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Lo que pasó antes.


     La bizarra, rupturista y popular serie de televisión de Twin Peaks,había sido cancelada antes de cerrar el resto de los arcos argumentales, que desarrolló tras resolverse el misterio de la muerte de Laura Palmer; fue entonces que su co-creador, David Lynch, nos sorprendió al año después de su término con una maravillosa película y a manera de precuela de los eventos de su programa.  Es así que Twin Peaks: Fire walk with me (1992, Picos Gemelos: El Fuego camina conmigo), nos cuenta los eventos previos a la muerte de la malograda muchachita, de modo que vamos siendo testigos de cómo esta va cayendo en el vórtice que la lleva a ser víctima de una fuerza maligna superior y cómo se van disponiendo las fichas para ello; por lo mismo, el buen cineasta comienza incluso con el caso previo al de Laura, el de Teresa Banks, de quien oímos hablar los que disfrutamos del show y que ahora nos enteramos que está mucho más ligado a la posterior mártir.
    El ingenio de Lynch se volvió a adelantar bastante una vez más a su época, puesto que cuando realizó esta producción aún faltaba un resto de años, para que nos acostumbráramos al concepto de precuela, el que todavía no se introducía de en ideario popular y en el lenguaje cinematográfico (en todo caso este ya tenía unos cuantos antecedentes fílmicos aislados y bien provenía más del campo de la literatura ñoña, pues el término se acuñó a raíz de una novela de ciencia ficción de James Blish) y ya luego con el estreno del Episodio I de Star Wars, La Amenaza Fantasma (1992), vendrían a aparecer otras historias de este tipo… Aunque antes de todas ellas (unas muy buenas y otras decepcionantes), estuvo esta película que hoy nos reúne y que es todo un placer, no solo para los huérfanos de la citada serie, sino que para los seguidores de su realizador y los amantes del buen cine en general (y más si gustan de mezclas tan extravagantes donde el terror, el policial, la comedia absurda y el surrealismo se unen, para entregarnos a personajes de lo más curioso, algo que a Lynch le resulta tan bien).
    Uno de los puntos destacados de este título, viene a ser que nos encontramos con la mayoría de los personajes que se robaron nuestro corazón, comenzando por el buen agente Cooper (un tipo noble como los que nos gustaría encontrar en la vida real) y a ellos se suman la de talentos que se unen al equipo de actores que ya conocemos.  Aquí hayamos a estrellas de la talla de Kiefer Sutherland (¡Guapisimo!), David Bowie (¡Ídolo!), acompañados de Chris Isaak y de veteranos ya con renombre como Harry Dean Stanton y Jürgen Prochnow; cabe mencionar que los dos últimos en pequeños papeles y más como favor/amistad a Lynch, puesto que habían tenido incursiones para su cine en piezas anteriores.
    Todos los otros actores que aparecen aquí repiten sus papeles, si bien una de ellas y que tiene un rol bastante relevante, Lara Flynn Boyle, quien hacía de la mejor amiga de Laura Palmer, no quiso participar ¿La razón de ello? Las atrevidas escenas de sexo que aquí vemos, que más encima son realizadas por sujetos que se suponen son menores de edad y que sirven para mostrarnos en toda su crudeza la doble vida de la protagonista.  Y en cuanto a esta última, la preciosa Shery Lee, logra darle unos matices increíbles a su conflictuado personaje, acompañada por un guión solvente y que la convierte en toda una víctima propia de tragedia griega.
     Hay muchos momentos inolvidables en este filme que, sin dudas, se encuentra entre lo más granado de la década. Cabe mencionar que la música, una vez más, estuvo realizada con mucha emotividad por Angelo Badalamenti, quien recreó su hermoso tema principal y volvió a trabajar con Julie Cruise, quienes nos vuelven a dar una nueva canción hermosa y que disfrutamos durante uno de los momentos más visualmente mágicos de esta obra.  La verdad es que tal como se dijo, tenemos mucho para deleitar nuestros sentidos con la presente producción, considerada como uno de los aportes más significativos de su responsable al séptimo arte. No es un largometraje para el público masivo, pero su calidad es innegable y por ello tanto los amantes de Twin Peaks como los espectadores más exigentes y sensibles la adoran.
    Para terminar, por motivos ajenos a David Lynch, este tuvo que cortar más de una hora de metraje a su cinta; varias de estas escenas bastante significativas, divertidas y que contaban con la labor de muchos de los actores que salieron en la tele, aunque en la versión para el cine nunca pudimos ver.  Fue así que, respondiendo a la solicitud de sus seguidores, el director las “rescató” e hizo un cuidado trabajo de montaje y remasterización, lo que luego fue lanzado bajo el nombre de Twin Peaks: Fire walk with me, the missing pieces (2014).  Se trata de una hora y media que nos devuelve una vez más a todos esos personajes que tanto queremos, dándonos datos de relevancia para comprender mejor el drama de Laura Palmer y los suyos, así como para hacernos sonreír en más de una ocasión.

                                 
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