El 11 de noviembre de 2014 Stephen King (el llamado Rey del Terror) publicó su novela Revival, la cual en la versión a la lengua de Cervantes se editó con su nombre original, sin traducirse, ni cambiarse por uno más cercano a la “mentalidad” hispana (tal como últimamente ha sucedido con varios de los últimos textos de este escritor: The Colorado Kid, Cell, Duma Key, Blockade Billy y Mr. Mercedes). El libro se promocionó como el regreso del autor de Carrie, Salem`s Loty Miseryal horror sobrenatural que tanta fama le otorgó en el pasado y del cual en casi las dos últimas décadas se ha alejado, decantándose por narraciones menos fantásticas. Esta promesa de recuperar esa faceta suya, tan echada de menos entre gran parte de sus lectores más acérrimos, y que crecieron leyendo sus títulos de antaño (entre quiénes se encuentra un servidor), solo en parte es recuperada en sus páginas; puesto que salvo una que otra idea de que su argumento tomará un rumbo de este tipo (según lo que logra adelantarnos su narrador protagonista), tan solo hacia el clímax llega a poseer estas características…Por lo tanto el fanático ávido del King de su primera época, bien puede quedar insatisfecho ante lo escaso del material ofrecido. La publicidad, al menos en su edición española, promocionó esta novela como poseedora del final más “sorprendente, inquietante y oscuro de los que haya realizado Stephen King” (o algo así según la huincha que iba agregada a la tapa); sabido es por muchos que varias veces se le han criticado sus desenlaces, por considerarlos decepcionantes o francamente malos (a mi parecer el único que no le perdono es el de su último tomo de La Torre Oscura), sin embargo el de esta ocasión se acerca más al tipo de narrativa que pretendía homenajear en este caso y olvidándose de los finales pocos convencionales que en otras ocasiones ha llevado a cabo. Empero para tantas páginas de desarrollo (por sobre las 400 en nuestro idioma), todo pareciera ser demasiado rápido y lejano al tono general del texto (¿Se podría decir que poco creíble, a sabiendas que se trata de un trabajo enmarcado dentro del terror sobrenatural y que ello exige la complicidad del lector para creer en lo extraordinario?). Por supuesto que el libro tiene sus buenos momentos, que necesariamente no tienen por qué ser solo de espanto, puesto que como es habitual en su obra el autor se permite desarrollar ideas y temas más profundos, que el puro susto y la truculencia fáciles; no obstante el resultado final puede parecer poca cosa para muchos y se puede afirmar que tampoco se trata de uno de sus mejores trabajos. A continuación un análisis que pretende explicar lo afirmado en este párrafo introductorio.
Primero que todo importante resulta ser conocer de qué trata esta historia, aunque, claro, no llegando al extremo de contarlo todo y quitarle con ello al futuro lector las varias sorpresas de su argumento. Como siempre, basta con unos pocos detalles para entusiasmarse con esta novela. Pues como bien acostumbra su autor, el libro está articulado en base a las memorias de su protagonista, quien ahora un hombre anciano recuerda casi toda su vida, pues el relato comienza desde que contaba con seis años de edad y termina cuando ya es un hombre hecho y derecho. Este ha tenido todo tipo de experiencias e inclusa algunas que solo unos pocos (para su suerte) pueden llegar a decir que han pasado. Pues cuando era un niño de aquellos cortos años, conoció a un hombre con el cual su existencia desde aquel momento estuvo profundamente ligada, para bien y para mal; con posterioridad se reencuentran en momentos decisivos, algunas veces con felices resultados y otros, en especial hacia el final, todo lo contrario. De este modo la novela abarca la idea del paso del tiempo, en concreto sobre cómo el devenir nos afecta, a algunos haciéndonos más sabios y/o aprendiendo de nuestros errores, mientras que a otros convirtiéndolos en personas por completo distintas de lo que fueron, aunque ello en el peor sentido de la palabra. Es así como los acontecimientos de esta obra muestran lo que el dolor puede llegar a provocar en los corazones humanos, teniendo distintos efectos según la persona y cómo elige enfrentar sus cuitas. Por lo tanto el significado de su título en inglés, Renacimiento en español, atiende a las transformaciones por las que pasamos, llegando a ser nuevas personas, ya sea de manera positiva o convertidos en lo peor de nosotros mismos.
Stephen King parte la trama ambientada en el añorado pasado de la infancia, cuando todo era más sencillo y la felicidad estaba a la vuelta de la esquina. Es más, el lugar en el que vive el protagonista y su coprotagonista, resulta ser un sitio hasta cierto punto idílico; no obstante poco a poco comienza a teñirse de la “realidad”, que todo ser humano debe asumir en el proceso de su crecimiento personal. Al principio, cuando la vida de los dos personajes se unen, el mayor de los dos resulta ser sin dudas un hombre fabuloso: guapo, inteligente, alguien que siempre sabe qué decir según el caso lo requiera y que despierta con su figura y personalidad la confianza inmediata de los demás; por otra lado, trabaja sirviendo a Dios y a su rebaño, pues es un pastor de iglesia y, por último, posee una preciosa esposa y un hijo pequeño a los que todos adoran. Luego de la triste despedida entre los dos amigos, el narrador lo vuelve a ver tres o cuatro veces más en su vida; no obstante ya en la segunda ocasión, quien fuera su ídolo de infancia, se ha vuelto alguien por completo distinto al recuerdo que tenía de él. Empero es ya casi hacia el final del camino juntos, que este otro ha perdido por completo la luz que anteriormente tuvo. Stephen King lo describe a la manera manierista, pues se ha vuelto un sujeto consumido por sus propias obsesiones (lo que se revela sin dudas en su aspecto físico). En el libro también destaca cómo un hombre religioso, una vez que pierde su fe, cambia su creencia en Dios para orientarse a algo por completo distinto, relacionado con los conocimientos de la ciencia humana y secreta (con todo lo que ello pueda significar).

La novela posee su cuota de humor, tal como es recurrente en muchas de sus obras, siendo que los momentos de mayor carga emocional no faltan. Asimismo, el narrador protagonista entrega una que otra reflexión acerca de lo que ha sido su vida, con lo cual King deja claro que su libro no solo pretende asustar o sorprender (si es que lo consigue hacia su mentado final), si no que más bien desea conmover, al desnudar una vez más el alma humana con toda la belleza y miseria que se puede descubrir en su interior. Dentro de todo el cúmulo de emociones y acontecimientos que se transcurren en Revival, la primera parte dedicada al mundo de la infancia, resultaría para muchos la mejor parte de toda su extensión (si Stephen King lo hubiese dejado todo hasta ahí, a manera de novela corta, quizás el efecto sería mayor). Luego cada vez en que el narrador se vuelve a encontrar con su “quinto en discordia”, como le gusta llamarlo, la narración recupera interés, ya que los interludios pueden resultar demasiado alargados y forzosos (quizás salvo cuando aparece la familia del protagonista). Por otro lado, King una vez más convierte sus obras en el fragmento de un todo, al hacer que buena parte de sus títulos se encuentren en el mismo universo ficcional, como cuando aquí se mencionen lugares de otros trabajos suyos (por ejemplo Castle Rock, que colinda con el hogar de infancia del narrador, sitio donde transcurren novelas clásicas como La Zona Muerta, Cujo y La Tienda; por otro lado, también se nombra el parque de atracciones que aparece en Joyland).
El carácter de obra de terror de Revival,se anuncia en la sentida dedicatoria que le hace King a varios de sus maestros, todos ellos autores de antaño que lo influenciaron desde joven, salvo su amigo y colega Peter Straub (con quien ha escrito dos libros), contemporáneo que incluye en la lista al lado de todos estos nombres. Dentro del tributo que hace el artista, destacan en especial Mary Shelley, H. P. Lovecraft y Robert Bloch. La primera de ellos, la creadora de esa inolvidable novela epistolar que resulta ser Frankenstein,es una y otra vez homenajeada en este texto, en especial por el papel que toman en él los tópicos del científico loco, la soberbia, el complejo de Dios y muy particularmente la electricidad (que el futuro lector descubra por qué razón). El segundo caso, porque nada menos en este libro King reinterpreta los llamados Mitos de Cthulhu, refiriéndose a ellos de manera directa e indirecta, usando por otro lado como cita textual una de sus más recordadas frases. En cuanto a Bloch, uno de los libros que inventó este autor para sus cuentos ambientados en los Mitos, aparece acá y posee gran importancia. No obstante SK a quien especialmente le dedica sus palabras, es a Arthur Machen, mencionando su obra más conocida El Gran Dios Pan, fuente de inspiración para él y que al parecer se relaciona con esta novela suya (como aún no he leído el dichoso relato, ignoro cómo ello puede ser posible). Por último, Al ser una historia de terror, otro tópico destacado en este género es abordado con creces: la naturaleza del mal. Sin embargo aparte de referirse a todo esto King como algo sobrenatural, también lo lleva a un plano más realista, al ser el resultado de la mismas debilidades humanas, muchas veces siguiendo la idea de que “El camino al infierno está plagado de buenas intenciones”; de este modo los seres humanos somos afectados por nuestra propia ineptitud y no necesariamente por el deseo de dañar a otros.