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Despedirse de Len Wein o Regreso al Mundo de Watchmen. Octava parte: Dollar Bill.


1- Palabras por Len Wein.

     En marzo de este año no más nos tocó enterrar a Berni Wrighson, el famoso dibujante de cómics e ilustrador, cocreador de ese personaje tan emblemático de DC como lo viene a ser la Cosa del Pantano.    Su compañero en tal labor fue otro maestro de las historietas, Len Wein, quien realizó el guión de tal obra.  Al comenzar mi serie de posts dedicados a las novelas gráficas llamadas Antes de Watchmen, ya en la primera entrega mencioné al escritor, dedicándole posteriormente varios párrafos en mi entrada a la novela gráfica sobre Ozymandias…Pues cuando hice mi investigación sobre este último artista, de inmediato me di cuenta de su tremenda impronta en el mundo editorial, recordando además (en especial) cuánto disfruté de su trabajo para la colección de Hulk en los setenta (bueno, al menos de lo que he leído de ella); pues aparte de que en esa misma década nos dio al ya mencionado elemental de la Tierra, también dio origen a nada menos que Wolverine, para Marvel, justamente en la revista sobre el Coloso Esmeralda.  Es así que tengo el gusto de poseer tan histórico número, en uno de los tomos de la Biblioteca Marvel de Panini (no niego que me encantaría ser dueño de una edición mejor, ojalá a color y en tapa dura, pero peor es nada ¿No?).  De igual manera hace años, cuando solo de vez en cuando me compraba historietas y por lo general solo a muy bajo costo, gracias a unos compilatorios con los que comenzó la editorial Unlimited (made in Chile), adquirí una antología de bolsillo sobre los X-Men y entonces creo que fue de ese modo que me leí por primera vez algo de este señor…Pues venía nada menos que el también célebre Giant Sise X- Men, en el que el profesor Xavier reúne a un grupo de mutantes internacionales para rescatar a sus primeros alumnos de las garras de la isla viva de Krakoa…¡Otra verdadera joyita!
      Resultaría injusto dejar en este pequeño homenaje a la memoria de Len Wein, su contribución para la Mujer Maravilla de principios de Post Crisis, si bien fue ideada y dibujada por George Pérez, a finales de la década de los ochenta.  Y es que cuando su compañero empezó a escribir los primeros arcos argumentales, Wein se encargó de los diálogos y con ello logró realzar de ese modo la calidad literaria del cómic.  Una vez que esta nueva Diana de aquel entonces consiguió estabilizarse dentro de este universo DC, recién George Pérez pudo tener la independencia necesaria como para tener pleno control de la colección.
      No he pasado tanto tiempo con Len Wein como yo quisiera y de seguro cuando no sabía aún tanto sobre autores destacados del llamado noveno arte, me habré leído de seguro alguno que otro de sus trabajos sin tener conocimiento de ello.  Debo admitir que de todo lo que hizo, que fue bastante a lo largo de sus 69 años (¡Qué temprano se nos fue!), lejos me encantaría tener y disfrutar su paso por X-Men y Batman, sin dudas considerados entre sus mejores labores (aparte de sus dos grandes creaciones y a las que ya me he referido).  En otras palabras, me queda mucho por leer de este señor, por quien tengo un gran respeto, puesto que justamente de todas las miniseries de Antes de Watchmen, es nada menos que su historia para Ozymandias la que más me agrada.
       La semana pasada no más tuve el gusto de por fin comprarme la miniserie Legendas de DC, correspondiente al primer evento anual de la compañía, tras el reinicio de la mayoría de sus cómics tras la gloriosa Crisis en las Tierras Infinitas.  Importante trama que viene a ser responsable de la actualización que se hizo en aquellos años de varios personajes clásicos deciístas, como el villano Darkseid, el superhéroe Shazam (por aquel entonces conocido como Capitán Marvel) y el grupo de justicieros juveniles de los Teen Titans, yo sabía que contaba con maestros de la talla de John Byrne en el dibujo (el mismo del relanzamiento de Superman en esa misma época, sin dudas de lo mejorcito del Azuloso) y John Ostrander (quien nos concedió su Escuadrón Suicida en esta misma miniserie y luego se encargó de su propia serie, otro verdadero hito en las historietas)…Sin embargo grande fue mi sorpresa cuando me enteré de que los diálogos los había escrito Len Wein y que según el editor de tal evento, Mike Gold y quien luego hizo una muy interesante Introducción para el tomo compilatorio, había sido escogido debido al enorme conocimiento de este acerca de tales personajes.  Por supuesto que llegué a mi casa feliz con mi reciente adquisición, que por años tenía pendiente leerla (y, bueno, aún no lo hago, je).

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Junto a mis regalones, Brunito y Amilcar, más mi joyita aquí mencionada.
2- Dollar Bill.  El Dibujate: Steve Rude.

     Nacido el 31 de diciembre de 1956 en USA (¡Qué fome la fecha, justo cuando la gente anda desfinanciada por Navidad y, por otro lado, en plenas vísperas de Año Nuevo!),  corresponde a otro importante artista visual con una larga trayectoria en muchas editoriales, trabajando en las aventuras de un montón de destacados personajes como Batman, Hulk y Spiderman.
      Además de su paso por un montón de títulos como ya ha quedado claro, es reconocido por ser el cocreador de Nexus, junto al guionista Mike Baron, siendo esta una historieta de ciencia ficción y llena de algunas de las razas alienígenas más curiosas del medio.  Aparecida a principios de los ochenta, ha pasado por varias editoriales de las manos de sus creadores y a través de varias miniseries, justamente por tener estos el control absoluto de dicha marca (lo que lamentablemente casi no sucede con sus colegas).
       Su estilo cuidado lo ha convertido en un gran portadista, al usar una técnica propia de la publicidad clásica, a través de imágenes en tonos pasteles y en poses heroicas, como también idealizadas de los personajes, lo que bien se puede apreciar en la preciosa imagen que hizo para su propia versión de la portada de Dollar Bill (que también como otras de Antes de Watchmen,contó con al menos dos alternativas, como una de Jim Lee y otra de Daryn Coocke), que atendiendo al origen del superhéroe rememora los famosos carteles nacionalistas de propaganda del Tío Sam.
       Pese a su ya mencionado estilo, para este one-shot optó por una estética más cercana a la de los cartoon, que ya vimos en la primera miniserie, dedicada a los Minutemen, quizás por el hecho de que su argumento ocurre en la misma época dorada de estos vigilantes y también debido al regreso del humor en el guión hecho por Lein, luego del dramatismo de al menos las dos anteriores entregas (Dr. Manhattany Rorschach).
        Destacados galardones ha recibido Rude en numerosas ocasiones, entre ellos el Kirby, el Eisner y el Harvey, premios otorgados por su pincel que está considerado entre los grandes del cómic (si bien no es tan prolífico como otros artistas y en mi caso, hasta antes de esta historia no lo ubicaba de nombre).


3- El cómic.

        Narrado en primera persona por parte de su mismo protagonista, William Benjamin Brady, más conocido como Dollar Bill, es la historia de sus “orígenes secretos”, incluyendo su auge y particular caída.  Si bien quienes conocemos de antemano la obra original en la que aparece este sujeto, el final de su carrera como Minutemen es bastante conocido (el que dio lugar a un muy inolvidable homenaje/parodia en Los Increíbles de Pixar), siendo además uno de sus miembros más desconocidos, el enfoque dado por Len Wein lo convierte en este solo número en alguien entrañable...Cabe mencionar antes de referirse de lleno a su historia, la manera de cómo el guionista rompe con la realidad, al hacer que un Dollar Bill “extracorpóreo” sea quien nos cuenta su vida, todo desde un punto de vista ya lejano y con los ojos de cierta sabiduría luego de haber pasado por una existencia que en una primera instancia se podría considerarse como banal; pues este hombre reflexiona frente a lo pasado, tanto acerca de lo que fue su existencia, como sobre quienes lo rodearon (destacable viene a ser cuando emite sus juicios moralistas, debido a los intereses amorosos de su compañera Silueta, propios de la época hasta cierto punto y aun así es capaz de valorar otros aspectos sobre ella, por sobre su estrecha visión de mundo).
         Dollar Bill se nos presenta como el típico jovencito iluso e inexperto de muchas ficciones gringas, que se deja llevar por devenir de los acontecimientos (deportista que tuvo su momento de gloria, como muchos superhéroes arquetípicos) y quien debido justamente al azar llega a convertirse en el representante de una cadena de bancos que simula ser un justiciero.  Luego en un intento de darle a su vida un sentido más trascendente, decide unirse a los Minutemen y con lo que se enriquece esta pequeña (aunque valiosa) novela gráfica, al permitirnos conocer desde sus propios ojos lo que significa ser uno de ellos.  Por otro lado, resulta considerable el cambio espiritual por el que pasa el muchacho, al decidir abrazar el ideal superheroico, en medio de sujetos que en realidad no todos son elogiables y que gracias a lo hecho por los autores él sí aparece como alguien respetable.  Debido a todo esto, el cómic se adentra en la búsqueda de una persona imperfecta (como todos nosotros), haciendo que en poco más de 20 páginas consiga volverse alguien mejor.
        Siendo esta la última de las entregas de Antes de Watchmen sobre sus superhéroes (nos estarían quedando dos más, una de ellas también escrita por Len Wein, aunque con una orientación diferente como ya quedará claro en sus respectivos posts), no dejan de intervenir el resto de los vigilantes creados por Moore y Gibbons, lo que hace de su breve lectura algo aún más grato.


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