El tema de los crononautas, de los viajeros del tiempo, es sin duda uno de los más populares dentro de la ciencia ficción y la fantasía, teniendo sus antecedentes literarios en verdaderos clásicos como la archiconocida La Máquina del Tiempo (1895) de H. G. Wells y Un Yanqui en la Corte del Rey Arturo (1889) de Mark Twain; el primer caso como todo un clásico de la fantasía científica y el segundo en un tono más satírico y en el terreno de la narrativa maravillosa. Por supuesto que ante la tentación de conocer el pasado y el futuro, en especial en lo que concierne a arreglar los yerros del ayer y/o modificar el presente, que existirán ejemplos anteriores a los mencionados, así como que con posterioridad otros autores se han preocupado por abordar este tópico tan popular y lleno de posibilidades argumentales.
Por otro lado, uno de los aspectos más interesante de la posibilidad del viaje en el tiempo, viene a ser la existencia de organizaciones encargadas de velar porque la continuidad espaciotemporal no sea entorpecida por elementos foráneos y ello no traiga devastadoras consecuencias para la historia tal y como la conocemos. Al respecto es que se puede mencionar la novela El Fin de la Eternidad (1955) de Isaac Asimov y la serie de cuentos pertenecientes al ciclo de La Patrulla del Tiempo (1960) de Paul Anderson, sin duda verdaderos clásicos y por completo recomendables para todo aquel que desee adentrarse en lo mejor de este tipo de ciencia ficción.
Como era de suponer, el cine y la televisión no podían quedarse atrás al respecto y es así que hoy en día nos encontramos con verdaderas joyas, tales como las sagas de Volver al Futuro y Terminator, por solo mencionar algunas de las hechas para la pantalla grande; mientras que la pantalla chica nos ha concedido títulos entre los que se encuentran las series El Túnel del Tiempo y Quantum Leap. Pues todos estos títulos, tanto las películas como los programas de televisión, son claramente ejemplos de la “invasión gringa”, que con su enorme industria dedicada a la entretención mediática, no deja de influenciar en nuestro diario vivir. Sin embargo el país del Tío Sam no tiene el monopolio en este tipo de obras y hay otros lugares del mundo que poseen una igual extensa tradición en el rubro, con ejemplos de calidad a la hora de crear proyectos audiovisuales atractivos y no solo para su país, sino que de clara proyección internacional, como España.
La Madre Patria desde la Edad Media posee su propia tradición en materia de lo extraordinario, lo fantástico y lo maravilloso, con ejemplos de rancia relevancia tales como Los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo, El Burlador de Sevilla de Tirso de Molina, Don Juan Tenorio de José Zorrilla y por supuesto Las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer. Con posterioridad cuando la literatura siguió evolucionando y llegaron los nuevos géneros literarios, tales como la misma ciencia ficción y la fantasía épica, aparecieron en la vasta producción narrativa peninsular nombres como Domingo Santos, Elia Barceló y Laura Gallego, quienes si bien pertenecen a generaciones diferentes de escritores entre sí, han realizado un trabajo memorable dentro de tales historias.
Teniendo en cuenta los antecedentes ya mencionados, por supuesto que la televisión española no podía quedarse atrás, encontrando unos cuantos ejemplo como la popular El Barco. No obstante su más reciente éxito, que ha cosechado además varios elogios por parte de la crítica especializada, lo que le ha significado recibir un montón de premios, viene a ser El Ministerio del Tiempo. Con dos temporadas a la fecha, que comprenden un total de veintiún episodios (ocho en la primera y trece en la segunda), este programa trata acerca de un grupo de personas que sirven al gobierno español desde la época de la reina Isabel la Católica (quien fundó dicho ministerio), haciendo lo posible para evitar paradojas temporales y alteraciones similares; de este modo sus protagonistas, quienes han sido reclutados en distintas eras dentro del territorio de España, viajan a varias fechas encubiertos para lograr su propósito.
Varios aspectos bastante atractivos y bien desarrollados comprenden la trama de esta serie. En primer lugar que el viaje en el tiempo solo se puede hacer al pasado, ya que tal como dice el lema del Ministerio “El Tiempo es lo que es”, de modo que hasta donde es sabido por sus integrantes, el tiempo existe como un continuo que implica aquello que ya fue (y que aun así se puede intervenir) y lo que se está construyendo (o sea, el presente). Cabe decir que entre sus agentes hay sujetos que debido a su personalidad extraordinaria, fueron incorporadas al servicio; de este modo, algunos de ellos son personajes famosos en la crónica de España y del mundo, tal como el pintor Diego Velásquez (sin duda uno de los recurrentes más carismáticos del programa, pese a su personalidad vanidosa). Un detalle bastante significativo en cuanto al medio físico que permite pasar de una época a otra, viene a ser que ello se debe a una serie de puertas, todas ellas numeradas y que abren a una fecha en concreto y cuya naturaleza es más bien de corte mágico que tecnológico (puesto que la verdad en lo que va de lo realizado, no se han detenido en contar el origen de estas). Por otro lado, el número de puertas es al parecer ilimitado e incluso hay algunas desconocidas para el Ministerio del Tiempo.
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Uno de los momentos más emotivos del programa: El gran Cervantes transportado al presente y con el propósito de hacerle ver la importancia de su nombre para la posteridad. |
Cada gobernante español, rey, reina o presidente según la época, sabe de la existencia del Ministerio, ya que si bien es una institución ultrasecreta, sirve a los intereses de la nación, aunque nunca con fines egoístas y que puedan implicar la supremacía del país sobre los extranjeros, respetándose esta regla de honor incluso a sabiendas de los desastres por los que ha pasado España (salvo en el espectacular fin de temporada de este año, cuando un importante soberano modificó de manera drástica el poderío de su patria, lo que provocó el esperado efecto mariposarespectivo, creando una línea temporal alterna); de este modo los mandatarios le entregan todo su apoyo y mantienen enlaces con esta Ministerio que les informan directamente cualquier cosa o son ellos mismos quienes entran en contacto personalmente con sus agentes.
Un detalle interesante acerca de lo que significa tener acceso a estas puertas y entrar por razones de fuerza mayor o egoístas a sus destinos, viene a ser la tentación que significa usarlas con fines personales; pues por mucho que los miembros del Ministerio tengan un juramento y/o contrato que cumplir, son seres humanos y ello significa que en más de una ocasión pueden sentir la necesidad de hacer uso privado, de las posibilidades que significa controlar el pasado. Es así que un tema que toma bastante realce en los guiones viene a ser el de la responsabilidad frente a los actos (unos más humanitarios y egoístas que otros), lo que trae como consecuencia la culpa y la duda frente a cómo reaccionar frente a todo esto. De este modo más de un capítulo se enriquece con estos dilemas, que muestran tantos las debilidades, como las fortalezas del espíritu humano.
Los Ministerios de cada época se comunican entre sí y ello resulta gracias a personal autóctono de aquellos años, que prestan ayuda a sus colegas provenientes de otros momentos, cuando estos viajan a su tiempo. Hay distintas especializaciones dentro de esta organización, de modo que solo algunos cumplen la labor de cruzar las puertas, para lo que se preparan como profesionales; asimismo estos agentes trabajan en equipo, habiendo varios de ellos que poseen misiones que difieren de los otros grupos. Justamente un equipo compuesto por tres miembros, viene a ser el protagonista de este programa, si bien a ellos se le suman otros tres protagónicos (más un cuarto que reemplazó a uno de estos durante unos meses en la segunda temporada).
Si bien tal como ya se dijo las mismas puertas aparentemente funcionan por medios sobrenaturales, el Ministerio del Tiempo sí usa artefactos adelantados que permiten la comunicación entre una época y otra; de este modo cuenta con celulares y computadores con acceso a una red capaz de abarcar siglos y hasta milenios de diferencia, con lo cual es posible funcionar con eficiencia.
Al tratarse de una serie española (y con lo orgulloso que es este pueblo, que razones no le faltan), por supuesto que los capítulos y sus guiones abordan hechos históricos y personajes propios de su cronología; no obstante aun así aparecen en ellos personalidades provenientes de otros países, los que son abordados con mucha credibilidad, seriedad y respeto. En lo que concierne a eventos de importancia para España y que por extensión poseen su relevancia para el resto de la llamada Hispanidad (entiéndase a los países de habla castellana, que mantienen un legado en común que va más allá de una misma lengua, puesto que implica el importante mestizaje, la fe católica y muchos otros aspectos de relevancia, entre los que están las ex colonias del otrora poderoso Imperio Español, como mi país Chile), se encuentran la existencia de la Inquisición, la invasión napoleónica a la Península, la Guerra Civil, la dictadura de Franco, entre otras. Personajes españoles que han desfilado con gran participación en sus capítulos, han sido nada menos que el Mío Cid, el Lazarillo de Tormes, Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Cristóbal Colón (si bien no dejan de “bromear” con el misterio acerca de su verdadero origen), Ramón del Valle-Inclán, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Salvador Dalí, Ramón Menéndez Pidal y Pablo Picasso, entre otros; entre los extranjeros destacan Napoleón, Harry Houdini, John Edgar Hoover y Charlton Heston (a manera de confesión personal, debo decir que la intervención de tanto personaje histórico, en especial a los que conciernen a la rica literatura española, este desfile de todos ellos viene a ser un verdadero deleite, para alguien que como yo estudió en la universidad las letras castellanas).
Tal como es del gusto de los españoles en sus producciones audiovisuales, la recreación de los distintos periodos históricos resulta ser de primera, aprovechando además el avance de la computación para realizar fondos de gran realismo y belleza. Todos sus episodios a su vez llevan dentro de su título la palabra tiempo (ejemplos: Tiempo de leyenda, Una negociación a tiempo, Tiempo de Valientes) y duran más de una hora cronológica, estando además confeccionados de manera autoconclusiva, si bien mantienen una coherencia que le otorga una línea argumental en desarrollo, con macrotramas (¿Habré inventado yo este término?) que a lo largo de su transcurso permiten giros dramáticos de peso y que mantienen al espectador atento a cómo estas se van desarrollando. Por otro lado, los momentos de verdadera sublimidad y emoción se hacen estremecedores, apoyado ello en libretos muy bien armados, a lo que se agrega el excelente desempeño de sus actores estables e invitados; a su vez hay unos cuantos desnudos por ahí (si bien solo femeninos, lo que deberían mejorar si en verdad se habla de pluralidad) y bastante humor, siendo que este último elemento está bastante bien trabajado, aunque sin caer en la grosería o lo ridículo (de hecho, hay capítulos donde el humor es primordial, como el dedicado a Napoleón). También destaca el uso de varias referencias a la llamada “cultura popular”, en especial en lo que concierne a cine, televisión y música.
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Escena del episodio El Monasterio del Tiempo...¡Uno de mis favoritos! |
El Ministerio del Tiempo es claramente un título para gente adulta, tanto por su nivel de violencia (que en todo caso no llega al extremo de algunas series gringas como Hannibalo Daredevil), como por sus desnudos, sino que también porque uno de los protagonistas es una preciosa (y maravillosa) mujer lesbiana, la que lleva como todo el mundo adulto “normal” una vida sexual activa; por lo tanto el personaje a lo largo de estas dos temporadas, tiene varias escenas junto a otras bellas damas, unas más subidas de tono que otras. Un aplauso por la decisión de contar con este personaje dentro de los principales, no obstante ante el detalle de tener a una mujer de la comunidad LGTB, era de esperarse que también se contase con un hombre de estas características y si no como protagonista, al menos como recurrente. Todas estas palabras, porque al final se trata de discriminación positiva y de sexismo y/o morbo heterosexual machista, ya que por un lado para muchos resulta menos incómodo aceptar a dos mujeres como pareja, que a dos hombres, siendo que además bien sabido es que los varones heterosexuales fantasean con la idea del lesbianismo… ¿Y qué no es otra cosa la televisión que algo más masivo que la literatura y que responde a las tendencias de la mayoría? No obstante la lesbiana aquí presente se aborda como uno de los miembros más auténticos y capaces del programa, de modo que se les puede perdonar a los productores la falta de hombres regios deseándose entre sí (pero si solucionan esto para más adelante…mucho mejor).
Un programa tan bien realizado como este, no puede carecer de personajes desarrollados con complejidad y carismáticos, llenos de matices, un pasado atractivo, diferentes entre sí y pese a todo complementándose entre ellos con soltura…En suma, todo un grupo de protagonistas inolvidables. He aquí la lista de ellos:
Julián Martínez: El galán, se trata del representante del “presente” del trío principal y cuya incorporación al Ministerio del Tiempo tiene relación con la tragedia que marcó para siempre su vida, pues perdió en un accidente a su esposa. Cuando se entera de las posibilidades que tiene de volver a ver a su amada gracias a las puertas, se obsesiona más que nunca con ello y en lo que va de la primera temporada esta actitud lo marca bastante. Luego en la segunda temporada tras comprender la imposibilidad de conseguir lo que quiere, este se vuelve alguien más centrado, si bien antes debe pasar por un periodo de reafirmación.
Amelia Folch: Proveniente de finales del siglo XIX, fue una de las primeras mujeres universitarias de España, ya que se trata de alguien de gran inteligencia y muy instruida. De personalidad independiente, debido a sus dotes se le otorga el cargo de líder de su equipo. Debido a sus viajes temporales se encuentra con su tumba y se entera de que en algún momento se casará y tendrá una hija; dicha información se transforma en su propia pesadilla.
Alonso de Entretríos Fresnada: Para muchos (incluyendo a un servidor) el mejor de los tres que componen el equipo protagónico, quien proviene del siglo XVI y donde era un militar de muchas aptitudes, lo que cuando se vuelve un agente se constituye en todo un arsenal de beneficios para su gente. Es un hombre de honor y gran coraje, el cual considerando la época de la que venía, tan distinta a 2015 cuando es transportado en el tiempo, debería haber tenido mayores complicaciones para adaptarse, no obstante debido a su espíritu superior llega a tomarle el gusto a varios de los aspectos de su nueva vida (como a las motos). En la segunda temporada se lleva una gran sorpresa, relacionada con la esposa que tuvo que dejar cuando se le dio por muerto.
Irene Larra Girón: La sexy dama de la que me referí con anterioridad, fue traída al siglo XXI desde la década de los sesenta. Es la tercera al mando en el Ministerio del Tiempo y en la segunda temporada se ve involucrada en nada menos que una supuesta traición, lo que despierta sospechas acerca de su lealtad. Junto a Alonso viene a ser sin dudas mi otro personaje predilecto.
Ernesto Jiménez: Llegado al Ministerio desde el siglo XV, su verdadero origen es guardado con sigilo hasta un impactante episodio de la primera temporada, cuando se descubre a sus compañeros su familiaridad con un nefasto personaje de la historia española. De personalidad seria, es un buen hombre que posee el segundo puesto más importante dentro de su organización. En la segunda temporada se entera… ¡De que tiene un hijo en el siglo XXI!
Salvador Martí: El líder del Ministerio del Tiempo es un sujeto maduro y de convicciones como el resto de su gente. El ideal de jefe que cualquiera querría tener, debido a su comprensión para con sus subordinados y la manera en cómo lleva el importante cargo que posee, inspirando sin duda en los demás lealtad y admiración.
Angustias Vásquez: La secretaria de Salvador, es una mujer dulce y de personalidad más o menos maternal, quien si bien tiene una labor administrativa, en la segunda temporada debe hacer un viaje junto al trío protagónico y en uno de los capítulos más entretenidos de los exhibidos hasta el momento.
Jesús Méndez Pontón “Pacino”: El otro guaperas (como le llaman en España a los hombres atractivos) del programa, proviene de principios de los ochenta, cuando era un policía detrás de un asesino serial. Se vuelve el reemplazante de uno de los miembros del trío principal durante un tiempo en la segunda temporada. De espíritu más alegre y donjuanesco que Julián, viene a ser sin dudas otro de los personajes más entrañables de la serie. Su apodo se debe al parecido con el actor hollywoodense Al Pacino a quien admira luego de haberlo visto en el filme Sérpico.
Lola Mendieta: Ex agente del Ministerio, la que desde el primer episodio se transformó en la “villana” del programa, si bien no se trata de una mujer malvada, sino que de alguien que usa su conocimientos de las puertas para vender a otros lo conseguido en sus viajes. Luego comienza a trabajar para nada menos que una empresa gringa, que también tiene acceso al pasado, aunque de una manera distinta (a través de una especie de túnel, en atención a la clásica serie sesentera estadounidense El Túnel del Tiempo).
Tras haber finalizada su segunda temporada, lejos superior a la primera, el panorama sobre una tercera es incierto, de modo que solo queda con armarse de esperanzas para que nuestros queridos héroes españolísimos regresen para divertirnos y más al tratarse de historias de tanto enganche.
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De izquierda a derecha: Susana Torres (la otra "villana"), Salvador, Ernesto, Angustias, Julián, Amelia, Alonso, Irene, Diego y "Pacino". |