Tras mi análisis personal del libro El Resplandor (que puedes leer haciendo click en este enlace), ahora me toca tratar con otro aspecto de esta misma obra...
Las adaptaciones de la novela.
1- La película:
El consagrado director de cine inglés Stanley Kubrick, llevaba buen tiempo deseando realizar un filme de terror, tras haber incursionado exitosamente en la ciencia ficción por partida doble con Odisea 2001 (1968) y La Naranja Mecánica (1971). Fue así como se encontró con la posibilidad de llevar al celuloide la adaptación de un libro de King, quien por aquellos años ya había acaparado la atención como escritor y más aún luego de la exitosa versión cinematográfica que hizo de su novela Carrie Brian de Palma en 1976. Pues teniendo en cuenta su perfeccionismo y particular forma de realizar sus cinta (que incluían una obsesiva tendencia por repetir una y otra vez la misma escena antes de darle el visto bueno y crear nuevas técnicas de filmación para dar rienda suelta a sus ideas novedosas en aquellos años), Kubrick llegó a realizar no solo una de los mejores largometrajes sobre una obra de nuestro querido escritor, sino que en la historia del séptimo arte.
Pese al esmero con el que este artista hizo uno de sus filmes más célebres, a Stephen King no le gustó mucho la verdad y desde un principio hubo diferencias de opinión entre uno y otro, a tal punto que el escritor prácticamente se desentendió de la que también sería considerada una de las más grandes películas de miedo. El malestar de King radicó no solo por el hecho de que Kubrick y Diane Johnson, quien coescribió con el primero la adaptación (y que además consideraba una obra menor el libro, despreciando a su propio autor), cambió varios puntos fundamentales del argumento de su libro, sino que además se alejó del punto de vista espiritual del cual estaba tan orgulloso el novelista. No obstante por mucho que la versión cinematográfica de El Resplandor,sea la visión personal de Kubrick del texto homónimo, en varios sentidos logra reflejar la atmósfera opresiva y claustrofóbica de sus páginas. Además desde su primera escena, con la cámara enfocada a metros de distancia mostrando desde arriba el auto de los Torrance a través de las montañas y en dirección al Hotel Overlook, su director deja clara la monstruosidad (pese a su belleza) de la naturaleza, que luego también sería un enemigo más de esa familia aislándolos. La verdad es que varias son las imágenes de pesadilla con las que Kubrick recrea el libro, muchas de ellas de su propia autoría y que hoy en día están entre los momentos íconos del cine: por ejemplo, resulta imposible olvidar a las dos gemelas asesinadas que aparecen en varias partes de su extenso metraje, lo mismo que sucede con la marea de sangre que se ve salir de los ascensores, ambas representaciones de la muerte que se les avecina a los protagonistas. Cada escena de esta aplaudida adaptación es una verdadera pintura preciosista, donde los colores y el decorado (ya sea en los interiores como en los exteriores) expresan aún en su hermosura, el destino fatídico de sus personajes.
Dentro del trabajo relacionado con la dirección de arte, destaca el uso de un verdadero hotel para llevar a cabo esta producción. El magnífico edificio en el que fue rodado El Resplandor se presenta tan vasto, con tantos escenarios dentro de él mismo, que la malignidad del lugar se hace aún más evidente, ya que se transforma en un gargantuesco monstruo que se ha devorado vivos a los personajes y los martiriza manteniéndolos en sus entrañas.
Otro punto destacable a la hora de apreciar este filme, viene a ser la banda sonora hecha por Wendy Carlos, que ya desde los primeros segundos nos deja en evidencia de que se trata de una historia de terror. Si bien su música no puede ser considerada como “hermosa”, está concebida adrede así, siniestra, majestuosa y cacofónica según la ocasión lo amerite, para mantenernos tensos y darnos a conocer que en ningún momento se está a salvo en el Overlook.
Si el escrito original de Stephen King centró gran parte de su argumento en el punto de vista del niño Danny, quien primero percibe la maldad del Overlook y luego experimenta el proceso de la corrupción por la que pasa su querido padre e influenciado por la maldad que habita en el hotel, Kubrick opta por trabajar con el horror de los adultos, especialmente desde la figura del patriarca Jack Torrance. Interpretado por un magnífico Jack Nicholson, que no deja de gesticular y hablar como todo un demente en la cinta (quien luego se convertiría en todo un experto interpretando papeles de sujetos desequilibrados y violentos), el progenitor de esta versión es un hombre detestable desde el principio, ya que incluso desde antes de caer bajo la sombra del mal sobrenatural, queda claro que se trata de un individuo machista y poco cariñoso; de este modo en ningún momento el tipo despierta empatía por parte del espectador, a diferencia de su símil literario, que sí se presenta mucho más humano a los ojos del lector. Y sin embargo este Jack resulta mucho más aterrador, porque el largometraje lo convierte en un ser de carne y hueso, más que la víctima de posesión que viene a ser el personaje de la novela, puesto que sin duda viene a identificar a todo alcohólico y drogadicto de la vida real, quien tortura una y otra vez a los suyos con sus bajezas.
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Las aterradoras gemelas asesinadas del filme. |
Luego nos encontramos con el caso de la Wendy Torrance visionada por Kubrick y su compañera en el guión: Pues esta también difiere de la mujer que llegamos a conocer aquellos que hemos leído el libro, ya que lo realizado por Shelley Duvall como Wendy Torrance, fue encarnar a la típica cónyuge de un marido abusivo y que debe cargar en silencio con sus infamias. La violencia implícita y explícita de este matrimonio maldito es sobrecogedora y ejemplifica el verdadero horror que existe, el cual lamentablemente podemos encontrar en nuestra cotidianeidad. No obstante esta Wendy que nos provoca compasión se dignifica sin dudas, por el inmenso amor protector que demuestra hacia su unigénito, ya que a ella sí le sobra delicadeza y dulzura, a diferencia del Jack aquí mostrado.
Volviendo a Danny, pues su papel en el filme es mucho más pasivo a diferencia de cómo sucede en el libro (quizás por la imposibilidad, en aquellos años, de hacer que un niño pequeño cargue con el peso dramático que significa dicho rol), ya que sus diálogos son escasos y su participación en los eventos se limita mayormente a entrar en trance debido al mal que percibe. No obstante el chico posee sus buenos momentos, como sus encuentros con las gemelas asesinadas y todas las veces en que la palabra Redrum se encuentra implicada (lejos algunas de las escenas más emblemáticas de la cinta). La actuación del pequeño actor a cargo del personaje resulta bastante convincente, de modo que ello ayuda a completar el cuadro pavoroso que se representa en El Resplandor. Siguiendo con la caracterización de Danny en la película, resulta bastante inteligente el modo con el que abordaron su forma de comunicarse con Tony, el “amigo imaginario” del muchacho, la que si bien varió algo respecto a cómo sucede en la novela, fue bastante ingeniosa y se hizo verosímil para el desarrollo del argumento.
Para un lector acérrimo de King y además que se precie de tenerle especial cariño a su tercer libro publicado (¡No me vayan a salir con que no saben de cuál se trata!), dentro de todos los cambios y omisiones por parte de Kubrick al texto que lo inspiró a realizar su filme, puede existir un detalle que podría considerarse como su verdadera “metida de pata” al respecto. Esto tiene que ver con lo que hizo con el personaje de Dick Halloran. Pues en el libro resulta fundamental la relación entre este hombre y Danny, para el desarrollo de los acontecimientos, pues en la amistad que se crea entre ambos, radica justamente la mayor esperanza de los Torrance para sobrevivir a la amenaza que se les cierne. Es así como siguiendo la línea de un Danny introvertido, este en la cinta no se muestra muy elocuente que digamos con Dick y por esa razón la importante conversación en secreto entre los dos que sella su fraternidad con el hombre mayor, carece de la suficiente intensidad como para que luego se justifique que Halloran acuda en ayuda suya ,enfrentando todos los peligros que ello significa (el clima, el mismo hotel y el padre de su nuevo compañero). Luego cuando por fin logra llegar al Overlook, Kubrick “resuelve” casi de manera ridícula el destino del personaje, explicándose su presencia ahí solo para darle otro tipo de recurso a la familia, con el cual poder salir vivos del lugar.
Stephen King acostumbra ilustrar el clímax de muchas de sus obras con una batalla épica entre el bien y el mal, de tal manera que los elementos naturales se unen a la contienda para, por un lado, complicar a los héroes y hacerles todo más difícil; como también, por otro, representar la significancia de la contienda que está narrando. Es así como se pueden nombrar dentro de sus libros que implican estos recursos estilísticos, su por igual famosa novela It, con una lluvia casi de connotaciones bíblicas (que significó toda una inundación en Derry, la ciudad donde ocurren los acontecimientos), la mismísima neblina mortal que rodea a los pocos sobrevivientes de La Niebla, la tormenta eléctrica en la que se resuelven los conflictos del protagonista en su más reciente Revivaly la devastación natural a la que se enfrentan sus personajes en la miniserie televisiva La Tormenta del Siglo (por completo escrita por él especialmente para este formato). Pues en el caso de la adaptación fílmica de El Resplandor,su director bien logró usar esta idea, creando una sensación glacial tal en la audiencia, que resulta imposible no sentirse expuesto al frío casi polar al que se ven expuestos los personajes. Puesto que cuando los Torrance y Dick hacia el final de la película deben salir a la intemperie, el blanco mortal de la nieve y la nubosidad que los acosa en medio de esos desolados parajes, hace pensar que bien pocas posibilidades hay de salir victoriosos. Por ende, la maestría de Kubrick para filmar todo esto, con una verdadera belleza mortal en el paisaje, se convierte en otra señal de su talento para hacer realidad muchas de las pesadillas contenidas en la novela de Stephen King.
La película ha dado tanto que hablar con el paso del tiempo, que incluso inspiró un documental en el año de 2012 llamado Habitación 237 (sitio en el que habita uno de los espíritus malignos recurrentes en el libro y el filme) y que supuestamente revela varios secretos de tipo esotérico y otros, detrás de la cinta y otras más del director. A su vez ya en un terreno mucho más gracioso, inolvidable resulta ser el episodio de Halloween del programa animado Los Simpons,basado en esta obra y lleno de imágenes que recrearon cómicamente El Resplandor de Kubrick.
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Comparación entre película y dibujo animado. |
2- La miniserie:
Por todos quienes sabemos bastante sobre Stephen King y todo lo relacionado con él, pese a lo maravilloso que resultó la adaptación que hizo Stanley Kubrick de su libro El Resplandor, es conocido el dato de que este no quedó conforme con los resultados; ello en especial debido a la visión más bien “atea” por parte del director de su obra, a diferencia de lo propuesto por el escritor, quien nunca dejó de lado en su texto una firme creencia en el mundo espiritual y la trascendencia más allá de la materia (como bien sucede en el resto de sus trabajos, siendo King un artista de fuertes convicciones religiosas). De este modo, mucho años después del estreno de la visión personal de Kubrick de su famosa novela, en 1997, y ya convertido en toda una figura pública gracias a una exitosa carrera como autor, King se dio el gusto de producir una miniserie de cuatro horas y medias que fuese más fiel a su trabajo. Justamente cuando se estrenó esta segunda versión de su narración, se cumplían veinte años desde su publicación, hecho que creó aún mayor interés en ver esta revisión de una historia que ya llevaba tiempo en la conciencia colectiva. Pues el novelista para conseguir sus sueños se contactó con su amigo Mick Garris, director con el cual había trabajado en Sonámbulos (1992) y que se encargó además de llevar a la pantalla chica otro de sus títulos más emblemáticos: Apocalipsis (1994). Ambas con excelentes resultados y que lo dejaron muy contento. Fue entonces que King se encargó de realizar él mismo el guión, de modo de incluir mucho de lo que en la película se dejó de lado (como los setos con forma de animal que tomaban vida, lo relacionado con el avispero y el pasado de Jack, entre otros muchos otros detalles significativos); no obstante también fue lo suficientemente inteligente como para agregar nuevos elementos, que permitieran hacer de la miniserie algo autónomo a su propio libro. Con posterioridad la colaboración entre King y Garris daría lugar a varios otros títulos, para satisfacción de sus admiradores.

Luego nos encontramos con el Danny de la miniserie y quien por increíble que parezca, se parece bastante al de la película (si incluso usa el mismo corte de pelo). No obstante su semejanza con el de la primera versión solo llega hasta dicho detalle, ya que este otro viene a ser por completo la encarnación del niño de la novela, puesto que es tan elocuente, amistoso e inteligente como el de sus páginas; de hecho su relación con Dick es tal y como se presenta en el libro, lo que hace mucho más creíble la posterior intervención de este adulto, que comparte con él la posesión del llamado resplandor. Respecto al desarrollo del personaje mismo, la adaptación televisiva presenta a su “amigo imaginario” Tony, de manera tal que bien recuerda a lo leído en el texto literario (siendo que además tras el desenlace, se explica de manera muy especial la particular imagen que posee Tony en las escenas en que aparece).
El modo con el cual son abordados los Torrance en la versión para la pantalla chica de El Resplandor,sin dudas permite trabajar mejor el tema del amor familiar enfrentado a una fuerza maligna y, supuestamente, superior a los lazos que unen a sus distintos miembros entre sí. Ya que al parecerse estos en mayor medida a los personajes que creó Stephen King, se puede apreciar un verdadero sentido filial entre todos ellos, que los ennoblece por sobre lo visto hasta antes de la miniserie, al punto de que Jack llega tener sus momentos de heroísmo y pese a su desafortunado destino. Luego el afecto que los tres se profesan, resulta ser el verdadero antídoto contra las maquinaciones del hotel y ello en esta revisión de King sobre su novela, va mucho más a la par con su narrativa posterior a cuando publicó su manuscrito (puesto que el autosacrificio y la redención son recurrentes en varios de sus trabajos, lo mismo que sucede con su idea del sentimiento filial, algo que aumentó en su carga para esta adaptación suya).
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La mujer de la habitación 237 según la miniserie. |
Por otro lado, el personaje de Stuart Ullman en el largometraje ochentero, resulta por completo distinto al del odioso ser que llega a ser en el libro; es más, el que aparece en el largometraje es un sujeto demasiado simpático, como si los papeles entre él y Jack Torrance se hubieran intercambiado. Pues en lo poco que aparece Ullman en la miniserie (además interpretado por un muy buen actor como resulta ser Elliot Gould), sin dudas se puede reconocer en su persona a alguien desagradable y poco querido por sus semejantes.
Teniendo en cuenta el deseo del escritor por mantener la atmósfera sobrenatural de su historia, en su guión hizo que poco a poco y en varios detalles el Overlook fuese cobrando vida, a medida que el tiempo iba pasando (todo ello muy en sintonía con las viejas narraciones de casas embrujadas, a las cuales King quiso homenajear a través de esta obra suya).
No obstante pese a los buenos resultados que tuvo esta miniserie de tres episodios, que recibió varios premios especializados tras su emisión original, considerando la majestuosidad de lo realizado por Stantly Kubrick, el Hotel Overlook de la pantalla chica no logra verse tan soberbio como el exhibido en la película; ello, puesto a que en la versión de 1997 las dimensiones del lugar son mucho más pequeñas, ya sea en los exteriores y la fachada del edificio, como en sus interiores. Esto puede llamar bastante la atención, si se considera que se usó como referente el mismo hotel que inspiró en la vida real a King para escribir su libro, siendo que algunas de sus escenas se filmaron en sus propias dependencias, tal como en lo que concierne al uso de su fachada para algunos exteriores. Como detalle, siendo que a diferencia de la película que se filmó casi por completo en el mismo hotel real, donde transcurren los acontecimientos, esta otra adaptación se hizo en su mayoría en estudios y ello por un par de segundos se nota… ¡Cuando se puede ver una de las máquinas utilizadas, tal vez, para crear nieve artificial a un costado del Overlook falso!
Como bien le gusta hacer al novelista en las adaptaciones de sus escritos, en especial cuando se trata de guiones hechos por él mismo, tuvo su propio cameo en la miniserie y el que lamentablemente fue recortado en gran parte del metraje (en total se eliminaron once escenas del montaje final)…A ver quién lo descubre en medio de los demás personajes que pululan en la miniserie.
Por último, tras los tristes incidentes por los que pasaron los protagonistas de El Resplandor, Stephen King nos regaló un nuevo epílogo a su obra, esta vez mucho más alegre que el de la novela, si bien se dejó también para el final su característico elemento aterrador.
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Edición especial de la popular (en USA) TV GUIDE, que salió antes del estreno de la miniserie y que incluye un capítulo inédito de la novela, donde se cuenta parte del pasado del Hotel Overlook |