1- Las diapositivas.
Corresponde a una tecnología consistente en una fotografía pequeña y a color (al menos tal como yo la conocí en mi infancia, allá en los ochenta del siglo pasado), que iba dentro de un recuadro de plástico o cartón duro. Sus medidas eran de alrededor de unos 6 centímetros por ambos lados y se insertaban sobre un riel con ranuras circular o rectangular a manera de bandeja, el cual apretando un botón hacía que las imágenes fuesen proyectadas por un lente, hacia una superficie plana (una muralla, una sábana blanca, una pizarra o en los casos más sofisticados, un telón hecho exclusivamente para ello).
Su uso podía ser meramente hogareño, que bastaba con que uno solicitara en las tiendas de revelado de fotos que pasaran a este formato los recuerdos personales y/o familiares (antes de que la fotografía digital desterrara al uso masivo de las cámaras con rollos de cintas… ¿Las recuerdan, que uno esperaba con ansias se las entregaran en papel de calidad fotográfica, a ver cuántas saldrían buenas y no con manchas o las cabezas y cuerpos cortados? Otro recuerdo de los viejos tiempos). No obstante, también eran ocupadas en los trabajos y en la educación, que recuerdo a mis profes de antaño proyectando la materia usando este recurso, que se vendían libros educativos que las incluían a manera de anexo; incluso algunas empresas dedicadas al rubro, les agregaban un cassette que con la ayuda de un audio grabado con una voz en off,explicaba la materia que las diapositivas ilustraban.
Había una versión infantil a manera de juguete, consistente en un pequeño y ligero dispositivo que se tomaba con ambas manos y que se llevaba frente al rostro para ver a través de una pantallita, que se ponía frente a un ojo o a ambos (en el caso de que fuese tipo lente), varias imágenes seguidas que estaban dentro de un disco, que era introducido en una ranura del aparato; luego bajando una especie de manivela, uno hacia girar el disco y de ese modo por la ventanilla veía una especie de historia en progreso a medida que avanzaban las diapositivas.
Aprovecho de contarles que en el último año de mi enseñanza media, mi profesor de artes visuales (Jorge, que no recuerdo su apellido, pero que sí puedo decir de corazón que fue lejos uno de los mejores maestros que tuve), nos enseñó a crear diapositivas bastante artesanales. Fue así que junto al grupo de compañeros con el que trabajaba generalmente, hicimos unas muy toscas y que cuando se proyectaban algunas de sus imágenes (dibujos pintados a mano, usando unos lápices especiales) se distorsionaban. Recuerdo que trataban sobre una especie de historia que escribí acerca de las musas o algo así y de fondo les pusimos música de Jean Michel Jarre (su disco Chronologie, que me gustaba mucho). El texto que realicé para la exposición de nuestro trabajo, lo leí en la clase misma…Me habría gustado haber guardado al menos esa especie de cuento que hice para tal ocasión.
2- Las transparencias.
A menos que mi memoria me falle, conocí este recurso o tecnología en los noventa, cuando estaba cursando la enseñanza media; el primer recuerdo que tengo de ello fue cuando al igual que en el caso de las diapositivas, estaba cursando cuarto año y además me encontraba haciendo un preuniversitario, preparándome para la universidad. Una profesora que me hacía Historia las ocupaba en sus clases, lo que era para mí toda una novedad, si bien el texto que proyectaba para mostrarlas era escrito de su puño y letra (a diferencia de otros, que llevaban tipografía de máquinas de escribir o computador)…
¿Y en qué consistían estas llamadas transparencias? Pues, eran unas láminas del porte de hojas de oficio o tamaño carta, que tal como dice su nombre eran transparentes y se imprimía sobre ellas textos escritos o imágenes a color o en blanco y negro. Cuando uno iba a una fotocopiadora (que así le llamamos a los locales comerciales dedicados a ello), pedía que las impresiones que uno llevara las pasaran a ese formato y te las entregaban sobre una hoja de papel corriente, cubiertas por otro más suave y de color marrón para protegerlas.
Para proyectarlas, se usaba una pesada máquina consistente en una especie de caja que sobre su superficie llevaba una especie de vidrio, que bajo suyo llevaba unas ampolletas que se prendían y donde se ponía la transparencia. A un costado iba una pata que terminaba en un espejo pequeño, que se plegaba cuando no estaba en uso y luego se abría al ser necesario ocupar la máquina.
Por mi parte, fue en la universidad que usé bastante tal medio y cuando presenté mi examen de grado para titularme de profesor junto a mi querida amiga María Elena (sobre los robots de Isaac Asimov más encima, bien ñoños y en especial yo; que, por cierto, pueden leer dos extractos escritos en exclusiva por este servidor para nuestra Memoria, pinchando aquí y aquí), ocupamos ambos dicha tecnología.
¿Qué pasó con las diapositivas y las transparencias que se dejaron de utilizar? Pues que gracias al avance de los programas computacionales, se inventó en el caso de los equipos de Microsoft el PowerPoint, que de manera más fácil, atractiva y económica reemplazó con creces a sus antepasados.