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Channel: El Cubil del Cíclope.
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¡Gatúbela hoy y siempre!

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    Hace rato que los cómics de DC Comics dejaron de ser una mera entretención infantil, al menos dentro de la continuidad oficial, pues hay uno que otro por ahí dirigido en exclusiva a los más pequeños.  Esto es porque desde los setenta del siglo pasado, sus historias abordan en profundidad temas escabrosos como la drogadicción, el racismo, la guerra y la prostitución, entre otros tópicos cargados de crítica y que mueven a la reflexión.  No obstante tuvieron que pasar décadas para que ello fuese llevado a expresiones más gráficas, en especial por medio de sus viñetas, de modo de dejar de lado la sugerencia, para ilustrar con mayores detalles la violencia de sus historias.  Es así como hoy en día buena parte de los títulos deceístas logran impactar a los lectores más sensibles por el nivel de hemoglobina, sexualidad y truculencia que se pueden hallar en sus páginas (y no me estoy refiriendo a su línea Vértigo, dirigida en exclusiva a un público con “criterio formado”).  El mejor ejemplo de todo esto vienen a ser las actuales aventuras de uno de sus personajes más emblemáticos, Gatúbela (Catwomam en la lengua de Shakespeare) y que ha inspirado el texto de hoy día.
    Gatúbela es tan antigua dentro de las historietas como el mismísimo Murciélago, puesto que tuvo su debut en el número 1 de la revista dedicada a Batman (1940).  Esta partió como la ladrona que gran parte conoce, obsesionada con las joyas, aunque no devota de matar e incluso con cierta atracción hacia el vigilante.  De este modo desde un principio quien en su faceta civil se llama Selyna Kyle, ha sido identificada como una mujer que se mueve entre los matices de la criminalidad y el heroísmo (o sea, sus pasiones más bajas y/o debilidades versus su conciencia y virtudes, como la gente común y corriente), con quien además en su constante atracción por el Señor de la Noche representa de manera muy especial el llamado juego “del gato y el ratón” (puesto que a lo largo de las múltiples representaciones de los encuentros entre ambos, es posible ver esta complicada relación de los dos, la primera como alguien al filo de la ley y el segundo como un representante de esta misma).  No obstante pese a los roces entre ambos, la pasión e incluso el amor que se tienen es evidente y ello lo han sabido cultivar con maestría cada uno de los distintos autores que han trabajado con estos dos.  Es así como durante la llamada Edad de Plata de los cómics (décadas cincuenta y sesenta) en lo que correspondía a Tierra-2 (unos de los mundos paralelos del Multiverso DC) Gatúbela dejó su carrera de ladrona y terminó casándose con su ex rival, teniendo ambos como hija a Helena Wayne, quien luego se transformaría en la Cazadora original.  Más recientemente durante lo que se llamó el periodo Post Crisis, luego del reseteo de DC Comics a partir de su famosa saga titulada como Crisis en las Tierras Infinitas (1985-1986), Batman le confesó su identidad secreta a Gatúbela tras los eventos de Silencio (2002-2003), ahora convertida en una gran aliada.
    Para ser sinceros, desde sus tempranos comienzos la Gata ha llamado poderosamente la atención de escritores, dibujantes y lectores (entre ellos un servidor, quien ya en su tierna infancia sentía predilección por esta misteriosa dama), acaparando espacio en las historietas y otros medios artísticos, ya sea en la televisión como en el cine.  En lo que a revistas se refiere, tras la reinterpretación realista que hizo de ella el afamado Frank Miller en su igualmente celebrada novela gráfica Batman: Año Uno (1988), de inmediato consiguió su primera miniserie un año después, hasta que luego tuvo ya su propia cabecera que duró años, partiendo con artistas de la talla de Chuck Dickson y Ed Brubaker, dos consagrados guionistas a cargo de ella. 
     En lo que corresponde a adaptaciones audiovisuales, en el clásico programa televisivo camp y paródico de la era “a-go-gó” con un Batman gordinflón y un Robin bastante crecidito (y a quien según cuenta la leyenda se le notaba demasiado el “paquete” de la entrepierna, razón por la cual debían tratar de enfocarlo de manera que no se le notaran sus “vergüenzas”), tres preciosas actrices la interpretaron, robándose la cámara con su sensualidad resaltada por los ceñidos trajes que usaban.  Largo tiempo tuvo que pasar para que una despampanante Michelle Pfeiffer la encarnara en el cine, gracias a la magia de Tim Burton en Batman Vuelve (1992), seduciendo más que nunca a los fanáticos de la antiheroína. Es cierto que en materia de cartoons, la dama en cuestión estuvo presente en varios títulos sobre Bruce Wayne y su alter ego, no obstante sus intervenciones no pasaron a más…Y entonces fue que aprovechando el éxito de los dos filmes sobre la franquicia batmaniaca hechos por Burton, se estrenó el longevo show para la pantalla chica conocido como Batman: Las Aventuras animadas(1992-1998), que ayudó como nunca a definir el carisma de Gatúbela para la audiencia masiva, como una mujer que sin ser malvada gusta de la acción y de vivir al borde de la ley, a la par de encontrarse ligada románticamente al Encapuchado.  Con posterioridad otras animaciones para la TV, The Batman y Batman the Brave and the Boldsiguieron usándola como personaje recurrente, siendo que lo más genial del último programa aquí mencionado, fue que usó como modelo a la Gatúbela de la Edad de Plata; de este modo la podemos ver usando uno de sus trajes de antaño y con una personalidad más acorde a aquellos tiempos (o sea, con una pizca de maldad, aunque siempre enamorada de su némesis).   El cine la tuvo como protagonista absoluta en su propia película (2004), una versión bastante libre del personaje y la cual no fue del agrado que digamos tanto para el público como para la crítica (de hecho está considerada entre las peores cintas de superhéroes).  Solo gracias a Christopher Nolan y el cierre de su trilogía dedicada al Caballero de la Noche, Gatúbela pudo regresar en gloria y majestad por medio del largometraje Batman Asciende.  Por último en cuanto a lo que se refiere a versiones audiovisuales sobre este personaje, hoy en día podemos encontrarla en una dimensión bastante distinta a la abordada con anterioridad: en la serie Gotham, donde Selyna es una adolescente que vive en la calle, roba para sobrevivir y es amiga de un también jovencísimo Bruce Wayne.

La mejor Gatúbela cinematográfica de todas: la de Michelle Pfeiffer (las otras no le llegan ni a sus largos tacos).
  
    Cuando los ejecutivos y creadores de DC decidieron volver a reiniciar su Multiverso, luego del evento Flashpoint(2011), Gatúbela fue uno de los personajes elegidos para conformar los llamados Nuevos 52, correspondientes a las 52 revistas que comenzaron desde cero las aventuras de un montón de personajes clásicos deceístas.   Fue así como en el guión quien  se encargó de esta nueva etapa suya correspondió a Judd Winick, autor considerado ente los grandes de la actualidad.  Este autor caracterizado por no temer a tratar temas candentes en sus trabajos, otorgándoles con ello un tono más maduro y serio que en el caso de muchos otros colegas suyos (abordando directamente la diversidad sexual, el SIDA, el rapto de menores de edad y otros), había trabajado con anterioridad en colecciones de prestigio dentro de la compañía, tales como el mismísimo Batman; donde realizó una de sus mejores historias con Bajo la Capucha Roja (2005-2006), resucitando al malogrado segundo Robin Jason Tood, sin duda un cómic que hizo historia y que inspiró una formidable película animada basada en tal arco argumental, guionizada por él mismo.  Igual de recomendables resultan sus aportes para los Outsiders, Linterna Verde y Flecha Verde, entre otros destacados títulos.  En el apartado visual estuvo Guillem March, dibujante español elogiado por las increíbles mujeres que diseña, de modo que era el nombre ideal para llevar a cabo la imagen renovada de Gatúbela.  Pues esta dupla durante un año completo, o sea en los primeros doce números de su revista, la actualizaron realizando una labor de primera (ECC recopiló para nuestro idioma en dos tomos dicho periodo, en dos preciosas ediciones que incluyen textos de apoyo y unos cuantos extras).   Tras la partida de ambos, Ann Nocenti tomó la batuta, acompañada de varios colegas más.
    En cuanto al cómic mismo de esta “nueva” etapa de Gatúbela (pues ya han pasado casi cinco años desde su relanzamiento), Winick decidió centrarse en la primera época de la antiheroína como tal, cuando ya ha decidido usar su ajustado (y sexy) traje para dedicarse a lo que más le gusta en la vida.  De este modo el tema de sus “orígenes secretos” no llega a ser revelado durante su periodo en la revista, si bien el escritor nos deja con una interesante pista al respecto: Selyna cuando era pequeña había sido raptada y nadie acudió en su búsqueda, de modo que al parecer fue ella misma quien tiempo después por sus propios medios logró zafarse de su cautiverio.  No obstante como bien queda claro al ver su conducta, ahora como mujer de poco más de veinte años, ello la marcó lo suficiente como para convertirla en alguien con sus propios demonios interiores, además de ser alguien para quien su libertad para hacer lo que quiera es algo casi sagrado (de ahí su intención de vivir al límite). Otro detalle significativo dentro de sus argumentos, viene a ser que para cuando se comienzan a contar sus aventuras, esta hace un tiempo que conoce a Batman, con quien ya mantiene una relación ambigua de atracción, aunque en esta ocasión quizás más tormentosa que nunca.  Es en el potente primer número de la serie, que sucede un episodio que causó controversia en su momento (y tal vez aún entre los lectores que lo leen por primera vez), puesto que las viñetas escenifican sin eufemismo un encuentro sexual entre los dos enmascarados, y de todo de una manera bastante salvaje, algo no esperado por los seguidores del Murciélago; no obstante esto enfatiza la naturaleza animal de ambos y la calidad de los sentimientos del uno por el otro (si bien ello va mucho más allá de la mera atracción física).  Bruce reaparece unas cuantas veces en estos cuadernillos e incluso llega a tener un gesto bastante considerado con la criminal, pues lleva rato sabiendo cuál es su verdadera identidad.  Por lo tanto el mayor justiciero de Ciudad Gótica, posee gran preeminencia dentro de esta última colección dedicada a la Gata.
    Dentro de la trama que realiza el guionista, se encuentran unos números dedicados a la primera gran saga del universo batmaniaco, La Noche de los Búhos, la cual se extendió por las cabeceras de todos los personajes ligados directamente al Señor Oscuro; no obstante estas entregas aun cuando no son deficientes, no corresponden a lo mejor de Winick para el personaje, ya que la verdad desde principio a fin la saga se encuentra llena de adrenalina y argumentos complejos.  Asimismo crea nuevos personajes de gran interés, entre aliados y villanos, algunos de ellos metahumanos con los que se cruza nuestra felina favorita para complicar más su existencia. Esta Gatúbela es en la práctica la misma que conocemos quienes la adoramos, ya que pese a que sus circunstancias han cambiado, sigue poseyendo esa personalidad encantadora, con buen humor lleno de picardía y un corazón de oro que la lleva a no negarle a los necesitados su protección. 
Varias Gatúbelas a lo largo de los años.
    Considerando la caracterización de Gatúbela que hace Winick, toman vital relevancia los temas de la responsabilidad y la culpa, de modo que el personaje se ve ante una encrucijada por salir adelante en medio de sus propias miserias.  La dama se equivoca una y otra vez, se deja llevar por sus impulsos y pese a que su inteligencia y habilidades son altas, como joven que es le falta experiencia, además de ser una esclava de sus instintos y/o emociones.  Por lo  tanto esta etapa de Winick/March, viene a ser una especie de narración acerca de la iniciación a la vida adulta y el crecimiento personal.  Cabe destacar además el sentido literario que le otorga aquí el guionista a su trabajo, puesto que incluye una narración en primera persona, venida de la propia mente de Gatúbela, de modo que nos es posible conocer sus pensamientos y así adentrarnos mejor que nunca en su punto de vista.  A su vez los títulos de cada entrega, están sacados de algunas palabras claves del propio discurso de la protagonista a lo largo de las páginas.
    Quiero terminar con un recuerdo del año pasado ligado a Gatúbela misma.  En diciembre se celebró un evento en la Biblioteca de Santiago, llamado Marvel versus DC, con dos días dedicados a los universos de ambas casas editoriales.  Pues no vacilé en llevar a mi sobrinito Amilacar, quien tan solo a sus seis añitos de vida comparte con su tío que lo adora estas ficciones.  Pues el día domingo de ese fin de semana giró en torno a DC y cuando se estaba efectuando el concurso de cosplayers  (gente disfrazada de sus personajes favoritos, por lo general con trajes hechos por ellos mismos), el animador invitó a salir adelante a nada menos que un “Gatúbelo”, quien no se había inscrito para la competición, pero que ante lo espectacular de su atuendo merecía sin duda estar junto a los concursantes.  Ovacionado por los asistentes el Gatúbelo salió adelante y en verdad su traje y simpatía se ganaron el aprecio de todos; el tipo no era un hombre travestido, si no que era la versión masculina del personaje (con barba “candado” incluida) que con según sus propias palabras lo identificaba.  Cuando le tocó presentarse y posar frente a las cámaras, realizó la postura característica de la Gata y ello fue en verdad genial.  Finalmente consiguió el primer premio, pese a que nunca su intención fue ingresar al certamen.  Al dar su discurso de agradecimiento me gustó mucho lo que dijo:

    “Es bueno que existan  instancias como esta, a través de las cuales quienes gustan de este tipo de obras puedan reunirse y divertirse juntos ¡Viva la diversidad!”.

    Los aplausos se escucharon con muchas ganas y el verdadero sentido de la propuesta estética del ganador y sus palabras quedaron más que claros, sin producir incomodidad alguna.  Ello me hizo muy feliz.
      Solo lamento que Amilcar y yo no nos hayamos sacado fotos con Gatúbelo. 



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