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Channel: El Cubil del Cíclope.
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Un nuevo triunfo para Los Vengadores.

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     Se acaba de estrenar la esperada segunda película que reúne una vez más a los superhéroes del llamado “Universo cinematográfico Marvel” y tal como era de suponer ante tanto talento reunido, el nuevo filme ha sido todo un éxito y bien muchos afirman sin vacilaciones que Los Vengadores: La Era de Ultron es lejos superior a su predecesora.  Decir esto no es algo gratuito, ni producto solo del fanatismo de los millones de fanboys y fangirls a lo largo del mundo, sino que responde a la sabia decisión de mantener a lo largo de los años desde que se inició este proyecto, a los mismos carismáticos personajes que forman parte de este grupo (Hulk, Iron Man, Thor, Viuda Negra, Capitán América, Ojo de Halcón y Nick Fury), a la par de contar con actores de prestigio interpretándolos (tan solo volver a ver al querido Samuel L. Jackson haciendo del líder de SHIELD y a Robert Downey Jr. una vez más como Tony Stark/Iron Man, resulta toda una delicia para los sentidos).  A su vez volvieron a utilizar a varios de los secundarios de peso, que fueron apareciendo paulatinamente mientras se iban estrenando las películas anteriores, como la preciosa agente María Hill y los más que interesantes superhéroes de raza negra War Machine y Falcon (y tampoco se puede dejar de mencionar al científico amigo de Thor, que por cuarta vez es usado en la saga).  No obstante un detalle que no se puede dejar de lado para explicar el éxito de esta secuela, es el hecho de que tal como fue con la primera cinta de los “héroes más poderosos de la Tierra”, Josh Wheddon una vez más estuvo tras las cámaras y en el guión, quien se esmeró más que nunca en entregar un producto final que lograra fusionar la entretención más pura, con una historia de peso y llena de algunos de los mejores diálogos de todo este universo ficcional cinematográfico.
     Si la anterior entrega de Los Vengadoresse inspiraba bastante en la primera gran aventura de este equipo, con dibujo del maestro Jack Kirby y el guión de una leyenda viviente como es Stan Lee, de modo que en ella se actualizaba la casi unión forzada de sus integrantes para defender al planeta de la amenaza de Loki, esta segunda parte trata ya acerca de la consolidación del grupo, una vez que cada uno de sus integrantes han aprendido a trabajar juntos (así como a respetar sus individualidades y mañas, llegando a convertirse no solo en compañeros, sino que también en verdaderos amigos). Siendo el llamado “Rey de las Mentiras” quien sin querer fue el responsable de que se formara esta agrupación, en esta ocasión era de suponer que sería otro gran villano marvelita, la mente maligna tras los eventos desafortunados que tendrían que contrarrestar nuestros amados superhéroes.  Es así como este “nuevo” malhechor debía ser otro personaje ligado profundamente a la historia de los cómics de Los Vengadores y quien mejor que la amenaza de Ultron, inteligencia artificial que en más de una ocasión ha destacado en las historietas, debido al peligro que implica su mente privilegiada y xenófoba (Ultron es un claro enemigo de toda vida orgánica, en especial de los humanos, siendo que fue creado por uno de los nuestros).  Ahora bien, originalmente Ultron nació como producto de los experimentos de Hank Pym, más conocido como el Hombre Hormiga (entre otros alter egos que ha tenido el personaje), pero como este científico solo dentro de poco estrenará su propia película y hasta el momento no ha aparecido en esta serie de largometrajes, se tuvo la genial idea de hacer que fuese Tony Stark su creador.  De este modo si fue la “magia” el poder al que se enfrentaron los protagonistas en su debut como equipo, esta vez le correspondió defender al mundo de los habituales efectos nocivos que muchas veces traen la ciencia y la tecnología humana, cuando se usan de forma irresponsable (y egoísta).  Por lo tanto tal y como promete la corta escena entre los créditos finales de esta cinta, la próxima aventura tendría que hacer que Los Vengadores ahora batallaran contra un mal de tipo alienígena (bueno, los chitauri de la primera película eran sin duda extraterrestres, pero ahora se estaría hablando de que el “gran enemigo” corresponde sin duda a una inteligencia cósmica, a diferencia de esta mencionada raza que cumplía en la trama más bien un mero rol de peones y de carne de cañón).

     Tratándose de una obra acerca  de una comunidad de distintos individuos diferentes, trabajando juntos en pro de un bien común y respondiendo a las tendencias propias de los cómics de superhéroes, era de suponer que llegara sangre nueva a sus filas.  De este modo los responsables de seguir armando esta super trama marvelita cinematográfica, decidieron traer desde las páginas de la Casa de las Ideas, a 3 nuevos personajes de destacado papel dentro de los cómics de Los Vengadores.  En primer lugar gracias a esta cinta fue posible encontrarnos (o más bien “reencontrarnos”) con dos ex villanos mutantes, que por años en las historietas pertenecieron nada menos que a la infame Hermandad de Mutantes Diabólicos, de modo que en un principio fueron acérrimos rivales de los X-Men; luego tras el típico proceso de redención de muchos criminales superpoderosos, dejaron el camino del mal y se unieron a los Vengadores, convirtiéndose en unos de sus miembros más emblemáticos de algunas de sus antiguas formaciones: les estoy hablando de los hermanos Wanda y Pietro Maximoff, conocidos también como Bruja Escarlata y Quicksilver.  Por otro lado, la incorporación de la Bruja Escarlata a esta hueste, logró que la sexy Viuda Negra dejara de ser la única dama en el equipo.  Ambos hijos de nada menos que de Magneto, ya habían salido en otra encarnación en la cinta del año pasado X-Men: Días del Futuro Pasado, interpretados por otros actores, mas por un tema contractual de Disney y Fox (las dos empresas dueñas de los derechos de estos personajes para el cine), en ninguna de estas dos películas han sido llamados con sus nombres de guerra, pues además ambas obras salvo su origen comiquero, nada tienen que ver entre sí.   El otro gran superhéroe que aquí hizo su debut corresponde nada menos que al “hijo” de Ultron, otra inteligencia artificial, aunque por completo benigna: Visión.  Bien se podría decir que desde su inesperada entrada en la trama, más bien a partir de su “nacimiento”, el personaje llega a robarse la película ante su soberbio aspecto, su enorme poder y, como ya se dijo en parte, sus geniales diálogos que invitan a la reflexión sobre el verdadero sentido de nuestra humanidad.
    Si bien Los Vengadores: La Era de Ultron no se encuentra exenta de las frecuentes dosis de buen humor al que nos tienen acostumbradas estas películas, el guión de esta obra es lejos mucho más adulto y hasta oscuro.  En primer lugar porque en esta ocasión se abordan más que nunca los traumas personales de muchos de sus personajes (descubriendo, por ejemplo, facetas insospechadas de Viuda Negra) y a su vez la devastación una vez llegados al clímax, resulta mucho más apocalíptica que la vista con anterioridad.  Asimismo murió en batalla otro personaje (recordemos que en la primera entrega, supuestamente, murió el Agente Coulson), hecho que tendría su propia repercusión dentro del resto de la trama.  Por otro lado, el largometraje transcurre en al menos cuatro lugares diferentes: Estados Unidos (por supuesto), Corea del Sur, Sudáfrica y además el ficticio país europeo de Sokovia, lo que le otorga al argumento un carácter mucho más  cosmopolita, por cierto.
    Cabe destacar que a manera de refuerzo positivo tras cierto dramatismo, todo lo concerniente a la “secreta” familia de Ojo de Halcón resulta ser un verdadero momento de relajo y el cual permite conocer una opción diferente (y enternecedora) en la vida de estos héroes de ficción (puesto que la mayoría de las veces en sus historias, dichos personajes sacrifican hasta su propia felicidad en pro de los demás).
    La música esta vez corrió a cargo de 2 connotados compositores, dejando al veterano Alan Silvestri para otra ocasión, si bien se usó su composición más famosa para el debut de esta supergrupo.  De tal modo para esta ocasión se usó el talento de gente como Bryan Tyler y nada menos que de Danny Elfman, ambos muy relacionados con los filmes de superhéroes, para que crearan una banda sonora que fuese capaz de superar al más bien monótono trabajo del ya mencionado Silvestri, en la película original.
   
Así sale Vision en este filme.
Al principio de la cinta fue posible ver a otro villano famoso, el nazi Barón Strucker, habitual en los cómics del Capitán América y que ya había sido introducido en una de las dos escenas post créditos de Capitán América: El Soldado de Invierno.  No obstante este fue desaprovechado en el argumento, tal como bien pueden darse cuenta los espectadores y en especial los conocedores de las revistas.
    Si se trata de indagar en otros puntos débiles de un filme que igual no deja de ser recomendable (al menos desde el punto de vista de un espectador purista de los cómics), se pueden mencionar estos otros: Por un lado, esa manía de quitarle a los superhéroes marvelitas en esta seguidilla de cintas, los cascos que los identifican.  De este modo salvo Iron Man, el resto nunca aparece con sus atuendos completos, puesto que a Thor tan solo al principio de su primera aventura se le pudo ver como bien sale en los cómics, el Capitán América en toda la película (a menos que me equivoque) tampoco usó el suyo y mucho menos Ojo de Halcón, que en todas sus intervenciones nunca ha sido visto con su traje entero; respecto a la Bruja Escarlata, nos quitaron todo el gusto de apreciarla tal y como queríamos sus admiradores (¿Nuevas consecuencias del llamado “Efecto Nolan”, esta vez en Marvel, de quitarle maravilla y fantasía a estas adaptaciones en pro de cierto realismo?).  No obstante ello bien podría ser para no dejar de mostrar los apuestos rostros de sus intérpretes, en un afán de no querer dejar de explotar su belleza, que si fuese cubierta por dichos artefactos, supuestamente se “perdería”. Y por otro lado, ya es hora de que le otorguen al gran Hulk, el Gigante Esmeralda, la inteligencia que le han quitado, al no hacer que en las películas hable demostrando que efectivamente es un ser sensible y capaz de dialogar sin problemas con quienes lo rodean.
    Queda claro que la popularidad del género va mucho más allá del respaldo incondicional de los ñoños que compramos, leemos y coleccionamos los cómics y sus miles de productos derivados.  De este modo, todo tipo de personas acuden a las salas a ver estas obras, incluso aquellos que nunca en su…(autocensura) han tenido una historieta en sus manos.  Es así que deseo compartir con ustedes 2 anécdotas al respecto, a manera de despedida (por ahora): La primera corresponde a la época del primer largometraje de Los Vengadores y más bien no me ocurrió a mí, sino que a mi querido amigo Miguel Acevedo, creador del recomendable blog Le Dicen Poesíay quien en realidad tuvo la idea de explicar la razón de la falta de cascos en estas cintas.  Resulta que tras la famosa escena post créditos finales de esta película, había una pareja a su lado y entonces al aparecer Thanos en pantalla, la dama pregunta “¿Y él quién es?”, a lo que su galán de pacotilla sin dudarlo respondió “¡Es Hellboy!”.  Nada que ver y harto bien perdido que estaba este individuo de los universos ficcionales (por supuesto que Miguel tuvo que aguantarse las ganas para reírse).  La otra historia que puede ser hilarante para algunos, tan solo transcurrió hace unos pocos días atrás, cuando fui al cine junto a otros dos amigos, Moncho y Luciano, a ver esta reciente película.  Yo no lo oí, pero sí mis dos acompañantes, quienes fueron testigos de otra manifestación de la ignorancia de muchos de los que acuden a estas salas.  Pues otra fémina algo atribulada luego del desenlace, proclamó a los cuatro vientos tras finalizada la función “¡Se murió Flash!” (quiénes ya la han visto y algo saben al respecto me entenderán, je).

La primera aparición de Visión en los cómics.

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