin con su primer libro de Canción de Hielo y Fuego, Juego de Tronos, bajo la figura de uno de sus personajes más emblemáticos, Daenerys Targaryen, quien justamente tenía 14 años cuando se casó con el maduro Khal Drogo (y cuyas relaciones sexuales son descritas sin tapujos por Martin).   No se puede olvidar que con posterioridad, el mismo García Márquez revisitaría todo esto en su última novela publicada Memoria de mis Putas Tristes.   Por mi parte, este tipo de situaciones me incomodan, ya que me parece que 14 años es demasiado poco, como para que una persona adulta se involucre con alguien de esa edad  y bien creo que a otro autor, alguien menos prestigioso cuando escribió estas dos obras, tales situaciones en sus ficciones le habrían creado más de una polémica (y tal vez hasta sucedió ello en su momento).

     
     “Se llamaba América Vicuña. Había venido dos años antes de la localidad marítima de Puerto Padre encomendada por su familia a Florentino Ariza, su acudiente, con quien tenían un parentesco sanguíneo reconocido. La mandaban con una beca del gobierno para hacer los estudios de maestra superior, con su petate y su baulito de hojalata que parecía de una muñeca, y desde que bajó del barco con sus botines blancos y su trenza dorada, él tuvo el presentimiento atroz de que iban a hacer juntos la siesta de muchos domingos. Todavía era una niña en todo sentido, con sierras en los dientes y peladuras de la escuela primaria en las rodillas, pero él vislumbró de inmediato la clase de mujer que iba a ser muy pronto, y la cultivó para él en un lento año de sábados de circo, de domingos de parques con helados, de atardeceres infantiles con los que se ganó su confianza, se ganó su cariño, se la fue llevando de la mano con una suave astucia de abuelo bondadoso hacia su matadero clandestino. Para ella fue inmediato: se le abrieron las puertas del cielo. Estalló en una eclosión floral que la dejó flotando en un limbo de dicha, y fue un estímulo eficaz en sus estudios, pues se mantuvo siempre en el primer lugar de la clase para no perder la salida del fin de semana. Para él fue el rincón más abrigado en la ensenada de la vejez. Después de tantos años de amores calculados, el gusto desabrido de la inocencia tenía el encanto de una perversión renovadora.”

      Pese al nombre y al planteamiento del tema amoroso de esta obra, no solo se aborda en ella la pasión que existe entre hombres y mujeres, sino que de una manera igualmente profunda, el autor retrata otros tipos de amor; pues tal como quedan consignados en la vida de sus personajes, queda más que claro la importancia que estos otros amores, poseen en la existencia de la gente.  Es así que acá podemos hallar las siguientes variantes al respecto:
      La amistad entre hombres, que primero la podemos apreciar entre Juvenal y Jeremiah, coetáneos entre sí y quienes comparten en especial la misma pasión por el ajedrez, lo que queda consignado como un elemento relevante en toda fraternidad: los temas en común y que unen a las personas.  Luego nos encontramos con el compañerismo entre Lotario Thugut y Florentino, un hombre mayor que el segundo, cuando nace este sentimiento entre ambos; siendo claramente una relación de tipo maestro-discípulo, cercana al amor filial, ya que sin dudas que Florentino aprende mucho del alemán, a quien respeta y más que su par, llegando a ser el segundo hombre más importante en su vida.
      La amistad entre personas de distinto sexo, que se presenta entre Florentino y la admirable Leona Cassiani, una inteligente, honorable y sensual mujer y con la que este bien pudo ser feliz, si entre los dos no hubiesen tomado este otro camino sus destinos.  De este modo queda consignado que sí existe esto entre mujeres y hombres, sin que hayan otros intereses de por medio, lo que trae más de una satisfacción y aprendizaje para ambos.
       La maternidad que se encuentra en Tránsito Ariza, que sin dudas viene a ser el amor más incondicional que se describe en el libro, ya que la mujer se entrega por completo a su hijo, por quien hace todo para que Florentino sea alguien dichoso.  Asimismo este acompaña a su madre hasta el final de sus días, en un hermoso ejemplo de entrega recíproca, que no da lugar a dudas acerca del valor que existe en el amor entre padres e hijos.  Lo que hay entre los dos, contrasta en cambio con la complicada relación que nace entre Fermina y Lorenzo Daza, su padre; puesto que si bien el hombre ama al único fruto de su carne, a diferencia de la dulce Tránsito, considera que lo mejor para su hija es imponerle sus propias ideas, en vez de dejarla que esta sea ella misma, lo que trae como consecuencias el alejamiento entre ellos dos.  De igual manera, la mañosa madre de Juvenal, también queda opacada en su amor egoísta hacia su vástago, si la comparamos con la más humilde Tránsito.
        Otros parentescos consanguíneos que podemos analizar a la vista de las relaciones interpersonales afectuosas, viene a ser la que existe entre el tío León XII y su sobrino Florentino, además de la familiaridad entre las primas Hildebranda Sánchez y Fermina.  Con los dos primeros, nos encontramos con una especie de paternidad, tras haber perdido a muy temprana edad el protagonista a su padre; de este modo el hermano del difunto, toma para sí la responsabilidad de acoger a su retoño.  Luego a medida que transcurre el libro, queda de manifiesto cuánto ama León a Florentino y todo lo que hace por él, siendo además uno de los personajes más interesantes de toda esta obra.  En cuanto a las dos mujeres, al ser estas mismas de la misma edad, se convierten desde su juventud en cómplices de sus mayores secretos, relación que perdura con el paso del tiempo, dándole un montón de bellos momentos y que no dejan lugar a dudas de la lealtad que se tienen, que va más allá del placer de tener con quien disfrutar los días que pasan.  Destacable viene a ser el amor que hay entre la aparentemente severa tía Escolástica y Fermina, quien viene a ser para esta lo que el tío León XII para Florentino, la madre que le faltaba; quien durante el poco tiempo en el que estuvieron juntos, le entregó todo el afecto que su propio padre fue incapaz de darle.
       Como bien sucede en la narrativa del Nobel,  no falta el buen humor entre medio de todo esto, lo que en más de una ocasión saca si no carcajadas entre los lectores, abundantes sonrisas.  Al respecto, destacable resulta la capacidad de alguien como este autor, para manejar diversas dimensiones de nuestra humanidad con tanta naturalidad; pues lo sublime se haya en estas páginas, a la par con esta otra faceta más alegre, pero no insignificante, con una maestría que hace de esta lectura todo un placer para uno.

       “El tío León XII le mandó al doctor Francis Adonay, un gigante negro de polainas y pantalones de montar que andaba en los buques fluviales con un gabinete dental completo dentro de unas alforjas de capataz, y parecía más bien un agente viajero del terror en los pueblos del río. Con una sola mirada dentro de la boca, determinó que a Florentino Ariza había que sacarle hasta los dientes y muelas que le quedaban sanos, para ponerlo de una vez a salvo de nuevos percances. Al contrario de la calvicie, aquella cura de burro no le causó ninguna preocupación, salvo el temor natural de la masacre sin anestesia. Tampoco le disgustó la idea de la dentadura postiza, primero porque una de las nostalgias de su infancia era el recuerdo de un mago de feria que se sacaba las dos mandíbulas y las dejaba hablando solas en una mesa, y segundo porque le ponía término a los dolores de muelas que lo habían atormentado desde niño, casi tanto y con tanta crueldad como los dolores de amor. No le pareció un zarpazo artero de la vejez, como había de parecerle la calvicie, porque estaba convencido de que a pesar del aliento acre del caucho vulcanizado, su apariencia sería más limpia con una sonrisa ortopédica. De modo que se sometió sin resistencia a las tenazas al rojo vivo del doctor Adonay, y sobrellevó la convalecencia con un estoicismo de un burro de carga.”
       Habiendo sido famoso García Márquez por popularizar el llamado subgénero del Realismo Mágico (que no lo inventó él, ojo), en este libro tan destacado entre su producción, apenas encontramos elementos al respecto y ello solo se puede observar en uno que otro detalle menor, en especial cerca de su final.
       Y en cuanto a su mismo desenlace, sin querer caer en los pocos queridos spoilers, me limitaré a decir que este viene a estar sin dudas a la altura del resto de la novela.  Se trata de uno de las mejores conclusiones, que con respecto a mi propia memoria puedo recordar; pues  más que del “final feliz” que todos quisiéramos para una historia de amor como esta, no trae la promesa de que sí existe la plenitud entre personas de corazón noble y de que la eternidad no es otra cosa, que la existencia de la verdadera felicidad.

Regreso al mundo de Watchmen. Segunda parte: Espectro de Seda.

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2.2. La Dibujante.

     La única justiciera de Watchmen (o más bien de Antes de Watchmen) que posee título propio dentro de estas miniseries, viene a ser la hermosa y fatal Espectro de Seda, pero esta corresponde a la hija de la primera en tener dicho nombre; quien es además la única fémina del cómic original, en ser más desarrollada que las otras que en sus páginas aparecen.  Pues justamente para celebrar la presencia femenina dentro de este proyecto, nada resulta más adecuado que contar con una de las más destacadas dibujantes del medio: Amanda Conner.
      Pese a que en el mundo de los cómics gringos de superhéroes abundan las damas de fuerte personalidad y carisma, como la mismísima Mujer Maravilla, Canario Negro y Gatúbela en DC o Hulka, Viuda Negra o Tormenta en Marvel, por mencionar solo algunas, pocas han sido las artistas que han logrado encumbrarse por sobre sus colegas varones, ya sea tanto en el guión como en el dibujo.  Es así que hoy en día solo se me vienen a la cabeza nombres como Louise Simonson, Barbara Kessel y Gail Simone, entre las escritoras que han conseguido grandes éxitos; mientras que entre las caricaturistas solo la Conner puedo mencionar como alguien con un trazo en realidad sobresaliente.  Esta falta de profesionales mujeres en un medio, que ya hace rato que le ha dado su espacio al llamado “bello sexo”, es una verdadera lástima, si se considera que Japón (el otro país con mayor producción de historietas por año) posee entre sus mayores estrellas a gente como Rumiko Takahashi (Ramma ½ e Inuyasha,por mencionar algunas de sus obras más famosas) o Hiromu Arakawa (la misma que nos regaló esa bellísima saga que resulta ser Fullmetal Alchemist), entre muchas otras más estrellas al respecto; por lo tanto los nipones les llevan la delantera en esta igualdad de género a los mismos estadounidenses.
       La Connner lleva desarrollando su talento, que implica un trazo bastante preciosista y propio, desde finales de los ochenta, habiendo trabajado además como publicista en importantes marcas y empresas como The New York Times.  Su trabajo en el noveno arte ha aparecido en una enorme cantidad de colecciones, que implican varios personajes no solo para las dos editoriales más famosas de USA, sino que también en Archie Comics y Topp Comics. 
       Posee además una habilidad que pocas veces ha podido ser apreciada en dibujantes varones del medio estadounidense: la de crear ilustraciones cómicas en las que aparecen algunos de los más destacados superhéroes, en poses no antes vistas y que no dejan de causar gracia a los lectores, haciendo uso de varios recursos gráficos para acentuar el aspecto cómico de ello (rictus de la cara e íconos, entre otros).  
       Quizás a algunos les pueda parecer algo sexista (en la onda de “discriminación positiva”) o más bien toda una reivindicación feminista, pero a lo largo de su carrera, esta dibujante ha tenido algunos de sus mejores logros creando las viñetas para las colecciones de personajes femeninos, por las que es llamada a propósito para ello: Power Girl, Aves de Presa (importante agrupación de superheroínas de DC), Lois Lane, Painkiller Jane, Vampirella…Todas hermosas mujeres que la Conner no deja de hacer voluptuosas y sensuales, como si por su misma condición de dama quisiera resaltar aún más las fantasías masculinas.
         Pues en cuanto a su trabajo para Antes de Watchmen: Espectro de Seda, coescribió en parte el guión junto a Darwin Coke, reemplazando a este último en el dibujo tras su emotiva labor en el especial sobre los Minutemen que abre esta serie, con una estética distinta a la del tipo cartoon de Coke, aunque tampoco realista; no obstante nadie puede negar la belleza de su trazo, que junto al poderoso guión nos remonta a los sesenta de los hippies y la psicodelia, estilo que esta caricaturista sin dudas ha logrado plasmar con creces, como bien se puede apreciar en muchas de sus viñetas y portadas.

2.2. La historia.

       Si bien su argumento se encuentra centrado en Laurie Juspeczyk, la segunda superheroína en llevar este nombre e hija de Sally Jupitar (la primera Espectro de Seda), la historia comienza, se desarrolla y termina con la presencia de la ex Minutemen.  Ello debido a que todo está armado a lo largo de Antes de Watchmen,de tal manera que podamos leer sus miniseries como relatos entrelazados, sin que se pierda de vista su rico dramatis personae y en este caso qué no mejor que mostrarnos la difícil relación entre madre e hija.  Es así que el argumento nos muestra algo que no solo es ficción, si no que atañe a la realidad tal y como es: los padres muchas veces se proyectan en sus propios hijos, como una manera de llevar a cabo sus sueños frustrados y ello lamentablemente al sobrepasar la propia libertad de independencia de su progenie, provoca uno que otro conflicto.  No obstante pese a tal trama secundaria importante dentro de esta novela gráfica, la que no puede dejar de ser profunda y hasta psicologista, lo que en ella prevalece es la génesis de esta segunda Espectro de Seda.   Es así que tras escapar de su madre castradora (que pese a todo la ama), la protagonista inicia un viaje físico e interior hacia la realización personal y en el cual sin dudas que descubre cuál es su lugar en el mundo.
      Laurie tal como nos lo muestran la feliz dupla de este cómic, era todavía una adolescente cuando como muchos personajes de las más rancias obras acerca del crecimiento personal (Siddhartha, Demian y Narciso y Goldmundo de Herman Hesse, por solo mencionar a un autor connotado en el tema) inicia su periplo que le depara mil y un aventuras.  En medio de todo esto, la futura vigilante conoce el amor por primera vez (¡y estamos hablando del a veces conflictivo “sexo adolescente”!) y la verdadera maldad humana; de este modo, podemos encontrar en sus páginas unos cuantos villanos muy interesantes, que los autores en un ejemplo de su ingenio, no dejan de hacerlos calzar muy bien con la ideología de la época (el estilo de vida de los hippies, que promovían el amor y la paz en medio de la naturaleza y las ideas orientalistas, en contra del sistema capitalista y de consumo).  De igual manera, relevante dentro de todo esto, viene a ser el tema de la fraternidad, que también por primera vez viene a saborear la protagonista, lo que sin dudas la ayuda a definir sus propios códigos morales, que luego sin dudas defenderá con su propia vida.
      Como ya se dijo, destacable viene a ser dentro de todo esto, el tema del proceso hacia la madurez.  Es así que todo comienza en la infancia del personaje principal, cuando todavía no estaba mancillada la imagen de la progenitora frente a su ojos, pasando por su más temprana juventud y cuando pese a todas sus experiencias, aún perdura cierta inocencia y dulzura; por lo tanto tales virtudes, le permiten sin dudas enfrentarse a lo más oscuro de este mundo sin vacilaciones, cuando se le despliega tras decidirse a  abandonar el nido. 
     La cultura pop de la época, con su música y personajes reales que son traídos con mucha soltura por parte de Coke y la Conner, además de un muy agradable humor que no deja de hacernos ver de que estamos frente a  una historia, que en esta ocasión es mucho más alegre que la obra original y las que le acompañan en este proyecto, dotan a este novela gráfica de su propio sello característico (algo así como a un respiro a tanto drama y pesimismo, que abundan en estas miniseries). Por lo mismo, las drogas psicotrópicas, el sexo libre, los colores chillones y el rock forman parte esencial de esta muy divertida historieta.
     Asimismo no se puede dejar de lado la presencia de otros íconos de este mundo ficticio, como lo son el primer Búho Nocturno y nada menos que el Comediante.  Es así que este último y conflictivo personaje,  nunca deja de marcar su impronta en todo Watchmen, como bien iremos reconociendo a medida que se van revisando las próximas entregas.  

Y pese al horror…el amor y la fe prevalecen por sobre todo.

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      Cuando el mundo cristiano conmemora por estas fechas la Semana Santa, relacionada con la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, a más de algún creyente le podría resultar poco acertado de mi parte, un católico (aunque tampoco soy muy “pechoño” que digamos), haber escrito y subido en estos días un post acerca de El Exorcista.  Pues para buena parte de la gente, en especial de aquellos que se han quedado con las espantosas imágenes de la niña poseída del filme homónimo, se trata solo de una historia de espanto y en la que el demonio no deja de asomar su cuernuda cabeza, de modo que supuestamente nada tiene que ver con el tiempo de reflexión por el que estamos pasando…Y sin embargo les digo de corazón “¡Están equivocados!”, pues al hablar de estos títulos (tanto la novela como el filme), estamos en realidad frente a unas obras que no pueden ser más religiosas y que bajo los terribles acontecimientos que abordan, vienen a ser toda una glorificación al poder del amor y la fe, que sin dudas son virtudes capaces de superar con creces la presencia del mal más primigenio.
      Tengo recuerdos muy potentes relacionados con la película de William Friedkin, de 1973, sobre la novela de William Peter Blatty (nacido en 1928 y fallecido tan solo este mismo 2017, el 12 de enero).  No tenía ni 10 años de edad, cuando estrenaron (para variar con bastante atraso) la cinta en la televisión abierta acá en Chile.  Estábamos en los años ochenta y me vi varias veces el comercial en la tele (en este tiempo ni pensábamos en la palabra tráiler, que en la actualidad tanto se ocupa por los hispanoparlantes) y la imagen de la chica poseída que gritaba “¡Y yo soy el diablo!” con su rostro monstruoso, para luego vomitar un montón de asquerosidad verde (que deben saber era nada menos que puré de arvejas) por largo tiempo me siguió.  Por supuesto mis papás no me dejaron verla, no obstante deseos morbosos de niño me embargaban y una mañana llamé por teléfono al canal y le dije lo siguiente a la operadora que me atendió:
      - Quisiera pedir que dieran El Exorcista de día, para que los niños no nos asustemos y podamos verla.
      - Podría ser- Me contestó la operadora muy protocolar, quien de seguro estaba acostumbrada a estas infantiles peticiones.  Y con ello yo me quedé bastante tranquilo y feliz.
      También se me viene a la memoria que por aquellos días, le pregunté a una de mis profesoras qué era un exorcista, pues nunca antes me había encontrado con esa palabra.   Nunca voy a olvidar su respuesta:
      - Es una persona mala.- Todavía tengo la duda de si en realidad era alguien ignorante en el tema, que además el adjetivo que usó no podía ser más simplón o más bien no quería complicarse con algo que no le gustaba como para conversar o bien le parecía que no era algo para tratarlo con un alumno menor de edad (y quizás hasta pensaba que no le iba a entender).  Quién sabe, aunque a la luz de mi experiencia en la docencia, conozco a un montón de colegas que pecan de iletrados en muchas cosas.
     
Portada del libro que reproduce el afiche de la película.
    Creo que ya era un adulto cuando por fin pude ver el dichoso largometraje, en VHS. Con posterioridad gracias al reestreno, que venía con el “Corte del Director” y la cinta remasterizada, muy feliz me la repetí, dentro de un cine abarrotado y de noche, lo que disfruté más que nunca.  Recuerdo que me molesté mucho, cuando buena parte del auditorio se ponía a reír, luego de dar sus saltos en las butacas en más de una escena; una clara muestra de la incapacidad de las personas, para reconocer el real significado de una emoción tan intensa como el miedo.
     Publicada en 1971, trata en pocas palabras de una niña de 12 años, que es poseída por un demonio, razón por la cual la única manera de liberarse en cuerpo y alma de esta criatura, es teniendo un exorcismo.  No obstante el hecho de llevar a cabo este sacramento, tal como queda demostrado en el texto (tanto como en la película y en la vida real) no es algo de llegar y hacerlo, ya que muchos sacerdotes no creen en este tipo de procedimientos, pues supuestamente todo se trata de problemas psiquiátricos.  De este modo su argumento va más allá del acto de expulsar al invasor.  Es así que buena parte de texto aborda el dilema de aceptar que hay fuerzas extraordinarias en juego, tanto por parte de quienes rodean a la víctima, como por quienes llevarán a cabo el exorcismo.  Por otro lado, para que sea llevado a efecto el exorcismo, es requisito romper con los prejuicios que niegan la existencia de este mismo mundo espiritual…Y ello no es algo fácil entre personas de mente estrecha.
       Basada supuestamente en un caso verídico, del cual entró en conocimiento el autor, quien según contó supo había sido efectuado por un cura jesuita a una muchacha de la misma edad, su trama posee varios aspectos interesantes a tener presente:
       En primer lugar la familia que sufre este incidente, está solo compuesta por una madre separada y su hija, quienes viven junto a un matrimonio ya anciano, que trabajan para ambas y una joven secretaria que además hace de niñera de Regan, la chiquilla que se verá afectada.  El padre se encuentra en el extranjero y es una figura ausente.  Pese a todo madre e hija son felices, siendo la progenitora una destacada actriz y su retoño una preadolescente vivaz, que ha demostrado tener varias aptitudes intelectuales.  La separación de los padres a simple vista, podría parecer que fue lo llevó a que Regan desarrollara algún tipo de esquizofrenia e incluso personalidades múltiples; sin embargo tal como queda demostrado, la razón del mundo moderno es incapaz de dar respuestas y soluciones, a algo mucho más antiguo que la misma Humanidad. 
       Es así que solo gracias a la incondicionalidad de la matriarca, quien hasta antes de la tragedia no era una creyente, logra dar con la medicina efectiva para el mal que acosa a su pequeña.  De este modo Chris, la madre, es la primera de los dos personajes principales que deben sobrepasar su propia incredulidad, para aceptar lo que en realidad está sucediendo.  Tras ello se puede afirmar sin dudas, que gracias al amor de esta mujer, la chica tiene una verdadera oportunidad de salir adelante.  No obstante como todo buen progenitor, Chris debe pasar su propio infierno para velar por la felicidad de su descendencia, aun cuando ello signifique renunciar a varias cosas y a exponerse ella misma al peligro.
       Las tribulaciones de la actriz, poseen su reflejo en Karl, su empleado, quien vive algo parecido con su propia hija, ya adulta y drogadicta y a la cual pese a todo no ha abandonado.  Impactante viene a ser el hecho, de que aunque el mal de Regan sea “superior” al de la hija de Karl, el primero sea el único de los dos en superarse (pues en parte la niña no es responsable de lo que le ha pasado, mientras que en el otro caso, no estamos hablando de una víctima inocente, si no que de alguien que por sí mismo se haya en sus deplorables condiciones).  Lamentablemente esta línea argumental fue obviada de la película.
       Con respecto a la profesión de Ellen, atrae el hecho de que sea alguien de los medios de Hollywood, algo que pese al glamour de todo ello; puesto que pocas veces es abordado de esta manera, un protagonista con tales características en un drama de este estilo.  En todo caso debe saberse, que el escritor conocía bastante este medio, ya que era un connotado guionista de filmes para el cine estadounidense.  Pese a la fama que ostenta el personaje, se nos describe como alguien sin aires de diva, sencilla y muy amiga de sus amigos.  Tenerla a ella como una de las afectadas, nos demuestra que cualquiera puede pasar por el horror, ya sea el cotidiano como el sobrenatural, de modo que nunca estamos por completo seguros.  Pues solo la fuerza de nuestros corazones puede contra los males de este mundo (y el otro), algo que queda evidenciado en esta fémina y su contrapartida dentro de la obra.
La edición argentina más recordada
en esta parte del mundo...y la que yo poseo.
       Y es cuando debo hablar del padre Damien Karras, el más complejo de entre todos los personajes que aquí aparecen, si es que no además el más potente de todos ellos (rol que se juega con otro sacerdote jesuita, del cual ya me referiré dentro de poco).  Psiquiatra de profesión, es descrito como un hombre recio, guapo y varonil, deportista además, quien apenas tiene apariencia de miembro del clero (en contra de la imagen estereotipada que tienen muchos al respecto).  Y es justamente la sofisticación de este individuo, su peor debilidad, ya que el hombre pasa por una crisis de fe, a la que se le agrega la culpa por sentir que ha abandonado a su madre, la que vive casi en la indigencia, pese a sus visitas y a quien hace lo posible por ayudarla.  Es así que al cruzarse su camino con Chris y Regan, obtiene una nueva oportunidad para recuperar lo que ha perdido, ya que sin dudas los signos y presagios que se le ponen frente a los ojos, son algo que nadie debería negar (y menos un servidor de Dios).  
      El proceso de conversión por el que pasa este sujeto, quien se presenta tan humano en sus flaquezas y pese a ello viene a ser alguien carismático, resulta ser uno de los puntos fuertes de esta novela.  No podemos olvidar que estamos frente a un libro, que aborda con creces el tema de la fe y el papel que esta cumple en nuestra existencia (pues dicho don tal como expone la novela, viene a ser uno de los mayores elementos que nos da aliento para vivir, algo que queda demostrado acá no solo con Karras). 

      “Se acordaba de desahucios, de humillaciones, de haber vuelto a su casa con una novia de séptimo grado, para hallar a su madre revolviendo el cubo de la basura de la esquina, en espera de encontrar algo. Subió la escalera y abrió la puerta como si fuera una herida delicada. Olor a comida. A dulzaina podredumbre. Se acordaba de las visitas a mistress Choirelli en su pequeño apartamento con los dieciocho gatos. Se agarró a la barandilla y subió, vencido por un repentino cansancio, que se filtraba en su interior y que él sabía que provenía de un sentimiento de culpa.”

       Destacable además viene a ser el nombre de este personaje, sacado por supuesto de la figura de San Damián (en su versión al español), el sacerdote que por años vivió en la isla de Molokai (en Hawai, Estados Unidos), mártir que sucumbió al mismo flagelo de la lepra que asolaba en el lugar al que fue enviado para velar por esta colonia y que había sido convertida en un lugar donde mandaban a morir a los infectados con dicho mal, quienes se encontraban sometidos a la barbarie. Por supuesto que Karras guarda varios paralelos con el santo varón, ya que el tocayo de quien aparece en El Exorcista también pasó por su propia crisis de fe y obviamente el infierno en la tierra al que le tocó llegar, era una clara manifestación de las mismas fuerzas malignas que en esta obra está descritas de manera más sobrenatural (en el libro se hace mención directa al nombre del padre Karras).
     Asimismo está el padre Lankester Merrin, un sacerdote anciano también jesuita y quien viene a ser el personaje que abrió esta historia, en el prometedor Prólogo, ambientado en Irak del Norte.  El exótico y antiguo país que aquí se nos describe, nos muestra que en todo lugar el mal existe, pues Merrin en este sitio logra percibir su presencia, que sin dudas tal como postula la novela, es algo que va más allá del actuar egoísta de los hombres: existe un mal tan antiguo y puro, que contamina todo aquello que no tiene las defensas espirituales para oponérsele, el cual desea para sí todo aquello que es hermoso y puro, como Regan.
       A diferencia de Karras, Merrin es un hombre de fe inquebrantable, lo que en parte es el efecto de la misma sabiduría que dan los años.  No obstante también resulta significativo el hecho de que en su juventud, tal como se cuenta en esta obra, practicó un exorcismo en África; por ende, sus mismos nexos con el mundo de las tradiciones más ancestrales, le permite ver más allá del reducido campo científico, en el que se mueve su compañero Damien.  Tras el Prólogo, Merrin no vuelve a aparecer hasta poco antes del exorcismo y pesa a su larga ausencia en el relato, su figura no deja de ser atractiva, despertando en el lector simpatía.  Su llegada a la casa donde transcurren los acontecimientos, es descrita por la genial pluma de Blatty, de una manera más que sugerente, algo que en la misma película fue realizado con esmero.

      “Abrió la puerta, dejando sólo una rendija, y escudriñó en la oscuridad; una fina llovizna le salpicó los ojos. El ala del sombrero del hombre le oscurecía la cara.
      —Buenas noches. ¿Qué desea?
      — ¿Mistress MacNeil? -le llegó una voz desde las sombras, voz amable, refinada, pletórica.
      Cuando él hizo ademán de quitarse el sombrero, Chris le indicó que pasara, y luego, de repente, se encontró mirando aquellos ojos que la invadían, que brillaban inteligentes y cariñosamente comprensivos, con una serenidad que emanaba de su cuerpo y que la penetraba como un río de tibias aguas medicinales cuya fuente estaba en él y en algo más allá de él, cuyo fluir era contenido, pero impetuoso e interminable a la vez.
      —Soy el padre Merrin.”

      El cuarto o quinto personaje humano de importancia dentro de la novela (si no nos olvidamos de Regan, quien en todo caso durante casi toda la novela estuvo ausente, mientras su cuerpo era usado por una entidad maligna) corresponde al detective William Kinderman, quien lleva a cabo una investigación policial.  Pues una espantosa muerte, al parecer tiene relación con todo lo que está pasando.  Este es un hombre de salud precaria, en apariencia de pocas luces y que sin embargo también posee una inteligencia prodigiosa, a la que se le agregan una perspicacia y una labia, que lo vuelven alguien muy interesante.  Amable y amistoso, es un gran amante del cine.  Sus diálogos vienen a ser algunos de los momentos más agradables del libro.  Como representante de la ley humana, la cual en el mejor de los casos pretende el orden y la justicia, tal como la misma verdad de aquello que está vedado al resto de la gente (La verdad los hará libres, Juan 8:31), persigue lo mismo que los jesuitas, quienes representan un espectro más grande del bien.  Respecto a todo esto, cabe detenerse en que queda consignado que Kinderman es alguien de fe religiosa y en determinado momento del libro, también se hace sus cuestionamientos personales, aunque en su caso tienen que ver con lo que es realmente justo en este mundo; pues la justicia al menos en el sentido más trascendente de la palabra no es ciega y hay circunstancias que superan a la ley regulada por los hombres (como la misma que a él le toca vivir).  De este modo, Kinderman logra vislumbrar que hay una justicia mayor a la que él sirve como profesional.
      En contraposición a todos los de arriba, que sin dudas son personas virtuosas enfrentadas al mal en sus varias formas (sobrenatural y terrenal respectivamente), se encuentra el director de cine Burke Dennings, con quien trabaja Chris y el que es uno de sus amigos más queridos (resulta ambigua la relación en cuanto a si ambos son o fueron amantes, en determinado momento).  El tipo es un alcohólico, que abusa del lenguaje coprolálico y que en general resulta ser alguien difícil de llevar, debido a su personalidad grosera.  Pese a todo, tiene el afecto de la actriz, así como de la secretaria de esta.  En el filme además es representado como un hombre mucho mayor que la madre de Regan, cercano a los cincuenta (mal llevados eso sí) y poco atractivo, lo que acentúa su figura desagradable.  La incorporación a la trama de uno de estos genios artísticos, carentes de inteligencia emocional, es otra señal del conocimiento del autor del mundo de Hollywood; por otro lado, este sujeto viene a ser un ejemplo más de las variantes de la miseria humana (y bastante terrenal) y que podemos encontrar acá a la par de la presencia de lo demoniaco.
       En cuanto a los varios momentos en los que el diablo se manifiesta en la novela, todo comienza primero con pequeños detalles, como ruidos en la buhardilla y supuestamente producidos por ratas, supuestos terrores nocturnos por parte de Regan, cambios de humor en esta misma y groserías, hasta que la posesión se hace efectiva.  Una vez que el demonio toma por completo dominio de la chica, ello otorga a la lectura pasajes en realidad sorprendentes, los que son narrados con maestría.  Debe saberse al respecto, que el conocimiento popular y actual de los efectos de la posesión diabólica, se deben en gran parte al éxito de esta obra, ayudada por supuesto por el filme, que ha conseguido con los años asentarse en el inconsciente colectivo de las masas.

     “Al abrir la puerta, una vaharada de aire frío y hediondo hizo tambalearse a Karras. Karl se había acurrucado, en una silla, en un ángulo de la habitación. Vestido con cazadora color verde oliva, desteñida, volvióse, expectante, hacia Karras. Rápidamente, el jesuita dirigió la mirada al demonio. Los ojos, llameantes de furor, estaban fijos más allá, detrás de él, en el vestíbulo: en Merrin.
       Karras se adelantó, al tiempo que Merrin entraba lentamente, alto y erguido, hasta quedar al lado de la cama. Allí se detuvo y bajó la vista hacia el odio.
       Una reprimida quietud pesaba sobre el dormitorio. A continuación, Regan sacó su lengua negruzca, como de lobo, y se lamió los labios partidos e hinchados. El ruido era semejante al de una mano que alisa un pergamino arrugado.
       —Bueno, ¡orgullosa porquería! -rugió el demonio-. ¡Al fin! ¡Al fin has venido!
       El anciano sacerdote levantó una mano e hizo la señal de la cruz sobre la cama; luego repitió el gesto por toda la habitación. Volviéndose, quitó el corcho del frasco con el agua bendita.
       — ¡Ah, sí! ¡Ahora viene la orina sagrada! -exclamó el demonio con voz ronca.
      Merrin levantó el hisopo, y la cara del demonio se contrajo, lívida.
       — ¡Ah!, pero, ¿vas a hacerlo? -rugió-. “¿Vas a hacerlo?”
      Merrin empezó a agitar el hisopo. El demonio levantó violentamente la cabeza; la boca y los músculos del cuello le temblaban con furia.
      — ¡Sí, salpica! ¡Salpica, Merrin! ¡Empápanos! ¡Inúndanos en tu sudor!¡Tu sudor está santificado, San Merrin!
      —“¡Silencio! ¡Cállate!”
      Las palabras saltaron como dardos. Karras retrocedió y desvió la mirada hacia un lado, maravillado ante la firmeza de Merrin, que miraba a Regan de una manera fija y dominante. Y el demonio se calló. Le devolvió la mirada. Pero ahora los ojos eran vacilantes.”

      Un dato curioso y a la vez un detalle que quizás a muchos se le ha escapado, no así a quienes más se manejan en este tema, es que Regan antes de ser poseída gustaba de jugar con un tablero espiritista, también llamado Ouija.  Según el experto padre Gabriele Amorth, exorcista oficial de Roma, este tipo de objetos viene a ser uno de los medios que tienen los demonios para asolar a los incautos, razón por la cual no es recomendable usarlos.  Que haya aparecido este artilugio en el libro (y la película), demuestra el conocimiento profundo del escritor al respecto, quien investigó durante años para realizar un trabajo final con serios asideros en la realidad.  Es así que primero nos encontramos con una perspectiva desde la psiquiatría y de otras ramas de la medicina del tema (representada por todos los doctores que consulta Chris antes de pedir ayuda a la Iglesia y también por el racional padre Karras, antes de aceptar esta faceta del mundo espiritual);  y luego nos encontramos con la otra postura: la de la fe, que por increíble que parezca no comparten todos los miembros del clero católico, siendo por supuesto el padre Merrin su mejor exponente como verdadero creyente.
      No se puede dejar de lado los momentos de esta obra dedicados al satanismo y las llamadas Misas Negras, que son descritos como una señal monstruosa de la misma oscuridad, que abunda en el corazón de algunas personas.  Lo más terrible de todo esto, viene a ser que no se trata en esta ocasión de espíritus malignos; sino que de seres de carne y hueso, quienes odian todo lo que es sagrado y además cometen atroces crímenes en sus ritos, tales como profanación, violaciones y asesinato.
       Otro aspecto a valorar dentro de este libro, viene a ser el respeto y amor hacia la orden de los jesuitas, que se puede percibir en sus páginas y que se extiende en general hacia la Iglesia Católica.  Debe saberse que William P. Blatty estudió con los jesuitas desde muy pequeño y los conoció bastante bien como para poder retratarlos de una manera, que si bien los ensalza, no deja de mostrarlos con miembros del resto de la humanidad: capaces de reír y llorar como cualquiera, con temores y alegrías, además de necesidades y debilidades, tales como su aprecio por la amistad, el gusto por los cigarrillos (el padre Karras) y el amor por el conocimiento.


Trailer del Montaje del Director de El Exorcista.

       En 1973 se estrenó con gran éxito de crítica y de público la versión cinematográfica, que tal como ya se dijo más arriba fue dirigida por William Friedkin, siendo que además contó con el guión adaptado del propio Blatty (labor que le otorgó un Oscar).  Considerada una de las mejores cintas de la historia y no solo del género de terror, se trata de un largometraje que aún hoy en día provoca sobresaltos en su auditorio.  La calidad de este pieza del arte mundial, se debe además a las sobresalientes actuaciones de sus actores principales, entre los que destacan Ellen Bustyn como Chris, Jason Miller como el padre Karras y en especial la precoz Linda Blair en el papel de Regan (otra actriz infantil que se desperdició como tantas otras), además del ya veterano Max von Sydow haciendo del padre Merrin, uno de sus papeles más célebres.  No se pueden dejar de lado los efectos especiales mecánicos y de maquillaje, usados en el largometraje, bastante efectivos y que en su momento fueron innovadores.  De igual manera se debe destacar su fotografía, que no deja de hacernos creer estar frente a las fuerzas de la oscuridad, ya sea tanto en exteriores como en interiores, de día (en especial durante el prólogo en Irak) o de noche.  Con una escasa y/o paupérrima banda sonora original a cargo de Jack Nitzsche, en materia de temas musicales fue el uso de un fragmento de Campanas Tubulares del inglés Mike Oldfield, la composición que terminó por asentarse en la memoria de la gente como el gran tema musical de esta cinta.  En el año 2000 se reestrenó con 10 minutos más de metraje, siendo que la escena “nueva” más destacable que posee esta nueva edición, es la de Regan bajando la escalera de su casa y poseída, en lo que se llama la “escena de la araña”.
      No se puede dejar de lado otro detalle que deja claro el poder del séptimo arte para influenciar en las masas.  Y es que gracias a la película, la imagen del demonio Pazuzu que aparece una y otra vez en la cinta, ha quedado marcada como una inequívoca representación del mal.  Sobre esto y la impronta que ha dejado el filme El Exorcista, no se puede olvidar el homenaje/parodia aparecido en un episodio de la serie animada Futurama, donde sale un monstruo llamado justamente Pazuzu.

                                                   
                                                       Pazuzu en Futurama...¡Imperdible!

Mis películas favoritas sobre fantasmas (cuarta parte): Beetlejuice.

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Su director: Tim Burton.

       El tener este título entre mis películas favoritas sobre fantasmas, me permite por fin referirme a uno de mis directores favoritos, Tim Burton, considerado entre los mejores cineastas de hoy en día (si bien para algunos hace rato que ya pasó su mejor etapa creativa).
     Nacido en 1958, oficia no solo de director, sino que también como diseñador, guionista y productor tanto de sus propias películas, como de otros realizadores y a los que no duda en respaldar con su nombre hoy en día famoso y sinónimo de calidad.  Su filmografía destaca por el interés hacia lo fantástico, que incluye una estética cuidada que limita entre lo claramente gótico y lo surrealista, de modo que en general sus títulos resultan ser un verdadero bocado para los amantes de este tipo de cine.  No obstante dichos detalles no hacen que los argumentos de sus obra pequen de escapistas, pues bien encontramos en ellas retratados los grandes interesantes de la humanidad, tal como nuestro papel en el mundo, la fraternidad, la vocación personal, la confrontación entre los sueños y la realidad…
      En sus muchas cintas abundan los personajes estrafalarios (y bastante llamativos) y el humor, destacando en el primer caso los primeros, que en muchos casos se han convertido en algunos de los más famosos en la historia del cine: tales como el fantasma Beetlejuice, el “hombre artificial” Edward Manos de Tijera, el amo del País de Halloween Jack Skeleton y su versión del famoso personaje del Sombrero Loco, salido de la obra literaria de Lewis Carroll.
       Ha hecho tanto cine de imagen real (lleno de efectos especiales la mayoría de las veces), como de animación tipo stop-motion (su cortometraje Vincent, la película The Nigthmore Before Christmas que escribió, produjo y diseñó, pero no dirigió, además de El Cadáver de la Novia y el remake de su propio corto Frankenweenie), siendo esta una técnica que desde pequeño admiró.  De igual manera siguiendo sus pasiones desde la infancia, ha filmado en más de una ocasión en blanco y negro, tratándose de su enorme gesto de amor al cine de antaño que lo inspiró.
       Asimismo acostumbra trabajar con actores recurrentes, siendo que en muchos casos ha logrado convocar gracias a su reputación a algunos de los mejores actores en la historia del cine.  Es así que quienes han estado en la mayoría de sus cintas, son su esposa Helena Bonham Carter y su amigo Johnny Deep; quienes a lo largo de su carrera juntos, han demostrado su versatilidad para interpretar los más diversos y distintos personajes.  Otros actores de primer nivel, con enormes trayectorias y premiados desde mucho antes de filmar junto a él, son los llorados Vincent Price, Christopher Lee y Alan Rickman, también Danny De Vito, Jack Nicholson, Michelle Pfeiffer y Winona Ryder, entre muchos más.
       De igual manera se debe destacar su labor junto al compositor Danny Elfman, gran amigo suyo y destacado músico, compositor de una inmensa gama de cintas, que ha hecho la banda sonora para todos sus trabajos, salvo tres (Ed Wood, Sweeney Tood y Miss Peregrine y los Niños Peculiares).  Cabe mencionarse que algunos de los temas que ha hecho Elfman para el cine de Burton, hoy en día son también verdaderos clásicos, tales como sus temas para La Gran Aventura de Pee-Wee Herman, Batman y El Joven Manos de Tijera.
       En la actualidad tiene casi una veintena de filmes a su haber, sin contar todos los otros títulos que él mismo ha producido, siempre apoyando las producciones de tipo fantástico y hasta experimental.  Un repaso rápido por su impresionante carrera como director comprende los siguientes títulos (usaré los nombres con los cuales fueron conocidos en mi país):

Tim Burton.
·         La Gran Aventura de Pee-Wee Herman (1985): Basada en un popular personaje de la televisión humorística gringa, es la historia de un hombre adulto que actúa como un verdadero niño (leiv motiv recurrente en su filmografía), quien inicia un muy particular viaje y en el que pasa por las más disparatadas experiencias.  Sencillamente deliciosa, con su debut para la pantalla grandede inmediato sentó las bases de su universo cinemático (antes había hecho dos cortometrajes para Disney, Vincent y Frankenweenie, que no dejaron de llamar la atención y muy recomendables).
·         Batman (1989): Su segunda colaboración con Michael Keaton y la primera con Jack Nicholson, fue el sueño hecho realidad de millones de fanáticos del popular personaje de DC, de hacer una versión de imagen real con presupuesto millonario sobre sus andanzas.  Gracias al éxito de esta película los superhéroes tuvieron una nueva oportunidad en el cine, luego de la desastrosa última entrega de Superman con Cristopher Reeve, siendo que además impulsó a la creación de uno de los mejores cartoons jamás hechos: Batman: La Serie Animada.  El Guasón interpretado por Nicholson sin dudas que se “robó la película” en esta oscura y lúdica adaptación de las historietas sobre el Murciélago.
·         El Joven Manos de Tijera (1990): Valorada entre sus mejores cintas, corresponde a su poética, hermosa y entrañable versión de los cuentos de hadas.  Sin embargo no se trata de una historia para adultos, debido a su dosis de violencia; pues aunque pequeña en comparación con otras obras, resulta significativa dentro del contexto de este filme, acerca de un amor imposible, la inocencia y la maldad inherente en el corazón humano (en especial dentro de nuestra propia sociedad tan moderna y prejuiciosa). Además, posee algunas de las escenas más memorables de la cinematografía de Burton, como la llamada “danza de la nieve” de la coprotagonista e interpretada por una entonces hermosa Winona Ryder.




·         Batman Vuelve (1992): La esperada secuela de su primer blockbuster, es sin dudas lejos superior a esta otra película, lo que se debe en parte a una mejor y más divertida trama, como también al añadido en esta ocasión de nada menos que otros dos famosos personajes de DC (el villano Pingüino y la antiheroína Gatúbela).  La participación de los actores a cargo de los nuevos protagonistas, interpretados por Dany De Vito, Michelle Pfeiffer y Christopher Walken, una vez más logró opacar el desempeño de Keaton como Batman/Bruce Wayne, pese al buen trabajo de este último.
·         Ed Wood (1994): Su primer largometraje más o menos de corte intimista hasta la fecha, corresponde a la biografía de Ed Wood Jr., cineasta considerado como el peor de todo Hollywood.  Que un director tan prestigioso como este, fuese capaz de usar con credibilidad a este colega suyo y bastante despreciado por los grupos más elitistas del medio, se convirtió sin dudas en una defensa al espíritu creativo; de igual manera, este filme viene a ser uno de sus mayores legados cinematográficos.  Por otro lado, su recreación de los sets y escenas de las cintas clase Z de Ed Wood y la genial caracterización de los actores bizarros con los que trabajó este, evidencian como nunca el talento de Tim Burton para jugar con la realidad y la fantasía.  Asimismo, la labor de Marin Landau haciendo de un crepuscular Bela Lugosi (el recordado Drácula de los filmes de los años treinta de la Universal), otorgó al séptimo arte algunos de sus momentos más gloriosos.
·      ¡Marcianos al Ataque! (1996):Infravalorada por muchos intelectualoides y amada por montones que la consideran una verdadera obra de culto, corresponde a una comedia de ciencia ficción y que realizó Burton con el propósito de homenajear los filmes de barata factoría del género, de entre los cincuenta y los sesenta, más las películas de desastres de los setenta. Para llevar a cabo esta empresa, acerca de una muy irrisoria invasión de cabezones, flacuchentos y enanos extraterrestres provenientes del llamado Planeta Rojo, contó con el mayor reparto estelar en toda su trayectoria.  La idea genial de esta obra, le nació de su amor por una serie de tarjetas con el mismo nombre de su cinta, que se vendían antiguamente y que él las coleccionaba de pequeño.  Las situaciones absurdas y jocosas se suceden una y otra vez en este título.



        La Leyenda del Jinete sin Cabeza (1999): Su primera película de terror, si bien no exenta de su habitual humor, viene a ser su tributo a las producciones de la factoría inglesa Hammer, que en el pasado dio tantos clásicos a los amantes del género; esta pasión suya por tales obras, se vio aún más potenciada por el hecho de poder trabajar por primera vez con Christopher Lee, actor de renombre de muchas de estas cintas y quien gracias al propio Burton, regresó al cine tras años de retiro.  Basada ligeramente en un famoso cuento de Washington Irvin, La Leyenda de Sleepy Hollow, es sin dudas uno de sus trabajos más gore.
·         El Planeta de los Simios (2001): Considerada por un montón de gente como una película por encargo, debido a lo distinta que resulta ser en su estética (respecto al resto de sus trabajos), vino a ser un intento de actualizar la famosa serie de películas de ciencia ficción de los sesenta y setenta, que tantas divisas le dio a Hollywood en su momento.  Su reinterpretación de este planeta Tierra gobernado por primates inteligentes, que tienen a su merced a los humanos y quienes son nada menos que esclavos de los primeros, resulta ser bastante impecable; destaca, por otro lado, en especial el maquillaje usado acá y que difirió bastante de las cintas de la saga original.  No obstante pese a sus aciertos, es tenida en cuenta como un capítulo menor en su carrera.
·         El Gran Pez (2003):Para muchos nada menos que su mejor filme, bastante personal e intimista.  Trata acerca del reencuentro entre un hombre joven con su anciano padre, un hombre acostumbrado a otorgarle a los relatos sobre su vida personal, varios elementos maravillosos.  Con muchas escenas inolvidables, cargadas de momentos llenos de magia y emotividad, le concedió varias nominaciones a distintos premios.
·         Charlie y la Fábrica de Chocolates (2005): La segunda versión de la famosa novela infantil de Roal Dhal, es nada menos que su regreso al cine infantil, tras su recordado debut en la pantalla grande (obviando El Extraño Mundo de Jack, que no dirigió).  Sus coreografías, canciones, inolvidables personajes y graciosas escenas, que retratan esta visita a la fabulosa fábrica del estrafalario Willy Wonka, otorga al espectador tanto pequeño como adulto un montón de diversión.  La interpretación de Johnny Deep como el dueño de la empresa de golosinas, corresponde, además, a una de las actuaciones más elogiadas de este camaleónico artista.
·         El Cadáver de la Novia (2005):Por primera vez hasta la fecha, estrenó dos películas el mismo año, siendo también un nuevo musical de carácter familiar.  Se trata de otra muy particular historia de amor, que en esta ocasión trata acerca del encuentro entre el mundo de los vivos y el de los muertos.  La manera alegre de retratar el Más Allá, que lejos contrasta con el oscuro y pesimista mundo de los vivos, resulta ser uno de los puntos más altos de esta comedia que significó su regreso al stop-motion.


·         Sweeney Todd (2007): Basada en un popular musical de Broadway, es sin dudas su largometraje más sangriento.  Trata acerca de dos asesinos en serie, un barbero que mata a sus clientes y una mujer que con los cadáveres, cocina pasteles de carne que venden a sus incautos clientes.  El negocio de ambos prospera, hasta que poco a poco sus atrocidades van enredando todo.
·         Alicia en el País de las Maravillas (2010): Su reinterpretación del clásico literario de Lewis Carroll, es nada menos que una muy especial continuación de la novela de este inglés, llevando a una ahora adulta Alicia de vuelta a dicho mágico lugar.  Esta película en la que Burton retoma el cine de tipo familiar, se encuentra también llena de momentos inolvidables y de personajes sobresalientes, entre los que destacan el ya mencionado Sombrerero Loco, la Reina de Corazones y la Reina Blanca.  Pese al carácter supuestamente infantil de su argumento, el realizador supo insuflarle del verdadero sentido crítico y satírico, bajo el que Carroll escribió su obra, al abordar una vez más (y de una forma muy lírica) la figura del artista y el choque de estos con la gente de mentalidad estrecha.  Por otro lado, con esta cinta, el director se permitió aprovechar la nueva tecnología en 3D; de tal modo, dicho título es una de las pocas películas que en realidad vale la pena ver en este formato.
·         Sombras Tenebrosas (2012):Una vez más gracias a esta cinta, Tim Burton llevó a cabo su personal visión de algunos de los hitos audiovisuales, que desde joven adoraba: en esta ocasión la longeva serie de televisión homónima de los setenta y que trataba de uno de los vampiros más famosos de la pantalla, Barnabas Collins. No obstante esta vez volvió a decantarse por la comedia negra, obviando el estilo más dramático del programa, aunque procurando hacer una impecable ambientación setentera y que abogara por la nostalgia hacia esta época.  Pese a todo su esfuerzo, no consiguió ser muy del gusto del público y la crítica.
·         Frankenweenie (2012):Extendiendo la historia central, de uno de los dos cortometrajes que le permitieron iniciar su carrera, es la muy singular historia del amor de un ingenioso niño por su perro; además lleva a una nueva dirección la joya literaria de Mary Shelley, sobre el científico Victor Frankenstein y su Monstruo.  Llena de homenajes al cine de terror, que incluso llega a las cintas niponas de estilo kaiju (específicamente las de Gamera), resulta ser toda una joya y en especial para los amantes del cine que inspiró esta obra.  Fue realizada en stop-motion  y en un impecable blanco y negro.
·         Ojos Grandes (2015):Su segunda película de carácter biográfico, tras la inolvidable Ed Wood, aborda nuevamente el proceso creativo de los artistas y la manera singular de cómo estos perciben el mundo.  En esta ocasión trata acerca de un matrimonio, que se dedicaba a pintar extraños cuadros, de niños con ojos de mayor tamaño a la realidad.  Como es la única cinta de Burton que aún no veo, pues nunca se estrenó en mi país, no me aventuro a hablar más de ella para no “autoespoilearme” (ahora mismo la estoy descargando, para disfrutarla en lo posible esta semana, je)
·         Miss Peregrine y los Niños Peculiares (2016): Sobre una famosa serie de novelas de terror sobrenatural góticas para niños (¡Qué interesante mezcla!), es la historia de la dama del mismo nombre, quien alberga a un grupo de chicos con habilidades extraordinarios en su hogar; la casa en que habitan es una especie de santuario, inubicable para el resto de los mortales y en especial para un grupo de criaturas malignas que se alimentan de esta gente.  Algo que puede sorprender de esta película, puede ser que siendo una obra “familiar”, posee varias escenas espantosas, debido en especial a los monstruos que en ella aparecen.

La Película.

       De entre todas las cintas de fantasmas a las que me he referido hasta ahora en esta serie de post, es la primera que en realidad no es de miedo; puesto que en realidad se trata de una comedia bastante hilarante, si bien de humor negro y que juega con los estereotipos del género, entre ellos los mismos fantasmas, monstruos y la vida después de la muerte.
       Estrenada en 1988, siendo la segunda incursión para el cine de Tim Burton, corresponde además a la primera ocasión en la que trabajó junto a Michael Keaton, por entonces dedicado solo al humor y lo que bien demuestra en esta obra, al lograr sacar bastante risas con la interpretación suya de este “espíritu burlón” (en la práctica todo un poltergeist). 
       Su trama comienza con un joven e idílico matrimonio (Gena Davis y Alec Baldwin en los por entonces promisorios comienzos de sus respectivas carreras), quienes tan solo apenas inicia el filme mueren en un muy tonto (y gracioso) accidente.  Como es habitual en este tipo de historias acerca de fantasmas, regresan a su hogar sin haberse dado cuenta de que habían pasado a mejor vida.  No obstante como estamos además frente a un muy buen ejemplo del cine fantástico, nos encontramos con que el Más Allá cuenta con una especie de oficina para asesorar a los nuevos muertos, de modo que puedan gozar en plenitud su nuevo estado (ingenioso, por ejemplo, resulta ser la idea de que haya incluso una guía para los muertos, con la que se encuentra este matrimonio tras volver de su “trágico” viaje en auto). Como el tiempo pasa distinto en el mundo de los vivos, deben sufrir el que una nueva familia haya tomado posesión de su bella casa; los nuevos inquilinos resultan ser por completo distintos a ellos. La consultora que los atiende  (interpretada nada menos que por la veterana Bette Davis, en su último papel completo en una película), les recomienda que tengan fe en sus propias capacidades para espantar a los “intrusos”; no sin antes advertirles que para nada se les ocurra solicitar los servicios de Beeteljuice, quien se hace llamar “bioexorcista” y asegura con su rara publicidad que puede deshacerse de sus molestias.

En la sala de espera de los nuevos muertos.
        Como era de suponerse, los Maitland resultan ser incapaces para lograr asustar a los Deetz y a sus desagradables amigos (su desastroso intento, otorga una verdadera escena de antología y por supuesto que uno de los mejores momentos de este filme), razón por la cual no dudan en pedirle a Beeteljuice que les eche una mano.  La intervención del fantasma, les causa a todo el mundo más de un problema, entre vivos y muertos; de tal modo que no les queda otra a los Maitland, que asumir su responsabilidad con lo que está ocurriendo.
       Interesante resulta ser la contraposición entre las dos familias que aquí aparecen, pues mientras los primeros resultan ser una pareja perfecta, en cuanto al amor que se tienen, de gustos sencillos y dulces, el otro matrimonio (años mayores que ellos), son presentados a primera vista como gente cínica, materialista y para nada románticos.  El marido posee una hija de su primer matrimonio, puesto que enviudó, la que es una adolescente depresiva y gótica, si bien la personalidad de la chica es abordada de manera cómica, siguiendo la temática de esta película (interpretada además por Winona Ryder, antes de sus grandes éxitos y posterior caída en la ignominia).  Es respecto a esta última y los dos fantasmas benignos, que resalta el hecho de que la chiquilla, logra llenar sus propios vacíos afectivos con su ayuda.
      El humor y las varias situaciones extraordinarias que suceden frente a la pantalla, están enfocados de tal manera, que recuerda mucho al de los cartoons cómicos y clásicos de la misma Warner Brothers, la empresa que produjo esta cinta (con sus shows de Bugs Bunny, el Pato Lucas, Porky y compañía); puesto que al presentarnos un Más Allá, distinto a la imagen común que se le otorga a este lugar (si no sublime, sí terrorífico), todo es posible y de tal modo lo caricaturesco abunda a cada momento.  Las criaturas y paisajes que aquí aparecen son sin dudas alucinantes, llenas de colorido y las formas más increíbles, en lo que viene a ser el verdadero comienzo del universo de fantasía de Tim Burton.
      No se puede olvidar al propio Beetlejuice, un diablillo que en realidad no es malvado, aunque sí lujurioso (abundan los chistes de carácter sexual en esta obra) y por completo impredecible en su extravagancia.  Cada vez que surge a escena, es un momento para gozar, pues las risas no faltarán.
      El éxito de este largometraje y su impecable factura artística y técnica, le concedió varias nominaciones a distintos certámenes; en especial por su maquillaje y efectos especiales que para la época en la que fueron concebidos, eran bastante novedosos.  Por otro lado, no se puede olvidar que a partir de esta película, se realizó una tal vez aún más exitosa serie animada.   Centrada en las aventuras de Beetlejuice junto a Lydia, la chica de los Deetz y que acá es su fiel amiga, duró 4 temporadas, con 83 episodios y ganando varios premios.  El programa se convirtió en una pieza de culto, debido a su humor y que siguió sin dudas con el estilo de Tim Burton; a sus virtudes se le suma una cuidada estética, que además incorporó los primeros segmentos de GGI, en una serie animada para la televisión.  No se puede dejar de lado, al respecto, que su tema central musical fue compuesto por el mismo Danny Elfman, arreglando el que hizo para la película original.


Trailer de la película.


Créditos de apertura de la serie animada.
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