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Los distintos caminos han terminado por unirse.

     
     Este año la esperada séptima temporada de Juego de Tronos llegó con cierto retraso, pues de estrenarse en abril como ya nos tenían acostumbrados, lo hizo en julio.  Más encima acortaron de manera considerable la cantidad de sus episodios, pasando a solo 7 en vez de los 10 que antes nos habían entregado por año.  La verdad es que uno siempre quedaba disconforme con “tan poco”, pero considerando la alta calidad de sus producciones, que sin dudas cada entrega cuesta mucho más que lo que vemos en muchos otros shows, uno bien podía (y debía) aceptar todo esto y conformarse con ello, que quienes hemos disfrutado otros títulos de HBO bien sabemos que así son sus programas.  Por otro lado, también hay otro detalle a la hora de tener en cuenta esta última temporada, algo bastante significativo: Que ahora el material mostrado al público ha dejado de basarse en lo escrito por George R. R. Martin, puesto que no debemos olvidar que corresponde a una adaptación de su saga titulada como Canción de Hielo y Fuego, razón por la cual de seguro les fue mucho más complicado continuar la historia por sus propios medios, siendo fieles a las novelas que la inspiraron (se supone que el escritor les confió algunas líneas argumentales de los dos últimos libros de la saga, aún sin publicar).  Y bien se podría decir que lo consiguieron, dejándonos con las expectativas muy altas para su finalización (que aún no me queda claro de si será el año que viene o en 2019).
      Uno de los puntos más fuertes de este año para GOT, viene a ser el que me llevó a ponerle su nombre a esta entrada: que ahora por fin, tras años de aventuras y desventuras por separado, muchos de sus protagonistas (en general aquellos que bien podemos considerarlos entre los de actitud ·”heroica”) se han cruzado con otros y han terminado por convertirse si no en amigos, sí en importantes aliados.  A su vez se han producido emotivos reencuentros, entre ellos los relacionados con hermanos Stark, bueno, con los pocos sobrevivientes de dicha familia.  De igual manera, no han faltado las despedidas y uno que otro regreso.  Es así que todo esto permite reconocer más que nunca la inmensidad de toda esta ficción, en la que tal como en las obras épicas más antiguas, pululan tantos personajes que los listados se hacen inmensos.
       Luego de todas  las fuerzas en pugna que estuvieron enfrentándose entre sí o que al menos estuvieron luchando frente a la adversidad para mantenerse en pie y sobrevivir a ello, bien podría decirse que en esta séptima temporada todo ha terminado por centrarse en tres ejes del poder: en el lado del bien (si nos ponemos maniqueos y olvidamos que acá los llamados “buenos” también cometen actos que a la luz de la mayoría son deplorables…Como lo que pasa en cierto momento con nada menos que Daenerys) se encuentra lo que pasa en la corte de la heredera de los Targaryen y por otra lo que sucede en el Norte, ya sea en Invernalia, como en los castillos de la Guardia de la Noche (incluyendo el Muro).  Todo lo relacionado con Desembarco del Rey y sus banderizos, que si bien necesariamente no pueden ser considerados como villanos en su totalidad, por estar liderados por la maquiavélica (la Perra, como bien me gusta llamarle) de Cersei Lannister, podemos tenerlos como una fuerza que en un principio rivaliza contra los otros dos.
       Igual debemos tener en cuenta todo lo relacionado con el carismático Samwell Tarly en la Ciudadela, que nos muestra a un grupo de personas que se supone no toma partido con lo que pasa en el resto del mundo.  Los llamados “intelectuales” y/o sabios que se creen superiores al resto…siendo que alguien como Sam, en cambio, contrasta con el resto porque a él sí que le interesa el resto y por eso una vez más nos vuelve a demostrar la calidad de su corazón. 
      Por otro lado, no falta el verdadero mal o “mal mayor”, que desde el principio estuvo anunciándose, hasta que ya en esta séptima temporada se constituye en la verdadera amenaza para la felicidad de toda la gente: los Caminantes Blancos.  Por lo tanto, en esta ocasión por fin vemos a la mayoría de los protagonistas en un mismo lugar, en al menos dos escenas clave, que tienen relación con el verdadero peligro que pende sobre las cabezas de los personajes.  Evento que requiere un cambio sobre cómo las cosas han funcionado durante mucho tiempo.  No está demás decir que para los seguidores del programa, esta reunión entre tantos protagonistas viene a ser un momento esperado por largo tiempo y sin duda que viene a estar entre los mejores recuerdos de su ya extensa cronología.
       No quiero caer en el spoiler y contar las grandes sorpresas que les depara a sus seguidores este año la serie, que en verdad son muchas.  Mejor es que uno descubra todas las maravillas que aquí son exhibidas.  Por eso solo me limito a hacer uno que otro comentario sobre lo que creo puedo destacar, sin quitarle a los demás la sorpresa.  En este sentido, puedo también agregar que así como los personajes han tenido que unirse a uno de los tres polos mencionados, todo para beneficio mutuo, ha surgido también otro tema bastante interesante: el de la entropía.  En otras palabras, lo que antes se había abordado a través de la triste canción de Las Lluvias de Castamere, ahora toma un sentido mucho más dramático.  Pues si la obra mencionada hace referencia a una poderosa familia que desapareció por completo, de aquí en adelante somos testigos del final de más de una rica dinastía.  Y esto no solo sucede por la dureza de las intrigas entre enemigos, sino que tiene que tiene que ver con la misma fragilidad de las grandes empresas humanas, que ante el paso del tiempo no son nada…Y sin embargo la voluntad de los mortales hombres y mujeres resulta ser un faro ante toda esta verdad.
        Asimismo, quien haya disfrutado los textos escritos por George R. R. Martin, si en realidad desea disfrutar su versión televisiva, debe asumir que una cosa es la narrativa de las novelas y otra la del programa.  Es así que ya a estas alturas uno puede tener claro que varias líneas argumentales de las novelas no aparecerán en pantalla, en especial cuando se trata de personajes que no han sido utilizados en esta adaptación.  En este sentido habría sido genial encontrarnos con sujetos tales como Corazón de Piedra, Jon Connington y Penny (entre muchos otros más), pero eso ya no será posible. De igual manera se les han dado destinos (algo) distintos, a varios otros que sí vemos acá, sin embargo lo han hecho tan bien los guionistas, que solo un purista de las novelas quedaría insatisfecho.  Igual queda la última temporada, a ver qué otra sorpresa se nos puede deparar al respecto.
        Desde la primera temporada, me he visto la mayoría de ellas en vacaciones de invierno (así como en general me he leído los libros en vacaciones de verano).  Noches frías y de lluvia han sido para mí el momento ideal para refocilarme con esta serie.  Este año de nuevo me la he visto en vacaciones de jornadas heladas en su mayoría, gracias al descanso de una semana por Fiestas Patrias.  Habré ocupado unos tres días en general para todo y por eso mismo rápido he podido realizar y subir este post.  Por otra parte, creo que esta vez más que nunca mis amigos que siguen GOT, me estuvieron animando a verla como ellos semanalmente, que más de uno de dijo que estaba “Está super buena” y trató de spoilearme (¿Existe ese verbo ya?); no obstante como siempre me resistí.  A diferencia de lo que me afirmó más de uno de ellos, no encuentro que sea una de las mejores temporadas, que a mi humilde parecer ese título lo llevan las temporadas 1 y 3, si mi memoria no me falla; pue pienso que al menos desde la pasada, han ido lentos los progresos de la historia y solo en los dos últimos episodios todo cobra mayor fuerza.
          Mi amigo Luciano se juntó junto a otra de nuestras amistades a ver el último episodio, mandándome una foto de Juan Francisco echado sobre su cama viendo (¿o esperando?) tal evento.  Miguel prefiero desistir de una invitación que le hice para no perderse la primera emisión del capítulo y de seguro Marcelo Brito junto a Rosita, se abarataron de cosas ricas para comer mientras gozaban…del espectáculo.  De seguro María Elena y su marido Iván, como Roger desde Venezuela estaban en la misma.  .  Cuando le pregunté a mis amigos sobre qué les había parecido el final de temporada, la mejor respuesta fue la que me dio Marcelo López cuando me escribió por medio del cell lo siguiente:

         Juego de Tronosterminó con un secreto develado, una muerte sorpresa, un poco de sexo, el poto de John Snow, una traición y una esperada invasión.  Toda la carne a la parrilla.  Tal vez debió haber matizado en capítulos anteriores.  Pero entretenido.”

          ¿Están de acuerdo con él? Yo sí.


Intro Séptima temporada.


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