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¿Novela feminista chilena solo para mujeres profesionales cuicas?



1- Primeras palabras.

    En Chile o más bien en el español de Chile, una persona “cuica” es alguien que no solo es adinerado, sino que proviene de una familia de rancia alcurnia, con generaciones a cuestas de gente acostumbrada a una vida llena de lujos y perteneciente a la elite de la comunidad; esta gente además acostumbraría, en la mayor parte de los casos, a mirar en manos a otras clases sociales y en especial a los de la “clase media ascendente”, por considerarlos arribistas y mucho peor a aquellos de nivel socioeconómico más bajo.  Se supone se trata de gente preocupada por las apariencias, la alcurnia y que hablan, como se comportan, de forma “afectada”; además no solo se preocupan por vestir con las mejores marcas, sino que cuidan de su apariencia externa, que los diferencia de los “rotos” que supuestamente por mucha plata que gasten en vestirse bien, se les notaría de inmediato su procedencia más humilde…Y, por cierto, si no son profesionales universitarios, al menos tienen tanto dinero que o si no son dueños de tierras, que les dan grandes divisas económicas, al menos poseen empresas o bien trabajan para sus padres y otros familiares que los han acomodado en los mejores puestos.  Teniendo en cuenta esto, el término cuico tiene un sentido más bien peyorativo, que a veces no se aplica no solo a las personas, puesto que puede utilizarse para designar a objetos o situaciones (ejemplos: El auto cuico o qué cuico el instituto donde estudias).
     El párrafo anterior sirve para contextualizar algunos de los comentarios y parte del análisis del libro que hoy nos reúne: Nosotras que nos queremos tanto, la ópera prima de mi compatriota Marcela Serano.  La verdad es que fue una segunda  lectura de dicha obra, luego de 15 años de mi primer encuentro con sus páginas, lo que me ha llevado a plantearme estas ideas y/o interrogantes...Una segunda mirada, más cuando se ha experimentado más y ya no se es tan ignorante como antes, redefiniéndose ciertos rasgos en uno y naciendo nuevos aspectos en lo que concierne a nuestra evolución personal; esto último, puede hacer que descubramos nuevas cosas en aquello que nos cautivó en otro momento, incluyendo que ahora veamos con otros ojos dicha obra...y eso es lo que me pasó con este libro, algo que no puedo dejar de compartir con ustedes.
      Pero antes de dar paso a todo esto, mejor contarles algo de su autora y de qué trata el libro ¿No les parece?


2- Marcela Serrano.

    Nacida en 1951, es una escritora "tardía", puesto que sacó su primer libro a los 40 años, siendo que supuestamente en su juventud escribió varias obras, pero ninguna la satisfizo y se deshizo de ellas (o tal vez las olvidó por ahí). 
     Proveniente de una familia acomodada, vivió una existencia regalada hasta que el Golpe Militar de Pinochet le cambió la vida y se tuvo que ir al exilio, donde conoció por vez primera unas cuantas privaciones, lo que de seguro la humanizó (y de paso le dio las herramientas vivenciales y emocionales, como para luego volverse una destacada autora).  Regresó a su patria mucho antes del término de la dictadura, terminando de ese modo sus estudios universitarios en la Universidad Católica (centro de estudios donde los cuicos, acostumbran matricularse para conseguir una carrera…otro ejemplo de su faceta de los rasgos autobiográficos que se evidenciarán en el libro que hoy revisaremos).  En todo caso, considerando que pese a su origen acomodado y que la acercaba a la oligarquía tradicional chilena, puede afirmarse sin tapujos que fue valiente de su parte haber optado por seguir los ideales de izquierda y más todavía abrazando las consignas del Partido Comunista; siendo que más encima como miembro del PC, se atrevió a volver a su país cuando era muy peligroso para su gente, vivir en territorio nacional y donde Pinochet y los suyos, no temían en hacer “desaparecer” a sus enemigos.
    Asimismo, convertida ya una escritora consagrada, no dejó de estar ligada al ámbito político de izquierda, cuando volvió la democracia y la izquierda lideró al país por más de una década seguida; casándose en tercera nupcias con un diplomático chileno y siempre dejando claro de manera pública su defensa de los derechos civiles y feministas.
    La publicación de Nosotras que nos queremos tanto,le concedió nada menos que el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (que no hay que olvidar que el nombre de dicho galardón, proviene de la escritora mexicana de los tiempos de la Colonia y que fue la primera autora feminista del llamado Nuevo Mundo) en 1994, o sea, 3 años después de editarla.  Debe saberse que esta obra tuvo su adaptación teatral llevada a cabo en nuestro país.
    No muy prolífica, que a la fecha “solo” tiene 13 libros publicados, ha incursionado tanto en la novela, como en la narrativa breve por medio de cuentos (Un Mundo Raro, 2000 y Dulce Enemiga Mía, 2013) y en los subgéneros de la literatura infantil (El Cristal del Miedo, 2002 e ilustrado por su hija) y el policial (Antigua Vida Mía, 1995).
     El libro Antigua Vida Mía tuvo su adaptación cinematográfica en 2001, por el director argentino Héctor Olivera y con destacadas figuras internacionales en su elenco, entre ellas Cecilia Roth y Ana Belén.


3- La novela.

     Cuatro amigas del alma se reúnen durante unos días veraniegos para pasar juntas en un lugar idílico, en el sur de Chile, su país, y así relajarse poniéndose al día sobre lo que ha sido de cada una de ellas, como también recordando tanto su vida juntas, como el de su pasado desde antes que se conocieran; de paso entre sus conversaciones y remembranzas, aparecen las figuras de otras mujeres con las cuales sus destinos se han cruzado.  Todas ellas son personas “hechas y derechas”, la mayoría casadas y con hijos, profesionales muy bien posesionadas gracias a sus múltiples talentos y ahora dispuestas a contribuir al renacer político y social de su país que está comenzando la transición, luego de más de una década de dictadura militar de derecha.
     A lo largo de sus más de 300 páginas vamos conociendo a estas protagonistas desde su infancia, pasando por su adolescencia, juventud y adultez, en lo que la intimidad personal se une a la historia del país que les vio nacer y crecer.  Su destino como mujeres posesionadas de su independencia como personas, muchas de ellas superando el recio patriarcado imperante en sus propias familias e incluso entre los supuestos hombres liberales con quienes se unen una vez ya mayores, va siendo retratado a través de varios relatos que ilustran muy bien lo que significa ser mujer en tales en circunstancias y los periodos históricos por los que estas van pasando; hay historias en verdad conmovedoras, donde la amistad entre mujeres, las convicciones políticas, el amor de familia y la necesidad de realizarse personalmente, vienen a ser algunos de los puntos fuertes de esta obra.

4- Impresiones personales.

     No voy a negar la calidad literaria de este texto, aunque debo decir en varios momentos de mi segunda lectura me estuve aburriendo y solo quería terminar el libro de una vez ¿Por qué razón digo esto? Pues, porque tal como ya me atreví a adelantar a través del nombre que el puse a esta crítica y al primera párrafo con el que comencé todo, en determinado momento de mi reencuentro con esta obra, me pareció que se trataba de una novela escrita por una “mujer para otras mujeres” y más encima no para cualquiera de su género, sino que tal como me referí al principio para “cuicas”, que tal tipo de gente son en su mayoría los personajes que aparecen a lo largo de ella: profesionales universitarias, que si bien no dejan de ser admirables en su lucha diaria para ser felices, prácticamente solo sociabilizan con sus pares y tienen una vida llena de comodidades, viajes al extranjero, con varios autos de los que son dueñas y tienen mínimos un par de empleadas “puertas adentro”…De este modo, un hombre como yo, en esos aspectos bien poco se puede sentir identificado con gente así, por mucho que el libro aborde temas universales como el derecho a la libertad y la fraternidad, por no mencionar que tal vez otras mujeres que no pertenecen a ese mundo, poco pueden entusiasmarse con una trama con tales características.
    La sofisticación de las mujeres que pululan a lo largo de Nosotras que nos queremos tanto,se evidencia a lo largo de sus conversaciones, todas ellas dirigidas por féminas intelectuales representativas del empoderamiento femenino. Sin embargo, por mucho que estas triunfadoras representen a ese grupo de damas líderes de la comunidad, también se nos deja claro que aún ellas siguen expuestas a la estupidez machista y en especial con sus maridos, que tal como se nos deja claro en muchas ocasiones, no las consideran realmente sus pares y muchas de ellas, pese a todo, siguen esclavizadas a su vida de dueñas de casa con la monotonía del día a día (la violencia implícita, escondida detrás de los actos de estos verdaderos trogloditas disfrazados de caballeros exitosos, es pavorosa) y todo ello nos lo retrata la Serrano de forma exquisita, a veces con un humor negro que impacta…La verdad es que en general los hombres como género, quedamos bien representados tan solo por un personaje masculino en toda la novela, que el resto o solo aparece de forma anecdótica o son un muestrario de ese patriarcado retrógrada: la sensibilidad y la verdadera amistad, como la comprensión y el cariño puramente podemos encontrarlo en el libro entre sus protagonistas; de ese modo para la mayoría de los “machos alfas” que aquí salen el sexo con su pareja no es verdadera compenetración, sino solo penetración y de ese modo vemos a lo largo de este libro a varias mujeres insatisfechas sexualmente; que aquella de las amigas que más disfruta del coito, es solo la única que se ha negado a casarse y mantiene varios amantes, algo así como que se hubiese “masculinizado”, mientras que en un pasaje de la novela parece la opción del lesbianismo como una respuesta para olvidarse de la ineptitud erótica viril (en cambio con la homosexualidad masculina la Serrano pareciera pecar de intolerante, que cuando esta aparece en el texto también la trata como otra ofensa del macho hacia la mujer).
     Por otro lado, no falta el erotismo en el texto, así como la crítica incluso al Partido Comunista, que ya por medio de otros intelectuales de izquierda chilenos, como lo hicieron en su momento Roberto Ampuero y Pedro Lemebel, nos demuestra que la intolerancia y los dogmas ciegos abundan en todas partes. 
     Un primo muy querido, Pablo Fuentes Jiménez, me dijo cuando leyó mi post sobre Lluscumade Jorge Baradit, que los escritores nacionales explotaban demasiado el tema de la dictadura, algo que ya era hora dejaran de abusar (bueno, más o menos esa era la idea en su discurso) y a lo que yo le contesté que eso era evidente, puesto que estamos hablando de algo que nos marcó demasiado y cuyos protagonistas aún siguen vivos…Pues cuando pienso en esto me doy cuenta que así es, que dentro de los últimos libros que he leído este tiempo, la obra de Marcela Serrano viene a ser el cuarto que trata de una manera u otra dicho episodio nacional y sus consecuencia (y tan solo llevo 5 leídos desde que me dediqué en exclusiva a repasar solo a compatriotas míos).  Pero algo que le celebro a esta novela en particular, es que aparte de abordar también aquellos años de terror, debido a la época en la que fue escrita, nos ayuda también a conocer cómo fueron aquellos del regreso a la democracia  y de la lucha de quienes permitieron que el país retomara su camino hacia el progreso.

5- Palabras finales.

     Para conocer y disfrutar en verdad la literatura de Marcela Serrano, la verdad es que no recomiendo este libro, a menos que se quiera recorrer por entero su narrativa y/o quien pretenda leerlo cumpla con al menos el hecho de ser mujer e intelectual más encima (perdonen si les parece muy sexista mi opinión, sin embargo para qué me voy a autocensurar).  Respeto a la autora y espero retomar sus otros trabajos a futuro, que estoy seguro luego mejoró bastante con sus siguientes narraciones y entre ellas muy buenos recuerdos tengo de su segunda novela, Para que no me olvides (1993) y su díptico de “cuentos mexicanos” Un Mundo Raro (2000, verdaderas joyitas que di a leer a mis alumnos la década pasada y que encuentro soberbios). 
     A ver si alguien comparte conmigo sus propias impresiones sobre este libro.
     Hasta la próxima.



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