Ayer el Cubil estuvo de aniversario…y yo también, pues esta página cumplió 4 años desde su fundación, lo que si bien a mi edad corresponde a una ínfima parte de mi existencia, significativamente tiene que ver con una parte esencial de quién soy ahora. Supongo que en otros cumpleaños de este blog, ya me he referido a lo importante que es para mí esta página y, por ende, cuán feliz me hace. Por lo tanto no quiero repetirme con las mismas ideas expuestas en años anteriores y como no se me ocurren otras para exponer en esta celebración, supongo que esta vez seré breve, ya que atenderé tan solo a unos cuantos puntos que me pueden parecer memorables y no repetitivos.
Mi queridísimo amigo Miguel Acevedo (de quien ya varias veces he hablado por acá), hace un tiempo me dijo que los blogs tienden a mantenerse en vigencia a lo más unos 3 años, ya que luego sus autores se aburren, los dejan o crean uno nuevo para abandonar su anterior obra. Y he comprobado una y otra vez esta certeza. Vez que ha sido así me da real lástima, pues aquellos blogs que he visto desaparecer, los seguía fielmente y al encontrarme con su “muerte”, he sido testigo de la pérdida de toda una fuente valiosa de información y particulares puntos de vista. Yo no podría llegar a eso, olvidarme así de este instrumento donde casi semanalmente deposito mis sueños, dichas y pensamientos; creo que tendría que verme vitalmente imposibilitado para escribir, como para dejar estas páginas virtuales. Debido a este mismo motivo es que admiro a gente como Guivi Antonucci de Locura Doméstica y a Cidroq de El Cuchitril de Cidroq, quienes alternan su maternidad/paternidad con su labor bloguera, regalándonos sus escritos en la medida que se otorgan los espacios suficientes como para mantenerse actualizados. Si ellos pueden hacerlo, esto de seguir con sus proyectos pese a sus obligaciones familiares… ¿Por qué yo, que soy soltero, no emulo tal pasión para comunicarme a través de la distancia física y el tiempo? Es por esta misma razón que aprecio tanto también a otros, como bien lo son Tomás Rivera de Kindlegarten, Guillermo Ríos de Guillermocracia, Alejandro Caveda de El Zoco de Lakkmanda y a Manuel de Un Universo de Ciencia Ficción, quienes mes a mes mantienen vivos sus blogs con una pasión y una brillantez prosística que yo bien quisiera. Me encantaría que mis amigos y colegas Iván Piñeyro de Ioxman y el ya citado Miguel de Le Dicen Poesía, renovaran con mayor periodicidad sus textos, lo mismo que Damablanca de Delirios de la Damay Lino Moinelo de Al Final de la Eternidad, cuyos blogs me son tan apreciados (¡Además el texto que tengo pendiente fue nada menos que inspirado por Damablanca!), porque todo ellos son referentes obligados para lo que hago y a veces pasa largo tiempo para que me encuentro con algo reciente de su autoría. Sobre todos estos ya me había referido anteriormente, no obstante nunca es malo repetir aquello que es positivo, puesto que si en parte sigo acá es gracias a su influencia y apoyo (además que muchas de estas personas son originarias de España, nada menos que uno de los sitios de donde más me leen y comentan).
Algunas de las páginas que sigo llevan muchos años más de existencia, de modo que estos 4 años míos pueden parecer poco para algunos; sin embargo es solo cuestión de esperar y ya se irán sumando nuevos ciclo por acá. Además la razón de por lo general 6 textos nuevos por mes y de mi autoría, no es moco de pavo para mí, pues lo que me implica crearlos y pulirlos, demuestra mi compromiso con lo que hago (no obstante no debo pecar de falsa modestia, puesto que muchas veces aunque vele por redactar sin errores, varias veces se me escapan las imperfecciones habituales en este tipo de trabajos).
Acabo de releer lo que escribí para el anterior Aniversario y me doy cuenta que he reiterado unos que otros temas aquí. Supongo ello pasa porque todo lo que he dicho al respecto, no ha perdido vigencia para mí. ¿Qué puedo decir de novedoso antes de despedirme por el momento? Bueno, que revisando mis posteos del último año, me he dado cuento que como nunca le he dado espacio a los cómics en el Cubil, lo que corresponde a una de mis mayores pasiones y en la que ocupo una parte primordial de mis adquisiciones económicas (¿Por qué me miran con esa cara de desapruebo? ¡Pues si muchas mujeres gastan en carteras y zapatos, los ñoños invertimos en historietas, mientras que los bohemios lo hacen en alcohol y centros nocturnos!). Ahora bien, es verdad que quisiera escribir más al respecto, pues desde marzo que no publico nada al respecto, no obstante como hago muchas cosas más aparte de dedicarle tiempo al blog, debo discriminar entre aquello a lo que le dedico mi escritura y lo que lamentablemente debo postergar. También he podido comprobar que como durante los últimos meses me ha dado por leer libros breves y colecciones de cuentos, mi volumen de críticas literarias ha aumentado (si bien el grueso volumen de Danza de Dragonesme ocupó harto tiempo y eso que era en plenas vacaciones de verano). Este cuarto año me tocó o más bien nos tocó despedirnos de 4 artistas de renombre internacional: recién había conmemorado mi tercer aniversario, cuando sufrimos la pérdida de Gabriel García Márquez y ya durante este 2015, cuando todavía no estamos ni a mitad de año, se nos fueron Pedro Lemebel, Leonard Nimoy y Terry Pratchett; de este modo, tal como desde lo hondo de mi corazón lo hice en el pasado con otras figuras que abandonaron este plano físico, el Cubil del Cíclope no podía dejar de expresarse al respecto.
Eso puedo decir por ahora acerca de esta fecha y sobre el nuevo año de vida de esta página. Hasta una, ojalá, próxima conmemoración.
![]() |
Mis sobrinitos Amilcar y Brunito son mis principales musos a la hora de escribir. |