I.
Para comenzar.
Desde Los Altares de la Locura
(2019), que mi amigo el escritor Miguel Acevedo no publicaba un libro. Hace rato que tenía la intención de sacar un
volumen de cuentos de terror, pero la pandemia y otros azares del destino
atrasaron sus planes y recién en julio de este año apareció su cuarto libro: Los
Sicarios Nocturnos y otros relatos.
Esta es la segunda vez que Miguel ve publicada su narrativa, luego de su segundo trabajo, Espejos(2016), compartido en conjunto con Pía Correa (Cartelera de Cine, 2015, su opera prima, está compuesta de crónicas literarias y el mentado volumen, el tercero de su bibliografía, corresponde a ensayos). Pese a lo anterior o debido ya a su experiencia en las publicaciones, este es un libro mucho más maduro, más complejo, en el que Miguel da rienda suelta a su amor por las temáticas tenebrosas, recogiendo su devoción por grandes autores que le han precedido e inspirado y los recuerdos de infancia y juventud, junto a su mirada crítica a la sociedad chilena, todo en una interesante mezcla que nos regocijará el corazón con sus lecturas.
El tomo se encuentra dividido en tres secciones, cada una con su propia identidad, que es mejor descubrir por uno mismo (tal como lo he hecho yo, con gratos resultados, puesto que escribo estas palabras SOLO después de haberme escrito todos estos cuentos) su intencionalidad.
La edición del libro en sí es mucho más cuidada que los demás trabajos de Miguel, puesto que se trata de un formato más atractivo a la vista y de mayor calidad para su manipulación y conservación. La portada es bellísima, evocadora y representativa de varias de las historias que encontraremos en sus páginas, incluyendo unas ilustraciones simbólicas que separan sus tres secciones, muy a tono con estas narraciones y el pasado compartido de esas cuidadas imágenes que encontrábamos en los libros de antaño. También me gustan sus solapas, su tamaño adecuado que permite llevarlo con comodidad en algún bolsillo de la chaqueta (en especial si andas abrigado y el clima te acompaña para disfrutar de estas piezas literarias en días grises, fríos y lluviosos o noches calentito dentro de tu cama, mientras afuera el invierno aún persiste). El tono amarillento de las hojas y la tipografía usada, que más encima los párrafos no van "justificados", nos trae a la memoria esos mismos libros que gente como el propio Miguel y sus amigos, comprados en ferias, persas y "librerías de viejos", buscamos con tanto afán para sumarlos a nuestras valoradas colecciones. El título del tomo, en amarillo y con letras tipo "siniestro", sumado a la ilustración de la portada, me trae a la memoria el afiche de La Casa Cercana al Cementerio de Lucio Fulci, realizador y peli a los que tanto adora Miguelito (¿casualidad solamente?).
Por último, antes de visitar con Miguel sus propios terrores, cabe mencionar que no solo de ñoñerías vive el hombre; puesto que este también ama la poesía y en ese sentido le hace un homenaje a otro de sus maestros, Pablo de Rokha (en mi próxima entrevista, le pediré que nos cuente de este detalle suyo).
Presten atención a estas 168 páginas muy recomendables, que con dificultad no habrá más de un relato que los conmueva.
Esta es la segunda vez que Miguel ve publicada su narrativa, luego de su segundo trabajo, Espejos(2016), compartido en conjunto con Pía Correa (Cartelera de Cine, 2015, su opera prima, está compuesta de crónicas literarias y el mentado volumen, el tercero de su bibliografía, corresponde a ensayos). Pese a lo anterior o debido ya a su experiencia en las publicaciones, este es un libro mucho más maduro, más complejo, en el que Miguel da rienda suelta a su amor por las temáticas tenebrosas, recogiendo su devoción por grandes autores que le han precedido e inspirado y los recuerdos de infancia y juventud, junto a su mirada crítica a la sociedad chilena, todo en una interesante mezcla que nos regocijará el corazón con sus lecturas.
El tomo se encuentra dividido en tres secciones, cada una con su propia identidad, que es mejor descubrir por uno mismo (tal como lo he hecho yo, con gratos resultados, puesto que escribo estas palabras SOLO después de haberme escrito todos estos cuentos) su intencionalidad.
La edición del libro en sí es mucho más cuidada que los demás trabajos de Miguel, puesto que se trata de un formato más atractivo a la vista y de mayor calidad para su manipulación y conservación. La portada es bellísima, evocadora y representativa de varias de las historias que encontraremos en sus páginas, incluyendo unas ilustraciones simbólicas que separan sus tres secciones, muy a tono con estas narraciones y el pasado compartido de esas cuidadas imágenes que encontrábamos en los libros de antaño. También me gustan sus solapas, su tamaño adecuado que permite llevarlo con comodidad en algún bolsillo de la chaqueta (en especial si andas abrigado y el clima te acompaña para disfrutar de estas piezas literarias en días grises, fríos y lluviosos o noches calentito dentro de tu cama, mientras afuera el invierno aún persiste). El tono amarillento de las hojas y la tipografía usada, que más encima los párrafos no van "justificados", nos trae a la memoria esos mismos libros que gente como el propio Miguel y sus amigos, comprados en ferias, persas y "librerías de viejos", buscamos con tanto afán para sumarlos a nuestras valoradas colecciones. El título del tomo, en amarillo y con letras tipo "siniestro", sumado a la ilustración de la portada, me trae a la memoria el afiche de La Casa Cercana al Cementerio de Lucio Fulci, realizador y peli a los que tanto adora Miguelito (¿casualidad solamente?).
Por último, antes de visitar con Miguel sus propios terrores, cabe mencionar que no solo de ñoñerías vive el hombre; puesto que este también ama la poesía y en ese sentido le hace un homenaje a otro de sus maestros, Pablo de Rokha (en mi próxima entrevista, le pediré que nos cuente de este detalle suyo).
Presten atención a estas 168 páginas muy recomendables, que con dificultad no habrá más de un relato que los conmueva.
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Miguel firmando su libro el día de su lanzamiento "no oficial" |
Homenaje de Miguel a uno de sus textos de ficción de cabecera, llevando a las calles santiaguinas el Horror Cósmico de los Mitos de Cthulhu.
Tal como quedó el cuento, dan ganas de saber qué pasó después.
Lo sorpresivo del final es lo mejor de este cuento y que introduce el tema del amor imposible, a un volumen mayormente marcado por los horrores de todo tipo.
Un cuento tanto acerca de un futuro cercano y muy probable que pudiéramos llegar a vivir, como acerca de la intensa conexión con nuestras mascotas (el escritor es un empedernido amante de los michus).
Como en otros textos del libro, se evidencia el aprecio del autor por sus maestros escritores (como August Derleth y Hal Clement), destacando que le haya dedicado tiempo al autor chileno, coetáneo y amigo suyo Teobaldo Mercado.
En lo que va del libro, se nota la predilección del autor por Lovecraft, pero este es, sin dudas, es la narración en la cual se nota mayormente su influencia y la intención de homenajearlo. En cuanto al final, lo encontré confuso y hubiese preferido tuviera mayor desarrollo la historia, que bien merecía más tiempo.
Como dato anecdótico, el título del cuento en el índice aparece mal escrito y la coma antes del vocativo no se encuentra; de modo que el sentido original de su nombre se pierde y tuve que preguntarle a su propio autor cuál era la versión real (y mis sospechas estaban claras).
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La dedicatoria a mi ejemplar. |
El comienzo de todo, con el protagonista despertando luego de un largo periodo y entrando a una realidad nueva y aterradora, en la cual el mundo ha dejado de ser lo que era, recuerda a la película 28 Días Después y a al cómic The Walking Dead (como a su serie) ¿Un detalle hecho a propósito por el escritor?
Una mujer busca a su pareja desaparecido, quien andaba investigando ciertas creencias de la zona; es cuando se cruza con el origen de los rumores que circulan alrededor.
Primer relato en tener de protagonista a una mujer y, a mi humilde parecer, mucho mejor logrado que el anterior, así como el más sobresaliente en lo que va del libro.
Dos hombres trabajan para fuerzas poderosas sobrenaturales, de modo que el texto nos cuenta de uno de sus encargos.
Mi memoria no es buena y creo haber leído este trabajo hace mucho, mucho tiempo, que al menos si puedo decir que dicha obra llevaba en su título la palabra en cuestión (¿Tal vez una primera versión de texto que ahora revisamos?).
La historia en pocas palabras: El encargo de un "sicario" de parte de sus jefes brujos, si bien en este relato se maneja más el elemento sorpresa que en el anterior y muchos más resto del libro.
Por otro lado, algo que me llama la atención, es que mezcla brujería con tecnología, fusión a la que el especialista Miquel Barceló llamó tecnochamanismo... Y es que esta característica abunda en la ficción de otro autor chileno, Jorge Baradit, a quien desprecia bastante Miguel; por lo tanto, quisiera saber qué tanto intencionó dicho elemento para su cuento.
Primera pieza de la colección con uno que otro rasgo gore y algo de erotismo.
En el cuento, un nuevo Sicario no está contento con los resultados de su última misión y debido a ello decide tomar cartas en el asunto, aunque signifique dejar de lado su sistema de vida hasta ahora.
Por último, vuelve a quedar de manifiesto el amor del artista por el balneario de Cartagena, donde una vez más ambienta su narrativa, sitio que marcó sus doradas infancia y adolescencia.
Esta vez Miguel usa las mayúsculas para designar a ambos bandos, si bien no de manera tal como yo mismo los llamo en el apartado anterior.
El final, tal como en el caso del cuento que le precede, es demasiado abrupto y Miguel nos deja otra vez con ganas de más, de saber con lujos de detalles el panorama de la acción que se nos promete.
A ver si a futuro el camino de Gabriel se une al de Ismael y Daniela, lo que daría sus estupendos frutos.
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Miguel y yo. |
El autor abandona por ahora el elemento sobrenatural y terrorífico, para mostrarnos a los monstruos reales de la pobreza, la indiferencia y la soledad.
No sabemos cómo terminará esta historia, sin con horror o dicha... El final puede resultar decepcionante a muchos, demasiado abrupto, aunque hay que recordar que los textos del libro tienden a ser breves y no dan mucho espacio a desarrollar en profundidad los acontecimientos; por lo tanto, el desenlace puede verse como algo en sintonía con lo que hemos podido apreciar del escritor, quien ahora nos muestra a personajes sumidos en la miseria "real" y por eso la actitud tan patética del protagonista.
Extrapolación social, algo ya abordado en los otros tres textos que comprenden esta última parte del libro, se fusiona con el Horror Cósmico que tanto fascina a Miguel (y a sus amigos). Un cierre maravilloso para un tomo que me ha sido una grata sorpresa, en especial cuando su autor comenzó a conectar los relatos entre sí.
Por cierto, tanto hablar de la escritora Sara Crowley a lo largo de estos cuentos y por fin nos da Miguel algunas luces de su obra (que de su vida nada sabemos... ¡Por ahora!).
Predomina el horror sobrenatural y cósmico en estas obras, por inclinación personal del autor, si bien no podía faltar su homenaje a los zombies, otra temática que adora Miguel.
La mayoría de los relatos son lo suficientemente cortos, como para leerse en un santiamén; por mi parte, creo que los más logrados de la selección son los que consiguen mayor longitud, en los cuales el artista puede demostrar más sus virtudes narrativas.
En cuanto al estilo de estos textos, me doy cuenta que no nos da noticias sobre el aspecto físico de sus personajes, ni tampoco ahonda mucho en su pasado o trabaja mayormente su psicología. Teniendo en cuenta lo anterior, estos cuentos tratan más de situaciones extraordinarias y sensaciones, que de personajes potentes y bien caracterizados. Asimismo, uno de los fuertes del libro, es la creación de un universo propio, con sus reglas, inspirado en la literatura lovecrafniana tan reverenciada por el autor.
Esperaré con ansias el próximo trabajo de mi amigo y mientras guardo este junto a otros preciados títulos, sin dejar de pregonar a todos lados sus virtudes.